Meteorología VII

[That is not my name]

M E T E O R O L O G Í A

Noviembre 2017

"El clima es mío, somos uno, las noches de tormenta...

Nuestro amor es grande..."

- Jens August Schade

 

Estimado estudiante,

 

Me complace notificarle que ha sido aceptado en el curso de Meteorología en el ateneo de la universidad, por ello le pido que el día de mañana pueda asistir sin falta a los jardines principales de dicha institución en punto de las 11 horas.

 

Presentarse con ropa cómoda, un impermeable y botas largas para la lluvia, así mismo si cuenta con amuletos y anillos de los libros de poderes, traerlos.

 

Nos vemos el día de la clase, saludos.

 

Mi querida lechuza Pío salió de inmediato volando de las oficinas de El Profeta para entregar las tres cartas a los nuevos alumnos, porque estábamos en horario laboral y quería sorprender a dos de ellas, @ y @@Bodrik, sobre todo porque era una forma diferente de convivir entre los tres, al ser familia, aunque no quería que se perdiera el sentido serio y formal de la clase de conocimiento. La última carta iba dirigida a @@Pik Macnair, compañero de la Marca Tenebrosa con quien había convivido apenas lo suficiente como para saber que tenía un buen reto por delante.

 

Era obvio que no nos quedaríamos en los terrenos de la universidad, por el tipo de vestimenta que les había pedido llevar, aprovechando las habilidades que tenía con mis libros de poderes para hacer un haz de la noche y transportarnos a un terreno desolado para no afectar al resto de estudiantes y profesores que día a día se presentaban en dicha institución mágica; lo que estábamos a punto de estudiar no era algo sencillo, al menos no en esencia, y sus efectos podrían no ser del agrado de espectadores.

 

Sonreí divertido, el plan era bastante sencillo: dejar el portal abierto para que lo cruzaran, indicado con letras luminosas, esperándolos del otro lado. Ahí, en una playa de las Bahamas, los recibiría una tormenta tropical bastante fuerte y yo, parado a la orilla del mar, recibiendo los golpes de las olas, los invitaría a acercarse... cada paso sería un reto por los fuertes vientos y el golpe de la lluvia en el cuerpo... sería interesante saber como lo resuelven para empezar.

[Pik Macnair]

Había aparecido en las afueras de la Universidad un par de minutos antes de lo que indicaba la carta. Estaba sentado en una banca con cara de pocos amigos, cansado, con frío y con unas gafas de sol muggle que protegían mis ojos de tanta luz. No tenía resaca, solamente me encontraba exhausto de la noche anterior tras ayudar a los Warlocks a organizar lo que ellos llamaban la noche del Samhain. Me levanté del banco, abrigado por la gabardina, con un poco de dolor de espalda y caminé hacia el punto de encuentro.

Llevaba un par de botas altas negras y la ropa que solía usar habitualmente: una camisa blanca arremanga tres cuartos del brazo y un pantalón a juego con la gabardina. Eso para mi era algo cómodo, sin contar con los collares y anillos obtenidos durante las clases de la Universidad. Antes de llegar a los jardines saqué una pequeña de filtro de paz y la bebí de golpe, dejándome a su merced.

En los jardines lo único que encontré fue un portal, específicamente un haz de la noche. Sonreí divertido, cualquier clase que no fuera en la universidad era un aventura asegurada. Antes de ingresar saqué mi varita y la sostuve en la mano, no se me venía bien confiar en portales desconocidos más sin saber si era específicamente el de Ishaya o un mago que me tendía una trampa. Al pasar lo primero que me recibió fue una fuerte ráfaga de viento y la estampida de la lluvia contra mi cuerpo. En otro momento hubiera maldecido al mortífero, pero extrañamente encontré la lluvia reconfortante.

Alcé el brazo para poder ver bien que había a mi alrededor, solo podía apreciar la lluvia azotando a mi alrededor y… a Ishaya a la distancia, siendo impactando por una ola mientras me indicaba que fuera hacia él. Solté una carcajada y asentí, alzando mi arma frente a mi.

— Fulgar Nox —dije, creando un portal similar al que había entrado antes. Ingresé a este y aparecí al lado de Ishaya. Había sido un trayecto muy corto de hacer, pero entre la lluvia y el viento hacia casi imposible poder caminar—. ¿Y los directores permiten esta tipo de clases? —dije casi gritando para que el mago me escuchara, mientras alzaba mi arma y creaba un Protego para que me sirviera de paraguas para lluvia. Poco me sirvió, parecía que la lluvia viniera de todos lados.

