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România în Londra (MM B: 111008)


Lisa Weasley Delacour
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@@Sybilla Macnair

@@Kamra Ashryver D.

 

La rapidez con la que Kamra acudía al llamado de Hunyad, estuviese donde estuviese, era inspirador para el medio vampiro. La lealtad, habilidad y lógica que demostraba en situaciones complejas, la convertía en una comandante única y eficaz. No por nada había transformado en una potencia europea el país que ahora regentaba. La fémina de pelo blanco había pasado por mucho en el pasado y ahora, verla allí, portando su titulo como reina y encauzando su vida llenaba de orgullo el pecho del Van Halen, pues el había sido el precursor de ese cambio, él junto a su mujer y su prima Lisa.

 

La saludó con un ligero movimiento de cabeza, demostrándole respeto. A través del vinculo que compartían la Ashryver pudo rememorar los tan vividos recuerdos que compartieron cuando la joven guerrera aun era una aprendiz dentro del clan. Luca siempre la había tratado como una hermana pequeña. Sin embargo y al saberla capacitada para el puesto, había sido duro e inflexible a la hora de entrenarla. Presionándola de tal manera que la había hecho inmune al dolor. Tenerla allí consigo le aportaba confianza. Ella era la persona adecuada para que Mei no entrase en cólera si en alguna misión acababa moribundo o con un miembro menos.

 

- Veo que os conocéis. Perfecto. Nos ahorraremos tiempo. Kamra esta en calidad de comandante de Hunyad – Darle el titulo que la honraba en presencia de otros, era parte del protocolo como primer ministro – Por aquí – Y comenzó a caminar hacia la segunda planta del edificio.

 

La lugar teniente del bando mortifago como había supuesto el moreno, era seria, directa y con un punto cínico. Generaba respeto y capacidad en cuanto a poder. Aun así, la esencia del guerrero era la de un lobo alfa, no respondía ante nada ni nadie y no se dejaba intimidar tan fácilmente. Mientras ascendían hacia el lugar de reunión, la sala verde, enfocada para aquellos términos, el medio vampiro, cerraba y actualizaba los conjuros de protección. Lo que se hablase allí no tendría porque salir y menos cuando había tantos magos y brujas que lo querían muerto. No tardaron mucho en llegar. Como correspondía. invito a sentarse a la invada y el se quedo de pie, recargando su peso en la pared cercana a la puerta de entrada.

 

- Tu diras. Puedes hablar con comodidad. Las defensas estan activas.

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Estaba segura de que el no lo notaba...pero cada vez que acudía a su encuentro el medio vampiro parecía sacar pecho, haciendo que el corazón de Kamra se calentara con cariño fraternal en respuesta a su silenciosa demostración de afecto y orgullo. Tanto le debía a ese ser reacio y a su salvaje Reina, que no le alcanzarían dos vidas para devolverselo.

 

Kamra despojó su mente de sentimentalismos cuando Sybilla extendió su palida mano hacia ella. La peliblanca pertenecía a las filas mortifagas, compartiendo los ideales de la mujer y ella con su naturaleza como lugarteniente del alto mando, la hacía de un rango infinitamente menor. Tubo que recordarlo cuando la pelinegra no utilizó el título apropiado para dirigirse a su persona. Aquí eres comandante, no Reina. Aplaca tu temperamento Evocar las palabras de Lisa rápidamente para no perder los estribos y a la vez para no dejar a Macnair esperando con la mano frente a ella, era la clave.

 

- Es un placer - dijo estrechando su mano con firmeza antes de moverse sutilmente a su lado, esperando así la señal de Luca ora avanzar.

 

Ni bien eso ocurrió, dejó que sus acompañantes avanzaran unos pasos antes de seguirlos. Quienes no ignoraban su puesto como Comandante de Hunyad, creían que el suyo era un trabajo peligroso. Su título como Comandante y como Regente se entrecruzaban volviendo las obligaciones en ambos aspectos de su vida aún más letales. Luca Jamás la abandonaría si algo le ocurriera y Hunyad era una unidad cerrada y leal hasta la muerte que aseguraría el bienestar del soldado más bajo en la cadena de mando.

