*El Refugio Askar* (MM: B 111055)

[Jeremy Triviani]

Jeremy sintió el zape de su hermano antes de que este lo adelantará y se presentará todo sonrisita con la invitada. La chica sin embargo se tomó el tiempo de fruncirle la ceja al vampiro, que respondió el juego de miradas con una mirada glacial en sus ojos azules. Aunque la bruja sin dejarse amilanar le contesto a Callum y se presentó una vez dentro de la vivienda.

 

El vampiro se quedó momentáneamente atónito, ¿Una Triviani? La observó más en detalle como queriendo descubrir alguna mentira. Eran familia y el ni enterado. Se preguntó qué clase de lazo sanguíneo del árbol familiar tenían unido. Sonriendo de lado por primera vez, decidió cambiar su actitud con la chica.

 

-Gracias, por la bienvenida. -Le respondió esperando sonar simpático, ya que estaba esforzándose - Hare que los elfos sin lengua te sirvan alguna bebida, aunque hay una reunión donde esta Rachel y Hades esperándonos con comida de sobra.

 

Miro a su hermano y asintiendo con la cabeza empezó a caminar esperando que lo siguieran hasta donde estaba Rachel con Hades esperándolos. La verdad era que el rubio se moría de hambre y esperaba que Rambaldo se hubiera encargado de trasladar todo su equipaje desde el Castillo Hogwarts, donde hacía tan poco había vivido muy cómodamente, mientras cursaba sus estudios.

 

-Hermano, debemos investigar todo este lugar y hacerlo bien nuestro -Comento mientras iban llegando hasta la castaña y el vampiro- Rachel, feliz cumpleaños, me olvide de envolverme en papel de regalo -Bromeo con la bruja sonriéndole ampliamente. Ahora eran familia, debía aprender a controlar sus ataques para con ella. Luego mirando al vampiro decidió estirar su educación para con el también y agrego- ¿Trajiste algún pastel de bienvenida?

 

 

@@Hades Ragnarok @ @ @@Rachel Ravenclaw

[Sasha Askar]

Las gotas de lluvia eran una música melancólica para mis oídos. Golpeando sin cesar el cristal de mi ventana. El olor humedad impregnado en el aire, ahogaba mis pulmones impidiéndome respirar con normalidad. Podía escuchar desde mi cama el bullicio de una ciudad despertando. Las bocinas de los taxistas, los pesados frenos de los colectivos, hasta gritos de insultos y vendedores pregonando su mercadería. Mis pensamientos estaban dispersos, una parte de mi quería levantarse y volver a su rutina de todos los días, pero otra más rebelde que nacía de mí propia soledad quería volver a casa. Cerré mis ojos conteniendo las lágrimas. Me tape la boca con mi mano para ahogar el grito que estaba por salir.

 

Horas más tarde ya disfrutando de mi precario desayuno, una café aromático que me hacía babear y dos tostadas con Casancrem, pude volver a concentrarme en mis problemas. Debía volver a Londres. Pero había pasado mucho tiempo, ya no formaba parte de la comunidad mágica. Golpee con mis uñas pintadas de negro una y otra vez la mesa de madera, esperando calmar mi ansiedad. En mi último sorbo de café, una idea empezó a formularse en mi mente. ¿Qué pasaría si se aprovechaba de la hospitalidad familiar para reacomodarse en la vida mágica?

 

-Chocolate...- grite dejando de un golpe mi tazón vacío con la cara de Mickey.

 

- ¿Sí? Ama - se materializó el elfo frente a mis ojos.

 

-Busca algún pariente en mi árbol familia que esté viviendo en el Ottery -le dije levantándome de mi silla y dirigiéndome al baño a ducharme.

 

-Si, ama -me contestó con suavidad el elfo.

