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Un pizzico di Milano (MM B: 111024)


djvash Asturias
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Ulrich en la barra


El elfo estaba preocupado por las brujas que estaban con el Asturias en el piso de arriba, pero alguien le irrumpió sus pensamientos, preguntaron por el amo y el asintió de manera algo rara. La persona que lo buscaba era la misma que el había visto hace muchos años. Le dijo que Valkyria estaba ahí y que lo buscaba.

El escucho el nerviosismo de la bruja al hablar --Se quien es, Ulrich no olvida, el amo no sabe quien es usted debería dejarlo asi el pequeño era muy entrometido pero siempre protegía al pelirrojo, pero también sabía que si no hacía caso de un cliente pese a quien fuera sería reprimido, aunque no le preocupaba, sabía que nunca le pasaría nada a lado del ojiverde.

--En un momento lo llamo señoritaAun así decidió subir por el mismo mirando a la castaña que estaba ahí, si Soren la hubiera atendido la forma de tratarla cambiaría, el más pequeño de los elfos de djvash aún sentía aprecio por esa bruja, ya que el no había visto lo que Ulrich presenció.

--Amo, lo busca una persona en la planta baja, quiere hablar con usted


djvash en el segundo piso


Miraba a las señoritas algo precavido, cuando una de ellas se acercó a la vajilla, el rostro se asombro *si es una reliquia, pero que demon...* estaba pensando al ver a la joven jugar con ella al momento que me preguntaba cuanto tiempo tardaría en encontrar otra de esas. Trate de contener mi semblante de preocupación, no quería seguir demostrando lo mucho que me había costado conseguir varias piezas de las que ahora estaban ahí.
--Si es antigua, y buscarla no es fácil pero no dudo que encontraría otra-- después de todos mis viajes sabía donde conseguir cosas que los demás no.

Mientras las miraba escuche Ulrich a la altura de las escaleras, decía que alguien me buscaba y eso me desconcertó un poco, *aún no les digo a mis conocidos del local, apenas lo haría* pensaba al mirar al elfo.

-- Scusa signore, devo partecipare ma il mio folletto continuerà con il tour.

No me gustaba la idea de dejarlas solas pero debía verificar quien era esa persona que me buscaba y cual era la intención de dicha visita, tenia en mente que no le había dicho a casi nadie del lugar, quien podría ser. Al llegar al ultimo escalón mire a la persona que me buscaba, todo de negro recordé a la bruja del bar que había visitado. Respire profundamente conteniendo la ira que quería apoderarse de mi en ese momento.

--Valkyria, cierto-- le dije caminando a paso algo lento a donde la ojimiel se encontraba --Disculpa el desorden que hice en tu local, Handigal ya no estaba, espero no seas muy dura con el.

Llegue a donde ella, quería por dentro atacarla, exigirle respuestas, obligarla a que me las diera, pero no era lo correcto, mi pasado oscuro lo había enterrado con la muerte de mi hermano y, mi nuevo yo no lo permitiria.

--Que se te ofrece? Si es por lo del bar dime cuanto debo para repararlo. Trataba de estar tranquilo, no quería más problemas, no en este local que era como mi sueño. --Hablemos más en privado sigueme

Camine detrás de la barra hacia la pequeña puerta que daba a las cocinas, ya ahí entramos a la pequeña oficina que había. Todos los elfos podían entrar a la misma no era como un lugar privado, para los empleados pero si para las visitas.

--Y bien?

La invite a sentarse, mientras yo lo hacía en detrás del escritorio. Mi mano de manera intuitiva tomó el mango de la katana que estaba a un lado. Ese era el lugar donde tenía a Zharr, mi varita aún tenía enfocados mis ojos verdes en ella.

--Gustas algo de tomar?

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La bruja había entendido su indirecta, a el hombre no pareció ni siquiera importale que la varita de Susan lo apuntara. Tal vez eso provocó algo de cinismo en ella ¿Acaso no le temía? Su acompañante había acertado, las cosas fragils serían un buen entretenimiento. Lo sigo con la mirada cuando subía al la siente planta. Escuchaba el italiano de sus bocas y realmente no le provocaba hablarlo.

