*El Refugio Askar* (MM: B 111055)

[Noah Lockhart]

-Si te gustan?, las traje para ti pero no estaba seguro de si serían de tu agrado o no-

 

comento el Lockhart sonriendo y estendiendo la mano con las flores hacia la hermosa chica, en ese momento se dio cuenta que habia olvidado presentarse con la joven que acompañaba a su prometida, giro en direccion hacia ella curvando levemente sus labios preparandose para hablar mientras pensaba que decirle a la joven, no sabia si era parte de la familia o no, pero intentaria darle una buen impresion a la joven, en cuanto por fin iba a hablar escucho la dulce voz de su amada invitandolos a pasar. El rubio hizo una seña con la mano dando el paso a las señoritas.

 

-Adelante, despues de ustedes-

 

El ojiazul entro despues de las chicas a la casa y siguio detras de ellas escuchando las voces de personas pero sin detenerse hasta llegar al comedor, alli se encontraban Callum, Jeremy y Zoe comiendo, aparentemente ehabían llegado en la hora mas conveniente para cualquier amante de la comida, el sacerdote se acomodo a unos cuantos pasos de su amada y presto atencion a la presentacion de Rachel, parecia que la chica erafamiliar suyo lo cual hizo que el rubio mirara a la joven como si intentara analizarla, cosa que no údo hacer pues de inmediato sintio la suave y tersa mano de su amada entrelazar los dedos con los suyos, el rubio miro sonriendo a su amada y beso su mejilla.

 

-Mi nombre es Noah Lockhart, es un gusto conocerle jovencita-

 

En ese momento en cuanto termino de presentarse vio como una especie de humo se hacia presente y tomaba una forma humana frente a ellos, el espectro hablo preguntando si eran inocentes, el chico no sabia si responder o no ya que el en el fondo se sentia un Askar, -Humm ¿inocencia?, la inocencia es un concepto muy volatil pero si me lo preguntas, no no soy inocente, pero nada hara que me vaya de aqui- comento el ojiazul sin soltar la mano de su amada.

 

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Editado 10 de Marzo del 2018 por Noah Lockhart

[Rachel Ravenclaw]

La Elfina Ereskigal

 

Una elfina de piel tostada, seca y algo agrietada aparece delante de las puertas del Refugio cuando escucha el toc toc, a sabiendas de que su ama estaba ocupada. Llevaba una túnica blanquecina acompañada de un hiyab donde ni si quiera sobresalían sus orejas puntiagudas. Ereskigal tenía cicatrices en su cuerpo, pero era de los pocos elfos en conservar todas sus extremidades, incluyendo la lengua. También, era la jefa de los Elfos Beduinos que vigilaban el lugar.

 

Abre las puertas y ve a una chica que no le sonaba de nada, pero su ama le había dicho que a no ser que las pintas fueran extremadamente llamativas o peligrosas, que dejara pasar a cualquiera sin dilación. Aquel día se suponía ser de fiesta y Rachel quería que cualquiera pudiera visitar el Refugio.

 

—Bienvenida, señorita –dice con un tono de voz áspero- La ama se encuentra en la sala con los invitados. Ereskigal la conducirá con ella.

 

Sin darle muchas opciones, la elfina oriental la guía hacia el comedor donde se encontraba Rachel, Nibiru y los demás Askar e invitados.

 

El fantasma Nibiru

 

El ser traslúcido observa como varios de los presentes eligen ahogar sus palabras en lo más profundo de sus cuerpos. Se habían quedado pasmados viéndola o peor aún, eligieron evadir la mirada como si por no ver el fantasma fuera a desaparecer. A Nibiru solo le entra la risa interna ante tales actitudes. Aunque no todos eran así… Sus ojos se clavan primero en una de las chicas que estaban junto a Rachel. Sentía su miedo, lo podía percibir aun estando más muerta que muchos otros espíritus. No obstante, oye unas palabras llenas de cierto valor. “Tonkk” pensó “Qué nombre” Parecía totalmente segura y atada al refugio.

 

El siguiente en atreverse a hablar es el rubio que más mala espina le daba. Porque lo sentía muy ajeno al lugar, no por otra cosa. Su condición le daba igual; ya sabía lo que era, había estado espiando a la castaña cuando se ponía a hablar de su amor platónico. Era un sacerdote, como Selk. Sus palabras suenan osadas y Nibiru frunce el ceño. Por último, mira a Rachel quien parecía debatirse entre sí hablar o no. En eso, Ereskigal trae a otra jovencita que no pintaba nada en el asunto, pero elige proseguir.

