Prueba Libro del Equilibrio

[Thoth]

@@Lestat Rambaldi había usado una entramada estrategia para salvarse de mis flechas de fuego. Sin embargo, esta al caer en el suelo comienza arder en el suelo (así como lo describe en mi post anterior y Lestat no expreso nada, por lo que asumo que sucedió.) lentamente las llamaradas negras le producían daño a este, el fuego descontrolado comenzaba a expandirse. Al menos conté con la suerte de la distancia que nos separaba 7 metros (agregando la distancia y siendo la única referencia anterior es que estamos cercanos)por lo que medio placer verle crear en su cuerpo algunas quemaduras por la cercanía que nos encontrábamos.

 

En primer instante use Salvaguarda Magica al pensar en esa palabra, dejando con ello mi cuerpo intangible y las flechas de fuego que el Rambaldi me lanza me traspasa, pero ellas al impactar contra el suelo no genera fuego alguno.

 

No contaba con mucho tiempo y fue de esta forma que paso por mi mente Episkey sanando por completo las heridas que me había causado, par este momento ninguno de los dos poseía heridas sangrantes, a pesar que mi adversario comenzaba a sufrir quemaduras , ya para este momento y el viento que pasaba la brasa se alzaba a unos 30 cm de alto, era consiente que pronto esta amenaza me seria un obstáculo. Pero no seria tan rápido y por lo menos tendría algo de tiempo (considero un turno mas, aparte de este).

[Melrose Moody]

Lo que suelta Evans McGonagall, a pesar de que la bestia al interior de Mel tenga su propia perspectiva, tiene sentido si lo piensa con detenimiento. Ella misma no es aficionada a los enfrentamientos pero no porque no le guste hacer uso de su varita en ellos si no más bien porque no despiertan su interés, justo como dice la pelirroja. Al menos, no ese tipo de enfrentamientos. Su única misión en el curso es formarse en él, para luego poder replicar los conocimientos en su ahora "primo" puesto que él jamás podría llevar el curso por su cuenta, no de la manera en que lo harían las personas de a pie en Londres y como esperan que hagan aquí. Mel empieza ya a comprender esa parte de su nueva familia y espera que sea eso que Richard realmente espera de ella y no algo más complicado.

El ataque la sorprende no porque no hubiese visto el cinaede antes si no porque se había distraído pensando en el motivo de su asistencia a clase. También, había un fuerte componente de voluntad, de hacerlo simplemente para aprovechar el tiempo. Ahora, sin embargo, se detiene apenas unos instantes intentando respirar mientras el horrible gas empieza a ganar terreno en sus vías respiratorias. No es que pueda verlo si no que lo siente. Intentando no entrar en pánico y con el nauseabundo olor llenando por completo sus fosas nasales, todo lo que puede pensar es un anapneo. No se lo espera pero el alivio es inmediato. Sus vías respiratorias empiezan a despejarse hasta quedar del todo liberadas y ella se permite aspirar con delicadeza el aire en busca de aquella nube de invisible y letal pestilencia. Sin embargo, parece no haber quedado ni rastro, tanto en el ambiente como en su cuerpo. Segundos después la cabeza ya no le da vueltas y su mente se despeja.

Mel adivina que eso significa que Evans McGonagall aún tiene un largo camino para desarrollar la magia que estan aprendiendo, al igual que la propia Mel o los estragos del cinaede habrían sido mucho peores. A continuación, se da cuenta de que hasta entonces ha estado a la expectativa de que algo le sucediese, algo además del envenenamiento, puesto que Bel parece haber estado haciendo una floritura. Sin embargo, nada pasa; Mel no es lo suficientemente rápida como para adivinar que se debe a que Bel probablemente ha transgredido una de las restricciones que impusiera Athena en el campo de batalla al inicio de la clase, cuando preparaba la "arena", así que simplemente cree haber tenido un golpe de suerte, por lo que añade.

—Semillas de Hielo.

 

El viento helado, surge entonces desde su varita, hacia el pecho de Bel, que es el punto a donde direcciona su magia. Lo que sucederá de impactar en ella con éxito, será recubrirla de una capa de hielo, de manera que quede inmovilizada. No sabe si alcanzará a adivinar que el ataque va hacia ella o no debido a que sigue ciega pero confía en que quizá no lo haga.

[Rory Despard]

Había metido la pata.

 

Tan acostumbrada como estaba a usar hechizos de bando había olvidado por completo la restricción que Athena había colocado al campo de batalla. Así que yo solita, sin que Mel fuera ninguna virtuosa de los duelos me había colocado en bandeja de plata.

