Encantamientos y Astronomia

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

Varios meses navegando. El no tener clases, me ayudaba a estar sin preocupaciones, como si fueran unas vacaciones en mi barco. El "Jackdaw" era un lugar muy tranquilo, el mar, la brisa, el sonido del oleaje. Como no quería ninguna distracción, ni tripulación tenía.

 

Una lechuza llegaba, se paraba en el timón.

 

- No puede ser, dime que no es de... - Me acercaba para tomar el mensaje que venía y en efecto era una nota de aquel Director de la Universidad con buenas noticias(?) - Enserio, tengo que ir al Claustro a dar clases.. - Golpeaba el timón con una fuerza, que hacía rebotar el elemento y asustando al ave que salía despavorida rumbo a su regreso.

 

Seguía leyendo la nota, al parecer no iba a dar la clase solo. Ya que solo contaba con una alumna tendría que compartir, afortunadamente era una persona que conocía, y no tendría que verme tan novato después de todo ese tiempo sin dar clases.

 

Sabía que mi compañero de clase, tenía conocimientos para venir a donde me localizaba, por lo que le mande una nota a él así como a mi alumna, poniéndoles una pequeña prueba.

 

 

La clase se llevara a cabo en mi barco, aquí los esperare. Claro que espero que sepan llegar, el barco se encuentra navegando. Por lo que aquí les dejo las coordenadas: 51°29′56″N 0°36′31″E

Atte: Ragnar Bjorn Lodborck BL

 

 

Esperaba que a mi compañero le gustara el escenario que había seleccionado para impartir la clase. Al menos yo estaría super cómodo y no tendría que volver a tierra ni estar en ese Claustro de conocimientos.

 

Sabía que aun tardarían un poco en llegar, por lo que ancle el barco donde me localizaba. Accedí al camarote y a sacar todo para que cuando llegaran estuviera el sitio adecuado para que diéramos clases. Solo esperaba que Aries no destruyera ni le hicieran destrozos a mi valiosa posesión.

[Ky.]

Aries contemplaba su figura frente a un espejo, era la tercera vez que regresaba a su habitación para cambiarse de ropa, pero era la quinta vez que cambiaba de peinado. Aquel día tenía planeado salir a pasear con Arya, la hija de Pik Macnair, con la cual empezaba a tener una relación amorosa. Se estaba poniendo una corbata plateada que combinaba con su camisa verde oscura y su traje negro, hubiese sido un día especial si no pareciera mujer a la hora de arreglarse, pero en su lugar miraba la nota de la ubicación donde se encontraba su compañero de bando y de Ateneo de conocimientos que acababa de entrar por su ventana, al mismo tiempo que le notificaron quien era la persona a la que debía impartir clase.

Leyó varias veces el nombre de su alumno, trato de recordar de dónde es que lo conocía pero su memoria no le daba para recordar antiguas glorias dentro de las filas mortifagas, por lo que optó por ignorarlo en ese momento, ya recordaría al verlo de quien se trataba. Usó la misma nota que le había enviado el Black Lestrange para que Near llegará a la clase, aunque la verdad es que posiblemente aquella nota lo llevara a otro lugar. El ángel caído había decidido enviar al Yaxley a realizar varias pruebas antes que llegara justo al barco donde navegaba el profesor de Astronomía, solo después de pasar tres retos este iba a llegar a presentarse frente al metamorfomago.

Las pruebas venían desde su subconsciente de cada alumno, que si fuera por él los pondría a pelear contra un dragón, o alguna criatura que los pudiese matar si no tenían el suficiente conocimiento en encantamientos, en su lugar los dejaba que su propio inconsciente les pusiera las pruebas a las que en verdad podían salir victoriosos. Cuando terminó de planear su casa tomó su varita al interior de su saco y realizó una floritura frente a él. Un portal se abrió a solo cinco pasos de él, el cual al cruzarlo lo dejaba justo a la mitad del barco en el que Ragnar se encontraba.

—Buenas Tardes compañero, ¿cuál es el rumbo de esto? —preguntó.

Como si de un saludo se tratara, de la misma forma como le hubiese preguntado a una madre el nombre de su hijo. No, a Aries no le interesaba hacia dónde se dirigían, pero quizás, conocer el paradero del barco le ayudaría a evaluar mejor a su pupilo, mientras lo hacía pasar varios retos al interior de esto.

