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Prueba de Animagia #13


Suluk Akku
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Suluk tendría que realizar una nueva prueba a una aspirante. Alessandra estaba lista para demostrar su aprendizaje y que había logrado dominar las enseñanzas sobre la Animagia dadas por la anciana. Las pruebas impuestas por ella hasta ese momento no serían nada en comparación con lo que tendría que enfrentar en la isla y en el interior del portal. Por lo tanto, la fortaleza mental sería vital para lograr cumplir con su objetivo.

 

- Te espero en la Gran Pirámide pero debes llegar sin objetos mágicos - Fueron las palabras que Suluk le dirigió a Alessandra antes de abandonarla en la parte más externa de la isla. La mujer tendría que entender lo que debía realizar antes de empezar a caminar. La arcana se había encargado de ubicar los obstáculos para su alumna previamente sobre el camino y observaría todos los sucesos desde la Gran Pirámide con mucho cuidado.

 

- Pociones - El primer obstáculo consistía en una mesa llena de pociones buenas y malas, algunas venenosas y otras no. Alessandra tendría que encontrar la poción adecuada para ella utilizando su forma animal - Solo hay una poción correcta dentro de todas - Había más de 100 así que tendría que elegir con mucho cuidado para no morir en le intento.

 

- Quiero una situación extrema - El espíritu del Gran Lobo de su Vara de Cristal se encargó de hacer aparecer muchos cazadores unos metros adelante del primer obstáculo. Todos tenían una sola tarea: matar a Alessandra incluso aunque no estuviera en su forma animal. Además eran cazadores muggles y mágicos, así que no solo tendría que defenderse de sus hechizos, también de sus armas de fuego y rápidamente.

 

- Por supuesto no puede faltar una esfinge - Era un obstáculo muy bueno para la anciana y nuevamente lo pondría. La criatura le haría una sola pregunta a Alessadra y según su respuesta le permitiría continuar su camino, o la mataría. No obstante, Suluk no permitiría que eso ocurriera así que lo mejor sería responder correctamente - Y un laberinto - El cuarto obstáculo siempre era el más fácil pero el que mayor tiempo tomaba para los alumnos debido a su extensión.

 

- Bienvenida a la Gran Pirámide - Fueron las palabras de Suluk al notar que Alessandra había logrado superar los obstáculos - Debo confirmar contigo que es tu deseo realizar la prueba de la Animagia y que has leído los siguientes pergaminos del Ministerio de Magia: El Portal de las Siete Puertas y Breves apuntes sobre las Pruebas de las Habilidades - Suluk hizo una leve pausa para mostrarle los documentos a su aprendiz.

 

- Estos documentos explican lo que enfrentarás al interior de la prueba y debes tenerlos claros. Si no lo has hecho por favor lee todos y al final dime si deseas participar en la prueba de la Animagia - Alessandra tendría que leer los pergaminos y reafirmar sus ganas de presentar la prueba para poder dar inicio a la misma.

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Había llegado el momento, desde que le aseguro a la Arcana que deseaba hacer la prueba la llevó con ella a una isla no sin antes hacer que se desprendiera de su varita mágica, al hacerlo se sintió desnuda pero si deseaba pasar la prueba no dudo ya que más tarde lo recuperaría.

 

El calor de la isla era más penetrante que su incursión al prado de su sueño o incluso en el bosque de Francia, aquéllo era completamente distinto a lo que pasó mientras entendía a su animal interior, pero era fuerte, deseaba pasar aquéllas pruebas y demostrarse a si misma que podía.

 

Antes de poder avanzar para ir a la pirámide dónde Suluk la estaba esperando Alessandra debía elegir la poción correcta que la transformaría en aquélla liebre de pelaje dorados. Ni siquiera se molestó en contarlas ya que era obvio que había las suficientes para desmoronar su seguridad o simplemente envenenarse. No tenía una pista de cómo sería asi que optó por tocar cada frasco y observarlo fijamente, no debía fijarse en el tiempo que le tomará por lo que aspiró varias veces recorriendo con la mirada los frascos multicolores de distintos tamaños hasta que su mirada encontró un frasco pequeño de apenas unos veinte centímetros con un líquido transparente, mientras acercaba su mano para tomarlo su pulso se aceleró y cómo si el líquido sintiera su cercanía cambió a un color amarillo brillante.

 

- Se el correcto- se dijo bebiendo el líquido.

 

Lo otro que sintió fue que comenzó a perder altura y después su figura humana ahora había sido sustituida por una liebre de largas piernas de pelaje dorado cómo todo su cuerpo, sus orejas estaban paradas listas para echar a correr al mínimo de peligro.