 

—idi***s. La inocencia no es volátil, es tan simple como estar libre de pecado… La cuestión es… ¿Es necesario vivir sin culpas o pecados?, ¿vivir bajo los diez mandamientos? –era un palo importante hacia la matriarca considerando que se las daba de servidora del Altísimo, aunque ahora mismo fuera solo una traidora- Lo importante es; que un Askar vive aceptando las consecuencias de sus actos. No es inocente; acepta y vive con sus pecados.

 

El fantasma se desliza como un flujo ectoplásmico por debajo de la mesa para luego materializarse nuevo junto a la entrada de la sala, muy cerca por donde llegaba la recién llegada.

 

—Si os sentís lo suficientemente osados… Os reto a revisar los secretos del jardín trasero…

 

Y solo quizá entonces, los dejaría dormir por la noche y se ganaría algo su respeto. Dicho aquello, el fantasma desaparece.

 

Rachel Askar Black Lestrange

 

La presencia sorpresiva de Nibiru la había dejado sin palabras. Temió por un momento que le iniciara un show comenzando a insultar a diestra y siniestra a sus invitados. Para su fortuna, se limitó solo a los juegos de palabras para luego resumir en un “idi***s”. Rachel respira profundamente para luego darse media vuelta y ver como el fantasma se marchaba tras dejar el reto en el ambiente. Ciertamente, sonaba algo tentador, ¿qué habría en el jardín de atrás que aún no hubiera visto?

 

Al girarse, se percata de la recién llegada traída por la elfina y le indica con un gesto de su mano que puede retirarse. No sabía cuánto hubiera visto… Tendría que pedir disculpas por lo sucedido como mínimo. Apoya mientras una mano en la espalda de Tonkk al notarla tensa y nerviosa por el fantasma, aunque no era la única, ¿quién no? Rachel solo por costumbre ya no le temía.

 

—Siento lo que acaba de pasar… Nibiru es algo desconfiada con los que recién llegaba –procura decir para luego mirar a la chica- Bienvenida al Refugio, linda, ¿cómo te llamas?

 

La idea del secreto místico en el jardín aún le daba vueltas en la cabeza y no puede evitar intercambiar una mirada cómplice con sus primos. No es como si ya no tuvieran experiencia explorando pasillos fantasmas, bosques llenos de centauros, el amazonas y muchas cosas más.

 

—¿Alguno le interesa ir al jardín?

 

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@@Noah Lockhart

@@Hades Ragnarok

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[Sasha Askar]

Tome un sorbo de café, escuchando al fantasma insultarnos. A pesar de estar muerta no se guardaba nada. Solté una carcajada, dejando la taza en su platito y me puse de pie. Aplaudí con fuerza el espectáculo fantasmal. Mi miedo se había evaporado de momento. Me sentía más segura rodeado de mis extraños parientes.

 

-No se puede vivir sin pecar o transgredir algunos de los diez mandamientos - Dije sin apartar mi mirada del espectro. - El deka logous que menos cumplí fue el noveno. “No consentirás pensamientos ni deseos impuros”. Acepto las consecuencias de mis actos y viviré en pecado hoy y siempre. Como buen Askar.

 

Era una gran confesión para darla frente a toda mi nueva familia, pero tenía necesidad de que supieran algo de mí. Mire a mi madre y cerré un instante los ojos al sentir su contacto cálido en mi espalda. El fantasma ya había dicho que les tenía alguna especie de trampa en el jardín. Sólo debían ir a caer en ella.

 

Me mordí el labio pensando en que debíamos pagar el derecho de piso que quería el fantasma. Respirando hondo metí la mano en mi chaqueta de cuero y saqué mi varita mágica, con un movimiento saque chispas Rojas de su punta. Estaba tan feliz de usarla otra vez. Aunque fuera para caer en alguna trampa de fantasma desquisiado.

 

-Hagámoslo, madre -dije y luego mire a Noah - Vayamos al jardín.

