Jump to content

• Mansión de la Familia Macnair • (MM B: 86385)


Pik Macnair
 Compartir

Publicaciones recomendadas

No quería hacerlo, jamás había llegado al punto tal de quebrantarse frente a alguien. Macnair podría derramar lágrimas frente a un sin fin de personas, era lo que normalmente hacía cuando el estrés y la presión caían sobre sus hombros pero en todos los años que llevaba transitando aquella tierra de hipócritas, personas horribles y pocas maravillosas, se mostró como verdaderamente se sentía, derrotada. Rota. Arya se sentía completamente rota, de una forma irreversible. Pero aun así no podía, así sintiera que el aire le faltaba y el pecho se le endureciera como roca no podía demostrarlo, Aidan era su familia, su sobrino, debía resguardarlo de cualquier sentimiento de debilidad, aunque los oliera a distancia.

 

...Su sobrino ¡demonios! con las manos entrelazadas sintió nauseas.

 

Una mezcla ácida entre el desastre que acababa de crear en la familia y en su propia cabeza, y el insufrible dolor del cuerpo ante la pérdida. Demasiado le costó apretar sus manos entrelazadas para repetirse unas cinco o seis veces que no compartían sangre ni parentesco; Sybilla había creado un lazo —aun desconocido para ella— con el vampiro, pero eso no los volvía familia. Le miró, con las ideas mareadas y abarrotadas en la cabeza, que pronto comenzaría a dolerle.

 

—Ya no puedo...— bajó la mirada a su regazo, sabía que si comenzaba ya no podría parar, pero la ola de emociones ya había sido sacudida, el tsunami era inminente —... más. No puedo más conmigo misma, Aidan.

 

La casa completa sería capaz de oír los sollozos ahogados en las piernas el hombre, previo a dejarse caer sobre éstas. Se había vuelto un ovillo humano buscando calor, un calor que sería incapaz de encontrar en él, por su raza. No era como con Oniria, ella era cálida, dulce. Ella era un amor perdido, como todos los que pasaron por su vida, con o sin enseñanza de por medio. Tanta tragedia, tanta pérdida, su vida estaba patas para arriba.

 

—He perdido a mi hermana— dijo sorbiendo por la nariz, la ausencia de Juliette le partía poco a poco —Sebástian va a dejarme, y no lo juzgo, nunca podría. Debe cuidar de su familia, de los gemelos, Castalia aun estará un tiempo frágil por todo lo que su cuerpo ha sufrido antes del parto incluso... me lo dijo, se irán pronto.

 

Siguió llorando un rato más, sin encontrar consuelo alguno en las palabras que Aidan podría dedicarle.

 

—Casi pierdo a Elysia j.oder— agregó con un dejo de rabia, sus músculos temblaban —no me lo habría perdonado, he hecho lo imposible por retenerla aquí con nosotros yo... Aidan yo perdí...

 

"¿Qué? ¿Cómo se lo vas a decir, es que has perdido la cabeza por completo?"

 

Guardó silencio, incorporándose en la oscuridad, permitiendo que la luna iluminase con su blanca luz un rostro hinchado, triste y congestionado.

 

—Estoy perdiendo mi magia.

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Aidan Howard

 

La mirada triste y la voz quebrada de Arya rompieron algo dentro del vampiro, algo que creyó que ya estaba tan destruído que era imposible que alguien pudiera herirlo. Pero se equivocaba y ni siquiera pensó en los movimientos que realizó mientras sus brazos, antes dispuestos a sostener las manos de la pelirroja, ahora la rodeaban intentando sostenerla, intentando unirla, como si acaso era fuera posible. Como si el sólo mantener a alguien abrazado bastara para que no cayera en pedazos. Aidan acarició el sudado pero aún sedoso cabello brillante y el aroma a sal de las lágrimas derramadas impregnó sus fosas nasales, pero no se acobardó ante los sentimientos al desnudo. Sólo movió su mano, separando los cabellos del rostro húmedo y dejando que Arya soltara todo lo que tenía contenido en su interior, todo lo que la estaba lastimando.