 

Las energías habían vuelto a mi cuerpo después de mucho tiempo. Algo me ilusionaba después de años de sufrimiento. Luego de ducharme, me vestí con un pantalón negro de buena calidad adherido al cuerpo y una blusa del mismo color. Me puse las botas negras y al subir el cierre de la campera negra de cuero con tachas, ya me sentía más segura con mi decisión. Me parece frente al espejo y mi reflejo sonrió con sarcasmo. Extrañamente no reconocía a esa chica de tez palida y pelo castaño, con ojos azules que denotaban cansancio. Hacia mucho tiempo que sus pupilas no tenían nada del brillo que antaño la caracterisaba.

 

-Ama…-llamo suavemente Chocolate, interrumpiendo mi critica a mi propio aspecto - encontré el nombre de un familiar en un viejo pergamino, su apellido es Askar.

 

- ¿Qué lazo tengo con esa familia? -pregunte mirando al elfo en su reflejo del espejo.

 

-No puedo precisarlo, pero encontré su nombre escrito en un pergamino de su padre, ama -me respondió levantando el pergamino en cuestión, para que pudiera leerlo - habla de un juramento antiguo y dice ese apellido con el nombre de una bruja bautizada Rachel.

 

-Gracias chocolate, prepárate que nos vamos en unos minutos.

 

Me senté en el sillón agarrándome la cara con las manos. Tratando de juntar fuerza para lo que vendría. Mi cuerpo pedía a gritos dormir otros tantos años más. Pero no lo deje. No podía hacerlo, ya era bastante tiempo de inactividad. Era hora de despertar. No flaquearía en mis ganas de volver a surgir y empezar de nuevo la vida mágica que tanto anhelaba.

 

Quince minutos después me hallaba parada frente a una gran mezquita en el barrio ingles de Ottery. Admite en silencio la arquitectura árabe antigua. Los jardines frutales perfumaban el aire limpio y llegaban nariz provocandome alegria, lo que lejos estaba de sentir en ese momento. Acaricie con mi mano la estrella formada en la reja de bienvenida. Tenía ocho puntas y era fría al contacto con mi piel. Recorrí el camino hacia la puerta con nerviosismo, pero una vez parada frente a la ella golpeé con fuerza y decisión. Mi vida mágica dependía en parte de cómo salieran las cosas ese día.

Editado 17 de Febrero del 2018 por tonkk

[Rachel Ravenclaw]

Se encontraba muy feliz. De hecho, nunca había pensado que tan amplio era el sentimiento de felicidad hasta ese momento. En sí había vivido todo tipo de momentos alegres. Su estadía en Beauxbattons, sus calificaciones extraordinarias, el buen sabor de boca que le producían los libros de metafísica, sus relaciones amistosas en el lado oscuro de Londres, la mera existencia de cierto sacerdote y contemplar su sonrisa… Todo eso la había hecho feliz de diferentes formas, pero en esos momentos sentía algo mucho más hondo y profundo… Algo que calaba en su alma y parecía elevarse de manera ancestral como si hubiera encontrado la iluminación. Quizá, en lo más profundo de ella, Jacques se sentía completo de volver a reunificar su familia.

 

Con esos pensamientos la bruja castaña se quedó un momento en silencio mientras los demás hablaban, pero había logrado captar las conversaciones. Su querido Callum, un mago al que le tenía mucho aprecio, había llegado y se había acordado de su cumpleaños. No pudo responderle porque junto a Jeremy habían ido a atender la puerta, no estaba segura quién podía ser… ¿Quizá Bodrik? Fija su atención en Hades Ragnarok al tiempo que le saludaba educadamente estrechándole la mano. Le dio un poco de pena sus palabras, ella en su desconocimiento había pasado años sin estar pensando en eso, mas imaginaba al vampiro y su vida ilimitada llevando años de dudas y consternación por el clan de Nibiru.

 

—Lo comprendo, señor Ragnarok. Sinceramente, hay muchas cosas que yo también desconozco… No me ha dado tiempo a examinar el refugio a fondo. No obstante, debe saber… Que tenemos una invitada especial aquí.

