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Adivinación


Orión Yaxley
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El aula dedicada a la Adivinación estaba en uno de los rincones escondidos dentro de la Universidad. Cuando Orión abrió la vieja puerta de madera, un intenso aroma lo golpeó cambiando un poco su expresión. Era una mezcla entre sahumerio, madera vieja y una pizca de polvo. Con la varita en mano decidió entrar al lugar. La movió un poquito para que las ventanas dejaran escapar alguna pequeña cesura para que la luz solar juegue un poco en el ambiente.

 

El lugar era semi-circular, pequeño, pero con un alto techo. Había cojines en vez de sillas, los cuales miraban todos a donde el “profesor” se sentaría. La madera rechinaba a cada paso de sus botas mientras se acercaba al espacio designado. Encendió los inciensos a medio quemar y algún que otro cono de la misma especie. Quería apostar a una buena ambientación. Finalmente hechizó el humo que liberaban las decoraciones. Lo hizo más espeso y claro. Flotaría en el techo para que sea difícil ver la cúpula de piedra que quedaba tras de esta capa.

 

Le habían indicado dos alumnos, pero no quienes. Trajo consigo una pequeña bolsa de mensajero marrón con bolas de cristal de repuesto y un set de té. Capaz le enseñaría a leer los huesos de una cabra. O a mirar el futuro en el fuego. O describir con exactitud la muerte de alguien según la forma de la palma de su mano.

 

Si bien, su posición en el Ateneo era la de profesor de Runas Antiguas, su verdadero fuerte era la Adivinación. Lo sabía casi todo. Pero su tercer ojo no estaba abierto. Lo sabía. No tenía problema en admitirlo. Era un proceso haberlo cerrado, y ahora necesitaba pasar el proceso para abrirlo. Cosas que pasaban en la vida común de un mago de su tipo.

 

Bah, “común”.

 

Esta vez llevaba una túnica azul oscuro con unas decoraciones en los bordes. Era extraño. Generalmente no lo usaba. Si no lo conociera tanto, diría que estaba intentando forzar el estereotipo de adivino. Su barba estaba recortada y su mirada azul clavada en la bola de cristal que tenía en frente. Por último, había quedado descalzo, con una camisa vieja por debajo de la túnica y unos pantalones holgados claros.

 

Practicaba de forma corporal la introducción hacia los estudios adivinatorios. Cada tanto lanzaba una mirada de pánico hacia la puerta. No quería que sus alumnos lo sorprendieran a media clase.

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En el mundo muggle, un sueño que se repite no es más que una obsesión del inconsciente del individuo, algo que le preocupa o un temor irracional. En el mágico, el mundo onírico podía representar el poder de vaticinio sobre un hecho próximo. Algunos magos se pasaban la vida desglosando los sueños mientras divagaban sobre señales en el cielo, otros enterraban aquella faceta tras una montaña de negación.

Los sueños habían vuelto a molestar a Gatiux, como una gota de agua que caía de vez en cuando, poco a poco formando un charco. Quería ignorarlo, pero seguía ahí y cada vez más real. No quería verbalizar tan siquiera la posibilidad de que en su interior estuviera despertando algo de lo que se había burlado durante años. Otra broma macabra del karma.

Intentaba estudiar la raíz del problema de forma teórica, con libros de diversos estudios psicológicos sobre el subconsciente como si ella fuera una muggle más, ignorando la posibilidad mágica del asunto, pero sólo llegaba a senderos que se cortaban de forma abrupta. Rutas sin salida que sólo llegaban a exasperarla.

Gatiux llegó a la conclusión de que necesitaba profundizar más sobre el tema, pero no quería hablar con nadie de su familia sobre ese asunto, se exponía demasiado. Por eso se apuntó a la Universidad, esperando sacar algo en claro con el profesor de Adivinación. Aprender sobre Adivinación le ayudaría a sacar sus propias conclusiones. Ojalá no se tratara de un charlatán más.

Suspiró.

No estaba muy segura de que tuviesen mucha gente aprendiendo artes adivinatorias, el aula estaba escondida en la última ratonera de la Universidad. Por suerte, iba con tiempo de sobra. Caminaba con seguridad por los pasillos, con las manos en los bolsillos del abrigo gris, sabía que el profesor iba a oírle llegar puesto que los botines de tacón hacían un ruido característico contra la madera en cada paso que daba.

