~*Castillo de la Familia Peverell*~ (MM B: 111383)

[Sagitas E. Potter Blue]

-- Te harás daño -- le dije a mi hermana Ash. Parecía nerviosa y se frotaba los brazos con demasiada vehemencia. Yo hacía lo mismo pero solía ser en la nuca, así que no se notaba si se me ponía roja. Pero a ella empezaba a notársele en la piel.

 

Mi hermanita linda hizo una pregunta sobre por dónde empezábamos y sonrió. Enseguida me sentí bien y fruncí el ceño, divertida.

 

-- Ash, ¿tienes ascendencia de Veela? Porque es sonreír y ver el mundo como si fuera de rosa, todo lindo y bonito.

 

Lissette nos explicaba en ese momento que su ciudad estaba al Oeste. Como hizo una señal vaga en una dirección, yo miré hacia allá, como si desde donde estábamos fuera capaz de ver el lugar de donde venía, algo inútil pues había dicho que era lejos e inmarcable. Después pronunció dos nombres más que no reconocí. Arqueé una ceja, sorprendida. ¿No se los estaría inventando? Aunque que yo no los conociera no significaba que la muchacha mentía.

 

-- Bueno, pues algún día tocará hacer turismo por ellas. -- Pero como no sabía qué más decir, agradecí que cambiara de tema. -- ¿Tienes una floristería? ¡Eso es maravilloso!

 

En mi exclamación había algo de pena. Tuve que suspirar un poquito para que no se dejara ver la emoción que emergía y me hacía poner algo triste.

 

-- Sí, teníamos una floristería hermosa, de las tres hermanas pero... No quiero decir que no sea hermosa sino que ya no es mía. No importa, se la cedí a mis dos hermanas y yo sigo siendo cliente suya pero... Burocracia. Las Leyes prohíben crear monopolios en el pueblo y no se pueden tener más de cuatro negocios en Diagon. Tuve que vender mi parte de muchos de mis negocios para evitar problemas. Aunque sigo mandando en ellos porque... Porque soy Sagitas y una mandona.

 

Me puse a reír para quitarle hierro al asunto. Hayame se acercaba a las puertas y...¡Un Augurey! Para mi sorpresa, también apareció un fénix negro a nuestro alrededor. Palmoteé, feliz de ver a esos dos animalitos en el hogar.

 

-- Entonces... ¿Empezamos a sacar muebles? El solsticio de verano se acerca a marchas forzadas.

[Ashley Peverell]

-¿Cuál es la importancia de un solsticio para hacer una magia de limpieza?

Preguntó la encantadora niña con ojos de almendra dulce mientras que caminaba al lado de su hermana mayor para poder entrar a aquel castillo, un castillo enorme que las estaba esperando para poder llevar a cabo las actividades corespondientes para que pudiera ser habitado de forma correcta aunque su interés primordial era por supuesto, la correcta pintura en este.

Y es que si no la reflejaba entonces se sentía como que había algo extraño en el ambiente, eso le pasaba muy seguido en la casa de su hermana que estaba construída de manera muy endeble.

Quizás también deberían de sacar los muebles y quemarlos porque quedaba demasiado del anterior dueño y eso embutía a su hermana.

Sonrió grandemente y esas preciosas perlas que parecían enmarcadas para un collar perfecto que eran sus dientes se dejaron demostrar, la niña siempre se aseguraba de tenerlos limpios y adecuados aunque sabía que la mayoría de las hechiceras las tenían chuecas y quizás era por lo mismo de que los británicos lo tenían por costumbre.

Ella también lo era pero prefería abrazar la idea de los dientes derechitos y blancos.

-¡Ojalá que fuera mitad veela!

Dijo con entusiasmo mientras que juntaba los dedos por los bordes y levantaba la vista al cielo, como si rezara por los milagros y la bondad de las personas.

-Las veelas son hermosas y no son tontas como muchos piensan y tienen un brillo que se refleja en la piel.

Dejó salir algo parecido a un gemido de felicidad.

-Ojalá pudiera transformarme en una veela.