 

Iba a ser raro, sí… Confesarle a Hades que la gran maestre estaba pululando entre las paredes en forma de fantasma. Ve regresar a Jeremy y Callum acompañada de una bruja a la que poco conocía, pero llegaba reconocer, era Zoella. No se esperaba aquella visita por lo que no pudo evitar sonreír ampliamente. Arqueó una ceja por el comentario del mago que no tenía arreglo. Tenía suerte que a Rachel poco le importaba lo de la fiesta, además de que casi se había olvidado por concentrarse en la labor de reactivar el lugar.

 

—No tengo un pastel, pero vais a encontrar unos deliciosos dulces dignos para inaugurar el lugar –sonríe- señor Ragnarok, primos, es un placer contar con vosotros en este día tan especial. Señorita Zoella, su presencia inesperada me ha hecho muy feliz, espero que se sienta cómoda aquí y se sienta parte del círculo aunque no seamos familia de todas formas.

 

La bruja con un gesto de la mano los conduce hacia un comedor donde los Elfos Beduinos habrían dispuesto el festín de inauguración mientras con la otra mano acariciaba disimuladamente un anillo que llevaba encima y que era el único recuerdo o pista de su padre Alvar. Dicho anillo, era más que eso, era un remanente de que había pasado de generación en generación por la familia. Al llegar al comedor amplio de muebles de adornos árabes, encuentran una mesa rectangular llena de platos y a un elfo lleno de cicatrices a un lado. Se trataba de Marduk, un elfo sin capacidad de hablar tras perder su lengua en un ataque en el desierto.

 

La mesa estaba llena de todo tipo de dulces orientales en los que predominaba la masa filo, los frutos secos, almíbar, canela, vainilla… Había platos que prestaban porciones de baklava, cremosas porciones de eish saraya o perfectos cuadraditos de basbousa. Esto y más eran algunas de las deliciosas tradicionales de por aquellos lares que los elfos de la cocina habían preparado. Para acompañar había teteras altas rellenas de té con hierbabuena y otras rellenas de “ahwa” o café, el cual era muy típico en zonas como Egipto. La idea era poder disfrutar de tranquilos bocados mientras entraban en conversación antes de ponerse a discutir los asuntos más importantes.

 

—No es un pastel, pero creo que disfrutaremos de todas formas –ríe suavemente- Es necesario recuperar energías para lo que nos toca después, que es inspeccionar algunas zonas del refugio…

 

No puede seguir hablando, pues Ereskigal aparece de repente a su lado para decirle algo. Con una voz seca y bastante bajita, aunque audible para todos, le dice que alguien más había llegado al refugio. Algo le cala en el pecho con extrañeza, la descripción de la visitante no coincidía con ninguna de las personas que pensaría que fueran a venir… ¿Algún vecino curioso de Ottery? O eso quería pensar. Mira a los demás y vuelve a sonreír levemente.

 

—Ahora regreso, voy a ir a recibir a esa bruja.

 

Regresando al vestíbulo del refugio, abre la puerta para ver quién se acercaba y cruzando la plaza de la fuente ve llegar a una joven castaña que le causa una sensación de deja vu… ¡Pero eso no podía ser cierto! Seguro se trataría de una amiga de Zoella o una vecina sin más… Quizá hasta alguien de la Marca Tenebrosa. Cualquier cosa tenía más sentido que eso. Habían pasado muchos años y estaban muy lejos de por aquellas zonas.

 

—Muy buenos días, señorita. Soy Rachel Askar, ¿qué desea?

 

@@Hades Ragnarok

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[Sasha Askar]

Respiré hondo cuando vi la puerta abrirse. Mostré mi mejor sonrisa, la más amistosa que tenía. Nadie quiere a las personas con mala cara. Mi misión era convencer a los extraños que éramos familiares, así podría vivir y abusar de su hospitalidad hasta que encontrara mi reinserción en la vida mágica. Una mujer de pelo castaño y ojos avellana apareció tras la puerta. Las palabras emitidas por ella me llevaron a recuerdos lejanos.

