Jump to content

• Mansión de la Familia Macnair • (MM B: 86385)


Pik Macnair
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Returning after a long time.




Aparecí en medio de los Jardines acompañada nada más de mi maleta de viaje y uno que otro vestigio de lo que fue mi paso por las tierras islandesas. Lo primero que observé fue la niebla blanquecina que se desplegaba desde los suelos hasta crear una pequeña fortaleza que rodeaba naturalmente a la Mansión de los Macnair, que aún en épocas invernales, conservaba una belleza particular y hasta me atrevería a decir, medio primaveral. Caminé sin apresurarme, teniendo cuidado de no embarrar mis botas y resbalar como antaño. Una vez frente a la puerta, no necesité tocar absolutamente nada, pues la misma se abrió al instante dejando ver unas orejas siempre alertas y curiosas desde varios centímetros más abajo que yo.

 

⸺Tipsy y Dipsy. ⸺susurré con cierta dulzura y antes de que ellos hablaran, alcé el índice para luego cruzar el umbral y comenzar a desabrochar el pomposo abrigo color carmín que me acompañaba.⸺ ¿Hay alguien en casa?

 

Los elfos se acercaron, uno a cada lado, ayudándome con la vestimenta hasta que contestaban al unísono cosas completamente diferentes. Tal parece, sabían casi lo mismo que ellos posiblemente de mi, y no los culpaba. Así eramos los Macnair. Solté las hebras de mi cabello para dejarlas desplegarse por el largo de mi espalda, deslizando una de mis manos hacia mi cuello, presionando con mis dedos ante la tensión de tanto tiempo estar sentada en un tren. Podría haber optado por mis habilidades, pero necesitaba paz.

Caminé tranquilamente por los rincones de mi hogar, atreviéndome a deslizar las yemas de mis dedos por las enormes paredes que separaban los ambientes, cerrando los ojos para impregnarme con esa energía familiar y al mismo tiempo de todos esos recuerdos; no podía evitar pensar en mi hermana Arya, mi tía Castalia e incluso recordar a Joa, tampoco se me quitaba de la cabeza a mi padre o a mis pequeños sobrinos. No tan pequeños a esas alturas.

 

No supe cuando ni cómo, pero mis pasos me llevaron de una forma casi inconsciente hasta la biblioteca cuando la verdad quería pisar los suelos de mi habitación. Abrí las puertas, ingresé y rápidamente me dejé caer en el alfeizar de la ventana, abriendo la misma para poder escuchar con más fuerza las pequeñas gotas que comenzaban a caer. Muchas cosas habían cambiado a lo largo de todos estos años, la adolescente que se sentaba a pensar en el por qué de su naturaleza, no era ni una migaja de la mujer que ahora a penas mecía sus piernas. Pensar en todo eso, pensar en como vamos evolucionando, sólo traía una nostalgia del ayer y un alivio del ahora.

 

¿Qué nos deparará el futuro?

8QtWKtp.png

PnupsKa.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

No. no. no. no.no

 

Macnair negaba como una niña caprichosa. Sus ojos hinchados, inmensos como dos cuencos de agua se debatían entre el cuerpo inerte de Castalia y la fragilidad inmóvil de Elysia. La matriarca le gritaba enardecida pero sus pies no se movían, tenía las manos aferradas a su brazo, presionando las uñas en la piel suave de Sybilla. Era una muralla humana en medio de lo único que le prometió a su hermano, salvar la vida de los tres seres que amaba. Estaba conmocionada, por ello no fue capaz de comprender qué sucedió un segundo después, cuando dos torbellinos ingresaron al cuarto. El monitor cardíaco dejó de pitar, todo se sumió en un profundo silencio donde solo era capaz de oír las respiraciones ahogadas de todos allí, como si llevase una bolsa en la cabeza.

 

Sebástian estaba junto a Taren, metió una mano dentro de la incubadora para tocar su pecho y el niño calló ante la calidez de una palma que lo acunaba. En cambio su hermana seguía sin responder, el norteño intentó espabilar a la pelirroja, jaló de ella, la empujó contra la niña pero sus ojos seguían detrás, en la camilla ensangrentada, en el cuerpo muerto, en el hombre que se abalanzaba sobre ella y dejaba florecer su naturaleza. Arya nunca había visto la oscuridad en los ojos de Aidan de esa manera, por un momento sintió temor, tembló ¿Le tenía miedo? y él pareció notarlo, pues en un parpadeo volvía a verla como siempre, rogándole que reaccionara.

