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- Hell MooN - (MM B: 110639)


Malum Luxure
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Alessandra Delacour, encubierta del C.C.U

 

 

 

La Delacour sonrió ante lo dicho por Lady, era grato verla tan relajada y más el hecho de compartir noticias sobre Alex con ella. Aún se sentía culpable por no poder haber estado.en el nacimiento del niño pero Richard y el embarazo de su esposa la tenía ocupada además del trabajo y la Orden. El barman le tendió la bebida pero la rechazó con una sonrisa y una negación con la cabeza.

 

Sólo tomaba alcohol cuándo estaba en su casa por alguna fiesta fuera de eso no era muy hábil al beber, se mareaba y comenzaba a reír cómo loca cuándo se pasaba de dos copas.

 

-Prefiero agua fresca o jugo- le pidió, el barman muy amablemente le dio un vaso lleno de agua con hielo a lo que Alessandra bebio de un trago.

 

-Tengo un bonito y enorme perro de peluche guardado para el- le informo a su hermana.

 

Aun no se acostumbraba que fueran familia, la miro fijamente mientras hablaba con Garry y este le explicaba como se conocian. No se parecian mucho salvo su piel blanca, un par de gestos y su altura, sangre pero no familia, que tenian la misma alma de un antiguio demonio dividido en dos, pero asi era, los demonios tenian poderés desconocidos para el mundo y su caso era uno muy extraño y nada recomendable. Aunque amaba a Perenela y a Esteve sus padres quienes la procrearon sentia cierto rencor tambien por ambos y su abandono para mas tarde descubrir que no solo tenia a Lady como hermana y un padre que no era Esteve sino un fantasma Luxure sino otro hermano de parte del Delacour.

 

Fruncio el ceño para despejar aquéllo, no era momento para pensar en su familia y en el lío que había en ella, estaba trabajando y debía mantener la mente en eso, el barman le tendió otro vaso con agua a lo que ella le sonrió y susurró "gracias".

 

- No, no sabía que a mi hermana le gustaba los boliches-la miró con una ceja levantada, sabía que la muchacha amaba las fiestas pero ya de ahí tener un negocio así le resultó hasta cómico-nadie sabe que estoy emparentada con los Luxure- le comentó a Garry.

 

<<- Nisiquiera mi madre->> pensó con amargura en la Potter. Bebió otro poco de agua mirando a un par de personas que parecían bastante idas bailando.

 

- Oye no deberías de vender tanto alcohol- le dijo a la pelirroja señalando a los bailarines que parecían estar en las nubes.

 

- Y ustedes como se conocieron?- le preguntó a ambos magos - no estabas casado Garry?- aquéllo iba directo para el Ollivander pero miraba a Lady ante el abrazo tan descarado que le daba.

 

 

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Garry M. Ollivander, encubierto C.C.U.

 

Dio un trago más a su cerveza, casi terminando con la del vaso, ahora que no tiene que liarse para encontrar a Laddy se siente menos tenso. La música en el fondo era bastante fuerte ahora, voltear a la pista de tanto en tanto no parece algo extraño entre la gente que solo bebe o descansa en algunas de las salas más privadas. Alessandra no hace excepción de aquello y el muchacho distraído sigue con la mirada hasta donde la medimago jefe señala a un par de gentes bailando justo en medio de las pistas, las luces y el ritmo de la canción lo hacen sentirse mareado de mirar por más tiempo. Garry sonrió divertido, pensando al fin en lo primero que Lady le había dicho; definitivamente estos lugares no era para él.

 

Lady es una vieja amiga de… ¿la academia?-, el muchacho negó con la cabeza, no estando muy convencido de lo que dice, pero no parecía preocupado o apurado por sus palabras, al elfo detrás de la barra hizo una seña y con un gesto amable pidió una pinta más. ―Oh no, ¡El departamento de criaturas!-, aseguró esta vez al tiempo que volvía sus pálidos ojos a Alessandra. ―Era ella un aprendiz entonces cuando yo lo deje…-, nunca ha dado los motivos de por qué dejo Ottery entonces, incluso, cuando Bel Evans insiste en ello, él siempre cuenta una historia distinta. ―Y ahora es…la directora…-, le sonrió a Lady, no es una grande sonrisa porque en su rostro el gesto causa estragos, pero es genuina.

 

Mientras levanta el tarro en señal de brindis por Luxure, Garry piensa entonces en lo ha dicho, y en lo que Gryffindor les había revelado a Alessandra y Garry en the hunters. Un trago más de su cerveza alivio la resequedad en su garanta.

