Heredad Ollivander (MM: B 110990)

[Hessenordwood Crouch]

Garry & Yanna

 

―Hey Bodrik-, se detuvo para saludar a la joven Lockhart y escuchar lo que le decía. ―Ah, me alegra que les guste, y también que pudieran venir, a Hannity le alegrará verlos a todos aquí reunidos-, el muchacho duda un segundo, no sabe si todos ahí se conocen con la misma familiaridad, pero sospecha que al menos se conocen de rostro, después de todo la lista de invitados de Hannity había sido tan verdaderamente corta, que Gary siente algo de pena al no ver que han llegado todos. ―Por cierto, te vez reluciente, Bodrik-, le sonríe tras el cumplido.

 

El grupo de invitados, aunque seguía siendo pequeño, claramente va aumentando, con la llegada de Bodrik y el chico Evans, sin embargo, los invitados que han venido a festejar junto a ellos, el logro de Rambaldi, comienzan a preguntarse por ella. Él no se impacienta esta vez, no lo hace como el día de su boda que ha tenido que hacer el tiempo para que Bel estuviera lista, pero no pasa por alto que la demora de Evans y Hannity, es descortés. Al muchacho que justo ahora parece un hombre viejo, no lo tiene muy contento la demora del par de brujas, por lo que espera que las atenciones de las elfinas consigan entretener a los invitados.

 

―Pueden esperar también en las mesas, del otro lado de la carpa, si quieren-, habla apenas, con voz ronca pero suave, que no podría perturbar a nadie. ―Las muchachas no deben tardar, pero a falta de manos, entenderán que nos hizo falta algo de tiempo para prepararlo todo-, se excusa, desviando la vista hasta donde se encuentran las mesas que rodean el estanque tras la pregunta de Moody que busca por la festejada. ―Pasen, por favor-, el muchacho espera que aquel pequeño grupo de invitados se encamine un poco hasta donde se encuentran la carpa, pero antes de que pudieran siquiera acercarse un poco, finalmente Bel hace su entrada, llamando rápidamente su atención.

 

Levantó una ceja en señal de molestia, es lo más que podía hacer el rostro poco expresivo de Grelliam, antes de poder si quiera replicar, siente el tirón de su saco que provoca el peso de Hannity hablándole al oído, agradeciéndole, innecesariamente, por el festejo y después besar su mejilla. El muchacho se gira entonces para ver mejor a la rubia, algo aturdido al verla vistiendo tan bellamente. Finalmente, su rostro se ablandó de a poco, mostrándole a la Ollivander una sonrisa tímida, no podía estar molesto con ese par por toda la noche, después de todo, ella era lo único que importaba esta tarde.

 

―Te ves preciosa Hann.

 

La alta mujer salió finalmente de la casa, vistiendo un traje del mismo estilo que el de Ollivander, a diferencia que ella ha dejado más botones de los necesarios al descubierto en lugar de escote, sin ninguna ridícula corbata, además de que el saco de ella tiene un corte femenino y que en lugar de pantalones o falda lleva puesto un short corto que solo disimula con un par de botas de tubo alto, a pesar del mismo corte que el de Garry, Yanna parece lucir el color más vivo que el del muchacho, seguramente es por aquella piel morena que resalta entre tanto color tan pálido. Ella no necesita de más mañas para caminar ruidosamente con tacones sobre la tierra silvestre que rodea el estanque.

 

Desde donde espera, puede ver la figura quieta que es su hermano menor, sin poder escuchar las conversaciones que se dan con familiaridad, también puede ver a esa pequeña bruja que le ha ayudado con los trastos y al par de molestas elfinas ir y venir de un lado a otro trayendo consigo más invitados. Yanna no conoce a nadie de estas personas, ni siquiera puede recordar el nombre de la festejada o porque es que se le festeja, pero los Ollivander se lo han prometido, mientras se encargue de tener a raya al espectro de Geraint y Odette, puede quedarse a beber toda la noche.