 

Mientras los magos subían Susan caminó a paso ameno atras de ellos, no le apuraba ver la fina habitación que suguramente ella misma destruiría. Rió en el monmento en que Zoella jugó con los nervios del mago, por supuesto que Susan lo haría tambien, pero ella no era de asustar. Lo destruiría todo si le daba la gana.

 

Antes de poder seguir observando la escena alguien llegó al local y nuestro anfitrión cometió el error de dejarlas completamente solas, con todas las cosas delicadas de la habitación. Antes de que el mago se fuera le susurró ''Descuida, cavaliere, nosotars cuidaremos muy bien de tu local.''

 

Aquelló habpía sido con ironía y aún así el mago se largó a sus asuntos. Se acercó a una mesa con finos platos de postres que le recordaban a las espigas de los dioses, guardó su varita y tomó una de ellas examinandolos, tan pequeños y finos. Buscó alguna cosa que combiaran con ellos y entonces encontró una hilera de copas con las mimas espigas ordenadas en una mesa. Este sería el momento perfecto para desquitar sus cinismo.

 

Se alejó lo más posible de las copas con dos de esos platos en mano para luego lazar uno y estrellarlo en una de ellas ¡Bingo! Los había destruidos a ambos y esparcido sus pedazos por el lugar.

 

- Te toca, veamos si eres material para los Triviani... - Alzó una comisura de su labio y le lanzó uno de los platos a Zoella.

 

 

 

@Zoella

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—No he pedido tu opinión, Ulrich. Ve a llamar a tu amo. — Respondió la mujer al insolente elfo que se había atrevido a hacerle una sugerencia que ella no le había pedido. Mientras esperaba a que el pelirrojo bajase ella continúo cavilando en la mejor forma de abordar el tema que la había llevado hasta ahí.

 

> pensó la castaña que había tenido tiempo suficiente para analizar lo que estaba sucediendo. Quizá, el elfo tenía razón, mejor era dejar las cosas tranquilas y esperar que sea él quien la busque cuando su mente se aclarece. Aunque por otra parte ya estaba ahí y no era de las personas que le gustaba tener asuntos pendientes que resolver.

 

—No he venido por el desorden en el bar… eso es algo sin importancia — respondió la bruja girando para quedar frente al mago que acababa de bajar por las escaleras.

 

Apenas verlo pudo notar como Asturias se estaba conteniendo al hablar, como si lo que deseara era exigir venganza por lo que ella había hecho. Mantenido aquella mascara de frialdad Valkyria acalló el impulso de sacar la varita, el mago parecía una fiera herida, de aquellas en las que no se puede confiar y que no sabes en que momento atacará sacando toda la furia que llevan por dentro.

 

—¿De verdad no recuerdas quién soy? —preguntó. Lo había seguido en silenció hasta una oficina que estaba junto a la cocina. No pudo evitar sentirse un poco acorralada, no le gustaba estar en un lugar tan cerrado y menos en compañía de un mago que estaba segura y la odiaría.

 

—Han pasado cerca de 20 años… pero te recuerdo muy bien. He venido en busca de algunas respuestas y también a ofrecerte una tregua… —Empezó a hablar la castaña, con mucha calma —Quizá estés buscando a alguien igual a mí…Ella no volverá y nada podrá cambiar eso. —Añadió ignorando el ofrecimiento de sentarse y de igual forma el de beber algo.

 

—Quizá yo sea la clave para que recuperes tus recuerdos… eso mi querido amigo, es parte de la tregua —dijo mirando, por primera vez, los ojos del mago.

 

Quizá en otro tiempo sus palabras hubieran estado cargadas de mentiras o estuvieran ocultando oscuras intenciones, sin embargo, en esa ocasión Valkyria estaba siendo sincera.

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Ulrich en el segundo piso


El elfo observó a las jóvenes, una de ellas le dijo a djvash que cuidarían del local, pero después de examinar un poco las cosas empezaron a destrozar cosas, el pequeño las observó sin interferir en nada lo que menos quería eran problemas y el ya había cometido uno al dejar a la bruja con el Asturias abajo.

