Herbología Tejonera

[Emmet Haughton Gaunt]

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Nueva mañana se alzaba en los terrenos de la Universidad. El frío se comenzaba a sentir y, mucho más, cuando el sol asomaba sus pequeños rayos para iluminar todo aquél paisaje que siempre lo aguardaba cada vez que Emmet debía dar unas vueltas por los invernaderos. La nieve se había acumulado en aquellas áreas en donde la hierba era espesa lo que, por momentos, dificultaba el andar de cualquiera que transitara por allí. El vampiro ya estaba acostumbrado por lo que nunca le faltaban sus calzados especiales y el hechizo impermeabilizador; caso contrario, terminaba todo empapado.

- ¡HELGA! Que susto querida.

Prácticamente los papeles que llevaba en sus brazos cayeron al colchón de nieve al aparecersele de repente la figura de Helga Hufflepuff. Sí, la mismísima Helga, co - fundadora del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, hizo acto de presencia frente al vampiro justo en la entrada del invernadero número cinco.

- ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en el Colegio con los estudiantes?

Inquirió Emmet sin faltarle el respeto a una de las grandes brujas. Con un leve movimiento de su varita los papeles regresaron al poder del profesor mientras que abría, al mismo tiempo, la puerta del Invernadero.

(Helga) - Si claro, tienes razón. Pero hoy he decidido acompañarte en tu clase. Quizás debes recordar bien que, en tus tiempos de colegio cuando estabas en la Sala Común de mi casa, demostrabas grandes dotes para todo aquella relacionado con el trabajo de la tierra y su protección.

Emmet la escuchó con atención mientras sus ojos se abrían como platos al recordar aquellos escenarios. Helga tenía razón, muchas veces fueron las que el Gaunt se había pasado el tiempo en la Sala Común leyendo e investigando todo acerca de la Herbología.

- En eso tienes razón. Además de ser un gran aficionado a la Herbología lo soy a todos aquellos magos que aportaron sus conocimientos al estudio de nuestra flora mágica - inquirió mientras paseaba de un lado al otro del invernadero dejando dos copias del libro "Mil hierbas y hongos mágicos" en donde iban a estar sus estudiantes.

(Helga) - Eso no puedo negarlo ya que yo misma fui testigos de cientos de chicos como tú y ahora verte en este lugar ... veo que no has abandonado dicha pasión.

El mortífago asintió con una sonrisa mientras esperaba que sus estudiantes llegaran al invernadero cinco, tal y como indicaba la carta que les había enviado.

- Seguramente no tardan en llegar, Helga. Será un verdadero honor tenerte en una de mis clases

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@@Keaton Ravenclaw

Editado 7 de Enero del 2018 por Emmet Haughton Gaunt

[Hessenordwood Crouch]

El largo bostezo consigue que de su boca salga una gran nube de vaho que humedece sus labios y empaña sus anteojos, él no es un buen madrugador, sinceramente nunca lo ha sido, sobre todo después de los días posteriores a la luna llena, esos días en los que duerme hasta tarde tan solo para recuperar las energías, pero que lo dejan, acabo de unos días, con un apetito bárbaro. El mago detiene su nada apresurado andar para sacar el guante de una de sus manos y después retirar las gafas de su rostro para limpiarlas, mientras lo hace, parpadea rápido mientras echa un vistazo a su alrededor, hace tanto tiempo que no volvía a aquellos terrenos que en algún tiempo fueron su hogar y la verdad era que sentía regocijo al ver que las cosas no han cambiado mucho. Casi se podía sentir esos cinco años más joven.

 

-Que frio- murmura para sí mismo, algunas veces le cuesta entender como teniendo un cuerpo animalmente cálido no sea capaz de soportar las bajas temperaturas del mismo modo que lo hace la criatura, las gafas se acomodan otra vez en el rostro pálido y enrojecido por las diferentes cicatrices y cardenales que recorren su rostro y se pierden por debajo de sus ropas difíciles, de su hombro cuelga aquel bag de yute con hechizo expansor que pertenecía al Garry de la academia y por encima una cazadora verde con un gorro que aplasta a su habitual alborotado cabello y empuja hacia abajo un mechón grande que cubre los ojos ya ocultos tras las gafas, Ollivander tiene que levantar la cabeza para poder ver bien por donde debe continuar su camino -Si, invernadero número cinco- dice y una larga línea en su boca se tuerce en un gesto pensativo, el abrigo es tan grande que pareciera que le cuesta moverse.

