~*Castillo de la Familia Peverell*~ (MM B: 111383)

[Ashley Peverell]

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LEALTAD TRADICIÓN HONOR

 

Historia:

Se dice que alguna vez existieron tres hermanos mágicos, los cuáles unidos por fuertes lazos de amor y lealtad viajaron por el mundo haciendo grandes progresos en sus poderes y en toda su sabiduría que sabían que algún día podrían dejar a sus descendientes y que estos harían un gran uso de ella.

Sin embargo después de aquel encuentro con La Muerte, uno que cruzaría fronteras y el tiempo y que los haría reconocidos y famosos en la historia de los magos y brujas eternamente aquellos lazos que habían permanecido impasibles por tanto tiempo y que los habían acompañado desde el nacimiento del último de ellos hasta aquel momento, comenzaron a adelgazarse y a deshilacharse uno a uno hasta que finalmente estos terminaron de romperse y separarse al grado que ninguno de los hermanos volvió a tener contacto con el otro jamás, solo sobreviviendo a estos el menor.

A pesar de todo y de los problemas y la desconfianza que trajo a cada uno de ellos el destino que estaban por vivir, los hijos de los hermanos mayor y menor se reunieron a edad avanzada y hablaron al respecto de lo que seguiría y lo que había significado la larga tradición de los Peverell hasta antes de su desafortunado encuentro con la dama de blanco y el porqué de la separación de todos.

Y fué por ello que hicieron un nuevo juramento, uno donde sus futuros descendientes y los que vinieran a partir de ahí irían de la mano, no importaba que alejados estuvieran de manera que aún en medio de toda tormenta, la familia siempre fuese unida y fuerte.

Siempre estarían juntos y cuando el llamado llegase, se reunirían de nuevo solamente haciendo mas grande y gruesa la soga de fidelidad que se tenían entre ellos.

Porque a final de cuentas, eran familia.

Y la familia lo era todo.

Solo los que descendían del mayor de los hermanos consiguieron mantener el apellido mientras que los que provenían del menor de ellos con el tiempo se convirtieron en los Potter.

Pero la historia, el juramento que había hecho la familia para permanecer unida y la fuerza que el destino y la magia exigía para una reunión de sus miembros seguía latiendo en lo más profundo de las almas de quienes realmente llevaban la sangre Peverell y que exigía que la lealtad y el honor de su palabra se respetase sí o sí.

Y por eso al amanecer de las voces que gritaban enfurecidas, de los ancestros, del mayor de los hermanos y el menor de estos hechiceros clamando por el cumplimiento de la promesa, la última de sangre real de los Peverell percibió el llamado de los suyos y como la diosa fortuna le sonreía de la misma manera, alzó fuerza y se acercó para por una vez y para siempre, sellar la promesa de los suyos de reunir a la familia que nunca debió de haberse separado.

 

Descripción del Castillo:

Usando las construcciones antiguas y abandonadas de lo que quedaba de los viejos habitantes, se comenzó la rehabilitación por lo que ahora las piedras que se mostraban mordidas y con pedazos faltantes por el paso antiguo del tiempo ahora estaban como nuevos y resplandecientes y se le habían añadido torres y puentes, escalinatas de roca con un muro de protección alrededor como en los castillos antiguos donde habitaban reyes y princesas.

Todo de acuerdo al gusto y al espíritu de la última Peverell que tenía una mente algo diferente y especial sobre lo que quería proyectar.

Un castillo mágico que luciría como un castillo mágico.

Aparte de la fosa con agua cristalina y no demasiado profunda que rodeaba los muros protectores del castillo, cerca había un lago que podía observarse desde las habitaciones más altas de las torres y había en este un muelle para que pequeñas embarcaciones mágicas pudieran detenerse.

También grandes extensiones de césped brillante lo cubren todo de manera que cualquiera que quisiera acostarse a descansar pueda hacerlo y para que las futuras mascotas lo disfruten al salir de los rediles ya peparados en el interior de los muros de protección.

Las banderas con el escudo de la familia ondean en la cima de las torres y la brisa mágica lo rodea todo.

