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Libro de la Sangre 19


Hades Ragnarok
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El vampiro había “descansado· pero se sentía como que no fuera así. Quizás la edad ya el estaba pegando, aunque por su condición vampírica eso no podía suceder. Por alguna extraña razón se sentía agitado. Tal vez, necesitaba su dosis de sangre humana `para recuperar energías, aunque claro estaba él era un vampiro vegetariano, se alimentaba de animales y de poción restablecedora de sangre. Bufo por lo bajo suponiendo que tendría que entrar al banco de sangre para robarse una bolsa.

 

Se mantenía con los ojos cerrados dejando que el vital gas pasara por sus pulmones inertes. Inhalaba y exhalaba como si estuviera meditando o hubiera entrado en alguna especie de trance. Los directores le habían avisado que aquel mes tendría algunos aprendices. Al ver los nombres @@Ernest Macnair Wilfred @ no pudo más que negar con la cabeza, al menos aquella seria la cuarta o quinta vez que Cye intentaba dominar los poderes oscuros de la sangre. No era por nada pero su instinto le decía que la chica era demasiado buena y pura como para aquellos misteriosos poderes, sin embargo, ella estaba en todo su derecho de hacer los intentos que fueran necesarios, más aun, sabiendo que a la final necesitaría un sacrificio de sangre para finalizar con todo aquello. Al otro alumno, si su memoria no le fallaba sería la primera vez que le daría clases.

 

En aquel momento estaba tan concentrado que no podía sentir ningún ruido, ni siquiera el viento se movía a su alrededor, quizás pro el aura poderosa del Ragnarok o en realidad no había suficiente oxigeno en la cima de aquella montaña escarpada donde se encontraba. Sabía que allí haría mucho frio, hasta el punto de congelarse, por lo que esperaba que ambos alumnos fueran preparados y estuvieran dispuestos a morir.

 

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Otra vez, de nueva cuenta lo estaba intentando y tenía que reconocer que nunca en toda su vida academia había fallado tanto en intentar una asignatura, pero claro, no era una asignatura en realidad, sino el conocimiento de Guerreros Uzza que estaba pretendiendo obtener, el hecho de que el enigmático Hades lo impartiera con su seriedad y palabras tan desnudas, sin adornos, no mejoraba el nerviosismo de la bruja. Cuando se había enterado que la clase daba inicio se había tenido que armar de calma y hacer los preparativos para la misma.

 

“Dispuesta a morir” esa parecía ser una constante que la asechaba en últimas fechas, casi que lo tenía como la pregunta obligada en cada intento por hacerse del Libro de la Sangres, no por nada el nombre, aunque la verdad nunca lo había concluido, le seguía intrigando, y se sentía como una nueva, bueno ninguna experiencia es igual a otra, seguramente era por eso y porque su mente estaba abierta, pronto sabría ¿Qué tanto?

 

Por el momento hacia uso del traslador que la Universidad había adjuntado al comunicado, que no era otro que el propio sello, al frotarlo ella había sido trasladada hasta aquel lugar remoto donde había sido citada, una cima elevada y escarpada en quien sabe que paraje olvidado de los dioses, en seguida sintió las fuertes corrientes de aire y el frio que penetraba su atuendo cómodo, aunque los pantalones de mezclilla eran abrigadores, las zapatillas deportivas iban con medias y la blusa era un suéter de cuello alto, aun así lo podía sentir.

 

--Espero no llegar tarde profesor-- dijo en tono calmado a espaldas del Ragnarok, quien según sabia ahora era el jefe del hospital mágico. Se regaño a si misma por pensar en otra cosa, pero tuvo el suficiente cuidado de no quedar al alcance de la mano del mago, no quería que le pasara lo de la ultima vez, aunque sospechaba que solo eso iba a resultar todo un reto.

 

--Espero no ser la única en la clase, aunque también sería un honor-- un honor y un susto, tener toda la atención del mago para ella y también cada desafío o reto, era aterrador y sin margen de respiro, pero que fuera lo que el universo tenia dispuesto.

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El cainita se mantenía sereno con los ojos cerrados meditando. Había bloqueado todo sonido a su alrededor y aquella falta de oxigeno lo ayudaba mucho mas, mas bien, el aire estaba enrarecido en tal alto lugar. Sin embargo, sabía que debía dejar de “concentrarse” y volver a la realidad que poco a poco le iba a golpear en la cara. Movió los músculos poco a poco, dejando que estos se estiraran, aunque no sintió dolor sabia que estos de alguna forma estaban entumecidos.