 

“Ella no es quien piensa que es… se alzará de nuevo con todo su esplendor de antaño...” fueron las palabras que me dijo un viejo yinnes moribundo en uno de mis muchos viajes de exploración buscando de donde provenía mi origen. No le había creído en ese tiempo, en aquella casucha derruida en la ciudad de Kassala, sus palabras sonaron casi cómicas. Tampoco había vuelto a pensar en el tema, pero sus dichos tomaban un nuevo significado para mí en el presente. “¿Quién es ella?’” le había preguntado a yinnes, y él había contestado con total calma “tu madre”

 

-Hola, soy tonkk -saludé y recordé el pergamino de mi padre. Él había anotado su nombre como familiar, no podría ser de otra manera - Soy tu hija.

 

Mis pensamientos quedaron en blanco al haber dicho semejante cosa en voz alta. Cómo le explicaba mi aparición después de tantos años. Por lo que sabía de mi padre, o el hombre que decía serlo, él me había criado hasta los siete años en donde se había ido de viaje para no volver jamás. Dejándome al cuidado de una pareja amiga, dos personas para nada cariñosas y que habían sufrido mi crianza. Los cuales no volví a ver nunca más al escaparme una noche. Mis recuerdos de felicidades y amores eran nulos de esa época.

 

-Creo que tenemos mucho de qué hablar, Rachel -le dije tratando de que no notará mis nervios. Mis manos se cerraron en puños a los lados de mi cuerpo. Sin lograr ponerme cómoda, cruce los brazos en mi pecho de forma protectora.

 

En esos minutos mi vida mágica estaba cambiando y era consciente de que la mujer estaba viendo con sus propios ojos algo que no quería ver. Nunca era lindo revivir el pasado cuando tenés cosas oscuras en él. Seguí esperando alguna reacción sin bajar la mirada de sus ojos. Mis pulmones olían el perfumado aroma de los árboles frutales.

 

-Puedo alojarme en un hotel - interrumpí el molesto silencio sin poder aguantarlo más - no quiero molestar…

 

Por supuesto que quería molestar, no estaba siendo muy sincera, pero no podía decírselo así de repente. Recién se enteraba de mi existencia. Necesitaba alojamiento y alguna familia en la cual respaldarme. Ya estaba harta de mí soledad, mis dos elfos no cumplían con su rol de entretenerme.

[Noah Lockhart]

Era un día gris y lluvioso, el día perfecto para él, le gustaban esos días en los que solo gobierna la paz y la tranquilidad, esos días siempre eran tan relajantes y lo ponían de tan de buen humor que siempre se divertía bajo la lluvia, hacia ya un tiempo que había conocido a su novia, y cada día a su lado lo ponía mas feliz y enamorado de ella. Era la primera vez que iría a su casa y hubiera estado nervioso de no ser por la lluvia y las ganas de verla, hacia unos cuantos días que no la veía y la extrañaba, por verla el Lockhart haría lo que fuera y obviamente no dejaría que los nervios le impidieran ver a su amada, el ojiazul se vistió con un pantalón y playera negra sobre la cual se puso una chamara de piel rojo, unas botas negras y salió del castillo para dirigirse hacia la casa de su amada.

 

Bien pudo haberse aparecido en su hogar o irse volando en ves de caminar, pero eso solo hubiera quitado lo divertido de caminar bajo la lluvia, su ropa llevaba un hechizo impermeable por lo que podría ir jugueteando en el agua sin problema. Tenia montones de trabajo y aburrido papeleo que hacer en el trabajo, pero su mente no podía concentrarse, era como si su mente se hubiera aliado con su corazón para no trabajar hasta ver a su hermosa prometida, tenía muchas ganas de verla y al ver que no podía concentrarse decidió aprovechar el tiempo e ir a verla, caminaba lentamente si preocupaciones, ese seria un dia maravilloso y no dejaria que nada lo arruinara, se podia notar lo feliz que estaba pues mas que caminar parecia que iba bailando bajo la lluvia, eso no era normal en el, pero el pensar en rei y en el casados le hacia mucha ilusion, tanto que ultimamente siempre estaba en las nubes pensando solo en ese momento.