 

Stark estuvo a punto de comenzar a gritar, más antes de que lograse separar los labios su hermana le pidió que le dejase pensar. Y como inyectada con adrenalina comenzó a actuar. Tomó las manos de su hermano y le pidió que uniese cuatro dedos de sus manos por las puntas, necesitaba que alguien iniciara RCP mientras ella liberaba rápidamente las vías respiratorias de Elysia, sus labios estaban morados y sus extremidades no se movían, Merlín sabría qué problemas podría llegar a tener si sobrevivía, pero no importaba, necesitaba que despertara.

 

Arya conectó un montón de cables a la niña, Sebástian inquiría que con magia aquello no era necesario y comenzaron a pelear. Se empujaban el uno al otro frente a la camilla como dos chiquillos. Macnair estaba fuera de sí, quería correrlo de la habitación pero aun lo necesitaba. El monitor cardíaco solo enseñaba una frecuencia plana, verde, una línea fija sin signos vitales. El hombre abandonó la resucitación, no podía perder a nadie más, estaba destrozado.

 

El cónclave, hacía tiempo, le había enseñado sobre la existencia de piedras especiales. Ancestrales. Material antiguo que por extrañas razones habían acabado convirtiéndose en catalizadores de magia, muy poderosos y peligrosos. Existían varias, y una estaba ligada a la resurrección, más casi se trataban de mitos entre ellos, pues a pesar de ser su deber encontrarlas y ponerlas a resguardo, nunca habían visto una. Por lo que con años y años de estudio habían sido capaces de recrear algunos matices de tan antigua magia. Dichos procedimientos requerían energía, poder, y un trozo de la esencia del invocador. Arya lo había hecho una vez, con Baleiro, pero al niño le entregó su alma, éste caso era diferente.

 

—La magia se trata de equilibrio— Musitó y el castaño enarcó una ceja —Para recibir hay que dar.

 

Arrancó los cables del pequeño cuerpo inerte. Cerró los ojos mientras Aidan traía de vuelta en sí a Castalia. Y canalizó absolutamente todo su poder, el antiguo, el nuevo, el heredado de Lúthien y la escasa parte que pertenecía a Reshi. Dejó caer una mano sobre el pecho de Elysia, casi la cubría por completo, y recitando un suave cántico la arrulló. Para recibir, hay que dar. Se repitió, sorbiendo por la nariz y apartando la mano de sobrina, quién inexplicablemente adquiría un color rosado similar al de Taren y rompía el silencio en la habitación con un llanto embargador. Insoportable. Precioso. Mágico

 

Elysia estaba viva ¿Pero a qué costo? solo Arya lo sabría

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Dos semanas antes del parto

 

Aidan Howard

 

El vampiro abandonó la habitación de Castalia y caminó por el largo corredor del primer piso hasta la escalera que había el final, la que salía a la terraza invernadero. En un banco de piedra, mirando el sol de la tarde, Sebástian fumaba un cigarrillo que inundó las extremadamente sensibles fosas nasales del vampiro, que evitó volver a respirar, algo que hacía más por hábito que por necesidad.

 

-¿La has visto?- le preguntó.

 

Aidan asintió. Aunque Sebástian estaba de espaldas a él, no le hizo falta girarse para saber la respuesta silenciosa.

 

-¿Por qué no la vas a ver tú? Estás aquí, fumando, mientras ella atraviesa un difícil momento... Deberías ser más compasivo. Es tu esposa- el vampiro hizo un par de pasos y se colocó junto a su amigo-. ¿A qué le temes?- preguntó.

 

Pero era una pregunta retórica porque Aidan sabía mejor que nadie a qué le temía Stark. Había perdido una vez al amor de su vida y ahora sus nuevos amores también peligraban. Si pudiera el licántropo dar la vida por sus hijos y Castalia, lo haría sin pensarlo pero no podía y eso lo estaba destrozando. Tanto como le pasaba a él, olía el peligro en el aire, la inminente victoria de La Muerte sobre la familia que había formado recientemente. Aidan no tuvo el coraje de decirle lo que sabía sobre el pacto entre Castalia y Sybilla, le aterraba la idea de que su amigo perdiera la cabeza. Debía mantenerlo enfocado en lo importante: estaban todos allí y harían hasta lo imposible por salvarlos.

 

A sus espaldas, Rohana se encontraba parada en la parte superior de las escaleras, con los ojos cerrados, saboreando el sol que comenzaba a ocultarse. La niña tenía poderes que aún los Macnair al completo no habían podido descubrir pero que estaban enlazados con Arya y Sybilla desde la resurrección de esta última. Era como si supiera más cosas que el resto, como si viviera varias vidas al mismo tiempo. Aidan se giró para invitarla a unirse a ellos pero la morena ya no estaba allí.

