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Prueba del Libro del Caos


Bakari
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El Guerrero Uzza había prometido ser muy exigente con aquella alumna. Era muy joven y con ansias de superar todos los obstácul0s pero eso no indicaba más que valor, no sabiduría. Para Bakari, eran conceptos excluyentes. Un Uzza tardaba muchos años en conseguir tener el poder de los libros. Aquellos occidentales querían todo deprisa, en un momento. No sabían esperar. Aún así, el contrato que su pueblo había firmado con la Universidad londinense le obligaba a atender las peticiones de todos aquellos que se sintieran preparados. Una leve sonrisa cruzó por la faz del Guerrero: atender sus peticiones mas no aprobarlos ni velar por sus vidas.


Se lo había advertido antes a aquella muchacha, la que se había presentado como Bodrik: hoy moriría en aquella arena. De ella dependería usar las Fuerzas del Caos a su favor y voltear la suerte a su favor para evitarlo. Así que, en cuanto apareció en la Plaza del árbol del Fuego, abrió un portal que la succionó, a ambos, hacia un lugar totalmente desconocido e imprevisible.

Así se sucedían las mejores batallas, con la sorpresa del momento y la ferocidad de los inconvenientes a tu espalda. Se trataba de un enorme rectángulo de tierra marrón que marcaría su piel cada vez que besara el suelo. Era de terriza ácida, que quemaría como el fuego cualquier contacto que tuviera con ella. La muchachita debería guardar el equilibrio o encontrar una manera de sobrevivir a las caídas. Cada tres caídas debería incluir, al margen de cualquier otro hechizo (independientemente de los dos hechizos que tuviera la obligación de lanzar en el duelo) un hechizo curativo. El rectángulo tenía una medida de 20 m. de largo por 10 m de ancho, encontrándose ambos a unos 5m del final del terreno de lucha, por lo que se encontraban apenas a 10 m. uno del otro, una distancia más que suficiente para empezar el duelo de prueba para demostrar su pericia con los hechizos del libro.

- Bien, jovencita... - Su voz era dura y la mirada de loco de Bakari no auguraba nada bueno. - Es tu turno para enseñarme que puedes ser digna Señora del Caos así que... Tú primero.

No era deferencia por ser mujer. Bakari no era amable ni caballeroso. Era un señor de la guerra. Era un deber evaluar a aquella insolente que se atrevía a pasar por aquel trance. Sólo por eso se merecía un poco de su tiempo para comprobarlo.

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@Bodrik

  • El duelo tendrá una duración de una semana
  • Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
  • Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará).
  • Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Tempestad, Legionario y los libros de hechizos hasta el libro del Caos.
  • Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
  • Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el topic de dudas y consultas del libro del Caos.
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Después de un merecido descanso, la adolescente directora de San Mungo, debía regresar a los terrenos destinados para las diferentes batallas de los guerreros Uzza conocidos como El árbol del fuego que tenía una plazoleta de lucha y Bodrik suponia un buen Lugar para la prueba. Pues se trataba de un terreno ampliamente destinado al entrenamiento del pueblo Uzza a través de los años.

 

Una vez se atravesaba se vislumbraban los terrenos antes nombrados, y se accedía a un sin número de posibilidades, tendiendo a sus pies cualquier cantidad de paisajes y objetos disponibles para la batalla, dando un abanico de posibilidades para ellos.

 

Después de atravesar su camino se encontraba parada en la plaza hasta que divisó a su maestro y contrincante que custodiaba los terrenos y una vez la tuvo cerca, creo un portal mágico para que ambos atravesaran a un lugar desconocido para ella haciéndole preocupar un poco.

 

La pelinegra se encaminó atreves del portal y una vez lo hizo decidió buscar alguna posibilidad de defensa. Se trataba de un gran rectángulo de tierra marrón y aparente mente humeante. Era de terriza ácida, que seguramente quemaría su piel con cualquier contacto que tuviera con el terreno. El rectángulo media unos 20 m. de largo por 10 m de ancho, y de inmediato ambos se ubicaron a unos 5m del final del terreno de lucha, por lo que se encontraban apenas a 10 m. de distancia muy prudente para cualquier duelo en que haya participado antes.

 

Sin embargo, el terreno no era completamente Liso, pues contaba con varias zonas levantadas en forma de pequeños terruños y montañas de tierra.