 

Kamra paseó trás ellos un corto tramo hasta llegar a la segunda planta del Romania. La sala verde los esperaba dispuesta como de costumbre: con una espaciosa mesa redonda de roble color caoba oscuro, sillas de respaldo alto acomodadas al rededor a juego y una barra de bebidas de todo tipo para quienes gustarán servirse. Un lugar acogedor para horas y horas de incansables debates e incluso conflictos. Merlin sabía que se había revelado ante Luca más veces de las que podía contar en esa sala.

 

Con un gesto de su mano, retiró una silla para la lugarteniente y ondeó su mano despidiendo a los sirvientes que estuvieran dentro para que encontraran su camino rápidamente hacia la salida. Ashryver dedicó una mirada teñida de humor - aún así manteniendo su rostro desprovisto de emoción - hacia Van Halen cuando con descaro estudiado apoyó su retaguardia en su tan preciada y pulida mesa,esperando pacientemente a que la mujer pelinegra tomara la palabra.

 

@@Lisa Weasley Delacour

@@Sybilla Macnair

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Era buena para descifrar expresiones y la de Kamra no se me pasó por alto al aceptar mi saludo, como si hubiera dicho algo que le molestaba. No quería sondear con legeremancia a ninguno de los dos, pensaba que era mejor mantener la confianza si quería formar una lazo fuerte con la corte rumana y su gobierno demócrata monárquico, así que averiguaría más tarde qué era lo que a ella le había molestado de mi actitud. ¿Mi presencia? Lo dudaba, ni siquiera sabía para qué estaba allí.

 

Le di otro sorbo al chocolate caliente y asentí.

 

-Kam está casada con mi ahijada- dije a modo de explicación de por qué la conocía y luego alcé una ceja, sorprendida, ante la presentación que Luca Van Halen le daba. Bien, Comandante de Hunyad, eso me servía más de lo que había esperado. Si podía convencer a Van Halen de que apostara por mi victoria sobre la Hermandad, entonces no tendría problema para movilizar a Kamra conmigo.

 

Dejé la taza de chocolate a medio beber a un lado y seguí al hombre mientras me guiaba por aquel lugar. Jamás había pisado aquel consulado, si eso es lo que era -o lo que me parecía al menos- y me parecía tan hermoso como fascinante con toda su arquitectura. En Rumania sólo había frecuentado el castillo Valar de la Hermandad, nunca había pisado Hunyad, pero ciertamente reconocía la riqueza del arte arquitectónico que habían tomado de su tierra natal y plantado en medio del Callejón Diagon. Era diferente a todos los otros espacios típicos londinenses, claro.

 

La sala de juntas a la que entré tenía un aire moderno pero no descuidaba los detalles. Tomé asiento donde Kamra me indicaba, dejando mi abrigo a un lado y coloqué las manos sobre la mesa, osbervando primero a Luca que me había invitado a hablar y luego a Kam, que se había sentado sobre la misma mesa, prestando atención a todos mis movimientos.

 

-Me temo que la situación es delicada y lo sabe, Primer Ministro- comencé, sin darle vueltas al asunto-. Rumania se ha visto envuelta en revueltas y ataques que no parecen más que el accionar que algunos grupos subersivos, pero yo tengo otra teoría al respecto y ésta comienza con mi propia responsabilidad en el asunto- y admitirlo era la cosa que más me avergonzaba en el mundo-. La Hermandad de la Rosa Negra nunca ha interferido con la realeza rumana, sólo nos hemos mantenido protegiendo el secreto de los vampiros del resto de los mortales y tratando de no meterno en temas políticos. Pero me temo que la Hermandad misma es un tema político.

 

Hice una pequeña pausa, para ver si me seguían, escrudiñando la mirada de ambos.

