Black Magic (MM B: 110880)

[David Augustus Lestrange]

Estaba anocheciendo y tenía ganas de salir y pasar un rato divertido tomando alguna clase de bebida que le hiciese más amena la noche. No recordaba cuándo había sido la última vez que había salido con el único propósito de divertirse y olvidarse de todo lo que sucedía en su vida. No tenía mucha queja, en realidad. Sus responsabilidades, para tratarse de un mago adulto, eran prácticamente nulas, no tenía ninguna. Se pasaba la mayor parte del tiempo únicamente viviendo, viajando de un lado para otro descubriendo nuevas cosas y sino fuera por sus clases en la Universidad tendría incluso menos obligaciones que un niño recién entrado en Hogwarts.

 

Sin embargo, ¿se consideraba feliz? No lo tenía claro. No tenía una mala vida, pero tampoco ningún motivo que le hiciese sonreír o levantarse con ganas cada mañana. Tenía algún que otro propósito, como convertirse en un mago más poderoso de lo que había sido jamás, pero tampoco se lo estaba tomando demasiado en serio. Sin ir más lejos, había abandonado una de las últimas clases a las que se había anotado, aunque estaba dispuesto a cambiar eso. Quería, en parte, convertirse en una persona más madura, más fiable. Era un objetivo que le podría costar su tiempo, pero nada era imposible, solamente se lo tenía que proponer y no rendirse.

 

Recorría el Callejón Diagon con paso firme. No tenía claro a dónde se dirigía, pero entraría en algún lugar que le llamase la atención y dónde claramente sirviesen la clase de bebidas que estaba buscando. Su preferida desde que tenía memoria era el whisky de fuego -junto con la cerveza de mantequilla- pero estaba abierto a abrir su paladar a nuevas bebidas que le pudiesen gustar. Era un día para hacer cosas diferentes a las que acostumbraba. No era adivino y nunca había creído demasiado en la adivinación, pero tenía la impresión y la esperanza de que fuese una buena noche que no quisiese olvidar en mucho tiempo. Por lo tanto, se puede decir, que tenía altas expectativas de aquella estrellada y despejada noche de los últimos días del verano londinense.

 

En un lugar apartado del callejón pareció encontrar lo que estaba buscando, un negocio de nombre Black Magic, parecía el lugar indicado para tomar un par de copas y despejar la mente durante un rato. Era una edificación blanca y negra con luces llamativas, las luces fue lo que más curiosidad le llamó. El joven vestido con una elegante túnica negra abrió la puerta y accedió al interior después de que el hombre fornido que cuestionaba la puerta le diese permiso. Al entrar accedió de lleno a la planta baja del edificio en el que se podía apreciar un imponente bar. Desde luego era justo lo que buscaba. No tardó en acercarse a la barra para pedir algo que beber. En su camino se iba fijando en todo al mismo tiempo que pensaba qué tomaría.

 

@@Beryl Serenity Hawthorne

[Beryl Serenity Hawthorne]

El sol ya se estaba ocultando y yo estaba recostada en un camastro que tenía en el balcón de mi departamento, admirar el atardecer era una experiencia realmente bella para mí, me hacía recordar mi querido Peterhof cuando iba corriendo junto a mis hermanas por el inmenso jardín de nuestro palacio hasta llegar al kiosko que se encontraba en una de las colinas de los terrenos Romanov. Al recordar todo aquello no pude evitar llorar desconsolada y sola en aquel balcón, realmente extrañaba a mi familia, sentía una tristeza y rabia extraordinaria, quería matar a esos malditos revolucionarios junto a ese maldito Monje, nuestro reinado fue realmente justo y generoso para que esos malagradecidos mataran sanguinariamente a mi padre y a hermanas.

 

Ser inmortal y vivir con todo ese dolor era a un peor que perder el alma, era más como estar muerta en vida, era ya no verle sentido a absolutamente nada, pero tenía que hundir todos esos sentimientos, seguir luchando solo por mi madre y abuela, ellas eran lo único que me quedaban en esta insoportable eternidad pero en ocasiones esto me era más difícil, no podía dejar de extrañarles. Limpie mis lágrimas, me dirigí a mi alacena por un poco de Vodka, esa exquisita bebida solo podía relajarme y hacer olvidar al menos por unos momentos, después de unos shots, guardé mi botella, tomé una ducha, me puse un hermoso vestido negro , unos tacones de aguja negro con dorado, me hice una coleta de caballo, me maquillé y salí de mi apartamento con la esperanza de olvidar mis penas, en pocas palabras, dejar que la noche me seduzca, que la corriente me llevara.

