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Rachel Ravenclaw
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Las palabras que le dirigí a mi madre, había provocado alguna reacción a los hombre de la familia. Mire hacia abajo arrepintiéndome de haber metido a la matriarca en apuros. No podía mantener la boca cerrada. Desvié la vista a Rhaella que no me había respondido y que parecía no querer hacerlo. Así que me aleje un poco para darle espacio. Mire como todos se ponían en movimiento y me quedé detrás cerrando la caravana que terminó en un hermoso jardín.

 

El rubio bestial se puso a buscar alguna cosa, mientras mi madre recorría el lugar buscando alguna cosa que destacará. Aproveche para mirar al cielo gris y cerrar los ojos, inhalando los olores que solo la lluvia hacía revivir. Mi mente se desconectó un momento de toda la búsqueda, disfrute sentir la suave brisa recorriendo mi cuerpo y moviendo mi cabello, el cual libere de su colita para que fluyera libremente. Sin abrir los ojos estire mis manos al cielo queriendo volar y volar, para nunca regresar.

 

Un ruido interrumpió mis pensamientos y volví a ser yo, en el planeta tierra. Abrí los ojos para ver que mi madre y la bestia seguidas de cerca por los demás que bajaban por una abertura. No espere mucho, los seguí atrás. Era justo que si me abrieron las puertas de su casa y me invitaron a estar con ellos, debiera morir con ellos también si las cosas salían mal. Mientras bajaba la escalera de piedra, pude ir tocando la pared con los jeroglíficos. Un pajarito, un ojo, un pie, un brazo iba mirando a medida que bajaba hasta que me detuve al notar que una de las pinturas dibujadas podía ser la misma Nibiru.

 

-Te pille, fantasma -Dije apenas sonriendo, acariciando el dibujo antes de seguir mi camino y volver a juntarme con el grupo. Abrí grande los ojos de la impresión al ver a la bestia convertido en lo que yo más temía. Mi cuerpo se paralizo, mi corazón empezó a latir desbocado dentro de mi pecho. Apenas me acordé que tenía en mi mano la varita, ya que estaba temblando y apenas podía agarrarla.

 

Me aleje instintivamente hacia la escalera, pero la bestia después de unas dramáticas palabras y una sonrisa bañada en sangre, desapareció por la puerta. Casi al mismo tiempo Zoella la chica que me pareció amistosa en el comedor, también empezó a sufrir una transformación que dejó al descubierto lo que era. Ella busco tocando todo la forma de pasar antes de entregar su sangre al jarrón y desaparecer a nuestra vista.

 

-Madre, si me transformo en algo, mátame, por favor- Le dije con miedo, mucho miedo. No quería hacerlo pero respirando profundo camine al altar donde estaba el jarrón. Pude ver que tenía unas palabras escritas en un idioma extraño. Mi mente desvariaba, acaricie la áspera piedra fría del altar y mis dedos se encontraron con un cuchillo antiguo. Supuse que sería la daga para cortarte, el idi*** de la bestia no lo había visto, o prefirió lo más salvaje arrancándose un pedazo de carne.

 

Empecé a sentir un malestar muy profundo, mi vista se nublo casi por completo y me sostuve del jarrón para no caer al suelo. Sentía un gran fuego en mi vientre, de hecho arcadas llegaron a mi boca y no pude evitar escupir sangre dentro de la vasija. Sentí el asqueroso gusto de metálico de la sangre en mi boca lo que provocó más arcadas. Mis ojos se llenaron de lágrimas, porque empecé a sentir viva la dolorosa presencia, que se movía dentro de mí.

 

Con una gran bocanada de aire y siguiendo con las arcadas que me atacaban, sin dejarme respirar con normalidad, corrí para pasar por la puerta. El frío que sentí al traspasar el halo que mantenía la puerta cerrada a extraños. Había calmado casi por completo mi malestar. Pero estaba en un pasillo oscuro. Decidí esperar a los demás, no quería quedarme con dos vampiros a solas.

