Hipster duel.

[Evedhiel]

Acaso hay algo mas perfecto que el silencio después de la tormenta en la nieve? La calma después del desastre. Esa sensación de estar pisando tierra virgen, como si el mínimo hecho de mancillarla con las huellas de los zapatos fuese a quebrar la única oportunidad de paz que habían dejado las nubes.

 

Evedhiel se acomodó la capucha de la túnica justo antes de abandonar la gran puerta de madera en el edificio aparentemente en ruinas. Sus pasos crujian sobre la pureza blanca de los copos de nieve y sobre su cabeza la única luz que la guiaba eran las estrellas en una noche aparentemente sin luna.

 

La chica había tardado semanas en localizar la posición exacta de aquel escondite. Casi dos días enteros en sobornar al guardian que vigilaba la puerta y cuando todo por fin estaba hecho para que la chica se aventurara en aquella biblioteca, segundos pensamientos se apoderaron de su cabeza.

 

-Una biblioteca mortífaga.- pensó de camino al edificio.- Todo el conocimiento de hechizos, lbros, historia y antiguos planes mortifagos recogido entre 4 paredes camufladas en hotel abandonado.- Un escalofrío le había recorrido la espalda.

 

Claro que aquellos pensamientos habían desaparecido en cuanto sus ojos libres de capucha se habían posado en la infinidad de libros amontonados en estanterias y organizados por temas.

 

 

-Tienes media hora; Ni mas ni menos.- le había dicho el chico al que había sobornado.- Hago guardia hasta entonces. Después estas sola.

 

Evedhiel no podía creerse su suerte. Toda una habitacion de libros para ella y solo podía escoger uno.

 

Tras lo que parecieron milenios, la chica finalmente escogió uno con la lista de hechizos mortífagos, como usarlos e invocarlos.

 

-Gracias, dijo Evedhiel.

 

El mago que vigilaba la puerta asintió mientras la dejaba salir .

 

-Si vuelves lo sabrán.- dijo el chico.

 

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Evedhiel agarró el libro bajo su mano con fuerza.

 

A su alredor eidificios oscuros la rodeaban. Algun que otro trozo de madera roto y corroido había encontrado la manera de caerse al suelo, una papelera rota a su izquiera con algun que otro papel sobresaliente, y un muñeco de nieve a medio hacer.Todo lo demás habia sido cubierto de nieve polvo.

 

 

Evedhiel escuchó pasos detrás suya. intentó calmarse durante unos metros pero el sonido sordo de los pasos cada vez más ligeros la seguía.

 

 

Se giró distinguiendo. Una figura negra en la oscuridad. Sin duda alguna la habían descubierto.

 

-Sectusempra- dijo instintivamente dirigiendo su rayo a la figura que la había seguido.

 

 

 

[Orión Yaxley]

- ¿Me estás hablando en serio?

 

El guardia titubeó. No lo podía matar porque, ya estaba muerto. Estaba la creencia popular que inferis eran buenos custodiando cosas, por una parte, porque obviamente estaban muertos, por otra, no deberían tener esos deseos carnales y materiales. Pero, a veces, la vida se aferraba demasiado y afloraban cosas que debían estar muertas. Chasqueó los dedos y el cuerpo perdió lo que se le había otorgado. Bah, cabe destacar que luego del chasqueo siguió un puñetazo fuerte en toda la cara. Que Orión todavía no manejaba ese nivel de magia.

 

Sintió como el tiempo se detuvo, como cuando un pasillo se estrechaba y se alargaba. Era un vértigo que lo obligó a mirar hacia atrás directamente. Entrecerró los ojos, pudo visualizar una figura a lo lejos.

 

Se metió a un callejón.

 

Intentó acortar la distancia, pero tampoco era que estaba muy vestido para la ocasión. Unos jeans oscuros, cómodos, medias gruesas de lana y unas botas para evitar el frío. Por encima de su torso llevaba la típica remera clara y una campera con capucha, que ocultaba su típico cabello cobrizo con puntas azules. Sus arrugas volvieron a marcarse, cuando frunció el ceño al verla cerca de un contenedor de basura.

 

Hizo ruido a posta chapoteando en un charco al posicionarse a unos diez metros de la ladrona.

