Pociones + Idiomas

[Sagitas E. Potter Blue]

 

 

Estaba estirada en el sofá en mi mansión, la "Ojo Loco", medio tapada con una mantita polar, observando a mi niño Ithilion mientras jugaba con sus peluches descabezados, cuando me llegó una lechuza desde el Ateneo. Desde que la vi supe que me tocaba dar clases. Al principio, recibí la noticia de que era sustituta de Idiomas con un mohín de rechazo. A la comunidad mágica no parecía gustarle los Estudios Muggles por algún motivos. Después, sin embargo, mi sonrisa se amplió enormemente al darme cuenta que podría hablar con los duendes, con los gigantes, con los trolls...

 

Salté sobre mis pies y casi bailé. Ithilion me miró como si estuviera chiflada y después se puso a bailar conmigo.

 

-- Harpo, invita a un Duende de Gringotts a que se reúna conmigo en el lago de la Universidad. Cualquiera que tenga ganas de charlar un rato en su idioma. Allá habrá sirenios, así que no problemo. Trae, además, al Basilisco del Circo hasta allá, con cuidado de que no te vea el Enano Gruñón, no le gusta que saque a los animalitos de los rediles. ¿Puedes buscarme un troll en algún sitio? Es una lata que no vendan ninguno en el Magic Mall. Ve a ese lugar oscuro de Knocturn, ya sabes dónde... Seguro que tienen alguno...

 

Me iba quitando las pantuflas mientras hablaba, para acudir a la clase. Estaba entusiasmada. Tal vez incluso podría usar el antiguo idioma de los elfos... Hum...

 

-- Harpo, una lechuza a @@Athena Rouvás, citándola en el lago, junto al roble hendido. Dile que esté ahí en un par de horas. ¡Esto es muy emocionante!

 

-- Mami...

 

La voz del niño me detuvo ya junto a la puerta de salida, poniéndome el abrigo para soportar las frescas temperaturas de enero al aire libre. Me volví y le dirigí una sonrisa, que desapareció tras la siguiente frase de él.

 

-- ¿Quién es... Ni...ko...u...zu...ma...ki?

 

Me acerqué y tomé la carta que él ahora estaba leyendo.

 

-- ¡Demonios galopantes! Él estará como profesor en Pociones, las daremos juntas. ¡Aggg! Eso es que no se fía de mí después del asunto del Robo en el Banco. Yo no tengo culpa de que hubiera un atraco mientras le enseñaba Estudios Muggles el mes pasado... Harpo, mándale una cordial nota diciéndole que nos vemos allá con él. Y olvida a los animales. Con el Director de la Universidad a mi lado tendré que vigilar muy bien qué criaturas puedo o no puedo enseñar. Brrrr...

 

Salí de la mansión rumbo a la cita para empezar la clase.

[Niko Uzumaki]

- Esta vez haremos las cosas a mi manera - Niko no estaba dispuesto a poner su vida en peligro una vez más así que utilizarían sus métodos de enseñanza y no los de Sagitas. Sin dudas no deseaba repetir la experiencia traumática de su clase de Estudios Muggles al haber presenciado un robo estando completamente indefenso - Envía una carta con mi firma anunciándole que deberá dar clase conmigo - No sabía cómo lo tomaría la mujer pero el Director había tomado una decisión y su elfo se encargó de ejecutarla.

 

- El Lago de la Universidad no es el lugar ideal para realizar una clase de Pociones pero nadie dijo que mis clases eran completamente normales - El rubio no se caracterizaba por realizar las clases en los lugares naturales o en los más obvios para sus alumnos - Por favor escribe a las alumnas para informarles del lugar de encuentro - Su elfo también se encargó de escribirle a @@Juliette Macnair y @ quiénes serían sus alumnas de dicha clase sobre Pociones. Así como a @@Eobard Thawne que había informado querer participar como oyente.