 

Caminaba por la calle de ottery contemplando el cielo, estaba seguro que se acercaba a su casa, era la primera vez que iba, pero su corazón le decía que estaba cerca, era común que se guiara por su intuición y no por las direcciones ya que con lo despistado que era siempre que seguía un mapa terminaba en un lugar completamente opuesto. El rubio vio a lo lejos la puerta de entrada y corrió hasta alli al ver a su hermosanovia con otra chic, no sabia quien era pero se acercaria y esperaria a que terminaran de hablar, en la mano llevaba un ramo de rosas azules de esas que solo crecían en la casa de su tía sagitas, le había pedido permiso de tomar unas ya que sabia lo mucho que las flores le gustaban a su hermosa novia.

Editado 27 de Febrero del 2018 por Noah Lockhart

[Rachel Ravenclaw]

Rachel clava sus ojos avellanas en la chica joven de apariencia disruptiva. Sus palabras se clavaron en su alma como dos estacas de hielo. Muy en el fondo quizá lo intuía, pero no estaba preparada para oírlo. Habían pasado muchos años y apenas lograba recordar. Se encontraba muy lejos de aquel lugar siendo víctima de la sed del conocimiento y en donde su compañero de extrañas odiseas la había traicionado. Con aquel incidente y sirviendo al Altísimo en aquella época… ni si quiera la habían dejado elegir, su familia le habría arrebatado a la niña de las manos para luego no saber nunca nada más.

Las palabras de Tonkk la hicieron volver a la realidad en un suspiro. La mira quizá de una manera bastante neutra, pero por dentro estaba que no sabía que decir. Algo era seguro, no podía dejarla a su suerte, no solo porque compartieran lazo de sangre sino porque además su consciencia le impedía dejar a una chica sin rumbo al azar por las heladas calles de Ottery en aquel periodo invernal. Ni pensarlo. Tarda en lograr reaccionar pero apoya una mano en su hombro con la intención de invitarla a pasar.

—Tranquila, cariño… Hablaremos dentro –atina a decir- Y puedes quedarte aquí, justo íbamos a comer, seguro que te apetecerá algún dulce…

Pero antes de entrar, su ojo avizor detecta otra presencia. Ve al rubio no muy lejos esperando con un ramo de flores azules. En ese momento todos sus nervios se disiparon y no pudo olvidar sonreír levemente. Allí estaba el sacerdote que complementaba su alma y por quien lo había dejado todo, casi literalmente, al pactar con el mismísimo Fighter y vender su alma a la oscuridad de la Marca Tenebrosa. Le daba bien igual todo mientras lo tuviera a él y a su familia, los Askar. Extiende la otra mano con delicadeza como si pudiera alargarlo para llegar a él.

—Noah, como me alegro de verte aquí ya –le dice sonriente- Esas flores son preciosas…

Aunque rápidamente recordó que Tonkk estaba allí y que tendría que explicarle muchas cosas a Noah que no le había contado… Muy bien. Lo mejor era llevarlos a todos dentro antes de que pillaran un resfriado, además, andaba lloviendo de a ratos.

—Vamos, pasad, dentro os presentaréis –dice con cordialidad llevándolos al interior.

Sin detenerse los guía hacia el comedor donde estaban todos los demás hablando y comiendo las delicias de origen árabe. Todo parecía tranquilo y que nadie se había matado lo cual era un alivio. Conocía el fuerte carácter de alguno de los familiares más veteranos. Esperaba que Tonkk a pesar de todo pudiera sentirse cómoda allí.