[Bodrik]

Había permanecido durante un horas en su habitación eligiendo un atuendo apropiado para la gala de Halloween que para ese momento ella suponía que sería una fiesta convencional como cualquier otra de los años anteriores, pero el picoteo en su ventana le hizo sobresaltarse un poco pero cuando estuvo cerca se dio cuenta que se trataba de Pio la lechuza de su abuelo Ishaya y eso sí que el extraño, pues no conocía la naturaleza de la misiva que estaba llegando a sus manos, pero cuando lo destapó no pudo evitar gritar de emoción.

 

De inmediato bajó las escaleras desde la tercera planta del Castillo Lockhart que era el lugar donde estaba su habitación y fue directo al jardín trasero donde sabía que su abuela Sacerdotisa permanecía mucho tiempo al llegar de su trabajo en el control de comercio Universal regando plantas, hablando con ellas y embelleciendo el jardín como toda una sacerdotisa.

 

-Abu, ¿ya viste quien será nuestro maestro de Meteorología? - le preguntó animadamente mostrándole la carta que acaba de leer.

 

Ambas habían decidido tomar un mismo curso en la universidad Ateneo con el deseo de compartir más tiempo juntas, pero ninguna de las dos imaginó que su maestro era nada menos que Ishaya su abuelo y más amado y admirado desde siempre y a pesar de la aparente ocupación del mago, para Bodrik jamás dejaría de ser su mentor en la Orden del Fénix y la Mano de Plata a la que pertenecía como paladín por herencia del francés.

 

@ también estaba emocionada de tener un nuevo motivo para convivir con su amado esposo y padre de sus hijos en un ámbito diferente al de la familia en los terrenos del castillo Lockhart donde compartían como pilares de la familia.

 

Después de ponerse de acuerdo ambas brujas realizaron algunas compras que les ayudarían en el curso y aventura que estarían a punto de embarcarse al día siguiente a las 11 am que había sido la hora acordada por su maestro para la reunión de los alumnos, que Bodrik desconocía pues en la carta no figuraba la lista de sus compañeros, pero teniendo en cuenta que su anterior curso: Historia de la magia había sido impartido para ella sola, no le extrañaría que fueran las únicas esta vez.

 

Antes de la hora prevista, ambas brujas estaban listas con sus botas de agua, su impermeable que cubría la ropa de cada una. Bodrik había elegido un simple atuendo que contaba de unos Jeans bastantes cómodos, sumados a una blusa de color de un violeta muy claro que un Hipogrifo en pleno vuelo como adorno y según le había dicho Cye se había puesto de moda entre los jóvenes que deseaban pasar desapercibidos entre muggles.

 

Mediante la red Flu, ambas habían llegado con unos 15 minutos de anticipación a los terrenos de la Universidad y las había prácticamente corrió para encontrar a su maestro a tiempo y cuando por fin llegaron al salón encontraron que Ishaya estaba dentro de un portal y que este estaba aún abierto cuando un mago a quien ella no conocía antes, pero que seguramente sería uno de sus compañeros.

 

-Vamos Abuela, pasemos juntas- le dijo tomando su mano al atravesar.

 

Los fuertes vientos dificultaron su arribó a la playa donde ya su Abuelo y compañero los esperaban en medio de algunas olas del mar de la Bahamas, pero después de conseguir no ser elevadas por la ventisca consiguieron presentarse ante ellos.

[Ela Karoline]

Desde que se había inscrito en la clase de metereológia, estaba al pendiente de cualquier notificación que pudiera recibir, pero ya había revisado la correspondencia de aquel día y nada, así que había acudido al jardín posterior del Castillo Lockhart, para relajarse y estar en contacto con la naturaleza y aquella paz que el lugar le brindaba al estar rodeada de plantas, flores y árboles con los que como sacerdotisa podía comunicarse.

 

En medio de su meditación el vuelo de un ave la distrajó, y aun desde el aire Pío, la lechuza de Ishaya soltó una misiva que cayo en sus manos. La bruja fruncio el ceño, pues reconoció al animal, preguntándose que era tan urgente que no podía esperar a que el mago llegara a casa y se lo comunicara en persona, y no, no tenían planeada ninguna salida aquel día, como para que le enviara una nota asegurándose de que la rubia lo recordara.