 

Suspiré con cansancio. Quizá y no fuera del todo malo que aquello acabara rápido. Aunque por otro lado, al estar mi motivación puesta en aprender lo más posible de aquella magia para defenderme exitosamente en una batalla relacionada a la guerra mágica, no podía permitir rendirme tan fácilmente.

 

Era una situación complicada y todavía seguía ciega.

 

Ya solo quedaba que Mel hiciera su estocada final, pero increíblemente la mujer atacó con unas semillas de hielo, hechizo que hasta donde yo tenía entendido solo podía ser usado en criaturas.

 

- Hey hey- me atreví a decirle entonces mientras alzando la mano lanzaba la arena del hechicero en dirección a dónde le había escuchado pronunciar el hechizo para que el brillo de las mismas similar al strellatus la dejara ciega tal cual me había dejado a mí- que no soy una criatura para que intentes congelarme.

 

Ambas habíamos cometido un error así que por causa de eso el rol había quedado nuevamente igualado. Ya en breve podría recuperar la vista, así que tenía que aprovechar y esta vez, elegir correctamente el mejor hechizo posible. No dudé entonces en pensar que cayera sobre Melrose una Maldición que haría que la mujer se viese imposibilitada de que cualquier hechizo que quisiese hacer tuviera un real efecto en mí.

[Lestat Rambaldi]

El castaño miró el fuego a su alrededor, las lenguas de fuego aún no le hacían daño pero sentía el calor que mañana de estas. L estat miró a su contrincante pero un segundo después que las flechas de fuego fueron lanzadas este salio de su rango de visión. Miró fijamente hasta esperar que apareciera.

 

[ b]obliviate[/ b] el mirddin apuntó directo a la cabeza del hombre apenas apareció...el efecto del hechizo Borrar todos los recuerdos del mago ha cerca de los hechizos...por lo que la curación de episkey que quería hacer se le había olvidado por completo. Sólo podría recuperarse perdiendo un turno y poner sus pensamientos en orden, aunque quería hacer algo más para usar sus hechizos aprendidos,primero tenía que salir de aquellas flechas q icendiaban todo y q sería una molestia para seguir con su prueba.

 

[ b]aguamenti [/ b] un chorro de agua fría apagó rápidamente con el fuego a sus espaldas y las flechas de fuego perdieron poder por lo que hasta ahora no representaban ningún peligro.

 

El castaño miró a su oponente las heridas de su brazo por el inmolo opugnare aún seguía abierta y de esta manaba mucha sangre...-oye tu,espero salgas de esta- pero en el momento queria tambien sa er como le estaba llendo a sus amigas.

[Thoth]

No comprendí las palabras de @@Lestat Rambaldi . Qué heridas sangrantes este se refería, si en verdad me había curado de aquellas que me infligía con mi daga, ya que la de este nunca sucedió. Ahora bien, observe como mi oponente era quemado por el fuego negro que ardía en el suelo, una llamarada que se me acercaba a rapidez. Por suerte, para mí y mi adversario un mal tiempo comienza a caer y las gotas comienza pagar mi fuego. Pero otra realidad era que vivía mis otros dos compañeros de clase.

 

Tenía oportunidad aun de librarme del hechizo lanzado en mi contra, este era un rayo y era lento en llegar, por lo que había usado por última vez Salvaguarda Mágica provocando que el rayo me traspasar, por suerte también me sirvió librarme de ser quemado, dando algunos pasos y ver el bravo fuego acercarse a mi.

 

Después note que mi rival crea agua y a este punto me encontré tentado a usarlo, pero no. Use el objeto de las semillas de hielo para congelar el espacio de mi alredor, use hasta la ultima y el suelo quedó resbaloso. El hielo al contacto con el fuego causaba un curioso contraste. Y para evitar el fuego negro lance un aguamenti y esto evito que en mi cuerpo no se quemara. El fuego salvaje que cause fue detenido, extrañamente note quemaduras al rojo vivo en Lestat, esta si no eran tratada moriría. En estado de salud me encontraba en perfecto estado y en equilibrio o eso suponía.

[Melrose Moody]

Un par de sílabas bastan para que Bel llame su atención. Sin embargo, al alzar la vista, lo ve todo negro. Entiende entonces que ha sido cegada con la arena del hechicero y a pesar de que el lobo se rebela ante la idea de perder uno de sus sentidos de nuevo, no cae en la misma precipitación que padeciera antes. Después de todo, es normal que Evans ataque con algo como eso cuando les han ordenado hacerlo y no por alguna clase de arranque de "genialidad".