 

Cuando Arya por fin se incorporó, con aquella confesión, el vampiro movió su mano para acunar la mejilla de la pelirroja y, aunque sabía que poco podía hacer por calmar el abatido espíritu, de todos modos dejó un beso en la frente de ella, a modo de débil consuelo.

 

-¿Por qué dices que estás perdiendo la magia? Te he visto llevar a cabo una enorme hazaña para mantener a Elysia en el mundo de los vivos. Sólo estás agotada, como todos lo estamos- confesó. Ni siquiera se había permitido un momento para ir a asearse, así que aún tenía la camisa manchada con sangre y olía a químicos de hospital. De nuevo acomodó un mechón, esta vez tras la oreja de la bruja-. Recuperaremos a Juliette, ahora o después, pero lo haremos. Ella necesita tiempo pero volverá con nosotros. Y Sebástian- hizo una mueca, evitando mirar por el hombro hacia la puerta cerrada de la habitación, como si eso le permitiera cerrar el oído y la mente a las conversaciones de la habitación de Castalia-. Ellos necesitan su espacio, para recomponerse- mintió. No era por eso por lo que Castalia quería irse y él lo sabía, ahora que era medio vampiro iba a necesitar de alguien que la vigilase con los gemelos todo el tiempo y necesitaba la paz que el castillo de Stark le ofrecería.

 

Aidan se incorporó y estiró una mano, esperando que Arya comprendiera el gesto y se levantara con él. Quería llevarla hasta la bañera, limpiar la tristeza con agua cálida e intentar mantener una conversación que no la rompiera en mil pedazos. Pero, además, el vampiro era muy bueno intuyendo cosas. Años de entrenamiento y vidas vividas le habían enseñado a descifrar cuando alguien guardaba un oscuro secreto -y años de vivir con Sybilla también-. Pero no presionaría, no ahora que ella necesitaba la paz que él podía y quería ofrecerle. Más tarde, cuando la oscuridad menguara un poco, él averiguaría que era eso que Arya no quería decirle con palabras pero gritaba con la mirada.

 

@@Arya Macnair

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

—La extraño tanto...

 

Confesó.

 

No era de las personas que decían lo que sentían a la primera, por lo que admitir que echaba de menos a la persona que por un momento odio al sentir amenazado el amor de su padre, había sido todo un reto. Buscaba las palabras, mientras aceptaba la mano amiga del vampiro, para explicar por qué dijo todo aquello. Cuando, en el 2024, los sueños reveladores de Arya se unificaron con las visiones de Castalia, ambas supieron qué debían hacer para recuperar una pizca de humanidad en Juliette y se lo comunicaron a Aaron. El, en ese entonces guardián, debía colaborar con ellas y dar con el paradero de Kalevi.

 

La mansión se había sumido en silencio, posiblemente porque, agotada, su tía había sucumbido a los encantos de morfeo mientras Sebástian velaba el sueño de los bebés. Un silencio similar al que reinó en la torre negra del norte cuando Hathor acudió a la invocación del Isthar regente, su propia hermana. —¿Lo conoces?— recordaba haberle preguntado, asiendo por un brazo a un menudo niño de no más de seis años, en tanto se separaba de la cama de Pik y desfilaba hacia el cuarto de baño con Aidan.

 

Aaron había escondido la roca con la que la propia Juliette despertó meses atrás, en uno de los bolsillos pequeños del niño. Y para satisfacción de todos, la pantomima que prosiguió a la revelación del pequeño lobo, funcionó. Macnair fingió asesinar a Kalevi, cosa que enloqueció por completo a Hathor devolviéndola en sí por unos instantes. Esos instantes bastaron para abrazarla, besarla y rogarle que regresase con ellos.