Mientras su pupilo aparecía en aquel lugar, Aries se dedicó a mirar y admirar cada detalle que conformaba la posesión del Black Lestrange. Desde los ojos del Ivashkov, el navío tenía mas de un siglo, se podía ver por lo tan bien hecho que estaba, para ese momento se preguntó si es que la nave pudo haber pertenecido a piratas en el Siglo XVIII pero no le preguntó. Esperaba que como todo padre orgulloso de sus hijos, hablara del barco como si fuera un hijo pero al parecer estaba en espera de alguien.

—¿Crees que sean lo bastante inteligentes para llegar a un lugar por coordenadas?

[Near]

Me tiré de un salto en la cama, no había tenido tiempo de descansar como es debido desde mi regreso de aquel viaje. Entre las misiones de mi padre y aquel incidente con la fuente familiar, casi no había podido dejarme caer sobre algo y simplemente descansar. Estiré mis brazos y, sin desvestirme, deje que mis ojos ce cerraran.

 

Me desperté exaltado, con una nota en la mano. La habitación parecía estar completamente en orden y aun así me sentía observado. Mire de lado hacia la puerta, estaba seguro de haber despertado, pero no me sentía del todo despierto. Sacudí la cabeza intentando despabilarme, aunque aquello solo consiguió marearme un poco más.

 

" {...} Por lo que aquí les dejo las coordenadas: 51°29′56″N 0°36′31″E"

 

La extraña nota empezaba a tener sentido. Aunque utilizar aquel sistema de ubicación muggle me había parecido exageradamente innecesario, era mucho mas fácil utilizar un traslador o abrir algún portal. Sea como fuere, debía ponerme en marcha. Estaba vestido, por lo que solo tomé mi varita y me encaminé hacia la puerta, aun sostenía la extraña nota en mis manos... y aun me sentía como si todo fuera un sueño.

 

Al abrir la puerta mi confusión fue aun mas grande.

Un enorme abismo se extendía delante de mí. Solo había una pequeña saliente, de no más de dos metros y podía ver otra puerta a lo lejos. Miré hacia abajo, las alturas nunca me habían asustado, en el fondo había tres bloques que parecían ser parte de un puente.

 

- Eso definitivamente no estaba aquí - pensé mientras me rascaba la nuca. Cerré los ojos y me concentré en la puerta, giré sobre mis talones y ... nada.

 

"Esto es aun más raro" no podía aparecerme en mi propia casa. Carraspeé y apunté mi varita hacia los bloques, aun convencido de que no estaba del todo despierto.

 

- Wingardium leviosa - Mi idea original había sido levantar los tres bloques a la vez, pero solo uno se movió, el mas grande de los tres. Claramente el hechizo no me permitiría más y definitivamente no iba a pararme sobre esa cosa flotando en el medio de la nada. Tenía agallas, pero no era suicida. Aun así seguí levantando el bloque de piedra hasta muy por encima de la altura necesaria.

 

"ok, esto tendrá que ser muy rápido" Di unos pasos hacia atrás, casi volviendo a adentrarme en mi habitación - si es que eso era mi habitación realmente - y me preparé para soltar el bloque. Lo solté sin dejar de apuntarle y al grito de:

 

- Engorgio! - La gran masa de piedra triplico su tamaño, alcanzando ambos extremos del abismo y golpeando con fuerza las salientes. Un estruendo me dio la señal de partida para correr. No estaba seguro de cuanto duraría el encantamiento y no me interesaba quedarme a averiguarlo, solo quería irme de allí.

 

 

***

 

Atravesé la puerta y logre salir de la Manor, una vez más todo parecía normal. Necesitaba un mapa o algo donde pudiera ver como llegar a las dichosas coordenadas. Recordé que en la biblioteca familiar había libros que hacían referencia al sistema de coordenadas muggle. Volví sobre mis pasos, reingresando al vestíbulo, directo hacia la biblioteca cuando mis pies quedaron atrapados en algo.

Miré hacia abajo, arenas movedizas, mi día no podía empeorar y una vez mas tenía esa sensación de estar dormido. Acaso alucinaba. Apretaba la nota con fuerza mientras pensaba en como zafarme de aquel asunto. A pesar de lo extraño de la situación, sentía que aquello era normal, como si debiera estar pasando.

