Libro de la Sangre XX

[Hades Ragnarok]

La tarde estaba cayendo lentamente, el crepúsculo era absolutamente hermoso, el hijo de la noche se hallaba viendo el horizonte mientras que se encontraba en la punta de aquella construcción histórica dejando que el viento golpeara su faz. Por un momento cerro, los ojos y dejo que los recuerdos inundaran su mente. Habían pasado muchas lunas desde la última vez que había estado allí, la primera vez había sido en un san Valentín, ahora a poco tiempo de esa fecha, las cosas ya no eran las mismas, habían cambiado. El vampiro mantenía sus ojos cerrados mientras "respiraba" y el viento traía cuentos, historias, relatos y canticos de las miles de cosas que habían sucedido allí, sacrificios, obras, matanzas. Aquel lugar era uno de sus favoritos... "El Coliseo Romano" estaba a sus pies.

 

Tras abrir los ojos el vampiro sonrió, ya casi era la noche y el momento en que aquella chica debía llegar. No espero mucho y con paso seguro comenzó a bajar, se topo con "La fontana De Trevi"...

 

... y siguió su camino por aquellos pasillos iluminados por antorchas, al fin, después de pasar algunas puertas llego al centro de la arena y se maravillo con aquel inmenso lugar. Poco a poco dio un giro de 360º y sin más saco la varita. Unos rápidos movimientos, quiebres de muñeca, susurros y florituras elaboradas fueron necesarias para lo que él deseaba hacer. En el cielo comenzaban a brillar las estrellas dejando ver las muchas constelaciones. Ellas serian testigos de aquel viaje, de aquella aventura que él tenía preparada para su hermana quien por quién sabe cuántas veces ya iba a intentar aprobar el libro de la sangre.

 

-Bien, está todo listo, solo resta esperar que llegue Mery -susurro el vampiro orgulloso.

 

El vampiro se encontraba vestido con un traje negro muy elegante, sus zapatos brillaban gracias a la luz de las antorchas. La camisa que llevaba era color azul y la corbata era a juego. Los gemelos y el pisa corbata eran de topacio pero el vampiro había hecho algo de magia para que se vieran quizás un poco violetas. Sobre aquel ropaje, su túnica negra.

 

Lentamente se volteo cuando sintió una presencia y sonrió malévolamente. Allí a escasos metros pasando la puerta por donde generalmente entrarían los gladiadores o alguna que otra criatura que hubieran llevado para entretener al pueblo estaba su hermana. La oveja arcoíris de la familia.

 

-Así que… -comenzó a decir- aquí estamos otra vez hermanita –dijo en tono serio ya que estaba dolido con ella por algunas cosas- esperemos que esta vez si puedas pasar la clase o aprobar el libro –comento sin más- no es que me moleste darte clases, diría que es divertido o era divertido hacerlo –paso al lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos sintiendo su propio veneno en la boca.

 

@Mery Gaunt Karkarov

Editado 17 de Febrero del 2018 por Niko Uzumaki

[Mery Gaunt Karkarov]

¡Era la tercera vez que volvía a la clase del libro de la fortaleza! Y no había manera de aprobarlo. La frustración de la Gaunt era tal que había lazado varias cosas de su dormitorio contra las paredes, incluyendo el libro donde estaban los hechizos que había memorizado ya hacía un par de meses. Pero no tenían sentido en su cabeza.

 

Desapareció de aquel lugar que parecía una leonera pero era su dormitorio.

 

Las apariciones no eran el punto fuerte de Mery, para nada diría ella ya que se encontraba vomitando en lo que parecía... ¿arena?, ¿donde demonios había aparecido? Simplemente había pensado la localización de Hades, su hermano, y había parecido allí, en un sitio que parecía la playa pero que no podía ver porque se encontraba devolviendo hasta la primera papilla.

 

- ¡Ya no me aparezco más!, ¡la próxima lo hago en caballo! -gritó alzando la mirada borrosa por las lágrimas debido al mal cuerpo. Y entonces contempló que aquello no era una playa sino un maldito coliseo de donde seguro que salían leones y dios sabe que más-. ¡Hades, a ver si me traes a lugares más bonitos! -gritó como una loca mientras se acercaba, sacudiendo su vestido de raso negro.