—Chicos, ella es Tonkk, también es familiar nuestra… -sin acabar diciendo que era su hija. Aún no sabía cómo introducir esa noticia.

Tampoco le da tiempo. Nada más llegar y tomar la mano del sacerdote Lockhart, un fluido ectoplásmico fluye hacia el comedor.

El fantasma Nibiru

Se había mantenido mucho en silencio escondida entre los muros de la mansión, vigilando en el anonimato a los recién llegados que decían ser Askar, ¡ja! Eso lo juzgaría ella. Los va viendo uno por uno mientras los juzgaba duramente sin conocerlos. Por el momento, el que mejor espina le daba era Callum. Tenía el porte y la actitud que ella consideraba apropiada. Jeremy no iba muy lejos, creía que tenía potencial. Luego habían hecho aparición Hades y Zoella a quien no juzga demasiado al no ser miembros de la familia. Por último, ve llegar a Tonkk y Noah con quienes tenía serias dudas sobre si ‘valían’ como Askars.

Tras ver un montón de palabrería aburrida y servicial de Rachel, decide deslizarse por las paredes y comenzar a retomar su forma humanoide ante los presentes. Nibiru adoptaba la forma de cuando era joven, una joven maestre de veintitantos años. Debido a que su aspecto espectral no daba pie a que tuviera colores, no podían ver realmente cómo era en todo su esplendor. Lo que sí, tenía una melena recogida tras la cabeza en un rodete y mechones cayendo delante a los lados. Llevaba un extraño vestido de lino con una capa por sobre sus hombros y extraños brazaletes en sus brazos, se notaba la influencia de Egipto.

—¿Almas inocentes han pisado mi Refugio? Dichosos sean los valientes que creen tener el honor de ser Askars o acompañarlos –manifiesta con voz profunda y audible.

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@@Noah Lockhart
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@@Hades Ragnarok
@@Sley
@@racks1804 Editado 1 de Marzo del 2018 por Rachel Ravenclaw

[Jeremy Triviani]

Jeremy estaba relajado muy feliz con toda esa nueva experiencia que estaba viviendo. Tranquilo y bien dispuesto a pasarla bien, siguió a los demás con Rachel a la cabeza hasta un comedor, donde los elfos de la familia habían preparado un festín de bienvenida para sus miembros. Por todos lados los rodeaba un estilo árabe muy marcado. La castaña sin llegar a sentarse a la mesa, les dijo unas palabras antes de desaparecer unos minutos del recinto.

 

-¿No hay vino? -le pregunto el rubio a uno de los elfos, pasando por su lado para tomar asiento en una de las cómodas sillas que rodeaban la mesa.

 

El vampiro relajado, pudo observar como todos se acomodaban en sus sitios, y se preparaban para degustar esas delicias árabes. Cuando todos ya estaban acomodados; El rubio estiro una mano y agarro un pedazo de Baklava para probar. Le dio un gran mordisco a su porción de pastel, disfrutando con un perverso placer, de su sabor profundo. No se demoró en terminarlo con tres bocados acompañándolo con café, a falta de vino.

 

-Prueba esto, hermano -le dijo a Callum, mientras le pasaba una porción de torta y se servía una segunda en su plato.

 

El rubio se dio cuenta tarde, que debía de haber esperado a Rachel, antes de empezar a comer. La matriarca apareció minutos después, en compañía de una extraña joven, a quien presento como familiar de todos y Noah Lockhart, el rubio niño con quien compartió muchos casos en su periodo de aprendiz en el Hospital San Mungo. Sin disimular el vampiro miro a su hermano en busca de reconocimiento hacia la chica nueva, pero no encontró nada en la expresión de Callum.

 

-Bienve….-estaba diciendo el Jeremy, cuando un fuerte ruido lo hizo callarse.

 

 

 

@@Rachel Ravenclaw @@Noah Lockhart @ @ @ @@Hades Ragnarok

 

Off: Intento 2.