--Al amo no le agradará esto señoritas el pequeño era muy entrometido pero muy protector también, chasqueo los dedos y desapareció del lugar dejando a las brujas ahí, más tarde el se tendría que ocupar del desorden eso era seguro.


djvash en la oficiba


Algo en ella le recordaba su pasado, y más cuando le dijo que si no la recordaba de verdad *no quiero recordar que esta mejor dicho* pensaba mientras escuchaba a la castaña hablar. Me comento que ya habían pasado 20 años desde la ultima vez que nos habíamos visto, que buscaba respuestas y que quería ofrecerme una tregua.

--Mmm-- fueron las palabras que salieron de mi boca y la deje que continuará hablando, aun la miraba fijo, por algún motivo me sentía en confianza al hablar pero en desconfianza porque mi mente recordaba las cosas. Aclaró que posiblemente buscaba a alguien parecida a ella, pero que no volvería. La mire más expectante mientras me percataba que no quería tomar asiento ni algo de beber.

Deje la katana en paz y puse mis codos en el escritorio entrelazando mis manos y colocándolas a la altura de mi barbilla, mientras hablaba mi cabeza seguía recordando cosas del pasado, aclaró que quizás ella sería la clave para recordar y me llamó amigo *amigo, osas llamarme amigo, quien eres para venir y mencionar esa palabra* la ira se apoderaba de mi pero trataba de controlarme.


--Ahora entiendo muchas cosas le dije aún asimilando lo que quería o mejor dicho lo que sentía --Me dices que quieres una tregua, has de haber hecho algo muy malo para que pienses que yo te haré algún daño-- sus ojos miel se clavaron en los mios y el sentimiento regreso a mi, quería exigir respuestas, --tu eres la persona que me arrebato a mi familia, tu y tu esposo!

No me había percatado que subí el tono de voz, sentía que el calor se apoderaba de mi, el odio hacia alguien que estaba enterrado regresaba, esos sentimientos negativos no me dejaban nada bueno, suspire y nuevamente más recuerdos llenaron mi mente. El día que nos separaron, no sólo había sido culpa de ella, yo había cometido un error, y le di el poder para salir, entendí el porque me había dicho que no iba a regresar la persona que buscaba.

--Cómo es que ella no va a regresar si yo lo hice, déjala volver has algo bueno por una vez ya no sólo le pedía casi le suplicaba, quería volver a verla la extrañaba y aunque hubieran pasado años mi corazón aún tenía ese sentimiento --Siéntate por favor!

Sentí mis ojos un poco cristalinos, yo estaba rogando por algo que quizás no volvería, respiraba más rápido de lo normal, me levanté del lugar y caminé de manera algo torpe al estante detrás del escritorio, tome una botella de vodka y dos vasos, regrese y serví en ambos el líquido, le di uno y el otro lo bebí de un sorbo y lo volví a servir.

--Que es lo que quieres de mi?

Pregunté al momento en que me senté de nuevo y la miraba atento, ya no queria verla directo a sus ojos, solo quería respuestas, el alcohol me estaba quitando la voluntad, no sabia ni que hacer ni que decir, todo se estaba nublando ante mi, suspire nuevamente y saque un cigarrillo de la fornitura que tenia --Te escucho le dije al momento que lo encendía --espero no te moleste el humo La mire y espere su respuesta.

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¿Qué tan malo era lo que había hecho? Mucho sin duda, sin embargo, no se arrepentía. Si hubiera hecho las cosas diferentes no habría podido ser libre, no, no podía arrepentirse. Pero ahí estaba en frente del mago al que le arrebato todo, incluso la vida, buscando algo de paz para su alma. Queriendo justificar lo injustificable, queriendo que la entendiera.

—Así que si me recuerdas después de todo… — dijo luego de que Dj le restregó que fue ella junto a Bastián quienes le despojaron todo lo que le importaba. Al parecer el mago estaba recobrando la memoria —Mi esposo falleció y algunos conjuros se debilitaron… es por eso que estas aquí. — dijo explicando por qué él había podido escapar de su prisión, una prisión que había durado tanto tiempo.