 

¿Uhn? Ah sí, bueno lo estaba, con Bel…-, es posiblemente la primera vez que lo dice, al igual que cuando contrajo nupcias con la Evans, supone Garry que la gente siempre se entera de todo aun cuando no necesita contar las cosa. ―Hace unos meces que hemos acordado el divorcio-, evita el gesto de encogerse de hombros como si no fuera importante, la verdad es que los temas sobre la relación entre Bel y él aún se le complica explicar a los demás, no porque no sabe que es lo que existe entre ellos, sino más bien porque la gente inusualmente entiende el vínculo que une a Evans Ollivander. ―Era lo más justo para ella…-, esta vez casi murmuró, asintiendo y desviando la mirada del par de brujos que lo acompañan.

 

El ruido que se escucha de un montón de botellas rompiéndose en uno de los cuarto privados, sobresale de la música, Garry compartió una mirada extrañada con Alessandra antes de luego volver con Lady.

 

Creo que se han enfiestado de más ahí ¿eh?-, sonrió nuevamente de medio lado, con los extraños ojos esta vez sobre los de la pelirroja. ― Debe ser un poco cansado liar con gente problemática que viene aquí ¿no? Quizá es algo sobrado, pero no puedo evitar preocuparme por usted; ¿tiene seguridad aquí Luxure?

 

 

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  • 1 mes más tarde...

En medio del show que estábamos brindando sobre la barra con mi madre, en pleno estado de ebriedad, se me acerca @@Albus Severus Black reclamando un beso, al cual me acerco al mismo, para depositarle uno en la mejilla y reír tímidamente mientras @ me jalaba del brazo para seguir bailando - Espero que te encuentres bien y que tu día haya sido leve, no quiero que tomes una imagen de mi que no es por la nota, solo estoy algo ebria querido Albus.-

 

Al girarme vuelvo a clavar mi mirada en el joven que había entrado no hace mucho al lujurioso y turbio bar, no puedo quitarle la mirada de encima, me tiene hipnotizada el color de sus ojos, me llena de intriga. Ignorando lo que sucede a mi alrededor, mi padre quiere que juguemos un poco, es algo aterrador y divertido jugar con la vida de un ser, y mas con la miá, me gusta arriesgarme todo el tiempo, juego mucho con fuego y no tengo miedo de quemarme - La magia Gitana que corre por tus venas y de la que tanto presumes, también corre por las miás, así como el ego exagerado de mi madre, la palabra "Gitano" proviene de "Egiptano" se creía en un principio teníamos origen en Egipto querido padre, pero la realidad es que no es así, no tenemos tierra, pero eso no es motivo para no estar orgullosos de lo que somos, digamos que en mi hay tanto de vos como de ella, y todo este tiempo, estuve viajando sin tener un lugar propio, me dejaron a mi suerte y yo decidí saber sobre mis orígenes, si no como crees que los he encontrado?-Sentencie.

 

Me baje de la barra acomode mi vestido, me dirigí al joven que había visto entrar al bar, tenia puesto un saco azul oscuro que le sentaba bastante bien, estaba dispuesta a tomar algo con el, realmente es alguien muy atractivo, me senté a su lado y lo observe detenidamente - Mucho gusto, Selenne Luxure, es la primera vez que vienes por aquí?- Sonreí de lado, me acerque y le tome el rostro con una mano con ternura y deposite un tierno beso en su mejilla.- Una cerveza.- le dije al elfo mientras no dejaba de mirar al joven que tenia a mi lado.

 

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  • 4 semanas más tarde...

La única señal de aparición de la bruja en el callejón fue el propio reflejo de la misma sobre uno de los charcos que plagaba el camino conectando las tiendas. Hacía horas que la noche había caído sobre Diagon y la luna iluminaba levemente los pasos de la chica a medida que esta avanzaba acomodando su capa de terciopelo gris sobre sus hombros, resguardando la pequeña bolsa de piel que portaba. En algún momento de su creación la bolsa había tenido un color marrón aperlado caracterítico del topo al que había pertenecido, pero el paso del tiempo la había ennegrecido haciendo que resaltase entre su capa de viaje pese a sus esfuerzos por no llamar la atención hacia ella.

 

Lo cierto es que poco le importaba. Aquel que decidiese aventurarse a robarle aquello vería truncado sus esfuerzos al descubrir que ella y solo ella podría abrirla- una de las tantas cualidades de aquella piel- y Evedhiel no dudó en que quien quiera que se atreviese a robarlo, devolvería tal macabro contenido en cuanto... bueno en cuanto los efectos empezasen a hacerse presente.

 

Un letrero mal iluminado, entre tantos otro bares del callejón llamó la atención de la bruja. No tanto por su aspecto hogareño sino por la promesa de música en directo de bandas poco conocidas que diesen algo de falsa privacidad ante una muchedumbre, seguramente un tanto embriagada, como para interesarse por los quehaceres de la chica. La chica y su acompañante, pues esperaba que este último hubiese recibido su mensaje habitual en forma de posavasos.