 

Ahí estaba, caminando como si fuese una modelo por todo el Callejón Diagon, no era la misma joven que estaba llorando con una botella de Vodka pudriéndose con su soledad en su apartamento en Kensington, Beryl se apoderó de mí, ella por primera vez estaba realmente dispuesta a calmar mi sufrimiento; Todos me miraban, admiraban mi “Perfección”, Beryl solo soltaba una risilla silenciosa de burla. Detuve mi caminata en un hermoso edificio color blanco y negro, con unas letras iluminadas de manera muy llamativa que decían “Black Magic”, ese letrero me seducía a pasar, prometiéndome olvidar todo, volver por un momento a lo que era en mis tiempos oscuros, no haría nada inquebrantable pero me portaría de otra forma mal, como en aquellas épocas.

 

Camine hacia la entrada del lugar donde aguardaba un hombre fornido que me era muy familiar, ni siquiera dije una palabra cuando este abrió la cadena accediéndome el paso al lugar, solo le dedique una mirada seductora y le guiñe el ojo continuando mi rumbo. Aquel lugar era realmente imponente y elegante, seguí caminando hasta la barra con la intención de pedir una terraza VIP para mi sola junto a un delicioso vodka, no estaba cerrada a la idea de encontrar compañía en el lugar.

 

-Un Moscow Mule, Por favor- Le pedí al barman cuando al mismo tiempo un atractivo joven de cabellos dorados ordenó al mismo tiempo que yo.

 

No dije nada solo observé fijamente al ojiverde con suma curiosidad y regresé mi la vista al barman para no incomodar al hombre. Después de unos minutos sirvieron nuestras bebidas, volteé a ver de nuevo al joven y brindé.

 

-Brindo por usted, porque su vida no sea tan miserable como la mía-dije apuntando mi trago en dirección a él y luego mi cara comenzó a humederse con mis lágrimas.

 

@

[David Augustus Lestrange]

Tardó en percatarse de la presencia de la clienta que llegó apenas un par de minutos detrás de él. Estaba pensando cuál sería la bebida alcohólica por la que se decantaría, tenía claro que tomase lo que tomase esa bebida tenía que contener alcohol sí o sí. Estuvo mirando un papel que traía las bebidas que se servían y cuando se decantó una se lo hizo saber a uno de los dos camareros al mismo tiempo que pedía la otra clienta, en ese momento justo fue cuando se dio cuenta de que no se encontraba solo.

 

Notaba que sus ojos estaban puestos en el joven, pero no se sentía incómodo, ni lo más mínimo. Cuando la desconocida retiró la mirada, fue el seleccionado para la casa de Gryffindor el que centró sus ojos en ella, mirándola durante unos instantes por pura curiosidad y porque era la clase de persona que no pasaba desapercibida allá dónde fuera por diferentes motivos, uno de ellos su atractivo. Se quedó en silencio, no era la clase de persona que saludaba por mera educación o por parecer amable.

 

Cuando por fin el camarero le sirvió la margarita de naranja que había pedido, centró toda su atención en la bebida. Era la primera vez que tomaba algo así y sentía curiosidad por descubrir qué sabor tendría. La mayoría de las cosas que tenían como ingrediente la naranja le gustaban y esperaba que eso no fuese una excepción porque no tenía ninguna gana de volver a tener que pensar otra cosa para tomar. Acercó su nariz al líquido para percibir su aroma y lo que inhaló le agradó bastante.

 

Estaba a punto de agarrar el recipiente para probarlo tomando un sorbo cuando la voz de la mujer le hizo girarse y mirarla. Al instante de escucharla no pudo evitar arquear una ceja por las palabras que acababa de escuchar. Al parecer no era alguien muy afortunada y se encontraba mal, algo que confirmó cuando se dio cuenta de que se le caían un par de lágrimas por las mejillas. Lo que menos había imaginado cuando salió de casa es que iba a encontrarse a alguien llorando justo a su lado.

 

—No malgastes el brindis… Brinda para que tu vida sea mejor —le pidió.

 

Durante unos segundos no le prestó mayor atención a la desconocida. Agarró por fin su recipiente y le dio un trago. El sabor era magnífico, la margarita con naranja iba a entrar pronto en su lista de bebidas preferidas. Sin embargo, no pudo ignorar ni evitar volver a mirar a su derecha, al lugar donde se encontraba la chica dándose cuenta de su cara seguía humedecida en lágrimas. No era la clase de persona que se encargarse de consolar a otras, pero tenía que hacerlo.