 

- Accio cortinas - las cortinas de una de las ventanas se arrancaron del barral y salieron disparadas hacia mi rostro. Las aparté con enojo. "Eso fue una pésima idea" pensé algo desanimado. Lo siguiente fue un poco más arriesgado.

 

Ejecuté un encantamiento desecador para evaporar toda el agua, sin la cual la trampa quedaba reducida a un montón de arena seca. Me arrastré como mejor pude, y una vez en suelo firme fui a buscar aquel libro. Con suerte no tardaría demasiado en descubrir como y donde aparecer, para estar de una vez en mi clase.

***

El libro por fin apareció. Tenía un capitulo sobre algo relacionado con Durmstrang y la forma en la que sus alumnos utilizaban una mezcla entre astronomía y coordenadas muggles para moverse por el océano. Necesitaba las notas para cotejar los datos y saber como crear un portal o simplemente aparecerme en esas coordenadas. Busque en uno de mis bolsillos, la había guardado allí cuando me arrastraba por el banco de arena y cuando por fin la encontré, el libro no estaba.

- Pero que caraj... - una cola escamosa se alejó a toda velocidad por la puerta. Corrí tras la criatura, que aparentemente tenia mi libro y, una vez fuera, , me frené en seco. - Un dragón... de verdad? - hablaba conmigo mismo, claramente no había nadie cerca. Lo

 

Un vipertooth peruano me miraba de frente, sobre la base de la gran fuente de la Manor, con el libro en la boca. Claramente no se trataba de un adulto, ya que no pasaba del metro y medio de altura, pero aun así era una amenaza. No podía arriesgarme a hacer movimientos bruscos, aunque el animal tampoco parecía dispuesto a atacar. El dragón dio un paso hacia atrás, estaba a mas de 5 metros y no podía dejar que se fuera con mi libro.

Atacarlo tampoco tenia sentido, su piel podía repeler cualquiera de mis rayos.

 

- Deprimo! - Susurré haciendo que el piso debajo de los pies del dragón se derrumbara. Debajo de la fuente había una pequeña recamara hueca donde se recirculaba el agua. Sin detenerme apunté una vez más a suelo.

 

- Reparo! - El suelo se rearmó con un resonar de escombros al chocar unos con otros. El dragón quedó atrapado en medio de la estructura. Sabía que no era la forma más humana de tratar con una criatura, pero nadie había mandado al bichejo a llevarse mi libro. Ya alguien lo sacaría de ahí.

Me acerqué con cautela al libro, el cual había soltado entre los rugidos quejumbrosos que denotaban lo incomodo de su nueva situación, y lo tomé de un golpe.

 

- Dragones y trampas de arena... - Negaba con la cabeza volviendo a buscar la pagina para encontrar como llegar aquellas coordenadas. Me alejé caminando.

 

 

****

(51°29′56″N 0°36′31″E)

Un pequeño traslador no regulado, creado con las coordenadas imbuidas en él, habia sido la mejor solución al mensajito con la nota. Estaba cansado, luego de aparecer me tomé unos segundos para respirar; apoyaba las manos en mis rodillas y cerraba los ojos.

- Espero no llegar tarde - Salude una vez erguido, e hice una reverencia hacia ambos profesores - tuve... ciertos contratiempos. Soy Elliot, vengo por la clase.

 

[Ky.]

Para donde quiera que girará el Black Lestrange sólo miraba agua, pero de los alumnos, de ambos, ni un rastro. Había aprendido a navegar meses antes, cuando tuvo que realizar un mapa de estrellas, así que la idea de perderse en el mar no iba a ocurrir. Y aunque para el Ivashkov, el estar ahi le parecía extraño, esta vez era diferente, el se encontraba en el navío compartiendo el lugar como iguales con su tío Ragnar.

Varios minutos antes de que su alumno hiciera acto de presencia, el metamorfomago caminaba por los pasillos que daban a los camarotes de aquel lugar. En el principal se encontró con un sombrero, un parche de ojo y una espada, elementos que le dieron la idea de cambiar de ropa antes de que el Yaxley llegará.