 

- Joven Tonks, no vaya a olvidar su libro - El rubio por poco olvida el libro de Pociones necesario para la clase pero su elfo lo había salvado. El chico lo tomó y despareció para luego aparecer en el sitio en el que realizarían la clase. El Tonks tenía privilegios al ser el Director de la institución mágica y uno de ellos era ese. Se limitó a esperar parado cerca al borde del lago a su compañera en la clase y a los alumnos que los acompañarían durante la misma.

 

********

- Hola Sagitas - La mujer llegó hasta el lugar en el que se encontraba el Tonks y venía con una cara de espanto. Seguro alguno de los Uzzas le había dicho algo feo en el camino o estaba asustada por saber qué le diría Niko sobre haberlo puesto en peligro la última vez - Esta vez no dejaré que nos pongas en peligro - Le advirtió, no quería pasar por una situación similar a la de la última vez así que quería dejarlo muy claro.

 

- Esperemos a los chicos - Sabía que los alumnos llegaría en cualquier momento y se presentarían ante los profesores. La clase luego podría comenzar y Niko podría darle uso al libro que llevaba con él o quizás no, dependiendo de lo veloz que aprendieran los estudiantes de cada una de las clases.

[Athena Rouvas]

―Roble hendido... ―Llevaba un millón de años sin visitar algunas zonas de la Universidad. Recordaba perfectamente el lago y cómo llegar (aparte que era difícil obviar su ubicación), pero los detalles que lo bordeaban estaban algo... borrosos. Sin mencionar que nunca les prestó la suficiente atención. Aunque si allí se recalcaba esa característica era porque no habían otros similares por el lugar, solo tendría que caminar por el borda hasta encontrarlo o hasta divisar a la profesora y compañeros, si es que habían otros. ―Porque no creo haber entendido mal... ―Como era Idiomas tal vez podría estar escrito en otra lengua. Volteo la hoja en todas direcciones, pero nada. ―Meeeeh, no. Bueno, aún tengo un par de horas.

 

Horas que dedicó a comer algo, buscar ropa adecuada y decidir si sería necesario llevar mochila con hojas donde tomar notas y otras cosas que le gustaba andar trayendo. Al final optó por llevarlas, porque bueno... eran varias cosas que tendría que recordar y no era precisamente la persona con mejor memoria del mundo. Cuando ya se acercaba el tiempo estipulado dejó su habitación en el hogar de los Moody y salió afuera de los límites del terreno para poder desaparecer.

 

Sus cálculos no fallaron, aunque por poco. Apareció unos siete metros de distancia del lago, justo entre un par de arbustos que le dejaron un par de rasguños en los brazos.

 

―Auch... ―Mencionó un par de veces mientras salía de entre las ramas.

 

Lo demás fue buscar el sitio correcto. Caminó un par de minutos siguiendo la orilla, aunque con bastante precaución para no caer en las aguas, hasta que primero divisó a dos personas bajo un roble y luego apuró el paso para unirse a ellos. A la distancia no pudo comprobar quienes eran, pero cuando ya estaba cerca vio que se trataba de Sagitas y Niko. La S al final de su nota de aviso de la clase debía corresponder a Potter Blue, ahora sonaba bastante obvio.

 

―¡Hooola! ―Agitó el brazo y habló en voz alta pues aún los separaban un par de metros. ―¡Hey! No se si me demoré demasiado, no recordaba este roble. Entonces... vengo por la clase de Idiomas que impartirá Sagitas. ―Soltó al estar más cerca. ―Niko, ¿tu también estás tomando esta clase o es que será doble? ―Si era lo segundo, de seguro iban a llegar más personas a la brevedad.

[Eobard Thawne]

Carta de la Universidad, amo. Dejando la idea de hacerse un nuevo corte de cabello, situado a mitad de su habitación, se giró para encarar a Horace, quien había recibido la misiva enviada por, nadie más y nadie menos, uno de los Directores. Al principio, creyó que sería algo grave, como una infracción o algo. Pero, al leer que aceptaba que tomara la clase como oyente, decidió preparar sus cosas.

