Jump to content

Transformaciones y Estudios Muggles


Sagitas E. Potter Blue
 Compartir

Publicaciones recomendadas

ESL8Ngo.jpg?2

 

El periódico local apenas tomó la noticia acaecida en aquella mansión. La vieja señorita O'Halley había ingresado en el geriátrico de la zona, aquejada de demencia senil. Todas sus frases entrecortadas sobre objetos que volaban y sobre ventanas que se abrían solas desaparecieron cuando empezó la medicación contra el Alzheimer y la mente se perdió en esos recovecos privados de cada uno. La señorita O'Halley falleció a los tres meses y la inmobiliaria Mortimer se hizo cargo de la venta de su vivienda.

 

A la semana, un informe sobre hechos extraños apareció en la Oficina de Accidentes Mágicos en el que se pedía una investigación del departamento sobre un posible Uso Indebido de la Magia. Por supuesto, debía acabar en manos de la Directora de los ACC para asignar el caso a uno de sus empleados pero Babila era un secretario despistado. No es que menospreciara a Amya_An, es que para él, ella era la Señà Amia y la Direstoa era Sagitas.

 

Es así como aquel caso acabó en mis manos. Y es también así como, tras echarle un vistazo y una sonrisa picarona en mi cara anunciara mi secreto deseo de quedarme con aquel caso sin decirle nada a la verdadera directora. Para no sentirme del todo culpable, llamé a mi hijo Matt (el ser más Indebido del departamento de Catástrofes) al lugar pero sin darle demasiada información. Es por ello que escribí dos manuscritos.

 

El primero iba dirigido a @@Matt Blackner:

 

Llamada a Matt:

 

Querido hijo:

 

He encontrado el lugar ideal para que hagas tu clase de Transformaciones. Estarás encantado. Encontrarás ejemplos interesantes para des-transformar muchas cosas. Ya verás...

 

Mansión O'Halley

Condado de Coventry.

 

Estaré en la verja de entrada, bajo el farolillo, en una hora. No tardes.

 

Mami.

 

Postdata: Peínate. Un profe tiene una imagen que ha de ser pulcra.

 

 

Me reí de mi postdata puesto que yo misma había ido a la mansión con tejanos desgastados, jersey de lanilla en gris, con coderas, bambas violetas de cordones amarillos y el pelo recogido en una cola de caballo. No es que mi imagen fuera excelente pero, al menos, iba peinada.

 

La Comercial de la Inmobiliaria me dedicó una sonrisa extraña cuando me dio la mano en la entrada y me dejó las llaves para entrar en la mansión.

 

-- No se preocupe, señora. Mi equipo de desinfectación dejará la casa libre de plagas para que pueda venderla sin problemas.

 

Sonrisa falsa. Me había presentado como la Jefa de un equipo de des-raticidas, algo así ponía en la furgoneta negra que había aparcado delante, en la calle. ¿Ratas? Iba a chillar como una posesa como viera alguna. Pero alguna excusa había de tener para entrar de forma legal para los muggles en aquel edificio antiguo... En cuanto se fue, escribí el segundo manuscrito, a mi alumno @@Alexander Fox:

 

Llamada a Alexander Fox:

 

¡Bienvenido a la clase de Estudios Muggles! Podrás disfrutar de una visita guiada a una mansión muggle, donde podrás conocer in situ de todo tipo de objetos que usan los muggles en vez de la magia. Te espero en la Mansión O'Halley, Condado de Coventry; estaré en la verja de entrada, bajo el farolillo, en una hora. Ven con ropa lo menos mágica posible y no olvides la varita. Me temo que esta vez la necesitaremos.

 

Sagitas E. Potter Blue

Profesora de Conocimientos de Estudios Muggles

 

 

Envié las dos lechuzas y me puse a silbar, bajo el farolillo. Después lo observé. Era curioso como una cosa de cristal con filamentos iluminara como nuestros "Lumus".

 

-- ¡Qué grandes estos muggles! -- murmuré, en voz bajita para que nadie me oyera.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Querido hijo.