 

Me puse al lado de mi compañera de curso. No me había percatado que me era conocida hasta que la mire más de cerca. No podía olvidarme de ese cabello casi blanco y esos ojos verdes, además de su palidez, que me traía malos recuerdos. Quite eso de mi mente de momento, no podia volver a caer al pozo.

 

-¿Te ánimas, Rubia? - Le dije desafiante con una sonrisa de pura maldad.

Editado 12 de Marzo del 2018 por tonkk

[Zoella Triviani]

Me sentía un poco fuera de lugar ahora que Nibiru había aparecido, no terminaba aun de acostumbrarme al hecho de ver fantasmas merodeando por ahí como si fuera algo normal. Viendo a un costado como una elfina llegaba junto a una pequeña bruja de cabellera blanca la cual aun no lograba visualizar del todo. Decido mantenerme callada al escuchar las palabras de Nibiru terminando de tomar mi té. Girando a ver a los demás abro mis ojos exageradamente logrando identificar a la bruja que entró de ultima, resulta ser aquella muchacha con quien me crié parte de mi infancia. Manteniendo mi compostura decido hacerme la vista gorda y seguir como si nada.

 

- ¿Hay que ir al jardín entonces? - Me levanto dispuesta a seguir las instrucciones de aquel espectro. Viendo las cosas desde otro punto esta situación me hubiese dado risa sin haberla experimentado, pero saber que aquí se encontraba posiblemente la hija sanguínea de Candela me ponía los vellos de punta.

 

A la espera de que los demás tomaran alguna decisión decido analizar más detalladamente el comer, estaba rodeado por unas paredes llenas de unos cuantos cuadros y poseía una hermosa lampara de araña colgando del amplio techo haciendo que en mi mente se reprodujera aquella canción muggle Chandelier. Este lugar me hacia recordar un poco a la casa donde viví el poco tiempo que Candela me acogió en Italia. Girando decido analizar mas detalladamente a Rhaella, para intentar ver algún indicio que me diera toda la certeza de que era ella. Me daba curiosidad el porque de su aparición en el refugio de los Askar, al menos espero logrará conseguir donde hospedarse o algo, sabia lo desagradable de vivir en las calles como si de un vagabundo se tratase.

 

 

 

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[Noah Lockhart]

Nibiru la fantasma parecía no ser de las que se quedaban con lo que pensaba pues solo duro unos segundos en silencio hasta que volvió a hablar con un insulto por delante, esos insultos y la manera en que hablaba aquel fantasma simplemente le recordaba a la señora black o por lo menos a su retrato el cual siempre daba una “cálida bienvenida” en el grimmauld place, aun recordaba la sarta de insultos que le dio cuando entro por primera vez en aquella casa. No creía que algún dia pensaría aquellas palabras, pero agradecía pasar por eso cada vez que visitaba la casa pues de esa manera había hecho que su carácter se fortaleciera que nada pudiera asustarle.

 

El chico se quedó por un momento mirando al fantasma solo tomando la mano de su amada hasta que escucho las palabras de tonkk, cuando termino de hablar con Nibiru el chico con voz suave se dirigió al fantasma -Ah eso, pues aunque mi naturaleza sea la de un sacerdote he de decir que no estoy libre de pecados , si nos dejáramos guiar por ese tipo de “reglas” nuestra vida seria muy aburrida y desde mi punto de vista eso no seria vida, solo seria no estar muerto lo cual no es lo mismo-, el fantasma luego de la charla siguió su camino.

 

El ojiazul acaricio la mano de su amada y la miro sonriendo, hacia mucho que no la veía y estaba feliz de poder estar con ella en especial porque no tenia mucho trabajo lo cual significaba que podría pasar la noche en el refugio. Escucho la suave y aterciopelada voz de su amada disculpándose, con una sonrisa y sin soltar su mano comento -Tranquila amor, creo que a todos nos hizo gracia o por lo menos no veo que a alguien le hayan molestado las palabras de Nibiru..- el chico guardo silencio al ver a la chica que recién llegaba, no le parecía para nada conocida pero seguro que si buscaba a Rachel debía ser familiar suyo.

