Runas e Historia

[Jank Dayne]

Jank se había pasado la noche entera tratando de descifrar los misterios de las dichosas tres runas. Cuando, avanzada ya la madrugada, vio frustradas sus intenciones de conseguir romper el enigma antes del amanecer, recurrió a la compañía femenina para que le abriese el camino necesario hacia la inspiración. O al menos, el más parecido. Sin embargo, y a pesar de haber estado satisfecho con su elección, la señorita no le aportó más que unas cuantas anécdotas frustrantes de su vida que terminaron por contribuir más a su somnolencia después del acto. En resumidas cuentas: tenía menos dinero y las mismas dudas.

 

Se dio el tiempo para dormir unas horas. Después de todo, los moteles en Diagon eran más costosos de lo que se podía llegar a pensar de unas cuantas calles en decadencia, y no pretendía gastarlo en vano. Cuando el sol ya había iluminado su habitación, Jank se sentó en posición india sobre la cama y abrió el libro de runas. Nada. También abrió el de interpretaciones muggles, incas, algunos viejos pergaminos regalados por su padre datados del siglo cinco que detallaban los primeros gráficos... ¡NADA! ¡No había un maldito lugar que coincidiera!

 

- ¡Maldito Orion! - se quejó a la nada, en un grito, cuando ya no encontró sitio para esconder su desesperación, y desapareció de la habitación, dejando solo una bolsa de galeones como legado.

 

Al aparecer en las inmediaciones de la Academia, solo los elfos estaban despiertos, puesto que el sol apenas empezaba a asomarse. Jank pasó, casi furioso, como un rayo entre todos los salones y se metió en el que recordaba aun era el suyo. Sin prestar atención a si Helike se encontraba o no en el aula, vació la biblioteca entera en búsqueda de algún tomo que le diera el hilo que necesitaba para atar los cabos. O, por lo menos, otra pista quisquillosa de su profesor.

 

>> Regalos, regalos.. Como si estuviésemos en navidad << se decía, mientras registraba un libro escrito por el arcano de Videncia >>¿Qué sitio en el mundo proporciona regalos hoy en día, materiales o no? ¿Vive en otro siglo tal vez? <<. Quizá Jank carecía del conocimiento que solo los años podían ofrecer, pero si de algo lo había convencido Yaxley era de su completa falta de minimalismo.

 

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Editado 18 de Enero del 2018 por Jank Dayne

[Orión Yaxley]

El duende dio un pequeño saltito cuando llegó Niko. Recordó que también lo esperaba a él. Soltó un pequeño suspiro y le levantó el dedo para que espere un momentito. Con sus piernas cortitas iba con paso ligero nuevamente hacia su escritorio. Escarbó en alguna de sus cosas y soltó un gritito de alegría. Tenía un pergamino viejo en sus largos dedos.

 

Salió por segunda vez de su puesto de trabajo. Se balanceaba de un lado para el otro. Agitó el mismo papelito, en frente del director. El mismo decía:

 

“¿Qué se creó entre 1811 y 1819? La próxima pista se encontrará allí”

Orión a veces tenía un sentido del humor cruel, que sólo se equiparaba con su pedagogía de carácter similar. Era duro. Difícil. A veces hasta críptico. Bueno, ahí obviamente estaba siendo lo último, porque eran puros desafíos. Pero, tampoco podía ignorar completamente a su clase. Por eso, luego de un día sin recibir respuesta por parte de Jank, tomó acción sobre el asunto.

 

Una lechuza muerta entró repentinamente, rompiendo una de las ventanas de la biblioteca. Tenía una notita en la pata que decía algo como esto:

 

“Las runas siempre tienen más de un concepto, pero vistas en general es uno solo. Gebo son los regalos, el amor y las relaciones. El amor puede ser un regalo en la relación. Una relación basada en el amor, es también un regalo. ¿Se entiende? No es una cosa aislada del resto. Ansuz es la comunicación, la verdad, el conocimiento. Si las dos están juntas, entonces tiene que haber una relación estrecha. El amor y la comunicación. Inguz está más alejada, por lo tanto no es el concepto principal, pero ayuda-a completar la lectura. Es la fertilidad, el sentido común, el crecimiento. Existe entonces un lugar donde las relaciones se encuentran con la comunicación, para la fertilidad, o simplemente por el sentido común.