[Lisette Ryddleturn]

-Muy bien, a sacar los muebles entonces

La chica se levantó las mangas del vestido para que no estorbaran, bastante dispuesta a ayudar con la salida de los muebles y todas las cosas que su otra cuñada les había dicho que podían quemar o deshacerse; casi se sentía como si estuviera en su propia mansión solo que a la suya le iban a hacer una reconstrucción extrema

Dudaba que con la magia fueran a ser capaces de regresar los muebles que solían existir, aunque Hayame le había dicho que siempre podían usar sus memorias para hacer un "something like"

Se rió ante los comentarios de Sagitas mientras que la acompañaba a la sombra de aquel castillo

-Porqué dices lo de ser una mandona? -le preguntó con curiosidad y los ojos algo brillantes por el gusto- bueno, si quieres revivir un negocio, siempre te puedo ayudar

Le ofreció

-Ya tengo experiencia con los mios -le explicó- me refiero por supuesto, a mi floristería en el pueblo- le explicó- así que si necesitas una encargada, puedo ser de ayuda sobre todo ahora que somos familia

[Ashley Peverell]

La pequeña Ashley que parecía una pequeña muñeca en medio de un castillo de cuento de hadas y que solo le faltaban las pequeñas luces de estas revoloteando a su alrededor, pero no importaba porque sabía que vendían hadas en el Magic Mall y ahora que tenía unos pocos ingresos gracias a su trabajo en el departamento de accidentes seguro se podría comprar un par de hadas que revolotearan a sus alrededores.

Y ahora que lo pensaba, si se compraba como unas diez hadas que fueran de diferentes colores de rosa y morado podía tenerlas revoloteando alrededor del castillo Peverell también y eso ayudaría a darle todavía más un aire de magia y de encanto que no sería normal en los demás castillos vecinos.

Esa idea le gustaba mucho y además con el nuevo color que tendrían las paredes sería el sitio más precioso del lugar.

-¡Vamos chicas que se nos pasa la hoguera!

Animó al resto de su familia con una enorme sonrisa de luz, ese tipo de sonrisa que era capaz de traer las fuerzas y el poder a todo ser que estuviera cerca y necesitara una poca de ánimo, ella sabía que podía conseguir que toda su energía positiva se sintiera como el abrazo cálido de un familiar en los momentos de necesidad.

Así que con eso en la cabeza se metió a buscar a la otra bruja, soltando destellos de oro desde su hermosa y muy bien cuidada cabellera.

Y en efecto adentro estaba su otra hermana mayor con una mirada que debía de admitir que la preocupó, aunque Hayame siempre tenía una mirada pensativa y perdida como si todos los años del pasado fueran muy pesados.

-¿Estás bien?

Le preguntó sabiendo que estaba preocupada y que era su momento de demostrar que podía ser una muy buena hermana en esos momentos.

[Sagitas E. Potter Blue]

La pregunta de Ash era interesante, muy interesante... Me puse la mano en la barbilla, pensativa... Sí, el solsticio de verano era importante para hacer magia de limpieza. Suspiré y me senté en una silla de madera algo vieja y astillada que atraje para ese cometido. Supongo que era de los antiguos dueños porque se veía muy ajada, señorial supongo en el momento de su hechura.

 

-- ¿Sabes que soy sacerdotisa? Movemos la magia de la naturaleza y entendemos de los momentos más álgidos para hacer magia positiva. El equinoccio es una buena etapa mágica para purificar el ambiente. El de verano, con el sol ardiente representado en las piras, se queman las malas energías y se favorece la consecución de nuestros sueños. El de invierno, con los baños a la luz de la Luna, purificas el alma y te preparas para el futuro con la energía renovada. En fin... No sé si para ti son leyendas pero una sacerdotisa sabe cuando es el momento más propicio para pedir el favor de los dioses.

 

Lo había explicado un poco por encima ya que era sacerdotisa de Avalon y sus normas solíamos decir que eran secretas y no podíamos contarlas a nadie fuera de nuestro propio clan pero lo que le había dicho era una generalización para todas las sacersotisas del mundo, así que no estaba faltando a ninguna regla. Menos mal que ella ahora empezó a pensar en las veelas y a expresar su deseo de parecerse a una de ellas.

 

-- No son tontas, son bellísimas y, sobre todo, son leales a sus amigos. ¿Te gustaría transformarte en una de ellas...? No... no es posible... -- No me gustaba darle malas noticias pero tampoco iba a mentirle. -- Sin embargo, y como algo muy fútil y casi nada parecido, podrías practicar la metamorfomagia. Seguro que podrías transformarte en el reflejo de una.

 

Lissette intervino para preguntarme por qué decía que era una mandona. Me puse a reír.

 

-- Porque lo soy, Lissette. En realidad, ni me doy cuenta de lo que ordeno y la gente, en vez de decirme que lo haga yo, me ayuda. Creo que me tienen mal criada y consentida.

 

No era del todo cierto pero, a veces, parecía que yo venía de una familila de nobles a la que se lo daban todo hecho en vez de haber vivido en un orfanato muggle de chiquita. Pero como no quería hablar del tema, lo cambié al instante. No sé si se daría cuenta.

