Libro de la Sangre XXI

[Hades Ragnarok]

El vampiro puso los ojos en blanco. Su ahijada se estaba haciendo la lista y la floja, quería que el hiciera todo el trabajo sucio por ella, y así ella jamás podría pasar aquel libro. Aunque claro estaba, era la segunda vez que ella realizaba un sacrificio, una cortada, por lo que al menos se sorprendió que esta no le huyera a la sangre. Dibujo una mueca la chica había sido sanadora así que aquello sí que hubiera estado completamente mal. Se burlo de aquella idea. El Ragnarok sabía que debía hacer que Alessandra aprendiera ya fuera pro las buenas o por las malas todo aquello. Lo mejor parta ella es que no le obligara hacerlo por la segunda forma porque no sería nada bonito, mas cuando ella ya no podría escapar.

 

Camino lentamente atento a lo que pudiera suceder y a lo que le rodeaba. Sospechaba que aquel lugar estaba lleno de inferís, ¿Por qué no?, los espíritus y cuerpos de los samuráis que alguna vez protegieron aquella tierra aun podrían estar allí resguardando aquello, más aun, cumpliendo con el trabajo que se les había encomendado.

 

En el momento que se acercaron mas a la zona donde se encontraba el agua el cainita vio venir lo que se les avecinaba. Bufo molesto pero no había vuelta atrás. Era el momento de pelear, y de cumplir con todo aquello, pero luego se vengaría de Alessandra, de eso no había ninguna duda.

 

*****************

 

Había pasado por el área de inferís sin problemas, había usado todos y cada uno de lso conocimientos que había adquirido con los libros anteriores además de la utilización de su daga de plata, la daga del sacrificio y algún que otro objeto que llevaba colocado.

 

Se volteo mirando seriamente a la Delacour. Había llegado la hora de cobrar todas y cada una de aquellos hechos, de aquellos cortes y la utilización del mismo. No le dio tiempo de reaccionar a la joven que se encontraba cerda de él sin mas pronunció aquel hechizo que no solía usar. “Maldición”-había susurrado sin ningún atisbo de piedad apuntando a Alessandra quien ahora estaba bajo los efectos de aquello. Un segundo después ya estaba haciendo un corte en su ahijada atándola así a un juramento de sangre… “no puedes utilizar invocaciones” –dijo ordenándole aquello.

 

@