El aula, cómo no, estaba al final del pasillo.

Un latido. Silencio. Un corazón acelerándose.

Encontró una sala pequeña, cojines en lugar de sillas, olía a incienso y un humo claro se arremolinaba en el techo. Pero lo más importante era que Orión Yaxley estaba en el centro de la estancia en calidad de profesor con una ropa extravagante y un rictus serio. Ella tenía acceso al armario de aquel hombre, las túnicas que tenía se podían contar con facilidad, y en todo caso no solía usarlas normalmente.

Una risotada irónica escapó de los labios de la Malfoy. Siguió riendo por lo absurdo de la situación. Había sido una ilusa al creer que se encontraría con un adivino desconocido, que el destino no jugaría a juntar aquellas dos piezas. Sólo entró en la clase cuando dejó de reírse, acercándose hasta quedar a un metro de Orión.

Sería muy cliché preguntar “¿qué haces aquí?” –dijo Gatiux, que al fin se había calmado- Así que veamos que me puedes enseñar de adivinación.

Miró hacia atrás un momento para asegurarse de que no venía ningún otro alumno, después salvó la distancia que los separaba, rodeando el cuello del mortífago con las manos y le dió un beso tierno que alargó un par de segundos. Gatiux acarició la mejilla del Yaxley antes de darse la vuelta y dirigirse a su asiento. Quitándose el abrigo gris de camino, dejando al descubierto un vestido rosa palo de manga larga y con falda de vuelo hasta la rodilla. Debajo del mismo llevaba unos leotardos tupidos negros. Tuvo que sentarse con mucho cuidado y con las piernas dobladas hacia la derecha.

¿Por qué a todos los adivinos les daba por hacer el numerito de los cojines en el suelo?

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- De nuevo con Orión - Niko no entendía qué pasaba con el mundo pero al parecer el destino siempre se las arreglaba para enviarlo a una clase con él o con Sagitas. Esperaba no morir en el intento como con Sagitas o empezar de nuevo a perseguir al hombre por todos los lados, sin duda no entraría en ese juego nuevamente y preferiría irse - Creo que tengo todo listo para la clase - Su elfo le había dejado todo en su oficina para que solo tuviera que ir en búsqueda del salón de clases.

 

El aula de adivinación no la conocía así que era un gran enigma para él y no sabía con qué se encontraría - Espero que esto me guste - El Tonks no se sentía muy feliz tanto como cuando tenía que pensar en ir a visitar a Sajag y eso no era nada bueno. El arcano le parecía todo un misterio y odiaba no sentir control particularmente en cosas relacionadas con la Universidad Mágica. Llevaba mucho tiempo como director de la misma y se supone ya tenía control sobre varios de sus asuntos.

 

- Hola - Orión se encontraba adentro junto con una mujer que conocía bastante bien. El olor del lugar no era de su agrado pero al parecer era lo típico en una clase de Adivinación. El Tonks se quedó de pie justo en la puerta sabiendo que su elfo se encontraba un poco más afuera esperando sus indicaciones. El profesor podía darle sorpresas pero esta vez no se lo permitiría si quería una clase interesante tendría que esforzarse.

 

- Si decide irse, no lo dejes, avisa a todos los elfos de la Universidad - El Director fue claro, no quería tener que perseguir a nadie así que le pondría un poco de obstáculos capaz y era su primera gran adivinanza o su primer gran fracaso en dicha clase - Eso es todo - Su elfo entendió que eran las últimas indicaciones del rubio y que su momento de volver a sus labores había llegado.

 

- ¿Y qué nos espera hoy? - Hizo una leve pausa - Qué sorpresa verte - Dijo mientras observaba a la mujer que conocía bastante bien pero llevaba mucho tiempo sin hablar con ella. Sin duda la clase sería demasiado interesante y llena de muchas curiosidades.

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Cuando Gatiux entró al aula, intentó mantener la calma. Pensó en su trabajo como profesor: disipar las nieblas del futuro. Pero no, quería partirse de risa y charlar de cualquier otra cosa con la Malfoy. Cuestionarle el por qué ella estaba ahí. Orión no conocía a otra persona, dentro de todos los magos con los que se cruzó alguna vez en su vida, que compartiera su interés por las diversas formas de comprender el futuro. Para el 99%, él era un charlatán. Hablaba de cosas sin sentido y su nariz nunca estaba en el presente.

