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Prueba Libro de la Fortaleza


Keaton Ravenclaw
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Tras haber pasado la parte práctica y teórica de la clase, era hora de adentrarse en la Prueba, la final, aquella que determinaría si los cinco pupilos de Keaton de aquel mes estaban listos para vincularse al Libro de la Fortaleza de manera exitosa. El ojiverde sonrió, pues los cinco, pese a todo, habían demostrado que tenían la constancia, ¿pero tendrían los conocimientos y la habilidad para enfrentarse a aquel último reto? El Ravenclaw esperaba que si, no quería que toda la clase fuera una pérdida de tiempo, la única que sí le preocupaba, era Hayame.

 

—Muy bien chicos, han demostrado que la constancia es una virtud que poseen, con ello, han ganado el derecho a la prueba, sin embargo, el camino aún no ha acabado. De esta prueba dependerá si se vinculan o no, el Libro les pondrá obstáculos para validar ésto, por lo que deben de tener sumo cuidado —Explicó el docente.

 

Les dio la espalda, alzó su varita mágica de cerezo, y el prado que se encontraba en las faldas del Everest se alteró. Delante de ellos se alzaba un Castillo en ruinas. Era una construcción amplísima, contaba con tres pisos. En la planta baja había dos grandes habitaciones que daban con lo que antes debió de ser un hermoso salón y un hermosos comedor, en cada uno de ellos, lo que determinaría los objetos de aquel escenario sería lo que cada uno de los pupilos observara. De cualquier forma, Keaton participaría en la batalla y también emplearía lo que pudiese observar.

 

En los pisos superiores, se hallaban la cocina, las habitaciones y los respectivos baños. El combate se haría ÚNICAMENTE dentro del Castillo, no podrían salir de él y debían de emplear todo su poder mágico para poder derrotar a sus enemigos, porque aquel enfrentamiento, sería un asalto/redada. Serían tres contra tres.

 

—Muy bien, van las instrucciones. Lo que vamos a hacer es un asalto/redada, no va a ser un combate uno versus uno, sino tres contra tres. Hayame, Aaron y Maida contra Eliot, djVash y yo. La batalla se llevará a cabo SOLAMENTE dentro del Castillo que se acaba de materializar frente a nosotros, el que se salga, morirá al instante y perderá la prueba —Explicó —Pueden emplear hechizos del Libro del Aprendiz de Brujo, del Libro de la Fortaleza y todos aquellos que se les ocurran, ¿estamos? A la cuenta de tres, todos dentro del Castillo... Uno... —Dijo el vampiro emocionado —...Dos... —Pronunció claramente —Y ¡TRES! —Finalizó y todos entraron en el recinto de batalla.

 

 

 

~+~+~+~OFF~+~+~+~

Bien, mis queridos saltamontes, la Prueba a llegado y me da mucho gusto que llegáramos todos a ella. Van las reglas de la misma.

 

Hayame, Aaron y Maida

Vs.

djVash, Near y Keaton

 

Reglas del Combate.

 

  • Las Reglas son las mismas que para duelos/asaltos/redadas
  • Pueden emplear todos los hechizos que deseen a excepción de los de bandos (Esto es Neutrales, Neutrales Graduados, los del Libro del Aprendiz de Brujo y los del Libro de la Fortaleza)
  • Pasadas 12 horas, si su rival no responde, pueden crear una bestia mediante Morphos para atacarle.
  • En el tercer posteo de cada uno, van a ser atacados por un dementor. NO pueden usar el Expecto Patronum.
  • Hechizos resaltados con negritas y/o cursivas. De no hacerlo, la acción será inválida.
  • No se permiten los OFF ni tampoco la edición de posteos. Para la organización de la batalla, quiero verlo postar en el Topic de Consultas, Dudas y Sugerencias.

 

Les deseo lo mejor y espero que logren aprobar. Dudas, SOLO por el topic correspondiente, si me hablan por privado, no les contestaré xD.

 

Si llegan a morir en batalla, pero emplearon bien los hechizos, pasarán.

 

La Prueba permanecerá abierta hasta el 22 de abril.