 

Debajo de la cazadora sus ropas son bastantes sencillas, suficientemente cómodas, pero que le permitan trabajar debidamente las tareas que están a punto de realizar durante aquel curso que ya ha intentado acreditar en más de una ocasión, pero que sin embargo siempre había salido algún inconveniente para no terminar con él “ ¿Qué será esta ves?” había preguntado al Garry del reflejo en su té verde de esa mañana. Retomó su andar después de aquel recuerdo, seguía pensando en si cumplía esta vez lo necesario para conseguirlo, después de haber dejado pasar un tiempo se sentía preparado para volver a los terrenos del colegio de magia y hechicería, pero había pensado eso mismo en el intento anterior.

 

Prefirió no pensarse más en eso el resto del camino, esta era una nueva oportunidad y no quedaba más que aprovecharla. Elevó entonces el rostro un poco más para poder ver mejor el sign del invernadero al que había llegado después de un rato de caminar “Invernadero No.5” leía aquello con algo de dificultad, en algunas ocasiones se preguntaba si de verdad servía de algo usar aquel armazón sobre sus ojos, ellos parecían tener una atracción mágica con su cabello que siempre parecía querer estar sobre sus lentes cuando los usaba, aquello era una cosa tan ridícula que prefería no siempre llevarlos puestos.

 

Entró al invernadero justo después de haber llamado a la puerta con un golpeteo -Buen día- saludo al hombre que ya esperaba dentro con la misma prisa con la que entraba al lugar -¿No es…- levantó entonces un poco más el rostro, casi parecía que trataba de olisquear en lugar de conseguir una mejor vista de la fantasma junto al mago -¿No es esta la clase de herbología?- preguntó sonando algo más ingenuo de lo que quisiera, era increíble pensar que quizá se había equivocado de fecha, de horario o tal vez de invernadero -Ahh...herbología…señor ¿Emmet Gaunt?- levantó la vista del pergamino que sostenía delante suyo elevando las cejas encontrándose sorprendido por la presencia de la fantasma en el invernadero. Garry sonrió divertido.

[Keaton Ravenclaw]

Era curioso. Después de aquella emoción del momento con Emmet aquella noche en el Castillo Gaunt, la magia entre ambos parecía haberse esfumado, cosa que a Keaton le incomoda un poco, pues él justamente era su profesor para Herbología, y si no fuera porque necesitaba la certificación en ese conocimiento, ni siquiera se pararía allí, pues por aquel chico aún sentía muchas cosas que al parecer el Haughton ya no. En fin, que aquel día el Ravenclaw recibía su carta de aceptación para estudiar aquel conocimiento, por lo que no le quedó de otra que ponerse más guapo de lo normal para poder llegar bien a su clase, igual y funcionaba y Emmet le volvía a poner atención.

 

A los poco minutos, Keaton estaba listo, y si bien hacía frío en Ottery, estaba consciente de que en el Ateneo no lo haría debido a que era un desierto. Gran error. Cuando el ojiverde se paró de lleno en los parajes de aquel recinto estudiantil, notó que la nieve se alzaba en colchones por todo el campus, pero no le importó gran cosa, era un vampiro, y ellos eran fríos por naturaleza, lo cual, quería decir, que ningún clima les afectaba. El Black Lestrange observó a su alrededor para orientarse, y se enfiló por aquellos pasillos hacia donde se estaba impartiendo su clase de aquel mes.