 

-Hace casi siete años, el Lord Supremo que dirigía la Hermandad fue asesinado... por mí- hice una pequeña mueca que aparecío fugazmente en la comisura de mi labio, una señal de molestia-. Ya no podía seguir en el puesto, el poder se le había subido a la cabeza. Entonces, comenzó una suerte de regencia hasta que se eligiera al siguiente Supremo de entre los integrantes de la Cámara de los Lores- expliqué, aunque no sabía si era necesario ya que seguramente él estaría enterado de algunas cosas-. Bueno, los vampiros son volátiles, sobre todo los clanes, cuando se trata de un puesto importante. En resumidas cuentas, se han estado masacrando entre clanes desde entonces y la Hermandad ha quedado a la deriva. Soy... somos... mi esposo y yo, los últimos lores de la Cámara que quedamos con vida- y me dolía pensar que mi hija estaba en medio de todo eso-. ¿Entiende a dónde voy con todo esto?- pregunté, sondeando de nuevos a los dos.

 

Quería recuperar el poder, el puesto que me correspondía por ser una fundadora y miembro de la Cámara y sabía que tendría que abrirme paso asesinando, como antaño, cuando aún éramos burdos animales intentando distinguirnos en una sociedad más o menos civilizada. Pero de ninguna forma podía ir sola con Hades y plantar cara ante los clanes, quienes no dudarían en despedazarme... sobre todo ahora que era humana, en un cuerpo nuevo hecho mediante magia. Pero si Van Halen me apoyaba, si la Reina Lisa me apoyaba, yo podría hacer la transición al vampirismo de nuevo y reclamar lo que me pertenecía, terminar con los disturbios e imponer una suerte de paz para su reinado y para la Hermandad.

 

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@@Sybilla Macnair

@@Kamra Ashryver D.

 

El moreno ignoro la clara provocación por parte de la joven comandante y se centro en las malas nuevas que habían llevado a la Macnair a pedirle aquella reunión. El asunto a tratar distaba mucho de ser sencillo y que lo tratase sin dar demasiado rodeos y llevándolos directamente al punto le agradaba. Las excusas, las dobles intenciones y los argumentos vanos eran, para el Van Halen, sinónimo de ineficacia y nulo conocimiento del entorno y problema. Los hechos que relataba eran totalmente ciertos y el guerrero no estaba ajeno a ellos. Los militantes adeptos al cardenal habían estado mas cruentos que de costumbre y las revueltas mas sangrientas. No le era desconocido, pues evidentemente, él junto a Kam eran los que normalmente detenían aquellas refriegas antes de que llegasen a buen puerto para ellos.

 

Lo que si le llamo la atención fue la segunda parte de aquel discurso. La hermandad de la rosa negara existía hacia milenios, era, junto a la realeza rumana y el clan lobo negro, de los mas antiguos del país. Ambas instituciones había crecido a la par, sin interferir en ningún momento una con la otra. Los Van Halen regentaban y ellos protegían el secreto de los seres inmortales. No había mas. Los objetivos y limites claros. Si bien era cierto que en alguna ocasión la hermandad le había pedido ayuda a Hunyad y este había respondido, pero hacia años, décadas a decir verdad, que no se conocían alianzas mayores. Parecía que aquel tratado de paz no firmado estaba a punto de romperse y con una disputa de poder interno. La bruja hizo una pausa. No tardo en detectar que el tema preocupaba al mago, por lo que continuo.

 

- Comprendo – Tras escuchar el relato de confrontaciones, egos, vampiros volátiles, muertes y hasta incluso asesinatos dirigidos hacia los mas altos lores fue lo único que pudo decir, pues su mente ya fraguaba un plan para detener todo el conflicto y evitar males mayores para la tierra que amaba – Requiere la ayuda de Hunyad, su ejercito y lo necesita ya – Sonrió con cierto cinismo – Sabe que esta guerra no puede ganarla sola. Lo que me lleva a preguntar.... Ahora es humana ¿Que piensa hacer con ese tema? ¿Quien es su marido y porque no la ha acompañado? Si van a ser mis próximos aliados necesito toda la información sobre la mesa y lo mas importante ¿Cual va a ser su forma de actuar en cuanto este al mando? - Antes que todo, su deber era defender los ideales de la monarquía y cuidar del bienestar de Lisa como reina.

