Prueba de Oclumancia #8

[Bodrik]

La pirámide se alzaba ante ella imponente e impenetrable, pero al igual que su abuela buscaba una entrada, algo que pudiera llevarla al interior sin usar una puerta real (o eso había concluido después de tanto tiempo de detallarla sin éxito). La construcción parecía tener vida propia como si quisiera comunicarse con ellas en su lenguaje antiguo y fortificado. Con una magia más allá de su alcance y esta era la oportunidad de descubrirla y comprender sus símbolos mágicos.

 

Sus ladrillos relucían magníficos pues estaban hechos de oro o un metal semejante al mismo y mientras la joven Paladín continuaba el conteo con especial concentración, la edificación cobró vida como si pudiera traspasar la barrera del silencio que la separaba de las dos mujeres Lockhart porque a ese punto Bodrik aún era consciente de la presencia de la sacerdotisa y de ese modo estaba sumergida en un todo comenzando a mirarse a sí misma desde algún otro punto, con Cye a su lado con ojos cerrados al igual que ella y la pirámide frente ambas con una especie de latido.

 

-1234, 1235, 1236…. 1373- continuaba contando en su mente pese a que al mismo tiempo visualizaba la situación

-Déjame pasar- susurró en su intento por comunicarse también.

 

La entrada debía estar seguramente en la parte superior y angulosa, peo al no encontrar una entrada su cuerpo debía subir sin usar los métodos tradicionales de puertas y escalones y por un milagro a su mente vino una frase : -“Pon tus brazos alrededor de mí, alrededor de esta construcción, y alrededor de esta pirámide como los brazos del símbolo del ka, para que la mi esencia pueda estar en ésta, perdurando para siempre” – se trataba de una oración que los antiguos egipcios rezaban cunado algún faraón Moria y ahora era usada por la misma Bodrik añadiendo unos cambios. La frase llegó como si la misma pirámide estuviese hablándole.

 

Entonces comenzó a sentirse parte de ella. Dejándose llevar por la frase -Abrázame, por tus brazos alrededor de mí. para que mi esencia pueda estar en esta- la petición debía ser para un dios, pero ella prefería pensar en el universo mismo.

 

Y de pronto pudo ver no solo la pirámide, sino también la isla entera, luego se sintió como parte del cosmos, era solo la unión de puntos y estrellas (algo que se hacía a menudo en el Templo paladín para hacer parte de la energía que compartían todos ellos con animales, el bosque y con el templo mismo) y la pirámide misma estaba llena de energía y puntos de estrellas y entonces pudo fundirse con ella y fue sencillo volar.

 

-Aquí estoy- dijo en la entrada que ahora se hacía visible. entonces ingresó.

[Aailyah Sauda]

Sauda seguía de cerca a las dos pupilas. Tenía que controlar que eran capaces de sobrevivir en aquellas pruebas antes de llegar a la pirámide. Cuando estuvieran dentro del Portal, ella ya no podría hacer nada. Se preocupaba por todos sus alumnos pero a aquellas dos que hoy intentaban llegar a su destino les tenía un cariño especial. La chiquilla era tan joven y la rubia una madre tan amorosa... No soportaría que les pasara nada en el camino.

 

Por ello, cuando entraron en la Pirámide, soltó una profundo suspiro y sonrió con una alegría mal disimulada. La Arcana se giró lentamente y abrió las dos manos, en un amable gesto con el que les pidió que admirasen el lugar en el que se encontraban.

 

- Sabía que llegaríais aquí. Mirar... Tal vez lo hayáis visto antes pero... ¿No es hermoso? Este es el centro de poder de todas las habilidades del Mundo. Todos los que ostentan un anillo, sea cual sea la Habilidad que escogieron, pasaron por aquí e impregnaron sus vivencias en esta Pirámide. ¿Las notáis?

 

Caminó a su alrededor, con las dos manos en alto, aspirando aquella atmósfera como si pudiera oler a todos y a cada uno de los aspirantes a los Anillos habían pisado aquellas losas.