La próxima va a ser más difícil.

O.”

[Niko Uzumaki]

- No puede ser otra pista - Niko estaba agotado y no quería tener que seguir descifrando los enigmas de Orión. Le parecía horrible tener que andar persiguiendo a uno de los profesores y más siendo el director de la Universidad Mágica. Tendría que enviar a su elfo a buscarlo pero esa no sería una gran idea si deseaba aprobar la clase con Orión pero luego podría tener una charla sobre el tema con él acerca de su búsqueda.

 

- De nuevo debo buscar en mi libro de Historia de la Magia o no voy a lograr encontrar la respuesta - El Tonks se sentó al lado del duende que le acababa de entregar el pergamino con la pista de la ubicación de Orión. Comenzó a pasar una a una las páginas del libro esperando encontrar una línea de tiempo o algo sobre los eventos mágicos pero al parecer el mismo no se encontraba tan organizado y todos los eventos se contaban por lugar y no en general. Su tarea sería mucho más complicada por todo lo que tendría que leer pero debía terminarla.

 

Las hojas de su libro pasaban y pasaban al tiempo que sus ojos se comenzaban a cansar por la cantidad de información que había leído en la última hora hasta que llegó una página especial - Lo tengo creo - Hizo una leve pausa antes de continuar - Dice que la división de fantasmas fue construida durante la época en la que Grogan Stump era Ministro de Magia, es decir entre 1811 y 1819 - La misma se encontraba en el Departamento de Criaturas del Ministerio de Magia.

 

- Hora de ingresar al Ministerio como Warlock... o quizás... - Mejor se iba del banco dado que tendría que buscar el departamento de Ministerios. Ser Warlock tenía algunos privilegios así que con un movimiento de su varita ya se encontraba adentro del lugar mágico y en camino a buscar a Orión. No obstante, primero tendría que ubicarse un poco dado que llevaba mucho tiempo sin acudir al Ministerio y no recordaba adecuadamente los lugares.

 

- ¿Cómo llegó a este departamento? - Pensó mientras observaba todos los magos caminar hasta que recordó el camino más adecuado. Comenzó a caminar en dirección al departamento en donde encontraría a Orión, o al menos en donde pensaba que lo encontraría si es que no se escapaba de nuevo - Te he encontrado - Le dijo con cara de satisfacción al profesor que efectivamente se encontraba allí y con la esperanza de no tener que buscarlo de nuevo.

[Jank Dayne]

El hedor de la lechuza lo terminó despertando. Ni siquiera lo había hecho el ruido producido por ésta al quebrar uno de las ventanas del salón, puesto que años en guerra habían sido los suficientes para entrar su huido a las detonaciones mágicos y los alaridos de enemigos y aliados. Jank incineró, literalmente, el animal muerto con la mirada y tomó el trozo de papel que sobró en el piso. Se sentó allí mismo, en posición india, aprovechando la luz que entraba por el nuevo agujero, ya que nadie se molestaba en abrir las cortinas. Mientras lo hacía, se fue devorando poco a poco una barra de almendras que días atrás había encontrado abandonada en el comedor de los Evans. Estaba rancia y chiclosa, pero le activó las neuronas.

 

Jank fue remarcando las oraciones una a una, como si en todas hubiese un mensaje oculto. Esta vez no se trataba de eso, por lo que pudo descifrarlo más rápido de lo que habría pensado que sería. Supuso que su ausencia había confundido a Orion, puesto que Helike tampoco daba señales de vida. O sí y él era el único i****** que tardaba más de dos días en atinarle a una pista que, a simple vista, no estaba tan maquillada. Se paró del suelo lleno de energía y agitó su varita, dejando el sitio en medio de un suspiro que emanaba satisfacción.