 

Cuando mi madre me hablaba asi, tan buenecita, algo malo estaba tramando. Según decía, me había encontrado un lugar fantástico para dar mi clase de transformaciones del mes de noviembre, después de tantos meses sin dar clase. Además, si ella me avisaba, es que compartiríamos la clase una vez más.

 

Se trataba de un mansión, casi irónico, ya qeu estábamos en el mismo Halloween.

 

Mami.

 

Si que debía estar tramando algo.

 

Postdata: Péinate. Un profe tiene una imagen que ha de ser pulcra.

 

Con un gruñido arrugé la nota de Sagitas y de un cajón, saqué un trozo de pergamino y tinta para garabatear una nota, dirigida a mi alumna.

 

 

 

@ :

 

Te espero en la Mansión O'Halley, en el Condado de Coventry para la clase de Transformaciones. Dentro de una hora, en el farolillo de la entrada junto a la verja.

 

Matt Blackner, profesor de Transformaciones.

 

ME dirigí al cuarto de baño mientras mi halcón llevaba la nota a la joven. Aun refunfuñaba con el comentario de Sagitas acerca de mi pelo. Me di una ducha rápida, y tras esto me miré al espejo. Es verdad que empezaba a tener el pelo un poco más largo de la cuenta, y si normalmente no me peinaba, ahora el aspecto era aun más descuidado. Además, iba necesitando un afeitado.

 

Pero el tiempo apremia, asi que me vestí con unos vaqueros claros, mis botas de piel de dragón, una camiseta negra y, sobre esta, un jersey azul, no demasiado abrigado. La varita en el bolsillo trasero derecho del pantalón y mis guantes de piel de dragón en el otro bolsillo, acabé por desaparecerme en la mansion Potter Black.

 

En cuanto aparecí, a unos 8 metros de la casa, caí en la cuenta. El nombre me resultaba familiar, y es que la noticia habia sonado un par de días en los periódicos muggles varios meses atrás.

 

No tardé en ver a mi madre, asi qeu me encaminé hacia ella, apuntándole con el dedo.

- Tu me dices qeu tengo qeu dar buena imagen? - pregunté. Si que me había dolido un poco que me mandara peinarme. - Vienes vestida igual que yo. - la acusé.

 

Aunqeu a mi, al final, se me había olvidado peinarme.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Estaba sentado en el techo del castillo Lockhart se había levantado realmente temprano como resultaba ser su costumbre y se había preparado a salir a algún local nuevo, no podía creer que se hubiera inscrito por fin en clases de conocimientos, pensaba que después de graduarse de Hogwarts se quedaría quieto, pero debido a sus deseos por aprender más, y sus pocas ganas de quedarse de estar de vago, había decidido ir a buscar alguna aventura más.

 

-Estudios muggles – a pesar de a ver vivido mucho tiempo entre ellos, realmente no los conoció demasiado bien, debido a un pequeño y sutil problema, siempre había sido apartado de ellos sin darse cuenta, terminando en que lo poco que conocía resultaba ser lo peor de ellos o eso le habían dicho al pelirrojo.

 

Cuando alzó su vista se fijo en una lechuza, pero antes de poder llegar su propia lechuza la fue a recibir un poco molesta, no le gustaba que otras aves entregaran cartas a los dueños de la casa ese resultaba ser su trabajo, por lo cual le tapo el camino – ¡An! No seas malcriada y déjala hacer su trabajo – le regaño consiguiendo ganar tiempo y permitiéndose recibir la carta.

 

-Muchas gracias pequeña y disculpa – comentó para comenzar a leer, abriendo de golpe sus orbes dorados, justo comenzaba clases, pero estuvo un momento confundido para verse “ropa menos mágica” y ¿como exactamente era eso?, el se encontraba en sus típicos jeans oscuro, usaba una franela gris por fuera y unos zapatos deportivos color rojo, para él estaba bien de esa forma, intento peinar su cabellera roja y se colocó unos lentes oscuros, estaba listo.