 

― ¡Oye Grelliam!-, la áspera voz de Smith es un ruido que desentona alrededor, que llamaría la atención de cualquiera, aunque no para bien. ―Ven aquí un minuto quieres, hay algo que tienes que…resolver.

 

―Ahora voy-, Garry habló sin esforzarse por levantar la voz, aunque por el gesto de Yanna, de continuar inspeccionando el lago, sabe que ella le ha entendido. Garry, respiró largamente después de escuchar a la Smith, señalando con ánimo de más el otro extremo del estanque donde la pista de baile flota. Él agradece que las miradas ahora están puestas sobre Hannity, y que la llegada de Sam, distrae también a la festejada, para escaparse un momento de todo eso. ―Hola Samantha, bienvenida-, sonríe de medio lado cuando la ve abrazando a Rambaldi, divertido por cómo es que Sokal lo llama, cree él que ella lo hace más como un juego por el inesperado parentesco político entre ellos, que por el lazo en sí que los une.

 

-― Si me disculpan, debo atender algo.

[Rory Despard]

Fui hasta Hann. Lucía radiante y feliz, y verla de esa manera me reconfortó, posiblemente de la misma forma en que su beso había parecido amainar la desazón de Garry, cuando lo había visto por primera vez.

Cada detalle de la indumentaria de mi ahijada era un recuerdo de nuestra salida de la tarde. Siendo el centro de atención de los invitados de ese momento, me permití apurar la copa que P-ko me había traído y luego aplaudir con las dos manos a las palabras que Hannity dedicaba a todos.

Luego de tomar mi segunda copa, noté que Samantha se unía a la fiesta. Su vestido, bastante revelador, le sentaba perfecto y en conjunto con las sandalias estaba bastante imponente, como alguna clase de diosa nórdica, alta, bella y estilizada.

― Sam, bienvenida. Que envidiable figura la tuya― fue todo lo que pude decir a modo de saludo a la rubia observando una vez más el detalle de sus pulseras y su cabello en ondas que le enmarcaba tan grácilmente― creo que estás más que lista para bailar y festejar toda la noche ¿tú lo estás Hann?― murmuré observando a mi ahijada con una sonrisa.

Vagamente había distinguido la figura de Yanna, la hermanastra de Garry, luciendo una particular adaptación del propio traje de mi marido, y me intrigaba comprobar porqué se mantenía apartada ¿habría una razón en especial? Todo lo que había oído era su llamado a Garry con esa voz que parecía casi un graznido, y verdadero misterio, él también había terminado indicando que lo dispensaran un instante y se había retirado más allá de las carpas.

Yo solo esperaba que no fuese nada malo. No deseaba que nada arruinara el momento ameno que todos estábamos viviendo.

@@Samantha Sokal @ @

[Hannity Ollivander Evans]

La rubia sonrió tras el cumplido del Ollivander, era bueno verlo de buen humor, aunque no lo expresara como los demás, el ambiente era perfecto, cada una de las personas presentes significaban algo en la vida de la ojiverde, en especial el matrimonio Ollivander.

 

Instantes después llegó su jefa del departamento, era bastante bueno verla allí, aquel vestido corto le quedaba muy bien, lo lucia a pesar de su alta estatura, saludó a Garry, y posteriormente abrazo y felicitó a la pequeña rubia, puesto que su estatura era más baja a pesar de que llevaba tacones.

 

-Muchas gracias por el regalo Sam, no te hubieras molestado

 

Varias cosas sucedieron a la vez, se acercó Bel a saludar a Samantha, la ojiverde escuchó una voz conocida y su padrino se disculpaba diciendo que tenía algo que atender, Hannity volteó y vio que la hermanastra de su padrino fue quien lo había llamado, la morena se veía muy bien con ese atuendo, aunque quizá Hannity no estaba muy de acuerdo con las botas, su atención fue distraída por el comentario de su madrina.