—¿Quieres que haga algo bueno? —se rio con amargura —Te puedo llevar con ella, se exactamente dónde está. —Lo había sabido desde hace varias semanas y pensó que él también estaba con ella. Era obvio que se había equivocado.

—No deseo sentarme y tampoco beber nada… solo quiero terminar con esto de una buena vez —dijo dando un suspiró, como si estuviera cansada de todo.

Los recuerdos de Val también eran los suyos aunque no completamente, había partes de la historia que no conocía y tampoco quería enterarse. Pero otras sí que las conocía y aunque no fue suyo el dolor, lo sintió, sintió como el corazón de Val se había roto cuando se entero de lo que aquel mago le había hecho. No, no todo era culpa de ella, el había contribuido a que ella desapareciera.

—¿Qué te hace pensar que ella quiere volver? —Preguntó con algo de malicia en la voz —¿Acaso no recuerdas lo que hiciste? —añadió dejando que aquellas preguntan atormentaran al mago que había empezado a fumar, cosa que a ella no le importaba.

—Quiero que guardes silencio. Ya no soy la persona que tú conociste y hay cosas que prefiero que queden donde están, en el pasado —dijo sin rodeos —Quiero tu silenció. — añadió.

No podía permitir que el poco prestigio que le quedaba se viera afectado, que esa imagen que tanto le había costado conservar se viera afectada si aquello se llegaba a saber. Era parte de su pasado si, pero muchas personas le podían dar demasiada importancia. Era su reputación la que estaba en juego.

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Sus palabras me dieron un poco de conflicto, cuando me dijo que su esposo había muerto y que algunos conjuros se habían debilitado que por eso había regresado. *puedo ir a donde ella* pensé cuando me lo decía, se negó a beber algo y a sentarse aclarando que solo quería terminar todo esto.

 

Inhalaba del humo del cigarrillo al momento que ella me preguntaba que, porque pensaba que ella quería regresar, y que si no recordaba lo que había hecho. Un vuelco me vino desde el fondo del estomago hasta el corazón. El verdadero motivo del porque Val ya no estuviera aquí no era Valkyria, era mi culpa.

 

Tome nuevamente el vaso en esta ocasión con la mano temblando, *ya no está aquí por mi culpa* me reprochaba mientras me vaciaba el contenido de un solo sorbo, mientras lo llenaba nuevamente derrame un poco sobre el escritorio. Me pedía que guardara silencio que ya no era la persona que conocí y que preferiría que el pasado se quedara ahí, en el pasado.

 

No tenia palabras, había abierto una puerta del pasado que dolía mucho. –Ella no volverá porque estas en su cuerpo cierto?—pregunte de forma dubitativa –mi hermano guardo este cuerpo por años y es por lo mismo que yo pude regresar, pero, él tuvo que sacrificarse a cambio, y ella no tiene un cuerpo donde volver.

 

Estas ultimas palabras las dije con un par de lagrimas en los ojos, tenía razón nuevamente, hace años cuando ella apareció me dijo lo mismo, que yo fui el culpable de que ella se fuera, y fue por eso que decidí dejar que me arrebataran el alma y la colocaran con Val. Fue el sacrificio que realice por el amor de mi vida. Todo tenía sentido ahora, ellos solo fueron interpretes de lo que había pasado, actuaron de una manera personal, para obtener sus beneficios, pero fue gracias a mi que lograron tener esa fuerza.

 

Fije mis ojos verdes en los miel de la castaña, busque la profundidad de los mismos como tratando de ver el alma de Val, como en alguna ocasión cuando estaba con Valeria llegue a ver el alma de Valkyria. Quería saber si ella aun estaba en ese cuerpo y la podría recuperar o si era cierto lo que ella me dijo, que no volvería nunca.

 

--Como sé que no me mientes al decirme que me puedes llevar con ella?

 

Tenia muchas dudas, pero necesitaba pedirle perdón, necesitaba una vez aunque fuera la ultima verla y decirle lo que por ella siento.