Editado por Keaton Ravenclaw

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A Hayame se le erizaron los vellos del cuerpo en cuanto escuchó lo que seguía y observó el escenario que tenían delante de ellos sin poder evitar el sonreír y con un brillo tan salvaje en los ojos que parecía que pronto estallaría en llamas; no solamente aquel lugar era perfecto para ella que solía someterse antiguamente a duelos en castillos y había vivido en uno en toda su vida sino que además...

No, no podía creer lo que el profesor había dicho.

Iban a duplicar un asalto!! UN ASALTO!! (o redada pero su experiencia iba por doble partida)

Si bien no solía asistir a todos y cada uno de ellos porque en su momento sus obligaciones a veces la tenían apartada de la acción (ya que lo suyo era el ataque psicológico y desde adentro), cuando llegaba a ser requerida, se divertía bastante y no desperdiciaba oportunidad para hacer lo que mejor sabía: sembrar el caos.

Y sus maestros solían decirle que era buena y que se desperdiciaba un poco por ir más por el lado menos físico en sus habilidades pero...

Bueno, siempre se daban oportunidades y ahí estaba la de ella.

Y conociendo a sus tres oponentes, estaba seguro de cuál debía de cuidarse más que nada... y si la mataban primero (lo cuál era la posibilidad más grande ya que de todos los presentes, solamente Vash era amigo y los demás la veían como todo lo contrario), tampoco le angustiaba porque no significaba que no era buena: simplemente que con pequeños hechizos nadie en su sano juicio pasaría de tres personas o dos atacando al mismo tiempo a menos que se adelantara tres pasos antes

Hmmm

Sí, eso era lo mejor.

Pensar unos cuantos pasos antes con todas las posibilidades de caer. Observó a sus compañeros de batalla y sabía que al menos en esa estaría sola. Los otros dos eran los que más le habían mostrado ojillo en silencio así que se cuidarían entre ellos lo que la dejaba con una desventaja inicial.

Nada diferente al resto de su vida, con la excepción de que esta vez no contaría con Juve o con Sagitas para hacerle segundas por lo que no dudo en colocarse encima tanto anillos como amuletos de los libros que ya poseía y por encima, sus guantes de cuero de forma que los anillos no se vieran afectados con el movimiento.

Recordar, brazos alejados del cuerpo... amuletos colgados por debajo de las ropas...

Se retiró la capa y la arrojó al suelo de forma que solo quedaba con aquel corsé negro de bordes metálicos en cobre, una falda negra muy corta y pegada de forma que las botas negras largas hasta la parte superior de las piernas le daban aspecto de pantalón y sacó la varita de su cubierta amarrada al muslo izquierdo, girandola rapido en su mano par después, sostenerla con fuerza en su mano izquierda.

Hizo una pequeña mueca y en cuanto el docente gritó "TRES!!" salió disparada al interior con una sonrisa

Lo que fuera que pasara... seguía emocionada de jugar.

Inspiró profundo y en cuanto cruzaron por el dintel del castillo se dirigió a la izquierda a paso veloz pero no sin antes murmurar un:

-Silencius

Esperaba que Near, a quien le había arrojado aquel hechizo no lo tomara personal con ella pero se imaginaba que no querría atacar a su familia de primera mano por lo que primero se desharían de los "extras" y después tmarían la batalla entre la familia. Y mejor que se pusiera en alerta en ese respecto, solo esperaba que Vash hiciera lo mismo mientras que ella se esforzaba en correr a dónde ahora veía era el salón.

Al menos estaba familiarizada con ese tipo de pelea en algo más adoc a sus memorias de asaltos, casi siempre llevadas en los salones de las mansiones.

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Había sido arrancado del seno de aquel nido de dementores por mi profesor. Justo en el momento en el que empezaba a divertirme, toda la emoción volvía a cero. Aquello no duró demasiado. Miré hacia ambos lados en cuanto el Ravenclaw nos daba nuestras nuevas indicaciones, una gran sonrisa había aparecido entre mis labios a pesar de mis intentos de ocultar aquello.

 

Entonces me quedé helado.

 

Un gran temblor me corrió por la espalda mientras Keaton mencionaba la organización de los equipos. Tendría que atacar a Maida y Aaron. Apreté el puño con fuerza y cerré los ojos al mismo tiempo que la sonrisa se desvanecía por completo. "solo es parte de la prueba" me dije con pesar, intentando desligarme por unos instantes de aquel impulso que casi me lleva a argumentar en contra de aquella decisión.