 

-- Me has de hablar de tu floristería, seguro que era muy bella. ¿Qué dices, Mana?

 

Me refería a Ash, que gritaba que nos iba a pasar la hoguera. Se le veía tan contenta que moví la varita por encima de mi cabeza y varios muebles añejos cruzaron el aire para amontonarse en una parte del terreno que estaba protegida del viento, con lo que evitaríamos que se propagara un incendido.

 

-- ¡Más, más muebles! -- grité. Y me caí al suelo. La maldita silla en la que me había sentado se había sumado a la procesión de enseres viejos que se amontonaban en la pira improvisada. -- ¡¡Eh!! Tú no...

 

Pero me callé, desde el suelo, al ver que le preguntaba Ash a Hayame sobre lo que le pasaba. ¿Le pasaba algo?

[Hayame Snape Potter Black]

Los ojos rojos de la bruja se paseaban por todo el lugar con un gesto casi nostálgico y de recuerdos que cruzaban por delante de su mente en una sucesión muy rápida pero que de todas maneras, la chica lograba apreciar; bajó suavemente los párpados y los fantasmas de las memorias de las personas que alguna vez hubieran estado por ese sitio se movieron como si todavía pudiera tocarlas

Ladeó levemente la cabeza

Era muy curioso el efecto que esas cosas provocaban en la mente de una -pensó- porque todavía la recorría el escalofrío de sentir esa era donde sus ropas hubiesen cambiado por un cambio, en el cuál sus telas eran sencillas, más modestas y en un tono lila que contrastaba fuertemente con el negro y rojo que ya era como una firma muy propia de su persona

Se frotó levemente un brazo hasta que la voz de la niña rubia la hizo parpadear, despertando de las voces de su pasado y se viró muy poco, dejando ver un lado de su rostro

-Si... estoy bien- aseguró a Ash sonriendo un poco- es solo que...

Un tropel de muebles volaron por encima de su cabeza haciéndola abrir los ojos mucho más por la sorpresa y agacharse un poco, cubriéndose con un brazo aunque era imposible que esas cosas la golpearan de ninguna manera; eso había sido una gran sorpresa y se enderezó con un gesto de mayor incredulidad al observar una vieja pintura de miembros de la familia que iba de camino con todo lo demás

Resopló y rechistó para tomar de un brazo a la chiquilla de vestido anaranjado y hacerla salir de regreso a donde Sagitas ya estaba preparando la hoguera

-Mira nada mas mujer...- suspiró con resignación Hayame al ver a su hermana tirada en el suelo al salirsele la silla de donde debía- esta fogata deberíamos aderezarla sentadas alrededor cantando canciones de la Wicca o quizás, tostando unos pocos malvaviscos- sugirió finalmente sonriendo un poco- qué dices?

[Lisette Ryddleturn]

La chica dejó escapar una risita apenada mientras cerraba los ojos al ver como la bruja mayor caía de la sill donde estaba sentada al mandar llamar a todos los muebles viejos que habían quedado de la anterior familia; en verdad que el ayudar a aquellas chicas era bastante divertido porque parecía que todo lo tomaban con bastante ánimo

-Querida Ash, en mi casa los miembros de Accidentes están ayudando a reconstruir... dado que hasta donde sé podría haber algo de magia descontrolada por aquí, porque Haya me dijo que había una cueva mágica y todo eso, tal vez podrían ayudar a que no hubiera hechizos inadecuados a los alrededores

Comentó ladeando la cabeza

-Aunque bueno, tú y Cariño ya son trabajadoras de ese Departamento, supongo que lo habrían pensado antes

Se rascó la mejilla con la punta de uno de sus dedos y dejó escapar una pequeña risita apenada para después, acercárse a Sagitas para darle la mano y ayudarla a ponerse de pie

-Estás bien?

Le preguntó sonriéndole con cariño mientras hacía fuerza para que pudiera ponerse de pie con más facilidad

-Si, mi floristería era bonita, bastante sencilla pero aparte de las flores las personas me compraban buquettes y ramos y tenía un segundo piso donde yo podía vivir así que se podría decir que nunca llegaba tarde al trabajo- se volvió a reír cerrando los ojos con alegría- creo que te gustaría verlo

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame le dirigió una mirada algo curiosa e interesada a su novia

-Estás sugiriendo que mandemos llamar a los Accidentosos también a la Peverell? -inquirió alzando una ceja y cruzandose de brazos, quizás terminando por sonreír ante lo gracioso que sería hacer algo como aquello

No solo metiendo personas en la antigua mansión diabólica de la Ryddleturn (aún estaba un poco confundida por el hecho de ella haberla conocido como residencia auror para enterarse que provenían del demonio y esas cosas), sino además haciendo espacio para que se dieran los de Accidentes una vueltecita por unos terrenos que según recordaba...