Editado por djvash Asturias

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Guardó silencio por lo que pareció ser un largo tiempo, dejando que el mago asimilará lo que ella decía. Cuando por fin hablo, la pregunta que le hizo no la sorprendió, se había hecho la misma pregunta y para encontrar la respuesta tuvo que ir a un lugar al que aun no estaba de todo preparada para ir.

—En parte tienes razón, en parte no —respondió finalmente — Soy una nigromante Dj. Podría traer a Val aunque no fuera en este que es su cuerpo, poner su alma en algún contenedor. Pero lo siento, es ella quien no quiere regresar — No quería revelar tan pronto su poder, pero ya que iba a ser sincera, no tenia alternativa.

—Tu volviste porque lo deseabas, lo anhelabas… — Le sostuvo la mirada, sabía lo que intentaba hacer. Encontrar a su gran amor en ella, pero aquello no sucedería, ahí estaba solo ella, desde hace mucho tiempo que estaba sola.

—No miento… Fulgura Nox…— dijo concentrándose en el lugar al que deseaba ir, al lugar en donde las almas penaban, al que los muertos iban.

Detrás de la ojimiel se empezó a formar un portal de un negro tan intenso que si la nada tuviera un color y una forma, seria aquella. La oficina parecía ir perdiendo luz, pues el portal la absorbía, la temperatura descendió rápidamente y el frio empezaba a calar en los huesos. A pesar de que ella había ido en algunas ocasiones, esa sensación seguía abrumándola. No le temía a la muerte, sin embargo le guardaba un profundo respeto.

—Ella está ahí detrás… si juras guardar silenció… Te ayudaré a buscarla ahí dentro —aquello era una promesa, Valkyria era una mujer de palabra, si el decidía acompañarla cumpliría con lo dicho, los reuniría para que pudieran despedirse.

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Cuando me dijo que tenía razón en parte y en otra no, me confundió un poco, me explico que era una nigromante y que la podría traer y colocar su alma en algún contenedor pero que era Val la que no quería volver, entendí por qué inmediatamente, *<<Volver a qué>>*, era la pregunta que me había hecho desde mi regreso.

 

Al escucharla decir que yo regrese porque lo deseaba tenia razón, recuerdo que Soren me comento que Vali fue lo que dijo, que escuchaba mi voz y que por eso decidió sacrificarse, quizás fue en vano o quizás fue el pago por liberar mi alma, eso no lo sé. Sus ojos no me dejaron ver más que el alma de Valkyria, fue ahí donde entendí que era cierto, no volvería.

 

Comento que no mentía y tras unas palabras la habitación se oscurecía, un portal a otro lado, el frio pegaba fuertemente, pero eso no me impidió observar hasta lo más que podía, me aclaro que ella estaba ahí, que si guardaba silencio me llevaría con ella. Dude por un poco tiempo, la vería de nuevo y sería la última vez estaba seguro.

 

Mi mente meditaba todo lo que estaba viendo y escuchando, ahora entraba en un dilema, verla para perderla por siempre o no verla y no poder decirle nada. Me encontraba confundido, el cigarrillo se había apagado con el frio, el vaso estaba casi congelado, aun así, bebí el líquido de un sorbo.

 

--Necesito verla, hacerle una última pregunta para dejarla descansar en paz o mejor dicho encontrar la serenidad.

 

Le dije a la castaña levantándome del lugar y rodeando el escritorio, estaba decidido a ceder en esta ocasión, nadie sabría nada de ella ni de Bastián, quizás tenía razón al decir que no era la misma, pero, yo no estaba completamente seguro de eso. Lo único que sabia o mejor dicho quería era ver a Val, probablemente después no volvería a ver a Valkyria y así todo podría tomar su rumbo.

 

Pero algo volvió a mi mente, él, el peliblanco estaría ahí, si es que tampoco estaba entre nosotros ya, probablemente ahí lo vería de nuevo. Fue entonces que giré mi cabeza y lo comprendí completamente. *Si has cambiado* pensé y el odio que sentía por ella disminuyo un poco, era como si esa llama se fuera apagando poco a poco.