Por supuesto, estaba vestida de la misma forma sencilla y apropiada, para cambiar en medio de la naturaleza: unos blue Jeans no muy ajustados, una blusa de manga larga a cuadros para evitar picaduras y que además era bastante abrigadora y unas botas pantaneras (que por supuesto no tienen tacón alto). por último, el cabello lo tenía recogido en una coleta.

 

Usaba obviamente sus anillos y amuletos obtenidos en los diversos entrenamientos para los libros que ya habían sido aprobados, incluyendo el anillo que la vinculaba a la Arcana Sauda y su habilidad de la Oclumancia. Estaba preparada para cualquier eventualidad y defensa necesaria.

 

Ahora solo bastaba dar inicio al combate, y fue en ese momento que Bakari hablo mirándole con ojos dementes a los que Bodrik se había habituado desde el momento en que conoció al hombre semidesnudo y señor del caos. Escuchó atenta las instrucciones después de hacer una leve reverencia a modo de saludo, la muchacha decidió que sería la hora de comenzar la partida. Levanto su varita en dirección del maestro.

 

-Floreus – Dijo moviendo su varita de fresno, con intención de evitar el primer hechizo que su maestro Bakari tenía la intención de realizar, de la varita del guerrero (Bakari) salía una docena de margaritas en lugar de su siguiente hechizo.

 

-Espero haber dado un buen inicio. – Dijo algo ansiosa sabiendo que gracias a la fuerza del caos su hechizo tendría el efecto deseado.

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El Guerrero Uzza parecía abstraído pero sus ojos perseguían los movimientos de la joven aprendiz con mirada crítica. Mirarle fijamente asustaba, con esa locura que parecía emanar de ellos. Nada más lejos de la realidad. Bakari analizaba todo lo que sucedía en aquella arena. Para ser una novata, se movía con firmeza sobre la arena, analizando el terreno y comprobando los pros y los contras que podía utilizar para el duelo. Eso le agradó al Uzza, poco animado a dejarse seducir por la actitud de los magos y brujas que acudían a su lado para aprender los hechizos del Libro del Caos. Esta chiquilla, sin embargo, parecía decidida a plantar cara, algo que le agradó. Sólo por su actitud, se dejaría sufrir altibajos en sus defensas, para que le demostrara hasta dónde podía o sabía utilizar las Ruedas del Caos en su ayuda. Si esperaba ganar al Señor del Caos, era una ilusa; pero su actitud era la correcta y, sólo por ello, recibiría los hechizos que le mandara.

 

Por ello, aceptó aquel Floreus ridículo de margaritas. Nada podía actuar sobre la Varita con pelo de Acromántula del Uzza y, por ello, cayeron al suelo, carbonizadas, ajadas, muertas. La Rueda del Caos no le había ayudado a dar fortaleza a su hechizo pero lo dejó pasar y dejó que su invocación de un Incarcerus desapareciera. Ni se esforzó en definir bien como iban a atarlas, asumiendo que no era necesario.

 

Sin embargo, le tocaba a él y aspiró con fuerza. Sus fosas nasales se dilataron y sus ojos se hicieron más oscuros. Le había prometido la Muerte, una agradable compañera de camino para Bakari. Su poder era muy alto y eso daba demasiado poder al efecto que lanzaba contra ella. Sin embargo, no quería abusar y dejaría que ella demostraría su valía por sí misma, no abusando de su propio poder.

 

- Flechas de Fuego - dijo en voz alta, para que le escuchara bien, aunque primero las pensó para que salieran como le gustaba a él, giratorias y sibilantes, letales.

 

El saber que pronto olería a sangre le excitaba. Era un gran Maestro de la Guerra y ese es un olor que nunca se olvida. Esperaba que las fuerzas del Caos le fueran ahora más propicias. No quería tener que salvarla. Entre su familia, si llegara a sus oídos, eso sería un desprestigio.

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Posiblemente para su contrincante había sido una gran sorpresa, pero Bodrik estaba satisfecha con el resultado obtenido gracia a la rueda del caos que había conseguido potenciar su hechizo floreus impidiendo que Bakari lograra conjurar su primer hechizo, pese a su poder impresionante y su notable habilidad. Sin embargo, Bodrik no temía, pese a la posibilidad de terminar muerta tal como el guerrero del caos anunció el día anterior.

