Jump to content

Prueba de los Hablantes de Pársel #7


Lawan Nguyen Thanh
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Se mantiene de pie, nuevamente esperando. Con los ojos cerrados, concentrado, observa lo que sucede en los alrededores de su vivienda. No puede descuidar a las serpientes mucho tiempo o estas intentarás alejar de cualquier forma a los jóvenes que tomó como aprendices. Pero también observa a Benjamin acercándose con una pequeña serpiente enroscada en su brazo izquierdo.

 

Se voltea y abre los ojos. Observa el lago, observa la isla y muy en el fondo -con un brillo un tanto fantasmagórico- la pirámide en dónde el Portal espera diseñar una nueva prueba. Levanta ambas manos, sosteniendo la varita en una, y comienza a recitar un cántico en dónde cada palabra está imbuida en magia. Las dice en pársel, porque de esa forma los hechizos son incluso más poderosos. Le presenta su respeto a la isla, le da indicaciones sobre las pequeñas pruebas que Benajamin deberá sortear antes de enfrentarse al Portal.

 

Sabe que su aprendiz está cerca, que le quedan pocos minutos de camino. Aunque no ve lo que sucede en la isla, los cambios que suceden para cumplir con sus requerimientos, siente cada movimiento y la aparición de cada nueva criatura. Se dibuja en su cabeza el nuevo camino del laberinto e inclusive le parece sentir el movimiento perpetuo del Portal.

 

—Benjamin Karkarov, acudiste —hace una seña con la mano: no hables, escucha —. El día de hoy demostrarás que eres digno y que estás preparado.

 

Mueve la varita mágica abajo mientras apunta en dirección del lago, dibuja también varias florituras en el aire. En el momento en que el pequeño barco, y el embarcadero, se hunden comienza la primera prueba para Benjamin.

 

—Tienes tiempo, no se cuanto. Imagino que el suficiente. Antes de cruzar el portal tienes que demostrarle a la isla que eres digno y que estás preparado. Hay dos barcos en el lago, que pronto saldrán de las profundidades. Cada uno está custodiado por una serpiente guardiana. El un barco se hundirá en la mitad y morirás, el otro te permitirá cruzar. El un guardián siempre dice la verdad y el otro siempre miente. Elige sabiamente.

 

Deja de hablar por un momento pues el agua del lago comienza a reventar en pequeñas burbujas que no tardan en desaparecer.

 

—La isla intentará arrebatarte a tu compañera, mientras luchas con los peligros de la isla debes protegerla o consideré que eres indigno y no te dejaré continuar. Finalmente te vas a enfrentar al laberinto. Hay un pequeño basilisco, su mirada no es aún mortal. Solo él conoce el camino seguro, si logras que te crea y confíe en ti te guiará. Te espero en la pirámide.

 

Sin decir otra palabra desaparece.

4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~Benjamin Karkarov

Está sucio y huele mal, aunque es algo de lo que no se da cuenta pues en dos semanas está acostumbrado al olor. Dos semanas en las que todos los días podían ser el ultimo, dos semanas con apenas unos bocados para alimentarse. Dos semanas en dónde no tuve más contacto que el de todas las serpientes que al principio intentaban matarlo.

 

Cierra los ojos y deja que el agua de la ducha caiga sobre su cabeza, que baje por su cuerpo hasta que llega al suelo. No es consciente de todas las ramitas y de toda la tierra que cae no solo de su cabeza, sino de cada parte de su cuerpo. Se siente feliz, dos semanas rodeado únicamente por víboras y serpientes fue una experiencia que le enseñó bastante. Y no solo acerca del pásel, sino también de como se comportan las distintas especies de serpientes. Ahora lo sabe, no todas son iguales. Son parecidas, si, pero al mismo tiempo totalmente diferentes.