 

El click del interruptor la sacó de sus cavilaciones. La luz artificial le encegueció. —¿D-dónde... dónde estámos?

 

Por un segundo se sintió confundida, posiblemente tanto como la castaña cuando comprendió que Artemius solo la había utilizado para sus fines inescrupulosos. Él le dijo que, sorprendido, el sitio exacto de la casa en donde se encontraban, quizás atribuyendo lo desorbitado de su mirada al estrés y el shock que significó el parto de los gemelos, restando importancia. Pronto el agua caliente comenzó a llenar la bañera, y con hábiles y cuidadosas manos la ayudó a desvestirse.

 

—Aidan...— lo llamó por fin, con voz temblorosa, intentando hilar ante última confesión —Ellos hicieron un trato conmigo, antes de regresar al 2020, al igual que con Juliette. Pero aun, aun no he aceptado y eso está afectando mi magia.

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aidan Howard

Cada vez que tocaba un centímetro de piel desnuda de Arya, las manos de Aidan se crispaban, como si quisieran intentar cubrir la mayor parte del sedoso órgano para abarcar cuanto pudiera de la pelirroja. Pero cada vez que eso ocurría, se obligaba con seriedad a proseguir el trabajo, así hasta que Arya estuvo completamente desnuda y la ayudó a sentarse en la bañera, que poco a poco se iba llenando más y más con agua cálida. En una ocasión se había preguntado por qué todas las habitaciones en suite de la mansión tenían bañeras y no duchas y la escueta respuesta de Sybilla lo había hecho reír. Para hacer el amor, por supuesto. Eran todas amplias, casi como un jacuzzi y de distintos materiales (cobre, peltre, cerámica, mármol), con grifos hermosos que hacían juego con cada decoración, como si cada detalle hubiera sido cuidadosamente pensado por un decorador experto.

 

Dejó que sus perezosas manos recorrieran, ahora sí, la piel desnuda y utilizó una esponja cargada con diferentes fragancias y jabones para lavar no sólo la superficie que se podía apreciar, sino también los pensamientos convulsionados de Arya. Había intentado no mostrar la sorpresa con su pregunta al llegar al baño, pero le había sido imposible contenerse. Había pensado, quizá, que se trataba sólo del cansancio de la pelirroja pero una alarma se había encendido de todos modos dentro de su cabeza y ahora la vigilaba como un halcón, esperando la siguiente reacción. Pero lo que vino lo hice morderse la mejilla, en tensión.

 

-¿Qué quieres decir?- preguntó.

 

Detuvo el movimiento circular que en aquel momento había estado efectuando en la espalda de Macnair y giró, tomado del borde de la bañera, para mirar a esos hermosos ojos verdes esmeraldas que se repetían en cada miembro de la familia. La única que no los había tenido fue Artemis, se recordó con cierta nostalgia. Los de ella eran avellana.

 

-¿Cuál fue el trato que te ofrecieron?- quiso saber.

 

Y, por un instante, sus ojos viajaron al vientre de Macnair. Sus manos se apretaron al borde la bañera y tuvo que hacer otro esfuerzo más por no resquebrajarlo bajo su enorme fuerza sobre humana. Desde que había ido por ella había olido algo, algo peligroso, algo extraño, pero no había dicho nada al respecto y dudaba que nadie se hubiera dado cuenta del asunto. Mientras la había estado desvistiendo, sus manos habían evitado tocar la panza de Arya, con temor a sentir algo de verdad o a no sentir nada y decepcionarse. Pero a medida que pasaban los minutos, aunque intentando evitarlo, sus pensamientos volvían una y otra vez a ese débil y sutil latido, distinto a los demás, que había sentido mientras intentaba revivir a Castalia.

 

Ahora, esperando una respuesta, todos sus temores se agruparon en su garganta.