 

Resoplé, ahora lo más esperado de aquella clase sería más un reto que un "premio", como lo había visto inicialmente. De eso se trataba, superar aquel tipo de retos era lo que nos había llevado hasta donde estábamos. Miré el castillo con detenimiento y en cuanto Keaton terminó de contar, me lancé hacia el interior del castillo. Hayame parecía tan emocionada como yo en un principio, claramente no le molestaba enfrentarse a su amigo.

 

Había dejado que mi ropa volviera a ser la de antes, una capa de viaje con una camisa ligera debajo. Solo portaba los anillos y el amuleto además de aquella ropa, ni siquiera llevaba calzado.

 

Habiendo entrado casi todos al mismo tiempo, solo necesitaba encontrar una buena posición. En una de las esquinas del salón principal, lejos de puertas y ventanas, con un buen angulo de visión, me preparé para atacar. Entonces la pelirroja se adelantó a mis movimientos silenciándome ¿Había dudado mucho? Si, lo había hecho, solo debía relajarme y dejar salir aquello por lo que siempre había vivido.

 

Levanté la varita mirando a Hayame con una mueca socarrona y sin previo aviso salieron disparadas hacia ella 12 medialunas plateadas, sumamente afiladas. Para esto solo había necesitado pensar "seccionatus" mientras le apuntaba. Nos encontrábamos a menos de 7 metros por lo que el grupo de medialunas no se dispersaría demasiado antes de impactar, como mucho algunas romperían la ventana detrás de la vampiresa.

 

El efecto del silencius había pasado y mi voz había vuelto a la normalidad. Mi varita cortó el aire en un nuevo movimiento casi tan rápido como el anterior, apuntando una vez más al pecho de Hayame. Debería ser rápida si pensaba defenderse de dos ataques juntos.

 

- ¡Sectusempra! - Exclamé lanzando un rayo plateado hacia su torso. De impactar, este le provocaría una herida mortal que requeriría tratamiento urgente. Necesitaba reducir el número de rivales al mínimo y Hayame había sido la primera en llamar mi atención - Nada personal, lo juro - agregué en voz baja.

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La vampiro siguió corriendo pero el hecho de ver las medias lunas solo le hizo sonreír un poco

"Predecible. Nada como el favorito de favoritos... entonces... ya veo"

Pensó para si misma conforme observaba el avance de aquello y sabía qué tenía que hacer. Ni siquiera le preocupaba lo que viniera a continuación porque estaba acostumbrada a aquel tipo de situaciones por lo que mientras el chico arrojaba las medias lunas, cruzó el brazo derecho por delante e intercaló el siguiente efecto con el pensamiento

-"ZANCADILLA!"

Sintió la carne abrirse ante el impacto de las lunas aunque golpearon todas al seguirse moviendo la mujer, la sangre fué lo primero en salir. Sin embargo dado que ambos corrieron al mismo lugar y a sabiendas de que los demás seguían en la parte principal del castillo decidió que un uno contra uno en esos momentos no estaría mal a menos que se metiera algún otro al salón.

Pateó rápidamente un pesado armario para hacerlo caer de lado y se ocultó detrás de este, golpeando el brazo herido contra la madera de forma que se arrancaron las medias lunas y dejaron las heridas mientras que el ahora desviado Sectusempra estallaba contra una de las paredes por efecto de su zancadilla.

No tenía tiempo que perder.

-Avis

Musitó rápidamente detrás del mueble por lo que doce gorriones salieron disparados de su varita y sonrió con malicia

-Vayan a fastidiar al chico... picoteenle en los ojos- dijo a lo que los pequeños pajarillos salieron disparados para comenzar a picar a Near tal cuál la órden con toda la maña que podían hacer

La mujer aprovechó aquello para colocarse rápidamente la mano en las heridas continuas y parecía que solo el pensar en "Curación" por el amuleto que llevaba al cuello, una luz verde clara resplandecía sobre la zona afectada, curando la carne abierta y deteniendo el sangrado

"Vale... supongo que tu utilidad tienes al final"

Pensó mas continuando alerta a los siguientes ataques que llevaría a cabo el chico.