 

Sabe ahora que aquellas que no son venenosas son más dóciles, más fáciles de convencer; se sienten atraídas por los sonidos del pársel. Las más mortales en cambio saben que lo son, saben que una mordida es capaz de matar a cualquier persona y a muchos animales. Son difíciles, se necesitan palabras más exactas y precisas; son imposibles de recuperar si llegan a ofenderse. Y aún así, con matices mucho más variadas que las personas, está feliz de haber logrado sobrevivir y conocer a tantas serpientes.

 

**

 

Observa, a lo lejos, el cuerpo -bastante atractivo- de Lawan. Está del todo seguro como lo reconoce, pero sabe que es él. Observa en realidad un cuerpo que podría ser el de cualquiera, un rostro imposible de identificar. Pero de alguna forma sabe que es el Arcano. Acelera un poco el paso. Intenta saludar, contarle todo lo que aprendió y todo lo que vivió. Se ofende un poco cuando, con un movimiento de la mano, lo manda callar. Sin embargo no se queja, no muestra estar molesto.

 

Tiene confianza en sus habilidades, la suficiente para ser un poco imprudente pero solamente lo justo. No tan confiado como para que la gente lo vea y a escondidas murmure acerca de cuan pretencioso es. Lo justo. Cuando Lawan desaparece se acerca a las guardianas que son, por su puesto, dos serpientes de apariencia bastante amenazadora. Sabe que sus conclusiones de la isla no sirven para nada. Estas son serpientes mágicas, su veneno va más lejos de atacar físicamente a las personas. Son venenos y conciencias llenas de magia, impredecibles.

 

Para su sorpresa las dos serpientes se acercan, se unen, dejan de ser dos y se convierten en un solo ser mucho más grande.

 

—Somos Moebius y Dante. Juntos ninguno de los dos mentimos. Separados, sin embargo, uno siempre miente y otro siempre dice la verdad ¿Quién miente y quien no miente? Descubrelo. Puedes hacernos una sola pregunta a cualquiera de los dos, pero solamente a uno.

 

Las serpientes nuevamente se separan y se alejan una de la otra. Protegen finalmente una cada barco, como inicialmente.

 

—Lo entiendo, necesito unos minutos para pensar —contesta, también en pársel —Le preguntaré a Moebius —agrega finalmente luego de varios minutos de silencio.

 

Ante su elección, la serpiente a su derecha habla para decir una sola frase.

 

Yo siempre digo la verdad, buena elección...

 

Ben intenta desenmarañar las palabras del animal, intenta leer si de verdad miente o no. Pero no lo logra, de alguna forma las palabras no suenan ni a mentira ni a verdad.

 

—¿Qué me diría Dante si le pregunto por el barco que me salvará la vida?

 

Y entonces, por un segundo, ve la molestia en los ojos de la criatura. No sabe porqué, no se siente capaz de hacer conjeturas acerca de lo que piensas cualquiera de las dos serpientes.

 

Dante te diría que subas al barco que él cuida

 

—Muchas gracias, subiré en el barco que tú cuidas, Moebius.

 

Y es precisamente eso lo que hace. En cuanto las dos serpientes vuelven a ser una y se pierden en el lago, Ben sube en la barca que sabe es la que lo salvará. Al principio la barca va despacio y tiembla más de lo que debería temblar. Sin embargo su aparente mal estado, llega al otro lado del lago con Ben y su pequeña compañera totalmente a salvo.

 

Ben recuerda las historias contadas por su padre acerca de esa isla y cuan peligrosa puede llegar a ser. Toma a su compañera, a la que llama Iris, y la esconde dentro de la túnica que lleva.

 

No quiero que te hagan daño y la isla intentará hacerlo. Y no lo hago por la prueba, sino porque me importas. Y sabes que es verdad, cállate y por favor quédate escondida.

 

La criatura se queda quieta aunque no contiene las palabras. Se queja de que está en un lugar incómodo, le dice a Ben varias cosas bastante groseras sobre como ella debería morderlo y largarse. Sin embargo no hace nada de eso, se limita a quedarse quieta.