 

-Claro que estoy lista para bailar y festejar con todos ustedes- dijo mientras miraba a su madrina y Sam, aunque en cierta forma la rubia parecía nerviosa.

 

-Darrell- llamó la ojiverde a su elfo, quien apareció a su lado, el pequeño llevaba puesto un traje en color negro en esa ocasión, hizo una reverencia -puedes traerme un mojito por favor, Sam, madri ¿Qué desean tomar?- mientras Sam pensaba que era lo que quería tomar la pequeña rubia daba otra instrucción al elfo -Después de que nos traigas las bebidas, únete a Bernadette y P-ko para atender a los invitados, por favor.

 

La criatura hizo una reverencia y en cuanto Sam y Bel pidieron su bebida el elfo obedeció.

 

 

@ @@Samantha Sokal @

[Dennis Delacour]

La noche avanzaba y los invitados seguían llegando y ella solo estaba a la espera de poder ver a su hermana y felicitarla por los logros que estaba obteniendo en su vida, se dedico a observar los alrededores y a como los asistentes se desenvolvían en la celebración. Cuando Bel llego al sitio de la celebración luciendo esplendida supo que Hanny no demoraría demasiado en aparecer ya que según había escuchado a la elfina estaban juntas.

 

Y estuvo totalmente en lo cierto cuando a los pocos minutos hizo su entrada su querida hermana Hanny luciendo como un pequeño angel, le tenia mucho cariño a su hermana y mas que siempre se encargaba de darle animo y hacer que se sintiera feliz cuando tenían la oportunidad de compartir en las mansiones de sus familias y ahora ver que se había graduado y ademas que era un miembro oficial del bando la hacia sentir muy orgullosa.

 

La vio acercarse a los presentes para agradecer su presencia y cuando tuvo oportunidad Dennis se acerco a la rubia para darle un fuerte abrazo — Felicitaciones sis, estoy muy feliz por ti — dijo al tiempo que le tendía una pequeña cajita de terciopelo que contenía el detalle que había elegido para ella. Esperaba que le gustara el collar que le había escogido.

 

Pudo ver la llegada de Sam al lugar y se veía muy elegante con el atuendo que portaba. Tomo un sorbo de su bebida, de seguro la fiesta iba a ser sensacional sobre todo porque estaba rodeada de personas que apreciaba demasiado.

[Bodrik]

Por fortuna su amigo Garry estaba allí parpa darle la Bienvenida pues a decir verdad no estaba segura de quienes serían los invitados a la celebración y pese a su cargo como directora del Hospital mágico San Mungo, seguía siendo una muchacha tímida y llena de inseguridades debido a su condición de Semivampiro y su crecimiento anormal, sumados a las críticas constantes en el ministerio debido a su corta edad y calidad de directora, pero ahora no debía prestar atención a los comentarios.

 

Estaba invitada para celebrar el cumpleaños y graduación de una de sus alumnas del Hogwarts, pese a no tener la oportunidad de tratarla mucho en el tiempo como estudiante pues nunca había necesitado de su ayuda realmente y solo hubo contacto para los tramites ministeriales básicos como la creación de su Bóveda, sin embargo de las pocas veces que se cruzaron en los pasillos del colegio, no podía dejar de notar la similitud entre la alumna y Kyttara; de no ser por el color d cabello Bodrik habría jurado que se trataba de la ex futura queriendo re cursar el colegio nuevamente.

 

-Muchas gracias por la invitación Garry – responde mordiendo su labio inferior de manera inconsciente.

 

Era importante socializar y reconocer a los miembros de la comunidad mágica, pero para Bodrik esto siempre resultaba un poco complejo y solo en su propio hogar se sentía cómoda con invitados pues finalmente terminaba invitando siempre s su propia familia y amigos más cercanos a cada celebración que allí se llevara.