 

Al llegar, notó que ya estaba su profeso (que lucía tan guapo, como siempre) su compañero y Helga Hufflepuff.... ¿Helga Hufflepuff? ¿Qué diantres hacía ella allí? Se suponía que ella había muerto hacía más de novecientos años, ¿cómo era aquello posible? ¿sería que era una demonio o una vampireza? Tal vez, eso lo descubriría a lo largo de la clase, ´pues además, él conocia muy bien a Helga, había sido amiga de su abuela, Rowena Ravenclaw, y al ser Keaton pariente de la segunda generación después de la más sabia de Hogwarts, pues bueno, espera Helga se acordara de él.

 

—Buenos días, perdonen la demora, tuve algunos contratiempos en mis Castillo. Emmet, gusto volverte a ver, igual a ti, Helga —Saludó el vampiro —Y a ti no te conozco, pero igual gusto en conocerte, soy Keaton Ravenclaw, un placer —Dijo a Sain.

 

Esperaba que todo saliera bien.

[Emmet Haughton Gaunt]

Sus alumnos ya habían arribado al Invernadero y cada uno se había presentado. Al primero de ellos no lo conocía, ni siquera lo había cruzado. Al segundo, si lo conocía y muy bien, pero no era momento de recordar aquél momento ya que la situación y el lugar en que se encontraban era completamente distinta.

 

- Bienvenidos al Invernadero cinco, uno de los más grandes que tenemos aquí en la Universidad, soy Emmet y seré su profesor del conocimiento de Herbología .

 

Se presentó como siempre lo hacía y así dar pie a al comienzo de la clase.

 

- Y creo que no hace falta que les presente a nuestra invitada estrella de hoy, y debo confesarles que me ha sorprendido su presencia, Helga Hufflepuff nos acompañará en el desarrollo de la clase en este mes. ¿Helga?

 

Le concedió la palabra a la bruja que estaba distraída con un brote de Mandrágora.

 

(Helga) - ¡Oh, sepan disculpar! Es una cosita muy tierna esta pequeña que hay aquí - señaló la maceta que contenía a la planta y se pasó flotando por la mitad del mesón hata colocarse al lado del profesor - Aquí estoy para acompañarlos en esta clase y ayudar en todo lo que Emmet necesite. Debo confesarles que soy amante de la Herbología y, como habrán estudiado o sabido, de mi casa han salido grandes herboristas - la burja finalizó con una sonrisa sin saber que le había dado el pie perfecto al vampiro para comenzar con el tema.

 

- Así como dijo Helga. De Hufflepuff salieron grandes herboristas y personalidades que dieron sus aportes a este gran conocimiento. Dos de ellos, un alumno y la Jefa de casa y, educadora de esta misma materia, pertenecieron a los tejones. ¿De quienes estoy hablando? - soltó la primera pregunta mirando directamente a los chicos.

 

El vampiro miró al fantasma y, con una sonrisa cómplice, Helga supo de quienes hablaba ... perfectamente.

 

- Además de ello, necesito que me contesten porqué decidieron tomar este conocimiento y el motivo por el que consideran que la Herbología es importante.

 

@@Keaton Ravenclaw

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[Hessenordwood Crouch]

-El placer es todo mío, Keaton- para su fortuna las presentaciones habían sido bastante breves, no es que no le gustara conocer gente nueva o que se sintiera antipático al respecto, sin embargo, no puede evitar sentirse intimidado por la presencia de los vampiros a pesar de su licantropía, aun no justifica el hecho de no poder conseguir sosegar el temor que le causan esos seres nocturnos -Soy Grelliam Ollivander, señor- saludó con una sonrisa larga.

 

Las cortas presentaciones abrían paso a que el curso comenzara pronto, encaminándose torpemente a buscar un lugar en el invernadero Garry se ocupó de prestar atención a las palabras del profesor. Aun sentía que era muy temprano para sentirse verdaderamente animado y con eso en la cabeza sigue atento a los movimientos y animadas palabras de la fundadora de una de las casas del colegio de magia. Se encontró sorprendido de que se tratara de la misma Helga Hufflepuff, aunque él no resultara haber sido un estudiante de su casa, nunca le parece verdaderamente malo conocer a personajes tan protagónicos.