 

No solo tenían al engendro del cardenal encima, sino que miles de est****os colmilludos con ansias de poder habían decidido matarse por un poco de fama. El año empezaba con fuerza para el. La unión, a pesar de saber quien era ella, una lugar teniente del bando que había decido destruir, era necesaria, al menos en aquel punto de la historia. Y por ello, otorgándole el beneficio de la duda y dejando entrever una bandera blanca entre ambos, le contó a la rubia la información de la que el precisaba o al menos la que creyó necesaria para que entendiese que mas allá de todo esto, quizás podría existir una amenaza mayor a la expuesta – Nosotros tenemos en la mira al cardenal. Ocupaba el cargo cuando Kathy aun era reina. Cuando esta murio, pensó que el seria el sucesor, lo que no conto es que Lisa siguese viva. Desde su coronacion mes si mes tambien ha estado gestando cualquier plan en contra de todos nosotros. Tal vez este ayudado por tus enemigos o quizas sea uno de ellos.

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Los ojos dorados de la peliblanca no se perdían un solo movimiento, mueca y ademán producido por Sybilla - no porque la creyera una amenaza - sino porque su instinto y habilidad para identificar un conflicto en potencia no le alertaba de nada. Sorprendida de que alguien pudiera bajar la guardia de tal manera entre dos guerreros entrenados para convencerlos de una causa que - se notaba - intentaría proteger con todo lo que tuviera, Kamra se removió en su lugar antes de tomar la palabra.

 

 

- No hay quienes lo sepan mejor que nosotros - con un ademán de su mano señaló a Luca antes de entrecruzar los brazos bajo su busto - Junto con el Ministro hemos llevado a los soldados de Hunyad innumerables veces a aplacar sus reyertas sanguinarias, sin conseguir mucho de ellos una vez que los capturabamos para...hablar.

 

<< Carecen de cualquier rastro de honor, incluso de causa. Las fuerzas del Cardenal se dedican a sembrar discordia entre los clanes, teniendo como primer objetivo reclutarlos bajo su estandarte para ir tras la Corona y propia vida de Lisa Weasley Delacour - claro estaba que cada miembro del Clan Lobo Negro moriría antes de que aquella hazaña tuviera lugar. Ella incluida - Pelean por un ideal que no les pertenece, sin otra razón más allá de su salvaje sed de sangre. La paria de nuestra raza, pero eso ya lo sabes.>>

 

Kamra descendía de un viejo Clan de cazadores ya extinto de no ser por ella y sus hermanos. Todos sus ancestros pelearon hasta su último aliento para acabar con las vidas de aquellos que amenazaban con corromper su raza y la tierra misma, si la labor de mantenerlos a raya alguna vez fallara. Fue así como habían decidido crear una sede de Hunyad en Escocia liderada por ella. Trabajando arduamente al reclutar nuevos soldados e instruirles como era debido, la peliblanca se encargaba en persona de entrenar a sus futuros generales no permitiéndose un solo eslabón débil dentro de su unidad; ahora llamada como el Clan al que le debía sus habilidades innatas: Los Dark Blood.

 

- Lo que sucede en Rumania también está ocurriendo en mi patria - negó con la cabeza recordando vividamente el atentado que casi le había costado la vida de un tercio de su escuadrón - hace poco intentaron llegar a mi en Escocia - la luz seguía en lo alto cuando con una formación mortifera se abalanzaron hacia ella en plena ceremonia frente al palacio Hollyrood. Le había costado tanto borrar los recuerdos de cada súbdito muggle presente, haciéndoles creer que no era más que un atentado como tantos alrededor del mundo - Como figura publica, no es ningún secreto que soy amiga y aliada de las fuerzas Rumanas, que hemos entrelazado nuestras naciones bajo un pacto que promete mantener ambos reinados fuertemente unidos para combatirlos hasta que no quede un solo renegado en pie.

 

Luca comenzó a hablar y no pudo estar más de acuerdo con el. Si pensaba tener éxito haciéndose del título que una vez ocupó, Sybilla necesitaría todos los aliados posibles; la calidad de la mujer como humana no la ayudaba en lo más mínimo, preocupando a Kamra cuando pocas cosas lo hacían ¿Cómo era que Hades no había tomado cartas en el asunto aún? De ser por ella ya la habría convertido sin permiso alguno...sin temor a ser odiada por ello.