 

- Y hoy estáis vosotras dos aquí, ante el Portal, que se abrirá en cuanto pronunciéis de nuevo y con firmeza anímica que deseáis enfrentaros a él, que deseáis pasar la prueba y vincularos, finalmente, con el Anillo de Oclumancia.

 

Se giró hacia ellas con un movimiento abrupto. Sus ojos, grandes y profundos, se clavaron en ambas, primero en la chiquilla y después en la otra mujer.

 

- Pensarlo bien, que vuestra decisión sea certera. El Portal no os dejará titubear. - En el aire se materializaron dos anillos que eran casi iguales de los que usarían cuando todo acabara. - Tomar uno cada una y cruzarlo pero... Ateneros a las consecuencias. No seréis las mismas cuando salgáis de ahí dentro. Y yo no podré ayudaros. Si os quedáis perdidas, perderéis vuestra mente y tendremos que encerraros entre las paredes de una celda acolchada. Ser juiciosas y claras con vuestros objetivos.

 

Sauda se retiró, poco a poco, mientras la luz del Portal crecía a medida que se abría. En el interior, un ojo enorme parecía contemplar la escena. ¿Existía de verdad o sólo era una ilusión óptica por el exceso de luminosidad? Eso lo tendrían que averiguar las dos pupilas si se enfrentaban a la Gran Prueba de Vinculación a la Oclumancia.

[Bodrik]

No se había sentido tan complacida en años pues esto era comparable a su llegada al templo Paladín. Un momento sublime cuando vio alcanzado su mayor deseo y la puerta de entrada a su vinculación con la energía del templo, de sus compañeros paladines y del bosque mismo y una gran puerta se abría ante ella develando los secretos de la antigüedad por eso alcanzar la pirámide se le comparaba pues sabiendo que aún tenía mucho que aprender para conseguir el anillo de vinculación a la Oclumancia, estaba segura que esto se le daría y que alcanzaría el aro al igual que Cye.

 

Respiro profundamente y se acercó a la arcana que extendía sus brazos complacida – Es maravillosa- respondió. Nunca antes había visto la pirámide pues esta era su primera habilidad, pero pudo sentir la energía fluyendo alrededor de ella- woo puedo sentir el poder dentro de mi- afirmó cerrando los ojos por un momento para percibir la gran magia y que su energía mágica se uniera poco a poco a esta.

 

Entonces escuchó a la morena referir una vez más la naturaleza de la pirámide y suspiró pensativa. Estaba segura de la decisión tomada, deseaba desde hacía mucho tiempo poseer la habilidad y vincularse a él, pero temía que el portal no la encontrara apta de su poder y que al final tanto esfuerzo seria en vano, sin embargo, debía intentarlo si quería lograr una independencia completa, no de su familia o sus amados abuelos, sino de su mente.

 

En el aire se conformaron dos anillos muy hermosos y Bodrik estuvo segura que deseaba portarlo -Quiero Vincularme con el Aro de la Oclumancia – repitió con seguridad deseando atravesar el portal aunque claro sabía que al salir de allí, sería más fuerte e independiente y quería hacerlo por su familia por Eze y Noah que aun dependían mucho de ellos, por Ezra y Erian que solo eran bebes, por Patri, Alex y Mika tan activos, pero sobre todo Por Cye e Ishaya sus amados abuelos; no solo porque esperaban lo mejor de ella, sino para que estuvieran seguros.

 

Tomó el anillo y lo pusó en su dedo – quiero vincularme con el Anillo de la Oclumancia-

 

 

@

[Ela Karoline]

Al fin habían alcanzado la Pirámide, la sala magnífica y mágica que ahora la arcana le pedía que observarán con atención. Efectivamente Cye ya había estado allí y @@Bodrik también, pero cada experiencia era única, ninguna de sus veces anteriores había llegado de la misma manera, ni había enfrentado los mismos obstáculos, cada habilidad era única, como único era el arcano que la impartía, con sus enseñanzas y métodos.