 

-Comenzaré, si no es problema, Keaton- dirigió una rápida mirada a su compañero de clase -La jefa de casa debió ser madame Sprout, supongo- hiso una pausa, el nombre del estudiante se lo dejará al Ravenclaw por que no dirá que no tiene ni la más mínima idea de quien se trata, siendo honestos había aprobado sus grados en el colegio de magia sin siquiera darse cuenta de la presencia de los Hufflepuff, nada sabría él sobre su Hall of Fame, sin contar de que ha olvidado a que venía el tema de los tejones como herbolarios. “Ah sí, la fantasma”.

 

Ahora bien, tendría que atender las preguntas “existenciales” de por qué necesita acreditar aquel curso y que tan importante creía que era la herbología, aquello es algo fácil, el explicar los motivos de por que llevaría un curso como este, pero lo otro, bueno, ya pensaría algo conforme a la marcha.

 

-Sobre la materia, lo cierto es que estoy interesado en algunas ramas de la alquimia que me está costando trabajo comprender, quisiera poder conseguir algo más de conocimiento sobre herbología para ver si logro acercarme a mi cometido, conocer siempre estimula la creatividad por lo tanto estoy convencido que lo que pueda aprender durante este curso será de ayuda para eso, de no ser así, al menos lo habré intentado y de algún modo no estaré tan lejos de lograrlo- explica tranquilamente.

 

--En cuanto a la herbología…- eso otro no es tan simple, puede lanzar un montón de palabras y tratar de sonar convincente, pero su respuesta no necesariamente resulta ser lo más ortodoxo, ¿Evans no le había advertido de hablar de más durante clase? Taciturno, recarga su brazo en la mesa que tiene justo enfrente y sobre su mano reposa el mentón lleno de cicatrices con un gesto de que se está esforzando por pensar en algo -Bueno considero a la herbología como una rama bastante fundamental en la magia, sabiendo pues, que es más sencillo aprender sobre pociones cuanto más conoces de las propiedades de sus ingredientes, es más fácil sobrevivir y comprender que hay allá afuera si conoces el medio físico, y claro sin mencionar lo provechoso que es poder sacarle el mayor potencial a la naturaleza mágica.

 

“Aah” No puede mentirse así mismo, su necesidad de conocimiento siempre ha tenido ese aire ambicioso muy parecido al de su padre. Sin querer pensarlo más, gira entonces la vista en dirección a su compañero y le sonríe divertido, ávido por escuchar al vampiro hablar.

[Emmet Haughton Gaunt]

(Helga) - Mi querida Sprout - se pudo percibir el lamento de la bruja por la falta de aquella profesora - Recuerdo cuando iba de acá para allá con todas sus hojas y me decía que tenía asuntos que arreglar con el Director porque los gnomos de jardín estaban haciendo destrozos en sus plantas - recordó un tanto graciosa aquella situación que se le alcanzó a dibujar una pequeña risita en la cara.

 

- Como no recordarla, Helga, y más por quienes somos amantes de la Herbología - el profesor de la clase se unió al recuerdo de la Co-fundadora de Hogwarts. En su cabeza pasaban varias imágenes de la bruja regordeta que dedicaba su vida a sus invernaderos y a Hufflepuff - Una respuesta bastante acertada pero te faltó la otra parte referida al alumno Neville Longbottom. Aquél chico despistado y algo torpe que, paso a paso, fue descubriendo el deseo de estudiar más a fondo la Herbología llegando a ser profesor de la misma algunos años - explicó el vampiro detalladamente.

 

Una vez hubo dicho aquello su mirada se desvió hacia el otro muchacho que parecía un tanto distraído y paralizado. No había emitido su respuesta acerca de las cuestiones que fueron consultadas pero, Emmet, necesitaba continuar con la clase.

 

Bajo la atenta mirada de Helga, se dispuso a hablar luego de que logró materializar dos pequeñas macetas vacías.