 

Justo cuando intentaba desenrollar el pergamino para leerlo, su nieta @@Bodrik se apersóno, emocionada, por lo que decía la nota no correspondía a un asunto personal sino académico, bajo la cabeza y sus ojos discurrienron entre la caligrafía que conocía muy bien, de a poco una sonrisa se fue apoderando de los labios de la bruja, así que nuevamente seria su maestro, con la diferencia de que esta vez la princesa los acompañaría en aquella clase para el dominio de un conocimiento muy importante.

 

Cada vez que surgían aquel tipo de coincidencias Cye no podía evitar pensar que el destino confabulaba para recordarles a ambos el comienzo de su amor y lo mucho que habían avanzado, porque justamente después de aquella clase en la Isla Wallace donde el resulto ser su profesor fue que ambos se hicieron novios y luego se unieron en matrimonio.

 

--Esto... Va a ser muy emocionante Bo-- le contesto a la pelinegra. De inmediato se pusieron manos a la obra con los preparativos, no disponían de muchas horas (no para un par de damas).

 

Al día siguiente, ambas estaban listas y caminaban directo a los jardines en la Universidad donde habían sido citadas, los pasos de la rubia estaban amortiguados por una botas altas en tono celeste a juego con sü falda larga, mientras que sus niveas manos alisaban una blusa blanca con pequeñisimos bordados en el cuello y mangas donde la tela se hacia transparente, por supuesto era coqueta y no quería arruinar su apariencia con un impermeable, por lo que había decidido usar el encantamiento impermeabilizador en todas sus prendas incluida una pamela de ala corta que evitaría que el agua cayera directamente en su rostro, claro que no sabia con que iba a encontrarse.

 

Para su sorpresa el jardín estaba vacío, al menos Ishaya no estaba alli, pero si un portal abierto con indicaciones en letras luminosas. Cuando alcanzaron aquella puerta dimensional, alguien ya la había atravesado, por lo que supuso que no serían las únicas estudiantes en en el curso, ambas brujas tomadas de la mano fueron recibidas del otro lado por una fuerte tormenta, a Cye no le disgustaba la lluvia, los truenos y relampagos eran otra cosa, el viento era fuerte, y casi las arrancaba del suelo arenoso al que pretendían anclarse con cada paso, aun así no podía dejar de notar lo hermosa de la playa ni aquel mago parado en el borde de la playa donde las olas lo acariciaban de forma menos tranquila que lo habitual, su esposo y maestro, a su lado había otra persona y aun a metros de ellos lo reconoció a pesar de que su energía mucho había cambiado, era Pick, por supuesto ya no era aquel estudiante aethonans que un día estuvo bajo su tutela en la casa del aire.

 

--Hola-- dijo con ojos soñadores a pesar del clima mirando a Ishaya y luego al Macnair pero con algo de reto y diversión, como en los viejos tiempos. --De ninguna manera esto sera una clase común y corriente-- expreso esta vez diriguiendose a Bo con una sonrisa que prometía mucha aventura.

[That is not my name]

Era impresionante que el joven Macnair utilizará un portal para llegar hasta donde me encontraba, una manera interesante de resolver el conflicto, por lo que lo saludé complacido mientras el par de brujas se veían del otro lado. No podía evitar nunca el que mi corazón latiera a mil por hora cada vez que veía el rostro de mi esposa, Cye, simplemente había nacido para estar con ella a pesar de haber esperado tanto tiempo para que ambos nos conociéramos.

 

Su camino fue más duro, sin utilizar hechizos, pero llegaron hasta donde nos encontrábamos y, antes que cualquier cosa, le robé un beso a la matriarca de los Lockhart. ¿Acaso me acusarían de ser poco profesional? No lo creía posible, pero mejor que nos mantuviéramos con las muestras de cariño con reserva.

 

- Usar la magia para cambiar el estado del tiempo puede tener consecuencias terribles, - comencé a hablar medio gritando para que me escucharan con atención - por ello es que debemos de tener mucho cuidado el utilizar dichos conocimientos sobre el clima para no llegar a afectar una región durante mucho tiempo.

 

Levanté mi varita y comencé a realizar una floritura en el aire para que, en seguida, alrededor de nosotros se creara una esfera de aire tranquilo que nos protegía de la lluvia y el viento.

 

- Debemos de saber medir la potencia con la que hagamos cada movimiento...