 

No paso mucho después de “despertar” y salir de aquel trance cuando el sonido de una aparición y la voz de alguien a sus espaldas llamaron su atención. Sion embargo, no se movió y dibujo una mueca malvada en nívea faz para pasar la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos para disfrutar de su propio veneno. La victima había llegado, aunque no podía decir que fuera carne fresca, mas bien, había reconocido aquella voz de todas las veces que se había cruzado con ella en aquel conocimiento y en algún que otro lugar de Londres. ¿Qué pensaría Bodrik si volvía a reprobar a su abuela?, quizás él podría torturar un poco a la mujer para divertirse ya que al parecer era la única persona que aparecería aunque eran 2.

 

-Bienvenida nuevamente –dijo en tono serio- espero ahora si estés preparada para lo que tienes delante de ti, para sacrificar un poco más de lo que ya lo has hecho, pero… ¿Qué pasaría si un sacrificio de sangre o un ritual oscuro es lo único que te permitiría salvarte a ti o a alguno de tus seres queridos? –le preguntó el vampiro a la Lockhart.

 

El vampiro había sido quizás un poco duro con aquella pregunta pero era necearía, Cye había empezado aquel libro muchas veces antes y siempre sucedía lo mismo, terminaba fracasando, en shock y debían mandarla a su hogar, ahora el Ragnarok se lo estaba planteando de otra forma para ver si con aquello al fin podía soportar los últimos pasos.

 

-Y para responder a tu pregunta, si, parecería que eres la única y será mejor que comencemos a movernos, no creo que quieras convertirte en helado, mas si nos agarra la noche en este sitio –comento levantándose y observando el horizonte- lo mejor será que saques tu varita e invoques la daga del sacrificio, jamás se sabe cuándo vas a necesitarla, mas si te pierdes y eres tu sola quien ande por allí

 

Comenzó a caminar. Debían tener cuidado, quizás podrían encontrarse con el Yeti o peor aún, con algún ejemplar de Dragón Blanco. Sabía que ese tipo de dragones habitaban en las llanuras, montañas y en climas árticos. Sus escamas blancas hacían que esos dragones fueran casi imperceptibles en la nieve. Pensó un poco intentando recordar algún otro detalle de aquel tipo de dragones. Recordó que tienen una inteligencia baja y su tamaño es de los más pequeños dentro de los dragones pero, aun así, son unos excelentes cazadores. Para sus ataques usan el aliento de cono helado, capaz de congelar todo lo que se ponga a su alcance. También luchaban cuerpo a cuerpo. Podían lanzar conjuros para caminar por el hielo, crear una niebla helada y muros de hielo. Sobre todo eran inmunes al frío. Además, de que vivían en cuevas heladas y subterráneas.

 

Se volteo para ver si Cye le seguía. Quizás a duras penas gracias a la nieve pero podría decirse que ella lo estaba intentando con todas sus fuerzas, además podía usar magia, era obvio que podía usar algún conjuro que creyera que fuera necesario para seguir adelante.

 

De repente el vampiro se detuvo y le hizo una seña a la Lockhart para que se detuviera también o al menos para que intentara alcanzarlo rápidamente. Aquel silencio sepulcral había sido roto por una especie de aullido. Una jauría de lobos blancos hambrientos y sedientos de sangre lo estaba acechando. Más aun, podía sentir la mirada del lobo alfa dirigida hacia él. Negó con la cabeza y se preparó en caso de ser necesario, pero aquí es donde Cye debía tomar la decisión, allí, justo en aquel momento ella tendría que o caer nuevamente en shock o hacer lo que debía hacer, usar la magia para sobrevivir.

 

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Editado por Hades Ragnarok

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Estaba consciente de que su llegada no tomaba desprevenido al cainita, era un zorro viejo como solía decir un dicho muggle, ¡cuidado si la desprevenida era ella! El paraje por supuesto no era nada amigable, y el frio se metía por cada poro de la tela que vestía, aunque no lograba apagar el fuego interno de la bruja que hacía que la sangre siguiera fluyendo con regularidad a cada órgano y parte de su cuerpo, pero de todas formas instintivamente cruzo los brazos sobre su pecho en espera de que el profesor contestara su saludo. Por supuesto no fue lo que esperaba, ¿Cuándo había sido así? La pregunta no le extraño aunque no se sentida cómoda con la respuesta que estaba a punto de expresar.