 

A su vez, tales reflexiones no cambian el hecho de que no puede ver y que muy probablemente, eso signifique que sus ataques tengan posibilidades de impactar... o no. Así que, mientras piensa en si arriesgarse o no a averiguar si es que Evans se ha desplazado de su primigenio lugar, aprovecha de invocar por primera vez su daga del sacrificio. Pronto, siente el tacto frío del metal en la mano izquierda, notando a su varita vibrar en la diestra. Sin embargo, sabe que aún hace falta decir algo para poder utilizar el poder de esa arma, por lo que susurra un "Immolo Oppugnare" realizándose un corte de mediana profundidad en la pierna; en sí mismo, el dolor no es lo que hace que un escalofrío recorra su espalda, pues está acostumbrada a sufrir padecimientos mucho peores en cada una de sus transformaciones, si no lo retorcido del ataque. Aún así, está segura de haber tenido éxito. Un corte de similar índole aparecería en la pierna de Evans, y necesitaría curarse sin duda.

 

—Uhm... pues no decía nada de eso en el libro —replica entonces en voz alta, notando que la voz de la pelirroja proviene de la misma dirección de dónde la había visto cuando todavía no había caído bajo la arena del hechicero. Existía la posibilidad de que se hubiera movido sólo unos pasos a cualquiera de sus lados pero Mel decidió que se arriesgaría después de todo— así que creí que podría hacer efecto en humanos también.

 

Desde luego, Athena había hecho que practicaran con animales pero Mel había creído que se debía más bien a cuestiones prácticas (como el que no se atacaran los unos a los otros) más que a que realmente no tuviera efectividad en humanos. Sea como fuere, es evidente que Evans no esta congelada dentro de un cubo de hielo y ella ha malgastado su oportunidad. Intentando no pensar en qué pasará si se equivoca de nuevo, se limita a pensar:

 

—Flechas de fuego.

 

Y sabe qué es lo que ocurre, aunque no pueda verlo. Apunta su varita hacia el lugar donde había visto a Evans McGonagall por última vez. Los filamentos de fuego saldrían disparados como una lluvia transversal, uno tras otro, hacia ella; prenderían en su ropa, su piel y arderían haciéndola sangrar a través de heridas abiertas, de feo aspecto. No era algo que quisiese ver realmente, así que quizá podía ir agradeciendo a la ceguera momentánea. No sabe, por supuesto, lo cerca que ha estado de fallar. Bel sigue en la misma posición en donde la ha visto por última vez, así que es seguro de que será alcanzada por el ataque (lo que es más bien suerte) y la maldición de Bel no hace efecto en ella dado que no ha pronunciado su hechizo en realidad, cancelándose.

 

Sin embargo, hay una última cosa por hacer y no la olvida. Mueve su varita una última vez y piensa rápidamente en una curación. Es un hechizo excepcional, que puede utilizar sólo una vez durante el duelo y lo aprovecha en esos instantes. Así, la herida de su pierna sana por completo con rapidez pasmosa, dejando de escocerle.

[Lestat Rambaldi]

Me refiero a la herida que tienes en el brazo que hize hace rato con mi daga con el inmolo opugnare que jamas curaste.. pero veo que estas tan ocupado en querer atacarme que no te has fijado del detalle.

 

En ese momento quería volver a usar mi hechizo recién aprendido,meti mi mano (con el guante) y con un puño de Arena del hechicero lo lanzo al aire recitando en silencio que este hiciera efecto de inmediato en los ojos de aquel joven para que no pudiera hacerle nada. pues no sabría que movimiento haria.era mejor segarlo para que no supiera mi proximo movimiento

 

En ese momento lestat sabia que tenia una sola oportunidad de demostrar que podia realizar una estrategia y demostrar un equilibrio para poder pazar aquella dura prueba, fue entonces que puso aquel collar,un colgante con forma de esmeralda que emite una luz fluorescente en la oscuridad. esa seria su ultima carta en caso de perder ante aquel mago, pero la verdad era que a parte de tener sierta aversion hacia el joven comenzaba a divertirse, seguramente de eso se trataba el equilibrio.

 

En ese momento lestat apuntó a uno de los arboles que se encontraban a unos metros por la espalda de aquel hombre. Morphos dije e inmediatamente la criatura se trasformo de la madera gruesa de aquel arbol. Era una pantera Adulta que inmediatamente con mi poder mental le dije:- ocultate bien solo aparece cuando te lo diga-