 

La rubia vio caminar a Sauda con los brazos extendidos, para que ellas tomaran conciencia de la energía impregnada en aquel recinto sagrado, la Lockhart lo sentía, lo sabía y quería ser parte de ello. A ella desde el primer momento le había parecido único, lleno de una sabiduría milenaria que ningún mortal podía contener solo en un cuerpo tan pequeño y endeble, claro que no estaba pensando en los arcanos, quienes parecían hechos de otro material, más que carne y huesos, en todo caso no como ella misma.

 

Pero lo más importante estaba por salir de la boca de Aailyah, les pedía una afirmación y les daba las últimas instrucciones o quizás consejos prácticos para que no equivocaran su decisión, pero no las orillaba a tomar una u otra, sino que les daba la libertad y el espacio para que por voluntad y convicción propia se expresaran. La rubia vio materializarse dos anillos, no tenía dudas, a pesar de haber escuchado que si erraban posiblemente terminaran confinadas al ala de psiquiatría de San Mungo.

 

--Yo deseo hacer la prueba, en este momento, quiero lograr la vinculación a la Oclumancia, no tengo ninguna duda y agradezco sus enseñanzas-- tomo el anillo y lo puso en su dedo, se giro hacia Bodrik y le guiño un ojo para darle animo, ya habían llegado a ese punto, estaba segura que podrían lograrlo aunque cada una tuviera que hacerlo a su manera, como prueba final de que Cye la dejaba ser y de que la pelinegra no la necesitaba para lograrlo porque contaba con su propia fuerza y carácter.

 

El portal parecía llamarla con toda esa energía oscilante, por supuesto se veía distinto, como si un enorme ojo por momentos la contemplara, con paso seguro se acerco al vórtice y lo traspaso, si hubiera titubeado el portal seguramente se hubiera cerrado, aunque aun podía escupirla, esperaba que no.

 

--Bodrik ¿vienes?-- pregunto mirando hacia atrás, pero no veía a la pelinegra, ni tampoco sabía si sus palabras eran escuchadas allá en la sala, lo cierto es que las cosas que afuera parecían importantes ya no lo eran, su mente empezaba a ser presa de sensaciones y visiones nuevas.

[Aailyah Sauda]

Ya las dos estaban completamente listas y llegaba la Prueba Final, la verdadera prueba donde iban a tener que tomar decisiones con respecto a su futuro.

 

—Bien, entonces, ya que ambas están listas ha llegado el momento de atravesar el Portal—.

 

Frente a las dos chicas se hizo presente la puerta que poseía la marca de Oclumancia y, por debajo de ella, una luz iridiscente asomaba, penetrante pero en cierta forma reconfortante. Sauda se dirigió a las dos al mismo tiempo, comprometida con lo que estaba por ocurrir.

 

—Una vez que ambas atraviesen el portal se encontrarán completamente solas. Todo lo que vean, oigan, huelan, toquen o saboreen yo lo sabré como si estuviera allí, pero no se me permite cruzar el Portal para acompañarlas, así que deben saber que si necesitaran de mi yo no podría interrumpir la prueba a menos que sus vidas peligrara y sólo si ustedes me permitieran sacarlas, en cuyo caso la prueba daría como fallida— hizo una pausa mientras se ponía frente a la puerta y miraba a las dos muchachas.— Todo lo que ocurra allí dependerá de ustedes. No sabrán que están dentro de una prueba luego de que crucen el portal, todo será completamente real y tangible, así que si mueren allí, como les dije, morirán de verdad. Yo no podré guiarlas, es algo que deben hacer por cuenta propia, pero estaré en espíritu para infundirles fuerzas—.

 

La Arcana se acercó a Bodrik y Cye y tomó sus manos entre las suyas, estrechándolas con calidez mientras miraba los anillos de vinculación.

 

—Estos anillos serán un nexo conmigo. Si logran superar lo que se encuentre en el Portal, saldrán de allí en una pieza y los anillos se volverán Aros de Habilidad vinculados con el mío para siempre. Su magia será plena y ustedes serán dignas. Pero tengan en cuenta que, de fallar en la Prueba, no podrán volver a hacerla. Si la abandonan una vez dentro del Portal, no podrán regresar jamás aquí y no podré enseñarles nunca más sobre esto— hizo una mueca, mirando a ambas con peso. —Sé que lo harán bien y, recuerden, dentro del Portal, se enfrentarán a peligros enormes. Tendrán que hacer uso de lo aprendido, si es que pueden recordar bien lo que les he enseñado—.

