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[Keaton Ravenclaw]

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Inciensos, telas cubriendo las ventanas, una luz tenue proporcionada tan solo por unas cuantas velas desperdigadas por el salón, algunas plantas regadas por aquí y por allá, así como cuatro estanterías llenas de libros, bolas de cristal, tazas, algunas piedras, palillos y sin fin de objetos más, además claro de mesas ratonas con sillones bajos, era el escenario perfecto para una clase de Adivinación, el misticismo aumentaba, el incienso hacía fluir más la energía y el Ojo Interior tendía a abrirse más y otorgar mejores resultados para el aprendizaje de la mancias.

 

En el centro de aquel recinto, y sobre una alfombra bastante mullida, estaba sin embargo, una criatura poco común en aquellos parajes. Altiva, altanera y majestuosa, una pantera de un negro embriagante, se hallaba recostada con las patas delanteras cruzas y la cabeza en alto observando el lugar. Sus bigotes se movían de vez en vez cuando su nariz olfateaba algo diferente al aura de aquel sitio, sin embargo, su gesto no se inmutaba. Estaba esperando algo, algo que determinara sus movimientos, que entrase en acción, esperaba, sin duda alguna, a los estudiantes del mes de Octubre para aquella disciplina.

 

Hacía ya algunas horas que los directores de la Universidad habían avisado a los miembros del profesorado el listado de los inscritos, por lo que éstos no habían tenido mucho tiempo para prepararse, pero si habían llegado a ser docentes de aquellos conocimientos, seguramente que ya tenían ideas para las cátedras, cosa que Keaton Ravenclaw, encargado de la Adivinación, tenía muy presente, por lo que así como llegó la notificación, envió dos mensajes a sus estudiantes, Ariel Aries Bra Yaxley y a Cye Lockhart, donde las citaba a las ocho después de medio día en aquel salón, aunque, por lo visto aún no arribaba al Ateneo.

 

A los pocos minutos, la puerta se abrió de par en par, dejando entrar a raudales una oleada de aire frío que movió peligrosamente las flamas de las velas de la estancia, pero que, por suerte, ninguna se apagó. Un poco de aroma de incienso salió por la puerta y la pantera rugió, un poco molesta, por aquella alteración. Ambos estudiantes debieron de sobresaltarse por el rugido, ya que seguramente era lo que menos esperaban. Ambos caminaron por la estancia, y se sentaron en los sillones bajos frente a las mesas ratonas. La pantera los miró con ojo avisor, escrutándolos de pies a cabeza. Se veían algo nerviosos.

 

La pantera, entonces, y sin más dilaciones, se levantó, estiró todo su cuerpo para desperezarse, y dio un salto hacia el frente como si fuera a atacar a los estudiantes, pero centímetros antes de tocarles, se transformó en la alta y elegante figura de Keaton Ravenclaw, el cual ni se inmutó por las expresiones de ambos chicos y se acomodó la larga capa que cubría su cuerpo. Se enjutó los lentes que tenía sobre la nariz analizando su reloj, y en ese omento, una llamarada verde salió de la chimenea dando paso una hermosa Ave del Trueno.

 

—Comenzaba a pensar que tal vez mi predicción sería errónea, pero no, jamás fallan —Dijo el vampiro hacia aquella ave y entonce, ahora sí, giró su cabeza a los estudiantes —Sean bienvenidos a la clase de Adivinación del mes de Octubre. Lamento enormemente no haberlas recibido en mi forma humana, pero acabo de obtener el Aro de la Habilidad en Animagia y se está más cómodo siendo un felino —Dijo a modo de excusa, aunque le de daba igual si le juzgaban —Mi nombre es Keaton Ravenclaw, mis niños, su profesor y su guía en esta aventura para descubrir y abrir sus Ojos Interiores —Comentó.

 

En ese momento, el Ravenclaw caminó con pasos torpes por el salón buscando algo en los estantes, y cuando lo encontró, hizo un gesto de sorpresa y alegría que denotó había encontrado lo que buscaba. Abrió el libro, hojeó y ojeó un poco las páginas y cuando hubo encontrado lo que necesitaba, lo cerró de golpe y lo devolvió a su lugar. Si, parecía algo deschabetado, pero, la apertura del Ojo Interior que dominaba el vampiro había mermado un poco sus facultades.

 

—Bien, primero que nada, quiero me respondan con total sinceridad, ¿qué saben del Ojo Interior? ¿saben qué es la Adivinación? ¿para qué les serviría este Conocimiento? ¿lo creen útil, inútil, una pérdida de tiempo? Platíquenme con confianza, los escucho —Decía sin voltearlos a ver, mientras buscaba alguno otro objeto con la mirada que le sirviera para la clase, ya que pronto empezaría la teoría como tal —Aquí el que no habla, no pasa, que lo sepan —Añadió con una sonrisa pícara que dejó ver sus colmillos.