 

Pero bueno, hasta el mejor vidente no podía prever el mejor beso. Uno que lo descolocó un poquito al principio, pero con el que se quedó y aprovechó al final. Jóvenes in love.

 

- Te diría que esto es obra del hilo rojo, pero no creo en esa charlatanería.

 

Se llenó de aire porque obviamente estaba a punto de soltar un testamento de dimensiones bíblicas. Era su venganza por no saber absolutamente nada de Gatiux tomando adivinación. Sentía que le estaba ocultando algo. Sí, bueno, se encontraban bastante por el mundo mágico en general… Pero, ¿adivinación a sus espaldas?

 

Llegó Niko. Le habían notificado dos alumnos, así que estaba todo listo.

 

- ¿Y qué nos espera hoy?

 

- Si se portan bien, la clase será simple. Empezaremos con una introducción pequeña sobre la adivinación y les hablaré sobre diversas técnicas. La consulta de Runa, las cartas natales y la numerología mágica se ven en otras clases, pero si quieren saber más, puedo explicarlas más adelante.

 

Mientras dirigía su pequeña introducción, iba sacando el material didáctico para la clase de su monedero expansible. Dos bolas de cristal, un set de té y unas cartas de tarot. Finalizó con un libro de simbología para cada uno de los dos. El resto de los conocimientos vendrían por su parte. Después de todo, Aritmancia, Astronomía y Runas Antiguas eran pilares que le eran vitales para su vida cotidiana.

 

- La mayoría de los magos piensan que la Adivinación es una porquería. Así es como estamos, con una guerra de bandos consumiéndonos, catástrofes diarias en el Ministerio de Magia y un grupo de magos ajenos a nuestro país con Magia sumamente elevada y sin control alguno.

 

No quería sonar crítico, pero quería sonar crítico.

 

Capaz, si la gente tuviera más confianza en la magia y en la previsión…

 

- La Adivinación no tiene que ver específicamente con el ojo interior. Eso es la Videncia, un don específico sobre hechos más concretos. El conocimiento tiene que ver sobre la experiencia y la intuición. Verán, el libro de simbología que tienen frente ustedes, es un manual sobre lo que significa cada cosa en la vida. No es que un día alguien se levantó y dijo que la luna roja era guerra segura, si no que comenzó con un presagio. Repetidamente ocurría una batalla luego de la luna enrojecida. Entonces, se formó costumbre.

 

Suspiró.

 

- Los símbolos están en todos lados. A lo largo de los años, magos han ido perfeccionando técnicas adivinatorias. Formas para resaltar estas imágenes y conceptos. Y es que, ¿acaso los muggles puede hacer adivinación? Claro que sí. Cualquiera puede, si ve lo que tiene que ver. La ventaja que tenemos los magos es que podemos canalizar nuestra energía mística para resaltar con más fuerza estos detalles.

 

Cerró los ojos e impuso sus palmas sobre su bola de cristal. Una niebla comenzó a formarse dentro de la misma. Luego, pequeñas luces.

 

- Lo siguiente es poder leer un mensaje. Las adivinaciones no siempre son seguras, pero porque no son textos simples, pegados en la realidad. Son palabras orgánicas. Se relacionan con las personas y el contexto. Un Grimm no es lo mismo para un niño de 4 años, a que un viejo de 140.

 

Abrió lentamente sus ojos. En aquellos azules se reflejaba lo que veía en la bola de cristal.

 

- Podría decirles que, aprobarán si cumplen las expectativas y reprobarán si no lo hacen. ¿Es una adivinación? Claro que sí. Pero, ¿es una obviedad? Y, también. Ahora… En mi bola de cristal veo más cosas.

 

Para sus alumnos nada había cambiado. Para Orión sí, y bastante. La niebla lentamente se tornaba cada vez más oscura. Un remolino se generaba en el centro. La superficie de cristal se humedecía.