 

Todo parecía muy tranquilo después de las pociones, había avanzado varios metros en línea recta dejando atras aquéllos frascos coloridos cuándo un movimiento sigiloso captó su atención se quedó quieta, sus oídos captaban sonidos bastante lejanos, ¿susurros?, ¿hombres?, no, cazadores, le corrigió una pequeña vos interna, debía correr con cuidado, no sabía si la habían visto y tampoco las trampas que habían dejado sólo sabía que debía huir.

 

Su corazón se aceleró cómo había pasado con aquélla pareja en el bosque de Francia, excepto que no tenían perros que la persiguieran. Miró el suelo mientras avanzaba con cautela, los arbustos se extendían por todo el lugar cómo los árboles aguecados cómo perfectos escondites.

 

Los ruidos de ramas romperse y el costante ruido de algo metálico hicieron que simplemente corriera entré disparos y algún que otro rayo de colores, estaba tan cerca de salir al sol del ¿desierto? Cuándo su gritó salió de ella, un hechizo le había dado en su brazo izquierdo haciéndole un corte profundo, bastante sangre salía cuándo ya la poción dejó de hacer efecto, volvía a ser ella salvó que su brazo izquierdo había una herida sangrante, fue grande su sorpresa al ver una esfinge frente suyo.

 

-Holasaludó con amabilidad y sorpresa.

 

Hola, Alessandra Rambaldi ¿Estás lista para responder mi pregunta?-hablo la esfinge.

 

Entrecerro los ojos a causa de la luz pero asintió con la cabeza insegura de cómo sonaría si le hablaba.

 

- ¿Qué se vá y no regresa?-

 

Alessandra aspiro varias veces soltando todo el aire, el olor a sangre la estaba mareando o quizás era el dolor, pero seguía tratando de adivinar que era, quería llegar lo antes posible con la Arcana, no tenía tiempo, la comprensión llegó enseguida, tocio un poco antes de responderle.

 

- El tiempo- le respondió con voz clara.

 

- Bien respondido- contestó dejándole pasar.

 

Con la esperanza de llegar a la pirámide se encontró con otro obstáculo, un laberinto, gimio para sus adentro pero se negó a retroceder faltaba tan poco sólo un poco más, rasgo la parte que le cubría el vientre a la blusa que llevaba puesta y se hizo un torniquete en el brazo para evitar desangrarse en la mitad del laberinto.

 

Con un suspiro entró, vago por varios pasillos que no la llevaron a ningun lado, incluso había terminado en el mismo lugar al menos unas tres veces, al menos cálculo que una hora le llevó encontrar la salida a las escaleras de la pirámide dónde Suluk la esperaba.

 

- Si deseo hacer la prueba aún pero esto, ¿tendría un poco de agua y unas vendas? - le preguntó jadeante mientras tomaba los pergaminos que le dio para leer.

 

Leyó cada párrafo del contenido de aquéllos pergaminos, aspiro aire por la nariz, había pasado bastante antes de llegar a la pirámide porque iba a renunciar ahora.

 

- Si deseo hacer la prueba- dijo afirmando lo dicho anteriormente.

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- Claro que tengo pero no necesitas - Suluk hizo un leve movimiento con su Vara de Cristal para curar las heridas de Alessandra. Sus obstáculos habían sido complicados para la mujer y efectivamente había terminado herida. No sería la primera ni la última en sufrir las consecuencias de los retos dejados por la anciana en el camino. No obstante, Suluk no olvidaba que ella era la encargada de preservar la vida de Alessandra y que tenía que hacer todo lo que estuviese en sus manos para salvarla.

 

- Entonces ha llegado la hora de entregarte el anillo del aspirante - Suluk tomó uno de los anillos del aspirante de la Estrellas de las Cinco Puntas - El anillo te permitirá comunicarte conmigo durante la prueba y tendrás que llevarlo todo el tiempo en tu mano - La ancina se lo entregó a Alessandra quien lo tomó con sus manos para colocarlo en el sitio indicado. El anillo era demasiado importante y no debía dejar de usarlo en ningún momento.

 

- Si deseas abandonar la prueba, el anillo te permitirá avisarme - Abandonar la prueba implicaba no volver a ingresar pero si la situación se volvía muy violenta o peligrosa para Alessandra, tendría que abandonarla - Recuerda que el portal te va a presentar muchas situaciones y que es tu tarea resolverlas adecuadamente - No sabía cómo sería la prueba de la mujer dado que siempre eran diferentes y siempre se llevaba sorpresas.