[Ela Karoline]

Estaba sorprendida de que pudiera cursar el conocimiento aquel mismo mes, por lo que no dudo ni se quejo en absoluto cuando, cuando recibió el mensaje para asistir al Ateneo de Conocimientos aquel mismo día, por suerte la hora era después del mediodía lo que le daba tiempo de un largo baño de relajación con algunas esencias que la tranquilizaran y avivaran la natural percepción de la sacerdotisa.

 

--Heyda estaré fuera esta noche, o parte de ella, por favor no dejes solo al príncipe de esta casa, cursare adivinación, ya sabes cómo contactarme si ocurre una emergencia-- dijo a la elfina de mayor confianza de la rubia, quien además la había atendido a ella misma desde que nació y ahora se hacía cargo del pequeño hijo del matrimonio entre Cye e Ishaya que pronto cumplirían otro año de feliz unión.

 

La rubia se dedico al baño, luego a elegir el atuendo, cómodo y sencillo, aunque no podía evitar darse pequeños lujos como la costosa seda de que estaba hecha la blusa en tonos blanco con un borde celeste y una falda en el mismo celeste. Finalmente sobre aquello, una túnica negra abierta a juego con sus zapatillas de taco mediano. Cuando estuvo vestida y calzada se dedico parsimoniosamente a su cabellera rubia, la peino con esmero y recogió la parte delantera en una trenza floja que caía hacia el lado derecho y de la cual salían pequeños destellos del centro de varias florecillas silvestres diseminadas en ella.

 

La Lockhart caminaba por los pasillos del ateneo en busca del recinto donde había sido citada, tenía muchas expectativas por este conocimiento y tenía la intensión de aprovecharlo al máximo, esperaba que fuera una de esas experiencias emocionantes en las que profesor y alumna se entendía a la perfección y la segunda absorbía como esponja la experiencia y consejos del primero.

 

Cuando encontró la estancia abrió la puerta, el ambiente adentro era totalmente diferente al ajetreo de los pasillos, las orbes celestes de la bruja se pasearon tratando de descubrir cada detalle, sus sentidos estaban alerta, percibiendo el incienso, las flamas de las velas, el casi imperceptible sonido de la tela por la brisa que al abrir la puerta se coló en el recinto, las estanterías, incluso los muebles y la mesa ratona, hasta que se detuvo en una elegante pantera negra que les devolvía la mirada sin inmutarse, la rubia camino despacito y se sentó sin apartar los ojos del animal, aunque el aura que percibía era diferente, tenía demasiada fuerza para ser solo la de un felino.

 

En un abrir y cerrar de ojos el animal cambio de postura y se abalanzo como si fuera a atacarles, claro que Cye ya tenía a Belisama, su varita asida en su diestra con la intención de usar el poder que le brindaba cierta magia uzza con los animales, pero tenía sus dudas y entonces sucedió, la pantera se transformo en el propio profesor del conocimiento. El se disculpaba pero la bruja estaba encantada de haberlo podido presenciar y de ahora poder identificar su aura, algo que le llevo muchísimo tiempo aprender pero que gracias a su raza sacerdotal y al constante entrenamiento y contacto con la naturaleza y con diversos clanes por el mundo había logrado.

 

Incapaz de interrumpirlo, escucho todo lo que les decía y luego lo observo desplazarse, buscar y encontrar un libro, el cual hojeo por un par de minutos hasta que al parecer encontró lo que buscaba y lo cerro abruptamente, y aquí venían las preguntas, algunas un tanto familiar dado que era vidente, aunque no sabía si se interrelacionaban entre si aquella habilidad y este conocimiento y cerró con broche de oro con palabras que bien podían convertirse en el lema de la clase “el que no habla no pasa”

 

--Cye Lockhart-- dijo a modo de presentación --La adivinación como su nombre lo indica es el arte de adivinar, predecir o descubrir cosas ocultas, según métodos que intuyo usted nos enseñara-- expreso con toda calma. --El uso de este conocimiento va a depender en gran manera de la naturaleza del mago o bruja, aunque seguramente el Ateneo se empeñe en que sea Buenos sus usos… nunca se sabe, en todo caso sirve para predecir eventos aunque en algunos casos por no decir en la mayoría no se pueda cambiar el rumbo del mismo-- dijo más como descubriéndolo para ella misma que como una respuesta.

 

--Y yo si lo creo totalmente útil, además sino porque íbamos a tener el ojo interior que es un don innato de cada individuo, algunos muy desarrollados, otros en total oscuridad o más bien dormido. Nada en la anatomía humana está de más es al azar. -- de pronto cayó en cuenta de que estaba hablando demasiado, para ser la primera intervención y que seguramente su compañera tendría más opiniones que aportar.