 

@@Arya Macnair

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 semanas más tarde...
—Aidan, no…


Cuando él se volteó en el lugar, deslizándose por el borde de la bañera, dejando hundir la esponja con que tallaba su espalda, Macnair sintió que el pudor y la vergüenza se estancaban en sus mejillas húmedas. Abrazó su torso completamente desnudo, el cual brillaba por el jabón y los aceites aromáticos que el vampiro intentó utilizar para calmarle los nervios, y apartó la vista. Allí donde las burbujas explotaban morían sus pensamientos, sin verlo sabía que él le estaría creando dos huecos en la cien con la mirada. Tenía un par de ojos muy penetrantes.


"No puedes decirle. No puede saber que estabas embarazada ¿Cómo lo explicarias? Es ilógico e imposible" pensó "Le romperas el corazón si le confiezas que cediste esa vida a cambio de Elysia".


—Ellos me dieron a elegir, esa noche, entre mi vida aquí— permitió que una pausa silenciosa, mientras barría el aire con sus esmeraldas, llenaste el hueco de "con ustedes, a quienes amo", aunque lo pensó —Y mi legado demoníaco.


Estaba claro qué había escogido, pues estaba allí. Pero la rehabilitación luego de gastar tanta energía la tenía fatigada, no solo lo demostraban sus ojeras y mortuaria palidez, sino la merma en su magia.


Sorbió por la nariz y sacó las manos del agua para lavarse la cara, la bañera estaba rosada por la sangre que había salpicado algún rincón de su cuerpo. Sangre de Castalia, de sus sobrinos. Sangre y más sangre en sus manos. Si seguía cargando con tanto peso no podría continuar, y quería hacerlo, ahora verdaderamente lo deseaba por Aidan, por Ámbar. Entonces la echó de menos y se arrebujó en la espuma.


—¿Me pasas una bata?


Le pidió señalando el paño azul oscuro perteneciente a Pik. Quería irse a la cama luego de un día largo, era posible, si los gemelos estaban bien el resto de la semana, que Sebastian quisiera partir pronto.



@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aidan Howard

 

Pesada es la cabeza que lleva la corona.

 

Aidan, que había estado en cuclillas para poder mirar directamente a los ojos de Arya, se sentó en el piso cálido del baño. Losa radiante. No la misma que usaban actualmente los muggles, sino alguna versión mágica evidentemente, algún hechizo que impedía que el suelo del baño fuera endemoniadamente frío. ¿Por qué siempre se empeñaban en encantar todo? Al menos en la Mansión Macnair, que la mayor parte del tiempo permanecía deshabitada exceptuando a los elfos, a él y a Rohana. ¿Había necesidad de mantener el baño de Pik cálido? De cualquier modo, eso hacía que los pies de Arya no se fueran a enfriar.

 

Miró sus manos mojadas. Había quedado flotando entre ellos el silencio tenso, ese que puede cortarse fácilmente con el filo de un cuchillo.

 

-¿Hiciste un trato con el Cónclave?- era obvio que sí, pero necesitaba que ella lo dijera. Quería escucharlo de sus propios labios-. ¿Y no lo aceptaste?- todas las preguntas no eran más que retóricas de algo que ella ya había dicho-. ¿Y por qué todavía no aceptaste el trato?- sus labios estaban rosados, probablemente por la ingesta de sangre antes del parto, que se había obligado a tomar para no sentirse atraído por la enorme cantidad de plasma que habría en aquella habitación cerrada-. ¿Vas a quedarte como humana?- quiso saber.

 

A él no le importaba. No le importaba si ella era un demonio, un humano o las dos cosas. No le importaba si era bruja, si era muggle, si tenía poder o no. Eso nunca le había importado. Cuando Aidan había conocido a Arya sólo había visto a una muchacha asustada buscando su lugar en el mundo, con ideales cuestionables y fuertes ataques de ira y llanto. Ahora, cada vez que la miraba, Aidan veía a una mujer que estaba intentando abarcar demasiado con lo poco que le había dado el mundo. ¿Acaso era su deber mantener viva a Elysia y Castalia? ¿Era su deber dar la cara por todos para salvar a Juliette?