Se acomodaba el parche en el ojo, como último elemento que a completaba su outfit, cuando lo escuchó llegar. Al parecer había sido lo bastante creativo para llegar hasta él, esperaba que sin ningún rasguño aparente. Al verle no pudo evitar poner los ojos en blanco al ver que en verdad aquel miembro de aquella familia que detestaba se encontraba frente a él sin rasguño o daño que lamentar.

—Es una lastima que el dragón no te comiera… —dijo más para él que para los presentes.

—Así que tú eres el Yaxley, —realizo el comentario mientras lo observaba de pies a cabeza, tratando de hacer memoria, pero nada, no lo recordaba. Y restando la importancia al hecho de no recordar al joven, empezó su clase con un discurso, de esos largos discursos aburridos sobre lo que era un encantamiento y lo que esperaba de aquella clase, para culminar con un poco de lo que se iba a hacer en aquel sitio.

—Como sabrás, la mayoría de los barcos piratas, tienen varios encantamientos encima para ocultar sus riquezas o bien para atracar a otro navío, quiero descubrir que nos esconde este precioso ejemplar.—señalo todo el lugar y enseguida se puso a caminar en dirección a la parte de atrás del barco, no le dijo nada al chico como si el sólo hecho de caminar por su parte significaba que él tenía que seguirlo.

Aries tenía la idea de que mientras navegaban, ellos podían generar un plan para robar en otras embarcaciones, así que iba a necesitar tanto de Elliot como de la alumna de Ragnar, aun cuando la segunda no estuviera del todo de acuerdo. Iba varios metros por delante del menor de los Yaxley cuando se giro para dirigirse de nueva cuenta a él.

 

—Mi nombre es Aries Ivashkov, y como te diste cuenta, soy el titular de Encantamientos.

[Bodrik]

Mucho tiempo había deseado obtener un mayor conocimiento en Astronomía, pero cada tanto que se fijaba en el listado de conocimientos disponibles tenía la sensación que jamás había un profesor disponible para la enseñanza, sin embargo el deseo persistía hasta que se llegó el día y decidió aventurarse con una inscripción que afortunadamente fue positiva aunque en el listado parecía como la única alumna que tomaría tal curso, pero no sentía temor pues la mayoría de las veces había sido la única( seguramente por las áreas de interés que tomaba) y Esta vez le parecia mucho más apropiado tener a un profesor solo para ella.

 

Los días pasaron antes que una lechuza golpeara con el pico su ventana para entregarle una misiva bastante particular pues el lugar de especificar una locación especifica se le avisaba la necesidad de viajar hacia unas coordenadas que la llevaría al encuentro con el profesor a quien ella por supuesta no había tratado con anterioridad y esta sería una buena oportunidad de compartir con alguien más.

 

Tenía muchas expectativas acerca de la materia y de las aventuras que le esperaban. Empacó lo básico dentro de su bolsito agrandado con un hechizo indetectable pues, aunque no tuviera en mente salir herida un viaje de esa índole no siempre es predecible y prefería mantener cerca su kit médico, además de varita y objetos mágicos relevantes, además de un catalejo que suponía sería bastante útil a la hora de observar las estrellas.

 

Se detuvo para dar un nuevo vistazo a la información pues tener unas coordenadas significaba bastante problema para ella pues no será nada sencillo aparecerse en un lugar que uno no conoce, sin embargo, intentaría algo mejor para encontrar la ubicación de su clase y sobre todo para protegerse del inclemente clima que aun permanecía en gran Bretaña.

 

Su indumentaria era sencilla: Una blusa color negro adornada con un hipogrifo en la esquina inferior izquierda, unos jeans azules, un par de tenis color violeta y el cabello recogido en una coleta para que no estorbara y como decidió rápidamente salió al jardín del castillo para concentrarse mejor utilizando uno de los poderes de magia Uzza más útiles según su punto de vista pues le permitía abrir un portal hacia cualquier lugar de su elección y así trasladarse mejor. Se trataba del Haz de noche que una vez invocado dejo espacio suficiente para entrar- Listo- dijo entrando en el portal y una vez atravesó terminó cayendo en la cubierta de una embarcación y golpeándose fuerte contra la superficie- auch- dijo poniéndose de pie un poco desorientada y tambaleándose un poco gracias a los vientos fuertes que daban contra su cuerpo liviano.