"Solo los que portamos el apellido podemos llegar hasta este lugar y solo los que lo llevamos en la sangre podemos ingresar en la cueva"

Un escalofrío la recorrió ante aquella memoria pero también recordaba el asunto de ese lugar

Se mordió el labio bajo

-Bueno... en parte como dije antes, tienes razón, hay muchas zonas mágicas aquí que aunque estoy segura de que Ash podría controlar (después de todo, quería ser tú sabes... de los buenos y eso), lo mejor sería que se encarguen manos profesionales

Asintió y luego rodó los ojos

-Pero preferiría que la primer parte se llevara a cabo por miembros de la familia... ya hablaremos en el siguiente mes si le pedimos al departamento que venga a indagar...- dijo pero entonces, resopló y le dirigió una mirada de mueca a su hermana menor- aunque la decisión recae en ella, es su mansión

Dejó escapar una risa maliciosa

-Me encantaría ver que un hechizo la volteara de cabeza con las enaguas al aire- se rió todavía más aunque seguramente Sagitas la reñiría, protegía mucho a Ash

[Sagitas E. Potter Blue]

Aún seguía en el suelo, intentando enterarme, desde allá abajo, de lo que sucedía con Haya. Ella contestó a Ash que estaba bien pero yo la conocía. Parecía que había visto un fantasma. Bueno, no exactamente un fantasma, porque veía casi cada día a Jack y no era eso. Era como si... ¡Cómo si le hubieran atropellado los recuerdos del pasado y estuviera viviéndolos de nuevo! O una indigestión de sangre pasada, a saber... La cuestión es que dijo que estaba bien pero no me lo llegué a creer.

 

Pero, por supuesto, no dije cada cuando llegó hasta mí. No quería que pensara que la espiaba (que sí lo hacía, por supuesto), así que silbé cuando llegó a mi lado y asentí ante su afirmación sobre las canciones del "cumbayá" todas juntas.

 

-- Estoy de acuerdo, manita. Nada de celebraciones movidas, que algunas no estamos con edad de brincar sobre el fuego -- le dirigí un mirada de soslayo algo maliciosa. -- Lo mejor es sentarse alrededor del fuego y cantar canciones de amor y fraternidad, comiendo malvaviscos. Aunque también admito un chuletón medio hecho. Tengo hambre.

 

Le di las gracias a Lissette, quien me ayudó a levantarme del suelo. Cuando me explicó sobre su floristería en aquel pueblo de nombre raro, me enamoré de ella.

 

-- ¿En serio? Yo tenía así el negocio de "Mega Ayudas Sagitas". Era divino vivir encima de la tienda, me encantaba...

 

Mejor no seguir con la historia de los negocios cerrados o aún lloraría. Y no habíamos venido a eso. Fruncí el ceño.

 

-- No hablemos de hechizos protectores. Yo aún recuerdo que una elfina me arrastró por el suelo y me expulsó, por segunda vez en mi vida, de esos terrenos. Parece que me tengan manía...

[Ashley Peverell]

La hermosa bruja dejó escapar una risa divertida cuando estaba al lado de sus hermanas y empezó a escuchar los relatos de las historias vividas por su hermana mayor Sagitas, ya no se le hacía extraño que las dos brujas compartieran ese tipo de experiencias tan curiosas y que no eran propias de la mayoría de los hechiceros que transcurrían por ese pueblo, pero eso era lo que las hacía tan maravillosas y curiosas.

Sentía como si su propio poder bendito se acrecentara al lado de ellas aunque el poder de la hechicera vampiro siempre había sido oscuro pero el amor de esas dos hermanas alimentaba en mucho los poderes de la propia Ashley, ya que el amor, la bondad y la luz era lo que le daban fuerzas.

Y en sus corazones ella sabía que tenían algo de luz.

-¿Ya tienes hambre hermana?

Le preguntó preocupada pues la oyó mencionar las chuletas y le dió una mirada a su enorme castillo que pintarían en tantos colores vivos y se colocó inocentemente los dedos sobre los labios lo que le daba un aire todavía más adorable que era lo que quería aunque no lo hacía forzado, siempre era natural.

-Te puedo hacer algo de comer si tienes mucha hambre.