 

Sola. Ella hacía todo sola.

 

-Te pareces demasiado a Castalia, ¿sabías? Y a Sybilla- la vio arrebujarse en la espuma y pedir la bata, así que él simplemente se puso de pie y se la alcanzó, girando levemente el rostro para darle el espacio que ella necesitaba para no sentirse abrumada por su desnudez-. No me importa qué decidas- hizo un mohín con la boca, igual a los que hacía Sybilla -posiblemente una costumbre aprendida- y se volvió un momento hacia ella-. No me refiero a que no me importe, en sí. Sino a que... la decisión que tomes, yo te apoyaré- pero su corazón, su muerto y quieto corazón, pareció querer latir-. Iré... Iré por ropa limpia- dijo a modo de disculpa, antes de volverse, darle la espalda, y salir por la puerta del baño.

 

Cobarde. No era más que un mugriento cobarde. Toda su vida había sido cobarde. Primero con Joanna, luego con Artemis y ahora con Arya. ¿Cuándo iba a decir las cosas que sentía? ¿Cuándo iba a ser capaz de demostrar verdadero amor? ¿Entrega?

 

Tenía que decirle. ¿Ella lo sabía? ¿Sería ese bebé hijo suyo? ¿Acaso era posible que sucediera de nuevo?

 

Podría, quizá, usar sus poderes, leer su mente... No. Dejaría que ella se lo dijera.

 

@@Arya Macnair

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 semanas más tarde...

Envuelta en la bata salió del baño tras él, pero cuando lo buscó con la mirada se encontró un cuarto vacío, completamente en penumbras. Sabía internamente que debía reponerse pero no estaba segura de querer hacerlo. Su cabeza era un sendero recto que se dividía en tantos posibles caminos. Pronto el monasterio se comunicaría con ella para informar que la estadía de Kalevi y Ámbar había llegado a su fin, el par de primos retornaría a la Mansión cuando Castalia marchara con Stark y los gemelos. Rohana pronto regresaría a Hogwarts, Sybilla estaba entre los vivos. Eran demasiadas las personas a las que su accionar decepcionaría.

 

Pero en ese momento solo podía pensar en una, Aidan.

 

Durante mucho tiempo, a lo largo de su vida, había regido sus decisiones a través del amor, del sentimiento más ciego que podría existir. Más no se trataba de algo similar ésta vez, aunque en algún punto admitiese que se estaba enamorando. Junto a Howard se sentía bien, confiada, segura, convencida de que si tropezaba alguien más le tendería la mano sin pasar por sobre ella. Sabía que incluso Ámbar estaba segura con él. Reía, a carcajadas, experimentaba felicidad.

 

De pronto, la puerta se abrió.

 

El vampiro había escogido ropa por ella. Otro motivo para agregar a la lista, de todos los años que llevaban conociéndose, odiándose, que habían capturado la esencia del otro a la perfección. Macnair tomó la ropa y comenzó a vestirse frente a él, la puerta se había vuelto a cerrar así que estaban solos allí dentro, ya no escuchaba los gritos de su hermano, la mansión entera se había sumido en un profundo silencio tras el nacimiento aterrador de los gemelos. Se colocó la camisa almidonada, los vaqueros de jean, cómodos zapatos de gamuza y un fino suéter para el frío inexistente en esa época del año.

 

—Hace un tiempo— dijo mientras abría las pesadas cortinas — no le vayas a decir nada...— agregó rápidamente antes de continuar, acordonando los zapatos, sentada al borde de la cama, señalándolo fugazmente con un dedo acusador.

 

—Hurgando entre las cosas de Cissy, mientras ella no estaba, encontré un libro sobre varios objetos que el Concilio cree existen pero aun no han encontrado. En cada hoja, había hecho anotaciones, coordenadas...