 

-¿El lago? Bueno, no sería la primera vez que preparo brebajes a la intemperie. -dijo, mientras buscaba ingredientes en diversos lugares de su espacio personal. -Aunque, en estas fechas, el frío es implacable.

 

Depositó todo lo que logró encontrar en un maletín, que al final colgó alrededor de su cuello y lo apoyo sobre su costado derecho. La gabardina marrón, que dejaba a la imaginación la vestimenta semicasual que usaba, le confería un aspecto un tanto abstraído. Agradeció a su elfo doméstico antes de desaparecerse con destino a los límites de la Universidad.

 

-Vaya, sí que ha pasado tiempo desde la última vez.

 

Se maravilló con el aspecto nevado de los jardines conforme avanzaba. De la carta, recordaba que la clase se impartiría cerca del roble hendido. Al principio, se preguntó dónde estaría aquel punto de referencia, pero recordó que ya lo había visto. Cuando conoció a Andrómeda por primera vez, su lugar de reunión. Sí, estaba seguro de que se trataba del mismo roble.

 

-¡Hola, buen día! -anunció, aproximándose al pequeño grupo que parecía ser el único. Ya más cerca, se situó al lado de quien parecía ser una de sus compañeras. -Espero no llegar tarde. Tomé un rumbo equivocado, me costó considerable tiempo. Vengo a Pociones.

 

Reconoció al Director, pues su cabello rubio destacaba en aquel ambiente tan níveo. Asintió a manera de un saludo más cordial, pues se percató que había dos docentes. La distancia entre ellos y los alumnos los delataba. ¿Clase doble? No había estado presente en aquella modalidad, pero sabía que llegaban a suceder en algunos casos. Sacudió su cabeza, quitándose un par de pequeñas ramitas del cabello.

 

-Espera...creo que tú fuiste una de mis profesoras. No esperaba un encuentro así.

 

Se volvió a la joven que había llegado primero para saludarla. Y, efectivamente, se trataba de una de sus profesoras durante su séptimo curso. Tanto había pasado entonces, que poco recordaba aquella época. Mientras el resto llegaba, sólo quedaba esperar.

[Andromedario]

Andrómeda escuchaba divertida a una pequeña ardilla que no paraba de quejarse y desesperadamente se rascaba continuamente su cabeza para agregar dramatismo a su comunicación. Su último pasatiempo -dado que no tenía trabajo- consistía en pasear por los bosques y deleitarse con lo que los animales tenían para compartir brevemente con ella. Su conexión con los mismos se debía a varias cosas, pero el hecho de que ahora pudiera entenderlos era gracias a una de sus últimas adquisiciones, un anillo que venía con el libro que compró.

 

-Entonces, deberías buscar un nuevo escondite para tu alimento. -respondió divertida la joven a su pequeña compañía. El animal olisqueó el aire y posteriormente se giró con rapidez para desaparecer entre los árboles. Supuso que aquella reacción era una ofensa, pero a veces también aquellas criaturas desaparecían cuando algo los asustaba o no andaba bien.

 

De pronto, una carta chocó contra su cabeza. La joven la tomó antes de que volviera a ejecutar la misma acción, y la abrió de inmediato. Una pequeña sonrisa se extendió por sus mejillas al descubrir que sus días de ocio estaban acabando para comenzar otra vez la Universidad, esta vez para aprender sobre Pociones. Leyó varias veces las indicaciones y se puso en marcha para llegar a la orilla del lago. Lo que le llamó más la atención es que la clase sería compartida con otra asignatura, no obstante no sabía en que se podía relacionar Idiomas con lo que ella tendría que ver. ¿Tal vez alguna receta se encontrara en otro idioma y necesitarían traductores?