 

Soltó sus manos y se hizo a un lado, esperando a que pasaran.

[Ela Karoline]

Aailyah Sauda había resultado una arcana muy comprometida como el resto que había conocido, pero tenía algo especial, era empática, era menos como decirlo… almidonada, distante, bueno era su percepción personal, aunque cada ser tenía su propia aura y su propia forma de conducirse, así como sus métodos de enseñanza, y Cye los apreciaba todos pero no podía dejar de sentirse cercana a la mujer de vestimentas brillantes y aura especial.

 

Ahora las aconsejaba para que iniciaran la verdadera prueba y les advertía que una vez dentro no había regreso, claudicar significaba más que reprobar, perder la única oportunidad de vincularse con la habilidad y ya el conocimiento encerrado en Aailyah jamás estaría a su alcance. También les enfatizaba que todo dentro era real, una cortadura, un pisotón, un abrazo, una daga, por lo que lo que sea que vivieran resultaría estar en su cuerpo a la hora de salir o de ser sacadas, por lo que cuidarse era importante para no perder la vida.

 

--Lo haremos, regresaremos vivas, usted nos ha enseñado bien arcana-- afirmo con total confianza la matriarca Lockhart cuando soltó la mano de la arcana y la vio hacerse a un lado para dejarlas avanzar, Cye acaricio el anillo temporal en su dedo anular izquierdo, como recordatorio del vinculo que se establecía desde ya, luego le guiño un ojo a su nieta y avanzo, no había tiempo que perder, ya todo estaba pensado y decidido y quedarse afuera imaginando no haría realidad su deseo de por fin saberse vinculada.

 

Una vez que atravesó el portal, todo lo que estaba pensando, todo sentimiento ajeno a aquel momento desapareció, era como si de la nada todo su mundo hubiera cambiado sin cambiar, a su alrededor solo veía energía oscilante, brillante, potente, no habían nada más, suspiro y cerró los ojos, tratando de concentrarse, de poner en paz su mente y canalizar la energía que la tocaba desde fuera y la propia. Cuando por fin los abrió volvió a preguntar.

 

--¿Bodrik lo vez?-- se refería a un camino hecho de puras baldosas fulgurantes, con espacio vacios como significando la nada, al final del sendero dos puertas del mismo material, que obviamente significaban dos caminos, pero Cye no estaba segura si su visión era la misma de su nieta, ni de la elección que tomaría, por eso espero a escuchar su voz. Pero eso no le impidió caminar hacia el camino para tomar la puerta de la derecha, para su asombro apenas estuvo a punto de pisar la primera baldosa todas desaparecieron, a excepción de la ultima, allá ante la puerta.

 

--No va a ser tan fácil ¿cierto?-- claro que no, cada una (de tener la misma visión) iba a tener que construir su propio camino para alcanzar las puertas y ver que había tras ellas.

 

@Bodrik.

[Bodrik]

Escuchó con atención las palabras de la arcana tratando de retener cada detalle que les proporcionaba sabiendo que su sabiduría e instrucción sería la única ayuda con la que contarían en el interior de aquel portal donde Bodrik se imaginaba que tendría la mayor prueba mental a que se haya enfrentado no solo desde que comenzó su instrucción de Oclumancia, sino también de toda su corta vida.

 

Escuchó sus palabras asegurando que ambas mujeres estaban listas y aunque no dijo nada asintió dándole una mirada a su abuela pues si algo le daba valor para asumir el reto era sin duda su familia y el deseo de protegerlos. – Gracias por guiarnos durante todo este trayecto, no dudo que cambiare una vez que atraviese ese portal y es gracias a sus enseñanzas que tengo confianza en salir de allí- aseguró volviendo la mirada hacia la morena mujer y estrechando sus manos en respuesta al gesto de la arcana -Es una gran responsabilidad para nosotras. Es verdad nos ha enseñado bien – agregó decidida y segura de las enseñanzas de la mujer quien siempre les imprimía total confianza.