 

El chico escucho la pregunta de su amada, algo dentro suyo decía que no fuera al jardín con los demás quizás era la poca cordura que tenia hablando y evitando que le pasara algo, pero su curiosidad era mas fuerte y le decía que fuera, nunca temía a las aventuras y estaba seguro que seria divertido ir a investigar con todos, los labios del Lockhart se separaron levemente preparándose para responderle a su prometida, pero justo antes de que lo hiciera Tonkk respondió animada llamando madre a Rachel, el rubio estaba que no se lo creía, el chico no dijo nada solo se quedó allí parado en su lugar observando a las chicas y tratando de saber porque el aura y voz de aquella chica que había llegado le resultaban tan familiares.

 

@@Rachel Ravenclaw

[Rhaella Triviani]

-Esta... bien.

 

Aunque en su rostro no se mostrara mas que la dulce sonrisa falsa aun dibujada en sus labios, la Triviani estaba sorprendida. Sorprendida de que aquella elfina que le había abierto la puerta, y a la que estaba siguiendo en ese momento en dirección a la sala, la hubiera recibido en el lugar así sin mas, sin preguntarle su nombre o la razón de su visita. Con la vista fija en la parte trasera de la cabeza de la pequeña criatura, la demonio se pregunto si aquellas habían sido las ordenes de su ama. No sabia si debía de estar contenta de que aquello hubiera sido mas fácil de lo que había creído o alerta, después de todo ¿quien dejaría que un completo extraño entrara a su hogar así?.

 

Su sorpresa solo creció al entrar en la sala.

 

Alzó una ceja en dirección al fantasma, la dulce sonrisa con la que había entrado a el lugar había desaparecido, siendo remplazada por una mueca desafiante. La rubia no se había equivocado al pensar que aquel era un lugar interesante.

 

-Es imposible vivir sin culpas y pecados. -soltó.

 

No debió de haber abierto la boca, estaba ahí para jugar el papel de una inocente y callada chica en busca de su familia perdida, no necesitaba la atención que aquellas palabras le otorgaron. Pero no había podido contenerse.Carraspeo mientras sus ojos iban a dar con los demás allí presentes.

 

Le dedico una sonrisa de inocencia a la castaña de ojos avellanas, casi en forma de disculpa pues no sabia nada acerca de aquella mujer, no sabia si sus palabras la habían molestado de alguna forma.

 

-Mi nombre es Rhaella. -respondió con simpleza, esperaba que la castaña no preguntara por sus apellidos.

 

Fue entonces cuando sus ojos se posaron en una cara conocida, había esperado no tener que volver a ver a Zoella Triviani en algún tiempo. Una blanquecina ceja se alzó de nuevo, y la sonrisa que le dedico a la chica de el largo cabello oscuro no fue una de inocencia, si no de desafió. Se preguntaba como reaccionaria la chica al enterarse de que aquella rubia que había arruinado su inmaculada blusa blanca con licor semanas atrás era en realidad su hermanastra. Se pregunto si ya lo sabia.

 

Lucho por no dejar escapar una risa de sus labios al observar la reacción de Zoella, la pobre chica parecía querer escapar de allí. <<Tranquila, eres familia. no voy a hacerte daño.>> quería decirle.

 

La atención de la oji verde paso a una chica de claro cabello castaño cuando esta le hablo. La recordaba de sus clases de Hogwarts, pero no sabia su nombre, ya que no habían cruzado palabra alguna hasta ese momento. Escondió una mueca cuando la chica la llamo "rubia", pero decidió que no era buena idea abrir la boca otra vez, ya había llamado mucha atención a su persona.

 

Al escuchar el reto de el fantasma, la Triviani solo se encogió de hombros y con una ultima mirada en dirección a Zoella, fue la primera en encaminarse hacia el jardín.

Editado 15 de Marzo del 2018 por Rhaella

[Jeremy Triviani]

El vampiro ya no podía seguir tan tranquilo tomando el café y comiendo la exquisita torta. Ni habían empezado a conocerse familiarmente y la fantasma ya estaba insultándolos, la joven de pelo castaño era la “nueva” hija de Rachel y había una extraña de pelo blanco llamada Rhaella que decía que vivía en pecados y sin culpas.

 

Para más asombro del rubio, de todo lo que estaba pasando tras el desafío de Nibiru, las tres jóvenes y Noah estaban más que dispuestos a ir al jardín trasero a ver qué pasaba por allí. Sin embargo él no estaba tan seguro que fuera una buena idea. Se levantó de su silla y golpeó el hombro de su hermano para que lo siguiera.