 

El callejón fue testigo del ataque sorpresivo de Evedhiel. Este, era un poco estrecho, de harán unos cuatro metros de ancho. Tenía a lo alto, múltiples cuerdas con ropa colgando, aunque estuvieran congeladas. Por encima de Evedhiel, se extendía un sistema de escaleras de emergencia extremadamente grande para el edificio al que estaba pegado. Las articulaciones estaban corroídas y temblaba ante el viento.

 

Un sectusempra fue su opción. Orión miró hacia los costados, no tenía ningún contenedor de basura, solamente a la altura de ella. Refunfuñó. No le gustaba utilizar los hechizos neutrales. Aprovechando la única fuente de luz, una luminaria por sobre la cabeza de la muchacha, pasó su mano por la cara colocándose la máscara. En la derecha materializó la varita.

 

- Protego.

 

Una fuerza invisible detuvo el rayo ofensivo.

 

Suspiró. No tenía más remedio que batirse a duelo. Giró hacia atrás para ver si venía alguien. Ningún muggle. Sonrió debajo de la máscara al ver un contenedor de basura. Rápidamente se giró hacia su contrincante.

 

- Absorvere.

 

Su varita vibró. Las costillas más cercanas del corazón de Evedhiel se quebraron por la magia negra. Capaz no sería un gran ataque en un principio, pero si no consideraba curar esa herida, la gangrena comprometería los órganos vitales y causarle la muerte.

[Evedhiel]

El mago realizó justo lo que la chica esperaba que él hiciese y el efecto del protego que el mago acababa de invocar comenzaba a materializarse cuando la chica pronunció su segundo hechizo, vaticinando el siguiente ataque del Yaxley.

 

-Silencius.- dijo Evedhiel.

 

Las palabras absorvere quedaron enmudecidas en la boca del mortífago, que sorprendido esperaba una reacioón distinta a la que estaba pasando. Posiblemente el mortifago se alegró que su mascara no revelase el gesto tosco de sus labios intentando vocalizar el hechizo, pero nada mas que aire escapó de su boca.

 

La varita de Evedhiel temblaba en su mano.Hacía tanto tiempo que no se batía en duelo, que el corazón le latía fuerte. No perdioó tiempo, y aprovechó el silencio temporal del mago para lanzar su siguiente hechizo.

 

-Expelliarmus- dijo la chica, y un rayo de luz se dirigió a Orión, buscando la separación del mago de su varita.

 

Una carrerita para recuperar tu varita te hará entrar en calor.- pensó Evedhiel, mientras avanzaba algunos pasos retirandose de debajo de las escaleras de metal que les rodeaban.

[Orión Yaxley]

Había querido hablar y nada. Puso los ojos en blanco. El truco más viejo del libro. Adelantarse al rival para detener cualquier movimiento siguiente. El Silencius, uno de los hechizos neutrales. Entrecerró los ojos. Tenía ganas de lanzarle un Seneca en ese instante, pero, no se trataba de un fenixiano, si no ya hubiese lanzado los respectivos hechizos. Suspiró. Si dependía de solamente hechizos neutrales estaba un poco perdido en el aburrimiento.

 

Dio unos pasos atrás hasta quedar a la misma altura del contenedor de basura. Seguía en posición de duelo. Ni bien sus oídos escucharon el siguiente hechizo, sabía qué hacer.

 

- Vitae.

 

Apoyó la p*** de su varita a la superficie metálica. Los dos objetos vibraron al mismo tiempo. Fueron cuestiones de segundos los que necesitó al contenedor animado a detener el rayo desarmador con Orión como objetivo. Tenía patas fuertes y un par de alas que le servían para moverse. De la parte superior, varios ojos aparecieron para ayudar en su visión, junto con una enorme boca llena de dientes filosos. Un cuerno apareció por ahí, dando la impresión general que se trataba de un rinoceronte metálico.

 

- Atácala y defiéndeme de sus rayos.

 

No se detuvo solo en eso, si no que volvió a mover su varita, esta vez, con el contenedor que Evedhiel tenía por detrás.

 

- Morphos.

 

Su varita volvió a vibrar. El contenedor que estaba por detrás de la ladrona, ahora, sería víctima de una transformación sorpresiva. Un oso pardo la atacaría por detrás.