 

 

Nacimiento de los gemelos

 

Castalia

 

El llanto de Elysia me hizo sonreír y Aidan clavó sus ojos en mí. Tenía las mangas de la camisa cubiertas de sangre, le goteaba también por la comisura de los labios y sus dientes aún asomaban. Su expresión era de consternación, no de alivio. Sebástian se cubría los ojos con una mano mientras con la otra tenía la pequeña manito de Taren tomada en un puño, la barbilla le temblaba de forma descontrolada y las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas, como una catarata de angustia incontrolable.

 

Las manos de Sybilla estaban en mi pecho y subían y bajaban a la altura de mi corazón con furia. Su rostro estaba contraído en una mueca de desesperación y dolor. Quise moverme para quitarla de encima, pero me di cuenta que no podía hacerlo.

 

<<Oh no>> dije, pero mis labios no se movieron. <<No... No. No. No>> me paré junto a mi propio cuerpo tendido en la camilla aún. Sí, me paré. O por lo menos alguna suerte de proyección astral o fantasmal de mí misma. Mi mirada fue a mi rostro, al rostro de mi cuerpo al menos. Tenía los ojos abiertos mirando hacia la nada, la cabeza ladeada; las manos colgaban laxas de la camilla, donde las sábanas estaban hechas jirones de sangre. Parecía la imagen de una película de terror de esas que ven los muggles en el cine.

 

-No nos dejes- la voz de una niña me hizo girar. Tenía el cabello castaño, brillantes ojos verdes esmeraldas y la tez morena. Junto a ella había un niño también de tez morena, pero de ojos y cabello negro. Parecían tener la misma edad, unos cinco años-. No nos dejes, mamá- el niño estiró una mano en dirección a mí y yo también la estiré en dirección a ellos.

 

***

 

Abrí los ojos. O, en realidad, los enfoqué y parpadee. La máquina seguía lanzando pitidos, pero ahora a intervalos regulares.

 

-¡Está viva!- gritó Aidan y supe que se refería a mí.

 

Sybilla se había detenido en su frenético intento de hacer que mi corazón latiera y ahora se pasaba la muñeca por la frente perlada en sudor. Sebástian lloró aún más fuerte y Elysia le hizo eco.

 

-No se desharán de mí tan pronto- mi voz salió rasposa y con dificultad. Me quemaba y me raspaba. El aire que hice entrar a mis pulmones también quemó a la vez que me inundó de nuevos olores... los de la sangre de los presentes. Miré a Aidan, asustada y él asintió. Me había dado de su sangre para sanarme y revivirme... Pero yo... yo había muerto un momento... ¿O había sido un sueño, una visión? No me atreví a preguntar, tenía miedo a la respuesta.

 

A pesar de los diferentes dolores que azotaban mi cuerpo me sentía con fuerzas renovadas, probablemente producto de la sangre de Aidan y alguna poción. Sebástian corrió hasta mí y me abrazó, plantándome un beso en los labios. Sabía a cigarrillos y lágrimas... y a vida. Pedí por mis bebés, sólo un momento, antes de que tuvieran que meterlos en las incubadoras. Aidan me acercó a Taren, pero Elysia aún seguía en manos de Arya.

 

-Arya...- la llamé.

 

Sybilla se mantenía quieta a mi lado, retomando el aire que había perdido por el esfuerzo. El lazo del juramento inquebrantable ya no estaba, habiendo cumplido ella su cometido. Sabía que le iba a costar perdonarme aquello, su mirada lo decía claramente.

 

@@Arya Macnair

 

PD: podemos decir que esto es el futuro, no ? Porque los gemelos nacerían en el 2024

 

****

 

Tiempo actual (?

 

Castalia Macnair

 

Ingresé en la biblioteca silenciosamente.

 

¿Era cierto lo que los elfos me habían informado? ¿Juliette estaba de vuelta? Quería verlo con mis propios ojos.

 

Me recliné contra el marco de la puerta mientras la joven bruja se sentaba en el alféizar de la ventana abierta para observar la lluvia de agua nieve que había afuera. El hechizo meteorológico que había en la casa impedía que el calor saliera, así que aún con las ventanas abiertas, la biblioteca seguía siendo cálida y acogedora. La magia era exquisita.

 

-¿Eres tú o tengo que llamar a un exorcista?- pregunté, temiendo que no fuera mi sobrina la que allí se encontrara sino Hathor.