 

-Tenemos que ir al jardín ¡Levántate! Nibiru quiere matarnos fuera, para que el olor de nuestros cuerpos putrefactos no inunde El Refugio.

 

En el camino hacia donde estaban parados los demás, sacó de la cintura del pantalón la varita mágica. Por lo menos ahora que había aprobado Hogwarts tenía derecho a usar unos cuantos hechizos más que antes. Con disimulo se acercó a Rachel.

 

-¿Tu hija? ¿Cómo es eso? - le pregunto en susurros cerca del oído para que nadie pudiera oír - Muero de curiosidad.

 

Se alejó antes de que Noah se tómara a mal el acercamiento. Todavía no era la hora de empezar a hacer escándalo familiar. Aunque tenía claro que eso no tardaría en llegar. Se puso frente a las chicas y empezó a caminar por donde pensaba que se salía al jardín. Luego se detuvo y se le ocurrió una idea.

 

-¡Elfo! Guiamos hasta el jardín -le ordenó a uno de los elfos beduinos que había servido el banquete.

 

El rubio más relajado se dispuso a seguir al elfo, colocándose casi a la par de la chica platinada la observó con atención y noto que tenía ojos muy verdes, que llamaban la atención. Luego descendió su mirada y frunció la ceja.

 

-Soy Jeremy Askar Triviani -le dijo con educación dándole la mano - ¿Quién diablos eres?

 

 

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[Rachel Ravenclaw]

 

Más que Nibiru, se siente nerviosa y acojonada por las miradas de los demás debido a la presencia de Tonkk. Aunque Noah no le saca el tema y solo le dice que se tranquilice por lo del fantasma, casi podía sentir, ver, en sus ojos… la incertidumbre sobre lo que estaba pasando. Se paraliza un instante cuando Jeremy le susurra en el oído sobre el mismo tema, él no se cortaba, iba al grano. Se sentía culpable, había demasiadas cosas que le estaba ocultando a su familia. Quizá había sido bueno la intervención de Nibiru… ahora tenía un tema con el que pasar página.

 

Elige no decir nada y caminar de manera autónoma mientras aún miraba fugazmente a la persona recién llegada. Decía llamarse Rhaella, no la conocía de nada o no la recordaba en esos momentos. Para ser un invitado aleatorio aún aguantaba perfectamente que hubiera llegado un espectro de la nada a darles una bonita invitación a posibles infiernos. Tenía agallas… ¿sería otro familiar perdido? Lo que sí sabía era que todos, en mayor o menor medida estaban dispuestos a acompañarla al jardín. Jeremy parecía el más indeciso pero afronta la propuesta como todo un Askar hecho y derecho.

 

—Tranquilos. No creo que sea nada malo –les dice mientras los miraba y caminaban por el pasillo de paso haciendo un poco de tour por la enorme construcción.

 

Llegando al hermoso y aromático jardín trasero entrelaza sus dedos y vuelve a mirar a Rhaella.

 

—Siento lo que acaba de pasar –se disculpa nuevamente- ¿Vino a visitarnos en nuestro primer día en Ottery, señorita Rhaella?, ¿o vino a solicitar algo? Sí es eso último, espero que tenga paciencia a que terminemos de averiguar qué quiere el fantasma. Sí es lo primero… -sonríe levemente- Bienvenida a las excentricidades de Oriente Medio.

 

Parecía que mientras había estado en la cocina asegurándose de que todos los dulces estuvieran listos, el hermoso sol que hasta hacía unas horas había estado brillando en esos momentos estaba oculto. Nubes grisáceas cubrían el cielo, pero al menos no estaba lloviendo en esos momentos, había mermado. La tierra estaba húmeda y las plantas portaban las gotas cristalinas. Era el olor a lima mezclado con tierra mojada, muy tranquilizador para la Askar.

 

No estaba muy segura qué estaban buscando. Ella pensaba que Nibiru les estaría esperando allí, pero se equivocaba. Cuando llegan al fondo del jardín, es entonces que la Black Lestrange, que hasta esos momentos no había revisado tan a fondo el Refugio, descubre una especie de tumba entre la maleza. Bajo hiedras, polvo y hojas caídas, había una construcción de piedra similar a un ataúd no enterrado.

 

—¿Pero qué es esto?