 

-Espero ir bien – rezó por dentro, para concentrarse y desaparecer del tejado ya entusiasmado por comenzar, realmente estaba agradecido de a ver tomado su examen de aparición, estaba seguro que era el medio de transporte más rápido, aunque quizás no el más cómodo.

 

Apenas llegó pudo apreciar a una distancia recomendable la mansión que planteaba la profesora Sagitas a quien no esperaba encontrar como su tutora, ocultó su varita en su pantalón le entró una fuerte curiosidad, se preguntaba ¿por qué le había solicitar llevar la varita? ¿cuál sería el peligro? Ya lo habían intentado matar en una de sus clases, pero esperaba que no fuera eso.

 

Decidido a encontrar a su profesora, se acercó cada vez más, encontrándose que estaba en la puerta junto a un joven, platicando animadamente, reviso su reloj de bolsillo y supo que todavía estaba a tiempo.

 

-Buenas días Profesora Sagitas… Buenos días joven –saludó con su típica sonrisa aunque no conocía el nombre de la otra persona, deseaba comenzar pero se preguntaba si ambos serian tutores del conocimiento, algo que dudaba, o debían esperar otra persona o por todo lo contrario resultaba ser otro estudiante – Soy Alexander F. Lockhart – se presentó con educación, por si no se acordaban d él, o por lo menos para desviar su atención de la mansión que lanzaba un aura interesante ¿qué había allí?.

 

@ @@Matt Blackner

dJAKPqN.png


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Había estado más que contenta, y podía decir que hasta ilusionada el día en que sin dudar había estampado en el pergamino mi solicitud para cursar el conocimiento de Transformaciones. Sin embargo, lo que prometía ser una gran aventura (así me lo había estado figurando en mi mente las últimas semanas) se había convertido merced a un maldito resfriado, en un deber que hubiera dado todo por postergar, con tal de quedarme bien arropada entre los edredones de mi cama.

 

- Señorita, no le permitiré que vuelva a desperdiciar los galeones de la familia.

 

Genial, allí estaba mi elfina recordándome que por causa de mis compromisos con el consultorio mágico, había dejado olímpicamente abandonada la clase de Runas Antiguas. Innecesario comentario de su parte, no era como si no lo recordara, pero claro, lo que buscaba ella era hacerme sentirme culpable.

 

Y lo había conseguido.

 

Horas más tarde, ascendiendo por una calle adoquinada que amplificaba el sonido de mis pasos pese a llevar zapatillas, contemplaba sobre una colina la Mansión O'Halley que el mensaje enviado por Matt Blackner (mi profesor) señalaba como el punto de encuentro. No podía negar que la elección tan extraña del lugar (un poblado muggle en el corazón del condado de Coventry) me tenía intrigada respecto a como llevaríamos la clase.

 

En cuanto estuve más cerca noté que tres figuras ya se encontraban al pie del mentado farolillo. Reconocí rápidamente a dos de ellas, Matt con el cabello super enmarañado y bastante más largo de lo que lo recordaba y la inconfudible Sagitas, a quien se me hacía rarísimo ver con aquella indumentaria muggle.

 

No obstante, el tercer muchacho me era desconocido. Hice una venia a los tres a modo de saludo.

 

- La última en llegar ¿pero sí llegué a tiempo verdad?- dije con una leve sonrisa, mientras desabrochaba dos botones de la gabardina que traía encima y exhalaba sonoramente- esa cuesta si que me costó subirla, quiero decir ¡achúuu!- girando el rostro para no salpicar a los demás de saliba saqué el pañuelo del morral y comencé a lo más discretamente posible sonarme los mocos- espero podamos sobrellevar bien la clase.

 

¡Maldita gripe! pensé en mi interior, rogando que por lo menos la nariz no se me tupiera al punto de que los hechizos resultaran inentendibles.

 

@@Matt Blackner @

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Arrugué el morro en un mohín que se suponía simpático más que de enfado. Dejé de mirar el farolillo y miré mis pintas.

 

-- ¿Qué pasa con mi imagen? Yo estoy guapa tal como voy y tú... sigues igual de despeinado como siempre. Y debes de saber que...