 

- Si logras convencer al Ministro, tienes la mitad de la batalla ganada...es mi obligación preguntarte ¿Haces esto por el beneficio de tu tierra y tú posición, o estás dispuesta a extender tu camaradería hacia aquellos que tan desinteresadamente te brindarían su apoyo? - casi pudo sentir la mirada de Luca sobre ella y lo que estaría pasando por su mente: "No hay nada de desinteresado en ti" - ¿Responderías al llamado de los aliados de tus aliados?

 

 

@@Sybilla Macnair

@@Lisa Weasley Delacour

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Kamra parecía inclinada a sentirse preocupada, no sólo por lo que estaba pasando en Rumania, sino que según su propio relato eso también estaba aconteciendo en Escocia. Recordé, entonces, que Kamra era la soberana de aquel país, lo había mencionado Hades en alguna ocasión y yo como tonta no lo había recordado al momento de saludarla. Pero no tenía tiempo ahora para sentir lástima por mis pobres modales, sino que tenía que pensar en lo que diría Luca. Y cuando comenzó, no pude menos que estar de acuerdo con lo que decía.

 

-Ser humana es un inconveniente pero no me quita mérito por haber creado la Hermandad... ni tampoco me quita años, me temo. Soy el humano más viejo que conozco que aún permanezca con vida y mis años luchando y adquiriendo conocimiento me hacen tan letal en esta forma como en la inmortalidad. Ya pensaré en algo- respondí con respecto a su primera duda-. Mi esposo es Hades Ragnarok, es un legendario guerrero que aprendió sus artes de su maestra japonesa. Es uno de los Mortífagos más poderosos que conozco, sacando a nuestro líder, claro- reflexioné-. Hades no sabe que estoy aquí, por eso no ha venido conmigo- fruncí ligeramente los labios en señal de molestia-. Él no cree que necesitemos ayuda, en realidad, pero me temo que debo diferir en ello... ¿No creen?- era una pregunta retórica que no esperaba que respondieran, así que proseguí-. En cuanto al mando de la Hermandad, pues siempre he abogado por lo mismo: libertad pero con reglas. Mi intención es seguir protegiendo a los vampiros, incluso de ellos mismos si es necesario. El Supremo anterior, Ambrose Velkan, fue la mejor elección que pudimos haber hecho cuando fundamos la Hermandad, pero me temo que la pérdida de su hijo lo hizo... volátil.

 

Junté ambas manos sobre la mesa para evitar que estás siguieran moviéndose mientras hablaba, algo que a veces me desagradaba porque mostraba ansiedad o incomodidad, ninguna de las cosas que podía mostrar ahora siendo que estaba intentando ser la heredera que la Hermandad necesitaba. La ansiedad, de todos modos, nada tenía que ver con la reunión sino con temas más personales que no iban al caso en aquel momento, aunque seguramente en algún momento saldrían a la luz.

 

-¿Con lo de "desinteresadamente" no te refieres a ustedes, verdad?- pregunté, entonces, a la intervención que había hecho Kamra-. Los intereses de la corona rumana y los míos son los mismos, no finjamos que esta alianza será por mera camaradería- fui dura pero precisa-. En cuanto a mi lealtad, soy una persona de palabra y no dudaré en acudir al llamado de mis aliados si me necesitasen, pero no soy un peón, Su Alteza- el tono había cambiado de amistoso a seco, aunque seguía teniéndole enorme estima, aquello era una discusión sobre política y guerra-. En la familia Macnair tenemos un lema y lo llevamos marcado a fuego: Familia, Deber y Honor. En ese orden es como actuamos. No interpondré el honor antes que a mi familia, ni tampoco antes que al deber. Pero tengan en cuenta que muchas veces las tres cosas van de la mano- sonreí, aunque la sonrisa nunca llegó a mis ojos.

 

Me puse de pie, creyendo que quizá aquella conversación estaba por llegar a su fin habiendo dicho lo que tenía para decir, pero en realidad estaba en la duda de si realmente terminaría allí o tendría que quedarme a seguir con un cuestionario.

 

-Esperaré la respuesta de Su Alteza Lisa. Iré preparando a mi esposo para darle la noticia de si habrá alianza o no... Y luego les informaré sobre... mi estado- hablaba, entonces, de si me iba a convertir en vampiro o no en los próximos días. Quizá una recién nacida sería conveniente, teniendo en cuenta que eran más sanguinarios y fuertes que los vampiros viejos.