 

¿Y como que iba en vestido? Pues ni ella lo sabía, pero el gusto peculiar de Mery era así, un día de deporte y otro de boda. Palpó que tenía la varita en el muslo derecho, agarrada con una liga que solía llevar siempre que vestía así. Su varita era algo que no podía faltarle nunca, y menos para una clase.

 

Lanzó un largo bostezo mientras se acercaba y besaba la frente de su hermano, apoyando su mano izquierda en la mejilla de éste. Suerte para ella que cayó en la trampa la primera clase y quedó marcada por su querido y hermoso hermano, pues no, ahora le tocaba a él.

 

- ¿Sabes que si mantienes el ceño fruncido tanto tiempo te saldrán arrugas? -le sacó la lengua de manera juguetona, después chocó las caderas contra éste-. ¿Qué vamos a hacer? Espero que no me manche el vestido, mira que es nuevo... -mintió rodando los ojos para intentar disimularlo.

 

 

@@Hades Ragnarok

[Hades Ragnarok]

El vampiro mantuvo la vista fija en su hermana. La observo hincarse para simplemente vomitar quien sabía que había comido, quizás todo el vodka que se había tomado antes de ir a clases. El la conocía demasiado bien. Claro estaba, ella estaba acostumbrada a aparecer junto con él. Se aprovechaba de ser la menor y la más consentida por lo que simplemente debía cerrar los ojos, dormirse en las espaldas de este y dejar que el cainita hiciera todo el trabajo, pero aquella vez había sido diferente. Le había tocado aparecer ella solita como niña buena que era.

 

-¿Quién te entiende? –le pregunto a la Karkarov- ¿no me habías dicho que alguna vez querías visitar el coliseo romano?, además, no sé de qué te quejas, siempre que te llevo a algún lugar bonito desaparecer de la clase, quizás a algún bar o que se yo, ahora te toca como buena hermana que eres sufrir las consecuencias –dijo en tono burlón esperando que el gritara o que Mery terminara resignándose.

 

Se sorprendió al verla en… ¿vestido?, ¿de cuando acá Mery y usaba vestidos?, suspiro, quizás estaba en uno de sus días por lo que negó con la cabeza y puso los ojos en blanco. Amaba a su hermana, ella lo sabía perfectamente, por lo que ya se había acostumbrado a cualquier cosa que dijera o pudiera hacer, pero aquello había llegado al límite de su cordura. Bufo por lo bajo y dibujo una mueca de sonrisa, solo faltaba que ella se dejara atrapar y dejara que él jugara con ella sin poner resistencia.

 

-Bueno, para la próxima, si es que hay una próxima te llevare a un lugar bonito que tú quieras –comento- aunque espero que esta vez sí pases la clase –dijo en tono más formal.

 

Sabía que la pelirrosa le había escuchado. Aquella, quien era la oveja arcoíris de la familia simplemente se acerco a él. Este se mantuvo alerta ante cualquier cosa, quizás se le lanzara encima o se le montaría en la espalda para que la llevara de caballito por todo el lugar. Sin embargo, esta simplemente le beso la frente.

 

-Tanto amor me confunde –dijo el vampiro extrañado simplemente para molestarla ya que él era quien solía tener aquellas muestras de cariño para con ella, ya que, aunque ella lo negara amaba que el Ragnarok hiciera todo aquello, mas bien, era el único que podría salir vivo de hacerlo- y si es para que te compre vodka sabes perfectamente que no lo hare –dijo para sacarle la lengua.

 

Escucho las palabras de la Gaunt sobre el motivo de estar allí o sobre lo que harían a continuación. Pensó un poco, la verdad es que no tenía nada previsto, quizás aquello era una simple visita turística.

 

-De hacer, creo que te atare en una de las mazmorras –simplemente bromeo- o más bien podemos tomar el recorrido turísticamente peligroso –comento sin más- de alguna forma debo obligarte a aprender ¿no te parece? –Dijo tomándola de la mano- y sobre el vestido –la observo- de saber que vendrías vestida así hubiera preparado algo especial

 

No pedio el tiempo y comenzaron a caminar para adentrarse en los primeros túneles los cuales se iluminaron con fuego eterno una vez que comenzaron a avanzar.

 

@@Mery Gaunt Karkarov