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La Triviani siempre había considerado ser una buena actriz. Toda su vida había estado llena de mentiras y engaños, después de todo, así que tuvo que aprender a vivir en ese tipo de ambiente, pero nunca le había gustado hacer el papel de chica inocente, y ahora, cansada de tener que lidiar con todos los problemas que habían surgido desde su llegada a Londres, tal vez estaba simplemente cansada. Tal vez por eso no pudo evitar la mueca torcida que se dibujo en sus labios al escuchar el nombre completo de el rubio que se encontraba a su lado.

 

Lo que le faltaba. Otro Triviani.

 

Sus verdes ojos rápidamente viajaron a Zoella, la cual parecía seguir queriendo evitarla, ¿acaso sabia ella que Jeremy era un familiar también?.

 

La rubia estrecho la mano que Jeremy le ofreció, la gran sonrisa volviendo a su boca.

 

-Soy una amiga de Zoella, ¿no es así? -pregunto la Black Lestrange, lazando una mirada dulce en dirección a su hermanastra. Desafiándola a decir lo contrario. Después, se dirigió a la castaña cuyo nombre todavía no sabia- Tan solo vengo a visitar este hermoso lugar. ¿Puedo preguntar cual es tu nombre?.

 

No tardaron en llegar a el Jardín, y fue al ver las escaleras escondidas en aquel ataúd que la demonio se empezó a preguntar en que demonios se había metido. ¿Porque estaba bajando aquellas escaleras con esas personas a las que no conocía de nada?.

 

Por un momento, la Triviani quiso acercarse a su hermanastra. Pero no lo hizo.

 

-Como dije, un lugar hermoso. -suspiro sarcasticamente.

 

Si bien "hermoso" no era la palabra correcta para describir aquel lugar secreto, "interesante" si que lo era. Se entretuvo viendo los jeroglíficos que adornaban las paredes por unos momentos, mientras los otros averiguaban como traspasar la puerta. Cuando volvió la mirada a su hermanastra de nuevo, un pequeño ruido de asombro abandono sus labios... ¿un vampiro? ¿Seria aquella la razón por la que.....?

 

No. No iba a pensar en eso.

 

Se acerco con paso decidido a la vasija, con la varita ya en sus manos. Y con un suave movimiento de varita apuntado a la palma de su mano, hizo que un pequeño corte apareciera. Rápidamente, la demonio dejo que su sangre cayera en aquella vasija y se juntara con la de los demás.

 

Una vez en el otro lado, se dirijo hacia Zoella.

 

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Rachel caminaba cerca de Noah mientras miraba las paredes llenas de grafitos antiguos. No pudo evitar clavar la mirada en la extraña y vieja ilustración que Tonkk había encontrado, sería… ¿Nibiru? Lamentablemente, no sabía leer egipcio antiguo por lo que si había instrucciones, historias o advertencias… no las sabría interpretar. Lo peor es que no recordaba que alguno de los presentes fuera experto en idiomas. Tendrían que jugársela y usar sus instintos.[/size]

Llegan entonces a una pequeña recámara antigua de piedra amarillenta de lo envejecida que estaba. Antorchas iluminaban la sala y se podía ver una extraña arcada con un fluido misterioso que bloqueaba el paso. Cerca, un altar con una vasija. Tan solo habían bajado y ya se encontraban con un reto. Para su sorpresa, es Jeremy el primero en dar pasos adelante y resolver el enigma con una grotesca demostración. La paladín, con su agudo sentido de la percepción, pudo sentir la magia maligna de esa cámara y se estremeció cuando vio a Jeremy y Rhaella sufrir extrañas mutaciones.

Niega con la cabeza ante las palabras de Tonkk cuando le pide aquel favor.

—Nunca podría hacerte algo así. Tranquila, todo saldrá bien…

En algún momento, cuando la castaña se quiere dar cuenta, queda sola con Noah, pues todos los demás Askar e invitados supieron seguir adelante. Era un momento incómodo, no tanto por la prueba, sino por quedarse a solas con el sacerdote luego de la extraña aparición de su hija.