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  • 3 semanas más tarde...

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¿La encontraría allí?

 

Los rumores de la ausencia de Lisa en el pueblo habían sido descorazonadores. Con el cambio de bando hacia La Marca, lo primero que pensé es que podría verla a menudo. En realidad, había sido lo segundo pues lo primero fue felicitar a la tía Sagitas por estar juntas en aquella decisión. Pero después pensé en ella. Entré en la Fortaleza, recibía los saludos de todos pero... no la veía.

 

Los rumores eran verdad: Lisa había desaparecido del pueblo y la única manera de encontrarla era viajar a su reino de Romania. Tenía que verla, hablar con ella, disculparme... Supuse que necesitaría un visado para salir del país. sobre todo ahora, que nuestras relaciones internacionales estaban divididas con las decisiones de la Primera Ministra Inglesa.

 

Iba vestida de azul, ese color era mi preferido y no cambiaban mis gusto por estar ahora en el bando tenebroso. Además, sabía que me sentaba muy bien y quería causar buena impresión. Lo necesitaría. para evitar que me cortara la cabeza. Así, me puse el vestido azul de gasa por encima de las rodillas y unos zapatitos planos, me recogí el pelo con una hermosa cinta de raso azul, aunque el aire de la calle terminó por alborotarme el pelo, estropeando algo el efecto que pretendía.

 

Entré con aprensión en aquel lugar. ¿Me darían el visado sin problemas? Me presenté con un carraspeo ante el mostrador central. Me di cuenta que estaba muy nerviosa. Me pasé las manos pegajosas por la capa y noté el bulto de mi máscara, aún sin estrenar, en uno de los bolsillos.

 

- Muy buenos días... ¿Es posible viajar a Romania? Quisiera ver a la Reina, Lisa Weasley.

 

¿Se decía así? ¿Debería haber dicho Excelentísima?

 

- So... Somos amigas. Mire, tengo unas fotos juntas...

 

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Luca

 

El dhampir, sentado en su sillón de cuero, revisaba los últimos informes que Dimitri le había enviado. Las tropas de Hunyad habían logrado devastar, por segunda vez consecutiva, uno de los grupos adeptos al cardenal, el cual y según la misiva del rubio, pretendía atentar contra Lisa en los próximo días. Agradeció internamente la eficacia de su sistema de seguridad y el poder contar con el Belikov. La Weasley sabia cuidarse sola, si, pero el moreno respiraba mas tranquilo cuando esta era acompañada por miembros del clan lobo negro.

 

Cerro los ojos unos segundos, decidiendo que hacer a continuación, cuando el timbre de recepción lo alerto, cambiándole los planes. No era usual que la recepcionista lo molestase, así que el asunto debía ser o grave o de carácter oficial. Tardo menos de un minuto en hacer acto de presencia en el hall del ya conocido negocio del Diagon. Entrecerró los ojos cuando se dio cuenta de quien estaba a unos cuantos pasos de su persona. “¿Y esta ahora que quiere?” Se adelanto hasta entrar en el campo visual de la Dirimir y con ese porte varonil y serio le tendió la mano a modo de saludo. La educación ante todo.

 

- Señorita Vladimir – Dijo - ¿Que la trae por aquí? - La esencia de la ahora mortifaga vibraba con fuerza. ¿Nerviosa, quizás? Era evidente que cómoda no estaba – Ya me ocupo yo desde aquí, gracias – Y la mujer que recibía a las visitas y atendía el correo, desapareció por un puerta que estaba a su derecha, tras regalarle una ligera reverencia al ministro. Mientras este esperaba que la rubia mujer le respondiese a la cuestión, encendió el intercomunicador - ¿Ocurre algo? - Como embajador del país europeo en Gran Bretaña tenia que comportarse a la altura aunque las relaciones con algunas personas no le gustasen.