El castillo está sobre una colina de bajadas suaves para que se pueda ver ya que el límite de los terrenos está rodeado por dos filas de árboles de pino real. Para poder cruzar hay que atravesar en la parte principal del camino tapizado de piedras blancas y redondas una puerta de madera gigantesca en el único espacio sin árboles que se abre por petición mágica a los deseos de paso de las personas queridas de la matriarca.

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Antioch, Cadmus e Ignotus Peverell



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Baby Catwoman - Bóveda

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Hayame Snape Potter Black
=Hermana de la Matriarca=



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Lisette Ryddleturn
=Cuñada=

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Conexión Red Fru: --

Mascotas: --

Objetos y Pociones: --

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Próximamente



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La jovencita de hermosos cabellos rubios y mirada diáfana y pura como las nubes blancas que cruzaban por encima en los cielos azules finalmente entraba a los terrenos y el castillo preparados para su llegada, hacía mucho tiempo que ya esperaba que pudiera llegar ese momento y ahí estba, un lugar dónde podría disfrutar aunque verdaderamente lamentaba en el fondo de su corazón dorado la destrucción del viejo Castillo Ketchum pero no importaba, porque sus ancestros le habían dejado todo para estar protegida.

Nunca se hubiera imaginado que tenía esa sangre corriendo por sus venas, una sangre mágica, ancestral y poderosa y todo había sido gracias a sus hermanas que la ayudaron en el redescubrimiento de quién era y quién podía llegar a ser.

A ellas les debía todo y por eso, habían sido las primeras en recibir la invitación a inaugurar el castillo.

Pero bueno que todavía no podía celebrar ninguna fiesta en el lugar, quedaban cosas de los dueños anteriores y una de sus hermanas hechiceras le había pedido un favor al que había terminado accediendo al perder una apuesta.

¡¿Pero es que quién en nombre de Merlín podría aguantar más de diez segundos con una popó de hipogrifo encima de la cabeza?!

Al menos ella no.

Prefería acceder a lo que le pedían, no tenía nada de malo y según los estudios ayudaba a la salida de malas vibras y a la purificación y quizás Hayame no era la mejor para santificar un lugar pero Sagitas era sacerdotisa así que le pediría que le ayudara para que la paz, la armonía y la naturaleza fueran una en su casa.

Las familias Potter, Peverell, Blue y Snape iban a relucir unidas en hermandad y belleza.

Aplaudió una vez.

Se decidió vestir con un jumper blanco de mezclilla blanca y una playera de color rosa debajo de este y colocarse un gorro balnco de pintor que quedara a juego con todas las cosas que llevaba encima, esa mañana compró toneladas y toneldas de pintura rosa, roja, blanca y dorada y los camiones con todos los muebles mágicos estaban por llegar.

Iba a ser la fiesta de apertura más divertida del mundo, con sus queridas hermanas ayudándola a redecorar todo el castillo.

-¡Al fin estoy en casa!

Gritó.

@ E Potter Blue @@Hayame Snape Potter Black

Editado 23 de Junio del 2018 por Baby Catwoman

[Hayame Snape Potter Black]

-Al fin estás en casaaaaaaaaaaa!!

Y de un salto, la bruja más alta saltó sobre la menor en un abrazo bastante extraño debía de decir porque no estaba acostumbrada a abrazar a Ashley pero no le importaba en lo absoluto: tal cuál y se lo había prometido para el día en que estrenara su castillo soñado, ella se iba a aparecer para hacer mil locuras y ayudarla en su importantísima misión:

Pintar todo ese demencial lugar de tanto color a rosa que el aroma de las flores se pudiese sentir en las casas vecinas

Seguramente iba a hacer enojar a la pequeña enana pero no le importaba del todo; la soltó y le dió un vistazo de arriba a abajo, soltando un agudo silbido y moviendo varias veces las cejas

-Quien te viera hermanita ¬w¬

Soltó con maldad impresa en el tono de voz, pero su elfo doméstico que la seguía para todo (ese elfo era un acosador... lo juraba!!) se pasó una mano por el rostro y resopló

-Por favor ama, no esté molestando a la señorita Peverell- indicó Czésar poniendo un gesto severo pero entonces, avanzó hacia la pequeña Ashley y le sonrió con ternura- es un honor y una alegría ver que ahora tiene el castillo en sus manos, joven ama