 

Ayúdenme

 

Decir las palabras no es lo único necesario. Él sabe también que debe encantar a las serpientes, hacerles creer que ellas quieren ayudar y obedecer. Unas tres serpientes de los alrededores le hacen caso, lideran la marcha. En varias ocasiones las enredaderas lo golpean, le hacen daño en los brazos. Y, como él esperaba, intentan atacar incluso dentro de su ropa, alcanzar a Iris. Repele el ataque de varias criaturas pequeñas y otras no tanto, con las serpientes que están al frente. Él mismo hace frente a algunas, ya sea usando magia o utilizando las palabras, el pársel.

 

Luego de minutos que parecen días llega a la puerta del laberinto, con los ojos cerrados. Todas las serpientes que hasta ese momento se unieron a su lucha se alejan, pues ya no necesita de ellas y es demasiado peligroso. Iris sigue oculta.

 

Llegado a ese punto tiene miedo, no sabe muy bien que hacer. ¿Y si el basilisco le pide que abra los ojos? No está seguro de poder hacerlo, no está seguro de arriesgarse a algo como eso.

 

¿Quieres ayudarme?

 

¿Quién crees que eres para pedirme ayuda? Debería atacarte, el veneno es más mortal que la mirada

 

—No quiero hacerte daño, quiero que confíes en mi.

 

—Iris me ofendió, mátala y te guiaré.

 

Benjamin se queda frío y sin palabras. No duda en su respuesta, sin embargo tiene miedo. No por perder la habilidad, no porque el darle una negativa al basilisco lo dejará lejos de la pirámide. Es peor, su miedo es más grande. Tiene miedo a morir, y tiene que miedo que cuando él muera de igual forma Iris lo hará. No hay dónde escapar. Prepara su varita mágica.

 

Iris no está a tu alcance. Intentaré pasar el laberinto yo solo, o daré media vuelta, como prefieras. Incluso acepto que me mates porque se que si quieres hacerlo te será muy fácil.

 

La mayoría nos ve como una herramienta, sígueme, pasaste mi prueba.

 

Ben no se esperaba eso, estaba dispuesto a luchar si el basilisco decidía atacar. También estaba dispuesto a intentar buscar el camino él mismo. Con su compañera aún escondida, sigue al basilisco por los sonidos que no deja de emitir, pequeñas palabras que tienen como objetivo dejar un rastro para Ben. Cuando el basilisco los deja fuera del laberinto, el mago abre los ojos y la serpiente sale al exterior.

 

La pirámide le parece hermosa y no se compara con las explicaciones de su padre. Jamás pudo imaginar algo de tal magnitud, tan imponente, tan importante y tan hermosa. Continúa caminando, sube las escaleras de la pirámide para encontrarse en la sala del portal con Lawan.

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Observa el avance de Benjamin de pie junto al portal. Recuerda cada una de las pruebas de sus aprendices anteriores, recuerda como sortearon cada obstáculo puesto y la forma en que aveces tenían que poner en riesgo su propia vida para salvar a sus compañeras o para continuar con su aprendizaje. Sabe que Ben está cerca pues así se lo comunican las serpientes que están dispersas por toda la isla.

 

—Te estaba esperando, sabía que llegarías.

 

Siente la presencia de Ben incluso antes que la de la serpiente de compañía se anunciara. Sabe que es una buena señal por las experiencias pasadas. Aún no se voltea, tiene la varita mágica apuntando hacia el portal que gira a mucha velocidad, mostrando por tiempos la puerta de cada habilidad. Dice palabras más antiguas que el pársel, palabras llenas de magia.

 

El portal deja de girar para mostrar únicamente la puerta correspondiente a la habilidad de pársel. Pasa unos segundos, la puerta comienza a brillas y finalmente se abre dando paso a las realidades del portal. Chasquea los dedos y en consecuencia la puerta vibra, el anillo del aprendiz se desprende de la puerta y se acerca flotando a la mano de Lawan.