 

-Aww, gracias. No sabía que ropa seria apropiada para la celebración y finalmente fue Feixac la elfina de mi abuela quien me terminó ayudando a elegir un buen atuendo. -

 

Finalmente, su amigo se detuvo a saludar al resto de los invitados sugiriendo que marcharan hacia las mesas posicionadas bajo una carpa y justamente eso hacían cuando por fin llegaron las mujeres que hacían falta. Se trataba de Bel, esposa de Garry y a quien Bodrik conocía desde siempre y junto a ella estaba Hannity quien esta noche seria la agasajada.

 

En ese momento Bodrik se dedicó a buscar entre su bolsito de cuentas el regalo que tenía preparado para ofrecer a la muchacha.

 

-Felicidades – dijo casi al unísono de los demás, pero acercándose para entregar el obsequio que tenía preparado para ella- Espero te guste leer -agregó sonriente pues se trataba de un ejemplar de un libro de historia de la magia que a ella le gustaba muchísimo.

 

@, @, @, @@Dennis Delacour

[Anthony R. Dracony M.]

Ryvak no se impacienta, ni se pone nervioso...se mantiene en calma. Todo lo que está a la vista es agradable y sereno...la belleza natural siempre trasmite esa calma que le agrada. Ni siquiera a probado la copa que la amable elfina lo ofreció cumpliendo con su labor como anfitrión...Garry se mira que está concentrado en también conversar y socializar con los demás invitados por lo que el muchacho peliverde no le abruma por el momento, ya habrá tiempo de conversar sobre sus intereses y demás.

 

 

Él se entretiene mirando a la castaña y sin necesidad de expresarlo en voz audible, ellos mantienen una habitual conversación con solo la vista...sus ojos miel se regocijan de expresar a la castaña, su admiración por lo bella que ella luce...siempre le sorprende como logra "brillar" y convertirse en la persona que más desea tener a su lado y aprovechar de su presencia que le hace sentir ser el ser más afortunado de la tierra...por eso en ese intercambio de mirada entre ellos, le parecen de lo mejor...divertido, apasionante, sorprendente...con los ojos se dicen mucho...tanto que el alrededor es innecesario....bueno, está vez ayuda a sentir esa cosa misteriosa que cree está en sus más anhelados sueños...

 

 

La acaricia con la mirada...eso le hace estremecer la piel...sonríe...ella devuelve la mirada....ardiente...le toma de la mano y un flujo de "electricidad" fluye por su piel con ese sencillo contacto entre los dos. Los invitados preguntan por la festejada...es cierto! también él esta deseoso de felicitar a la rubia, una excelente inefable, siempre destaca en el grupo y su desempeño es digno de alabanza que el ojimiel aprecia. Su graduación es un evento único, y hasta ahora es de mi conocimiento que la joven es ahijada de mis queridos amigos...

 

 

Hannity llegó en el momento justo, la vimos aparecer radiante de felicidad, por lo que contagió enseguida de ese sentimiento a todos y me alegre mucho por ella....se lo merece....es agradable al menos ver que los demás pueden disfrutar de estar junto con seres queridos en un logro como esté......yo respiro varias veces de manera profunda...necesito alejar el pasado...mi pasado....no recordar lo que ocurrió con el termino de mis estudios y de mi estancia en la academia mágica....gire el rostro hacia el estanque, deseoso de hundir en el agua aquellos recuerdos de mi pasado solitario y triste.....no me debe importar...no me debe importar....tengo a Cindy, ahora tengo a Cindy!

[Hessenordwood Crouch]

Se cruzó de brazos arrugando solo un poco el entrecejo mientras se concentraba en distinguir mejor lo que sus ojos veían, si bien la noche aún no estaba completamente sobre ellos, las antorchas colocadas alrededor de aquel espacio tampoco le ayudaban mucho reflejándose sobre la superficie plana que ahora era el estanque calmo. Por otro lado, Smith sonrió largamente ante el gesto del muchacho, he hizo la mueca más molesta que pudiera existir en la vida, burlándose del brujo y llamando su atención, desconcentrándolo del fondo del estanque donde nadaba el viejo bagre.