-Si, si... bastante debo de decir

Hayame se colocó las manos en la cadera y miró a su hermana menor con gesto de complicidad

-Sabías que yo viví aquí hace muchos años?- musitó y se colocó una mano al lado de la boca como en un susurro- y al fondo del terreno, hay unas cavernas donde solo aquellos que tienen la sangre Peverell pueden entrar- añadió moviendo las cejas nuevamente con maldad- deberías ir ahí, tienen un montón de cosas molonas que seguramente vas a querer

Soltó una carcajada mientras que algunos truenos y rayos se movían por encima de su cabeza y su elfo, volvió a erizarse

-Que deje de hacer eso, ama Hayame!!

-Perdón, perdón..- se disculpó la vampiro pelirroja secandose un ojo entre hipidos de risa- no es intencional... entonces...- se acercó al castillo otra vez con las manos en la cadera y alzando la vista hacia arriba- al menos dime que me dejarás conservar mi cuarto que tenía en este castillo- pidió- y por favor, no me obligues a pintarlo de rosado =3=U

[Sagitas E. Potter Blue]

El jarrón de flores levitaba delante de mí. Lo vigilaba con cuidado porque, como soy una comodona, había hecho el jarrón en casa y lo traía con agua, así me evitaba tener que hacerlo en la Peverell, cuando llegara. Iba con cuidado porque temía que un leve tropiezo estrellaría el jarrón contra el suelo. Era de cristal de Bohemia hecho expresamente para mi hermana y me lo habían traído envuelto en mil bombolletes de aire. Al sacarlo de las burbujas, un sentido de añoranza me hizo sonreír y mis recuerdos se desataron al preparar personalmente las rosas azules cortadas por mí. Aquella época había sido tan divertida... Ahora no lo era tanto, el tiempo me había hecho adquirir responsabilidades que me encantaban pero me privaban de aquellos momentos de una llamada "irresponsabilidad juvenil".

 

Suspiré y seguí el camino hacia la nueva mansión de la Familia Peverell. Había mucho trabajo que hacer y yo hubiera mandado una brigada de capataces que lo hicieran por mí. Pero esta vez era la nueva casa de mi hermanita, merecía la pena ensuciarme un poco las manos en la mudanza y pasar un buen tiempo juntas, las tres, las tres hermanas (¡ojalá fuéramos cuatro, las cuatro hermanas! Si @@Amya An pudiera venir a conocer a la nueva miembro familiar...)

 

Así, llegué a aquella mansión y... ¡Demonios de mansión! Si parecía un castillo del Reino de las Hadas. Solté una risotada alegre al pensar que aquella era la casa de una princesita y que, en el fondo, mi hermana Ash tenía todo el aspecto de princesita para ocuparlo.

 

-- Y yo con tejanos gastados, mis bambas lila de cordones amarillos y una blusa desteñida. No creo tener buena alcurnia para entrar -- dije, en voz alta, a las dos muchachas que saltaban allá como si estuvieran en un sueño.

 

Que sueño era, seguro.

 

-- Este es un castillo precioso. ¿Seguro que quieres pintarlo de rosa? Por cierto, te traigo un regalo. Todo miembro de la "Ojo Loco" tiene que tener un ramo de flores perennes de luz de luna, así que te traje el tuyo. ¿Te gusta?

[Hayame Snape Potter Black]

-Oyeeeeee

Se quejó Hayame volteando a ver en el momento en que su hermana llegaba a la casa de la pequeña cría de vestidos naranjas y se cruzó un poco de brazos al ver el enorme jarrón de rosas

-A mi no me diste rosas cuando estaba en el listado de la familia Potter Blue TT__TT

Lloriqueó

-Me siento ofendida, muy 2018 porque asumes que no me gustan las rosas azules o que no me gustaban en su momento y que no soy digna de recibir un jarrón

Se colocó una mano sobre la frente y se volteó a otro lado

Por supuesto que la vampiro estaba haciendo dramas, ya sabía que de querer solo se pasaba por la Potter Blue e igual le decía a Sagitas que se quería llevar un matorral para hacer ver mucho más interesantes los terrenos de la Casita Snape, pero dado el sitio donde se encontraban le parecía divertido el ponerse a hacer ese tipo de shows

Un momento después comenzó a reirse bastante por lo que acababa de pasar y cerró los ojos unos segundos

-Bienvenida Sagis- saludó la hermana pelirroja sonriéndole con cariño; levantó una brocha de pintar y compuso una mirada malvada- lista para pintar tooooodo este castillo de rosado, de dorado, de blanco y de todas esas cosas para que parezca el castillo Disney?