Hacía tanto que no tenía una pelea con otro oponente, que ahora sentía curiosidad sobre lo que haría aquel ya que estaban relegados a hechizos menores... los cuáles, le encantaban a la vampiro por ley, incluso cuando tuviera el poder y el nivel para usar más avanzados a su momento, se había aferrado a los primeros que solían tener efectos bastante... divertidos.

Sin embargo aquella cosa ya no le servía mas que para adorno por lo que ahora tenía que estar atenta en cuanto a las siguientes heridas que pudiese recibir.

Movió los dedos de la mano derecha y apretó más la varita, sonriendo de lado.

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La explicación del profesor sobre lo que seguía a continuación fue un gran impacto para mí, mas cuando de la nada aparecieron las ruinas de un castillo, nos dio los detalles de que era lo que continuaba y de cómo lo tendríamos que hacer. Suspire pesadamente, era momento de lo mejor, un asalto/redada, y lo asombroso, tres contra tes.

 

La explicación de que todo tendría que ser dentro de las ruinas me hizo pensar en lo que podríamos encontrar, y escuchar los equipos me puso una sonrisa en el rostro. *Vaya, creo que me enfrentare con esos dos chicos con los que fui a la montaña, y, contra Hayame* meditaba tranquilamente.

 

Todo en el campo de batalla podría ser posible. Escuche el conteo de Keaton y me prepare para lo mismo. Suspire nuevamente de manera profunda y tome fuertemente el mango de mi katana. Al llegar a tres todos entramos casi de manera instantánea, no era como lo había esperado por dentro, pero en definitiva era algo de lo que estaba acostumbrado a ver.

 

Tantos viajes me podrían dar la confirmación de que todo en los castillos antiguos eran destrozos y mas desastres. Observe a los demás, buscando con la mirada a Aaron y a Maida, ya que en el salón Hayame se encontraba en un enfrentamiento contra Elliot. Gire en búsqueda del Ravenclaw, pero tampoco lo visualicé, *será mejor observar el campo antes de otra cosa* pensé al momento que subía a donde anteriormente podría decirse estaba la cocina.

 

En ese lugar, los muebles estaban acabados, un par de utensilios de cocina desgastados y sucios estaban sobre unas mesas con una pata rota, y, una alacena caída a lado de un congelador se observaba. Sillas en pedazos y alguna entera se veía ahí --Bien creo que aquí no hay nadie— me dije en voz baja y sacando a Zharr del mango de mi katana.

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Bien, aquello había resultado más fácil de lo que esperaba. La pelirroja se había encargado de desviar mi segundo ataque, era lógico que no considerara aquellos cortes superficiales tan graves como para desperdiciar sus preciados milisegundos entre mis hechizos para defenderse... o si.

 

De alguna manera Hayame había considerado utilizar la única oportunidad de curarse con aquel amuleto para cerrar aquellas heridas poco profundas. Me había incorporado poco antes de que aquello sucediera y caminaba de lado a lado sonriendo como quien va ganando en una partida de ajedrez.

 

- Oppugno - Había pronunciado justo después de que sus aves aparecieran y les había ordenado atacarla exactamente de la misma manera. Si la seguía lastimando y obligándola a curarse y defenderse, no pasaría demasiado tiempo hasta que Hayame cayera.

 

Rodeé el mueble mientras le apuntaba, asomando a unos metros por el costado de este. Era obvio que el trasto de madera no iba a servirle de protección todo el encuentro. Sin dejar de apuntarle y sonreir volví a pronunciar, casi de manera cantarina.

 

- Sectusempra - El rayo Salió disparado a su muslo, bien a la vista y suficientemente lejos de su cabeza como para no impactar en las aves. El amuleto parecía apagado.- Si, definitivamente hubiera preferido reservar eso para después. Puedo hacer esto todo el día -

 

 

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La vampiro había rodado los ojos al escuchar el encantamiento de vuelta contra las aves.

Así que mientras el chico se encargaba de estas, la mujer musitó con toda la calma del mundo

-"Silencius"

Era obvio que no se había enterado porque mientras que los gorriones ahora iban a por ella y esta se aseguraba de mantener el brazo derecho cubriendo la vista, el chico intentaba darle la vuelta al armario caído; claro, como si la propia mujer se fuera a quedar en el mismo sitio... quién pensaba algo así?