 

―Eres tan parecido a tu padre-, dice ella melosamente, pero silbando sus palabras con esos filosos dientes de arpía que se carga. ―Tan parecido con ese rostro rígido y la frente arrugada todo el tiempo-, ante el gesto del muchacho de aliviar cualquier tención que pudiera estar haciendo sin darse cuenta, Smith solo puede soltar una sonora carcajada que Garry espera que la música en el festejo de Hann impida distraer a los invitados de sus conversaciones.

 

―No hay nada que yo pueda hacer ahora-, el licántropo volvía su habitual calma, lo hace al hablar, al moverse e incluso, en su rostro no hay más rastro del entrecejo forzado. ―No mientras los invitados siguen aquí-, se gira solo para buscar con la mirada a los invitados que ocupaban los lugares en las mesas. ―Esperemos que no cause estragos solamente durante la fiesta, ya después…veremos que hacer-, observó el reloj de su muñeca. ―Ayúdame con el resto de la cena y serás libre-, con pasos lentos se encamina de regreso a los invitados, pero el peso de Yanna colgada desde su cuello lo hace andar aún más despacio.

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Ha pasado aproximadamente una hora desde que terminó la comida, la música en la pista se escucha sonora, pero las carpas absorbían el ruido perfectamente, de tal modo que se podía estar sentado en alguna de las mesas cercanas a la pista, observando a las personas que bailan, pero al mismo tiempo también podías tener una buena conversación mientras se bebía algo. La noche está en todo su esplendor, el cielo sobre el círculo es demasiado oscuro y sobre él las estrellas brillan apenas, pero son tantas que de no haber antorchas sobre el páramo, ellos estarían bien iluminados. De la luna no hay rastro alguno, y Grelliam se resiente al respecto.

 

Él ahora está sentado en una mesa distinta a donde había tomado la comida, es una mesa que ha sobrado por los invitados que no han llegado, el mantel ha sido removido, pero aun así, luce bien con las sillas adornadas y el centro de mesa donde además hay un par de botellas, una de vino blanco sellada y una de wiski con solo un tercio de su interior. Él brazo del muchacho descansaba junto a esta botella, aunque el vaso alto a medio tomar no contiene wiski, sino más bien es de cerveza, ha estado bebiendo eso apenas dos vasos antes, después de la comida, aunque antes del discurso que daría para Hann y que al final, simplemente no comentó porque…bueno él no es un buen conversador.

 

Parpadea con pereza aparentando prestar a tención a las siluetas que parecen divertidas sobre la pista. Ha sido una fiesta tranquila hasta ahora, extrañamente no ha pasado nada de qué preocuparse a pesar de estar perturbando con demasiada gente los terrenos de sus antepasados. Yanna hace un buen rato que se ha unido al grupo que baila sobre la pista también, ahora no parece tan importante lo mucho que le agrada o que le desagradan esas personas, quizá pueda usar eso después, en otra ocasión cuando ella vuelva a ser mención sobre lo muy parecido que es Grelliam con el viejo St. Marín.

 

Hace un tiempo también que le ha perdido el rastro a Bel y a la misma Hannity, seguro están por ahí divirtiéndose con esa música demasiado ruidosa que aún se puede escuchar a pesar de lo que amortiguan las carpas.

 

De vez en cuando se detiene a escuchar mejor la música que suena, pero nada consigue atraparlo por mucho tiempo. Seguro es que solo se quedará un rato más en ese lugar, quizá después de un vaso más de cerveza tibia, ya cuando esté cien por ciento seguro (o poco interesado) en que Bel y Hann le pierdan la pista por completo al hombre gris sentado en una de las mesas de invitados, con un plato de postre sin tocar aun junto a él, entre la botella de vino blanco y la de wiski, pero lejos de la mano de dedos largos que descansa perezosamente sobre la mesa, tanteando apenas con el ritmo de los acordes de la música que suena entre las risas de la pista.