 

Tengo que preguntar ¿Seguirás con la prueba? Si estás de acuerdo acéptalo y llama al anillo, él se acercará a tus manos y cuando cruces comenzará la prueba real.

4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~Benjamin Karkarov

—Seguiré con la prueba. Aunque, si me lo permite, todo este asunto de pruebas, de portales y de anillos es medio ridícula. Supongamos que me retiro ¿Qué me impediría seguir hablando en pársel si es algo que está en mi propia sangre y ahora mi cerebro entiende?

 

No espera recibir una respuesta así que apresura las cosas. Toma el anillo del aprendiz y se lo coloca en su mano. Siente aquello que su padre le relató hace varios años: una especie de vínculo más fuerte incluso que el que se desarrolla con una varita. El anillo se torna blanco y por dentro varias motas totalmente negras imitan la pata de un tigre. Cruza el portal a sabiendas que es imposible predecir lo que va a encontrar al otro lado ¿Y si muere? No le parece tan mal la posibilidad, pues sabe que al otro lado está su padre.

 

Todo se vuelve negro. Sabe que es normal, después de todo lleva varias horas trabajando y en los últimos días le pasa con frecuencia. Los gases de las pociones aveces lo marean, aveces nublan su vista; incluso recuerda haber perdido el conocimiento en más de una ocasión. Sin embargo, como siempre, no tiene ni la más remota idea acerca de dónde se encuentra. Conoce su nombre, el de su hermano y el de su padre. Sabe también que está haciendo pociones ilegales, pociones para ser vendidas a muggles a precios desorbitados.

 

También sabe que durante toda su vida tuvo miedo a las serpientes y en general a cualquier reptil. Pero sus recuerdos son algo confusos, muy confusos. Algo en su interior le susurra acerca de sus miedos superados, pero él no recuerda nada. Todos los días toma entre sus dedos astillas de los cuernos de una serpiente cornuda y muda de piel de cobra real. Y todos los días, cuando toca esos ingredientes, un escalofrío recorre su cuerpo. Y cada día siente como si de alguna forma los ingredientes le hablaran.

 

Se saca los guantes y los deja sobre la mesa, aunque seguramente lo castiguen debe descansar. Camina varios minutos hasta llegar a un lugar que le es muy familiar aunque está seguro nunca haberlo visto antes. Es una puerta pequeña a la que se accede de rastras. Se tumba y, lentamente, atraviesa la puerta. Se sorprende al ver las jaulas. Están llenas de serpientes cornudas y de muchas otras especies.

 

—Te mataremos

 

No sabe exactamente porqué no le sorprende que lleguen voces a sus oídos. Quizá, aunque no lo sabe, es su cerebro colocando con prioridad los recuerdos reales. Recuerdos en dónde sabe bien lo que es el pársel y como funciona.

 

—Estoy cansado, huyamos—les dice. De nuevo su cerebro. Sigue sin sorprenderse —. ¿Quieren que las libere? ¿Quieren junto a mi atacar a todo el mundo y huir?

 

No eran solamente las palabras, sino la forma en que Benjamin las decías. En cada palabra se podía escucha las enseñanzas del arcano y los conocimientos que él mismo aprendió conviviendo con serpientes. Lo hace casi de forma automática, sin detenerse a pensar.

 

—No le daré muchas vueltas. Las liberaré y no me atacarán, se limitarán a seguirme a matar a cualquiera que tenga una varita mágica.

 

Es una orden directa que perfora el cerebro de cada animal que está a rango de escuchar. Se agacha y toma un pequeño madero que, según deduce, sirve para apuntalar la puerta por la que antes pasó cuando se quiere cerrar desde dentro. Las aulas son más bien algo como peceras, por lo que no le cuesta nada romper todos y cada una de ellas.