 

Luego soltó la mano de la arcana cuando esta se separó de ellas para dejarlas atravesar entonces Bodrik tuvo unos segundos para ver el anillo que ahora portaba temporalmente como símbolo del vínculo hacia la arcana y hacia la habilidad, sabiendo que si lograban salir con vida de su ultimo reto, entonces lograrían la vinculación permanente y tal como afirmaba la morena, estaría unidas también a ella por medio del aro de la habilidad.

 

Con la señal que su dulce abuela Cye le daba Bodrik estuvo segura que no tenían tiempo que perder, entonces ambas atravesaron el portal y tal como había asegurado su maestra cualquier duda y cualquier preocupación exterior se desvaneció y todo su mundo se convirtió momentáneamente en una fuente de energía brillante que llenaba su ser de fuerza y una sensación de vacío fue apoderándose de su mente como si estuviera sumergida en aguas profundas, aunque se veía a si misma de pie.

 

-lo veo- alcanzó a escuchar, pero nunca estuvo segura si Cye podía escuchar su propia respuesta y entonces dio el primer paso por lo que parecía una escalera de energía y aunque la visión se desvaneció ante sus ojos su entrenamiento paladín le permitía continuar su camino mientras aun percibía aquella fuente de poder hasta llegar a una entrada poco convencional pues en realidad no se trataba de una puerta sino una especie de puente colgante que al dar un paso callo frente a ella develando el camino a seguir.

 

@

[Ela Karoline]

Si bien era cierto que ambas brujas habían atravesado el mismo portal casi al mismo tiempo, también era cierto que las visiones y experiencias, así como el modo en que cada una lo enfrentara eran únicos y por tanto diferentes, aunque cabían las similitudes. Escucho un murmullo a lo lejos, era la voz de @@Bodrik y supuso que era la respuesta a la pregunta que había formulado anteriormente, aunque ya no recordaba cual era su mente se perdía en aquella sensación de grandeza del espacio y lo diminuta que se sentía frente a la nada. Así como si estuviera en el centro del Universo, ella una simple y pequeñísima bruja ante tanto poder y energía.

 

Su mente empezaba a enviarle mensajes, justo lo que necesitaba para intimidarla, para hacerla vacilar Devuélvete, Corre, Corre, Desiste, no podrás Eres solo tú, una especie de temor empezaba a encenderse en el corazón, pero de la misma forma abrupta en la que nacía, así murió una vez que Cye cerró los ojos, su paz interior era su fuerza, su centro energético se activo y el calor del fuego que siempre la acompañaba porque nacía en lo más profundo de ella, encendió cada neurona, y esparció una corriente eléctrica por todo el cuerpo que la sacudió de aquellos pensamientos.

 

La calmada respiración le hizo ver, lo que con los ojos abiertos no podía, ante ella había un abismo enorme, no habían baldosas, solo un rio de olvido que al caer en él seguramente la haría navegar hacia la derrota y la expulsaría de la misma habilidad cual guardián, construir y fundirse con el entorno, eso era lo que hacia la diferencia entre los ojos físicos y los ojos de la percepción. Su fuerte era la naturaleza, algo a lo que no le temía, por eso no necesita vaciar su mente de ella.

 

Pronto una gruesa liana de luz surgió del borde del precipicio y empezó a crecer conforme al pensamiento de la Lockhart, torciéndose de forma segura de izquierda a derecha y construyendo pequeños peldaños en el aire, hasta que llego hasta la puerta, al no tener barandilla parecía inestable, y de inmediato un aire fuerte la abrazo, el trabajo ya estaba hecho, solo había que ser prudente, así que se agacho y apoyando manos en un peldaño y piernas en otro fue avanzando como si gateara, hasta que toco el quicio de aquella puerta.

 

Apenas lo hizo sintió que algo la succiono, la trago haciéndola girar en la nada, no podía quejarse ella había elegido esa puerta, ese camino y estaba dispuesta a enfrentarlo, pasara lo que pasar. Ahora entendía que la Oclumancia no era solo vaciar la mente, protegerse de intrusiones no deseadas sino aferrarse a la voluntad de no sucumbir con todo el poder que la mente da.