 

@@Juliette Macnair para ir entrando en rol de nuevo, a menos que desees unirte al drama familiar que estamos llevando en el futuro XD

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Elysia era especial, podía verlo. O al menos sería especial ante sus ojos por siempre. Había calmado el llanto de la bebé con un sereno arrullo aunque se encontraba completamente en shock, estuvo a punto de perder a Castalia pero eso no era lo que le traumatizó, sino la forma en que todos actuaron en pos a la situación de manera organizada y casi esquemática. Aidan bailó sobre su cuerpo muerto, Sebástian guardó la compostura y permaneció junto a los pequeños, eso fue lo que salvó a Lys. Estaba todo planeado, pensó girando lentamente, tenía los ojos abiertos como dos enormes snitch doradas, miró a Cissy, luego a Croft ¿Lo planeaste todo? gritó enmudecida, sin separar los labios, con la mirada.

 

Su tía era un Licántropo que había rozado la muerte para regresar aferrada a sangre vampírica. Tembló acercando la niña al pecho para darle calor, sabía que su madre quería verla, sostenerla, pero una parte de sí no podía soltarla aún. Un híbrido. Sintió la bilis subirle por la garganta, desde que formaba parte del cónclave existían mañas y viejas costumbres que se le habían pegado, ser crítica y antigua era un ejemplo de ello. En el submundo no existía aberración más grande que el mestizaje entre razas, aunque bien ella lo era, hija de dos demonios pero con sangre mágica.

 

Alguien le picó la parte blanda del brazo con el codo.

 

Arya sacudió la cabeza sutilmente y sonrió de lado, estaba igual de cansada que todos en la habitación. El vampiro le miró por el rabillo del ojo tensando los músculos de la cara, casi que le empujaba para que entregase a Elysia. Y eso hizo, conteniendo la respiración y notando como todos le observaban con extrañeza. Extendió sus brazos y le devolvió el retoño a su madre, al tiempo que Stark acercaba a Taren que ya parecía hambriento, dando bocanadas al aire cuan pez fuera del agua.

 

—Vamos a darles unos minutos de tranquilidad, pero necesito regresar pronto para revisar a los bebés. Felicidades.

 

Sonrió diciendo éstas últimas palabras a su hermano, poco fue lo que le sostuvo aquel par de ojos penetrantes a su tía, estaba molesta, dolida, se sentía engañada. La historia de su vida se basaba en pérdida y desamor, cuando creyó que ya no había nada por hacer estuvo al borde de enloquecer, profundamente sentía que Castalia había jugado con sus emociones por mero placer. Más tarde se le pasaría.

 

Con las manos vacías se retiró hacia los pasillos. El frío le quemaba las palmas, ya no tenía un corazón ajeno latiendo contra su pecho, no sentía ese suave aroma a bebé. Por un instante rememoró el nacimiento de Ámbar, y con ello a su padre. Pensó en Allen. Luego sonrió apoyándose contra el empapelado de la pared al recordar cuando Baleiro e Insomnia llegaron al mundo, y lo que ello significó, un quiebre incurable en la relación con Oniria. Haughton pateó una vez más sus emociones hacia Allen, cuánto lo extrañaba.

 

Entonces, apretando los dientes mientras las facciones se le desfiguraban, hasta casi partir los molares, lloró colérica, tenía la diestra posada en su abdomen, el cual aun pasaba desapercibido y plano. Contrajo cada músculo de su cuerpo, cerró los ojos con una fuerza asesina e inspiró. Digna Macnair enfiló sus pasos escalera abajo, hacia el final del pasillo, en donde solía dormir Pik, el cuarto que en secreto usurpaba a veces, necesitaba descansar.

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Nacimiento de los gemelos

 

 

Sybilla fue la primera en salir de la habitación, antes incluso de que Arya lo hiciera luego de entregarme a mi hija y decir un escueto "felicidades", aunque su mirada sólo se dirigió a Sebástian y eso hizo que sintiera que una pequeña parte de mi corazón se resquebrajaba. ¿Qué había hecho?

 

Sebástian elevó el respaldar de la camilla y acomodó unas almohadas para mí, colocando a Taren en mi izquierda mientras en mi derecha sostenía a Elysia, que ya buscaba desesperada mis senos para abastecerse de alimento. Se prendió sin titubear y esbocé una ligera mueca de dolor mientras Taren hacía lo mismo del otro lado. Sybilla volvió a entrar en la habitación y se quedó mirándome un momento, muda, pálida. Luego, movió su varita y la camilla estuvo limpia en un santiamén. Recogió todos los elementos quirúrgicos y limpió el lugar con otro movimiento y, con ayuda de Aidan, dejó todo en su lugar antes de que ambos se retirasen.