 

- Bien, para continuar con la clase, abran su libro en la página doscientos sesenta y cinco, por favor - con un movimiento de su varita pudo hacerlo - Verán el comienzo del capítulo cinco el cuál habla de las propiedad de diversas plantas, frutos y hongos que son utilizados en las pociones, uguentos, antídotos, etc - respiró y prosiguió - Por ello quiero que me digan dos éstos, que propiedad posee y en qué poción es utilizada - miró al fantasma que tenía al lado el cual parecía un alumno más porque estaba callada y con la mirada fija en el libro del mortífago.

 

Los miró a ambos y esperó sus respuestas.

 

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@@Keaton Ravenclaw

[Hessenordwood Crouch]

Alzó su par de cejas de diferente color levemente sorprendido, “Neville Longbottom”, ese era un personaje muy reconocido cuando se trataba de temas de herbología y claro como no mencionar la historia de la guerra mágica, pero ¿no era el héroe un Gryffindor? Que despiste, lo malo una historia de hechos reales era que siempre resultaba que nunca es del todo certera. Finalmente, Ollivander pensó que la casa de Hogwarts de donde provenía el mago no era importante, sino más bien sus logros personales y mas que eso, por supuesto, su muy útil contribución al mundo mágico en especial la rama de la herbología, había escuchado decir al profesor “…para los amantes de la herbología”, él no se considera aun un amante de la herbología, pero sería injusto no reconocer aportaciones valiosas en la magia.

Ollivander hojeo con retardo hasta la página indicada, deteniéndose un segundo en algunas páginas de contenido interesante “Página doscientos sesenta y cinco” repite en voz baja como si fuera peligroso olvidar la página donde debe estar ahora, de fondo aun podía escuchar la voz del profesor dando explicaciones. Sin despegar la mirada del libro apenas alza su mano derecha, no mas alto que su cabeza, pero la agita apenas para llamar la atención, sin saber si la ha obtenido o no comienza ha hablar;

-El Shrivelfig o Higuera Abisinia es una higuera mágica que se encuentran en Abisinia. Sus flores crecen dentro del higo, y tanto la fruta como las flores son de color púrpura. Es una planta de hoja caduca, lo que significa que sus hojas comienzan a caer en el otoño, y la planta está sin hojas durante el invierno. Sin embargo, debido a sus fuertes raíces, la planta todavía puede sobrevivir incluso en condiciones de nieve. Las hojas tienen propiedades medicinales. La fruta, contiene flores en su interior, que producen un líquido púrpura utilizado como ingredientes de pociones como la Poción que produce Euforia y la Poción Shrinking o comúnmente conocida como Solución para Encoger. De sus troncos y ramas podemos obtener un muy buen abono, útil para fertilizar- lee agregando a su texto algunos detalles que él considera tambien son importantes.

Hace una larga pausa pensando en aquella otra que conoce bastante bien, hace no mucho tiempo que discutía con su sanadora sobre los efectos alérgicos que le causa al hombre el utilizar una poción como esta, por supuesto que ella no le creyó.

-Otra es el acónito también llamado Luparia, Matalobos, Haba de Lobo, Rapé del Diablo o Anapelo. Sólo crece de forma salvaje en lugares frescos y con sombra, cerca de ríos y riachuelos. La planta es erecta y con flores azul purpúreo que aparecen en racimos. La raíz es negruzca, cónica con una estrella en el centro de la desgarradura. El acónito es una planta muy tóxica por la aconitina que desprenden sus hojas. La aconitina es un veneno de acción potente y rápida que afecta el corazón y el sistema nervioso central- no hacia falta que le dijeran aquello, el mismo ya habia experimentado esos efectos en carne propia, de no haber sido por Bel...-Al aplicarse sobre la piel puede causar intoxicamiento sistemático por absorción. Mata automáticamente a los licántropos. Sus flores son útiles en la elaboración de la Poción Matalobos y también es utilizada en la preparación de la Poción de Ojos Abiertos o de Despertares.

Después de decir todo aquello vuelve a bajar su mano y hojea un par de páginas mas en el libro, la verdad que a Ollivander le gustan mucho más la función, formas, propiedades y efectos que pueden llegar a tener las setas y hongos.