 

Un brillo peculiar surcó la mirada verdosa de la bruja. Parecía Ámbar segundos antes de hacer una travesura.

 

—Quiero que me ayudes a encontrar uno de esos objetos, quiero olvidarme del cónclave por un momento, quiero hacer de cuenta que no existen... quiero acostumbrarme a ello, a ser una persona normal.

 

Humana, habría dicho, pero la palabra se le atoró en la garganta como una blasfemia.

 

@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 1 mes más tarde...

Aidan Howard

 

 

El vampiro volvió con la ropa para Arya en una mano y un café fuerte en la otra que los elfos habían preparado, pero él no los había dejado entrar en la habitación donde ella estaba. Le tendió la ropa y dejó la taza sobre la mesa de luz de Pik, que curiosamente no poseía una sola mota de polvo. Normalmente las habitaciones que no se usaban entraban en el olvido, pero desde hacía un tiempo Castalia había ordenado a los elfos que las mantuvieran siempre limpias, para evitar la sensación agobiante de abandono al faltar algunas presencias en la casa. Quizá ese era el motivo principal de que allí todo estuviera limpio, incluyendo las sábanas que olían a flores y las cortinas nuevas que habían colocado en todas las habitaciones.

 

La vio comenzar a vestirse, su vista siempre viajaba a ese vientre que ella creía que no albergaba -ni albergaría- el don de la vida. Luego, cuando fue a abrir las pesadas cortinas nuevas, levantó ambas cejas al escucharla hablar y luego sonrió cuando lo señaló con aquel dedo acusador.

 

-Lo prometo- dijo, haciendo una cruz sobre su corazón estático-. Típico- agregó, cuando Arya mencionó que había estado hurgando en las cosas de Cissy. Todos en aquella casa hurgaban en las cosas de Cissy y no sabía cómo la mujer aún no los había torturado a cada uno hasta que le devolvieran las cosas perdidas. ¿O es que tenía tantas que a duras penas las recordaba todas? O quizá fuera que no le importaba, ¿quién podría decirlo?

 

-No sólo me pides que guarde tu sucio secreto, sino que además quieres que use las cosas robadas para ayudarte a encontrar un hipotético artefacto. ¿Es mágico?- preguntó. Debía serlo, sino no veía el punto de que Cissy tuviera información sobre él-. ¿Qué es?- se decantó su lado curioso, mientras veía a la pelirroja terminar de ajustar sus botas. Obvió las palabras que ella no dijo pero dejó implícitas con lo de "personal normal". ¿Sería realmente tan malo dejar de ser un demonio y cederle ese trono a su hermana? Juliette ya no parecía ser carcomida por el dolor y le envidia de Hathor. Quizá no fuera una mala gobernante y, al final, quizá hasta se desharía de Artemius-. ¿Por qué es importante?- fue su última duda, mientras le acercaba la taza de café a Arya.

 

@@Arya Macnair

 

Por fin te respondí, mamu XD

https://i.imgur.com/g1G6WRb.gifhttps://i.imgur.com/kYY7Ngy.gif
vjewzeJ.jpg
NiqQIUZ.gifGxQq8SZ.gifiAGBpD8.gif
nqOolSA.gif

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Eres increíblemente guapo cuando me reprochas ¿Lo sabías?


Acepté la taza humeante de café dejando en el aire todas las preguntas que Aidan lanzó a la diana que llevaba pegada en la frente. Entre el parto, el baño y ese momento de silencio que se estaba volviendo eterno, casi amanecía. Me perdí un momento entre los débiles rayos de sol que arañaban el horizonte buscando hacerse notar, me sentía totalmente vacía pero llené dicho vacío con café. Después de todo la mayoría de los Macnair —excepto por mi, y al parecer por Artemis— ahogaban sus pesares en aquella infusión oscura.