Le preguntó moviendo ambas cejas

-Y por cierto... estuve hablando con Ash y te tiene una sorpresaaaaa ~

Canturreó y comenzó a removerse, era evidente que la vampiro no se podía aguantar la emoción a pesar de la mirada de advertencia que ponía la rubia; junto sus brazos cerca de su pecho y comenzó a ondular su cuerpo como si fuera una lombriz

-Esto es tan emocionante!! Pero nada de meterse con mi vieja habitación de este lugar, esta en la torre de la mera izquierda al fondo... al parecer todavía sigue aquí a pesar de que Ash remodeló mucho de este castillo para que luciera más... de... fantasía- le musitó a la Potter Blue colocándose la mano de lado en su boca e inclinándose hacia esta

[Ashley Peverell]

Los ojos de la preciosa niña brillaban como un par de perlas que han sido pulidas bajo la luz de un artesano y corrió de manera encantadora hacia su hermana mayor que había llegado con esas preciosas flores azules que se verían totalmente encantadas adornando los alrededores del castillo Peverell.

-¡Son bellísimas!

Su tono de voz reflejaba mucho de las emociones y de la luz que corría en el alma de la jovencita, parecía que incluso su propio cabello destellaba al sol con la energía de este por la irradiación de la felicidad que en esos momentos corría y formaba parte del cuerpo de la Ketchum, que tomó con sus dos delicadas manos los capullos de las flores y cerró los ojos para olerlos, era como en esas historias cuando las damas quedan encantadas por el perfume de las flores.

-Estoy segura de que van a crecer muy bien porque tendrán un lugar distinguido en el jardín.

Miró con encanto y con total agradecimiento a Sagitas, era una suerte que hubiera llegado porque estaba a punto de hechizar a su hermana pelirroja por lanzarse encima de ella, entendía su emoción ante ese lugar tan encantado pero casi la hace caer y no querí ensuciarse de algo que no fuera pintura.

Aunque la noticia de las cavernas al fondo de su territorio si la intrigaba, sonaba a como una buena aventura para que fueran todas juntas pero más tarde.

En esos momentos tenían una misión mucho más importante y que quería finiquitar de manera adecuada para poder dormir esa noche o bueno, en la noche en que ya terminaran de pintar porque eran cientos y cientos de metros de las rocas que formaban el castillo aunque mágicamente reforzadas para que no dejaran pasar el frío o el calor, porque sabía que en los castillos antiguos era muy fácil que se abrieran agujeros.

Le tomó una mano a la hechicera de cabellos de color y le sonrió con la más brillante de las sonrisas de plata que tenía.

-Gracias.

Movió la cabeza y entonces, apuntó en dirección de todos los botes de pintura que había.

-Si, me gustaría que fuera rosado pero tu habitación así como Hayame ya dijo lo de la suya, la puedes pintar del color que quieras. Pero solo ustedes dos porque son especiales pero nadie más puede hacerlo porque confío en ustedes dos.

Dijo además para luego ver a la mujer de ojos rojos y piel pálida y rodó sus propios ojos aunque solo le daba un aire infantil y bonito, no despectivo como solía verse la mujer más grande.

-Y si, tengo una sorpresa porque supongo que les gustará a las dos ¿la quieres escuchar?

[Sagitas E. Potter Blue]

Una gran sonrisa se extendió por mi cara al intentar ignorar la pataleta de Hayame sobre las flores azules que le había traído a mi hermanita. Al final no pude contenerme y le saqué la lengua.