[Ky.]

Aquella mañana la jornada de trabajo para Aries había sido cansada y agotadora, la mayor parte del día se había dedicado a realizar actividades para el bando en el que estaba, eso sin contar con qué había tenido que estar presente en dos de sus tres negocios para el registro de sus mascotas. Claro que ninguna de las personas que se encontraban en aquel lugar tenían idea alguna de a que se dedicaba el Black Lestrange. No eran ni las 8 de la mañana cuando el joven ya estaba un poco cansado de la gente, así que no deseaba hablar con nadie.

El nigromante miraba el lugar sin prestarle atención a la pantera que se encontraba en el lugar, le llamaba la atención las bolas de cristal que se encontraban en el lugar, eso no significaba que no le impactará la excentricidad con la que el profesor de adivinación llegaba al Ateneo de conocimientos a impartir su clase. Acomodo su cabello mirando su reflejo en una de las bolas de cristal y a la vez notaba como el profesor dejaba su forma animal para convertirse en una persona.

—Buen día profesor Ravenclaw, debería considerar no volver a darle la bienvenida a sus alumnos en su forma animal, tiene suerte que ninguno de nosotros salió corriendo al ver semejante gatito ahí observándonos. ¬—dijo mientras tomaba una bola de cristal sin prestar atención a la fémina que estaba acompañándolos, hasta que la escuchó responder la pregunta que el profesor había lanzado para dar comienzo a la clase.

Aries puso los ojos en blanco mientras guardaba silencio sin tener interés en responder, tenía conocimiento del ojo interior, aun no desarrollaba aquella habilidad de predecir el futuro, pero estaba interesado en eso. Asintió mientras escuchaba la definición que la Lockhart daba sobre Adivinación, estaba de acuerdo con lo que ella decía, la adivinación era el arte de predecir el futuro ayudada de otras mancias pero no dijo nada de aquello.

—Estoy de acuerdo a la definición que la bella mujer ha dado sobre adivinación. —sonrió haciendo una mueca mientras trataba de no sonar tan prepotente y de mal humor. —Considero que como todo conocimiento impartido en este lugar tiene su utilidad y su inutilidad. Lo importante es que los profesores sean capaces de impartir todas las cosas útiles de su materia.

[Keaton Ravenclaw]

Cye fue la primera en tomar la palabra para responder a los cuestionamientos del Ravenclaw, donde indicaba, como si de un libro se tratara, la definición de la disciplina en Adivinación, aunque un libro muy básico, mus no ahondaba en la definición que el vampiro buscaba. En sí la adivinación era más que eso, pero eso lo descubrirían más adelante. Lo que sí resonó en la cabeza del profesor fue una frase que la mujer dijo como si nada pero que le causó un poco de escalofríos: "[...[en todo caso sirve para predecir eventos aunque en algunos casos por no decir en la mayoría no se pueda cambiar el rumbo del mismo." Esa era una concepción errónea, pero se aclara´ria después.

 

Ariel, fue el que habló en segundó lugar, haciendo hincapié en que esa manera de presentarse a sus alumnos, podría asustarlos y hacer que se fueran, a lo cual Keaton no pudo evitar soltar una carcajada, pues dudaba que los magos o brujas se asustaran ante un animal muggle, en lo personal, el vampiro se asustaría su hubiera un lethiefold o un basilisco, ahí si saldría despavorido, ¿pero por una pantera? no, jamás. En lo subsecuente, el Black Lestrange se dedicó a profundizar en lo cuestionado al principio de la clase, y con un duro golpe, descubrió que tampoco él tenia un buen concepto de la palabra Adivinación. Suspiró.

 

—Bueno mis niños, en general la definición es correcta, aunque no les voy a negar que esperaba un poco más de ustedes en las definiciones,sobretodo cuando ustedes ostentan una gran cantidad de conocimientos previos a éste. Pero precisamente estamos aquí para aprender, y eso es lo que trataré de hacer entrar en esas cabecitas suyas —Comentó —Cye, con tu definición, tuve una pequeña disyuntiva. En el caso tanto de la Adivinación como en la Videncia, que son artes muy similares, lo predicho SIEMPRE puede cambiar. Recuerda que todas las artes adivinatorias se basan en las decisiones o influencias que la persona sobre la cual vas a adivinar haya elegido en su vida, sin embargo, recuerda que también estas decisiones e influencias pueden cambiar, sobre todo para las predicciones a largo plazo —Comentó el Ravenclaw.