 

Mientras entraba en el local y sus oídos se inundaban de los acordes de una canción desconocida, pensó en la última vez que había decidido aventurarse a un bar. Apenas unos meses y aún así lo suficiente como para poder ser otra persona.

 

-Afortunadamente- dijo mientras elegía una de las mesas algo alejadas del escenario, en una de las esquinas.

 

Se quitó su capa de viaje y antes de acomodarse en la mesa a esperar a Eobard, se acercó a una de las barras a pedir algo de beber.

 

-Un elixir burbujeante de frutas del bosque- dijo, pensando en su ultimo encuentro con el mago y los efectos del alcohol intentando evitar pensar en cualquier posible efecto que la bebida pudiese ejercer sobre ella y decidiendo finalmente sobre la opción más segura-

 

La mesonera la miró con un ceño poco agradable, entre sorpresa, incredulidad y molestia.

 

-Y... algo de ese licor- dijo la chica, señalando a la misma botella de la que había robado un trago al vaso de Eobard en el barco de las arenas-

 

Cuando tuvo ambas bebidas se sentó en la mesa, esperando situando el contenido azul al lado de la suya propia color violáceo.

 

Estuvo apreciando un rato la música en directo, algo molesta por la falta de entonación de cuando en cuando en cuanto tocaban alguna de las canciones que Evedhiel conocía. Pasados dos minutos , sin embargo, su mente curiosa se alejó un poco de las canciones y de manera obnubilada empezó a pasar un dedo por las cicatrices de su mano izquierda, apenas visibles ya gracias a la magia experta de alguno de sus parientes, pero aún apreciables al tacto.

 

-Le dije a Zoe que me pasaría por su local- pensó distraída, como regañándose a si misma. Quizás la noche los llevase allí. Quién sabe?

 

 

 

>>>And I've missed your ginger hair.... why don't you come on over... Vaaaaaleeer..<<<<- El sonido de la versión de la canción de la banda muggle The zuton's inundaba el bar

 

 

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Era bastante osado, si es que aún recorría las calles del Callejón Diagón a altas horas de la noche. No porque el área fuera insegura, por que no lo era, hasta dónde sabía; más bien, por decidir no encender su varita mágica para iluminar el camino, considerando su los límites visuales que le ofrecían sus globos oculares. Vamos, que eran detalles así, los que le agradaban de ser humano.

 

Ay, tienes que estar bromeando.

 

Se topó con el cartel de un local rectangular de aspecto lúgubre, aunque no tanto como el ya conocido Caldero Envenenado. La luz de neón iluminaba cada rincón de sus facciones de un molesto rojo, como si al Black Lestrange le hubiesen transmutado la piel para que pareciera un jitomate humano. El cabello, por otra parte, parecía cubierto de sangre, pues los mechones rubios absorbían toda la intensidad de dicha fuente de luz.

 

Dubitativo sobre adentrarse al lugar o no, metió una mano al bolsillo de los pantalones cortos, hayando el portavasos que usaba como medio de comunicación con Evedhiel. Sí, debía ser el punto de reunión, así que, sin más, se adentró en aquel mundo de luces, dónde se sintió muy afortunado de no volverse epiléptico debido a la rápida transición entre los colores.

 

La música no ayudaba, mucho menos el barullo generado por la banda que interpretaba una canción en ese instante en el que Eobard había hecho presencia. Sopesó la idea de marcharse y acordar un lugar menos concurrido, pero de inmediato descartó la idea al vislumbrar una cabellera cobriza que reconocería hasta en el desierto del Sahara.

 

¿Acaso el calor africano lo había perseguido hasta Londres?

 

Well, well, weeell... extendió ambos brazos al acercarse a la mesa dónde se encontraba sentada la joven Yaxley. Tal parece que pasaron siglos desde la última vez que nos vimos.

 

No esperó una invitación para sentarse, y es que su interlocutora parecía más entretenida con la mano izquierda, que con la bebida que tenía frente a ella. A simple vista, no parecía haber cambiado en nada. Identificó el líquido peculiar que había bebido en el Barco de las Arenas, vertido en el recipiente situado en el otro extremo de la mesa. ¿Es que acaso no había tenido suficiente? Con varita en mano, hizo crecer una pequeña uva de la punta de ésta, para que se depositara en la copa, antes de colocar el fragmento de álamo temblón sobre la mesa.

 

Peculiar lugar, plagado de más gente que el de la última ocasión. Aunque, bueno, quizá sea la mejor opción para ponernos al día.

 

Se reclinó sobre el respaldo del asiento, mientras depositaba sus manos sobre la porción de la playera de manga larga azabache que cubría su estómago, como esperando el inicio de algún relato. El detalle que mejor recordaba de sus encuentros con la Yaxley, era la inexistencia de una constante en cuanto a su estadía en los locales. Bien podrían estar cómodos ahí, y de un momento, salir disparados a otro lugar.