[Emmet Haughton Gaunt]

(Helga) - Pero este chico es brillante, Emmet

 

La bruja le sonrió a Sain demostrándole estar asombrada por el conocimiento que demostraba acerca de las propiedades de las plantas que había mencionado. Traspasó el mesón de trabajo y se colocó a la par del mago ¿Que estaría buscando o viendo? Solo ella lo sabía.

 

- La verdad que me has dejado sorprendido y, mucho más, que hayas nombrado la Higuera Abisina o, también llamada, Higuera Pasa de Abisina - completó el vampiro a toda aquella información que el muchacho había soltado - Has dicho justo el espécimen que quería tocar para esta clase - giró sobre su eje buscando un par de guantes de piel de dragón y unas tijeras de podar - He podido conseguir un espécimen joven de Higuera pero que tiene algunos frutos ya y necesitan ser recolectados porque no deseo que cualquier plaga los infecte y los eche a perder ... la profesora de pociones podría matarme - masculló mientras le pasaba los utensilios al muchacho - Necesito que te pongas los guantes y traigas las tijeras y que me sigas - ordenó mientras lo esperaba en la otra punta del mesón para entrar al segundo compartimiento.

 

El chico siguió los pasos del vampiro al igual que Helga. Emmet llevaba la delantera y les iba señalando el camino que se había formado entre la cantidad de plantas que se guardaban en el segundo compartimento.

 

- Como pueden ver, en este espacio, he guardado todas aquellas plantas que no podrían sobrevivir a estas temperaturas y, algunas que sí podrían, pero no quise tomar riesgos en perderlas ya que son muy valiosas - iba explicando como si fuese un tour turístico por el invernadero - Podemos encontrarnos con Mandrágoras maduras, Narcisos Pitantes, un ejemplar único de Geranio Colmilludo ... - señaló con su mano hacia la izquierda - ... y algunos ejemplares de Mimbulus Mimbletonia ubicados en aquél mesón - finalizó frenando en seco ante el ejemplar de Higuera.

 

Helga se colocó a un costado para no molestar.

 

- Necesito que me demuestres que tienes la habilidad para recolectar esos tres frutos pero, con dos condiciones: sin hacerle daño a la planta ni lastimar los frutos - sentenció apartándose un poco de la higuera dándole lugar para que el mago avanzara.

 

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[Hessenordwood Crouch]

Sus orejas enrojecieron apenas por el cumplido que la fantasma le arrojaba con energía, su presencia junto a él había conseguido que el mago despegara al fin la vista del libro y pasara nerviosamente la mirada del profesor a la fantasma sin saber cómo responder a las palabras de congratulación que recibía, balbuceó algunas palabras apagadas sin mucho sentido y solo atinó a asentir con firmeza tras el complemento de su respuesta por parte del profesor. No es usual, pero en algunos casos puede resultar torpe para recibir elogios, aunque claro Grelliam no lo aceptará tan fácil y culpará al hecho de que es la presencia de los vampiros lo que aún lo tiene turbado.

 

Al resto de la explicación no dijo nada más y se limitó a prestar atención a las palabras del docente; primeramente, se deshizo de aquella cazadora que solo estorbaría para la siguiente parte del trabajo, además de que no hacía tanto frio como allá afuera, debía ser porque, como explicó más tarde el profesor, aquel herbario debía estar en condiciones para los especímenes que ahí se cuidaban. Se colocó los guantes y tal como se le indicaba se llevó también las pinzas para podar. Encogiéndose de hombros y con un ademán suave de su mano indicó a la fantasma que pasara por delante antes de seguir siendo guiados por el sonido que provenía de la boca del profesor, caminó junto a la fantasma, que aún permanece no muy lejos de ellos.

 

Garry continuó difícilmente con atención, eran tantos los ejemplares de cultivo de tan diferentes nombres y tipos, que le llevaba un poco más de tiempo de identificar cada una de las especies que el mago nombraba, sin embargo, Helga estaba siendo demasiado amable ayudándole con indicaciones de gestos simpáticos a encontrar las plantas que el profesor hábilmente mencionaba y reconocía. Eran algunas de ellas bastantes familiares al momento de verlas y otras cuantas que solo había visto en libros, pero que igual conocía, aunque sea de nombre.