—Te prometo que te lo contaré con calma… -junta sus índices- No creo que sea buen momento de contar mis desventuras en el pasado.

Y tomando su mano decide cruzar la arcada con él a la vez. Cada paso que daba al frente era un suplicio, sentía a Fighter querer colapsar su mente de un momento a otro y eso que no estaba presente en realidad. Rachel no tenía ningún ser extraño habitando en su interior, mas en esos momentos sentía como si él estuviera allí. Por un momento sus ojos se vuelven amarillos cuando se acerca a la vasija y rozando la palma de la mano con el cuchillo deja caer algo de su sangre. Automáticamente, entra corriendo a la arcada llegando a otra recámara.

Sin pensar en nada más la primera palabra que le sale es: ¡Tonkk! Y corre junto a ella tomando su mano con la suya sana, preocupada por su bienestar.

—¿Estás bien?

Estaban en una extraña sala solo había dos entradas, una al este y otra al oeste. Luego en las paredes solo había más jeroglíficos inentendibles. Por si fuera poco, una voz femenina reverberante suena por toda la sala al mismo tiempo que con un ligero temblor que duraba solo unos segundos, caía un poco de polvo del techo; parecía que lo hubiera provocado la misma voz.

Dos caminos; un solo objetivo. Un gran tesoro aguarda al final de esta gruta de secretos, ¿quién será coronado como el más osado al llegar hasta el final? –Nibiru.

La voz del fantasma desaparece sumiendo todo en un profundo silencio. Los estaba retando a descubrir lo que estaba allí oculto, pero no iba a ser sencillo.

—¿Nos dividimos en dos grupos o vamos todos por uno…? Y si es así… ¿En cuál?

A ella le gustaba más siempre el camino de la izquierda, por una cuestión personal, no había fundamento alguno para ello. Lo que no estaba segura; era si convenía separarse o no.


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@@Noah Lockhart Editado por Rachel Ravenclaw

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Mi corazón golpeaba con fuerza, los zumbidos en los oídos hacía que sintiera cada latido como un golpe fuerte multiplicado por cien. Me sequé el sudor que empezaba a formarse en mi frente coronando la ansiedad que crecía lentamente. Cerré los ojos e inhalé tratando de calmarme. Había ido voluntariamente a las catacumbas no era momento de abandonar. No podía vivir mi vida siendo una cobarde.

 

La rubia pasó por mi lado al cruzar la arcada como una brisa fresca, llegue a verla porque abrí los ojos al sentirla, su olor me gustaba. Había algo de misterio que rodeaba a esa joven mujer lo que despertaba mi curiosidad. El aire del pasillo era viciado y podía notar el encierro de los años que nadie pasaba por allí. jeroglíficos marcaban las paredes con mensajes ocultos, por una lengua perdida.

 

Nibiru los protegería, estaba convencida de eso. En el fondo de mi alma rota sabía que la fantasma no dejaría que su descendencia muera de forma tan cruel. No sabía los demás, pero yo había cumplido con creces las cuotas de dolor para una vida entera. Dejaría lo demás en deuda para la siguiente. Si es que llegaba a volver. Sinceramente esperaba que no. No lo soportaría.

 

Mi madre y su prometido cruzaron juntos a la par la arcada, y pude notar la preocupación de mi madre en sus ojos grisáceos. Tomo mi mano y el calor de su contacto, me dieron ganas de llorar desconsoladamente en su hombro, un nudo se me quedó formado en la garganta. Pestañee para borrar toda huella de lágrimas.

 

-Yo… -carraspee para aligerar mi carga - Estoy bien, madre - apreté su mano para darle más énfasis a mis palabras.

 

Una voz retumbó por toda la sala, provocando que hilitos de arena llovieran del polvoriento techo. Me acerque a uno de los hilos y puse la palma de mi mano boca arriba, interrumpiendo su recorrido al suelo. Logre juntar un montoncito de granos arenosos. ¿Sería arena antigua? ¿De la época donde Nibiru estaba en su esplendor? No tenía idea pero lo averiguaría. Me gustaba investigar cosas sin sentido.