 

-- No protestes. Tú siempre has vivido en la mansión y has cogido las flores que te dio la gana. Además, no sé porqué protestas. Cuando estabas fuera de la ciudad y del país, te traía flores cada vez que venía de visita para quitar el mal olor a cerrado. Así que no tengas envidia porque mimo a Ash. Además, le han gustado mucho y su sonrisa es maravillosa, así que me siento súper feliz por su agradecimiento. Y no me des las ganas, puedes coger las que quieras a partir de ahora. Es más, te enseñaré las propiedades mágicas de las rosas en la próxima luna llena.

 

Nos pusimos a reír las dos a la vez, las dos sabíamos que no podíamos enfadarnos nunca con la otra y menos por nimiedades como las flores azules que estaban por todas partes en la mansión.

 

-- ¿Castillo Disney? ¿Qué familia es esa? -- Fruncí el ceño, intentando recordar dónde había visto ese nombre antes. Disney, Disney... -- ¡Ah, sí! La vi en un cartel durante una visita al Londres muggle. Apenas me fijé y ponía que la Familia Disney vivía "Into the Woods" y había una foto de una rubita muy mona. ¿Es familiar tuya y, por ende, nuestra? Deberíamos visitarlos. Me gustan los bosques.

 

Comprobé que había mucha pintura rosa y dorada y, para mi desgracia, muchas brochas gordas para el trabajo requerido. Bufé.

 

-- ¿En serio tengo que pintar a mano... ? ¿Sin magia...? ¡¡Puff!! Eso cansa... Aunque me gusta eso de pintar mi habitación como quiera. ¡La haré como en mi mansión, a lunares rojos y verdes con fondo amarillo!

 

Dejé de refunfuñar en cuanto me anunció una sorpresa. Me puse a saltar sobre la punta de mis pies.

 

-- ¿De verdaaaaad? ¿Qué es? ¿Qué es? ¿Qué es? ¡Dime, dime, dime! Yo quiero escucharla.

[Lisette Ryddleturn]

Aquella chica comenzaba a acercarse a aquel castillo que parecía ensoñado y que al sentirla cerca, parecía que su magia la había analizado por varios momentos

Lisette solo alzó una mano y saludó a las puertas de madera que finalmente la identificaron como familiar de otro familiar y se abrieron para ella de forma que podía pasar al otro lado; cerró los ojos con gusto y mientras llevaba una canasta de mimbre entre sus manos, atravesó la entrada que se cerró con un sonido bastante pesado detrás de ella

En verdad aquellos terrenos se veían mágicos y enormes, con el esplendor que solo las princesas solían tener

Y es que desde que la conociese, parecía que la ahora Peverell se esmeraba en que todo el mundo la viese como una chica de la realeza, algo que quedaba bastante bien con su personalidad si podía decirlo

Se rió nuevamente y disfrutó unos momentos de la luz de sol sobre su piel

Era deliciosa

Finalmente, anduvo hasta acercarse a las sombras del gigantesco castillo y parpadeó con sorpresa al ver todos los botes y botes y botes de galones de pintura rosada, dorada y blanca que se esparcían por todas partes; eso sin contar las brochas y otros enseres que servían para los pintores

Ladeó la cabeza

-En verdad van a tomarse todo el trabajo de pintar el castillo entero?- dijo a las mujeres presentes con gesto de sorpresa. Podía identificr a Hayame, a su hermana... y a alguien más de la que solo sabía porque la propia Snape no dejaba de mencionarla nunca; sonrió y le tendió la mano a la que parecía la más madura de las tres- Lisette, es un placer- se presentó con una sonrisa suave

[Ashley Peverell]

-Bueno pues podemos pintar con magia, nunca dije que no se podía aunque el ejercicio con los brazos fortalece el carácter o eso era algo que el abuelo Esparta siempre nos decía.

Comentaba el pequeño rayo de luz y esperanzas que era la peciosa rubia que sonreía de forma grande y cerraba los ojos de manera tan encantadora que unos pajarillos cerca que estaban volando dejaron salir un cantar o un trinido, era algo que le gustaba proyectar porque era parte de lo que quería que los demás vieran, que se podía ser muy puro y encantador y no pasaría nada malo por esas cosas.

-Y claro, puedes pintar tu habitación de...

No se imaginaba como se iba a ver un cuarto de lunares aunque le recordaba esa canción muggle que hablaba de un vestido de lunares amarillos y que a veces Hayame cantaba par fastidiarla porque sabía que la estresaban las mujeres en minifalda, pero si a Sagitas le gustaban los lunares.