 

Fije mis ojos verdes en los miel de ella nuevamente, quería decir gracias pero las palabras no salieron de mi boca, solo una sonrisa. –Vamos!—le dije y espere que me guiara por el camino.

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  • 2 semanas más tarde...

Después del aviso traído al dueño, nos deja a ojos de aquel elfo que nos observaba expectante - ¿Que? - Le digo echando mi cabello hacia atrás pasados unos minutos -Le guste o no a tu amo - Le señalo - nosotras seguiremos divirtiéndonos - Sonrisa bastante cínica para atajar el plato que me paso Susan, caminando unos pasos me posiciono a su lado - Que empiece la diversión - Le digo lanzando el plato como si de un platillo se tratara, tras el siguen algunos mas de la vajilla.

 

Es mi momento de demostrar parte de lo que soy - ¿Cuantos puntos por copa? - Agarro una de las tazas de la vajilla, examinándola para estamparla en el suelo. Me encantaría ver como castigan a aquel elfo por este desastre. Mientras nos encontramos solas en aquel lugar destrozamos cada copa y vaso que se nos atraviesa riendo en el proceso.

 

Esto me recuerda un poco a cuando solía romper todo lo que se me atravesara en Italia, a lo lejos veo un objeto que llama mi atención y agarrándolo decido esconderlo en el bolsillo de mi jeans. Dirigiéndome al fondo donde se encuentra un juego de te, lo agarro y me dirijo a donde Susan - ¿Tomamos te? - Le sonrió un poco tirando uno de los platos al piso.

 

 

@@Susan V. Goldstein

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No pudo evitar sentirse identificada con el mago, podía apreciar su confusión y la tristeza que tenía, el dolor que lo atormentaba. Ella sentía lo mismo, aquella impotencia de saber que jamás volvería a tocar a la persona que amaba, que a pesar de lo que hiciera no podía hacerlo regresar. Apartó la mirada cuando sintió que sus ojos empezaban a escocer y que las lágrimas se agolpaban en ellos. No podía lloran, no quería que el viera lo rota que estaba por dentro.

Lo vio dudar y no esperaba menos. Era una decisión muy difícil de tomar una decisión que solo alguien valiente podía atreverse, ella por otra parte era una cobarde que se negaba a decir adiós. Abatida miró el portal, > pensó con miedo ante la posibilidad de encontrarse con su amado.

—Cuando estemos adentró por favor no te alejes de mí —dijo la castaña. —hay entes oportunistas y otros un poco vengativos… intentaran hacer que te quedes o que cambies de lugar con ellos, intentaran lastimarte —Advirtió la bruja que estaba preparando mentalmente para cruzar, para sacrificar un poco de ella en el proceso, para dejar un poco de esa humanidad que había descubierto que aun tenia.

—Vamos… —apenas atravesaron aquel vaho negro que ella había hecho aparecer, el escenario cambió por completo, atrás había quedado la oficina de aquel restaurante.

Detrás de ellos el portal se había cerrado, no podía arriesgarse a que alguien los siguiera o que un alma rebelde aprovechara el momento y escapara al mundo de los vivos. Observó a su alrededor, estaban en lo que podría ser un bosque cualquiera, aunque demasiado oscuro y con una niebla antinatural que parecía deslizarse de todos los lugares a la vez. Ahí el tiempo parecía haberse detenido, no había ruidos de animales, ni siquiera el sonido de sus pasos podía escucharse, tan solo se podía escuchar y muy suavemente una mezcla de sollozos, lamentos.

—Lumus…—Susurró la mujer que ya había sacado su varita. Su concentración estaba en su acompañante, sabía que ella no corría ningún peligro, había aprendido a ignorar a los espíritus, a no dejarse engañar, a manipularlos de ser necesario y usarlos a su favor.

—Debes pensar en ella… intenta hacer que sienta tu presencia… intenta sentirla — dijo sin dejar de caminar, aunque todo se parecía. Si daban la vuelta lo más seguro es que no recordaran por donde habían venido, era fácil perderse y entrar en pánico. El ambiente cada vez se sentía más pesado, era obvio que otros entes se habían percatado de su presencia. —Búscala… has que venga a ti —añadió la castaña

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