 

El ojiverde caminó por las estanterías y encontró, entonces, lo que estaba buscando hacía unos momentos. Tomó dos tomos del libro "El Mundo de las Mancias. De la A a la Z" los cuales entregó uno a cada uno de sus pupilos. Entrelazó sus manos, cerró los ojos y tomó una bola de cristal que estaba cerca y la colocó en una mesa ratona cerca. Se sentó el el suelo, cruzando sus piernas, y aún con los ojos cerrados, comenzó a mover sus manos por encima de la Bola de Cristal casi al punto de tocarla pero sin hacerlo. El humo blanco que se encontraba en el interior, comenzó entonces a moverse vigorosamente y, de pronto, se paró. Keaton debió sentir algún tipo de energía, pues de pronto abrió sus ojos y se puso a analizar el humo.

 

—¡Vaya! Pues si que se las verán divertidas, chicos —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja y volteó a ver a sus alumnos —No me hagan mucho caso, ya lo descubrirán a sus tiempo —Les comentó —Muy bien, ahora lo que vamos a hacer es un ejercicio para abrir el Ojo Interior. Necesito que con los elementos con los que cuenta la atmósfera de este salón, se conecten con la naturaleza, cierren sus ojos por unos momentos, el tiempo que sea necesario para cada uno, y cuando logren esa conexión y sienta correr las energía del universo por sus venas, abran el libro que les acabo de dar y busquen tres artes adivinatorias o mancias que deseen aprender —Les indicó —Cuando las hayan descubierto, me las informarán, y así mismo, con su introspección al Ojo Interior me digan la diferencia entre el Conocimiento en Adivinación y la Habilidad de la Videncia. Cye, tu posees esa habilidad, por lo que espero un poco más de ti. Pueden empezar —Señaló y se volvió a enfrascar en la lectura de la Bola de Cristal.

[Ky.]

No era común en Aries que se mantuviera callado y sin ningún comentario que hacer acerca de la clase, estaba algo tenso. El por qué había tomado Adivinación era porque Keaton se había vuelto como su escudero y quería encontrarse con él en un lugar que le pareciera cómodo y donde pudiera el vampiro llevar las riendas de la situación. Pero compartir la clase con Cye le había arruinado un tanto los planes. Su mente estaba tan saturada, tenía tantos asuntos que resolver en la cabeza, que había tomado el libro que el profesor le había extendido de manera automática, si lo estaba hojeando era todo de forma sistemática, sin prestar atención al contenido simplemente parecía como si lo que viera no le interesase mucho como para leerlo.

La voz del vampiro lo saco del trance, había dicho algo de pasarlo divertido, ¿a qué se refería con eso? No tenía idea, los profesores eran tan enigmáticos como ellos solos. Aun así, obedeció a las indicaciones de este y tomando asiento en el suelo del salón donde la energía de la tierra se podía sentir con mayor claridad, cerró los ojos. La conexión de Aries con su ojo interior fue un proceso tardado, debía dejar que todos aquellos asuntos pasaran para lograr tener la mente totalmente en blanco, pero cuando por fin la conexión se hizo, abrió los ojos y hojeo cada una de las mancias con mucho interés.

Las quería aprender todas, pero ahora necesitaba sólo dos. Así que lo dejo a la suerte, respiro profundamente y abrió el libro en una primera mancia o arte adivinatorio. Cartomancia, la predicción del futuro a través de las cartas. Realizó el mismo proceso una segunda vez, el resultado fue tan diverso, pues ahora se refería a la predicción del futuro con la lectura del café. Cafemancia. Ahora estaba listo para decirle cuales eran aquellas que deseaba aprender.

—Cafemancia y Cartomancia. —respondió quedándose callado unos minutos. Para responder las diferencias entre videncia y adivinación. ­—La mayor diferencia que veo es que la Adivinación es un arte para determinar el futuro, con procesos externos, que puede ser una predicción algo incierta, sin embargo, Videncia es una habilidad para poder ver el futuro a través de un proceso interno. —dijo mientras tomaba una bola de cristal y se empezaba a enfocar en las imágenes que está lanzaba entre las espesas nubes de humo negro.

[Keaton Ravenclaw]

Aparentemente a los dos estudiantes del Ravenclaw aquella tarea les estaba costando bastante. El vampiro entendía que tal vez la apertura del Ojo Interior no era sencillo, pero creía que las personas dotadas de Magia en su interior, deberían de poder encontrar la conexión en máximo media hora, pero ambos pupilos estaban ya sumergidos en una exploración más profunda que pensaba no acabaría pronto. Sin embargo, cada quien entendía al Ojo Interior a su tiempo, y él no era nadie para interrumpir ese lazo, y menos aún porque esa conexión era esencial para el resto de la clase.

 

EL primero en terminar, fue @, el cual con bastante decisión respondió a los cuestionamientos del Ravenclaw indicándole que sus áres de especialización para esa clase, eran la cafeomancia y la cartomancia. El ojiverde además escuchó la diferenciación entre Adivinación y Videncia, y al chico le pareció acertada, sin embargo, de momento no ahondaría en opiniones hasta que Cye diera también su punto de vista. La elección de Ariel, a Keaton le parecía excelente, de todas las artes adivinatoria, aquellas eran de las sencillas pero a la vez de las más precisas, debido a que eran las que se conectaban más rápidamente con el Ojo Interior.