 

@Evedhiel

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Casi había acabado la canción y Evedhiel aún la tarareaba en su mente, como mofandose de ella misma por dejar que aquel grupo de desafinadores se entrometiese en su cabeza. El perfume conocido entre almizcle y la substancia agradable que aún no había podido identificar y que asociaba con Eobard delató al mago antes de su voz.

 

Con los brazos abiertos, y una sonrisa enigmatica en la cara, su acompañante saludó a la chica y Evedhiel se quedó a medio camino de levantarse a darle un abrazo del que ni ella misma había esperado cuando el mago se sentó frente a ella, adornando la bebida con una uva. La chica disimuló su posición a medio camino entre sentada y de pie ajustando la capa de viaje que reposaba junto a ella, preguntandose a si misma porque siempre tenía que ser tan rara.

 

El mago parecía a grandes rasgos, contento de verla, aunque si algo había aprendido de sus aventuras con el chico esque Eobard era una persona dificil de interpretar. Quizás fuese justo aquello lo que Evedhiel consideraba atractivo del tiempo que compartian. Sin embargo, parecía no estar muy cómodo ante el lugar que habían escogido, y la propia bruja se encontró teniendo que alzar la voz para saludarlo, algo molesta y sin embargo contenta ya que era justo aquello lo que había querido.

 

-Me sorprende que hayas contado con tanto esmero el tiempo desde nuestro último encuentro, mister tiritas- dijo la chica, guiñándole un ojo a modo de broma- Pero sobre todo, me sorprende que te hayas aventurado a venir despues de que la última vez casi morimos a manos del fuego maldito- añadió.

 

Dió un sorbo a su bebida, para iluminarse con la idea del hechizo perfecto:

 

-Muffliato- Dijo, apuntando alrededor impidiendo que el resto de los presentes de la sala pudiese oir de que hablasen. Alzó de nuevo su varita y su hechizo siguiente redujo el volumen del grupo de música y los demás magos y brujas que llenaban el bar.

 

-Perdón por la elección del sitio- dijo algo abochornada- Como comprobaras en breve, el motivo de nuestro encuentro requiere la menor atención posible, y no pude imaginar un sitio donde la atención este más focalizada en un punto ajeno a nosotros que en un...- se paró un poco forzándose a si misma a no llamar aquello música- espectáculo así.

 

Evedhiel no añadió la segunda razón de su motivo de reunión en un sitio aglomerado. Sabía que los conocimientos del mago lo llevarían a entender el porqué en el momento que terminase su historia, se giró levemente hacia donde reposaba su capa de viaje, que camuflaba la bolsa de piel de topo y movió su capa sobre la mesa sirviendo de muro improvisado a miradas curiosas.

 

-No esque necesite un motivo para querer reunirme contigo-dijo sonrojandose e intentando mantener un tono de voz tranquilo mientras sonreía.- Sin embargo, y en esta ocasión necesito tu ayuda- enfocó por primera vez su mirada gélida directamente en los ojos del mago y añadió:-si quieres prestármela-

 

Pausó por un momento su discurso, intentando no dejarse llevar por la tendencia Yaxley al misterio, pues sabía que precisamente un Black Lestrange no apreciaría el trazo hereditario de aquella acción. Bebió un poco del contenido de su copa, alegrandose de que no hubiese alcohol alguno que nublase sus palabras.

 

-En esta bolsa hay tres objetos.- dijo finalmente- Me temo que no sería prudente para mi exponerte a ellos sin motivo así que puedo entender que no estes dispuesto a otra aventura, y si es así puedes acabar tu copa e irte- dijo, apenada ante la idea de ver la figura de Eobard marcharse por donde vino- Si estás tan loco para quedarte- dijo sonriendo intentando quitarle peso a la situación- deberás saber que al menos uno de los objetos es muy peligroso- hizo una pequeña pausa debatiendo si contar cuánto de peligroso, y acariciando de manera instintiva la parte de la bolsa que contenía el objeto del que hablaba, el más grande de los 3- Y que yo no puedo controlarme por demasiado tiempo ante su presencia, así que no puedo asegurar al 100% que vaya a ser de mucha ayuda... durante parte de nuestra aventura-finalizó.

 

Los ojos de la chica reflejaban auxilio silencioso y su mente luchaba una batalla interna para salir del bar y marcharse a los requisitos del libro de nuevo o quedarse allí y pedir ayuda por primera vez en 5 meses.

 

Eligió la segunda opción, temiendo haber asustado a su acompañante con tanta charla y aún así esperando que Eobard hiciese lo mismo.

 

 

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El tiempo es relativo, mi querida señorita Yaxley. Me conoces lo suficiente como para saber que no rechazo la expectativa de una arriesgada aventura.