 

—A por esos malditos

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Lawan mira, taciturno, al joven Benjamín quien parece decidido a seguir su prueba. Presiente en él un carácter rebelde, guerrero, al expresar su duda antes de atravesar la puerta. El Arcano permanece en silencio porque contestar ahora, que no le oye, es una pérdida de tiempo. Lawan sabe que, si regresa, no le hará falta saberlo. Si no regresa, tampoco lo sabrá porque se habrá perdido antes de saber que el Portal tiene la fuerza suficiente para borrar cualquier recuerdo de que una vez supo hablar Parsel, más fuerte que cualquier Obliviate de esos que lanzan los magos mundanos de aquella sociedad en la que habita ahora, en el Ateneo. Pero allá, en la pirámide, en el salón circular cuyo suelo tiene la imagen del Ouroboros, perdería el don de entender el pársel por mucho que lo tenga en su sangre y ahora su mente lo entienda.

 

Lawan no contesta y permanece impertérrito, con la mirada perdida en otra dirección alejada del Portal. ¿Para qué mirar si no podrá ver nada? Lo que ocurre le es opaco para el Arcano. Benjamín está ahora sólo, a su suerte. Lo que ocurra allá dentro supondrá su regreso como Hablante de Parsel o su no regreso, perdido en uno no-lugar. No parece afectarle la espera pero el vampiro respira con la boca semiabierta por la incertidumbre que no quiere mostrar, enseñando la punta de sus colmillos.

 

Espera, toqueteando el anillo blanco que está vinculado a todos los anillos de Hablantes de Parsel. Tal vez le gustaría estar pescando en su casita del Ateneo para tranquilizar su ánima. El muchacho no sale. Aún no sale. Pescar le aliviaría la espera. Pero sabe que su deber es estar ahí, esperando. Si Benjamín se siente en peligro, el anillo lo notará y él obligará al Portal a que lo devuelva, a pesar que eso supondría el fin de los recuerdos, de aquellos recuerdos, para el joven.

 

Pero tampoco llega la señal de apremio. Lawan Nguyen Thanh supone que es buena señal aunque aún no sale. No, aún sigue en la prueba.

 

Espera. De una manera u otra, saldrá y él tendrá que estar allá, esperándole.

4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

~Benjamin Karkarov

 

 

No recuerda, en toda su vida, haber sentido tanta ira y resentimiento. En realidad lo recuerda, algo borroso y complicado de entender. Saben que odia a una persona más que nada, sabe que esa persona forma parte de una organización cuyo nombre no recuerda. Sabe también que Madeleine no tiene ninguna culpa, pero eso no impide que su odio hacia ella sea fuerte y difícil de controlar. Sabe que en una pelea mágica el perdería, pero pese a ello desea encontrarla y lanzar cuanta maldición venga a su mente.

 

Pero en ese momento, con los recuerdos borrosos, a quien más odia es a quienes lo mantienen prisionero realizando un trabajo que no disfruta. Lidera una horda de reptiles qué están enteramente a sus ordenes, qué no durarán en atacar en cuanto él de la orden. Nunca antes se ha parado a pensar en lo que odiar le causa.

 

-Intentemos huir sin ser vistos...

 

Sabe que muchas de las serpientes están dispuestas a atacar y de alguna forma a vengarse. Pero sabe también qué eso es únicamente el instinto animal tomando control de la situación. Y entonces es capaz de recordar a su padre y la forma en que él trataba a cada una de las criaturas qué vivían en el castillo. Obligar a todos esos animales a ejecutar su venganza personal no es algo que Bastian haría, y lo entiende ahora tampoco es algo que Ben debe hacer.

 

Todo se vuelve oscuro. Los recuerdos se hacen claros, sabe lo que sucede y porqué sucede. No está en peligro pues logran escapar sin tener que matar a ninguna persona. Y, delante de él, está de pie Lawan el arcano de los hablantes de parsel. El anillo del aprendiz deja de serlo, se vincula completamente a él y ahora entiende muchas cosas que antes no.

NHCeJlw.png

T7Qipl9.gif
O1KlJf5.png
f5DcgjA.gifXuR0HEb.gifGPQsszk.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.