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Meteorología Mágica


Sagitas E. Potter Blue
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-- ¡Sorprendente...!

 

Esa exclamación mía sucedió cuando vi que las otras dos alumnas habían conseguido hacer llover sólo escuchando mis explicaciones, sin estar yo atenta a sus logros. Tal vez había estado demasiado ensimismada con Leah que no me había dado cuenta que ellas también lo estaban intentando.

 

-- ¡Bravo! ¿A qué es fácil? Y contestando a la anterior pregunta de mi comp... de la Directora, sí, se puede usar para apagar un fuego, aunque supongo que tendrían que analizar también la fuerza de la lluvia y la cantidad necesaria para que se precipite al suelo. La magia no crea lluvia, ¿eso lo teníais claro? Lo que un controlador del tiempo hace es provocar que llueva, que nieve, que granice... Lo provoca, no lo crea. Supongo que recordáis la máxima de que la materia no se crea ni se destruye, se transforma... Así, nosotros, con nuestro hechizo, canalizamos la energía necesaria para que las partículas de agua invisibles al ojo se precipiten al suelo. ¿Cuánta necesitaríamos para apagar el fuego? ¿Habrá suficiente agua sostenida en el aire para apagar el fuego?

 

Me alejé un poco de Leah para poder abarcar a todas las muchachas en mis explicaciones.

 

-- Los diferentes movimientos que mencioné antes hacen variar la intensidad y la duración de la misma. Os he enseñado la forma simple, un leve movimiento de varita y ha llovido. Ahora intentaremos variaciones. Con la muñeca en esta posición elevada y la varita cogida entre dos dedos, dejamos libres los tres dedos corazón-anular y meñique y los dejamos estirados mientras giramos la muñeca en un círculo paralelo al suelo. Imaginaros la figura. Flagate... Mirar el dibujo que hago con este hechizo para que os ayude a visualizarlo. Ahora, elevamos el círculo, manteniéndolo paralelo y, finalmente, lo elevamos al cielo. El agua aparecerá alrededor de nosotros. Fijaros ahora... Cambio el movimiento con un leve balanceo... Los tres dedos se encogen dentro del puño.

 

Seguí dibujando en el aire aquellos círculos que se transformaban en óvalos.

 

-- De esta manera, el agua ampliará el espacio a mojar pero no la cantidad de agua, de momento seguirá siendo llovizna tenue, aún insuficiente para apagar un fuego. Darle un movimiento espiral. Los dedos aún contraídos porque son los que generar la fuerza en la varita con lo que la concentración de energía será más elevada. ¿Lo notáis? Al darle una fuerza intrínseca al círculo creamos un movimiento que genera fricción en las gotas. A mayor concentración de espirales, más intensidad de lluvia. Tener cuidado, empezar con espirales suaves y fijas o inundaremos el Ateneo.

 

Mirada leve de disculpa a Leah. No quería que me descontara del sueldo cualquier desperfecto que sucediera por una inundación de las clases inferiores al techo donde nos encontrábamos.

 

-- Si alargáis la espiral de forma que se produzcan a lo largo de un espacio, con el dibujo de la serpentina que os estoy mostrando ahora, conseguiréis que la tromba de agua se extienda a las zonas que queráis. Podéis girar vuestro cuerpo en diferentes direcciones y mover el agua a vuestro antojo por los lugares que necesitéis. Dicen que no llueve nunca al gusto de todos pero si domináis estos cuatro dibujos, conseguiréis que llueva como queráis y donde queráis. Venga, probarlo ahora vosotros. Y recordar que, si se os va de las manos, con decir Meteolojinx Recanto, desaparece todo y vuelve la normalidad.

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Se mantuvo un poco al margen cuando Sagitas le pidió que imitara su danza. Podía decir que era vergüenza pero no, lo cierto era que en realidad quería ver con más atención cómo se suponía que debía moverse. Cuando había imaginado, momentos atrás, que hacía llover en la habitación de Zack, ciertamente no se había imaginado bailando. Ahora bien, si quería avanzar en la materia, tendría que hacerlo y después saber si era buena o no para otros métodos.

 

Tomó aire y empezó, a la par de sus compañeras a hacer lo que Potter Blue les pedía. En sí no era complicado, más allá de mantener la seriedad mientras se hacía. Así que pronto su chubasquero estuvo empapado, después de que hubo pronunciado la palabra adecuada:

 

-Meteolojinx.

 

Eso había salido bien para empezar y aún cuando toda su danza había sido realizada lejos del borde de la torre de Astronomía, había obtenido una lluvia decente. Nada descontrolado o magnífico, una llovizna sin mucho más que apreciar excepto, tal vez, que estaba extremadamente fría. Detuvo el hechizo con la contraparte que Sagitas les había enseñado y se mantuvo en pie para ver de cerca el dibujo que hacía con ayuda de magia.