 

No me dio tiempo a reñirle más porque una voz joven nos interrumpió con su saludo. La sorpresa de cómo era que alguien me conocía en aquel lugar muggle quedó diluida en cuanto se presentó como un Lockhart, el alumno de mi clase de Estudios Muggles.

 

-- ¡Guala, Alexander! Bienvenido a la clase -- le abracé porque soy así de amable y porque, además, era un familiar directo de mi cuñada amada, Cye. -- ¿Has tenido algún problema para venir aquí? Espero que no, esta ciudad es muy pacífica y no tiene ningún problema especial. Mira la casa. ¿A qué es mona? Tendremos oportunidad de verla... ¡por dentro! ¡Ya verás qué montón de cosas tienen los muggles muy diferentes a las nuestras? ¿Conoces el mundo muggle?

 

No me dio tiempo a escuchar su respuesta porque otra persona conocida llegaba delante de la mansión. ¿Bel aquí? ¿Es que venía en nombre de las líderes por algún motivo de bando? ¿Es que habría problemas con mortífagos en aquel lugar? Ahora me arrepentía un poco el haber traído a un chico civil hacia aquel lugar que podría ser peligroso. Me tomaba muy en serio la defensa de los vecinos civiles y, sobre todo, si eran alumnos míos. ¿O es que ella estaba allá por motivos académicos y era alumna de Matt?

 

-- ¡Buffa, Bel! Llegas a tiempo, aún no hemos entrado. ¡Por los Dioses! ¿Estás resfriada? Pues tengo el disfraz ideal. Aquí no podemos usar Casco Burbuja pero mira, he traído una furgoneta en la que hay trajes especiales como des-ratificadores muggles, algo así como Funcionarios Anti-plagas del Departamento de Criaturas. Venir, venir.

 

Yo mandando, como si las dos clases fueran mías. Menos mal que mi hijo nunca me protesta porque ya sabe que soy una mandona. Abrí la puerta trasera y empecé a sacar aparatos y trajes, junto a varias mascarillas para ponérnoslas todos, incluido mi hijo, que sabía que iba a protestar.

 

-- Venga, venga, sólo es hasta que entremos, allá podremos quitárnoslas, aunque con el polvo que habrá, yo me dejaría al menos puesto el traje, para no ensuciarnos del todo.

 

Sin poder evitarlo, le intenté pasar la mano por el pelo de mi hijo Matt, para peinarlo, mientras daba mi primera lección de Estudios Muggles a los dos, es que yo soy así de acaparadora.

 

-- Delante de los muggles está completamente prohibido hacer ninguna mención de palabra o de obra de nuestro poder mágico. Es por eso que, ante todo, hay que disimular ante ellos. Está muy perseguido y nos podríamos ver en terribles problemas con la Ley Internacional. El Ministerio de Magia de Londres, exactamente el Departamento de Cooperación Mágica Internacional y su apartado de Magos de la Confederación Internacional, persigue con la cárcel en Azkabán de cualquier infracción de las normas básicas de magia. Tomar un panfleto y no os preocupéis, que tengo uno de estos aparatejos de los libros que impide que nadie nos escuche, así que podemos hablar con tranquilidad mientras estemos al lado de la furgoneta.

 

Les di a ambos (sí, lo dicho, abusona total) uno de los resúmenes de las normas básicas de comportamiento ante los muggles.

 

-- Como veis, en eso se resume La Ley del Secreto. ¿La conocéis...? ¿No...? Pues yo os la explico -- Sí, yo sola me respondía y no les dejaba casi responderme. -- Hubo una época en que los abusos de los magos frente a los muggles se hizo tan acuciante, creyéndonos superiores, que provocaron que éstos persiguieran a todos los que ellos pensaban que eran brujos. Es cierto que pillaron a unos cuantos hechiceros pero vamos, que diezmaron la población europea con muchos más inocentes que con magos. Es para evitar toda esta matanza y los abusos de los magos frente a los muggles que se reunieron magos de todas las regiones de Europa, creando así la Confederación Internacional Mágica, a quienes debemos la famosa Ley del Secreto o como es su verdadero nombre, Estatuto Internacional del Secreto de los Magos, en 1689. Con él se pretendía acabar con la injerencia de los magos en la vida muggle y evitar los abusos que provocaban la persecución de los magos.