 

Acto seguido bajé el brazo en un movimiento seco y duro para que el cielo se abriera arriba de nosotros en medio de la tormenta, provocando que la lluvia, los vientos fuertes y los relámpagos cesaran por completo. Había pausado todo el caos.

 

- Y que eso también conlleve un desequilibrio.

 

Apenas habían pasado los segundos suficientes para que mis alumnos observaran a su alrededor y a la distancia antes de que de nueva cuenta la tormenta volviera aunque con ma´s fuerza que antes.

 

- No podemos creernos dioses o tampoco inmortales, el abuso de estas fuerzas puede provocar un deterioro físico si no se hace correctamente y, claro, repercusiones letales. Ventum cessabit, el primer conjuro mental para crear una relativa paz a nuestro alrededor en forma de una burbuja, practíquenlo moviendo su mano de esta manera, como si cortáramos suavemente la tela de una araña que está en medio de nuestro camino.

Editado 8 de Noviembre del 2017 por Yekaterina Zamolódchikova

[Ela Karoline]

Al llegar hasta donde estaba su esposo y profesor de la clase, la sonrisa se amplio, las pulsaciones se aceleraron y ella lo miraba embobada, feliz de que fuera él y no otro. Las gotas le chorreaban por toda la ropa, pero gracias a su encantamiento impermeabilizantes no estaba mojada, y si fuera el caso, Ishaya la había visto danzar varias veces en plena lluvia como ritual sacerdotal y también por puro gusto, un gusto que resultaba completo cuando lograba hacer que ambos estuvieran a merced del agua abrazado o tomados de la mano. Claro no eran tormentas y tampoco una clase, aunque ese delicioso beso, inesperado y rápido le recordaba mucho a la calidez de aquellos momentos, solo que en esta ocasión con un poco de rubor en la mejilla, al ser presenciado por el Macnair, ya que Bodrik había crecido ante las constantes muestras de cariño entre la pareja.

 

Luego de eso, aunque estaba envuelta en una nube de amor, se esforzó por prestar atención a las palabras del mago, cada frase contenía una gran verdad, una advertencia y un consejo experto. El Clima no era cosa de juegos, porque envolvía condiciones creadas por los seres habitantes de la tierra, pero también el designio de la madre naturaleza, por lo que la magia que implicaba cambiar el estado del tiempo, debía ser precisa y poderosa y por ende desgastante hasta el peligro, si se usaba de mala manera.

 

Con sorpresa y admiración lo vio crear una burbuja que los dejaba a salvo del agua y del fuerte viento, las siguientes palabras llegaron mejor a la Lockhart sin el ruido, de pronto con cada movimiento de Ishaya sucedía algo, algo les enseñaba, no solo con palabras sino con hechos, ahora mismo la tormenta había desaparecido por completo, la playa parecía tranquila, el oleaje había aminorado su ritmo abrumador y bravío, incluso la arena de más allá parecía completamente seca y reluciente como si el sol la hubiera calentado por horas. De pronto todo comenzó y de nuevo los truenos ensordecedores dieron el aviso de goterones de agua saliendo de las lumbreras del cielo y el viento casi los arrancaba del suelo que pisaban.

 

A continuación escucho la explicación de cómo crear aquella burbuja protectora y que palabras debían pronunciar así como el movimiento correcto de varita. Cye miro a Bodrik y luego a Pik para intentarlo, la verdad pocas veces había presenciado los cambios, sobre todo cuando estaba en accidentes, una vez había visto a Amya desde lejos cambiar el clima en la estación de tren, pero esta, esta era su primera vez. Primero practico el movimiento sin estar segura si era un rayo, una invocación o un efecto y tampoco si debía solo pensarlo o pronunciarlo en voz alta.

[Bodrik]

Su Llegada hasta el punto de reunión supuso un gran esfuerzo por parte de las Lockhart que lo habían hecho sin la utilización de magia, pero ambas estaban tan deseosas de llegar a hasta allí al darse cuenta quien impartiría la clase que se esforzaron todo lo que pudieron para no dejarse llevar por el viento fuerte y la gran tormenta y todo su esfuerzo se vio pagado en el tierno beso que Ishaya y Cye se daban pues no había para Bodrik algo mejor para ver que a ese par que habían sido sus mentores y un apareja ejemplar que Bodrik deseaba replicar si algún día encontrara un mago capaz de amarla tanto como su Abu amaba a la Lockhart.