 

En primera instancia el Floreus había obligado al guerreo a gastar una acción siendo este el verdadero propósito de su primer movimiento y por esa razón su mirada permanecía en el campo de batalla pues cualquier distracción podría significar la muerte y ella estaba determinada a evitarlo siguiendo los consejos del mismo guerrero quien había dado una lección a la adolescente en cuanto maximizar sus opciones y esta prueba le parecía decisiva para saber cuánto había aprendido durante su enseñanza.

 

-Arenas del Hechicero- Pensó, inmediatamente después de que las margaritas aparecieran en la vara de su maestro que había intentado erróneamente lanzar un hechizo. De su varita de fresno surgió el efecto e inmediatamente una especie de polvo hecho de cristales se espacio hacia el guerrero (Bakari) Cegándolo durante dos turnos en los que únicamente podría usar hechizos tipo efecto. El hechizo se adelantaba a su siguiente conjuro.

 

Inmediatamente después de lanzar su conjuro se movió unos dos metros hacia la izquierda para intentar utilizar mejor el escenario, aunque en verdad no había mucho por hacer gracias al terreno tan agreste. Al instante Bakari respondió con un hechizo igualmente silencioso, pero gracias a las arenas del hechicero el hombre no logró tener puntería para galopearla gracias a que no se hallaba en la misma posición y ahora el guerrero no podía ver bien.

 

El resultado de la rueda de poder no fue muy alentador por lo que prefería seguir utilizando los hechizos aprendidos con Uzza para practicarlos y que mejor forma de hacerlo que con uno de los más temidos maestros que estaba segura sabría cómo evitarlo, pero quería aprender cómo hacerlo de manera más limpia, además no había mucho que Morphear o usar como ventaja con los hechizos de rango inferior -Cinaede- Pronunció con un hilo de voz.

 

Alrededor de Bakari brotó un gas invisible que atacaría de inmediato sus vías respiratorias, cortándolas, antes de llegar a la sangre a la sangre, induciendo la paralización del sistema nervioso y circulatorio, que podría provocar la muerte del guerrero.

 

Mordió su labio inferior y le miro esperando que realizara el anapneo que le salvaría la vida y un episkey después.

 

-No puedo dejar que me mate- susurró pensando en las palabras de su maestro.

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Un Uzza dominaba muchas artes guerreras pero también el resto de habilidades que se daban en el Ateneo. No se llega a Uzza con el conocimiento sólo de tu Libro sino demostrando los conocimientos de todos, habilidades incluidas. Es por eso que su boca se torció en un rictus despreciativo cuando percibió que la muchacha se creía que su primer hechizo había fallado. ¿Es que no iba a tener la humildad de reconocer que le había dado la ventaja y no había contraatacado? Un Guerrero no ha de ser humilde, sin embargo, así que le agradó que le plantara cara.

 

Es lo que esperaba de aquella jovencita. Aunque no que cometiera errores tan garrafales como evitar un hechizo con puro movimiento. ¿En serio se creía que moviéndose podía evitar un hechizo? Al menos que se moviera a una velocidad del relámpago... Estaba ciego, pero no sordo y oía perfectamente su movimiento, con lo que ella se adelantó a sus flechas dejándole sin un sentido, el de la vista, pero no de todos y el oído lo tenía perfectamente para saber dónde apuntar sin tener que definir una distancia tan corta de margen. ¿Cuánto sería...? ¿1'5 m...? ¿2...? Seguro que no podría evitarlas con movimiento o sería ridícul.o enseñar hechizos si podías saltar cual sapo bacilón... Si hubieran sido 10 metros ó 20 metros... Pero tan poca distancia sólo significaba hacer un leve movimiento más amplio de la varita. Si quisiera, podría haberle alcanzado

 

Sin embargo, no quería ganar sino que le demostraran sus propios conocimientos y esperaba que ella fuera consciente de los hechizos del libro del Caos. Por eso, ahora intentó saber si los Hados estaba a su favor o a los de la muchacha, por lo que Bakari río con un sonido gutural que pareció el de un loco mientras intentó una Rueda del Tiempo que retrocediera su hechizo, para mostrar a su pupila las ventajas de saber usar el Caos a su favor. Cuando notó el resultado, río mucho más fuerte, haciendo que la arena del suelo bailara por el imprevisto sonido de su carcajada que se cortó en seco. Aquella alumna tenía suerte ya que el Caos del Tiempo le favorecía a ella: no había mucho más que hacer ahora con tal resultado. El Uzza pensó en un Anapneo que despejara sus vías respiratorias atascadas por aquel vil pero hermoso efecto de uno de los libros anteriores.