 

Miré de reojo a Bel, ya que ella pertenecía a mi bando y entendería mi siguiente frase pero desconocía la ideología de mi alumno, así que, aunque fuera un Lockhart, no me podía arriesgar a defender de forma abierta la ideología de la Orden del Fénix. Así que intenté ser algo más ambigua.

 

-- Unos dicen que fue necesario legislar el uso de la magia para evitar los múltiples desmanes de los magos pomposos contra los muggles, otros que fue un decreto que obligaba a esconderse, otros... En fin... Ya sabeiss, siempre han habido y habrán personas en contra de esconderse de los muggles y defensores de gobernar a los llamados "sangre sucia"m una expresión que considero muy fuera de lugar. Desde el principio de la historia, todos los magos se han ido mezclando unos con otros y con muggles pues, al fin y al cabo, la magia más emotiva y desconocida es la del Amor y éste no entiende de magia o no magia, ¿verdad? En fin, el Estatuto de Magia del Secretismo ante los muggles es la Ley más importante con la que se intenta vivir en paz con los muggles y acabar con las matanzas indiscriminadas de unos contra otros. Y es la que vamos a respetar completamente con nuestros disfraces para entrar en la mansión. Cuando esteis preparados, entramos en el mundo de las viviendas muggles.

 

Casi me puse de puntillas para acabar mi monólogo:

 

-- ¡Va a ser emocionante!

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me dejé conducir por Sagitas, escuchando con cierta condescendencia todo lo que comentaba respecto a las relaciones entre muggles y magos, y asintiendo cada tanto a sus palabras. Era sorprendente la precisión que tenía para mencionar fechas de leyes y estatutos, que en mi caso y con suerte solo recordaba de forma vaga. El panfleto que había entregado me iba resultar bastante útil.

 

Comencé a revisar aquellos trajes, sintiendo una inusual nostalgia de mis padres, de Camden y su ruidoso ambiente. Sagitas seguía en su mundo dando una larguísima explicación sobre el porqué el estatuto del secreto, y no escapó para mí como en la última parte intentaba ser lo más neutral posible respecto a las posiciones en torno a mantener esa norma en vigencia.

 

No era una persona sociable, así que mi opinión estaba bastante sesgada, pero hasta para mí aquella idea de vivir separados los unos de los otros se tornaba insostenible. La casa que visitaríamos quizá iba ser un excelente ejemplo de que los mundos de los magos y los muggles se iba acercando cada vez más, y solo gente muy necia podía negarlo.

 

- No se si tenga derecho a comentar- comencé diciendo en cuanto terminé de ponerme el traje- pero creo que esos intentos de matanza provienen de ideas discriminatorias, de los que se creen élite y con derechos de nacimiento, de ambos lados, y con ambos lados quiero decir hay tanto muggles como magos que se alimentan de esos conceptos est****os. E igualmente vemos ambos mundos como compartimientos estancos, cuando la realidad es que son sistemas vivos y dinámicos. El mundo muggle ha avanzado a pasos agigantados los últimos años, la gente es mucho más amplia de miras, aunque tengan sus fanáticos, pero a la mayoría del mundo mágico poco le interesa conocer de eso, y prefieren quedarse con el prejuicio aprendido de siglos atrás.

 

Había estado conteniendo las ganas de estornudar hasta ese momento, pero no pude hacerlo más y un nuevo y más sonoro "achúuu" se dejo oír. Por fortuna ya llevaba la mascarilla. Por otra parte, sabía que podía resultar chocante lo que decía, pero me daba igual. Posiblemente, una de las ventajas de haberme revelado como miembro del fénix era ya no tener la necesidad de aparentar o decir algo que no creía. Encogiéndome de hombros, observé una vez más la casa y me dirigí a Matt.