 

—Muy bien, Ariel, tu diferenciación entre Adivinación y Videncia, me parece acertada, sin embargo, de momento no ahondaré en explicaciones hasta no tener la respuesta de Cye —Comentó —Por otro lado, me encanta que hayas tomado la cafeomancia y la cartomancia, son de las que mejor conexión tienen con el Ojo Interior y además son las más precisas —Empezó el profesor —La Cafeomancia, es, básicamente, la lectura de los posos de café dejado en una taza o en los filtros de una cafetera muggle o mágica. En el caso de la taza, ésta se voltea sobre un plato, se le dan tres golpes y se observan las formas que se generan en el fondo. Las figuras que se forman en la parte superior, son el futuro, las de la parte media, son el presente y las que se encuentran en el fondo, representan el pasado. Aquí, la interpretación varía entre cada lector, sin embargo, la significación en parecida —Comentó el ojiverde.

 

El vampiro entonces, se fue hacia un anaquel, tomó una taza de color crema, y fue a una estufa que hasta el momento había pasado desapercibida, donde colocó una tetera con café y la puso a calentar. Al cabo de unos minutos, el líquido negro comenzó a humear y se sirvió un poco en la taza. Con calma, el pelinegro se bebió el líquido, y se fue hasta donde Ariel con lya los posos formados.

 

—Ahora bien, la interpretación va así: las figuras que se formen, tienen ya valores preasignados para su lectura, es decir, hay presagios buenos y malos, y esto va depender de tu percepción y conexión con el Ojo Interior. Por ejemplo, elementos como soles, estrellas, cruces bien derechas, animales tranquilos, es decir, que no son depredadores, así como forma geométricas bien definidas, favorecen al que se le está haciendo la lectura; caso contrario, lunas, planetas, cruces torcidas o incompletas, animales depredadores y forma geométricas irregulares, predicen catástrofes. Ahora bien, me vas a leer a mi los posos del café en esta taza, para ello, te vas a ayudar de las indicaciones e interpretaciones de éste libro —Le entregó un cuadernillo empastado en piel, que llevaba por título "La Cafeomancia, interpretación de una vida" con el cual, la chica tenía su primer tarea práctico-teórica —Iremos paso a paso, empezaremos por esta arte, y posteriormente, pasaremos a la cartomancia —Indicó y esperó la lectura de su taza.

 

Keaton entonces miró de soslayo a @, la cual parecía aún no tener la conexión ideal con el Ojo Interior, lo cual le parecía sumamente raro, debido a su don de VIdencia. SIn embargo, le daría un poco más de tiempo, para que no se sintiera presionada, pero si tras terminar Ariel su primer tarea práctica ella aún no daba señales de haber hecho la conexión, desafortunadamente no pasaría el curso.

[Ela Karoline]

Cye se quedo contemplando al profesor, mientras escuchaba la respuesta de parte de Ariel a la primera pregunta, y posteriormente la explicación o aclaración de parte del Ravenclaw, no coincidía con algunas de las opiniones expresadas por la Lockhart pero la rubia estaba allí precisamente para aprender, cambiar lo que no era correcto y que el conocimiento de adivinación no le fuera esquivo, para la bruja era cosa de complementar conocimientos con habilidades y que fueran parte de un todo en su persona, tomo nota mental “Lo predicho siempre puede cambiar”.

 

Lo observo con detenimiento mientras daba paso por la amplia habitación, las estanterías llamaban la atención de la rubia, ya que era una ávida lectora, para ella leer era como el alimento físico y el espiritual, consideraba los libros verdaderos banquetes y los disfrutaba en verdad, así que cuando un tomo de “EL Mundo de las Mancias. De la A a la Z” le fue entregado se emociono, acaricio la tapa del libro para sentir su textura sin dejar de escuchar las palabras del profesor, pero completamente seducida por la idea de deslizar la vista por todas aquellas palabras que seguramente la harían profundizar en el mundo de la adivinación.

 

Vio utilizar la bola de cristal, ella tenía una, en la que nunca había pasado nada, quizás después de esta clase lo lograra, pero mientras tanto estaba intrigada por lo que aparecería en la que manipulaba el ojiverde, lástima que se paro abruptamente, si vio algo, fue solo de su dominio porque Cye quedo en blanco, justo como estaban sus ojos por un par de segundos. Negó con la cabeza cuando Keaton menciono que esperaba un poco más de ella, ¿Por qué, porque siempre esperaban más? Algo en su interior se rebeló, al punto de guardar silencio más del debido.