 

-Lo siento. ¿esta es la clase de Astronomía? - Estaba un poco desubicada al ver a más personas de las esperadas.

 

[Near]

Miré a mi alrededor, esperaba aparecer en un barco lujoso, brillante y con olor a nuevo, la vision era totalmente opuesta. Me lleve una mano al rostro, fingía frotar uno de mis ojos mientras disimulaba una media sonrisa "¿Será Halloween?" pensé comprimiendo una risa como si aclarase mi garganta "Solo espero no encontrar un traje de marinero con mi nombre" parpadeé rápido y sacudí la cabeza, como quien intenta sacarse una mala imagen. Había escuchado a medias aquel comentario del profesor.

 

- Podría haberlo traído conmigo para que elija mejor - susurré mirando hacia un lado. Aquello confirmaba que aquella serie de eventos catastróficos venían de su parte. Negué con la cabeza intentando entender por qué había aceptado aquellas situaciones como si fuesen cotidianas, entonces recordé la extraña nota que jamás había abandonado mi mano. La lancé disimuladamente al mar - no quería mas ilusiones o lo que fuera aquello por lo que había pasado- , luego volví el rostro para asentir al escuchar mi apellido.

 

La clase dio inicio, sabía muchas de las cosas que el profesor explicaba, era lógico que comenzara por lo básico. Aun así, el discurso se extendió mas de lo que hubiera querido tolerar. La conclusión de la primera parte fue lo más interesante. Estábamos rodeados de secretos ocultos a plena vista y la principal intención del profesor era exponerlos, aquello de pasar a la práctica tan rápido volvía mucho más interesante aquella clase.

"I..vash.. ajjj... como sea, creo que solo le diré profesor" Omitir su apellido sería mejor que pronunciarlo mal. El mago había comenzado a caminar por la cubierta, supuse que esperaba que lo siguiera, ya que de otra manera no no podría escuchar el resto de la clase. "Hará alguna demostración o simplemente puedo empezar yo?" La idea de buscar mecanismos mágicos secretos me movía la curiosidad. Empecé a formular la pregunta cuando algo -o alguien - cayó de bruces contra el suelo justo delante de mi.

 

Detuve mi intento de pregunta y me acerqué mirando extrañado a la mujer. Solté un "¿estas bien?" por lo bajo, la respuesta se dejo ver mientras la veía incorporarse, no había pasado nada. El profesor se había alejado ya bastante por lo que volví a seguirlo.

 

- Si me permite - dije luego de aclararme la garganta - podría intentar algo básico para empezar. -No esperé la respuesta. La cubierta estaba repleta de cajones, cañones, trapos y barriles. Todo objeto metálico estaba cubierto de aquella típica capa rojiza de óxido, todo excepto un pequeño arcón cuyos herrajes estaban en perfecto estado. Bien podría ser nuevo, pero no perdía nada con intentar.

 

- Specialis Revelio - Si el arcón contenía algo de valor, estaría maldito para que nadie pudiese acceder sin una consecuencia, o al menos eso esperaba. El objeto se ilumino luego de que la chispa que saltó de mi varita lo tocara. Luego de un segundo pasó aquello que probablemente mi profesor esperaba.

 

Nada.

 

No se suponía que fuera tan fácil de todas formas. Tenía que haber alguna forma de detectar que objetos estaban encantados y cuales no. Sonreí algo frustrado.

 

- Bien, podría haber sido más dramático - dije encogiéndome de hombros.

 

[Ragnar Bjorn Lodbrok BL]

El aburrimiento estaba agotando a Lodbrock, hubiera preferido seguir navegando que quedarse esperando a que 3 personas más llegaran al barco. Seguramente ya estaría encontrando nuevos tesoros, surcado mares desconocidos, enfrentado a algunas criaturas marinas o simplemente naufragado en una isla como algunas ocasiones.

 

Veía como llegaba su compañero de clase, sin embargo no le prestaba relevancia por lo que siguió observando hacia la nada sin poder navegar, al menos no sin que llegaran las personas que faltaban. Otro muchacho más apareció que de igual forma fue irrelevante para Ragnar. Hasta que finalmente una chica apareció medio desorientada.

 

- En efecto señorita, Bodrik- dejo finalmente el timón acercándose a su alumna - Bienvenida a la clase de Astronomía, no se preocupe aquellas dos personas son de la clase de Encantamientos que se dará en este mismo sitio - Tomo el catalejo que tenía al alcance y se lo paso a la chica.