[Rory Despard]

Le pedí al elfo de Hann una copa de vodka y mientras la bebía, deteniéndome a disfrutar su sabor y el particular ardor en la garganta, contemplé como los invitados sucesivamente entregaban sus presentes a mi ahijada. Alhajas y libros, lo importante era el cariño con que cada uno de esos regalos estaba siendo dado.

Hann tenía después de todo, aquella maravillosa capacidad de despertar el cariño de todos quienes la conocieran.

No mucho después, nos instalamos todos para la cena. A las finales, con menos visitantes de lo esperado, el momento había sido mucho más privado, y con sinceridad, había terminado por resultar más agradable. No había escatimado en elogios para la comida (y había visto como P-ko le cuchicheaba al oído a Bernadette por ello, con un gesto particular de orgullo en el rostro), y aunque Garry no había dado el discurso que se suponía había alistado (a pesar de un par de miradas acuciosas para recordárselo), el buen ambiente conseguido había prevalecido.

Ya con otro par de copas de vodka encima, observé con avidez la pista de baile. Mi momento favorito de la noche había llegado por fin, y de inmediato tendí la mano hacia Dennis y Hannity para conducirlas hacia el centro mismo de la pista, allí donde la música podía escucharse perfectamente, y sin embargo, merced a algún potente encantamiento, nuestras voces no se perdían, de manera que la charla era posible.

― La noche apenas comienza ¡a disfrutarla!

Una canción que hablaba sobre las etapas de la vida y lo que significaba cada una abrió la escena musical. Luego de ella vino otra, de un cantante que desconocía, y tras la tercera o cuarta canción dejé de contar, entregada por completo a disfrutar de ese momento, improvisando pasos y riendo con desparpajo ¿cuándo había sido la última vez que había podido bailar de esa manera? ¿aquel evento en el Casamenteras Evans quizá? Mientras contemplaba vagamente a los demás presentes a mi alrededor, y con incredulidad parpadeaba ante la imagen de Yanna unida también a aquel momento de jolgorio, todavía alzando las manos y dando pequeños saltos, me aparté un momento de los demás, para ir por alguna otra bebida que sofocara la sed que todo aquel ejercicio me había provocado.

P-ko fue la encargada de entregarme la copa de coctel y correspondí con una sonrisa a su recelo. La verdad era que distaba de estar ebria, y el ánimo tenía más que ver con lo bien que me lo estaba pasando en el baile que con el alcohol que llevaba en el cuerpo, pero sabía que mi elfina no entendería de razones y tampoco podía culparla. Dejé entonces que siguiera con sus labores, y en cuanto se alejó, me tumbé en una silla, sacando por un instante los pies del delicado calzado que Hann había escogido para mí en la tienda y bebí lentamente el contenido frutal de la bebida que P-ko me había dado.

― Naranja y limón― susurré entre dientes echando un ojo a mi alrededor y fue entonces que distinguí a mi marido, casi mimetizado, como si fuera un adorno más de la decoración de una de las últimas mesas que no había llegado a ocuparse.

"Así que allí había estado" pensé llevándome otro sorbo a los labios, cayendo en cuenta por primera vez en la noche que en ningún momento lo había visto en la pista de baile. Por un breve lapso, mi mente se llenó de los recuerdos de eventos pasados, donde había terminado arrastrándolo conmigo para bailar canciones de Years & Years, o también de aquella canción de John Newman tan popular de la que nunca conseguía acordarme el nombre.

¿Pero por qué ahora no tenía las fuerzas para hacer algo así con él de nuevo?

Las respuestas no tardaron en desfilar una a una en mi cabeza. "Es la heredad", "la maldición de Odette es real", "es el peso de tu compromiso", "es tu incapacidad de aceptar que todo cambia" Negué con la cabeza, cerrando los ojos un instante, y cuando los volví a abrir, calculé que poco más de tres metros nos separaban y que con unas cuantas zancadas podría alcanzarlo.