 

-Llegaremos más rápido al final sí nos separamos -le dije a mi madre, cuando la voz por fin terminó de hablar y ella hizo las preguntas. Me guarde la arena en el bolsillo de mi chaqueta y limpiando mis manos en el pantalón - Somos seis así que podemos ser tres y tres.

 

No tenía intención de separarme de mi madre así que me coloque cerca suyo. Iría con ella y seguramente su prometido que estaba muy callado. Lo miré de reojo y no pude notar a simple vista si estaba asustado o solo pensaba que era mejor el silencio. Le toqué apenas el brazo para llamar su atención.

 

-¿Vendrás a protegernos, Noah?

Editado por tonkk

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  • 2 semanas más tarde...

Jeremy no perdió mucho tiempo más debían salir de las catacumbas o encontrar lo que sea que Nibiru les estuviera guardando al final del camino. Miró a Zoella y Rhaella y decidió ir con ellas por instinto, eran dos hombres junto con Noah, así que bien podían proteger uno a cada grupo de mujeres. Aunque estaba seguro que podían desenvolverse bien por su cuenta cada bruja.

 

-Nos vamos por la derecha -Dijo limpiándose un poco la sangre de la boca.

 

Ya sus efectos de vampirismo habían acabado, solo dejándolo con un ganas de tomar sangre, pero eran controlables de momento y no era lo más importante. Apretó con los dedos los ojos, para quitar restos de arena que se había llevado puesto al detenerse luego de cruzar la arcada. Sus pupilas volvían a estar normales mostrando su iris azul y los colmillos volvían a estar de su tamaño habitual.

 

-Zoella y Rhaella vengan conmigo, mantengan las varitas en alto -Les dijo y antes de irse miró a la castaña - Nos vemos del otro lado, procura no matarte en el camino.

 

Sin más vueltas, el Askar se adentró por el camino derecho. No se volteó a mirar si las brujas lo seguían, daba por descontado que así sería (¿Verdad?) la temperatura y la luz bajaba a medida que se adentraban por el largo pasillo. Podía oler la humedad del ambiente; le resultó muy raro, aunque no esperaba gran cosa de un túnel en las profundidades de una tumba.

 

-Lumos -Dijo prendiendo su varita para iluminar el camino - ¿Escuchan eso?

 

Se oía a lo lejos un ruido de agua burbujeante. El vampiro frunció la ceja cada vez más confundido con todo eso. “Rachel y sus refugios 100% seguros” pensó con bronca hacia la matriarca que vivía de secreto en secreto. No confiaba en ellos lo suficiente por lo visto. Un ruido de fractura lo hizo detenerse. Se dio la vuelta a mirar a sus compañeras.

 

-Puede ser… -No llego a terminar ninguna frase, el piso donde estaban parados se los tragó.

 

 

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Sentía cierto desespero en mi interior, ya del otro lado cuando me tope con ambos pasadizos decidí detenerme e intentar calmarme Zoella concéntrate, vamos tu puedes. Esto es solo un episodio no puedes darte el lujo de que te domine lo que sea que Nibiru esta implantando en el lugar >> Me repetí varias veces aquello, debía mantener la calma y concentración si quería salir de esta. Sentía mi cuerpo y ser agitado, respiraba con bastante velocidad y sentía como las glándulas de mi garganta salivaban más de lo que normalmente hacen.

 

 

 

Me encontraba recargada de mis rodillas, calmándome (o haciendo el intento) cuando siento dos presencias a mi lado. Escuchando a Jeremy lo distingo como uno de los hechiceros junto a mi, abrí mis ojos para incorporarme, pero todo tembló haciéndome soltar un gruñido y cerrarlos nuevamente.

 

 

Haciéndole caso al rubio saco mi varita y manteniendo la en mano lo sigo a el y Rha a paso lento, era la ultima de los tres y sentía el lugar bastante sofocante, y escuchaba un fuerte pitido en mi oído derecho - Lumus - Dije imitando a Jeremy mientras nos adentrábamos por el pasillo sumergidos en la oscuridad.