 

-Interesante -admitió-. ¿Puedo?

 

Esta vez no se quedaría atrás. Tomó la varita entre los dos dedos, dejando los tres alargados como había explicado la profesora e imitó el movimiento de varita sin problema aparente, agregando cierta velocidad a medida en que una llovizna crecía sobre ellas. En principio fue lo que había conseguido antes pero luego, poco a poco, la intensidad de la lluvia fue aumentando según la teoría aprendida y antes de que lo notarán estaban bajo una pequeña tormenta. Orgullosa, la directora detuvo el movimiento y en su lugar realizó una floritura corta.

 

-Meteolojinx Recanto -la lluvia paró en seco y la mujer aprovechó el silencio para hacer una pregunta-. Si quisiera crear nieve, ¿sería un movimiento similar o tiene un principio diferente?

 

Sacudió el chubasquero para que las gotas de agua cayeran al suelo y dejaran de pesarle en el cuerpo y prosiguió con su pequeña retahíla.

 

-Preguntó porque antes hablábamos de la cantidad de lluvia referente al movimiento. Intuyo que si se trata de nieve, siendo más densa, se tendría que mover menos la varita. En sentido contrario, tal vez.

Editado por Leah Ivashkova

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Lo que Potter Blue ha explicado no es difícil de asimilar pero le toma un buen rato dominar el truco. El equilibrio entre los dedos que sostienen la varita y los que se encuentran estirados, las espirales para dictaminar la intensidad de la lluvia, así como aprender cómo eso funciona con sus propios movimientos y no los que ha apreciado. Sin embargo, un buen rato en silencio e ir probando una y otra vez le ayudan a conseguirlo.

 

Primero, prueba con una lluvia tenue, notando que el error anterior había devenido del hecho de el cómo había estado sosteniendo la varita; Potter Blue no lo señala, quizá debido a que la propia Mel no había llamado su atención respecto a ese tema en particular en primer lugar, pero las suposiciones de Mel son correctas y la leve llovizna que empieza a caer está en el espacio que ella ha deseado y cae de manera uniforme.

 

Satisfecha con el resultado, es capaz de apreciar el trabajo de las demás. Ella no se anima todavía a crear una lluvia más fuerte, si no que en su lugar, su naricilla explora un rato el aire. El ambiente, como es obvio, es húmedo y si bien sus habilidades no son comparables todavía con las de quién las instruye no es eso lo que demanda su atención.

 

--Meteolojinx Recanto

 

La lluvia se detiene enseguida. Mel sonríe entonces aliviada de que haya funcionado sin problemas y es sólo en ese momento que se anima a empezar una lluvia mucho más intensa. Enseguida, nota que los resultados obtenidos por su parte son mucho mejores que su primera intentona pero detiene también esa lluvia apenas a los pocos segundos de haberla iniciado. Las palabras de Ivashkova le han dado una idea.

 

--¿Qué sucede entonces con el caso de una lluvia ácida? --lo pregunta porque en su memoria, están asociadas a malos recuerdos-- ¿Existe forma de detenerlas? ¿Posibles repercusiones en caso lo hiciéramos? ¿O el poder aquí aprendido se limita tan sólo a provocarlas?

 

Se cuida bastante de dar a entender que se refiere a "facilitar las condiciones" puesto que, en realidad, Sagitas ha sido muy clara respecto a que no es posible "crear" algo como eso de la nada.

Editado por Melrose Moody

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Era grato ver los progresos de las alumnas que se atrevían a conjurar el sencillo hechizo y hacer distintos grados de lluvia. Por supuesto, estaba al tanto para parar cualquier exceso. Por supuesto, no quería anegar el tejado y que el agua se filtrara hacia el observatorio de Astronomía. Seguro que Leah me hacía pagar todos los cachivaches que se mojaran. Tal vez debiera haber hecho un Impervius por la zona de abajo. Pero ya no podía volver hacia atrás y, además, ellas estaban usando sus conocimientos adquiridos con mucha cautela, así que nada que temer.

 

Leah hizo una pregunta interesante y sonreí. Me encantaba la participación en las clases, así que me acerqué a ella.