 

Llegando delante, pasa sus manos por sobre el ataúd para arrancar las plantas y tirar las hojas. No parecía poder abrirse ya que no tenía en sí una “tapa”, estaba sellado. Pero encima del cemento descubre un grabado en profundidad sobre la piedra. Era un círculo con una estrella de ocho puntas y dentro de este a su vez, una mano abierta con los cinco dedos extendidos tocando la circunferencia. No había color ni nada, solo eran líneas talladas en el material. Abajo había, de la misma manera, una frase en árabe egipcio. Aunque no dominaba la lengua, entendía ligeramente.

 

—Aparece bajo las estrellas, desaparece bajo el poder… -lee ensimismada.

 

El silencio se arma por un instante ante aquel enigma y objeto misterioso hasta que una luz aparece en la cabeza de Rachel.

 

—Abzu –llama.

 

Un elfo con turbante y lleno de cicatrices aparece. Como con los otros elfos, su piel parecía seca y sus orejas simulaban estar a punto de quebrarse. Aunque lo más particular de Abzu era que no tenía lengua, se le había sido cortada por bandidos en la cruel travesía del desierto, según le había contado Nibiru. No era el único de los elfos en esas condiciones, las ocho criaturas presentaban deficiencias siendo Ereskigal la que mejor había quedado. Abzu, se reverencia ante ella pero no dice nada.

 

—Tráeme la placa familiar de la entrada, por favor. La que está en las verjas.

 

El elfo asiente con la cabeza y desaparece para luego reaparecer a los segundos con la placa dorada y redonda entre sus manos. La castaña coge la placa y la apoya sobre el grabado siendo esta del mismo tamaño que la circunferencia. En ese momento, la extraña tumba tiembla y comienza a moverse hacia un lado revelando no ser un ataúd, sino una extraña puerta secreta que revelaba unas escaleras subterráneas hacia un túnel de antorchas que se encienden solas.

 

Maldita Nibiru…

 

¿Cómo no lo había adivinado antes? Sabía que la enorme edificación destacaba por sus extraños pasadizos y escondrijos. No tanto porque los Askar antiguos sintieran una necesidad impetuosa de querer complicarse la existencia con los caminos y las recámaras, pero sabía que los antiguos maestres habían dado cobijo al Círculo de Ishtar durante años. ¿Se trataría de algo parecido o tan solo de un escondite familiar? Eso tendrían que averiguarlo. Olvidándose que los demás estaban con ella, Rachel comienza a bajar las escaleras iluminadas por las antorchas mágicas y mira que las paredes de piedra tenían jeroglíficos egipcios.

 

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[Jeremy Triviani]

El vampiro escucho lo que Rachel les decía mientras los guiaba hacia el jardín. Evidentemente conocía el lugar a la perfección. Lo primero que hizo al salir fuera fue observar el cielo plomizo y deambular por allí buscando a Nibiru. No se alejó mucho de los demás por las dudas que alguno sufriera un ataque inesperado.

 

-Creo que Nibiru juega con nosotros -Dijo frunciendo las cejas.

 

Escuchó a su prima encontrar algo y se apresuró a ir a ver. La ayudó en arrancar algunas plantas, hasta que la tumba quedó liberada por completo. Al ver el dibujo grabado y las palabras escritas, el rubio pensó que ya no pasarían de allí. Se equivocó dado que la matriarca descubrió la forma de entrar allí.

 

-¡Buen trabajo! -Agregó silbándole con una sonrisa, cuando el maltrecho elfo le entregó el objeto y ella pudo abrir la compuerta.

 

Jeremy se quedó mirando las escaleras un segundo. Quiso agarrar a la castaña para hacer un plan, pero está ya estaba descendiendo. Así que el el vampiro la siguió detrás. No podía dejar sola a la bruja, no después de que le debía una explicación.

 

-Ten la varita preparada - le recomendó, mientras escuchaba que los demás se ponían en movimiento.

 

Al llegar al final de la escalera, se encontraron con una pequeña habitación no demasiado grande. Lo que más destacaba de allí abajo era una arcada en forma de puerta sellada, con una especie de líquido que no dejaba ver detrás de ella. A un costado había un altar de piedra, que contenía en su superficie una vasija.

 

El vampiro se acercó a la vasija y pudo notar como sus sentidos empezaban a agudizarse. Sus colmillos empezaron a descender, al oler el penetrante olor de la sangre que inundaba el lugar. Las pupilas del Askar pronto se agrandaron oscureciendo sus ojos. La transformación fue completa a vista de los demás.