 

De inmediato ambas estuvieron atentas a las palabras del maestro y así como había sucedido con la tía Sagitas, Bodrik sabía perfectamente que era capaz de guardar la compostura y el respeto durante el curso para aprender todo lo necesario acerca del clima que a ella le resultaba tan interesante y mágico. Los Truenos le resultaban tan parte de si como el excelente paladín que era.

 

Escuchaba atenta las explicaciones del mago entendiendo la importancia que el Tiempo significaba en el mundo mágico y aunque no se escuchaba con mucha claridad gracias al fuerte ruido proveniente de la tormenta, Bodrik estaba completamente concentrada para no perderse la teoría asintiendo de apoco y pegada al grupo con miedo de salir volando en cualquier momento gracias a los fuertes ventarrones que los movían como veletas.

 

Sorprendida pero curiosa vio cómo su abuela con una simple floritura hacia aparecer una especie de burbuja para cubrir al grupo dejándolos inmunes a las inclemencias climáticas de la gran tormenta tropical que estaban presenciando en la isla de Bahamas – potencia = Equilibrio - repitió mirando a su alrededor para comprobar que ahora no se mojaban.

 

Estuvo a punto de preguntar cómo podía lograr el equilibrio en la potencia, peor luego su abuelo hablo de un poder que a ella se le hacía familia pues amabas los truenos y la fuerza energética de estos, aunque sabía que era peligroso pero su meditación durante años podía ayudarle, o eso esperaba- Ventum cessabit- pronunció intentando seguir las instrucciones, pero resultaba más difícil de lo esperado y más parecía haciendo agujeros que consiguiendo cortar una telaraña. - chanque difícil esta-

[That is not my name]

- Es cuestión de práctica, - decía al escuchar las palabras de mi nieta al mismo tiempo que colocaba mi mano izquierda sobre su hombro y le regalaba una sonrisa sincera - como cualquier otro hechizo que hayan realizado anteriormente. Afortunadamente para la meteorología mágica cualquiera de los conjuros, después de un tiempo, pueden realizarse mentalmente debido a las implicaciones que tienen. Recuerden, son invocaciones, como los cánticos celtas.

 

Rápidamente volví a pronunciar el conjuro para envolver a mi nieta y, momentos después, desaparecerlo para que ella continuara con su práctica. Acto seguido me acerqué hasta mi esposa para observar su práctica mientras que veía de reojo a Pik, quien se había quedado en silencio a pesar del primer ímpetu que mostró cuando llegó hasta aquel sitio.

 

- Turbinis vasti, - proseguí con la clase - es un conjuro para generar un tornado y, dependiendo de su fuerza, concentración y poder mágico podrán crearlo cada vez más potente, hasta uno de clasificación 5. Simplemente hagan este movimiento y ¡lancen!

 

Mi brazo derecho se retraía un poco hacia atrás y, junto con el izquierdo, daba un golpe con fuerza hacia la playa donde apuntaba como objetivo; en esos momentos, en medio de aquella tormenta, un ligero torbellino se levantó del suelo, torcido por las fuerzas del viento que lo rodeaban pero con el tiempo y fuerza suficiente para que los aprendices lo lograran ver.

 

- Tenemos en nuestra contra la tormenta, pero sé que podrán al menos crear uno pequeño... miren en la arena, donde invoqué el anterior, hay una ligera marca en espiral. Espero ver las suyas.

[Ela Karoline]

Cye estaba atenta a todo cuanto le rodeaba, la naturaleza, el cielo, el agua proveniente de el y también la que venía por ola, pero eso no evitaba que su mayor punto de referencia fuera Ishaya y cada palabra que salía de su boca, a varios años de matrimonio, que se dicen rápido, él seguía sorprendiéndola con sus conocimiento e intelecto, y a la par de aquella unión ella también crecía. Ahora que Bodrik había intentado hacer el conjuro y él con gentileza la corregía para que lo lograra, mostrándole donde podían estar las fallas, le quedaba más claro, en cuanto a cómo pronunciarlo, se sintió totalmente aludida con la referencia a canticos celtas, era indispensable y una práctica habitual para una sacerdotisa aquellos sonidos armónicos, que no por ello carecían de fuerza o de intensión, sino que esta estaba completamente equilibrada en todo el cantico.

 

Movió su varita como si cortara la tela de araña que le impedía avanzar y pronuncio con fuerza pero sin violencia --Ventum Cessabit-- al instante una burbuja invisible la encapsulo provocando esa paz que la alejaba de la tormenta afuera. --¿Cuánto dura este conjuro, y se desvanece solo o como se hace?-- pregunto, no quería irse de la clase y luego pensar “le hubiera preguntado esto o lo otro”.