 

Suluk movió su Vara de Cristal para permitir que el espíritu del Gran Lobo activara la puerta de la Animagia. La misma se abrió unos minutos después para permitir el ingreso de Alessandra - No te puedo acompañar físicamente pero estaré contigo en espíritu - La anciana se movió un poco para permitir que su aprendiz ingresar al portal y diera inicio oficialmente a la prueba de la Animagia.

 

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Alessandra agradeció a la Arcana una vez recuperada de su herida e hidratada, había pensado que sería cómo las otras pruebas de su sueño y de demostrar que estaba unida a su animal interior pero no dejó que eso la desanimara.

 

Sabía que faltaba poco, una vez dentro del portal sea la prueba que fuera era la última y después de eso todo dependía de Suluk.

 

Su corazón comenzó a latír muy rápido cuándo tomó el anillo para colocarlo en el lugar correcto, asintió con la cabeza a todo lo que Suluk decía prestando toda su atención, su labio se torció preguntándose que tan difícil podría ser aquélla prueba que las demás no lo hubieran sido.

 

Miró a su anillo y a la Arcana mover su vara de Cristal para abrir el portal, una luz brillante envolvió su cuerpo, sus ojos pestañaron incómodos ante la luz hasta que disminuyó.

 

Ahora ya no había una figura humana sino una hermosa liebre de pelaje dorados y grandes ojos azules que observaba todo lo que la rodeaba porqué le resultaba conocido. La comprensión llegó de golpe al darse cuenta que estaba en aquélla casa de campo dónde había vivido su niñes con los que resultaron ser sus secuestradores. Todo estaba demasiado tranquilo para su gustó pero con cautela comenzó a moverse por los árboles, unos arbustos incluso unos tulipanes amarillos pero nada, no había movimiento en ningún lado.

 

Hasta que unos gritos muy ahogados le llegaron a sus oídos, con cuidado se acercó a unas ventanas bajas dónde observó a una niña, parecía acurrucada en un rincón llorando con un vestido blanco manchado de sangre, arrugando la nariz se alejó, los bellos de su nuca se erizaron cuándo ahora se encontraba en un zoológico, el lugar estaba sólo excepto una persona que estaba de espalda.

 

Dando unos pasos hacia atras la mujer se giró para verla con sus ojos rojos y sus labios manchados de sangre, sus instintos rápidamente se pusieron alerta saliendo corriendo por varias curvas pero aún sentía cómo aquella mujer de cabellos blancos la seguía.

 

Sus ojos y la sangre en sus labios demostraban que estaba de casa y ella era una presa que apareció en el lugar equivocado, corrió tanto cómo pudo hasta que su perseguidora la acorralo, ella era una liebre, un animal tranquilo no atacaba, miró los ojos de aquélla mujer y la misma voz de antes susurro muy suave << Kam >>

 

Cómo si la hubiera escuchado los ojos rojos de su perseguidora cambiaron a un azul intenso y para su suerte desapareció en un abrir y cerrar de ojos.

 

Lo próximo que supo fue que algo tiró de ella hacía tras cómo si fuera un gancho y estuvo frente a Suluk nuevamente. Desorientada miró a su alrededor y vio que volvía a ser humana y que estaba en la pirámide otra vez.

 

-¿ Qué pasó? - no pudo evitar preguntar - he pasado?-.

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- Solo el anillo te lo podrá decir - Alessandra había regresado y la forma de su anillo le diría si estaba lista o no. Si había aprobado la prueba su anillo cambiaría de forma para dejar de ser el de una aspirante para ser el de una animaga. La prueba había resultado exitosa a los ojos de la arcana pero ella no era la encargada de determinarlo. Su trabajo había terminado hace mucho tiempo y las decisiones ahora le correspondían únicamente al portal.

 

La prueba había llegado a su final y era hora de abandonar el lugar. Suluk hizo desaparecer su Vara de Cristal y cerró el portal de la Animagia - Esto ya no necesita estar abierto - La puerta inmediatamente comenzó a moverse junto con todas las otras hasta que volviera a ser llamada por el Espíritu que guardado en la varita de la anciana.

 

- Espero que hayas aprendido lo suficiente - Los nuevos poderes otorgados a Alessandra por el portal eran evidentes y sería considerada una animaga a partir de ese momento. La anciana desapareció dejando en su lugar muchos copos de nieve. El momento de descansar había llegado o al menos eso quería creer la anciana en ese momento.

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