 

- Bueno, muchacha, parece que la suerte te acompaña - añadió con una voz ronca por el efecto que aún duraba en su cuerpo durante un tiempo mayor del previsto. Pensó en un Episkey para ir rebajando el veneno que inundaba su sangre y un estallido de adrenalina sacudió su cuerpo. ¡Le encantaba la sensación de muerte que le inundaba! Era tan agradable luchar por la vida de uno... ¿Entendería la muchacha que se sentía feliz a pesar de haber sido herido de gravedad?

 

Vaciló un momento pero había resistido la necesidad de arrodillarse en un momento de debilidad. Decidió no caer en la tentación de tocar el suelo y notar la abrasión del ácido en su piel. Soltó otra carcajada. Sabía que ninguno de los magos de aquel maldito pueblo occidental le entenderías pero se sentía feliz. La vida en aquel Ateneo se había vuelto tan aburrida...

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Ver a su maestro manejarse con tanto poderío le causaba mucha admiración pues obviamente desde el principio esperaba aprender de aquella prueba todo lo posible y Obviamente Bakari no la estaba decepcionando, sino que por el contrario Bodrik podía ver toda la grandeza Uzza en su máximo esplendor que, pese a la naturaleza oscura de las fuerzas del caos, Bodrik sentía mucha más empatía por aquellas de los que había sentido al estudiar el libro de la sangre.

 

Era natural que a ninguno de sus maestros Uzza les agradara enseñarle a una adolescente y para ese entonces ese era pan de cada día por lo que Bodrik no se extrañaba en absoluto por las muecas que Bakari de vez en cuando le lanzaba cuando hacia algún movimiento que no fuera de su agrado y cuando se movió para evitar que las flechas lanzadas por el guerrero el golpearan, este no estuvo nada satisfecho, pero había conseguido salir ilesa.

 

Pronto Bodrik se vio recompensada gracias a la rapidez con la que Bakari actuaba enseñándole más acerca de magia guerrera del caos y de sus conocimientos en general mientras usaba el Anapneo para destapar sus vías respiratorias, pero Bodrik no pensaba interrumpir algo así, pese a la necesidad de utilizar la rueda del tiempo en algún momento, pero no sería en este, porque de salir favorecida tendría la posibilidad de evitar la curación y no era intención de la Lockhart hacer algo semejante. Obviamente no estaba en medio de un ataque mortifago.

 

Inmediatamente después decidió que usaría protección -Corpus Patronus-invocó la joven intercalando el hechizo (al episkey) y haciendo aparecer una Chita de unos 72 kg (Adulto), el animal se abalanzó contra Bakari ágilmente a unos 115 km/h para hacerle frente empujándole en el pecho para tumbarlo contra la terriza. El cuerpo del fiero animal le daba justo de frente para tumbarlo de espaldas al suelo arañando e hiriéndole.

 

Sin dar espera mismo tiempo decidió usar otra de las suertes que no había utilizado hasta ahora. Se trataba del invocar a un señor del caos y de la suerte dependería si pudiera usarlo a su favor o se le dificultaría aún más la prueba, y después de reunir todas sus fuerzas quien apareció fue el señor del caos que era demasiado imponente y de inmediato le curo de cualquier roce que hubiese tenido con las flechas de fuego enviadas con anterioridad.

 

Este ser caprichoso se paró frente a ella con su imponente figura casi con una mirada de desafío como instándola a que destruyera todo a su paso y lo único en lo que Bodrik deseaba tal vez terminar ilesa y aprender a enfrentarse usando el caos a su favor. Quizá el ente demoniaco destruyera aquel lugar llevándose todo a su paso.

 

– ZancadillaPensó el hechizo hacia el guerrero que en ese momento caía inevitablemente de bruces al suelo, atado con un lazo mágico a en los tobillos ayudando un poco al fiero chita que le había golpeado justo en el pecho golpeándolo hasta que fue a dar al piso y con parte del peso del animal sobre su cuerpo.

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