 

No podía negar que había desperdiciado tiempo, pues no cerró los ojos de inmediato, pero si se sentó en el suelo alejada de el otro estudiante, de quien percibía cierta hostilidad, no en sus palabras, era más bien en su energía, como si su presencia no fuera deseada, se encogió de hombros y observo el salón, las cosas a su alrededor, obviamente una sacerdotisa no necesitaba nada para conectarse con la naturaleza, nada más que meditación o su propia concentración, pero entendía el punto.

 

Por fin cerró los ojos y por cuestión de segundos se aisló de todo sonido, su mente se tranquilizo y las emociones dejaron de fluir para que la paz abriera su mente y se deshiciera de cualquier lastre energético que le impidiera avanzas, entonces el olor de las plantas, de la madera, el sonido de los arboles aun afuera del aula, en los jardines, llego hasta ella, y cual película en su mente los elementos se sincronizaron haciendo que el universo entero prestara su energía para que el ojo interior se abriera y cuando esto paso, aquel par de ojos celestes como el cielo de verano también se abrieron.

 

Sus manos abrieron el libro justo en la pagina que hablaba de ciertas mancias, escucho con atención las palabras del maestro sobre la última de las mancias que había elegido que casualmente resulto ser también la del otro alumno, luego dijo --Bibliomancia, capnomancia y la cafemancia es lo que me gustaría desarrollar-- concluyo apenas leyendo algunos trozos tras los sugestivos títulos y cerrando el libro de golpe, no sin antes fijarse en la numeración de la pagina elegida. --Para mí la diferencia entre una y otra (Videncia y Adivinación) radica en que la Videncia es real, tangible y completamente posible, veo el pasado, presente o futuro a través de mi ojo, mientras que la adivinación aunque usa también el ojo interior, es más una interpretación-- de momento era todo lo que podía decir, porque la primera la había vivido durante largas, extenuante, pero fructíferas jornadas con el arcano Sajag.

 

 

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@@Keaton Ravenclaw

[Keaton Ravenclaw]

Mientras que Keaton comenzaba a explicar la Cafeomancia a Aries, Cye pareció despertar de su trance, por que con total claridad, pudo escuchar la explicación de éste referente a esa mancia. Posteriormente, y cuando el profesor le dejó sus deberes a Aries, la Lockhart explicó la diferencia que ella entendía entre Adivinación y Videncia. No estaba del todo mal, pero había bastantes cosas que pulirle a esa explicación. El ojiverde tomó entonces un libro de literatura muggle, el cual llevaba por título "El Príncipe" de un tal Nicolás Maquiavelo. Se lo puso en las manos a Cye y se volteó hacia donde estaba su Ave del Trueno (ya casi llegaba su turno de ponerse en acción), y la miró con cariño mientras comenzó a explicar:

 

—En mi experiencia, Cye, tanto la adivinación como la videncia, son maneras diferente de ver el pasado, el presente y el futuro de una persona. Esa parte de que la videncia puede ser más tangible y completamente posible, no me parece algo tan cierto, como te mencionaba, las artes adivinatorias siempre son subjetivas, siempre pueden cambiar, y en el caso de la videncia, la adivinación no necesita de canal externo como lo puede ser una bola de cristal, una baraja de tarot, sino que se da natural, en sueños, en visiones, en algo que es meramente de nuestro interior, sin embargo, estas visiones también pueden cambiar, porque podemos ver, por ejemplo, las decisiones de alto funcionario de política, sin embargo, si éste decide cambiar de opinión y las circunstancias externas a él lo obligaran a rectificar el curso, la visión anterior quedaría invalidada —Comentó el Ravenclaw.

 

Y es que era verdad, la videncia podía ser incluso más peligrosa que la simple adivinación, pues se tenían visiones de la nada sobre acontecimientos que nos rodeara, mientras que la adivinación era algo más canalizado, deseado y que podía sólo predecirse lo que se pedía a esos canales por los cuales el Ojo Interior adivinaba. Pero bueno, el Black Lestrange esperaba que aquello le quedase más claro a Cye con el pasar de los años y de la experiencia tanto con la habilidad como con el Conocimiento.

 

—Ahora bien @, pasemos a tus mancias elegidas —Retomó —La Cafeomancia, pues bueno, ya escuchaste la explicación que le di a Aries, por lo que espero que te haya ayudado con esa parte y sobre cómo usarla, ya lo aplicarás en la recta final de la clase. Pasaremos de lleno a explicarte la Bibliomancia. Es una de las mancias más sencillas, pero de las que necesita una mayor concentración, pues no sólo basta dejar caer el libro y listo, como lo dice el Libro que les pasé hace rato, no, esto tiene un grado de complejidad con el Ojo Interior —Le indicó —Verás, antes de poder lanzar el libro al suelo, debes ponerlo sobre la palma extendida de tu mano izquierda y posteriormente colocar la mano derecha sobre él y concentrarte en qué es en lo que te va a ayudar o lo que quieres saber. Ésto, lo vas a practicar con el libro que te di, necesito que te concentres y me respondas tres preguntas con esta mancia: ¿qué está haciendo el Ministro de Magia que no se aparece desde hace mucho? ¿Qué destino nos depara con la ausencia de bandos? ¿cuánto más durará la paz en Inglaterra? Puedes empezar —Indicó y le miró con picardía.