 

--Encontrare la forma de efectuarlo sin venderle mi alma al diablo, si a eso se refiere-- dijo con deliberada calma sin quitarle los ojos de encima, y por supuesto la mención del diablo le caía como anillo al dedo al cainita. Era obvio que ninguno de los dos deseaba un nuevo fracaso, él quizás por no verla de nuevo y ella, porque necesitaba avanzar, la misma frustración hablo por ella a través de un profundo suspiro exhalado justo dos segundos antes de que el mago le pidiera ponerse en movimiento.

 

--¿Perderme? No, no, eso no pasara, o ¿Piensa dejarme abandonada?-- Expreso de forma rápida, al darse cuenta que era una posibilidad tan real como el mismo hecho de que anocheciera, apretó más sus propios brazos, se había acostumbrado a tomar las ultimas clases de conocimientos y habilidades con Bodrik y al estar sola en esto se sintió desamparada y a la deriva, frunció el ceño regañándose mentalmente para no sucumbir a las especulaciones que su mente intentaba comenzar a realizar. Saco su varita de arce y tal cual le había sugerido el Ragnarok invoco mentalmente la daga del sacrificio, al momento aquel filoso objeto se materializo en mano y siguió caminando. No era fácil con tanta nieve y la posibilidad de que un Dragón Blanco viniera a amenizar su caminata.

 

--¿Porque escoge lugares como este?¡Demonios! por una vez podría usted tener la cortesía de un bonito bosque, con agua común y corriente, lo mismo que las criaturas-- espeto fuerte para que la oyera ya que iba como diez pasos delante, si lo hizo no le contesto, en su lugar luego de varios minutos de escuchar solo el viento que se arremolinaba alrededor de su cuerpo y claro la nieve cada vez que pisaba, de pronto un aullido espeluznante rompió toda calma, el mago le hizo señas, el se detuvo y ella lo alcanzo y lo imito, no necesitaba preguntar qué pasaba, sabía que otros seres vivos estaban cerquísima, la energía que proyectaban así se lo comunicaban a la sacerdotisa.

 

Ahora, estar sola en una clase, era una cosa, pero saber que debía hacer algo o ser la carnada era otra muy diferente, no tenia en quien escudarse, estaba desnuda ante lo que sea que aquel mago planeaba o controlaba, pero su espíritu de lucha y su natural rebeldía a pesar de la dulzura que poseía le negaban el retroceder.

 

--Orbis Bestiarum-- pronuncio haciendo que un anillo dorado envolviera al macho alfa (Lobo) que ya había divisado con sus dientes enteramente expuestos en señal de caza, dándole la orden de que se dejara tocar por ella, lentamente la bruja bajo su mano y acaricio al lobo en su cabeza, claro que no era una caricia en sí, sino que lo estaba marcando según el poder que le confería la magia Uzza de aquel libro. Ambas mentes se conectaron y en seguida le ordeno alejarse con su manada sin atacarla, tal vez hubiera podido pedir que se enfrentara y desgarrara a los suyos, el animal de seguro la habría obedecido, en cuyo caso hubiera resultado muy lastimado por el resto por el factor numérico o muerto, no, no era necesario desperdiciar una vida, así lo creía ella.

 

De inmediato su voluntad fue acatada y el animal retrocedió hasta quedar en medio de la manada, hubieron aullidos y más aullidos incluso lo que ella llamaría un conato de pelea, pero al final era el macho alfa, así que todos se alejaron al menos por el momento. Se volvió hacia Hades que parecía no haber movido un solo musculo mientras ella se la jugaba, ¿acaso pensaba que solamente la cenarían a ella? --No se preocupe profesor, no necesito ayuda, ¡no se vaya a molestar usted!-- comento con total ironía, dispuesta a enfrentar cualquier crítica sobre su proceder.

 

@@Hades Ragnarok

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El vampiro se mantuvo en silencio esperando. Recorrió con la vista cada uno de los centímetros de aquel paraje inhóspito para estar seguro de cada uno de los pasos que deberían dar y de los peligros que pudieran encontrar. Miro de reojo observando la reacción e Cye para luego dibujar una mueca divertida ante alguna de sus palabras. Asintió, parecía que la chica estaba al fin lista para enfrentar lo que tenía en frente y de no ser así simplemente la vería otra vez o la llevaría hasta una mazmorra oscura para torturarla y que así se ganara el derecho de seguir avanzando.