Editado 1 de Marzo del 2018 por Jeremy Barton

[Zoella Triviani]

Tras darles aquella corta bienvenida y presentarme, veo como Jeremy vuelve a dirigirse a mi pero está vez con una actitud más amable, lo cual me hizo sonreír un poco y asentir en su dirección después de ofrecerme aquella bebida. Sonriendo a Rachel quien nos guía hasta el comedor, en donde se encontraba un festín servido por los elfos. Mientras cada uno se va posicionando al rededor de la mesa, me dirijo a un espacio libre de las esquinas el cual ocupo algo tímida. Frente a mis ojos se encontraban unas ricas porciones de eish saraya y unos cuadritos de basbousa, estirando mi mano con el tenedor me sirvo un poco de ese eish saraya pidiendo a uno de los elfos una humeante tasa de té de hierbabuena. Llevando a mi boca un poco de lo servido en mi plato, cierro los ojos deleitando mis papilas con aquel sabroso bocado - Waoh, esto está delicioso - Digo al aire.

 

Viendo a Rachel disculparse mientras sale a abrir la puerta que sonó segundos antes, quedo pensando en como sería tener estos festines en casa. Escuchando a Callum y Jeremy hablar entretenidamente, siento un poco de envidia por aquella charla fraternal volteo para poner fija la mirada en mi plato.

 

Al escuchar pasos, volteo la mirada a mi izquierda viendo las temblorosas manos del elfo trayendo mi té la cual agarro y le hago una señal con la mano de que se vaya. De reojo veo a Rachel entrar acompañada de un rubio quien presento como Noah Lockhart y una joven bruja que no había visto la cual dijo llamarse Tokk. Sonriendo en dirección a ellos escucha un estruendo que llamo su atención y la hizo levantarse rápido y observar alerta en todas las direcciones en busca del causante.

 

 

 

@ @@Rachel Ravenclaw @@Noah Lockhart @ @@Hades Ragnarok @

[Sasha Askar]

Me estremecí con el contacto de la mano de Rachel sobre mi hombro; no lo pude evitar. Me había desacostumbrado a recibir palabras cordiales de parte de las personas. Mi oscuro pasado en los últimos años, me habían transformado en una mujer distinta. Tenía un profundo miedo a las personas; lo cual trataba de enmascarar apelando al cinismo como si fuera un escudo protector.

 

- Gracias - Le respondí - Me encantaría.

 

Mis ojos pudieron ver el cambio de expresión de la Matriarca Askar. Una sonrisa de amor se dibujó en sus labios y al girar mi cabeza a un costado pude ver un hombre rubio de cabello rizado y largas pestañas que traía en sus manos un ramo de rosas. Baje la mirada al suelo, agachando un poco la cabeza. No tenía deseos de mirar ese encuentro. Me sentía una intrusa espiando un momento delicado.

 

Deje que ese momento incomodo pasara, mientras pensaba qué hacer con mi tiempo allí. Casi sin notarlo seguí a mi madre al interior del Refugio; Ella iba caminando tomada de la mano del hombre pálido. Yo preferí seguirlos detrás, a una distancia prudente, sin estar muy lejos, ni retrasarme demasiado. Terminamos el recorrido en un comedor lleno de personas. Mi mente al principio jugando conmigo, hizo que viera la habitación llena de gente a rebalsar. Luego cuando pestañee, pude ver que había solo cuatro personas sentadas alrededor de una mesa, disfrutando una comida.

 

En el momento que fui presentada, me sentí el foco de atención de todas las miradas. Un hormigueo bailo en mi vientre, mientras paseaba mis ojos por los comensales. Uno tenía pinta de una bestia rubia, que no me cayó bien al instante. El siguiente de rostro más tierno y pelo castaño, parecía más amigable. La chica de cabello azabache y ojos grises sonrió a nuestra entrada y el último hombre tenía cabello negro con ojos oscuros, parecía aburrido con todo.