 

La clase siguió avanzando y por ende el mago continuo prodigándole enseñanzas y conjuros que les servirían en el ámbito de la meteorología. Era el momento de aprender sobre algo completamente opuesto a la paz anterior, se trataba de la formación de un tornado, le explicaba que dependiendo de la pericia mágica, del control entre fuerza y concentración este podía llegar a ser clasificación 5. Cye había sentido la fuerza del creado por el profesor, y también el fugaz torbellino que había dejado las marcas en la arena pero como bien decía la tormenta no permitía la observación clara.

 

--¡Genial! Eso me gusta-- dijo emocionada, emulando los movimientos del mago, que consistían en retraer el brazo que sostenía la varita y luego con ambos brazos moverlos hacia el punto donde se quería formar el tornado con un movimiento seco y fuerte, como si se fuese a golpear --Turbinis vasti-- pronuncio, sintiendo como su propia fuerza mágica se canalizaba a través de la varita y desembocaba en el lugar a donde ella había apuntado un poco más allá de las marcas dejadas por el profesor. Con emoción noto como el pequeño remolino se reventaba, aunque duro poco, pero sí que logro dejar su huellita en el suelo arenoso.

 

--¿Así?-- dijo con una sonrisa de satisfacción propia, aunque sabía que debía practicarlo mucho, mucho. Miro luego a Bodrik en espera de que lo intentara y luego a Pik que seguía calladito, algo no muy propio de él, según lo recordaba.

[Bodrik]

Sintió la fuerte mano de Ishaya posando en su hombro, pero con una suavidad y calidez propia de su cercanía enseñándole pacientemente la pronunciación correcta del conjuro que no era más que una invocación como los canticos celtas y al escuchar esa palabra su rostro re relajo pues conocía ese tipo de magia y le llamaba mucho la atención – ohh que Bello, ya entendí Abu- dijo sonriendo feliz.

 

Entonces su abuela Cye, la única con quien compartía esa misma relación realizó el hechizo en total perfección, seguramente porque como ella, también había entendido la mejor forma de pronunciar el hechizo y entonces la pelinegra sintió total confianza para aventurarse de nuevo con la invocación - Ventum cessabit – repitió cantarina y esta vez el hechizo funcionó cubriéndola con una especie de burbuja.

 

Bodrik estaba satisfecha con el resultado y sabia a la perfección que seguiría practicando hasta que no tuviera que pronunciar el hechizo tal como su abuelo les había estado explicando y cuando escucho la pregunta de la matriarca Lockhart se dio cuenta que tenía la misma duda al respecto. Bodrik estaba muy interesada en esta parte pues le encantaba todo lo relacionado con ellos y la manera más eficiente de utilizarlos – ¿esta burbuja es como un escudo? - quería complementar lo aprendido además que las tormentas y el manejo de la energía era muy importante para ella.

 

Esta clase estaba resultado muy interesante, por tanto, continuó muy atenta al desarrollo de esta clase y fue en ese momento en que el maestro inició con la explicación de un nuevo conjuro y esta vez Bodrik estuvo a punto de gritar de emoción, peor se contuvo para no verse como una niña en una dulcería pus al contrario de su abuela sacerdotisa ella tenía espirito de guerrera pese a que la mayoría del tiempo aprendía mediante meditación y silencio dentro del templo de los paladines.

 

Ese torbellino le resultó emocionante y por lo visto no era la única pues, aunque el otro mago permanecía en silencio, Cye estaba mostrándose muy animada igual que ella y a si lo hizo notar de inmediato cuando pudieron ver la huella dejada sobre la arena – woo, se ve grandiosa esa marca- entonces cuando la matriarca Lockhart movió su varita igual que lo había enseñado el profesor, Bodrik se dio cuenta que no deseaba quedarse retrasada y sin vacilar movió su varita.

 

- Turbinis vasti – susurró moviéndola varita con la mano derecha hacia atrás y luego como si el peso de esta pudiera ser muy fuerte la sostuvo con mano izquierda para después señalar a un ladito del punto de la marca de sus abuelos, pero dejando unos centímetros de distancia y su torbellino que seguramente no pasaba de 1 y medio logro dejar una marca similar haciéndola sentir muy satisfecha -Parece una de esas balas muggles- afirmó contemplando el lugar donde se veía su marquita.