 

- ¿Qué me dirían si les hablo de sus conflictos internos? Están los dos ciegos. O perdidos. Los centros del problema son ustedes mismos. El remolino, que gira alrededor de sí mismo. Es una visión introspectiva. Y, ahora sí, luego de la clase, estarán más seguros.

 

Movió las palmas y disipó las nieblas.

 

- Cada uno tendrá tres intervenciones, cada uno me deberá adivinar algo de un aspecto de mi vida. En total, tendré seis lecturas. Los temas pueden ser varios, desde relaciones interpersonales, familia, economía general, carrera laboral, emprendimientos personales, vida privada, salud, intereses académicos.

 

Puso a calentar una tetera grande con agua.

 

- Me gustaría que varíen un poco, no utilicen el mismo método a la vez. Les traje tres objetos simples, pero si quieren leerme las palmas u observar el fuego, son bienvenidos. Lo importante es que canalicen su magia en develar mensajes. El buen adivino puede sacar un mensaje eficaz de cada lectura.

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Gatiux bufó bajito cuando Orión le dijo que no creía en el hilo rojo. El tipo se la pasaba mirando hacia las estrellas y el futuro, creyendo en tantas cosas bastante improbables, y sin embargo no creía en que la gente podía estar predestinada. Unos años atrás, la misma Gatiux habría dicho que no de forma rotunda, que era imposible que una fuerza mayor les guiara por un camino marcado, ahora no estaba tan segura de eso. Y además se trataba de una bonita creencia. Distintos quiebres del destino los separaron y volvieron a unirlos a ambos.

Iba a responderle de forma sarcástica cuando alguien más llegó. La Malfoy se había encontrado con aquel hombre en muchas ocasiones, aunque había algo en la naturaleza de éste que le había impelido a mantener las distancias. Nunca supo el qué. Tal vez lo encontraba demasiado formal.

Hola Niko, tanto tiempo. -Gatiux sonrió- No esperaba encontrarme a mucha gente por aquí.

Los ojos amarillos de la banshee se deslizaron entonces hacia el profesor, que había empezado a hablar. Otra vez la crítica al Mundo Mágico y su estructura mientras sacaba unas bolas de cristal, unas cartas y un set de te. Aquellos objetos no le eran del todo desconocidos ya que descansaban en algunas estanterías de su propia casa, pero nunca se había animado a ponerse delante de ninguno, por miedo a verse ¡diota mirando por horas a la nada.

Pasó las hojas rápido por el libro que les tendió el Yaxley, estaba lleno de dibujos e interpretaciones en distintos campos. Las cartas que al derecho significaban una cosa y al revés otra distinta le llamaron la atención a la Malfoy, que asentía a la explicación del profesor algo distraída.

Se inclinó hacia delante, muy atenta al ver cómo interactuaba Orión con la bola de cristal, preguntándose si realmente estaba viendo algo o inventando sobre la marcha algo genérico. Después de todo, en eso se basaba el horóscopo, conceptos tan generales que podrían encajar a cualquier persona o situación. Su yo excéptico se negaba a que nada de aquello fuese real, como siempre.

Supuso que sería más fácil sacar algo en claro de las cartas de tarot teniendo aquel libro ilustrado que le indicaba el significado de cada una. O al menos podría inventar algo más coherente conforme le decían aquellas páginas, después de todo partía con la ventaja de que Orión no resultaba un completo desconocido, sabía más de él que el resto del mundo, por lo que podría incluso sonar convencida al revelarle lo que creyera que estuviese por venir.

Abrió el libro por donde empezaba a hablar de las cartas. Luego las barajó una y otra vez, así sería el azar quien decidiría que carta mostraría al mundo. De todas formas quería que de algún modo aquello funcionase. Se puso con la espalda muy recta mientras intentaba aquello de influir con su propio poder en las cartas.

Vamos a ver como te irá en tu vida personal, Orión -puso un rictus serio- Las cartas dicen que...

Sacó una carta: La Muerte. Al derecho.

Había prestado la suficiente atención como para saber que La Muerte no significaba eso como tal, si no que se aproximaba un gran cambio. De todos modos, y después de los sueños que había tenido ultimamente, el hecho de que lo primero que sacara fuera la carta de La Muerte le intranquilizó. Todos esos sueños que la atormentaban eran muerte.