Físicamente. Pero muy probablemente, mentalmente, la brecha era gigante. Insalvable. Y es que en el fondo ¿no había sido así siempre? Fascinada por su ingenio, pero muchas veces incapaz de comprenderlo, muchas veces más sacándome de quicio con algún retorcido plan o comentario fuera de lugar.

Y aun así brillante.

Depositando la copa sobre la mesa contigua, finalmente volví a ponerme de pie y avancé hacia él. La canción que en esos momentos tocaba estaba segura de haberla escuchado también antes ¿no era aquel estribillo, el mismo que le había escuchado tocar en el violín la última noche del verano?

― Sabes― murmuré en su dirección, inclinándome ligeramente en su dirección para contemplarlo directamente a los ojos― la fiesta ha estado estupenda. Y ha sido por ti. Lo hiciste bien hoy querido― con la punta de mis dedos levanté su mentón y planté un beso en su mejilla sintiendo instantáneamente aquella tensión de momentos atrás desaparecer― aunque un baile en la pista antes de ir a la cama sería todavía mejor.

Tomé la botella de whisky medio vacía que estaba cerca de él, y di media vuelta, todavía descalza.

― Siendo solo uno, estoy segura que nadie se dará cuenta de tus terribles y poco coordinados movimientos.

En mi interior, era como si la rueda detenida hace mucho tiempo, volviese nuevamente a girar. Había encontrado mi respuesta, y con la música resonando a todo volumen, me apetecía seguir bailando para festejar que lo hubiese conseguido por fin.

[Anthony R. Dracony M.]

Hubo tiempo de todo...aplaudir energeticamente cuando Hannity termino aquel agradecimiento a los presentes por acompañarla a celebrar junto con ella este logro personal con tan buen final. Hubo abrazos, estrechar de manos, intercambio de palabras que derrochan felices de encontrarse reunidos en tan bello lugar y rodeada de personas que dan su cariño incondicional.

 

La comida también fue deliciosa, aunque yo pienso que lo que más es delicioso, es compartir la felicidad y mucho se mostraba en esta ocasión. No falto el baile, la música tan bella nos acompaña para mover los pies. Yo disfruto delas piezas bellas que puedo tomar del talle delicadamente de Cindy, danzar con lentitud para admirar su rostro alegre, sus ojos que brillan con tanta amor que me felicito por los vals que me dan oportunidad de hablar con ella tan tranquilamente y puedo descubrir nuevos detalles sobre ella.

 

La noche avanza, pero no me preocupa que se acerque la media noche...porque por fortuna no me acompaña ninguna "Cenicienta" que tenga que abandonarme al terminar las doce campanadas...por lo que podremos seguir bailando tanto como deseemos y sigo en la hermosa pista de baile en compañía de mi bella "princesa guerrera"...

[Hessenordwood Crouch]

Apenas se mueve para verla mejor a pesar de que ha escuchado sus ruidosos pies descalzos acercarse a él, parpadea con pereza antes de dejar la pista de baile, la que ha estado observando sin hacerlo realmente, y la mira a ella, con su estatura normal (demasiado baja) y el cabello alborotado de tanto brincoteo, aunque hay un intento en la parte trasera de quererlo acomodar mejor antes de llegar a él, quien sabe, es consciente que la apariencia de ella, a Garry, no le importa ni un poco y aun asi prefiere ver el movimiento que hacen los dedos de sus pies al descubierto mientras ella espera alguna respuesta de su parte.

 

Su entrecejo se cierra un poco cuando ella le ha habla sobre el buen trabajo de hoy, ese gesto es más común últimamente en su pálido rostro, no está molesto en realidad, pero no comprende de que va el comentario de Evans, aunque, si lo piensa, es posible que quizá se hubiera incomodado por él. Afortunadamente el pensamiento negativo de la criatura es apaciguado por el muchacho que es solo un poco más tranquilo, y su gesto nuevamente se ablandó con ella cuando hace mención sobre el baile en la pista, sus ojos apenas la siguen mientras ella toma la botella de wiski y vuelve sobre ella, hacia la pista de baile.