 

Apareció en el ministerio en el mismo cuarto de limpieza abandonado. Era el mismo que había utilizado la revelación del Atrio hacía ya cuatro años y, a partir de entonces, todas las pequeñas incursiones secretas a las distintas oficinas. Se colocó encima una capucha negra y abrió la puerta, tratando de hacerse pasar por cualquier trabajador o alguien que necesitaba de algún servicio. Tenía varios meses que no iba a la institución, y como era de costumbre no había cambiado en nada, lo que le dio aun menos ganas de estar allí. Sabía que esa monotonía terminaría por despertar una inminente anarquía tarde o temprano.

 

Tampoco tardó demasiado en llegar hasta la oficina del ministro y pararse frente a la puerta que conducía a los espacios donde atendían los servicios administrativos del Wizengamot. Cuando entró, quitándose la capucha en el proceso y tratando de lucir lo menos parecido a aquel joven que irrumpió la seguridad mágica y acusó a una docena de mortífagos públicamente en el centro del Ministerio, se acercó hasta el escritorio de la secretaria. Jank le sonrió a la guapa mujer antes de hacerle señas para que se acercara y poder susurrarle:

 

- ¿Orión dejó algo para mí?

[Orión Yaxley]

Lo que Niko pensó que era Orión, era… efectivamente ¡un muñeco de él! El Mago Oscuro había usado sus influencias como Director ministerial y pudo dejar sin ninguna repercusión una réplica exacta de su gran cuerpo. Seguramente, si hubiese estado ahí, se habría partido de la risa. Porque, bueno, el director esperaba aprobar y no había nada ahí.

 

Salvo en la frente del muñeco. Había escrito en grande un número que estaba relacionado con el próximo punto:

 

1289

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- Me dijo que vendrías, pero nunca que eras un ebrio vagabundo. Existen las duchas ¿sabes? Pero no lo hagas en la fuente.

 

La señorita se tapó la nariz y lo miró juzgando de arriba abajo. Era la gente que trabajaba en el departamento de los Servicios Administrativos. En el de Orión, a nadie le importaba la ebriedad o el olor, con tal que… no, tampoco, menos importaba el trabajo. Porque, bueno, la Cooperación Internacional en tiempos de mortífagos era, nula.

 

Buscó por los cajones, la muchacha en cuestión. Soltó un cantito de alegría y una tabla con tres piedritas pegadas estaba encima del mostrador.

 

- Cómprate un bosque y piérdete hippie.

 

Que gente rancia, che.

 

En fin, las runas, para el pobre Knight que estaba ARAÑANDO un aprobado por parte del Yaxley, eran claramente mucho más difíciles que las dos anteriores. Porque ahora tenían otra variable más. La runa dada vuelta. Que, ¿qué significaba esa runa? Y, bueno, sentido común.

 

Wunjo

Ansuz

Othala

(las tres runas juntas, solo que Othala está dada vuelta)

[Niko Uzumaki]

- Ay esto no puede ser cierto - Quien pensaba que era Orión no era más que un muñeco que al parecer había logrado introducir hasta ese punto del ministerio y quién sabe con ayuda de quién - Esto merece ser investigado - Murmuró mientras pensaba en que no solo era Director de la Universidad Mágica, también era Warlock y tenía sus contactos mágicos como para dar inicio a una investigación formal sobre lo sucedido y el uso de las instituciones mágicas.

 

- La pista esta vez no me hará buscar en ningún lugar - Había leído muchas páginas del libro de Historia de la Magia pero esta vez no lo necesitaba. La respuesta estaba en la naturaleza de su propio cargo mágico y en la historia del mismo. Ese año era importante para aquellos que eran Warlocks o lo habían sido en algún momento y, por supuesto, el rubio tenía claro lo que había sucedido en ese año pero no todo estaba bien.