 

Luego de un viaje corto y un pequeño paseo por los terrenos, Lenteric pudo orientarse y caminar al sector en el que debían estar sus compañeros y profesores. De hecho, sorteó un par de ramas y arbustos secos por el frío y divisó de inmediato un pequeño grupo de personas. Era un día helado, y lentamente las temperaturas bajas comenzaban a introducirse en su cuerpo a pesar que llevaba una capa gruesa que rosaba el suelo y varias pieles de ropa. Llegó finalmente al grupo y sonrió ante las caras conocidas que veía. Algunas le sonaban de algún lado, otras ya eran parte de su registro usual. El lago tenía las costas escarchadas, pero aún sus aguas ondeaban tranquilamente dado que el frío no era tal para llegar a congelar toda la superficie.

 

-Disculpen la demora, espero no ser la última. Lenteric, vengo por pociones. - habló suavemente mientras se ubicaba al lado de Eobard, a quién le clavó suave y disimuladamente el codo en su brazo a modo de saludo. No sabía que iban a tomar juntos aquella clase, pero le alivió saber que no estaría sola con desconocidos. Brincó un poco en su sitio para entrar en calor, y de repente se le ocurrió una idea - ¿Qué tal una pequeña fogata para pasar el día? - preguntó dudosa de si su petición sería bien recibida por los profesores allí presentes, o si quedaría completamente fuera de lugar puesto que aquel era solo un punto de reunión y debían moverse a otro sitio.

[Sagitas E. Potter Blue]

Mi peor pesadilla se había convertido en realidad: era Niko, el Director, quien daría la clase conmigo. Por unos instantes, había tenido la esperanza que todo fuera una broma del mismo para hacerme pagar por el susto que le di el mes anterior. Pero la realidad era más catastrófica: ¡no era una broma y estaba dispuesto a vigilarme de cerca por lo sucedido el mes anterior! Así que carraspeé cuando me interpeló nada más verme y vaticinó que no iba a permitir que volviera a pasar lo mismo.

 

-- Pe... Pero si... ¡Vamooos, que no hubo ningún peligro de nada! -- Pero qué hombre más bobo, mirar que decir que estuvo en peligro, sólo porque hubo un atraco y nos amenazaron con pistolas y tuvieron que venir los poli-cops a salvarnos. -- Si fue una clase muy amena...

 

Pero hay cosas que no se pueden discutir con la autoridad, así que mejor atendía a los alumnos que llegaban a la clase. La primera en llegar, Athena, me hizo sonreír y olvidé la prudencia que había jurado iba a tener durante la clase.

 

-- ¡Síii! Niko es alumno también.

 

Tal vez debiera haber dicho que era una broma pero no me dio tiempo al aparecer otro alumno. Era un muchacho particular que llamaba profesora a Athena, por lo que deduje que sería de las últimas graduaciones de la Academia. Era emotivo como saludaba a mi compañera de Bando. Tuve un pequeño deje de melancolía y pensé si alguno de mis alumnos tendría ese recuerdo de mí. Suspiré y señalé a Niko.

 

-- ¿Pociones? Alumno de él, entonces. Yo hago Idiomas. ¿Te gustan los idiomas?

 

Tampoco pude escuchar su respuesta ya que llegó una tercera alumna, también de Niko. Yo sólo tenía una alumna y ella ya había llegado. Palmeé un poco, sin saber qué decir. La presencia de Niko pesaba mucho. Menos mal que una de sus pupilas rompió el hielo.

 

-- ¿Una fogata? Pues no sé... ¿Se puede hacer fuego en el Ateneo, Niko?

 

No pensaba hacer ni una sola cosa que le pudiera molestar. ¡Ni una! Ya bastante tenía con que me tuviera ojeriza porque por poco se muere... Bueno, al menos eso era lo que pretendía. Se sintieron pasos apresurados y unos gruñidos que se acercaban. Para mi sorpresa, mi elfo Harpo corría hacia nosotros y gritaba algo.

 

-- ¿Qué...? ¿Qué dices...?