 

 

Deteniéndome abruptamente al escuchar a mi derecha una especie de Crack les grito - ¡Deténganse! - Pero ya era tarde, los tres íbamos cayendo por un gran orificio que se abrió en los suelos, haciéndonos llegar a un cuarto sin puertas donde las cuatro paredes estaban llenas de escritura antigua.

 

 

 

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Editado por Zoella

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El fantasma les había hecho un reto, un reto que no pensaba ignorar, no sabia que les esperaria pero como siempre su curiosidad era mas fuerte por lo cual desde ese momento comenzaba a imaginar que les tendría preparado aquel fantasma, estaba tan inmerso en sus pensamientos que no había prestado atención suficiente al hecho de que la chica que estaba hablando con su prometida cuando el llego, la había llamado "madre".

 

Estaba ansioso, hace apenas unos dias había terminado su entrenamiento con magia uzza y ya queria ponerla a prueba en una situación real, pues después de todo aquella vez había sido rn un lugar controlado. Tomado de la mano de la castaña salio de la casa siguiendola hasta el jardin trasero, el chico se sentia raro, desde un par de dias antes que había estado en Avalon se sentia de esa manera, pero conforme se acercaba mas al punto que había dicho nibiru la sensación aumentaba.

 

-que es este ardor? Sera acaso algún tipo de truco de ese fantasma malhumorado?- penso mientras caminaba en silencio, la marca de su pecho que lo unia con la tierra y con avalon no dejaba de darle comezón.

 

El malestar iba aumentando conforme avanzaba, tanto que lo hacia perder la concentración.siguió asi hasta que escucho a su hermosa prometida hablarle, para el había sido casi un misterio como había terminado allí pero podia notar en el rostro de la Askar que era un tema muy importante lo que tenia que decirle, asi que con una sonrisa en el rostro acarició su mejilla mirándola a los ojos.

 

-tranquila amor, no hay apuro, ya me contaras cuando sea el momento- comento y tomado de su mano corto su palma dejando caer un poco de su sangre en la vasija, era increíble lo mucho que sentia por Rachel, pues tan solo con cruzar esas palabras y mirar sus ojos había hecho que el ardor se apaciguará, sin apresurarse cruzo la arcada a la par que su prometida.

 

Saco su varita y se puso sus anillos y amuletos, no dejaría que nada le pasara a su prometida ni a su hija, no se acostumbraba a pensar en ella como la hija de su futura esposa pero tarde o temprano tendría que aceptarlo. Con la varita en alto se puso exactamente atrás de las dos mujeres y espero a que caminaran, mientras intentaba mirar mas allá de la oscuridad algo le toco el brazo sacándolo de su concentración.

 

-claro! Y no pienso dejar que nada les pase- comento el lockhart sonriendo un poco a la chica.

 

 

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  • 3 semanas más tarde...

La caída por el tobogán de dura piedra que tenía arena y rasposa piedras que sobresalían, los golpearon mientras bajaban sin detenerse cada vez a más velocidad. El impacto al tocar el suelo de golpe dejó al vampiro un poco aturdido. No esperaba recibir otro golpe, pero Zoella y Rhaella cayeron aplastándolo más en el suelo. Quiso gruñirles, pero se contuvo haciendo fuerza con los brazos y poniéndose de pie.

 

-¡Jo.der! –Grito sacudiéndose la arena del cuerpo - ¿Dónde demonios estamos?

 

El vampiro pudo observar las escrituras antiguas en la pared y ya le dio mala espina. El lugar estaba apenas iluminado con antorchas. Lo necesario solo para poder leer los jeroglíficos que bañaban el lugar. Mirando hacia arriba noto que la abertura por la que habían caído se había cerrado. Dejándolos atrapados como en una tumba.

 

-Tenemos que encontrar la forma de salir de acá -Les informo a las mujeres, mientras apagaba con un “Nox” su varita - ¿Alguna sabe leer esos dibujos? -Pregunto.