 

- Ese año fue la Convención de Warlocks digo brujos, pero no sé en donde - No tenía claro el lugar en el que se había realizado la misma pero estando en el Ministerio de Magia lo más lógico era que se hubiese realizado en el mismo edificio justo en la sala del Wizengamot - Debo intentarlo porque ya es hora de volver a realizar mis labores - El tiempo se le acababa al Tonks y si no lograba encontrar a Orión en poco tiempo tendría que dejar así y regresar a su trabajo.

 

- ¿Orión? - Fueron sus palabras al llegar a la sala del Wizengamot. Su elfo ya se encontraba en el lugar o al menos eso suponía dado que la hora de ir para buscarlo había llegado. Así que no sabía si la figura que observaba era la de su profesor o la de otra persona - Creo que nunca voy a terminar con esta búsqueda - Dijo un poco resignado por todo lo que había tenido que hacer hasta el momento pero sin tener mucho éxito.

 

- Espero que esto sea todo - No sabía si era Orión o no pero deseaba manifestar su opinión en ese momento y poder continuar con su trabajo como Director de la Universidad Mágica - Creo que yo también necesitaré un muñeco - Si no aparecía su profesor, tendría que dejarle un regalo similar al que le había dejado unos minutos antes - Aunque seguro está en otro lado - Una idea más llegó a su cabeza y recordó que Orión era director de uno de los departamentos del Ministerio y relacionado con convenciones mágicas internaciones.

 

- Es el departamento de Cooperación - Murmuró mientras comenzó a caminar en busca el mismo hasta llegar a la oficina de Orión - Seguro está acá - Pensó mientras abría la puerta lentamente sin golpear porque no andaba con ganas - Te he encontrado - Le dijo con cara de satisfacción y un poco agotado por lo mucho que había tenido que caminar durante la clase.

Editado 26 de Enero del 2018 por Niko Uzumaki

[Jank Dayne]

Jank casi le arrebató la tabla de las manos a la empleada y, con la otra, le respondió a su comentario enseñando su largo dedo del medio. Solo cuando salió de la oficina y se metió en el ascensor fue que se olió las axilas, lo que hizo que se le salieran varias lágrimas. Entendió entonces el por qué dejaba de escuchar la respiración de la gente cuando pasaban por su lado y hacían ademanes con las manos. El whisky aparte de quitarle la consciencia también le robaba el poco encanto físico que le quedaba..

 

Se sentó en uno de los bancos que marcaban el paso hacia el centro del Atrio. Jank ocupó todo el asiento para abrir el libro de interpretación y varias ediciones más de distintos autores. A Wunjo la recordaba muy bien; Tauro había sido muy astuta al colocarlo como pista única acerca del paradero de aquella clase. Ansuz no le costó demasiado relacionarla, lo que dejó a la runa inversa en una posición clave: podría ser el impedimento habitual para bloquear su cerebro durante dos días enteros o, por el contrario, una respuesta inmediata. Por extraño que le resultara la sensación, fue el segundo caso el que se dio.

 

El mago se levantó de su asiento disparado, haciendo un rápido hechizo sin su varita para meter todos los papales dentro de su bolso colgado a la cintura. La tabla con las runas la botó en el primer basurero que se topó. Corrió hasta el ascensor más cercano y lo frenó con el pie antes de que cerrera. Esta vez no le importó que las personas se cubrieran la nariz; al menos serviría para que no se fijaran en su rostro y lo retrasaran aún más. Había sido casi un milagro que se le ocurriera la brillante idea de leer las runas sin salir del Ministerio. Pudo saborear su libertad por uno segundos.

 

Jank salió del pequeño cubículo tan rápido como pudo hasta el lugar de la primera recepcionista y se quitó la capucha nuevamente. Tenía siete largos años que no visitaba el concurrido departamento de cooperación mágica internacional. A ellos solo les podía agradecer que tramitaran su pasaporte como londinense y, claro, que les sirvieran como último puente para encontrar a su fastidioso (y bastante perezoso) profesor. Quitó a dos señores que estaban en la fila y se encimó sobre el mostrador.

 

- Sí, huelo a muerto. ¿Y Orión?