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Libro del Equilibrio


Athena Rouvas
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El myrddin termino de bajar junto al resto cuando los efectos de aquellos polvos al fin los dejaron poder caminar, estaba molesto, pero tenia que mantener la calma, escucho las sandeces que decia y puso los ojos en blanco, pero justo antes que dijera algo mas tanto @ como @ habian actuado, ya quedaba claro que se daria cuenta que luchaba con tres magos seria est****o formar una pelea sabiendo los numeros con que contaba, pero el myrddin no estaba en aquel lugar para hacer caso a las necias insinuaciones de un mago, tenia que tener equilibrio y si en ese momento estaba molesto, buscaria nuevamente su paz interior y el control entre su mente y su corazón.

 

El Balance perfecto aveces era difícil de encontrar cuando habían ciertos factores externos que se convertian en distractores, lo mas dificil en un mundo caotico como aquel era mantener la mente clara para poder penzar, auqneu lestat estaba claro que su corazon no mentia y era un tanto puro, sabia que sus debilidades estaban en todos aquellos pensamientos que muchas veces hacian que cometiera los mas garrafales errores, y aquel no era momento para cometer errores, saldria de aquel lugar con nuevos conocimientos a como diera lugar.

 

La voz de @@Athena Rouvás inmediatamente hizo que todo el barullo armado terminara. y no dando espacios para que terminara comenzo a explicar un poco hacerca de aquel polvo (De asco) magico...

 

El myrddin observo sus manos aun conservaba sus guantes por si tenia que usarlos en algún momento, y saco su libro ahora si podía leerlo mejor ya que la lluvia habia terminado, tomo su vuela pluma y tomo nota de las acotaciones que le daba su mentora a Bel, eso seria util aprender para un futuro, la verdad tenia un poco de curiosidad pues aun estaba tratando de entender los amuletos y naillos de los libros, muchas veces cada uno de estos objetos magicos podian sacarte de algun apuro. miro su mochila ahi estaban todos los que habian venido con el libro, la conversacion y alos apuntes confirmaron que efectivamente eran aquellos polvos gente muerta, la verdad juro ante el olimpo que jamas tocaria aquellos polvos al menos que fuera en un momento de vida o muerte como sacerdote tenia un solo motivo de respetar los vivos y no vivos en la tierra y mientras viviria jamas usaria cadaveres para su beneficio. solo esperaba que jamas tendria que tocarlos.

 

miro a bel, y coloca cada una de las anotaciones, las reacciones y todo lo vivido quedaria escrito como anecdota de su clase.

El siguiente hechizo estaba por ser aprendido, solo quedaba eso, segun sus puntes ya estaban por terminar, ¿pero cuales eran esos amuletos?, Entonces el myrddin pregunto.

 

¿@@Athena Rouvás es idea mia o los amuletos tienen referencia a los hechizos, osea digo por lo del sineade que vien de los petalos esos...?

 

El myrddin puso cara de desconcierot, jamas se imagino que el anapneo sirviera para algo util pero no habia mal hechizo si no brujo que no sabia como utilizarlo, desde ese momento miro al rededor y supo que tener preparada la varita por si el loco de Demian intenaba envenenarlo entonces estaria preparado para usar aquel hechizo, pero tambien coloco su anillo en su dedo anular para usarlo cuando debia.

 

Ahora todo era mas claro y asi una a una anoto las cosas que tenia que entender de aquella exelente clase

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A pesar de ser consciente de que Rouvás sólo daba instrucciones, no es fácil sacarse de encima el hecho de sentirse como una niña regañada. Melrose no es alguien que sepa manejar adecuadamente esas sensaciones todavía, así que se queda un buen rato en silencio, sin decir nada a nadie, pensando en si deberán probar el último hechizo o no. La última vez con Weasley, ese hechizo justamente había sido particularmente desagradable.

 

Sin embargo Rouvás no pide nada de eso. Al contrario, lo que busca es despejar las dudas que hayan podido surgirles en el camino. Mel no está segura de qué es lo que debe preguntar. Después de todo, ella no tiene mucha idea de los hechizos o del equilibrio mismo, más allá de lo que ha aprendido en su clase y en la anterior oportunidad. Suspira e intenta no pensar en las consecuencias de reprobar por segunda vez. Está segura de que Richard no será tan comprensivo en aquella oportunidad.

 

—Pues... tengo una duda después de todo —titubea, luego de que Lestat haya hecho su pregunta también y de que pasada la réplica de Athena al respecto, quedaran unos momentos en silencio—. Hace un momento, yo llevaba un casco burbuja en la cabeza. También sé de hechizos como el aqueora o el detritus, que protegen a los magos por completo, sellándolos dentro de protecciones impenetrables. Entonces en tales casos ¿funcionaría la arena del hechicero si es que el mago o bruja está ya cubierto desde antes de que el polvo sea lanzado? Quiero decir ¿no sería inmune a ello? Y en cuanto a su alcance ¿qué tan lejos puede llegar el polvo sin desviarse en su trayectoria hacia su objetivo? ¿Cómo estar seguro de que impactará en la persona que deseamos a la distancia?