La Muerte significa un gran cambio en tu vida. Será un cambio provechoso.

Pasó unas pocas de páginas hasta dar con la que representaba con la carta que tenía delante.

También puede representar el inicio de un nuevo proyecto.

Quizás el matrimonio representaba el gran cambio del que hablaba la carta. Aunque no se había atrevido a verbalizar en voz alta esa palabra que rondaba por su mente desde hacía meses. Y no porque ella tuviera miedo, si no porque Orión no había querido pronunciarse sobre aquello que llevaba meses esperando.

¿Tal vez una mudanza? -teorizó Gatiux con una sonrisa nerviosa- Eso si sería un buen nuevo proyecto. Una casa con elfos...

Se le ocurrió que debería intentar averiguar la razón que le había llevado hasta la habitación donde se encontraban. Debía tener cuidado en cómo formular la pregunta de pasada para no resultar sospechosa. Observando distraída el reverso de las cartas, sin mirar a aquellos ojos azules que la conocían tan bien. Tendría que aplicar cierto toque de indiferencia a la frase, claro.

¿Qué me puedes decir de la adivinación por medio de la onírica, amor? -abrió los ojos alarmada, al formilar la frase tan relajada había deslizado sin querer la última palabra- Mmm quiero decir, Orión, ¿sigue entrando en la Adivinación o ya se considera una rama de la Videncia?

Corregirse a sí misma sólo sirvió para señalarse aún más con una diana de color rojo brillante. Gatiux se ruborizó un poco, pero se repuso enseguida esperando que Niko hubiera estado lo suficientemente distraído para no darse cuenta de ello.

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- ¿Mucha gente? Pero solo somos tres personas en esta aula - Niko no entendía el comentario de Gatiux porque no tenía la misma percepción que ella sobre la cantidad de personas que había en el lugar. Sin embargo, prefirió no comentar más sobre el tema - Siempre nos portamos bien en las clases - Tampoco entendía el comentario de Orión porque en su recuerdo estaba que quien había escapado de la clase anterior era él y no sus estudiantes.

 

El profesor comenzó a sacar las cosas que utilizarían durante la clase: bolas de cristal, té y unas cartas del tarot. Todos objetos bastante comunes para realizar adivinaciones pero con los cuales el Tonks no se sentía muy cómodo para trabajar. En especial con las últimas dado que no había logrado aprender el significado de cada una de las mismas - Este es el tipo de libros que necesito yo - Pensó aliviado al notar que en el libro se encontraba la información que tanto necesitaba para poder interpretar lo dicho por las cartas.

 

Orión comenzó a mostrarles algo en compañía de su bola de cristal. Sin duda entendía lo básico para poder hacer una adivinanza pero sabía que decirlo siempre era más fácil que hacerlo y en la práctica no sería tan sencillo - Creo que esto va a estar interesante - De nuevo las palabras solo cruzaron por su mente, era un mago demasiado callado y que prefería no decir muchas de las cosas que pensaba. Se limitaba a observar lo que ocurría a su alrededor.

 

- Supongo que el té será de gran ayuda - Orión deseaba que hicieran una predicción sobre la vida del mismo. Niko odiaba ese tipo de actividades porque lo ponían demasiado nervioso para su gusto pero debía hacer lo indicado. Sacó un poco de té y lo puso con agua caliente en una taza para que el profesor pudiera beber un poco y luego comenzar con la tarea. El Tonks movió lo suficiente el agua y estiró su mano para darle la taza al maestro.

 

- Espero que no haya quedado tan caliente el agua - No sabía si el mago se quemaría o no pero necesitaba que bebiera un poco del mismo mientras Gatiux le intentaba leer su futuro con las cartas del tarot. Quizás esa habría sido una mejor idea para el Tonks pero no le agradaba el no poder interpretarlas adecuadamente, sentía que el té le daba un poco de seguridad aunque nunca antes había intentado predecir el futuro.

 

- Muy bien, creo que veo cosas interesantes - Dijo al notar que el té había cumplido con su tiempo y que era hora de interpretarlo. En realidad no tenía ni la menor idea de lo que debía buscar así que decidió abrir su libro y buscar los párrafos necesarios para entender la ubicación y posición de las hojas. Leyó todo atentamente mientras observaba las hojas del té y tomaba notas a un lado antes de hacer su adivinanza.