Por lo tanto la pelirroja sin alterarse caminaba cuál reloj aún con el armario metido entre ambos por lo que aún y aunque Near intentó lanzar nuevamente un "Sectusempra", este ni siquiera salió de sus labios y por lo tanto ni siquiera el hechizo hizo amago de brotar de la varita. Las aves no le incordiaban en absoluto excepto por las que trataban de colarse en sus ojos y los rasguños no le eran nada (por algo había elegido aves tan pequeñas).

Y sin embargo...

"Zancadilla" pensó agitando una vez la varita pero siempre manteniendo el mueble entre ellos pero no era eso lo que la preocupaba ahora. De hecho, aquel chico no era ahora más que una preocupación más pequeña puesto que el anillo Detector de Enemigos ahora emitía su luz rojiza nuevamente y el frio comenzaba a hacer aparición en aquel salón.

Empezó a retroceder hasta llegar cerca de una vieja chimenea de forma que el hueco de esta quedaba a sus espaldas

Y es que ahora un Dementor se movía en la habitación, volteando a todas partes como si quisiera oler algo

"Perfecto" pensó con fastidio la mujer mientras que los gorriones seguían intentando dar con sus ojos "un chiquillo que quiere verme la cara y ahora un Dementor... justo lo que indicó el doctor" gruñía aunque en ese sentido... Near le había hecho un favor al lanzarle las aves encima, por lo que ya indirectamente, eran un buen escudo.

Solo esperaba poder mantenerlas ahí el tiempo suficiente mientras que se libraba de ambos de una sola vez

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El silencio era espectral en la antigua cocina donde estaba en estos momentos, observe nuevamente el lugar y me dispuse a realizar lo mejor que podía en el mismo. Con un poco de fuerza bruta movi la alacena dejándola frente a mi, me serviría de escudo sin duda.

 

*bien, debo de estar lo mas seguro que pueda* pensaba al momento que jugaba con mi varita en la mano, estaba seguro que en cualquier momento. Sin dejar de mirar a todos lados pronuncie al realizar una floritura.

 

--"Avis"

 

Una docena de gorriones aparecieron y empezaron a revolotear a mi alrededor mientras acomodaba la alacena para cubrir mas mi cuerpo.

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Aaron Augustine Black R. Yaxley

 

Había perdido el conocimiento, lo asumía, muy internamente lo asumía. No pude concretar un sentimiento de felicidad que me mantuviese distante de los dementores y la verdad no sabía el porqué- de todas maneras jamás me había enfrentado a un nido de esas criaturas; dos o tres, quizás una decena de ellos, pero nunca a centenares ¡y en su propia guarida!- eso me había pasado la cuenta. Tal vez podría atribuirlo al cúmulo de emociones que llevaba hoy por hoy, o quizás la impotencia de no haber apuntado la muerte de ese trío de muggles en la montaña.

 

No iba a pensar, no iba a canalizar mis temores allí en público; no iba a enseñar mis debilidades infantiles ni el hecho de haberle visto acorralada y yo ahí sin poder hacer mucho. Recuerdos que con los años creía haber olvidado, casi me cuesta un beso que robaría mi alma ¡¿Qué alma?!, qué ápice de luz podía haber aún en mí...

 

Retomé la conciencia a duras penas cuando los dementores desaparecían frente a mí- la verdad es que nosotros habíamos desaparecido de allí- y fue el profesor quién reanimó mi vitalidad en cuanto nos enseñó como utilizar el amuleto de curación, artefacto que no dudé en colgar a mi cuello una vez que comenzaba a deleitarnos sobre la próxima prueba. Observé a Near mientras posaba mi diestra en el hombro de Maida y asentía comprendiendo que ello era solo para pasar la prueba, sin embargo me preocupaba más el daño que pudiéramos hacernos entre los tres más que en los desconocidos (para mí) que allí se encontraban.