 

No hizo ninguna pregunta más acerca de por qué los Uzza utilizaban restos de sus muertos. Era algo que prefería no averiguar. Luego del breve discurso de Athena había terminado poniéndose el anillo anti-veneno que antes sólo había tenido refundido en el bolso. A la par, había conseguido con éxito no prestar atención a Malfoy. Bel había tenido razón en algo: ignorarlo era más fácil cuando no tenía que escucharle hablar. También era verdad que habría preferido mantenerse en posición menos confrontacional frente a alguien que vería de nuevo en el trabajo... pero el precio de llevar la fiesta en paz era demasiado comparado con lo fácil que había logrado desagradarle.

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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Incluso con el exabrupto generado, Athena era capaz de mantenerse ecuánime (aunque no menos firme) al frente de la clase y no podía más que admirar aquella capacidad suya. Quizá y era por esa razón que ahora mismo se hacía cargo del Libro del Equlibrio.

 

Escuché con atención la explicación con la Arena del Hechicero. Entendí su sentido y que ella estaba intentando clarificar algunas definiciones que a simple vista eran demasiado simplonas, pero para mí todavía quedaba el sinsabor de que todos esos hechizos eran demasiado vagos, lo que llevaba a que en un duelo las posibilidades de cometer errores con ellos fueran el doble.
A mi lado, Lestat anotaba al detalle cada una de las explicaciones. Resultaba asombroso que pudiese ser tan metódico.
La explicación sobre los amuletos fue puntual, justo como había imaginado también. Ayudaba a imaginar que no todos los hechizos de los uzzas estaban destinados a hacer daño en un campo de batalla, sino que también podían tener usos fuera de él. Pero nuevamente, su ambigüedad me sacaba de quicio. Pensaba que no habría ya más explicaciones pero entonces Athena comenzó a hablar nuevamente, sobre el cinaede, hechizo sobre el que Malfoy había comentado con tanta fe acerca de su ferocidad.
¡Y resultaba que podías contrarestarlo con un cinaede! El mundo de los duelos realmente podía ser tan extraño...
Lestat hizo una pregunta y Melrose le siguió también con otra, aunque la de ella intentaba aterrizar mucho más en el tema de como todos aquellos hechizos podían ser usados (por nosotros o los mortífagos) en una eventual batalla. ¿Cómo es que alguien como ella que no había vivido esos tiempos podía tener tanta información? Era muy curioso y no tenía idea alguna como para dar una respuesta. Pero las preguntas de ambos dieron pie a que también pudiese expresar las mías.
- Según indica la definición, las semillas de hielo pueden paralizar cualquier criatura, teniendo como única limitación que no sirven para criaturas de sombras u ofuscables. No me queda claro pero ¿las necrohands quedarían exentas también de ser paralizadas? Técnicamente no son "criaturas" pero preferiría asegurarme y no quedar con la duda - continué leyendo la definición de aquel rayo hasta que recordé la otra inquietud que me había surgido al leerla por primera vez- ¿Y consideran al vitae una "criatura" o no? ¿Me serviría el hechizo para enfrentarme a un monstruo de ese tipo?

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“En el caos sigo el orden de las cosas, en la muerte veo la vida.”

 

Fue el pensamiento que paso por mi mente al ver como mi visión se recuperaba lentamente, aun así mi voz no la recuperaba, lamente ese silencio y aun así vi su contraste con el cacaraqueo de mis compañeros. Y mirada se clavó al ver como alguien preguntaba sobre un alto poder oscuro, era muy iluso si pensaba que podía detener tan nivel de magia tenebrosa con unas simples semillas, una sonrisa se dibujó en mi rostro y esquive la mirada a todos.

 

“Desearía poder conjurar el veneno”

 

Aquel impulso demoniaco me impulsaba a penetrar mi ataque contra @@Lestat Rambaldi u otro de mis compañeros, pero no lo podía hacer. Así, usando magia herbolaria creo algunas flores demoniaca, eran hermosas y letales. Al mismo tiempo conjuro con la mano una vela, según la definición del hechizo esto ayudaría a incrementar el poder letal del veneno que se podía conjurar.

 

“Muerte y vida, en un mismo hechizo y amuleto”

 

Allí comencé a jugar con mi objeto, mientras aún petalos cristalinos me rodeaban, lastimosamente no podía dañar a nadie, pero como efecto se me observa bien, la pregunta de un compañero o compañero me pareció tonta, pero como un contraste de alguien de Ravenclaw era obvia, estando entre leones, y extrañamente lo que parecían ser de la casa de Ravenclaw, pero no sé, quizás el sombrero se habrá confundido con ellos, dado que parecían unos quejosos tejones.

 

“Creo que pronto podre hablar”

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