[Bodrik]

No supo en que momento consiguió bajar los escalones de energía o si la puerta elevada solo estaba en su mente, pero lo cierto era que con cada paso que daba se acercaba más a ese punto y la puerta hecha de madera se veía con más detalle revelando que se trataba de uno de esos cruces medievales que cruzaban los caballeros cuando regresaban de sus aventuras y batallas, pero a diferencia de las puertas de antaño esta no precia tener forma de abrirse, como si existiera una forma diferente de acceder al interior del castillo.

 

Cerro los ojos por lo que parecía un momento sin recordar la razón de tal visión pero dentro de si todavía retumbaba la frase : “atraviesa el portal” además recordaba a su dulce abuela invitándola a seguirla entonces abrió los ojos sin poder ver a la matriarca Lockhart por ningún lado entonces volvió a cerrar los ojos intentando recordar la misión en la que debían encontrarse y deseando hallar de nuevo a su abuela decidió buscar dentro de sí un método para atravesar pero al cerrar sus parpados todo el lugar pareció refulgir con energía vital fluyendo con poder dentro de ella.

 

Como paladín se había entrenado durante mucho tiempo en el manejo de energía activando su aura para cargarse de esa energía y al limpiar su mente de todo pensamiento que le impidiera visualizar más allá. Dentro de su mente se dibujó una runa que estaba completamente relacionada con su esencia paladín y sus raíces nórticas con Odín y sobre todo con Thor quien está estrechamente con su naturaleza guerrera.

 

-Thurisaz- Pensó, mientras visualizaba una runa con varios significados y uno de ellos era una puerta.

 

Seguidamente extendió su mano hacia la puerta aun sin abrir los ojos y de inmediato la puerta se extendió frente a ella abriéndose y mostrando el camino hacia el interior del castillo, pero primero debía atravesar el puente en el que se había convertido dicha puerta pues de lo contrario caería al foso que al abrir los ojos se veía bastante aterrador.

[Ela Karoline]

La sensación de vértigo y de estar cayendo al vacío la inundo por un momento, a pesar de ello su cuerpo no opuso resistencia, sino que dejo que la gravedad o lo que fuera que la controlaba hiciera su trabajo y al no oponerse, toda la carga se fue y ella, cual pluma planeo hasta tocar el suelo. ¿Dónde estaba? Se pregunto, no reconocía el lugar, tampoco estaba segura si había sido succionada o simplemente había atravesado un espacio. Se froto los ojos con ambas manos como si quisiera despertar de un letargo y volvió a fijarse.

Todo era tan brilloso, parpadeo con fuerza varias veces, entonces todo empezó a oscurecerse, la brillantez desapareció y en su lugar destellos diminutos se veían parpadear en aquella gran tela azul negrosa, sus orbes se movían, pero no lograba dar paso alguno, se sentía rara, como si no tuviera control de su propio cuerpo, pero allá estaban esos brillitos inquietos que parecían moverse de a poquitito, como en cámara lenta, entonces comprendió que no eran otra cosa que estrella en un cielo nocturno y que ella les miraba de frente como si estuviera acostada sobre la grama. Oía sonidos alrededor y pronto supo que se trataba de pequeñas hadas, y ninfas del bosque, la contemplaban como si fuera la novedad y la verdad, ya estaba crecidita para eso, así que intento incorporarse y no pudo, solo vio un par de manitas moverse, no podían ser las suyas esas eran las de un bebe, volvió a intentarlo y tampoco lo consiguió, trato de hablar y en su lugar un llanto de infante resonó por todo el bosque. ¿Qué le estaba pasando?