 

Al tiempo que sortearon los tres segundos varios salieron corriendo hacia el castillo que hacía frente a nuestra vista, en cambio yo decidí seguir la serenidad de mi idiotez y avanzar a paso decidido hasta el interior de la estructura verificando satisfactoriamente que llevaba puesto todo lo indicado y enseñado en ésta clase. Desenvainé mi varita y me perdí entre las sombras de paredes y cuánto mueble olvidado.

 

Vestía tal cual había llegado a la clase. Fueron las escaleras las que se reflejaron en la gélida mirada gris que me precedía digno de la alcurnia mágica, no por su color, sino más bien por el linaje en su tonalidad. Subí a paso lento mientras escuchaba uno que otro hechizo proveniente del salón; no sabía si Maida había ingresado antes o después de mí y la verdad no quería tener a mis familiares cerca por el simple hecho de no querer estropear nuestras vidas... la mía.

 

Sentí unos ruidos en una habitación cercana, como si arrastrasen un mueble gigante, uno que corroboré en cuanto vi unos mechones que sobresalían del otro lado- cubriéndose alguien con la alacena- y con la varita aferrada a mi mano me apoyé de costado al marco de la puerta en una pose bastante varonil como indiferente. Pensé en silbar para llamar su atención, pues al parecer no se percataba de mi presencia allí pero si lo hacía las aves que revoloteaban (cuestión que presionaba aún más su posición) seguramente atacarían. Aunque usualmente utilizábamos el avis como defensa. Observé los anillos en mi otra mano y rasgué la varita hacia el frente en ánimo de ataque...

 

-Morphos- susurré visualizando el mueble que le servía a Djvash de protección; el mismo tomaría la forma de una violenta boa constrictora lo suficientemente larga y fuerte producto de aquella alacena que alcanzaba un necesario y buen tamaño; el animal le atraparía instintivamente por su tronco, juntando sus brazos por los costados del torso de tal manera de impedir una buena puntería y como no, una asfixia mortal que si no preveía de seguro terminaba siendo alimento- ¡Sectusempra!- exclamé apuntando con mi arma mágica a su rostro y observé como el rayo verde con finas notas azabache atravesaban los cuatro metros de distancia que nos separaban; era lo único descubierto luego de la boa, por tanto, de impactarle de seguro sufriría graves cortes que incomodarían la visión por la sangre que pintaría.

 

>> No es nada personal<< expresé con media sonrisa atento a lo que viniese de vuelta, pues de seguro que el muchacho no quedaría de brazos cruzados.

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Si bien no había detectado a nadie por el momento, había olvidado por completo usar la detección de enemigos, lo que era un grave error, pero antes de que otra cosa pasara active el anillo antes mencionado a su vez que el de salvaguarda contra oídos indiscretos, el anillo de escucha y el de amistad con las bestias. Ahora ya me sentía protegido, ese había sido un error que cualquiera hubiese podido pagar caro.

 

Como ahora lo veía. De la nada la alacena que tenia frente a mi tomo la forma de una boa, la miré un poco y sonreí, entendía que la habían enviado a atacarme, simplemente pensé –“Orbis Bestiarum”- la boa se vio envuelta en un anillo dorado que al recibir la indicación salió a gran velocidad contra Aaron, quien ya había hecho su movimiento, el rayo verde se impactó con la serpiente dejándome paso libre.

 

-Vaya no pensé ver a alguien tan rápido- le dije indicando a los gorriones que se dirigieran hacia donde él castaño se encontraba, caminé un poco de lado a lado, lo mejor era buscar un punto estratégico de donde poder contraatacar, era el momento indicado para lo que habíamos practicado, y, debíamos de seguir.

 

Aun con la varita en mano y apuntando a donde mi oponente pronuncié de manera clara –“Incárcerus”- de la punta de Zharr tres grandes cuerdas salieron despedidas contra el Black la intención era amarrarlo tanto de piernas, brazos y cuello. Mire como las mismas se dirigían a él, los pocos metros que nos separaban daban la opción de amarrarlo si no hacia nada rápido.

 

-Nada es personal compañero, espero no haya malos entendidos al terminar esto- Le comenté al momento que agitaba un poco mi cabeza de lado a lado. Ya me encontraba detrás de un muro un poco desgastado y del cual podía observar un par de sillas y una mesa desgastadas, por no decir rotas.

 

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