 

La bestia rubia hizo el intento de saludarme, o eso me pareció, cuando un ruido fuerte nos distrajo, buscando su procedencia. Una neblina que adquirió la forma de una mujer con rodete, se presentó ante nuestros ojos. Un grito casi sale de mis labios al ver eso, me mordí el labio al oírle hablar. Nunca había estado cerca de un fantasma, sabía que existían y en la comunidad mágica eran muy habituales encontrarlos como miembros honoríficos de las familias.

 

- Soy Tonkk…-le dijo a espectro, guardando mi miedo en lo más profundo de mi alma y sacando la poca valentía que sentía a flote - No me considero inocente, pero me agrada mucho su casa - No recordaba leer en los libros si los fantasmas eran violentos o sí podían matar a las personas. Pero contuve el aliento esperando que no me matara en frente de los demás.

 

Camine sin darle la espalda a la fantasma y manteniéndola siempre a la vista. Agarre una de las servilletas de la mesa, colocándola en mis piernas al sentarme, al lado de Zoella. Frente a mí tenía una variedad de alimentos exóticos, algunos los había probado cuando recorrí Sudán, otros eran ajenos para mi paladar. Aunque mi estómago estaba cerrado de los nervios, me serví una taza de café lo único que podría consumir sin problemas toda la vida.

[Rhaella Triviani]

La Triviani no tenia idea de que estaba haciendo allí. Era consiente de que no podía simplemente aparecerse en las puertas de uno de los muchos prominentes castillos y mansiones de el pequeño pueblo Ottery St. Cathpole y esperar que alguien simplemente abriera la puerta y la recibiera en su hogar con los brazos abiertos, por lo que sabia que todo esto era una muy mala idea. Pero ya no sabia que mas podía hacer en la situación en la que se encontraba en ese momento; con los bolsillos de su ya desgastado abrigo color carmesí casi completamente vacíos después de haber estado durmiendo en un pequeño hotel de mal gusto en el callejón Diagón todas las noches desde su llegada a Londres, y con el único consuelo de su varita mágica, la cual se encontraba escondida en una de sus largas botas negras de tacón.

 

También era consiente de que podía acabar con todos sus problemas y encontrar un lugar en el que quedarse con solo caminar un poco mas y tocar la puerta de el gran castillo Triviani, pues aunque todavía no estaba lista para volver a unirse a su familia y a todo lo que esta representaba, estaba segura de que sus familiares la recibirían de nuevo sin problema alguno.

 

La mayoría de sus familiares, al menos.

 

Un sonido de enojo escapo sus rojos labios mientras apretaba sus manos en puños y continuaba caminando por el amplio jardín de la propiedad, la cual tenia un dulce aroma gracias a todas las bellas flores que se habían plantado. Se encontró a si misma admirando la maravillosa arquitectura de aquel intimidarte lugar, sin lugar a duda la propiedad era diferente a las demás mansiones de la zona.

 

Su plan era simple, y a la vez tonto: fingiría ser algún tipo de familiar perdido, al menos hasta que lograra hacer contacto con algún miembro de la familia Black Lestrange, alguien que pudiera ayudarla y alejarla de sus problemas el tiempo suficiente como para que la rubia pudiera apoyarse nuevamente en sus propios pies y ganar galeones.

 

Y quien sabe, tal vez se encontraría con personas interesantes dentro de aquella propiedad. Personas interesantes que, si al demonio tenía suerte, creerían sus mentiras.

 

Una de las blanquecinas cejas de la demonio se arqueo al notar la estrella de ocho puntas dentro de una placa metálica que se encontraba en la puerta de la propiedad, y creyó haber visto el mismo símbolo en otra parte de el lugar. Quizá aquel era el símbolo de la familia, a la Triviani le gustaba.

 

Plantando una dulce sonrisa en sus labios, levanto un puño y le dio tres fuertes toques a la gran puerta, esperando que alguien estuviera en casa.

Editado 8 de Marzo del 2018 por Rhaella