 

—Venga mujer, tranquilízate. No pienses en cosas negativas, céntrate en disfrutar de la noche, ¿vale?

 

¿Funcionaría para calmarla? Pues no tenía ni idea. No la conocía de nada, no sabía el motivo por el cuál estaba llorando y tampoco estaba seguro de que le importase demasiado el hecho de que lo estuviera pasando mal. Pero había salido con la idea de divertirse y tener a alguien llorando a su lado no iba a ayudarle a pasarlo bien. Además por allí no parecía nadie más dispuesto a consolarla, era el momento de hacer una buena acción y limpiar su karma negativo.

 

—¿Necesitas desahogarte? Puedes contarme —se ofreció. Lo que estaba claro es que ahora tenía curiosidad por saber qué era eso que hacía su vida tan desgraciada. —Y no te preocupes si tu historia es aburrida, si lo es beberé lo suficiente como para olvidarla —bromeó con una sonrisa.

 

 

 

@@Beryl Serenity Hawthorne

[Beryl Serenity Hawthorne]

El joven volteó a verme, deseó que mi vida fuese mejor, esa frase hizo que reflexionara sobre mi situación, debía dejar de pensar en mi pasado y no hundirme en mi dolor, después de darle un trago a su bebida prosiguió consolándome y aconsejándome tranquilizarme para poder disfrutar de la noche.

 

-Tiene razón, debo de relajarme y disfrutar de esta bella noche; le agradezco soportarme, no debí interrumpir su velada, Discúlpeme- Le dije apenada debido a que vió mi actitud depresiva.

 

Después se ofreció como herramienta de desahogo para mí, cosa que me pareció muy amable y considerado de su parte, él no tenía que soportarme e interesarse en mis problemas pero aun así ahí se encontraba él, dispuesto a ayudarme aunque fuera una total desconocida.

 

 

Intenté limpiar mis lágrimas y no arruinar más mi maquillaje, parecía un fantasma de tan arruinado que estaba el maquillaje, así que rápidamente utilicé un hechizo para arreglar mi rostro.

 

-¿Seguro que quiere escuchar los tormentos de una completa desconocida?, ¿Quiere subir al balcón VIP? Es más cómodo y solitario-Le dije al joven.

 

El joven accedió, después me siguió a la parte de arriba, solo podía observar su cara curiosa en mí, yo solo seguía el camino hacia mi zona reservada, no sabía que sucedería esta noche pero estaba comenzando a sentir cosas que en mucho tiempo no había sentido, estaba nerviosa y cosquilleos recorrían todo mi cuerpo. Llegamos a mi balcón y el rubio tomó asiento en el mismo sofá que yo, estaba muy cerca de mí, yo solo me puse más nerviosa.

 

-¿Por dónde debo comenzar?, Seria mejor si me contara sobre usted-Le dije al joven con nerviosismo al tenerle tan cerca de mí.

 

 

@

[Zoella Triviani]

La bebida en mi vaso acababa, y la conversación con Dennis cada vez era más extraña a mi parecer ¿estaré ebria? Se me estaba haciendo costumbre beber desmesuradamente ocasionando un estado de ebriedad constante. Cuando escuché por parte de ¿de quien...? en fin, de que debía ir a alcohólicos anónimos en una ciudad muggle mi risa fue incesante, pero ahora y en este estado entrar a ese "grupo de apoyo" no sonaba tan mal.

 

La joven bruja se encontraba bastante sobria o al menos eso percibo, a comparación mía. Reía de mis incoherentes palabras, que salían sin cesar de mi boca - Querida, hoy nos vamos a mi cuarto - Comenté en un intento por hablar sin que mi lengua se enredara, o que mi cuerpo soltara un hipo. Tomé un mechón de su rubio cabello y reí tontamente.

 

La pequeña luz necesitaba algo de oscuridad.

 

@@Dennis Delacour

[Dennis Delacour]

Había llegado al Black Magic después de varios meses de haber estado en el lugar compartiendo unos tragos con su amiga Rose antes de que todo se volviera un caos, esa noche quería distraerse un poco y pensó que tal vez podría cruzarse con su amiga y charlar un rato mientras tomaban un par de tragos y recuperaban la charla que habían perdido por la locura que domino el local en esa ocasión.