 

-¿Dónde está Arya?- quise saber, mirando a Sybilla antes de que se fuera.

 

-No lo sé- No volteó a verme.

 

Sebástian nos observó, a los tres, sorbiendo por la nariz lo que restaba de su dolor al pensar que nos perdía. Su mandíbula estaba tensa y yo lo sabía, aunque él no lo dijera, yo sabía que quería decirme mil cosas que pasaban por su cabeza y ninguna era agradable. Pero se las guardó. Ya fuera por los gemelos o porque vio que en realidad no había gloria en mi persona, ni un sólo gramo de autosuficiencia. Y yo tampoco le dije nada.

 

Nos quedamos así unos largos minutos mientras los gemelos se alimentaban.

 

-Los vi- dije entonces-. Cuando estaba... ida- evité decir "muerta" por razones obvias-. Los vi, a los gemelos. Tenían unos cuatro o cinco años y me hablaron... Me pidieron que no los dejara- le conté.

 

Sebástian tomó a Elysia en sus brazos y la colocó sobre su hombro, golpeando suavemente su espalda. Yo hice lo mismo con Taren y esperé a que él dijera algo, lo que fuera, pero no lo hizo y eso rompió otro trozo de mi corazón.

 

-Lo siento- dije entonces y las lágrimas comenzaron a derramarse-. De verdad lo siento. Tenían que estar todos en su labor o sino los gemelos morirían- elevé la voz mientras lo decía, desesperada por excusarme, por explicar por qué había tomado la decisión que había tomado sin consultarle a nadie-. No podía confiar en que fueran a hacer lo correcto- continué.

 

Sebástian estalló.

 

-¿No podías confiar? ¿En nosotros? ¿En tu propia familia? Car.ajo Castalia, qué forma de decirnos que no pertenecemos a tu círculo de confianza en una sola oración- sentenció el norteño, escupiendo veneno.

 

Sus palabras hirieron profundo mi persona y abrí la boca para reclamar.

 

-Lo peor- me cortó Sebástian antes de que pudiera reclamar algo-. Es que no lo sientes ni en un sólo pelo. No sientes que hayas hecho nada mal- finalizó.

 

Luego, se levantó y colocó a Elysia en su cuna, junto a la camilla y abandonó la habitación de un portazo. La bebé se revolvió en su cuna pero no lloró a pesar de todo lo que pasaba. Taren tampoco.

 

 

****

 

Aidan Howard

 

 

Fue el último en abandonar la habitación luego de ayudar a Sybilla a limpiarla. Había escuchado el sollozo sordo de Arya y siguió su esencia hasta la habitación de Pik pero no se atrevió a entrar sin golpear.

 

-¿Arya?- preguntó, golpeando dos veces despacio.

 

 

@@Arya Macnair (dejé abierto para que puedas continuar y tiré drama para todos lados XD)

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sebástian Stark

 

El norteño buscó silencio hasta que se encontraron solos en la habitación. El sonido de los gemelos alimentándose resultaba reconfortante, acariciaba sus molleras sentando en el borde de la cama, haciendo fuerza por no caer de bruces al suelo, buscando por todos los medios alzar un muro entre Castalia y él. La amaba, eso lo tenía más que claro, y aunque el enojo en ese momento no fuese más grande que su amor, le estaba destrozando el pecho por dentro, como si de pronto los pulmones le hubieran crecido de manera tal que no le dejasen respirar y estuvieran reprimiendo al corazón, casi matándolo. La presión le carcomía.

 

Pero ella no se quedó tranquila. Cuando decidió hablarle, contarle acerca de su sueño, que posiblemente fuese la conexión que una madre tiene con sus hijos desde el minuto cero, lo irritó el doble. Sebástian acunó a Elysia luego de palmear su espalda para que el aire filtrado mientras mamaba fuese eliminado y la dejó en su burbuja esterilizada pues la niña no parecía poder encontrar posición cómoda en sus tensos brazos. Aun así, siguió inquieta en la incubadora, amenazó con llorar e irrumpir la calma en el cuarto así que la volvió a tomar en brazos dando la espalda a su esposa mientras ésta se disculpaba.

 

No, mejor dicho, se excusaba.

 

Cuando volvió a verla estaba fuera de sí, parecía un monstruo. La miraba con los ojos inmensamente abiertos, desorbitados, inyectados en sangre y vidriosos. Tenía las facciones hinchadas, en verdad estaba molesto, pero detrás de esa molestia había temor y tristeza, sentimientos que solo Arya fue capaz de ver, y tal vez Sybilla.