 

- Veo que es una predicción sobre tu futuro cercano - Las hojas estaban más acumuladas hacia los bordes de la taza así que eso le hacía pensar - Y de paso veo que tu vida será rica - El Tonks hizo una pausa antes de continuar. Ese era el significado de las hojas salpicadas en los bordes de la taza o al menos eso era lo que decía el libro pero no estaba seguro de si era la persona más adecuada para realizar una predicción como la que estaba a punto de realizar.

 

- Solo espero que no sea un aumento de sueldo - Pensó antes de continuar hablando. La Universidad no tenía más recursos como para subirle el sueldo a Orión así que eso era lo único que deseaba - Finalmente veo un sol lo que implica que serás reconocido - Las piezas de información debían encajar en una sola par hacer un predicción sobre la vida laboral del profesor.

 

- Supongo que te darán un ascenso... digo podrás dar más clases - No era adecuado decir que tendría un ascenso así que se corrigió - Con eso podrás obtener más reconocimiento por parte de los alumnos y un poco más de galeones - No los suficientes como para ser considerado como un mago rico pero al menos cumplía en parte con las piezas de información.

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Se dispuso a escuchar a las lecturas de los dos que tenía en frente. La escena era un poco intimidante. Él le sacaba una cabeza y un poco más a los dos estudiantes y ni hablar del ancho de su torso. Orión rompía todo tipo de estereotipos. Bueno, seamos claros, que romper cosas era su firma individual. Se tronó los nudillos y posó las manos en sus rodillas, mirando un poco desafiante, esperando con qué se iba encontrar.

 

Primero fueron las cartas. Oh. El bello Tarot. Orión las mezcló y le dejó a Gatiux para que cortara el mazo. Le indicó a NIko con un ademán de no tocar la mesa. Las energías en la lectura sólo podían provenir de aquel a quien se le estaba haciendo. De ahí en más, dejó actuar a la Malfoy.

 

Levantó las dos cejas.

 

Era claro. La muerte de la vida de soltero.

 

Pero, se preguntó ¿qué vida de soltero? Si estaban los dos más casados que varias de las parejas legalmente unidas. Se llevó la mano izquierda a los labios y comenzó a rumear. La muerte siempre iba acompañada de la renovación de fuerzas. Lo pensó un poco más. Claro, la carta no iba en sí hacia un cambio específico, si no lo que traía consigo ese cambio.

 

Soltó una risita ante el comentario de los elfos.

 

- Ya te dije que estaba trabajando en eso. Sobre la lectura, excelente. Veré si te consigo un mazo de Tarot para que practiques por tu cuenta. Los mazos no se pueden comprar simplemente, deben ser un regalo y siempre cubiertos por una tela negra.

 

Inclinó el cuerpo al escuchar la duda sobre la adivinación onírica. No la había incluido por obvias razones. Los sueños premonitorios eran un terreno híbrido entre las enseñanzas de Sajag y las que podía dar él. Estaba a punto de hablar cuando se dio cuenta que tenía un té frente suyo. Lo tomó y lo levantó con cierta elegancia, como si estuviera por dar un brindis. Se lo bebió rápidamente. Earl grey. Le entregó la taza.

 

Asintió ante la lectura y no evitó ruborizarse. Demasiadas cosas positivas. Podría ser que capaz su vida se estaba poniendo finalmente en ¿orden?

 

- Gracias por el té. Supongo que un par de galeones no vendrían mal en mi bóveda. De todas maneras, estoy muy a gusto con sus trabajos.

 

Carraspeó un poco y se giró hacia su pareja, bajó un poco la cabeza y levantó la ceja. Capaz estaba indagando si había vuelto a tener sueños premonitorios.

 

- La Adivinación se centra en la lectura de mensajes que están por fuera de uno. La Videncia es cuando uno mismo los crea. La adivinación onírica está en una zona gris. Aunque mis visiones no se encontraban generalmente en los sueños, lo considero de alguna manera parte de la habilidad.

 

Hubo un pequeño silencio. Parpadeó un par de veces.