Howard me miró con auténtica irritación, era una especie de amoroso desprecio el que a veces profesaba hacia mi y eso me causaba gracia y ternura a la vez. Quién lo diría, después de pelear cuan perro y gato por años, ahora arreglabamos malentendidos en la cama. Pero él era más que eso para mí, más que un placebo para todo lo que me tocó vivir, Aidan era, por primera vez en mucho tiempo, vida.


Caminé hasta él con ambas manos en la taza, buscando robarme su calor, y lo bordeé cuando creyó que me pegaría a su pecho. Mis pasos estaban dirigidos hacia un horrendo cuadro que había colgado en la pared, el cual con divino cuidado dejé caer al suelo, previo posar la taza de porcelana en una cómoda. Detrás del cuatro había un hueco, un escondite verdaderamente medieval pero que hasta el momento ni la curiosidad de Rohana había sido capaz de encontrar.


—Estoy segura de que existe, tiene qué. La información que hay al respecto es demasiado precisa como para no ser cierta.


Le dije mientras sacaba del improvisado escondite el libro que "tomé prestado" de la biblioteca personal de Sybilla.


—Se trata de una caja musical que te permite guardar los recuerdos que ya no eres capaz de cargar.


Me giré lentamente, con la misma expresión que Ámbar solía poner cuando la regañaban duramente. Tenía los ojos anclados al suelo y abrazaba el libro como si de éste dependiera mi vida. Poco más de cinco segundos tardé en poder mirarle.


—No quiero olvidar, Aidan. No quiero deshacerme de las cosas horribles que he hecho o de las hermosas que he creado, pero todas no pueden convivir dentro de mi. Ya no más, o me volveré loca. Si solo seré una bruja…


Tragué en seco y le tendí el tomo abierto en el sitio señalado con una cinta roja carmín.


—Quiero poder dormir en paz sabiendo que hice lo correcto. Ser una bruja significa que el peso de la herencia recaerá en Juliette, aunque ella aún no lo sepa… creo que lo sospecha, pero dudo en algún momento se planteara que la abandonaría.


Una alarma sonó dentro de mí, no había pensado en ello. Mis ojos se tornaron cristalinos.


—¿Crees que podrá con ello?


Me refería a Juliette y El Cónclave. Esperaba que sí, pues ya había firmado, a pesar de haberle dicho al vampiro lo contrario. Con la segunda luna perdería hasta la última gota demoníaca en mi ser, me quedaba tan solo un día. Era ese el principal motivo de querer buscar esa curiosa caja que no me dejaba dormir por las noches, pues de hacerlo, todas mis memorias dejarían de pasarme en los hombros y comenzaría con renovada energía.


@

nqOolSA.gif

xQB7Qk7_d.webp?maxwidth=640&shape=thumb&

uhmdsoi.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 4 semanas más tarde...

Siempre le pasaba esto, su familia poco sabia de los viajes que ella hacia. El ir y venir de la mansión, se había convertido en una rutina desde que su madre cissy la convirtió y no estaba tan orgullosa de eso, pero las aventuras que vivía no las cambiaba por nada en el mundo.

 

Tras la verja de la entrada, se mordió el labio, sabiendo lo que se avecinaba cuando su madre la viera entrar en la mansión. Sin duda pegaría el grito en el cielo y le dejaría de hablar por una semana, solo por no avisarle que llegaría ese mismo día, pero la venían persiguiendo y necesitaba un lugar donde ocultarse.

 

Avanzo por el camino que llevaba a la entrada de la casa y siguió repasando lo que había ocurrido aquella noche, sin duda la culpa había sido de Malcom, el y su est****o egocentrismo lo llevaron a la muerte y aquí estaba yo, pagando sus malditos errores.

 

-Bien, ya estamos aquí. Esperemos mama no me destripe-

 

Toco en la entrada de la casa, esperando que alguien abriera la puerta, por lo menos algún elfo estaría libre para ayudarla a pasar y contarle todas las novedades de la familia.

g9l8Gjc.png

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.