 

Carraspeó con suavidad, seguido de una sonrisa disimulada. Si bien, estaba un poco obsesionado con los temas que se referían a la manipulación del tiempo, y el legado que quería dejar, en ocasiones se dejaba llevar por temas menos sobrenaturales, como el tiempo que pasaba entre los dos últimos encuentros de dos personas, como Evedhiel y él.

 

En cuanto la joven conjuró el hechizo de privacidad, el Black Lestrange casi se da un golpe en la frente. ¿Cómo había podido ser tan descuidado? Cerrando el puño, puso la mano en alto, como si enarbolara un guantelete con un par de gemas espaciales, contribuyó al Muffliato a través de la invocación del poder del anillo salvaguarda contra oídos indiscretos. Ahora sí, estaban seguros ante cualquier intento de algún pobre diablo por escucharlos entre tanto murmullo.

 

Mantuvo silencio mientras Evedhiel le explicaba la naturaleza del encuentro. Le pareció un poco tierno el hecho de que cualquier excusa fuese buena para verlo, aunque también se esforzó por que su rostro no se coloreara como un jitomate. Nada de eso. Debía concentrarse, y para ello, le dio apenas un sorbo a la bebida en la que había depositado la uva con discreción.

 

A ver, repasemos. apoyó los codos sobre la mesa, posando las yemas de ambas manos sobre sí mismas, como formando un triángulo. Trajiste contigo tres objetos. Me aseguras que uno de ellos es peligroso, pero no me dices mucho de los otros. Tampoco me das una garantía de que no me atacarás bajo su influencia. Tengo un mal presentimiento sobre esto.

 

¿Y cómo resuelvo una ecuación, si no tengo todas las variables?, pensó, ahora tamborileando los dedos de la diestra sobre la mesa. Rió para sí, deleitándose con la expresión de desconcierto de Evedhiel ante su aparente desconfianza para ayudarle. Acto seguido, extrajo de un costado de su capa, su varita personal, la de nogal negro. Seguramente la Yaxley la reconocería, pues se trataba de aquel artefacto con el que le había conocido. Apuntando hacia la bolsa, susurró un Specialis Revelio, a ver si lograba obtener más información del asunto en el que estaba a punto de entrometerse. Con aquella varita, se le hacía fácil reconocer la magia oscura, sobre todo porque él mismo era un experto. Pero. Nada, como si la bolsa fuera una simple masa de aire.

 

Okey, ya probé un método convencional. Ahora, como conocedor de las artes oscuras tengo que preguntar, ¿de dónde sacaste estos artilugios? Y, más importante, ¿qué tan familiarizada estás con la temática de los Horrocruxes?

 

Recordando el efecto que causaba el diario de Tom Riddle, todo era posible. Consciente de que eran demasiadas preguntas, hasta para él mismo, decidió dar un pausa, y se volvió a reclinar sobre el asiento, para disipar un poco el aura de misterio.

 

De nueva cuenta, me suena a que este encuentro será emocionante. Count me in.

 

 

@Evedhiel

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Evedhiel relajó sus tensos hombros ante el hechizo de salvaguarda del mago, tranquila de saber que ambos entendían la gravedad del asunto, por pocas piezas de información que hubiese decidido prestarle.

 

Los acordes de la ultima canción del grupo que animaba la sala rompieron el silencio mientras Evedhiel intentaba desentrañar los pensamientos de Eobard. Su gesto tranquilo parecía, sin embargo.. curioso? había captado la curiosidad del mago? Intrigado quizás ante la imagen en una de sus manos de un triangulo preciso del que el mago, solo conocía una de las puntas. Al menos por ahora.

 

El mago realizó unas florituras con una varita que la chica conocía y Evedhiel dió un trago a su vaso, esperando exactamente el efecto de aquel encantamiento. Nada. Eobard parecía contrariado ante la inutilidad del specialis revelio y sin embargo Evedhiel atisbó un cierto gesto de decepción en sus ojos. La bruja agarró una de las asas de la bolsa, impaciente y a la vez molesta.

 

-Ese fue mi primer intento. También nulo, por cierto- dijo, abriendo la bolsa despacio mientras el mago volvía a hablar preguntandole sobre el contenido de la bolsa y su relación con horrocruxes. La pregunta del mago acerca de los objetos fue la confimación que necesitaba. Sus palabras aceptando aquella aventura no fueron más que aderrezzo en aquel momento.

 

 

Finalmente abrió la bolsa, metió la mano en ella sacando el primer objeto. Se mordió el labio y suspiró intentando controlar sus pensamientos y la llamada de lo que acababa de agarrar con la mano.