 

- Cambiemos. Esta vez les daré dos conflictos. Elijan cualquiera y realicen una consulta. Por un lado, tengo problemas con mi herencia no material. Por el otro, problemas con un resfrío fuerte, el frío me está haciendo dormir demasiado y no tengo muchas más ganas que comer y dormir.

Editado por Orión Yaxley

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Gatiux prestó gran atención a la predicción que formulaba Niko sobre Orión, después de todo al estar junto a él también le influía lo que le fuera a suceder en el futuro. No terminaba de creerse nada de todo aquello, las predicciones podían ser algo genérico mezclado con su conocimiento como Director de la Universidad, pero la ganancia de galeones siempre era algo bueno.

 

El olor a Earl Grey tentó sus sentidos. La banshee se preguntó si sería Orión el único que podía beber té porque en aquella ocasión era sólo para que leyeran de los posos que quedaran de la misma. Quien le iba a decir años atrás que alguna vez se le antojaría tomar té. No café, o alcohol, té. Y además saber que aquella variante era idónea para cualquier momento del día. Aguantó un bufido sarcástico.

 

Sajag. Orión había contestado a la pregunta de Gatiux, pero al no saber nada de las intenciones de ésta fue una respuesta neutra que a la banshee le supo a poco. Una parte de ella sabía que tendría que visitar al Arcano si quería indagar en aquel tema, lo sabía antes de decidir apuntarse a Adivinación.

 

Acabó por asentir sin revelar nada más, como si hubiera sido una duda cualquiera, mientras su mente trazaba la mejor manera de abordar sus preocupaciones, si debería apuntarse a la habilidad para poder hablar con el Arcano de Videncia, o si podría concertar una reunión en otra parte. Y si de esa reunión no intentaría el Arcano convencerla para que visitara su cabaña para estudiar la senda que él enseñaba. Una duda que generaba muchas posibilidades.

 

Cambiemos. Esta vez les daré dos conflictos. Elijan cualquiera y realicen una consulta. Por un lado, tengo problemas con mi herencia no material. -decía Orión- Por el otro, problemas con un resfrío fuerte, el frío me está haciendo dormir demasiado y no tengo muchas más ganas que comer y dormir.

 

La Malfoy miró el té. No quería hacer beber otro té tan seguido, aunque Orión sería del tipo amable que no protestaría si ella quería experimentar aquella vía. Pero le daba mucha más confianza que la bola de cristal. Aunque al final se decantó por el objeto esférico tras un profundo suspiro.

 

Los ojos amarillos de la mujer fueron desde el profesor hasta la bola de cristal. Puso las manos sobre la misma para infundirle de algún modo su energía. Concentrándose en las dos cuestiones que había planteado y eligiendo la segunda.

 

Sobre el problema con el resfriado que planteas, Orión...

 

Su mente comenzó a divagar sobre comer y dormir. Echarse la siesta en su forma animal al sol, tumbada sobre la rama de un árbol mientras la luz que pasaba entre las hojas calentaba su pelaje azabache. Podía sentir la forma exacta cómo movía la punta de una cola que caía hacia abajo. Y con los ojos cerrados disfrutando la brisa primaveral.

 

Sin embargo, con el invierno todavía llamando a sus puertas sólo apetecía acurrucarse en un lugar calentito, cerca de la chimenea a ser posible. Y dormir durante mucho rato. Hibernando hasta que la nieve se derritiera. La bola de cristal, o la mente de Gatiux, formó una imagen clara que se plasmaba en la mitad de un cielo nocturno estrellado.

 

Al parecer te vas a transformar en un animal que pueda hibernar, como un oso. -dijo Gatiux ensimismada, como si no fuera dueña de sí misma por completo- O en una marmota.

 

Sería gracioso que alguien tan corpulento como Orión acabara transformándose en un animalito pequeño y achuchable como una marmota. Sus ojos volvieron a la realidad y acabó sonriendo ante aquella posibilidad. Sin duda lo cuidaría hasta la llegada de la primavera.

 

Si es un resfriado normal te recomiendo poción pimentónica.

 

La bola de cristal volvía a ser transparente. Y ella esperaba a que Niko hiciera sus propias predicciones de futuro.

 

Por cierto, me gustaría de verdad que me regalaras las cartas de tarot que dijiste antes.