 

Pero en cambio con quien se cruzo fue con Zoella quien estaba sentada a la barra bebiendo como sino hubiera un mañana, lo cual le evoco recuerdos de hace algunos meses cuando ella llego con Susan a acabar con el local y la ojiazul tuvo que salir de allí para protegerse y evitar un ataque de la bruja que estaba en un lapso de locura, si se le puede decir lapso a algo que siempre es de esa manera.

 

Cuando la vio estuvo a punto de girarse pero la pelinegra le invito un trago y dado que las ultimas veces que se vieron tanto en el museo como en el puño de Diagon se había comportado decidió darle una oportunidad y compartir una bebida con ella, se sentó en la silla a su lado y ordeno un whisky de fuego, por como se expresaba la bruja parecía que llevaba bebiendo desde muy temprano.

 

Cuando escucho la afirmación dicha por la bruja no pudo evitar soltar una risa,no podía negar que la Triviani era hermosa y esos ojos grises le llamaban mucho la atención, pero estaba totalmente equivocada si creía que las cosas le iban a resultar tan sencillas. Retiro el mechón de cabello de la mano de la bruja y colocandolo en su lugar procedió a mirarla a los ojos fijamente, acercarse un poco y decirle — En ese estado la única que va a ir a tu cuarto eres tu y sera a dormir bonita, porque no creo que siquiera puedas ponerte en pie — y alejándose nuevamente de la bruja le dio otro sorbo a su trago mientras desviaba la mirada de Zoella que de seguro estaría rabiando un poco, tal vez porque no estaba acostumbrada a que le dijeran que no.

 

@

[Zoella Triviani]

Meses, meses eran los que llevaba intentando maquinar una idea para invitarla a salir ¿el por que? ni yo lo sé. Durante ese tiempo la evité, inconscientemente, y me lamentaba, lamentaba haber pospuesto tanto este encuentro - a pesar de que hoy fue por pura casualidad - su risa sonó nuevamente, hipnotizandome algunos segundos ¿será ese el canto de los ángeles? Su rostro se acercó al mio, y por instinto cerré mis ojos, esperando un beso que no llegó. Me sentí tonta ¿que idi*** podría pensar que tal mujer caería tan fácil? Pues damas y caballeros, yo, yo era esa idi***. Escuché sus palabras y las procese, algo tardías.

 

- Corazón - Susurré - ¿Por que no duermes conmigo? Esta alma solitaria pide compañía - Pedí sonriendo para ella y apoyando mi mano sobre mi brazo en la barra, Me encantaba el hecho de que siempre se resistiera a cada coqueteo de mi parte, aumentando mis ganas de seguir ligando - o al menos haciendo el intento - con ella.

 

La observé, su rubio cabello cayendo por sus hombros. Se veía hermosa, y mi cuerpo pedía a gritos enredar mis manos en sus hebras de oro, sintiendo la suavidad de cada cabello que tenía - Al menos acompáñame, puedo dormir en el piso - Dije al final, insistiendo y soltando un pequeño hip al final.

 

@@Dennis Delacour

[Dennis Delacour]

Se mantuvo observando la gente que iba y venia en el Black Magic, no tanto porque le interesara el saber que sucedía en el lugar, sino porque sin giraba su rostro para ver a Zoella en ese preciso momento no seria capaz de aguantar la risa al ver la mirada de desconcierto que de seguro estaba teniendo por el previo rechazo a su proposición, pero siendo sinceros en que cabeza cabía que iba a pasar la noche con una persona con la cual simplemente había compartido un trago y con la cual no había tenido una conversación completa siquiera.

 

Lo que si era seguro es que la bruja se tenía mucha confianza, la ojiazul tenía que reconocerle eso, nadie más se había tomado esas atribuciones tan prontamente y sin rodeos, lo que no estaba segura era si todo era efecto del alcohol, ese que a ratos parecía hacer que se abstrajera del momento en el que estaba porque se quedaba en silencio como si no estuviera ahí.

 

Cuando al fin sintió que podía controlar su expresión para mantenerla seria se giro para escuchar otra divertida afirmación — alma solitaria? eso no es lo he oído mi querida Zoe, en Ottery los rumores vuelan, y de ti se dicen muchas cosas pero que seas eso ninguna — dijo alzando una ceja mientras pedía al barman otro trago, la verdad es que esta conversación no podía tenerla con la garganta seca.

 

— Es que no creo que dormir en el piso sea una barrera para ti, es que creo que ni siquiera si durmieras al otro lado del castillo Zoe — dijo divertida, aunque la verdad el "hip" al final de esa frase le confirmo el hecho de que la bruja estaba más allá del limite que cualquier persona normal o incluso una criatura de la noche pudiera manejar. Y eso en cierta manera le daba algo de ternura porque se veía bastante vulnerable en ese estado de alicoramiento.