 

Sobre su capa de viaje, Evedhiel depositó el objeto. Para la chica tomaba forma de un libro con sus iniciales en la portada de cuero. La portada magullada estaba manchada en porciones de su propia sangre, pero Eobard no necesitaba saber aquello. Al menos no por ahora. El libro pulsó sobre las palmas magulladas de Evedhiel exigiendo el pago que le había negado desde hacía varias horas y Evedhiel se esforzó por hablar y aislar su cabeza de los llamados del objeto.

 

-Nuestro encuentro en el Sahara no fue mi primer recorrido por el desierto.- empezó a decir la bruja, jugueteando por los bordes del objeto mientras hablaba- mi antiguo trabajo en MACUSA exigía ciertos recorridos esporádicos- continuó sin darle mucha importancia e intentando no entrar en detalle- el ultimo de los cuales fue especialmente duro y acabó con el desierto- sonrió para si misma ante el eufemismo que usó para nombrar a Xander Carrow- se despojó de estos tres objetos.

 

Observó a Eobard, como atesorando fuerzas para seguir. En el pasado había sido muy protectiva con el libro, y nunca antes había dejado que nadie más pusiese sus manos sobre él. La mezcla entre la vergüenza ante su ingenuidad, temor a lo que el objeto pudiese desvelar sobre ella, el miedo de que el objeto pudiese... poseer a alguien y la necesidad por otra parte de explicar que había estado inundando su mente desde que se decidió a compartir aquello con Eobard inundaba su cabeza y necesitó fijar de nuevo la mirada en su acompañante para continuar.

 

-Este primero..- dijo finalmente y como si verdaderamente le costase esfuerzo apartar sus manos de él- toma forma de libro desde que lo encontré. Sin embargo, y por lo que he podido descubrir acerca de él no tiene más forma que aquello con lo que lo asociemos. Así que por lo que sé tu podrías estar viendo un objeto totalmente distinto a lo que yo veo.- sonrió acercandoselo al mago mientras notaba como el libro se enervaba y enfurecía ante aquel gesto simple.

 

-Me preguntabas qué sabía acerca de Horcruxes..- añadió Evedhiel- Antes de esto... nada. Ahora, prácticamente todo.- rió irónicamente- Aunque no creo que esto sea un Horcrux. Por lo que he podido adivinar y... me ha dejado descubrir- dijo hablando del objeto como si tuviese vida- Tiene una particularidad bastante...curiosa- añadió esperando la reprimenda mencionando su ingenuidad y como debería haber sabido más que aquello y como se había podido meter en aquel embrollo- Requiere pago por cualquier información que proporcione.

 

Evedhiel movió sus dedos a una de las cicatrices casi desaparecidas de sus manos, intentando no hacer obvio su gesto pero lo suficiente como para que el mago entendiese la vinculación de ella a aquel objeto y el porqué quizás no fuese totalmente de fiar en aquella ocasión.

 

El gesto del mago era díficil de leer y la chica agradeció que la iluminación en aquel bar fuese tíbia pues el odio hacia si misma por la torpeza de las elecciones que había hecho y su debilidad nublaba sus ojos y gesto. Como si estuviese totalmente expuesta y acabase de confesarle sus miedos más profundos antes de que el objeto los revelase. Mostrando su vulnerabilidad, la peor pesadilla de la chica.

 

Tragó saliva y dejó que el mago inspeccionase el libro preguntándose que forma tomaría para él y de que manera lo intentaría atraer a que, como la chica, pagase para entenderlo más.Volvió a meter la mano en la bolsa y sacó los otros dos objetos restantes: Un giratiempos plateado algo magullado y deformado por el paso del tiempo y una moneda acuñada con el símbolo de Hogwarts.

 

-Estos dos últimos objetos no han captado tanto mi atención- dijo tras su pausa- al menos no hasta hace dos semanas. Verás, pensé que la mayoría de giratiempos habían sido destruidos, por eso me extraño encontrar este. La otra peculiaridad del giratiempos, aparte de estar hecho de plata, es que no esta en su posición neutro. Calculando el eje de rotación con respecto al eje de base yo diría que hay 5 vueltas en él. - Pasó el objeto a Eobard y una voz en su cabeza pensó que así podría recuperar su libro. Evedhiel la ignoró. -Después de los efectos del libro entenderás que he sido reacia a aventurarme a donde quiera que lleve aquellas vueltas sola- Se sonrojó de nuevo, preguntándose si la vulnerabilidad emitiría un halo enorme alrededor de su cabeza- De la moneda apenas tengo ninguna información.

 

 

La multitud rompió en aplausos y vítores,irónicamente justo cuando la chica terminó de hablar. Al parecer la banda tocaba uno de sus clásicos. Evedhiel no podía estar menos interesada en la multitud o en la banda. Sus ojos iban de cada uno de los objetos a Eobard y de nuevo a los objetos, de manera tímida. Daría parte de su bóveda en Gringotts por leer la mente del chico. Especialmente en aquella ocasión.