 

No pudo hacer nada, su rabia empezó a bullir y imágenes pasaban con rapidez frente a sus ojos. Llegó a captar una en particular de un hombre cortándose la mano y depositando la sangre en la vasija para luego traspasar sin problemas la arcada.

 

-Tenemos que cortarnos para pasar -Les explicó a los demás, tratando de controlar su mente que empezaba a muéstraselos como comida.

 

El vampiro se dio cuenta que el altar tenía un aura poderoso que al acercarse para depositar la sangre, dejaba en evidencia tu ser interior. “Mátalos a todos, cariño” escuchó las palabras en su mente “Hazlo o ellos acabarán contigo. Ella ya empezó mintiéndote…”

 

-¡Nooo lo haré! -rugió el vampiro con decisión a esa voz femenina, que solo él escuchaba.

 

Mordió su muñeca con fuerza hasta cortarse la vena, salpicando el piso polvoriento y manchando se el rostro con el primer chorro de sangre. Luego estiró el brazo y dejó que la mano derramará su sangre en la fuente. El rubio sonrió mostrando los colmillos y la cara manchados de rojo, a los demás.

 

-Nos vemos del otro lado - Les dijo y traspasó la arcada a velocidad.

 

 

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[Zoella Triviani]

Siguiendo a todo con un poco de recelo hacía el jardín paso a un lado de mi hermanastra ignorándola, era extraño volver a toparme con ella después de nuestro peculiar encuentro hace unos días, deseaba hablar con ella pero sabía que no era el momento y no quería armar un lío frente a Nibiru que me ponía los vellos de punta. Saliendo por la puerta que guía al jardín se ve un amplio espacio cubierto por arboles y diferentes plantas, olía a pasto húmedo cosa que me agradaba y el cielo estaba más oscuro de lo que recuerdo, el lugar se veía algo tétrico y sombrío, avanzando través del camino de rocas que guiaba al final del jardín todos se detienen a observar algo en el piso.

 

Parándome a atrás de Jeremy que se encontraba arrodilladlo junto a Rachel quitando la maleza que obstruida lo que parece una tumba me cruzo de brazos viéndoles bajo la luz de las oscuras nubes, quitándome una hoja del cabello escucho como llaman a un elfo y al el irse nos sumergimos en un gran silencio, al rato trae la placa familiar que se observa en la entrada, cuando la pone sobre el grabado del que creo es el monumentum funerarium una puerta se abre mostrando unas escaleras que llevan a quien sabe dónde, sintiendo un escalofrió por toda mi espina dorsal siento al rubio a mi lado bajar después de Rachel y no queriendo alejarme mucho de él decido bajar después de perderle de vista.

 

Sacando la varita de mis botas y manteniéndola en mano como escuche decirle a mi primo diciendo hasta encontrarme en lo que parecía una habitación donde se encontraban algunas especies de piedra rosetta con una escritura egipcia y jeroglíficos decorando las pareces, veo como una gran puerta sellada está al final del pequeño lugar.

 

Sintiendo un fuerte mareo y empezando a sentirme bastante sedienta todo mi cara y suspiro mientras empiezo a tomar mi forma vampira, no entendía la situación del todo pero pasando mi lengua puntiaguda por mis ahora resecos labios sintiendo mis colmillos y mi cuerpo un poco más liviano de lo normal, sabía de sobra que mis ojos estaban todos negros debía a mi vista un poco oscurecida, el lugar olía bastante a sangre lo cual me llevaba a ir hasta la puerta tocándola por todos lado para poder pasar y llegar hasta aquel olor que me tenía hambrienta,

 

Sintiendo la fuerte necesidad de traspasar la puerta me alejo con intensiones de buscar alguna otra entrada hasta ver de reojo como Jeremy muerde su mano y empieza a fluir sangre de entre su mordida dejando caer algunas gotas en aquella vasija que tenía en frente. Pasando mi mano por una de las orillas de la roca me acerco de manera apresurada y apretando mi mano para que salga la espesa sangre de mis venas y caiga en la vasija. Apresurando mi paso y atravesando la puerta sellada con rapidez me topo con un largo y oscuro pasillo el cual sin esperar a nadie atravieso a toda velocidad.

 

 

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