 

—¿No podías confiar? ¿En nosotros? ¿En tu propia familia? Car.ajo Castalia, qué forma de decirnos que no pertenecemos a tu círculo de confianza en una sola oración

 

Estalló. Elysia se encogió entre sus brazos y soltó un ligero llanto, finito, quejoso. Croft quiso hablar. Él la interrumpió antes de que pudiera decir algo que lo hiciera poner peor.

 

—Lo peor— le cortó —Es que no lo sientes ni en un sólo pelo. No sientes que hayas hecho nada mal.

 

Dio dos pasos al costado y dejó a la bebé en su cuna nuevamente. Ésta vez no se quejó, permaneció en silencio, posiblemente dormida, y salió de la habitación sin decir una sola palabra más.

 

Una vez solo en el pasillo, comenzó a dar golpes y patadas a todo lo que encontraba, lanzó cuadros familiares por los aires, gritó encolerizado, destrozó costosos jarrones. Cissy lo mataría por todo ello pero ambos sabían que no diría una sola palabra. Nadie en la casa, que lo estuviera oyendo, diría algo al respecto. Segundos más tarde todo volvió a sumirse en un mutismo absoluto. Arya oía a su hermano, sentía su dolor. Stark discurrió la espalda por la pared y cuando terminó de desplomarse lloró. Lloró como un niño atemorizado en mitad de la noche, temblando, con la cabeza entre las rodillas y los ojos fuertemente cerrados.

 

Entonces pensó en Emma, en Elysa y en sus gemelos. Pensó en absolutamente todo lo que había perdido o estado a punto de perder, se puso de pie aun con el rostro desencajado, los ojos hinchados y las mejillas saladas e irrumpió en la habitación donde Castalia aun miraba la puerta con desconcierto. Se lanzó a la cama, sobre ella, y perdió la valentía entre sus brazos.

 

—Casi te pierdo, maldita sea. Estuve a punto de hacerlo, no hubiera podido vivir sin ti.

 

 

Arya Macnair

 

No se molestó siquiera en encender las luces. La luna colaba algunos rayos iluminando la mitad de la habitación. Imaginaba que a su padre le gustaría contemplar el firmamento pues las ventanas carecían de cortinas. Caminó medio a ciegas hasta la cama perdiendo en el breve trayecto la bata blanca manchada de sangre y los zapatos, el piso estaba frío y la hizo estremecer. Pronto se aventuró sobre las sábanas, no tenía fuerzas para meterse bajo ellas y refugiarse tras un escudo imaginario. Cerró los ojos y se volvió lo más pequeña e imperceptible que pudo, los músculos se quejaban, estaba agotada.

 

Pero el sueño no llegaba. No conseguía dejar de pensar en todo lo que acababa de suceder. El hechizo que realizó para devolver a todos desde el año 2024 hacia la actualidad le supuso un desgaste de energía inmensurable, tal vez nadie lo hubiese notado, pero encontraba difícil invocar hasta el más tonto y simple de los encantamientos, era como si su magia se hubiese agotado de momento, o quizás su espíritu, o ambos.

 

Aun nada se sabía de Juliette y eso le perturbaba. Aaron estaba demasiado ocupado siendo el nuevo Ministro de Magia por lo que avocado al tema, estaba sola. El nacimiento de los gemelos en conjunción con Sybilla no significaba que se llevasen bien, había sido una simple tregua para salvar a los niños y a su madre aunque ésta otra tuviese su propio plan. Estaba muy cansada

 

Suavemente entonó una canción de cuna para atraer a morfeo. La puerta sonó. Sin abrir los ojos buscó a tientas el borde de la cama y se sentó. Quería permanecer estática hasta que Aidan se fuera pero en lugar de ello le invitó a pasar con la voz más tenue posible.

 

—¿Los bebés están bien?

 

Preguntó.

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Castalia Macnair

 

 

Me estremecí mientras Sebástian abandonaba la habitación y pensé, por un largo minuto, pensé que quizá la había cag.ado del todo. Miré a Taren aún en mis brazos, respirando acompasadamente y lo acomodé en su cuna-incubadora, donde estaría junto a su hermana gemela. Mi corazón aún latía, signo de que me había muerto y había revivido como un híbrido aparentemente, aunque aún no poseía absolutamente ninguna señal de que así fuera. Al menos me reconfortaba no haber querido asesinar a mis propios hijos, pero desconocía por completo el alcance de la decisión que había tomado.

 

Por eso, cuando Sebástian volvió a entrar en la habitación y se abalanzó sobre mí, una parte de mí quiso que sus toscas manos rodearan mi cuello y apretaran, así fuera la única forma de que él dejara de odiarme. Prefería mil veces una bofetada que su frialdad por el resto de mis días. Pero él sólo se inclinó sobre mí llorando y maldiciendo el temor de creerme muerta.