 

-Suficiente interesante para tu mente curiosa?- dijo intentando romper el silencio y la tensión en aquel rincón del bar. Acabó su copa tentada ahora del contenido de la del mago.

 

 

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Así que...trabajaste en MACUSA. una bombilla se encendió en los recuerdos del Black Lestrange. Inmediatamente, adoptó esa posición de cabeza ladeada hacia la izquierda, como cuando tenía una cierta duda. Peculiar órgano de gobierno, estoy seguro de que me extrañan ahí.

 

Esbozó una media sonrisa, recordando las razones del exilio a Europa. A los magos norteamericanos se les conocía por ser más bien burocráticos, siempre queriendo salir del embrollo con discursos, por lo que imaginarse a Evedhiel en un trabajo como ese, definitivamente no encajaba. Aún así, la imagen le parecía bastante divertida, lo suficiente para encoger los hombros, manteniendo la curvatura en sus labios.

 

Notó que la joven había decidido ir al grano, por lo que se preparó mentalmente para afrontarse a objetos que no dudarían en arrancarle un brazo. O eso pensó, pues el primero de ellos, fue una especie de copa venida a menos, con piedras preciosas, que recorrían las asas de extremo a extremo, resquebrajadas y opacas. Era como si la oscuridad le hubiese quitado la esencia al recipiente. Pero la Yaxley lo trataba de una forma distinta, como si viera un objeto distinto. No logró entender eso, hasta que le explicó que ella veía un libro, y que el artilugio posiblemente adoptaba formas distintas.

 

Tenemos el caso de un boggart, misterio resuelto.

 

Bromeó, deslizando el dedo índice sobre el borde de la copa que contenía su bebida. Detestaba admitirlo, pero su mente estaba vacía, como si de repente le hubiesen absorbido todos esos años de experiencia. Aunque su broma quizá podría estar infundada. Era bien sabido que algunos objetos hacían jalea la mente de las personas, por lo que no le sorprendía que aquello se tratase de una ilusión o algo por el estilo.

 

Cuando llegó el turno del giratiempos roto, su expresión se relajó, pues de aquello sí tenía noción.

 

Los viajes en el tiempo, no me sorprendería que nuestro viajero siguiera atascado en esta época. Pero, hasta dónde sé...están terminantemente prohibidos. recordó aquella mención de la directora de Hogwarts respecto al pueblo Uzza. Tal vez los inefables del Departamento de Misterios sepan algo al respecto. Y digo tal vez, porque ni yo sé qué hacen....De hecho, creo que sólo vi a su director un par de veces.

 

Tomó la moneda entre sus dedos, sin siquiera molestarse a hacerle otro encantamiento revelador. Quedaba claro que ese tipo de magia no funcionaría, entrados en el plano misterioso en el que se encontraban. Tenía un par de escrituras, como si fuesen símbolos alrededor del emblema de la escuela de magia más famosa del Reino Unido. Se acercó el objeto circular hasta que quedara a escasos centímetros de la lente de sus anteojos. Eran fechas, pero se encontraban considerablemente borrosas. Así que, la moneda debía tener más tiempo del que creían.

 

Es interesante, pero a la vez me preocupa. repuso, depositando la circunferencia metálica sobre la palma de Evedhiel. Le miró por encima de sus gafas. Tiene un par de fechas inscritas. Cuéntame, ¿hace cuánto que no vas a Hogwarts?

 

Usando su propia varita como si fuese una pluma, trazó los años sobre la superficie de la mesa. Como si un cuchillo hubiese tallado la superficie de la misma, se trazaron a manera de lista, los números: 922, 1942, 1998, 2024. Algunos, podían mantener una relación ínfima de eventos, pero otros quizá no tenían sentido. Ya no digamos, que el último ni siquiera se había presentado.

 

Si me hablas de pago por información...Bueno, ya me acostumbré a perder algo de sangre.

 

Aunque dudaba que la joven de cabello cobrizo captara la referencia a la clase en la que aprendió a controlar los poderes de ese libro, notó que ella se había limitado a observarle. Como si quisiera ver su interior. Y era en esos momentos, que el castaño agradecía no ser tan abierto con sus emociones, o que, hasta dónde sabía, Evedhiel no poseyera la habilidad de Legeremancia, pues seguramente su cerebro habría quedado hecho papilla ante la maraña de pensamientos del joven Black Lestrange.

 

 

@Evedhiel

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Evedhiel observó las facciones del mago mientras observava los artilugios que había sacado de la bolsa. Eobard parecía curioso ante el hecho de que Evedhiel hubiese trabajado para MACUSA con anterioridad y por lo que le dió a entender él también había formado parte de aquella organización. Aquello que los unía la matuvo inmersa en algunos pensamientos por los algunos minutos mientras el mago analizaba los objetos.La chica había olvidado su temor ante cualquier intento de que alguien de la organizacioón descubriese que se había fugado con la moneda.