-Es tu cuarto, puedes pintarlo como más te guste.

Dijo con firmeza y con toda la decisión a niña que irradiaba calidez de su pecho, en verdad que amaba y adoraba a toda su familia y a sus hermanas y se sentía con mucha suerte de tenerlas ahí con ella por siempre.

-¡Ah sí! La sorpresa.

Aplaudió una vez al juntar las manos por delante de su pecho y se giró hacia la hermosa hechicera más alta que ella y su vestido ondeó. No quería ser grosera y dejar de ver a la recién llegada así que movió una mano para que viera que sí l había visto pero tenía que responderle a su hermana mayor primero, eso era lo educado.

-Había muchas cosas viejas en el castillo y Hayame me contó algunas cosas bastante interesantes y que no me han hecho muy felíz.

Dijo y por un momento su cara era seria pero entones, la luz la volvió a tocar y el canto celestial se escuchó por detrás de ella.

-Entonces decidí que podían tomar todas las cosas viejas que están en todo el castillo.

Dijo alargando la "o".

-Y pueden hacer con ellas lo que quieran, jugar con eso o quemarlo está bien, fuera lo viejo y bienvenido lo nuevo decían en la película muggle de osmosis jones.

Dijo acordándose de esa película de glóbulos blancos y que le había gustado mucho, era una caricatura extraña pero bastante educativa al mismo tiempo.

[Hayame Snape Potter Black]

La pelirroja sonreía ampliamente y cerraba los ojos con gesto de travesura, colocándose los puños en las caderas al tiempo que unos pequeños triángulos amarillos aparecían por encima de su cabeza

-Qué te parece mana?

Dijo en dirección de Sagitas, en verdad que su rostro de chica maliciosa no cambiaba con los años y parecía que solo se incrementaba con el pasar de los años; y es que sencillamente Hayame era así, si mostraba esa cara... era porque eso era la vampiro.

Y por eso ahora veía con satisfacción a su hermana ovejuna

-Podemos hacer una de esas danzas de la lluvia alrededor de una hoguera muy, muy grande!- exclamó y levantó un pulgar- o podemos hacerle vudú a las cosas que se quedaron- su gesto travieso aumentó así como el aura maligna mientras que se colocaba un par de dedos en la barbilla- tan solo imagina lo que provocaríamos, jo jo jo

Heridas

Lesiones

Lastimaduras

Y una quemazón digna de unos buenos polvos pica pica

O al menos eso era lo que se le ocurría conforme dejaba escapar sus risitas oscuras. Y sin embargo Lisette había llegado también a aquel castillo (cómo las había encontrado??) y la miró ladeando la cabeza al tiempo que trataba de disimular un poco lo que mostraba; sabía que a esa chica de pueblo no le gustaba mucho cundo ella se ponía así

-Si, bueno... la intención es divertirnos pintandolo todo- musitó en dirección de la rubia recién llegada mientras que se rascaba la nuca- hola Lisette...

[Ashley Peverell]

Ashley Ketchum era una señorita de muy buenas maneras a la que se le había educado a ser correcta, sí pero eso no significaba que no supiera ser dura cuando la ocasión lo ameritaba o cuando aparcían personas no gratas para ella o que pudieran hacer sentir mal a su familia o a sus seres queridos y muy cercanos.

Pero el caso de la novia de su hermana mayor ya no era de las que no iba a recibir bien, aunque todavía l sentía extraña sabiendola pareja de la otra mujer porque eran dos mujeres, de todas maneras Ashley era una damita así que podía aceptarla en casa siempre y cuando fueran felices o se portaran bien.

Porque no pensaba aceptar eso sí, de nadie ningún tipo de majaderías en su presencia o en su casa y sus territorios.

-Eres bienvenida Lisette.

Dijo a la rubia que acababa de llegar y las saludaba e inclinó la cabeza con soltura pero elegencia, una elegancia que había sido transmitida de forma ancestral por su abuelo para ese tipo de ocasiones.

Y entonces miró a Sagitas.

-¿Qué te parece la sorpresa, te gusta? Espero que se diviertan con todo lo que hay, a mí no me sirve.