 

—@, ¿cómo vas con esa lectura? —Se dirigió ahora a su segundo pupilo y esperó a que terminara de ver las imágenes que se formaban en la taza de café.

[Ela Karoline]

De nuevo la literatura se hacía presente, otro libro fue puesto en sus manos, y la rubia comenzó a preguntarse si era tan evidente su gusto por los escritos o era solo coincidencia, bajo la vista hacia la vieja pero bien cuidada cubierta, que parecía tener más de quinientos años, las letras “IL Principe” destacaban y por supuesto otras características propias de la época en que había sido escrito, entonces la rubia levanto la vista hacia el profesor, ¿Qué tenía en mente? Porque le daba un libro que con solo ver sus primeras páginas saltaba a la vista el nombre Lorenzo, un príncipe, un monarca, ¿Qué tenía que ver ella con la monarquía o más bien con cómo debía gobernarse”.

 

Pero Keaton se centro en la diferencia que Cye había mencionado entre la habilidad vidente y la el conocimiento adivinatorio, el decía que no le parecía algo tan cierto y reiteraba el hecho de que podía cambiar según las decisiones de los protagonistas, claro que Cye no había probado la otra cara de la moneda, es decir la adivinación por eso su experiencia se basaba más bien en la videncias, que en su caso habían resultado sucederse en circunstancias variadas, pero jamás mientras dormía, sino cuando estaba en pleno control de sí misma, no las buscaba sino que algún acontecimiento presencia las detonaba, quizás porque siendo sacerdotisa podía sentir y percibir de forma intensa cuanto le rodeaba con sus flujos de energía, que para ella eran tan únicos como un perfume o la esencia de cada persona.

 

Le explico que no necesitaba un canal externo o un nexo como una bola de cristal en las videncias, pero que la adivinación podía ser tan certera como las visiones. A la bruja tras el ejemplo dado solo le quedo asentir, porque lo que decía era muy lógico, le faltaba experimentarlo y estaba segura que con la practica ella misma podría encontrar otra manera de expresar esas diferencias que ahora poco podía.

 

Con total atención escucho la explicación de la Bibliomancia, basada en el uso de libros, ahora mismo no tenía entre manos una biblia que era lo que solían usar los muggles por su pureza, sino aquel legado de gobernación escrito por Maquiavelo, debía servir, sino entonces aquella mancia era un fraude. Pero sus pensamiento se interrumpieron cuando el profesor le pidió respuesta a tres preguntas por medio de aquel arte, con la primera pensó que era broma, con la segunda la sonrisa desapareció un pensamiento muy suyo se suscito “Ah sí claro, bandos, la Orden del Fénix no está desaparecida, seguimos más vivos que nunca, y al servicio de la luz…” otra vez sonrió acallando su propio pensamiento, por suerte era oclumante y sabia cuando alguien intentaba entrar en su mente, cosa que ahora mismo no estaba pasando y aseguraba que sus pensamientos eran solo suyos. La tercera pregunta, esa simplemente la medito con un suspiro.

 

Mientras el Ravenclaw se dirigía a su compañero, la bruja se centro en su tarea, en como ejecutarla pues era mejor fallar en presencia del mago y que este le corrigiera a que ocurriera fuera de aquella instancia. Se acomodo en el suelo no sentada, sino más bien arrodillada de forma cómoda como lo hacían los japoneses, eso le permitía libertad de movimiento con las manos y que la energía en su cuerpo fluyera sin trabas por cruces e inflexiones. Acaricio el libro, como si con ello se hiciera del contenido del mismo, lo puso sobre la palma abierta de la mano izquierda y con la diestra encima sintió entonces la conexión las huellas de cientos de manos sobre la cubierta, el paso del tiempo hasta la primera, fue cuando su ojo interior parpadeo por decirlo de alguna forma. Las preguntas que el mago le había formulado danzaban en su mente, fue entonces que dejo caer el libro.

 

EL compendio cayó al suelo frente a la chica, abierto y cuando esta acerco la vista la primera frase que leyó fue acerca de la clemencia, que esta debía ser usada en tiempos de paz pero no si reinaba el caos, pues un gobernante no debía guardarse de cometer actos de crueldad para restablecer el orden, “Es mejor ser temido que amado, cuando no se pueden reunir las dos virtudes”

 

--El Ministerio está gobernando desde las sombras… sin miedo al temor de los ciudadanos y a expensas de la popularidad o lo que muchos llamarían amor, toma las decisiones que cree ayudaran, aunque haya que olvidarse de ciertos preceptos como el bienestar, sacrificar a unos pocos es aceptable en pro de la mayoría-- concluyo, era como si eso que acababa de decir lo leyera, pero no estaba escrito en ninguna parte era la interpretación de su ojo interior.