 

- Entonces ¿qué de especial tiene esta casa, para que la consideraras un espacio ideal para aprender y mejorar en Transformaciones?

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Se sorprendió por el saludo tan cariñoso por parte de Sagitas, logrando que Alexander se mostrara un poco tímido, pero correspondiendo de igual manera con una sonrisa, con ese comportamiento se notaba que la joven estaba unida a su familia Lockhart, tenía conocimientos por parte de sus padres que era una mujer realmente dulce y que se podía aprender mucho de ella, por lo cual estaba realmente emocionado.

 

-Muchas gracias por la bienvenida Sagitas… profe – saludó gentilmente, sin saber como llamarle, no quería ser irrespetuoso – Bueno yo… - iba a responder a sus preguntas, quizás de forma vaga, pero fue interrumpido por una joven dama que llegó llamando la atención de los presentes.

 

-Salud – respondió al escuchar el estornudo de la joven, se sorprendía del nivel de compromiso con la clase, parecía tener mucha alergia o gripe, pero a pesar de todo había llegado para participar.

 

-De acuerdo… – respondió observando los trajes y de reojo nuevamente la casa donde ellos entrarían, se comenzaba a preguntar porque se había seleccionado ese lugar para dar la clase, con la mayor tranquilidad posible, comenzó a vestirse mientras seguía escuchando la lección intentando guardar toda esa información en su cerebro.

 

Alexander no decía nada ante la palabras por parte de la joven, solo se limitó a asentir y a tomar el panfleto, donde contenía las diversas reglas, las leyó sin dejar de prestar atención a la voz femenina, aunque se preguntaba si en algún momento había roto alguna de esas leyes, después de todo, de niño no tenía ningún conocimiento de esa división entre muggle y magos, para él resultaba todo igual, fue con el tiempo que comenzó a entender la diferencia.

 

Una sonrisa se formó en sus labios mientras las damas se disponían hablar el último punto, sentía que había mucho sentimientos en sus palabras, pero no podía identificar por completo todo, y no opinó, no tenía ese derecho cuando no tenía mayores conocimientos, prefería mantenerse en silencio mientras prestaba atención, esa era una forma sencilla de aprender, cuando escuchabas sin soltar ninguna tontería.

 

-Salud – dijo nuevamente, para conseguir verificar que el joven presente, se trataba de un tutor más – si, será emocionante aprender de ti, bueno de ustedes, espero que me quede la mayor información posible – respondió con soltura, para terminar de colocar su traje, y la mascarilla, se sentía gracioso en ese traje, resultaba extraño

 

-pero… todavía no entiendo algo ¿por qué esta casa? – preguntó bastante curioso, que clases de sorpresa se encontraban allí.

 

 

@ @@Matt Blackner @

dJAKPqN.png


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Yo sabía que mi alumno era Alexander pero me encantaba que todos participaran. Por eso, sonreí a Bel cuando dijo que no sabía si tenía derecho a comentar o no en torno a todo el monólogo que acababa de lanzar, yo toda entusiasmada con mi clase. Además, su intervención fue muy exacta y le hubiera dado la razón al instante si no hubiera estado atareada en ponerme aquel traje que se me resistía. ¿Cómo demonios Bel se había puesto el suyo de forma tan rápida? Cuando estuve embutida dentro de él, contesté:

 

-- Tienes toda la razón. Yo siempre digo que dos no se pelean si uno no quiere. Es cierto que usar la magia contra quien no puede es muy abusivo pero he de reconocer que hay muggles que, montados en cólera por no saber hacer lo mismo que nosotros, los magos, también tuvieron la culpa en meterse contra los de nuestras habilidades. Con lo bien que se está con el diálogo y nos metemos en guerras interminables. Porque no os creáis nunca que los muggles son dulces corderitos a los que hay que proteger. ¡Demonios! Tienen una inventiva que nos da mil vueltas. A ver, por ejemplo...

 

Toqué con los nudillos el cristal del farolillo que estaba delante de la verja de la entrada, lugar de la cita para empezar la clase.