 

-No es necesario que venda su alma, solo debe alquilarla de vez en cuando –dijo en tono divertido ante la respuesta de la Lockhart- sin embargo, quiera o no, al menos esta vez tendrá que sumergirse en los oscuros secretos de la sangre, claro está, si quiere continuar viéndome cada mes no me molesta –comentó.

 

El ataque era inminente. En un segundo estaban parados y en el siguiente ya tenían a la jauría de lobos encima de ellos, sin embargo, el cainita hirió a uno de los lobos con la daga del sacrificio y le ordeno atacar a sus compañeros. Cye, uso una buena táctica para defenderse y salir de aquel aprieto, aunque aun la chica no había usado la magia por la que estaba allí. Ladeo la cabeza pensando si tendría que ser él quien tomara la iniciativa y obligar a aquella mujer a derramar la gota de sangre que terminaría con todo, ya fuera de ella o de alguien más, pero Cye debía hacer aquel sacrificio, por las buenas o por las malas.

 

-se que no necesita ayuda –dijo ante el comentario de ella escuchando el tono de voz y la forma en que pronunciaba aquellas palabras, solo que no le molesto en lo mas mínimo, él solía dejar a sus alumnos solos para que pudieran experimentar en carne propia cada uno de los misterios a los cuales se estaban enfrentando- si estás aquí es porque eres capaz de esto y más, solo que ni tú misma te has dado cuenta de ello, sin embargo, yo solo soy el instrumento, tu eres quien debe manifestar el verdadero poder y traer al exterior lo que llevas guardado –negó con la cabeza ante aquel comentario del sitio escogido- bueno, le aseguro que la próxima vez no será un sitio tan agradable, capaz termine en alguna mazmorra siendo torturada o si estoy de buenas puede que le tome la palabra, eso sí, de una forma u otra, ya sea por las buenas o por las malas tendrá que salir de ello.

 

El cainita se volteo y le hizo señas a la Lockhart para que comenzaran a caminar nuevamente, lo mejor era no quedarse allí tan al descubierto, aunque sin embargo, en un lugar tan apartado y tan alto y con tan poco oxigeno se supondría que nada más podría suceder o aparecer.

 

-Lo mejor será que vayamos hacia aquella zona –dijo usando la varita con el encantamiento brújula y para revisar si había algún humano cerca de ellos- parece que todo estará tranquilo y eso lo puede aprovechar para realizar cualquier pregunta que tenga sobre el libro o al menos si tiene alguna

 

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Las palabras de Hades por momentos la desconcertaban, esa calma a veces era exasperante… aunque quizás él también resultaba contrariado cuando ella evadía el lastimar criaturas, es que no se trataba de una gota de sangre, sino de la esencia de vida, aun no sabía cómo diantres, pero no estaba dispuesta a reprobar por muy simpático o enigmático que fuese el profesor, claro que no. “Concéntrate Lockhart o pasara lo inevitable” se dijo a si misma mentalmente, mientras empezaba a caminar siguiendo los pasos del Ragnarok.

Hasta ahora aparte de los lobos todo había resultado muy tranquilo, a pesar de la mención de abominable hombre de las nieves, o de la promesa de una mazmorra donde ella seria torturada, y mira que lo crea del todo capaz, sobre todo después de oír las tantas historias que se rumoraban provenientes de sus alumnos de conocimientos mágicos, ya ni hablar de un libro tan… sangriento, digno de un vampiro.

La varita en una mano y la daga en la otra, lista para ser usada, junto con la oportunidad que le daba de preguntar cualquier duda, y claro ella era la mata de ellas, pero en aquel mismo momento no se le ocurría ninguna, seria porque aunque los ojos físicos lo vieran nada, percibía un peligro inminente que podía desatarse en cualquier fracción de segundo, pero a la vez podía ser paranoia quizás era hora de empezar a probar aquel filoso objeto, el miedo a equivocarse debía irse o como bien decía Hades la tendría allí vez, tras vez.

Sin pensarlo dos veces dijo --Immolo oppugnare-- al tiempo que hizo una herida profunda en la palma de su propia mano, la izquierda, haciendo que el líquido rojizo tiñería la nieva piel, obviamente esperaba que lo mismo sucediera en la palma de su profesor, porque era en él en quien había pensado, si sucedía estaba bien ejecutado, sino era obvio que algo le faltaba, en cuyo caso quizás fuera agregar el nombre de la persona a la que quería lastimar, aunque en una batalla con un mortifago no sería muy útil, pues se desconocía la identidad de quien estaba detrás de la máscara.

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