 

-- ¡¡Qué el Troll que me pidió no ha querido volver a casa y me persigue!!

 

-- ¿Pero de qué hablas, so bobo? -- La verdad es que sabía perfectamente de lo que hablaba. Yo misma le había pedido que me trajera varias criaturas para enseñar idiomas en clase.

 

Improvisación.

 

-- Esto... Athena... -- Aceleré como si tuviera prisa; en realidad, tenía mucha prisa. Empecé a retroceder, paso a paso. -- En esta clase vamos a estudiar los idiomas particularmente llamativos. Los tradicionales de los diferentes países que englobar Europa o el mundo entero, eso los puedes aprender con una Guía Básica que se vende en cualquier librería; también hay escuelas para eso. Así que hoy aprenderemos que hay múltiples idiomas en la sociedad multicultural mágica en la que vivimos.

 

Otro pasito para atrás.

 

-- Por ejemplo, hay todo un mundo de seres mágicos y criaturas que tienen su propio medio de comunicación: usan una lengua propia que hoy aprenderemos, si no a dominarlos sí a diferenciarlos y a entenderlos.

 

La figura de un enorme Troll apareció por detrás de uno de los edificios que conformaban el Ateneo y gruñó, buscando al elfo.

 

-- ¿Pero qué demonios le hiciste para cabrearlo de esa manera, Harpo?

 

-- ¿Quería que le pidiera "por favor" que viniera a su clase, Ama Sagitas? -- dijo el elfo, señalando un trozo de cuerda que arrastraba por una de sus patas.

 

El Troll volvió a berrear y di un paso más hacia atrás, quedándome peligrosamente cerca de la orilla. Me entraron sudores, ¡y eso que la alumna de Niko había pedido una fogata!

 

-- ¡Te dije que no no trajeras a ningún animal, Harpo! -- me volví un poco hacia Niko, con cara de disculpas. -- Yo no conozco a este elfo, Niko. No tengo ni idea de lo que habla Harpo.

 

-- ¿Y desde cuándo un Troll es un animal? No se vende en el Mall...

 

-- Bien... Sí... Veamos... Supongo que conoces toda la teoría sobre lengua, lenguaje, idioma, dialectos, jergas, hablas... Todo el tema de la lingüística es bastante complejo. Me quedaré con un dicho que dijo... alguien... "Si habla, es que no es animal" Dentro de esta frase tan... sencilla... Podríamos decir que... Hum... El Troll no es un animal puesto que es capaz de comunicarse con sus congéneres a base de gruñidos. De acuerdo que es un lenguaje tosco y feo para los humanos pero... Se entienden, sus gruñidos implican conceptos muy básicos como "comida", "bebida", "matar...", así que podemos decir que su forma de expresarse con gruñidos conforma un idioma. Es por eso que, últimamente, se considera a los Trolls en un paso intermedio entre animales y seres inteligen... esto... sí... inteligentes... Aunque no lo parezcan... Si son capaces de expresar conceptos abstractos, tienen capacidad de pensar.

 

El Troll corría ahora hacia nosotros, aunque su velocidad no aumentaba puesto que era una criatura ruda y que mantenía de forma difícil el equilibrio. Intentó alcanzar a Harpo, quien se escabulló hacia un lado y, sin poder evitar el impulso, cayó dentro del lago. Me asomé un poco por encima de la orilla para verle como, a pesar de hundirse, no soltaba su mazo de madera. Hice un pequeño gesto de incredulidad y me volví hacia Athena, mi alumna.

 

-- Sin embargo, otro grupo de estudiosos se ríe de que se les pueda considerar inteligentes y con lenguaje propio. En fin... -- Me encogí levemente de hombros y proseguí mi clase. -- El mismo interés despierta otro grupo similar de criaturas, aunque éstos tienen un lenguaje más desarrollado: hablo de los Gigantes.