 

-- ¡No me digáis que no es genialoso! Nosotros movemos la manita y decimos "Lumus" y mira, luz encendida. ¡Ellos inventaron la bombilla para lo mismo! Eso es tener inventiva. A ver, Alexander, ¿sabrías ponerme más ejemplo de cosas sencillísimas para nosotros que ellos hayan hecho igual pero utilizando el poder de la manualidad y el intelecto?

 

Iba a añadir algo más cuando Bel estornudó de forma estruendosa. ¿Estaría enferma? Tal vez el polvo de la mansión no le ayudara. Aunque con el traje puesto seguro que no le pasaba nada.

 

-- Vaya, los dos estáis interesados por el motivo que elegí... es decir, elegimos los dos... -- no quería decir que soy una ordena-y-mando y le había dicho a Matt que viniera. -- En esta casa vivía una mujer que falleció hace poco, que en paz descanse.

 

Ante todo, yo soy sacerdotisa y mi plegaria por la alma de los difuntos siempre me acompaña. Soy muy respetuosa con los ritos religiosos que les ayudan a volver a la Tierra sagrada.

 

-- Nos han llegado noticias sobre objetos muggles que han sido encantados y que, por ello, han de estudiarse para desencantarlos. Así, vamos a cobrar dos pájaros por uno -- ¿en serio era así el refrán muggle? Algo me sonaba raro. Me quedé pensativa un momento pero después proseguí hablando. -- Así, mi alumno podrá ver una casa muggle por dentro y podremos ver la diferencia con el mundo mágico y, a la vez, Transformaciones podrá ver objetos que están encantados y que no deberían estarlo en el mundo muggle y revertir la magia. Un dos por uno.

 

No, no se decía así, ¿cómo era...? ¡Ah, sí!

 

-- La frase correcta es "matar a dos pájaros con el mismo tiro". Es un dicho muggle que significa que podemos hacer dos cosas diferentes a la vez aprovechando la misma casa, estudiar muggles y estudiar transformaciones. ¿Subimos?

 

Sin esperarlos y silbando, contenta, ascendí por las escaleras y llegué hasta la puerta. Casi grité (yo siempre llevo encima los cachivaches de los libros, por lo que sabía que nadie podría escucharme en un radio a la redonda, con todos los amuletos que llevaba encima):

 

-- ¡Nosotros podemos aparecernos aquí arriba sin cansarnos! ¿Sabéis que los muggles tienen unas cosas que se llaman escaleras mecánicas? Son geniales porque así se mueven ellas solas y no se cansan y te llevan arriba. Lo malo es que sólo lo usan en lugares públicos como los aropulertos, donde hay aviones que surcan el cielo. Como algunos magos con alfombras mágicas. Amo a los muggles, tienen una tecnología tan avanzada para cubrir nuestros actos mágicos...

 

Abrí la puerta con unas llaves que me había dejado la de la inmobiliaria y lo primero que vi, tras la oscuridad del vestíbulo, fue un cuadro que se movía por el pasillo, intentando subir las escaleras y cayéndose al suelo, volviendo a intentarlo. Enarqué una ceja. También había un jarrón con patas que corría de un lado a otro.

 

-- ¡Demonios, Matt! Creo que vas a tener mucho trabajo aquí.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El muchacho que nos acompañaba no decía mucho pero parecía tener en todo momento la frase adecuada. Agradecí con una venia su gentileza tras mi estornudo, y luego volví a prestar atención a las emocionadas explicaciones de Sagitas. Matt no me había dado una respuesta, pero ahora ya ni era necesaria porque la historia que Sagitas contaba sobre la casa explicaba ya los motivos que nos tenían allí.

 

Ellos aprenderían del funcionamiento de muchos artefactos y modo de vida de los muggles. Matt y yo por nuestra parte deberíamos volver a la normalidad todos aquellos objetos que algún mago o bruja había hechizado presumiblemente por aburrido o por echarse un par de risas a costa del susto de los muggles.