 

-Nunca te dejaría- mentí, colocando mis manos en sus mejillas para hacer que me observara. Sí, mentía. Había considerado que podría morir y el daño fuera irreparable, por eso había hecho jurar a Sybilla que ella los protegería a como diera lugar, aunque tuviera que transformarse en mí y ser yo por el resto de sus días-. No vas a perderme ni ahora ni nunca- besé sus labios duros y calientes y dejé que aquel aroma tan particular a leña recién cortada, nieve y tierra mojada me inundara. Sebástian olía al norte. Quería que mis hijos olieran como él.

 

-No sabía si todo iba a resultar y no quería decepcionarte de ser así... No quería decepcionarte si moría- le dije, mordiéndome el interior del labio.

 

La decepción era peor que la muerte, al menos para mí. Irme sin haber agotado todas las posibilidades.

 

Sin haber agotado... Algo hizo "click" en mi cabeza.

 

-¿Dónde está Arya?- le pregunté.

 

En mis últimos momentos de conciencia sabía que Elysia no estaba respirando cuando la sacaron de mi útero. Pero luego la habían reanimado.

 

<<Sin haber agotado....>>.

 

Arya estaba drenada de poder luego de traernos a todos y aún no se había repuesto.

 

-¿Dónde está Sybilla?- agregué.

 

Todos nos habían dejado solos al darse cuenta que estábamos bien, probablemente enojados por las cosas que había tramado a sus espaldas. Pero Arya.. la forma en la que me había mirado brevemente, con aquella luz en sus ojos casi extinta... Una sombra de lo que había sido. Miré a Elysia respirando normalmente, como si nunca le hubiera faltado el aire. Algo se retorció dentro de mí.

 

 

****

 

Aidan Howard

 

El vampiro entró en la habitación ante la invitación de Arya y se quedó mirándola, bañada por la luz de la luna que se filtraba por el ventanal sin cortinas. Tenía el rostro de alguien que había pasado por cosas horrendas, que había visto cosas que le erizarían la piel a cualquier persona. Estaba cansada, era palpable pero... había algo más cuando habló y preguntó por los gemelos.

 

-Taren y Elysia están con Sebástian y Castalia ahora mismo. Aunque escuché a Sebástian rompiendo algunas cosas... Quizá esté reprendiendo a Castalia por lo que hizo- se encogió de hombros pero no para restarle importancia, sino para sacarse el peso de haber participado en aquella conspiración-. ¿Estás bien? Te escuché cuando saliste de la habitación- titubeó.

 

Dio algunos pasos y tomó asiento junto a Arya en la cama. Reconocía aquel aroma aunque hiciera tiempo que nadie habitaba aquella habitación. El olor de Pik estaba en cada artefacto, cada superficie de aquel lugar, entremezclado con el olor de Arya. Y Arya... ella olía diferente de como había olido antes del parto. Había algo diferente en ella pero el vampiro aún no lograba dilucidar qué era.

 

-¿Qué sucede?- preguntó, sin rodeos.

 

Su mano izquierda tomó la derecha de Arya y la sostuvo.

 

Era tan... raro. Tan extraño sentir cosas de nuevo por alguien más. Una parte de su corazón sentía que estaba traicionando a Artemis... pero la otra... la otra le susurraba que estaba bien, que tenía derecho a recomponerse. ¿Pero acaso sería así para Arya? Ella nunca le había indicado que lo suyo fuera más que algunos encuentros entre las sábanas. Nada que le diera esperanzas de algo más. La bruja se sabía todos los trucos.

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

En esta ocasión necesitaba ir solo no confiaba plenamente en ellos, pero antes de que se fuera su hijo necesitaba todas las alianzas posibles y no seria una locura pensar que tal vez ellos serian la alianza mas poderosa que alguna vez el mago haya formado en su vida, cosa que suspirando el mago comenzó a caminar lentamente por aquel sitio...

 

--Ojala y no quieran empezar a experimentar conmigo.--

 

decía eso mientras el mago riendo por lo bajo continuo caminando hasta llegar a la puerta principal de la mansión donde quitándose su sombrero el mago suspiro por un momento para posteriormente chocar la puerta 3 veces alejandose un poco de la misma solo por si acaso, y aclarando la voz se presento...