 

Miré de reojo a mi elfo y le susurré:

 

-- ¿No me tendrás otra sorpresita con un Gigante a la vuelta de la esquina, verdad? -- y solté un suspiro cuando lo negó con la cabeza. -- Pues lo que decía. Los gigantes son otro ejemplo de seres con lenguaje propio, también gutural y básico, pero más desarrollado que el de los trolles. Pero tranquila -- y añadí, mirando a Niko. -- Tranquilo, jefe, que no le enseñaré a hablar Gigantés. A ellos sólo les interesa hablar con su tribu y matar. Su lenguaje es muy básico.

[Juliette Macnair]

Aparecí envuelta de un cúmulo de sombras grisáceas, sombras que se fueron disipando al son de mis pasos firmes sobre el césped del campus; no conocía la universidad mágica londinense, por lo que era sin duda toda una nueva experiencia. Cubrí mi rostro con la ancha capucha para así generar más calor y no morir congelada por ahí, era irónico que el frío fuese una enorme debilidad cuando en verdad debió ser mi gran fortaleza pero, era una de las cosas que aún debía comprender y aceptar.

Releí una y otra vez la dichosa carta que Niko nos había enviado bien temprano, en ella se nombraba algo de un lago, pero se estaba siendo más difícil de lo normal encontrar el lugar indicado. Tuve que detenerme varias veces para leer salones y direcciones, hasta que me decidí por preguntar directamente a un alumno al azar que amablemente me indicó con gestos de sus manos, cual era el camino correcto; al otro lado del campus.

Mi mejillas ya se estaban tornando ligeramente rosadas y no precisamente a causa de la vergüenza o el calor, sólo era por el roce de la gélida brisa chocar constantemente con mi rostro, brisa que aumentaba al estar más y más cerca del lago. A lo lejos observé que había un pequeño grupo, pude divisar más personas de las correspondientes, así que supuse que no seríamos los únicos en aprender un nuevo conocimiento. En cuanto llegué más cerca, me quité la capucha para así dejar el jovial rostro al descubierto con una peculiar sonrisa amplia ¿acaso estaba naciendo una Juliette más amable?

— No pensé que me perdería, lo lamento. Buenos días a todos, por cierto. — asentí ligeramente con la cabeza al tiempo que acomodaba mi cabello en una alta coleta, divisando ahora a Sagitas mi compañera de departamento, no quise ser impertinente así que sólo me limité a dedicarle una sonrisa junto a un casto gesto de parte de mi mano derecha en señal de saludo; era agradable ver a alguien conocido.

El tiempo pasó rápido desde la aparición de un enfurecido a Troll hasta verlo hundirse lentamente en el gélido lago que aunque no estaba por completo congelado, me crujían los huesos del sólo imaginar lo frío que se encontraba. Observé nuevamente a Sagitas, ahora con una expresión un tanto más divertida mas no dije nada y seguí concentrándome en las esperas indicaciones que Niko tenía para decirnos; ¿porqué pociones y no artes oscuras? Eran uno de esos arrebatos mentales que a veces me daban, aunque admito que desde pequeña siempre fue mi fuerte mezclar ingredientes hasta lograr mandarme alguna embarrada que sacaba varias canas verdes a mis profesores. Sacudí la cabeza, nuevamente me distraía en recuerdos.

[Athena Rouvas]

―¿Yo? ―Preguntó al voltear pestañeando repetidamente hasta encontrarse con el rostro de Eobard. ―¡Cierto! ¡Te recuerdo Eobard! Ha pasado bastante tiempo desde que te conocí en Hogwarts, me alegro ver que continúas por estos lados. ―Bien, no era el mejor sitio, ni situación para una charla de un encuentro casual, pero de verdad le alegraba encontrarse con él. ―Veo que también estas ampliando tus horizontes con conocimientos, aunque parece que tu vienes por pociones. Una rama bastante interesante y amplia. ―Anexó.