 

Sabía la respuesta ni la vampira ni la peliblanca parecían ser muy cultas en el arte del antiguo Egipto. Bien podía equivocarse y esperaba estar equivocado. El rubio caminó acercándose a las paredes y observo en detalle las pinturas. Tardó solo un segundo en darse cuenta que por mas que lo viera treinta veces, jamás lo entendería.

 

-¡Nibiru! -Rugió con todas sus fuerzas, provocando un eco en todo el lugar - No conseguirás doblegarnos ¡maldita seas!

 

¿Acaso los dejaría allí para siempre? Rachel no lo permitiría ¿No? En realidad el vampiro tampoco estaba tan seguro de aquello. En lo más profundo de la castaña habitaba un ser terrorífico y brutal, que no dudaría en dejarlos si eso producía algún tipo de beneficio. Un ruido sacó de sus pensamientos al Askar. Las paredes parecían que empezaban a moverse hacia adentro.

 

-Quédense quietas -Les pidió a las mujeres, agarrándolas por el brazo y tirándolas con fuerza hacia el centro de la cámara subterránea - ¿Algún plan? ¿Últimas palabras? -pregunto tratando de sonar divertido, a pesar de que la preocupación empezaba a ahogarlo.

 

 

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La especie de tobogán por el que íbamos bajando estaba totalmente oscuro, bueno había una pequeña iluminación causada por nuestras varitas que a medida que descendíamos podía ver a ambos lados diferentes escrituras y manchas que he de suponer son sangre.

 

Llegando al final de esta, caigo sobre una superficie blanda. Extrañada miro hacia abajo y me percato de que estoy sobre ambos magos que me acompañaban. Levantándome ayudo a Rhaella y veo como Jeremy levantándose y pegando un grito al viento.

 

- Calma hombre, encontraremos la manera de salir - Digo girando a mi alrededor intentando ver alguna señal, gracias a lo que sea ya la me encontraba más calmada, pero lo sedienta lo conservaba - Nox - Solté para ver como la punta de mi varita se apagaba.

 

Para nada comprendía lo que en las paredes se encontraba escrito, y Jeremy se encontraba bastante concentrado intentando descifrar las extrañas imágenes y caligrafía que nos rodeaba. Jamás pensé que el saber los diferentes idiomas me sería útil, pero esta situación ameritaba de aquello. Tan pronto como saliera de esta (si es que salía) intentaría cursar Idiomas en la Universidad.

 

Esperaba que los otros fueran por buen camino, al menos alguien viviría para contarlo. Acercándome a uno de los laterales empiezo a detallar todas las esquinas y espacios de la pared intentando buscar algo, tocando un ladrillo que veía fuera de lugar. Un ruido llamo mi atención y girando en mi propio eje siento un jalón en mi brazo por parte de Jeremy

 

- ¡Demonios! - Grite, andar de curiosa de seguro había ocasionado esto, ahora si me encontraba algo asustada. Sintiendo como la claustrofobia se va apoderando de mi, siento las paredes de mi caja torácica comprimirse y haciéndome sentir sofocada.

 

Agachándome cierro los ojos intentando pensar en alguna otra cosa que me aleje de esta sensación de ahogo. No lograba escuchar lo que sea que Jeremy dijo, el pitido que antes tenía escuchaba se hizo más fuerte, siento la vista nublarse siendo presa del temor por ser aplastada. Armándome de valor, con mi varita apunto al piso de donde nos encontramos y como puedo digo - Deprimo - haciéndonos caer a otro pasillo, pensé que quizás podíamos caer en un espacio que se abriría en el suelo pero no.

 

Suspirando aliviada veo que tenemos nuevamente dos opciones a donde ir, y viendo a Jeremy y Rhaella espero a que digan algo y seguir con lo que sea que buscamos.

 

 

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Pero antes de poder tomar a su hermanastra del brazo para continuar juntas con aquella aventura en la que se había visto envuelta sin querer, se detuvo. ¿Pero que estaba haciendo? Apenas conocía a las personas que se encontraban en aquel lugar; apenas conocía a su propia hermanastra, con la que no había hablado de nada si se ignoraban las únicas dos ocasiones en las que se habían reunido antes de aquel día. Casi inconscientemente, sus manos se cerraron fuertemente en puños y su mirada fue a parar en Jeremy Askar.