Más caras aparecían, esta vez eran las de conejos, gacelas y hasta los redondos ojos de un unicornio, una voz muy dulce pidió que la acercaran, se movía, no por sus propios medios, una ninfa la había tomado y puesto en el regazo de una mujer con los ojos más azules que alguna vez haya visto, de labios carnosos y toda ella tenía una palidez traslucidas que no pasaba desapercibida, los labios de la mujer tocaron la frente de Cye al igual que un mechón de sedoso cabello azulado, luego una mano acaricio su mejilla y hubo tanta calidez en aquella caricia que no quería que terminara. EL aliento de la dulce mujer abanico la cara de la Lockhart que la escucho decir, un “te amo” y algo caliente cayo del rostro de ella al de la bebe, aquella sensación de calor era similar a la del fuego interior que toda la vida la había acompañado. También la escucho decir “se acaba mi tiempo, traigan todo”

En un pestañeo una explosión ocurrió, algo flotaba en el aire, una madera larga y redonda, la mujer se quito el anillo que llevaba en su diestra y lo exploto, pequeñas gotas cayeron sobre la madera, luego partió su propia varita en dos y de allí un polvo cenizoso cayo, tanto las gotas como el polvo giraron en circulo en el aire, mientras que el unicornio se sacudía, haciendo que varios de sus pelos se fusionaran con los otros dos elementos, luego juntos descendieron hacia la madera y justo en la mitad de esta fueron absorbidos, la madera se elevo como si una fuerza la empujara y tras varios estallidos y giros símbolos que reconocía se formaron, los grabados druidas se asentaron en la empuñadura de aquella madera que no era otra cosa que una nueva varita de arce.

“Es tuya, es única y está ligada a nuestros orígenes y a tu esencia, no la pierdas, no la cambies nunca” ahora la reconocía, era su propia varita, aquella que no había sido comprada en Ollivander, sino que antes de poder portarla en una visita con su abuelo a la bóveda familiar en Gringotts había descubiertos, arrumbada tras varias cajas, la energía de la misma vibraba y ella solo la había seguido hasta tomarla en sus manos, su abuelo había tenido que hablarle mucho para convencerla de dejarla guardada allí hasta que cumpliera la edad adecuada. ¿Cómo es que antes no había recordado todo eso? La mujer era su madre… pero cuando quiso verla de nuevo, como entonces, era muy tarde, la bruja la había soltado y su cuerpo se desvanecía, el frío se hacía más y más fuerte y ya solo escuchaba las voces de las ninfas que susurraban un “pobrecita hay que buscar a su abuelo” el cielo lloraba como lo hacían Cye, la bebita y la mujer de ahora.

--¿QUE QUIERES DE MI?-- grito la sacerdotisa, con los ojos anegados de lagrimas, sintiendo el dolor de la perdida, ¿para que la magia del portal la había llevado a ese momento que no sabía que tenía guardado en su mente? ¿para que la hacía encontrar a su madre y volverla a perder como entonces… --Fue tan poco… pero fue su elección, prefirió cambiar de plano que QUEDARSE CONMIGO-- grito borrando con furia las lagrimas de su rostro. Tras escuchar sus propias palabras se sorprendió, nunca había hablado de ello, nunca se había permitido culparla o analizar la perdida, se había obligado a aceptarlo con un hecho y ya.

“Así es, nos dejo a ambos, y fue su elección, no teníamos peso en su vida” dijo una voz en su cabeza, Cye giro en todas direcciones, pero solo veía arboles, estaba oscuro como aquella noche de su nacimiento, en ese claro perfecto, uno que nunca encontró por más que recorrió cientos y cientos de bosques, de acres. Otra voz surgió increpando a la primera “Claro que tu no tenias peso maldito desgraciado” “Eso quieres pensar, mirala, mirala, es idéntica” “Claro que no, es la viva imagen de su madre, solo eso” “jajajaja ¿por eso arde por dentro? Como un demonio de fuego” “No te atrevas a…”

¿Quiénes eran esas voces que la confundía, que parecían saber más que ella y porque estaban en su cabeza? ¿Quién les había dado el derecho de invadirla? Dos hombres, dos desconocidos que la conocían a ella y a su madre, un portal que traía algo que quizás a propósito o inconscientemente había enterrado y cerrado bajo llave al punto de no saber que existía, demasiado dolor, demasiada crueldad, no querían estar allí, quería irse.

Se tomo la cabeza entre las manos negando y cayó de rodillas, quizás para sucumbir, quizás para olvidar, quizás para fallar…