 

Aunque se tomó esos minutos para hablar brevemente con el joven pudo distinguir la llegada de Andromeda al lugar a quien le realizó una especie de venia con la mano diestra. También venía por Pociones. Hablando de eso, no lograba encontrar la relación entre pociones e idiomas ¿aparecería en lo que la clase avanzaba o era solo una coincidencia? Ya tendría tiempo de pensar en eso pues Sagitas comenzaba a explicar un par de cosas y debía prestar atención; para eso estaba allí. Eso, y que apareció un elfo acercándose a toda prisa y prácticamente vociferando que un troll se acercaba.

 

No tardó en escucharse cerca un estruendo con unos gruñidos entremedio. Y el estruendo se repitió ¿era el troll caminando?

 

―¡Por todos los Dioses! ¿Es de verdad? ―De pronto se percató que Sagitas estaba hablando algo rápido, pero por inercia ella también retrocedió un par de pasos contra el roble. Sí, era bastante "de verdad" y estaba cada vez más cerca. ―Amh... ¿y de verdad se pueden distinguir los gruñidos? Porque todos me suenan a que nos quiere matar...

 

¿Exagerada? Tal vez un poquito.

 

En eso el Troll decidió que era buena idea ir por todo el grupo presente y tomó velocidad, aunque podían arrancar fácilmente solo corriendo, el suelo temblaba con cada paso fuerte que la criatura daba. Al final fue por el elfo (seguro que porque era el más pequeño presente) pero no alcanzó a ponerle ni las manos ni la masa encima porque terminó dentro del lago mientras lentamente se hundía. Sagitas volvía a hacer un comentario más y esta vez Rouvás sonrió internamente. Ella diría que no eran demasiado inteligentes.

 

―Pero el de ellos es mucho más comprensible ¿no? Digo, porque los semigigantes hablan bastante bien nuestra lengua, y asumo la que les rodee donde cada uno vive. ―Mencionó recordando el caso de Rubeos Hagrid quien modulaba un perfecto inglés. Athena estaba pensando en que los Gigantes comprendían el idioma de los humanos, no que un Semigigante podía hablar ambas lenguas. ―No es como que me interese derrepente aparecer cerca de donde viven los gigantes e ir a hablar con ellos pero si tienes un dialecto conciso ¿cómo transmiten toda una idea? ―Eso no le cabía en a cabeza, y más porque se quedó pensando en los gruñidos del troll.

 

>>¿No deberíamos sacarlo de ahí antes de que se ahogue? No se ve como que vaya a intentar nadar, ni tampoco flotar en el agua.

 

Ya solo le iba quedando la cabeza fuera del nivel del lago pero ni siquiera movía los brazos como para buscar salir. Tal vez, solo tal vez.... estaba probando que se sentía el agua. Podría apostar todos los galeones de su bóveda a que los Troll no se bañan muy seguido, y por eso su falta de reacción.

 

Salió de su zona de confort junto al roble, había permanecido justo allí, todo el tiempo.

 

―Sagitas, creo entender que son bastantes lenguas ¿crees que alcancemos a ver una gran cantidad. Es que soy un poco cabezota para aprender idiomas nuevos. Cuando me tocó el inglés fue una gran proeza conseguirlo.

[Niko Uzumaki]

- Será doble - El Tonks le respondió a la chica negando lo dicho por la otra profesora. El mes anterior había sido suficiente como para no querer volver a estar en una clase como alumno con Sagitas debido al peligro de morir - Y no han llegado tarde, pero no utilizaremos fuego en esta clase - Respondió ante la solicitud de realizar una fogata, deseaba tener una clase lo suficientemente tranquila como para no tener que resolver algún problema. Y quizás realizar una fogata no era una buena idea en ese momento.

 

- ¿Troll? ¿Qué has hecho? - Su mirada no era la mejor en ese momento y Sagitas entendería perfectamente que podría terminar en problemas si volvía a poner la vida de Niko en peligro como en su clase de Estudios Muggles - Y si no lo conoces, ¿cómo es que lo llamas por su nombre? - Sagitas estaba en mayores problemas por decir mentiras y más a Niko, sin duda no había sido una muy buena idea de parte de la bruja.