 

Inmediatamente, una pequeña sonrisa volvió a sus labios mientras intentaba evitar que sus ojos se pusieran en blanco, pues conocía aquel instinto de protección que brillaba en los ojos del Askar. Se reservo las palabras sarcásticas que querían abandonar su boca entonces, porque sabia que tener a un Triviani, aunque su lazo familiar no fuera de sangre, le serviría en el futuro de aquella aventura.

 

Le sonrió a Jeremy para después responder a sus ordenes con un saludo militar, se preguntó si siquiera reconocería aquel gesto mayormente muggle. Y antes de seguir a los otros Triviani por el camino de la derecha, les dedico un beso volado de despedida a el otro grupo.

 

Lumos ―la punta de su varita, al igual que las de sus acompañantes, se alumbró para así revelar aun mas dibujos extraños en las paredes del largo túnel.

 

La demonio se encontraba tan concentrada en intentar hacer que al menos uno de esos dibujos cobrara sentido, que casi no escucho las palabras del Askar, pero cuando escucho con mas atención, se dio cuenta de a que se referida: a lo lejos se podía escuchar el sonido de… ¿agua?, esa parecía la respuesta más probable.

 

Fue entonces cuando el suelo se los trago y las manos de la rubia se aferraron con aun mas fuerza a la varita que descansaba en su diestra. Antes de que se le pudiera ocurrir un hechizo que impidiera que el impacto del trio fuera muy grave, se siento a si misma abandonar el tobogán por el que se estaban deslizando para después estrellarse contra el suelo. Lanzo un suspiro mientras se levantaba y intentaba deshacerse del polvo que había invadido su ropa y manos, mientras que Jeremy parecía estar perdiendo la compostura mas y mas con cada segundo que pasaba. “¿Dónde demonios estamos?”, pregunto entonces él rubio.

 

―Tu apellido es Askar, ¿No deberías saberlo tú? ―su tono de voz era neutro, casi distraído mientras observaba con los dibujos que adornaban las paredes nuevamente― Nox

 

Ignoro la pregunta del Askar de si sabia leer aquellos dibujos, ya que era bastante claro de que ni la demonio ni Zoella lo hacían; la Black Lestrange por su parte no tenía mucha idea de la cultura egipcia. Y metiendo la varita en el bolsillo de su pantalón, se dedico a trazar los extraños dibujos con su dedo. Se mantuvo haciendo eso por algunos minutos antes de que el rugido del Askar la sacara de sus pensamientos; pensamientos acerca de cuál podría ser el significado de aquellas marcas. Se acerco hacia el Askar para después apoyar ambas manos fuertemente en sus hombros.

 

―Detente, lo único que estas consiguiendo es que sepa que ha logrado hacerte enojar. No conseguirá doblegarnos, claro; pero eso tenemos que demostrárselo ―soltó, para después alejarse de el después de darle un suave golpe en la mejilla con la palma de su mano― Mis ultimas palabras son: no pienso morir en un lugar desconocido gracias a la broma de un fantasma, así que manos a la obra.

 

Ahora en vez de concentrarse en trazar los dibujos con la punta de su dedo, se encargo de tocar la pared en busca de cualquier botón o trampa que pudiera ayudarlos a salir de allí. No paso mucho tiempo antes de que Jeremy la jalara del brazo y Zoella lanzara un hechizo que los mando directamente al pasillo de abajo.

 

―Bien, ahora ¿hacia dónde? ―pregunto. La idea de su hermanastra pudo haber acabado bastante mal, pero no lo había hecho gracias a que habían caído en algún tipo de laguna; no era tan profunda como para que se ahogaran, pero era lo suficientemente honda como para que el impacto no hubiera sido malo. Ahora, tenían dos caminos que podían elegir frente a ellos.

 

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Editado por Rhaella Triviani

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