 

Justo a tiempo, volvía su atención para poder detener su andar sin chocar con el profesor, siguió con la mirada a la fantasma quien se colocaba junto a la mencionada higuera y la contemplaba con más ánimo del que Garry podría creer. Se inclinó entonces, solo un poco más hacia adelante, para poder ver mejor los frutos mientras escuchaba la siguiente instrucción a realizar. Lanzó una larga mirada de vacío al profesor, como si tratara de entender lo que había pedido, aunque no era eso lo que preocupaba al licántropo, el docente estaba siendo muy temerario para dejar en manos de un educando aquel trabajo que parecía delicado.

Garry entonces retrocedió un paso con la mirada fija en la planta y un gesto de que de verdad estaba intentando esforzarse por pensar en su siguiente movimiento. Hasta aquí habían llegado posiblemente sus aciertos, aunque la verdad aquello no era algo que le preocupara, quizá solo lo hacia el dañar aquel ejemplar tan completo de Abisinia.

 

Después de un largo minuto al fin se adelantó hacia la higuera y acercó, además de sus pinzas, un paño de yute y un frasco chico que sacó del morral y los colocó muy junto a él para que fuera de fácil acceso, pero que tampoco fueran a estorbar. Entonces Garry se puso en cuclillas frente a la planta que, aunque era muy frondosa, no era de gran altura, Desde ahí abajo puede entonces observar mejor los frutos púrpuras que brotan de la planta, Garry pensó entonces que tan difícil resultaba hacerlo en aquella posición, sus doloridas rodillas no aguantarían mucho y podrían hacerlo perder el equilibrio, por lo que opto por anclar una de ellas al suelo para lograr estabilización.

 

Sus largos brazos (y la altura que él ya tiene) facilitaron la parte de llegar hasta los frutos por entre las ramas de la higuera, algunas de las hojas que colgaban hacían un cosquilleo que era capaz de sentir debajo de la gruesa tela de su ropa de invierno. Con todo el cuidado del que era capaz, sujetó con solo las yemas de sus dedos por la parte de abajo uno de los frutos sosteniéndolo hacia arriba apenas lo suficiente para que no pendiera más de la rama donde florecía, hizo una leve presión con sus dedos para tentar su textura, si bien él no había recolectado esta planta anteriormente, pero sabe cómo debía ser el fruto para poder sacar más beneficios de este.

 

Una vez que comprobara que el estado del fruto era el adecuado, tomó con su mano libre las pinzas (sin soltar aun el peso de su víctima) y con el mismo cuidado las escabulló por entre las ramas que colgaban celosas de su intromisión hasta la baya. Giró un poco del fruto para poder descubrir un poco más del tallo donde colgaba y, con ángulo, cortó de un solo intento el tallo donde apenas se une con la fruta. En un movimiento que fue rápido, pero cuidadoso, saco la baya de las ramas y la colocó sobre la tela de yute, se apresuró entonces y volvió con el pequeño frasco de cristal que colocó justo debajo donde el corte hacia “v” y donde solo salieron unas pequeñas gotas de resina que la planta lloró.

 

Exhaló largamente, como si todo ese tiempo hubiese estado reteniendo su respiración. Lentamente sacó el frasco echando un vistazo a su interior, hiso un gesto de lástima por ver lo tan poco obtenido, posiblemente era porque aquel se trataba de un ejemplar bastante joven de Abisinia o quizá algo habría hecho mal el mago. Garry bajó el frasco colocándolo donde lo tenía en un principio y dejó caer sus brazos sobre sus rodillas. Antes de seguir con esa tarea prefería saber si es que ese había sido el método correcto de hacerlo, no quería, de otra forma, dañar entonces los otros frutos o la planta.

 

Dirigió una mirada hacia el profesor, si él aprobaba este procedimiento suyo de recolección, entonces se encargaría de hacerlo del mismo modo con las otras dos bayas restantes.