 

- Bueno espero que no se le haya complicado mucho llegar hasta aquí. Creo que si bien sabe para poder aparecerse necesita conocer el lugar, lo hizo muy bien con ese portal. Sin embargo como puedo notar, en estas instancias y por lo que realizaremos en cuanto a la materia ocupara otros artilugios. -

 

Antes de que pudieran comenzar con una clase de teoría aburrida, un oleaje comenzó a azotar la coraza del barco, provocando que se balanceara de un lado a otro. La noche estaba cayendo y una luna azul se levantaba lentamente sobre ellos. En la popa se veía como el otro alumno intentaba abrir un arcón que contenía algunos objetos de valor para el marinero. Por lo que se enojo y avanzo hasta donde se encontraban.

 

- Hey ni se les ocurra destruir nada del lugar, que lo tendrán que reponer y dudo que puedan hacer eso con los recuerdos que contiene este barco, así que tengan cuidado o puede que aún tengan algunas maldiciones para ustedes.

 

Nuevamente se acerco a su alumna, el oleaje seguía golpeando el casco, necesitaban navegar a un lugar más tranquilo. Aunque probablemente por lo que observaba no lo encontrarían al menos hasta que...

 

- Bien señorita su clase a comenzado, como puede saber un buen marinero debe saber hacia donde navegar. Y la astronomía les puede ayudar a orientarse y seguir su destino. Por lo que su primer tarea sera estabilizar la embarcación haciendo unos mapas astrales para que nos diga hacía donde navegaremos. -

 

Le entregaba unos planos, algunos artículos para que pudiera realizar lo que se le solicitaba. Mientras seguía observando hacía lo lejos para ver que no destruyeron su barco, al menos no más de lo que el oleaje ya estaba produciendo.

[Near]

Tras el intento fallido de "desvelar todos los misterios" de aquel barco hechizando un tonto cofre que solo pecaba de ser nuevo, desentonando con toda la embarcación que ciertamente se caía a pedazos, decidí enfocarme en lo más obvio. Me aleje de la clase de astronomía para no distraerme con cualquiera de sus curiosidades sobre el destino y mapas astrales. Encaminándome hacia mi profesor y buscando con la mirada algún indicio que revelara puertas secretas, velas encantadas, pasadizos o alguna otra cosa anormal en aquel trasto de madera.

 

- No creo que este barco esconda mucho, - Dejé que mis ojos divagaran en el paisaje maritimo - sinceramente solo me parece un pedazo de madera - dije al aire mientras descansaba mis codos en una pequeña barandilla de madera justo al borde de la cubierta - Pero si de encantamientos se trata, me gustaría saber cual es el que mantiene unido a este cacharro.

 

Afortunadamente el profesor de astronomía no me escuchaba desde aquella distancia. El oleaje comenzó a sacudir el barco mientras avanzábamos. Un gran frente de tormenta nos seguía de lejos, aunque el cielo seguía perfectamente despejado sobre nosotros. Los otros dos tripulantes se habían puesto en la tarea de mantener el barco estable así que mi preocupación sobre la integridad de aquel cascajo disminuyó notablemente.

 

- Ok, este no me parece el mejor escenario - miré a lo lejos, distinguía una silueta negra iluminada solo por la luz de la brillante luna que nos acompañaba. Tomé un catalejo, al parecer encantado -si, esas cosas encantadas aparecen cuando no las buscas - y miré hacia la silueta. Un gran navío de guerra se acercaba a toda velocidad. Tenía, en uno de sus laterales, mas cañones de los que pudiera contar.

 

- Muy bien profesor... si de encantamientos se trata, es probable que deba hacer uso de todos los encantamientos defensivos que conozca - Dejé que mi varita apareciera en mi mano una vez mas para comenzar a conjurar un escudo alrededor de toda la embarcación - y creo que todos deberíamos hacer lo mismo o esto se verá reducido a un pedazo de madera flotante.

 

Ya era un pedazo de madera flotante de todas formas.

 

Con aquella gran tormenta pisándonos los talones y un destructor naval en el frente, solo quedaba proteger el barco como pudiera y esperar que si estuviera encantado de alguna manera.