 

Ahora la pregunta sería si la dejaba aquí hasta que se desmayara o se quedaba al pendiente de que nada malo le pasara, que conociendo a la Triviani no sería difícil que se metiera en líos. Y ella tampoco era tan indiferente como para hacer eso.

 

@

Editado 21 de Octubre del 2018 por Dennis Delacour

[Zoella Triviani]

Reí por su respuesta y acerqué mi taburete más al suyo - Pequeña, que mi cama siempre sea ocupada por alguien más no quiere decir que tenga un lugar acá - Confesé mientras señalaba mi pecho - Mi alma se encuentra sola, vagando en pena y esperando una pequeña luz que la haga despertar - Recité, tomando lo que de mi vaso quedaba y haciéndole una seña al barman de que también me trajera otro.

 

Lo que la joven bruja decía no era mentira, diferentes rumores recorrían las calles de Ottery, algunos con verdades otros siendo puras calumnias que me dejaban mal parada. Poco me importaba lo que de mi dijeran, al final del día mi mente quedaba libre de culpabilidad por esas supuestas cosas que hacia y dejaba de hacer. Aunque me picaba la curiosidad, por saber que rondaba por los pensamientos de Dennis al escuchar cada cosa de que mi decían.

 

Una tonta sonrisa se alojó en mis labios antes de hablar. Me mordí la lengua y pensé un poco mi respuesta - Respetaré tu respuesta, con un simple no de tu parte entenderé que no es lo que deseas - Dije mientras deslizaba mi mano a lo largo de mi cabello, empujando un mechón que obstruía mi rostro a un lado - Al menos déjame hacerte compañía, hasta que decidas que es hora de irme - Solté un ultimo intento, lanzándole un beso al final de mi oración.

 

Mi mente se encontraba lejos de estar lucida, lograba razonar poco y mis labios solo soltaban lo primero que a mis pensamientos llegaban. Me daba cuenta el alto grado de ebriedad en el que me encontraba, causándome algo de gracia. Justo así, era más parecida a mi madre de lo que deseaba, manteniendo me la mayoría del tiempo con más alcohol que agua dentro de mi organismo.

 

@@Dennis Delacour

[Dennis Delacour]

La Triviani río sinceramente ante las palabras que había dicho anteriormente, lo cual no tomo a mal por que al menos estaba siendo natural y no ocultando lo que sentía ante lo dicho por ella y obviamente al parecer le divertía un poco lo que ella le había dicho. Aunque no puedo evitar sorprenderse un poco ante las palabras que dijo al acercar su taburete un poco más, prácticamente a punto de que si se movía podía rozar su brazo.

 

Le dedico una mirada penetrante mientras ella le confesaba que a pesar de todo lo que se decía y de la infinidad de compañías que cruzaban por su vida, realmente no había nadie que ocupara su corazón, unas palabras ante las cuales no sabía si creer o no. La joven se veía realmente sincera aunque si era de confiar en lo mucho que se decía de ella tendría que suponer que bien podría ser una grandiosa actriz y decir simplemente lo que la otra persona esperaba escuchar. Pero si algo le había enseñado en su hogar es que no debía juzgar a las personas por los rumores o las palabras de los demás si a ella no le constaba.

 

Luego cuando le dijo que con un solo no ya no la molestaría más, decidió creer en lo que decía, al parecer había juzgado por adelantado a la bruja, porque de ser cierta su mala reputación no se daría por vencida tan fácilmente. — No me opongo a tu compañía Zoe, tampoco es que me desagrade, aunque así como estas vas a caer desmayada incluso antes de que yo decida que es hora de partir, así que en ese momento tendremos que enviarte por lechuza a dormir — dijo con un tono divertido bromeando a la joven, había sido un poco dura con ella desde su llegada al local así que era mejor de estar tan a la defensiva y disfrutar un poco de charla, de paso podría asegurarse de que no se fuera a meter en líos o caer en malas manos en ese estado.

 

Tomó su vaso con el trago que le acababa de servir y levantandolo en dirección a la pelinegra le dijo — Algún motivo especial para brindar esta noche? — y con una sonrisa le daba a entender que trataría de llevar las cosas sin sarcasmo esta vez y dejaría que fuera la propia bruja quien trazara quien era frente a sus ojos.

 

@