 

--Soy Sherlock Holmes y traigo una carta para el responsable de esta honorable familia.--

 

Decía en tono serio pero lo bastante alto como para ser escuchado, cosa que sacando un ramo de flores y una caja de chocolates se quedo ahi quieto en espera de que algo o alguien fuera tan amable en recibirlo debido al fuerte frio que se estaba comenzando a sentir en ese sitio, este invierno estaba durando mucho.

lDhIfB7.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

Intento n° 4657392 de volver a casa.

 

 

 

Mis piernas temblaban, mis manos y hasta mi labio inferior también. La brisa gélida se colaba entre mis cabellos, más el temblor en mi cuerpo era solo producto de los nervios y no del frío como era de esperarse. Podría haberme aparecido en mi habitación, en silencio y sin decir una palabra. Podría haber aparecido en medio de los jardines y luego huir hacia los calabozos. Podría haber hecho muchas cosas, y nunca haber pensado que estaría frente a las imponentes rejas de la propiedad sin tener el valor de cruzar sus fortalezas. Y ahí estaba.

Cruzarlas fue bastante sencillo, a mi lado caminaba un huargo azabache de ojos profundamente rojizos y solo era la forma que Drovik, mi sombra, había decidido adoptar. Prefería un mirlo o algo menos imponente, de hecho, deseaba algo que no llamase la atención pero este parecía querer siempre sabotear mis planes. Caminamos juntos, a la par, dejando marcas sobre la nieve mientras mi vista se paseaba cual niña descubriendo el mundo al ver que los jardines se habían mantenido perfectamente, aquello me hizo sonreír momentáneamente, pero toda esa emoción se desvaneció como arena entre los dedos al ver a un desconocido frente a la puerta.

 

¿Era una declaración de amor?

¿Arya? ¿Castalia? ¡¿Ambar?!

 

Mi mirada se incendió ligeramente, pero mantuve la compostura en todo momento y me acerqué tan sigilosa, que cuando di un toquecito con mis dedos en el hombro masculino, pude apreciar con cierta gracia como este daba un brinco lleno de horror.

 

⸺ ¡Por Salazar! ¿Tan cansada me veo? ⸺exclamé con una vocecita bastante fingida al tiempo que enseñaba mi dentadura bien limpia, estiré el índice en su dirección y luego lo sacudí frente a su rostro al ver el pequeño temor por ver a Dróvik. Claro, lo había olvidado.⸺ No se preocupes, sólo se come a los sangre sucia...

 

Solté un pequeño suspiro.

 

⸺El responsable...⸺rodee los ojos y corregí⸺ los responsables de esta familia suelen perderse como los copos de nieve al llegar al piso, sin embargo, le invitaré a pasar, no me negará la bebida luego de tener tales... ⸺observó en silencio las flores y la caja de chocolates⸺ obsequios para la flor femenina. Venga, adelante.

 

Hice una pequeña floritura con mi varita y abrí inmediatamente la puerta, encontrándome con los intrépidos elfos corriendo de aquí por allá con sus orejas hacia atrás producto de la velocidad. En cuanto me vieron, muchas preguntas a la vez se hicieron llegar sin demora y antes de que hicieran explotar a mi temperamento, les hice un solo gesto con los dedos para que guardaran silencio.

 

⸺ El señor Holmes quiere ver a los responsables de esta desdichada familia, estaremos en la sala bebiendo whisky y haciendo una orgía.⸺ bromee un poco para luego ver como corrían eufóricos en busca de algún miembro que detuviera lo que estuviese a punto de suceder.⸺ Quítese al abrigo, póngase cómodo en lo que llegan...

 

 

 

@
@

@@Arya Macnair

>_>

8QtWKtp.png

PnupsKa.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Por conveniencias del guion hubo un cambio drástico de personaje ya que el señor Holmes tuvo que ausentarse debido a que en otro tiempo se solicitaba su presencia, es por eso que ocupando su lugar el joven Dick Grayson acompañaba a la señorita @@Juliette Macnair rió un poco esperando que lo de la orgia fuera una broma... cosa que suspirando un poco entro a la oficina que le había mencionado anteriormente y sin perder tiempo saco de su mochila un pergamino con el sello de la familia Ridcklaud.

 

--Disculpe mi falta de educación, soy Dick Grayson, detective americano... mucho gusto.--

 

Decía sonriendole mientras estrechaba su mano con una sonrisa, estaba un poco nervioso debido a que nunca había estado en una habitación sola con una mujer tan hermosa, cosa que sacando un pañuelo de su blazzer para secarse el sudor quedo en espera de que la chica dijera o alguien mas hiciera acto de presencia para hacerle llegar su ofrecimiento de una ayuda mutua en estos tiempos tan peligrosos.

lDhIfB7.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.