 

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La clase debía continuar y el momento de dos nuevas consultas sobre Orión había llegado. Las primeras habían resultado interesantes pero no tan creíbles al menos eso era lo que pensaba el Tonks. El rubio nunca antes había hecho una así que le costaba creer que todo estaba bien y que de un momento a otro sería capaz de hacer consultas acertadas. De nuevo Gatiux fue la primera en realizar la consulta pero esta vez utilizando la bola de cristal.

 

Al parecer la mujer sí había logrado entender la razón del resfriado de Orión. Niko se había quedado pensando un poco en el asunto pero no tenía muy claro lo que debía hacer o adivinar. En cambio sus ojos y concentración se fijaron en las cartas del tarot, las mismas que la mujer había utilizado unos minutos antes para predecir algo sobre el profesor. Niko las conocía pero no su significado así que tendría que usar el libro para poder interpretarlas pero tenía claro que ese sería su siguiente método de adivinación.

 

El Tonks tomó las cartas y las comenzó a mezclar unas con otras esperando que solo la suerte fuera la encargada de determinar la carta de Orión. El profesor ya se encontraba sentado en la mesa dado que Gatiux había finalizado con su consulta en la bola de cristal. Así que podía dar inicio a la siguiente parte de la consulta que les había pedido realizar el hombre.

 

- El emperador - Dijo sorprendido al tomar la carta y ubicarla en la mesa. Era una carta demasiado interesante o al menos el dibujo que se observaba en ella lo era. Niko se limitó a buscar la carta en el libro para poder comprender un poco mejor lo que estaba sucediendo y lo que la misma tenía para decirle sobre la herencia no material de Orión.

 

- Creo que es evidente que tienes problemas con tu familia o que vas a tenerlos - La herencia no material de Orión eran todas aquellas personas que él amaba y que pertenecían a la familia Yaxley - En particular con los Yaxley que es la familia de la cual eres patriarca - El profesor era como el emperador de su familia así que la carta estaba haciendo referencia a su posición dentro de la misma y lo que tendría que hacer para protegerlos a todos.

 

- Sin duda representas una figura de autoridad y tendrás que proteger a toda tu familia de un peligro que los podría perseguir. Debes hacer valer tu posición como patriarca y evitar que les pase algo a los Yaxley - Dijo el Tonks aunque no con mucha seguridad porque no tenía muy claro el verdadero significado de las cartas y aún pensaba que era muy pronto como para confiar en sus adivinaciones sobre el futuro debido a su experiencia.

 

- O puede ser que alguien quiere quitarte el patriarcado - Encogió los hombros dado que no sabía qué era lo que en verdad tenía que decir la carta pero debía verse seguro para que Orión le creyera un poco lo que acababa de decir.

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Orión no pudo evitar echar una risa.

 

Le encantaba escuchar predicciones de otras personas. Sentía que se acercaban demasiado a una buena visión, pero luego se atajaban con algo un poco diferente para abarcar más terreno. En el terreno de ese conocimiento, no todo lo hacía el adivino. El que escuchaba necesitaba aportar su parte. De alguna manera, era el que completaba con la consulta. Y es que, los símbolos sólo cobraban sentido alrededor de una vida.

 

Reflexionó un poco sobre la predicción de Gatiux. La veía demasiado improbable. ¿Él? ¿Un animal? Se veía más humano. No le gustaban las pulgas y pelos en todas las partes del cuerpo, sólo donde la adolescencia le había sacado. Pero sintió que la imagen de una marmota le traía paz. Los dos estaban pensando en lo mismo.

 

También, sintió un escalofrío cuando vio el Emperador. Sacar una sola carta para la lectura de un futuro incierto podía significar desafío desde una figura de autoridad. Algo que él, y precisamente él, no era. Los había llevado a todos a una casa que los intentaba matar constantemente, si no fuera por ataques de dementores o deficiencias edilicias.

 

- Perfecto. Van entendiendo la idea. La próxima lectura necesitaría más contexto. A mí me encanta cambiar de idea, así que ahora van a hacer una lectura sobre ustedes mismos. Quiero que expresen todo su proceso mental. Que me expliquen el por qué llegaron a esa conclusión.

 

Tomó las cartas de tarot, las mezcló, acomodó y se las extendió a Gatiux.

 

- Tuyas, cariño.

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