 

La verdad es que las palabras de ella no han causado ningún efecto inmediato en él, aun cuando se burla por su baile, no se preocupa en realidad, él es un buen bailarín, pero ha estado demasiado tiempo en aquel lugar, en esa misma posición, que en realidad cree que de hacer cualquier movimiento ahora, será doloroso, y la cerveza en su vaso ya se ha enfriado. Parpadea otro par de veces, esta vez con más viveza, un esfuerzo poco arduo por despejar la pereza que lo abraza. Ella avanza un par de pasos entonces, y sabe que mejor es darse prisa, porque él nunca podría pasar una invitación a la pista.

 

El gruñido que hace inconscientemente cuando consigue ponerse de pie, es lento como sus movimientos, rígido y viejo como si fuera él un armario antiguo que hay que cambiar de lugar, por que lucirá mejor en otro salón. Se estira solo un poco más de la cuenta, lo hace para aflojar un poco su rígido cuerpo. Sin despegar la vista de ella, la curvatura que apenas se dibuja en su boca es una burla de la diferencia de estaturas entre ellos, pero se mantiene solo ahí, apenas visible, para no sufrir ninguna clase de daño mientras camine junto a ella por el puente que los lleva hasta la pista.

 

Él no dice ni una palabra en el camino y su calzado bien lustrado es silencioso cuando acompaña los pasos de ella, a pesar de haber ayudado a montar todo aquello, cuando van entrando a la carpa de la pista, consigue sentirse cautivado con las luces que iluminan el lugar, un contraste terriblemente bello en aquel escenario que, desde afuera, todo lo que rodea al círculo es frio y oscuro. Cuando el primero de sus pies toca la pista hace una venia a Bel, y toma una de sus manos que son pequeñas dentro de las de él, con la que queda libre hace un ademán y una mueca divertida y cómplice se refleja en su rostro con un guiño en el momento en el que la música que sonaba es cortada abruptamente antes de comenzar con algo mucho más tranquilo.

 

Las primeras notas de la canción son lentas, por lo que le da tiempo para ser cuidadoso. Por qué no tiene prisa a pesar de que tampoco tiene ganas de decir o pensar nada, porque, junto a Bel, mientras bailan, piensa que puede bajar la guardia de sus pensamientos y le queda la seguridad de que no pasará nada a su alrededor, nada caerá sobre ellos de pronto y nadie vendría a interrumpirlos. La canción que ha escogido para ese momento no es una casualidad, aunque tampoco es una dedicatoria, es una canción algo vieja, pero que ve en ella mucho de lo que pudiera significar esta celebración hoy, tanto para Hannity, como para Bel y para el resto de los presentes.

 

Han pasado ya casi los cinco minutos, acompañando a Bel en una melodía que es lenta pero agresiva en algunos segundos, algo quizá como es la vida de ellos ahora, aunque no lo puede asegurar tampoco, en realidad no se ha puesto a pensar en eso, ni en nada mas durante ese tiempo, no es que estuviera concentrado en solo el baile, simplemente no pensar, por un largo rato, es como tomar una bocanada de aire fresco, en estos días, cuando siente que la oscuridad era más parte de él que él mismo, entonces es un alivio.

 

Una última vuelta a Bel es suficiente para terminar junto con la canción, es demasiado formal cuando le hace una reverencia a su compañera sonriéndole largamente, arrugando entre ella, las cicatrices de su rostro. Un nuevo vals, que baila Anthoni y Cindy, se escucha tras terminar la canción y se incorpora con lentitud.

 

―Ten una buena noche, Bel Evans-, con uno de sus índices despega un mechón apenas delgado que cae sobre el rostro de ella, no le cubre realmente gran parte del rostro, pero él prefiere ver toda esa cara llena de gestos que no es capaz de entender a la perfección, no a la primera y algunos de ellos…tampoco, sin una pista. ―Ha sido un placer para mí.