 

No sabía exactamente porque no le había sido totalmente sincera a Eobard. Quizás pensó que el hecho de que hubiese robado la moneda le haría pensar mal de la chica. Así que obvió aquel detalle, en particular porque luego hubiese descubierto que estaba ligada de alguna manera a los otros dos objetos y aquello era lo importante.

 

Evedhiel sonrió ante la ocurrencia del chico de que aquello fuese un boggart, y se alegró de que al menos intentase poner una nota de humor en aquella situación. La bruja no podía dejar de pensar que estaba demasiado tensa y debía relajarse, al fin y al cabo Eobard era su amigo y estaba casi segura que podía bajar la guardia ante él.Al menos no demasiado.

 

Sus ojos se posaron en los dedos del chico que dibujaban la copa de su bebida mientras se preguntaba cual sería el objeto que el veía cuando miraba a su libro, y el motivo de aquel objeto, si esque había alguno. Se mordioó el labio, conteniendose, sabiendo que el mago era celoso de su intimidad e intentando buscar las palabras adecuadas que no forzasen que el chico dijese nada que no se sintiese comodo desvelando pero a la vez, ella necesitaba saber si había algo en común con sus propias razones por la que aquello era un libro.

 

-Que ves cuando lo miras- dijo simplemente,

 

Al mismo tiempo, y sin ser una sorpresa para Evedhiel, Eobard era más conocedor de todo lo relacionado con los giratiempos que la propia bruja, y su sugerencia de que quizás alguien estaba atrapado en aquel preciso momento en el que el artilugio estaba bloqueado hizo que toda su exposicion de vulnerabildad valiese la pena, pues ella no había caido en aquel detalle.

 

-Entonces... no crees que sea una pista que tengamos que seguir- dijo la chica jugueteando con el giratiempos en sus manos- sino alguien que tenemos que... traer de vuelta? - añadió- y.., quizás estos números grabados en la moneda- dijo, señalando a las posibles fechas que Eobard había descrito y que estaban grabadas sobre ellas- quizas es una pista sobre el espacio temporal en donde lo que sea que esta atrapado, quedó.

 

Los ojos de Evedhiel se abrieron mucho, llenos de asombro y siguió intentando identificar el link que faltaba con el objeto en forma de libro mientras el mago comentaba sobre el oscuro modo de pago que el objeto había estado requiriendo para dar información a Evedhiel.

 

La chica no sabía si el mago lo había hecho de manera intencionada o no, pero la similitud entre sus propios esfuerzos por avanzar en la magia en el libro de la sangre y la ingenuidad de la chica al hacer pagos en sangre a un objeto de magia oscura la inundaron de calidez. Como si el mago no hubiese podido encontrar otra manera de hacerla sentir menos idi*** y culpable. Evedhiel lo entendió como un intento del hechicero de quitarle importancia a aquello haciendo que se sonrojase. Aclaró su garganta. Debía enfocar su atención y dejar de divagar.

 

 

Sostuvo la moneda de vuelta en su palma , intentando recordar cuando fue la ultima vez que pisó Hogwarts. Creyó sentir una pequeña descarga eléctrica cuando el chico aún sosteniendo la moneda posicionó la parte considerada como cruz y con los años inscritos sobre ella. Pensó que lo había imaginado y contestó:

 

-Seguramente, demasiado tiempo- dijo finalmente. Giró la moneda en su mano para mostrar el otro lado, Cara, que mostraba los mismos números e insignias pero del revés y que había estado oculta hasta entonces.

 

 

Un rayo eléctrico recorrió la mano en la que la moneda aún seguía posada. En un primer momento la chica simplemente emitió un quejido sordo ante aquella reacción, y apartó la mano de ella como acto reflejo. Segundos más tarde y cómo una reacción en cadena sus ojos se volvieron pesados y Evedhiel acabó desplomando el peso de su cabeza y cuello sobre la mesa, inerte.

 

 

Cuando despertó, algo confusa y sin saber muy bien cuánto había sido knockeada, los ruidos y el ajetreo a su alrededor le decían que aún seguía en el bar. Cuando abrió los ojos, sin embargo, supo que algo iba mal. Frente a ella una copa con un contenido azul estaba medio vacía. Sus manos no eran femeninas y no contenían anillo alguno ni cicatriz en su muñeca, eran algo más toscas y desde luego masculinas.

 

La confirmación de sus sospechas le vino en forma de imagen cuando miró donde se suponía que estaba su acompañante y la imagen de ella misma, Evedhiel aún inconsciente sobre la mesa la asombró.

 

Miró su reflejo ansiosa en la copa: El rostro sereno de Eobard le devolvió la mirada y abrió la boca en asombro.

 

 

 

We were in trouble.

 

 

 

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