 

Era inevitable no hacer un contraste entre el aire taciturno con que iba subiendo las escaleras, y la euforia que se manifestaba en un silbido suave de parte de Sagitas. Cruzada de brazos esperé a que abriera la puerta de la casa, y cuando lo hizo ingresamos sin mayores complicaciones. Me llevó unos segundos acostumbrarme a la penumbra pero en cuanto lo hice comprobé con espanto que dentro la cosa era peor de lo que pensaba.

 

Un cuadro de lo más caminador, y una jarra que de igual manera correteaba a lo largo del vestíbulo eran solo los primeros objetos de los que tendríamos que hacer cargo. Sacando mi varita avancé un poco más en dirección a la cocina, y allí el asunto se ponía peor porque ollas, cubiertos y demás también se movían de lo más autosuficientes. Era como si en ese casa todo utensilio hubiese cobrado vida, no queriendo bajo ninguna circunstancia perderla.

 

- Nos dividiremos este gran trabajo, supongo- dije todavía asombrada por la cantidad de objetos mágicos que necesitaban ser reparados para luego dirigirme nuevamente a Matt- Creo que yo podría ir a la cocina y tu a las escaleras por ese impertinente cuadro. Pero necesito que me des instrucciones, porque desencantar uno por uno cada uno de esos objetos me llevará la vida entera.

 

Encantamientos se me daba bien, y resultaba de ayuda para la tarea de ahora, pero estaba convencida que Matt me enseñaría una magia más precisa y orientada a las transformaciones. Y mientras lo pensaba, un par de tazas cruzaron fugaces entre mis piernas queriendo seguir la "hazaña" del cuadro.

cpoR6Mo.gif

GGxF5Wk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No podía negar ninguna de las palabras que había dicho su profesora, realmente los muggles eran seres que sabían como defenderse, se adaptaban a las situaciones que lo ameritaba, además, cuando se encontraban en una situación critica sabían responder, ya fuera de forma violenta o estratégica y a veces los magos por depender tanto de la magia, no actuaban tan rápido como ellos.

 

-Bueno… si debo decir algo me impresiona cada vez más son sus inventos para el transporte, nosotros tenemos nuestras escobas o sencillamente aparecemos, pero ellos consiguieron crear aparatos tan grandes para volar y para moverse por los mares, aunque nuestra forma es más cómoda o rápida, no hay que negar que fueron ingeniosos – respondió con una sonrisa un poco emocionada.

 

Sus orbes dorados brillaron cuando supo que su curiosidad iba ser saciada, debía admitir que su actitud curiosa era la causa de sus mayores males, pero se divertía bastante, cuando supo la razón, observó asombrado la casa – que pena… seguro habrá tenido historias realmente interesantes allí – susurró observando el hogar con mucho interés y deseando que aquella mujer haya tenido una buena y larga vida.

 

-ohh… agiliza bastante el trabajo – comentó impresionado, no le parecía mal, además le habían respondido una incógnita que había tenido desde que había llegado, quien era el joven y si la señorita era su compañera de clases, que ahora comprendía que no – transformaciones, eso suena genial – respondió con una sonrisa para ver al profesor y a la joven estudiante.

 

Siguió a su profesora con bastante curiosidad, se preguntaba si era demasiado diferente una casa muggle que una de magos, había estado entre seres no mágico en su niñez, pero siempre hubo magia a su alrededor, cosas que volaban por los aires o fuego creado de la nada, considerando aquello algo normal.

 

-mm… no se dice ¿aeropuerto? – preguntó curioso, justo se estaba refiriendo a ello cuando respondió la primera pregunta, hecha, los aviones y los barcos, Alexander se impresionaba por como habían creado esas enormes construcciones para transportarse.

 

-Cuidado! – exclamó para esquivar unos libros, se encontraban volando como si fueran aves – exactamente ¿como… se soluciona estas clases de problemas? – preguntó que hechizo debería usar cuando sintió como una silla detrás de él se elevaba por los aires y caía bruscamente levantando le polvo, por suerte todavía llevaba su mascarilla.

 

-¿La señora no le heredó esta casa a nadie? – preguntó bastante curioso, no sabía si las familias muggles hacían esas clase de cosas.

 

@

dJAKPqN.png


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.