 

-- ¡Te salió genial! Verás, la nieve sólo es agua congelada. Así que no es cuestión de giro sino también de provocar la temperatura y la humedad ideal para que se produzca. -- ¿Debería tal vez haber empezado con aquellos librotes de teoría cansina sobre la formación de nubes, humedad, hielo, nieve, rayos, etc...? Había supuesto que la terminología básica no hacía falta. -- Veréis, cuando chocan masas de aire caliente y aire frío, se produce la nieve, el aire caliente asciende de forma brusca y choca contra la de aire frío, que congela la gota de agua antes de que le de tiempo de precipitarse en forma líquida. Eso es lo que varía para provocar nieve. En el resto, el hechizo es igual, puesto que los mismos movimientos para aumentar el radio de acción o la cantidad de agua sirven para la nieve. Esto es lo mágico de la magia, puedes hacer que haya mucha velocidad de ascensión del aire y provocar el choque brusco.

 

Volví a usar el Flagrate como indicador visual del movimiento de ascenso. Era exactamente el mismo sólo que esta vez la muñeca la movía a pequeños tramos interrumpidos brevemente que provocaban un dibujo de rayo ascendente. Cuanto más corto era el dibujo, más velocidad adquiría el aire que movía.

 

-- Probarlo pero con cuidado.

 

Mi sonrisa amplia desapareció un poco al sentir su pregunta sobre la lluvia ácida. Enarqué una ceja.

 

-- Pues... Creo que en este caso lo que hay que hacer es desaparecer los gases de azufre y los óxidos esos que la provocan para evitarlas. El agua es buena, ¿por qué detenerla? Que llueva, que es necesario. Disolvemos todo lo dañino y dejamos que llueva. Por supuesto, se puede parar una lluvia, claro que sí y ya os lo dije antes pero lo advierto de nuevo. El romper las reglas de la naturaleza se paga, así que sólo hagamos lo justo y lo correcto. Pero, por supuesto, si entiendes como se forma la lluvia, puedes pararla. En vez de concentrar las gotas de agua, las dispersas. Vamos a probar a generar tifones, ¿qué os parece?

 

Mirada de reojo hacia Leah.

 

-- Bueno, tal vez una pequeña manguita de aire superfluo. Y si nos da tiempo, a recoger rayos ¡Es tan excitante!

 

Otra mirada de reojo a Leah.

 

-- Bueno, al menos sólo la teórica. Aprovecharnos del tiempo y canalizar los fenómenos naturales es complicado. Pero muchos magos poderosos canalizan la energía positiva y a la vez destructiva de los rayos. Podríamos canalizar relámpagos para destruir el borde de esta torre, algunos los usaban para romper murallas y alcanzar a los enemigos. Incluso alguno ha violado las leyes mágicas y han creado vida con ellos. -- Fruncí el ceño, esta vez por mí, consideraba abominable ese uso de la magia meteorológica. Me puse seria. -- No pienso enseñaros el uso de su energía en la rama de la Nigromancia. Está prohibidísimo y perseguido por la Ley Ministerial, sólo el Arcano de esa Habilidad puede enseñaros ese tema sin peligros. Ser un meteorólogo mágico es una de las profesiones más difíciles que conozco e implica un muy alto nivel de conocimientos y estudios. Nosotros nos limitaremos a cosas más simples como la lluvia o la nieve y poco más.

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A la primera mención de un tifón, la rubia bajó la mirada para que Sagitas viera su expresión. Y volvió a repetirlo cuando habló de rayos. A ella le fascinaría pero, si alguien resultaba herido o en el peor de los casos, moría electrocutado, ella tendría que responder ante el otro director de la Universidad, Niko, y decir que ella había sido en realidad quien había provocado el accidente. Y aquello no sería divertido. Sin embargo, abrió los ojos con auténtica sorpresa al escuchar lo que decía Potter Blue.

 

-¿Se puede vincular con Nigromancia? -preguntó, interesada-. Que curioso. Tendré que intentarlo algún día... para cosas menos macabras, por supuesto. Conservo ciertas inclinaciones de mis días de Medimago, no me mire así, profesora Potter Blue.

 

Soltó una risita y con un toque, el anillo multicolor que tenía en el anular derecho se volvió un anillo hecho con brusquedad. El anillo de habilidad, de Nigromancia.

 

-Todo correcto -aseguró y frunció el ceño-. Bien, veamos. Aire frío y caliente...

 

Se aclaró la garganta y se irguió. El movimiento en sí era el mismo, excepto que tenía que jugar con la temperatura y hacer bien la floritura de varita hacia arriba. En un principio no fue tan sencillo como parecía, de hecho, la práctica no salió del todo bien, puesto que obtuvo un par de chispas en respuesta; mala señal. Pero lo repitió y al sentirse conforme, pronunció la palabra: Meteolojinx. Un copo tras otro, la nieve empezó a caer sobre su cabeza, mientras a su alrededor el clima se iba tornando cada vez más frío. Orgullosa con el resultado, lo dejó hasta que hubo una pequeña capa de nieve en sus pies.