 

Y Xell desde que traiciono a su reina, la abandono y se metió con otro por meros caprichos de su familia no le caía en gracia. Por mucho que se dijese o hablase de Lisa, esta tenia un gran corazón, era noble y se regia por la lealtad y el compromiso. Que alguien que le importase tanto la alejase, se dejase llevar por las malas lenguas y encima rompiese una relación de años había sido el culmen de la desfachatez. Pocos en su circulo cercano lo sabían, es mas, propiamente dicho solo Luca y Mei estaban enterados de tal cosa. La monarca no quería verse débil, mucho menos destruida.

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  • 6 meses más tarde...

Annick se detuvo frente a la alta construcción y observó el nombre y el blasón de Rumanía para corroborar que no se equivocaba de sitio. Si la información que le habían dado era cierta, existía una gran probabilidad de que ahí pudiera encontrar a Lisa o al menos tener noticias de ella. Mientras retomaba el paso para ingresar al edificio, se preguntó por qué no había pensado antes en ir a buscarla.

El sonido de sus tacones resonó en el amplio y solitario vestíbulo. Se detuvo un momento para observar el hall, y comprobó que había un único gran mostrador. Supuso que ahí le darían informes, así que se digirió a él con decisión; pero mientras se acercaba comenzó a preguntarse si le darían una respuesta verídica a una simple civil como ella.

Hola… ―por un momento dudó en qué decir, pero se aclaró la garganta y continuó―. Quisiera saber si es posible ver a Lisa Weasley Delacour, o si existe alguna manera de que pueda contactarla.

De pronto se preguntó si debía haberse expresado de manera más formal para solicitar ver a la reina de Rumanía, pero ya no podía remediarlo. Esperaba que al menos le dijeran dónde estaba su antigua camarada.

 

@ Lisa Weasley Delacour

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Luca Van Halen

 

- Vamos papá, una ultima vez

Daniel Benjamín Delacour, a sus dieciséis años de edad y al ser tres cuartos paladín por la sangre de su madre, después de mas de cuatro horas de entrenamiento aun seguía activo y con ganas de mas. Los ojos del aun adolescente viajaban por la sala del segundo piso, diseñada exclusivamente para aquello, en busca de obtener la ventaja para poder ganar la pelea. La sala cambia según los deseos del Van Halen, adecuándose al estilo de combate y a las enseñanzas que este le quisiese regalar a su hijo. El dhampir miro con chulería a su vástago y sonrió con verdadera adoración. El orgullo era innegable. Le indico con una mano que era su turno de comenzar el combate. Seguramente llegarían tarde a comer, pero iba a merecer la pena.

No habían pasado ni dos segundos, cuando del intercomunicador que el medio vampiro llevaba en el odio derecho, salio una voz femenina, Indicándole que en el Hall del edificio había una mujer preguntando por Lisa y con una confianza desmesurada. El Van Halen intercambio miradas con el chico y este asintió. Últimamente la Weasley había estado muy solicitada, ya fuese por antiguas amantes, alabarderos de otros reinos en busca de protección o amigos con ganas de saber sobre su verdadero paradero. La regente de Rumanía había estado, según muchos, inactiva, sin embargo no era del todo cierto. Lisa seguía mas presente que nunca y gracias a ello el ultimo bastión de la orden del fénix, la real, seguía vivo y fuerte.

- Avisaré a mama, Ten cuidado.

Con las mismas el castaño desapareció, dejando a Luca solo. Agradecía al mundo por su responsabilidad. Moviendo la varita se cambio de ropa, a una mas formal y bajo las escaleras en busca de la visita. Su atuendo consistía en un pantalón negro de rayas y una camisa blanca remangada hasta los codos. Ladeo la cabeza al ver de quien se trataba. No se lo podía creer. La creía desaparecida y mas desde la muerte de su marido y compañero de vida. Conocía a la fémina de vista y de oídas y aunque no había tenido tiempo de entablar una relación mas cercana con ella, sabia de antemano, tanto por Mei como por su prima, que le era leal al fénix y que poseía un gran corazón, seguramente ahora desdichado por la perdida del hombre. Se acerco con paso rápido y le tendió la mano. No era a quien buscaba pero tenia que conformarse por el momento.

- Ahora mismo Lisa no se encuentra en Londres. Lo siento mucho. Si gustas hablar conmigo estaré encantado de recibirte. Soy Luca por cierto, primo y mano derecha de la reina.

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