 

El elfo logró evitar ser capturado por el troll y el mismo cayó dentro del lago - Esto no me volverá a suceder - Niko recuperó su concentración no sin antes mirar de nuevo a Sagitas con cara de muy pocos amigos por lo sucedido. No obstante, prefirió no interrumpirla en su clase con Athena que al parecer había dado inicio y él tendría que hacer lo mismo con sus alumnos que habían venido hasta allí con un objetivo y era aprender sobre Pociones.

 

- Ustedes han venido a aprender de Pociones, pero primero quiero que me digan si han tenido algún acercamiento al conocimiento - El Tonks necesitaba respuestas y conocer el nivel de cada uno de los alumnos que estaban en ese momento. No quería que uno de ellos hiciera una poción muy compleja como para generar una gran explosión o con una poción capaz de generar efectos no esperados o malignos para la salud de las personas.

 

- Les tengo un par de preguntas adicionales sobre su conocimiento - Hizo una leve pausa antes de continuar - Quiero que me digan la diferencia entre una poción, un filtro y un antídoto - Era algo que todos los magos del mundo mágico debían conocer así que necesitaba saber qué pensaban ellos y si era lo correcto o no - Además, quiero que me digan su poción favorita y por qué - Cada poción tenía unas consecuencias que debían tener muy claras.

[Andromedario]

Andrómeda descubrió de inmediato que le había tocado la clase seria en la que demostrar sus conocimientos era la clave para aprobar. Además, su profesor no parecía ser de aquellos que se distendían o daban largas al asunto, sino más bien de los que iban directo al grano para avanzar lo más rápido posible.

 

Se distrajo por los acontecimientos que se daban, al parecer, por causa de la otra profesora que había llamado a un troll y un elfo para tratar el tema de los idiomas. Se sorprendió dado que no esperaba que el espectro de aquella materia fuera tan amplio, y anotó mentalmente que aquella sería la siguiente asignatura que tomaría, por pura curiosidad.

 

Cuando oyó la voz del profesor Tonks, se sintió posar de nuevo en la tierra, y tuvo que procesar por más de un minuto todas las preguntas que le soltaba. No quería parecer tan desconectada de todo lo que allí iba a darse, pero realmente esperaba que su guía supiese entender sus errores en el caso de llegar a cometerlos.

 

-Pues... No quiero sonar ignorante, pero lo más cerca que estuve de las pociones en estos últimos años fue en el Magic Mall. - no le daba mucha vergüenza admitir aquello, puesto que era la verdad. No tenía a quien tomar como referente en sus bases mágicas, y sólo podía decir que se interesaba por el conocimiento dado que era autodidacta y le parecía esencial aprender para sobrevivir.

 

Pensó a continuación su siguiente respuesta para darse cuenta que sólo podía definir más o menos bien una parte de la misma. No obstante, no le pareció que aquello fuera tan malo, estaba allí para aprender y mejorar.

 

-El antídoto es una cura para una poción, maldición o enfermedad. La poción es una infusión con diversos efectos, y ninguna es igual a la otra, varían por su naturaleza y resultados. Y mi poción favorita es la esencia de Díctamo, para curar las heridas. Puede llegar a ser muy útil en casos de emergencia. Aunque el veritaserum también me llama la atención, ya saben, es la verdad líquida, a quien no le fascinaría algo como eso. - dijo pensativa a la vez que fascinada por aquel hecho. Siempre que le daba vueltas a aquello siempre terminaba igual de embelesada, realizar una pócima de la verdad sería una genialidad.

 

-Por cierto, tengo una duda. ¿Las pócimas pueden aplicarse a muggles? Es decir, ellos son diferentes a los magos, algo de distinto debería hacerse, ¿no es cierto?