 

-Meteolojinx Recanto -concluyó-. ¡Magnífico! Esto está resultando más divertido de lo que esperaba, he de admitir.

 

Rió por lo bajo.

 

-¿Podemos intentar otra cosa?

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Mel asiente ante las palabras de la instructora sin ánimo de replicar. Es verdad que conoce de las repercusiones que puede tener la naturaleza con aquellos que intentan infringir sus "designios". Además, también se requieren muchos conocimientos para dilucidar dichas repercusiones e intentar cambiar aunque sea sólo ligeramente el curso de las cosas, de forma que no se vean reflejadas en un rebote, si se intenta algo que no debería. La sola idea le causa dolor de cabeza y dado que sus conocimientos son todavía (y apenas) básicos, no es como si vaya a intentarlo. Quizá, con algo de ayuda de Ellie, sus libros y su capacidad de deducción...

 

Bueno, en ese caso Ellie es la que terminaría haciendo el trabajo. Es más fácil así, aunque Mel no puede evitar pensar en que no puede depender siempre de su prima para que realice la parte complicada del trabajo.

 

Cuando una de sus compañeras, la que desde el inicio ha estado sacando más provecho de la clase, realiza la nieve, Mel decide que no se ve muy complicado y debe intentarlo. Musita meteolojinx por segunda vez y copia el movimiento a la par que intenta medir la presión. Su intención no es precisamente hacer nieve, por lo que regula el movimiento, teniendo en mente el concepto de dilatación térmica que Potter Blue les ha explicado, de forma que sus ojos, que han visto antes nieve, lluvia, mucha agua y tormentas, sean los que la guíen para realizar el tipo de magia que busca.

 

El experimento funciona y Melrose sonríe por primera vez en clase, bajo la cascada de aguanieve.

 

—Meteolojinx Recanto.

 

Cuando el fenómeno se detiene, Mel vuelve a adoptar una expresión concentrada e intenta el proceso una vez más, en aquella oportunidad, siguiendo al pie de la letra las directrices de Potter Blue, de forma que algunos minutos después, una fina capa de nieve empieza a agolparse a su alrededor; es tan sólo en un radio pequeño, a diferencia del aguanieve. Al parecer, el radio y la extensión también varían en cuanto a niveles de magia y movimientos.

 

Bueno, no puede negar que está resultando divertido después de todo, una vez ha dejado de cuestionarse respecto a sus propias capacidades y ha echado mano de su memoria de dichos eventos meteorológicos, de forma que no tiene que confiar en sus habilidades para retener la información presentada por su instructora o su propia deducción al cien por ciento. No porque dicha información no sea confiable (bueno, quizá sus deducciones no lo sean), si no porque Mel no es especialmente hábil para ese tipo de cosas; las cuestiones prácticas tales como los eventos impregnados en su memoria, son un punto de partida mucho más trabajable.

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Estaba orgullosa de mis alumnas. Habían progresado muchísimo y habían conseguido hacer lo que yo les había enseñado en la teoría.

 

-- ¡Muy bien, muy bien! Ha sido excelente. Veo que sois unas alumnas aplicadas. Espero que entendáis que, con estos movimientos básicos, seréis capaces de manipular el tiempo atmosférico. No me cansaré nunca de deciros que seáis prudentes. Cualquier acto se paga y la meteorología desgasta muchísimo. Si no merece la pena el gasto energético que consume, dejar que la Madre Naturaleza se vuelva a su ritmo.

 

Observé la nieve que había caído a los pies de las dos alumnas más aventajadas.

 

-- ¡Leah, lo has hecho genial! Estoy muy orgullosa de tu aprendizaje. Ya sabes que lo que damos aquí son conocimientos sencillos para hacer cambios leves. Se pueden hacer más cosas y, por supuesto, os podría enseñar mucho más. Pero hoy no. Se acabó el tiempo y la clase terminó hace tiempo, sólo que no nos hemos dado cuenta. Ha sido una clase amena, ¿verdad?

 

Me interesaba que Leah se sintiera a gusto para que tuviera buenas referencias mías en el claustro. Algunos decían que yo no era muy heterodoxa en mis enseñanzas.

 

-- Por cierto, estás aprobada. Usted también, señorita Moody. Creo que ha conseguido los conocimientos necesarios para pasar la asignatura. Tú, en cambio, nietecilla, debo pedirte que vuelvas a intentarlo. No puedes tener miedo a probar la varita en hechizos nuevos. El mes que viene estará ya la profesora oficial, a ver si tienes más suerte con ella. Buenos, chicas, clase acabada, evacuar que los elfos han de limpiar todo ésto. Nos vemos en otra clase, chicas.

 

Sonreí mientras les enseñaba la salida de la azotea.

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