 

No sabía si debía cerrar el libro y volver a intentarlo o simplemente leer otra frase. Entonces lo cerro de un golpe lo levanto rápidamente sin perder la conexión repitió el proceso anterior y lo vio caer, esta vez las primeras letras que se alzaron ante sus orbes celestes fueron sobre la virtud de la amistad, con el pueblo y no con los aristócratas o pudientes, la clave de un duradero reinado.

 

--La paz durara hasta que los ciudadanos quiera, mientras que el bien triunfe sobre el mal o hasta que el mal decida enseñorearse y mostrar su verdadera cara en los rostros de los gobernantes y artífices mágicos, como el Ministro-- y la frase que leyó más abajo respondía claramente la pregunta de los bandos, pues mencionaba que el poder absoluto silencia opiniones y crea el nacimiento del conformismo o de la antipatía en cuyo caso la ultima es potencialmente peligrosa.

 

--Nos esperan tiempos en que la conformidad sea parte de sentir, nos espera el silencio y una dualidad de pensares como la fe en lo incierto y la añoranza de lo vivido, Pero la última palabra la tendrá quien esta rigiendo los destinos, porque sin voces que se alcen cada quien caminara hacia donde le señalen-- por supuesto esta no era su apreciación personal, aunque tenía una como secreto miembro de la gloriosa Orden del Fénix, pero sus palabras obedecían a un interpretación general y no personal.

 

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@@Keaton Ravenclaw

[Ky.]

La certificación de su conocimiento en Adivinación había sido como volver a clases, un proceso largo y tardado, sobre todo aburrido. ¿Es que acaso el Ravenclaw no se había dado cuenta que sus alumnos ya habían pasado por Hogwarts? Pero no dijo nada, ni si quiera puso atención para cuando este le entrego un libro de la lectura del café. En su lugar, se dispuso a girar la taza con el asiento que había en este sobre un plato de porcelana, con ayuda de su varita, la hizo girar tres veces al lado contrario de las manecillas del reloj y por ultimo dio tres golpes con su varita sobre la taza antes de girarla para ver que figuras se formaban en su interior.

El nigromante vio varias figuras en su interior, la figura de lo que bien podía ser un águila o un ave, al fondo de la taza, un caracol justo en la parte en la que quedaba representado su presente y en la parte final en el borde se podían ver diferentes figuras, un rayo, un velero y un ojo. El nigromante sonrió, aquella lectura que él estaba haciendo era para develar algunas situaciones del profesor, así que espero a que este le preguntará y asintió.

—Ya lo tengo, ¿es acaso que usted quiere abrir un negocio? Si es así este pronto se va a lograr, sino, algo que lleva esperando desde hace tiempo es posible que pronto se dé. Los caminos que eliges para llegar a tu meta no son sencillos, pero poco a poco va a lograr eso que tanto quiere. Deberías hacer uso de tus encantos para lograr tus metas, disfrutar de la vida al máximo todos sus logros dependen solamente de ti.

Si bien no había encontrado nada feo en aquella lectura del café opto por caminar hasta donde se encontraba una taza de porcelana y la llenó de café. Lo endulzó un poco antes de beber su contenido, debía aprovechar que su ojo interior se había despertado para saber acerca de lo que le esperaba. Bebió el contenido y realizó los mismos pasos que había hecho con la taza proporcionada por el profesor.

La primera figura que vio al fondo era una fruta y una ballena, en la parte media se podía ver un unicornio, el número 2 y una Luna, para el borde de la taza se podía apreciar el número 7, y lo que bien parecía ser un hueso. Mientras comprendía lo que pasaba en su vida se quedó en silencio. Alguien de su pasado lo visitaría, eso indicaba que su melliza podría hacerse presente y que aquello podría si bien traerle remuneración económica o quizás eran dos eventos por separado. Posiblemente en su presente, 2 personas lo consideraban una persona interesante gracias a su visión llenas de fantasía, ya que era una persona irritable y lleno de sensibilidad. Para su futuro algo podría ocurrir en los próximos 7 meses, algo que tenía que dirigir a varias personas, posiblemente era su gran oportunidad de estrenarse como el Nigromante que era y eso lo llenaba de tanta emoción. Pero no dijo nada de su lectura, estaba seguro que la interpretación de lo que se veía dentro de la taza dependía de cada persona.

—Es momento de empezar con la lectura del tarot, no es así, Profesor Keaton.