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Aritmancia


Rachel Ravenclaw
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Iba a ser un día de mucho calor, aunque eso era habitual en las inmediaciones del campus universitario. Peor aún, donde irían, pero había tomado las medidas pertinentes para que nadie se le muriera por insolación en el camino. Abriendo el sexto mes del año la Askar debía de preparar las complejas clases de Aritmancia para aquellos magos sabios que viajaban en busca de enriquecer su mente o quizá tan solo de aumentar su poder. A ella poco le importaba lo que ellos quisieran hacer con sus conocimientos; no era su responsabilidad sino la de ellos. Cada quien debía ajustar sus cuentas con el karma.

 

Su cuerpo emanaba una leve fragancia de jazmines. Llevaba un khimar azul oscuro que ocultaba su melena castaña destacando solo su fas morena y sus ojos avellana. Por Londres y Ottery era normal verla con vestidos recatados y con una apariencia bastante ‘normal’ para las costumbres inglesas, pero en el ateneo podía darse el gusto de regresar a sus raíces paternas. Además de que… ¡Con ese calor! Más valiera que protegiera su piel de tantos rayos.

 

Sus manos envolvieron una serie de pergaminos alargados y antiguos, casi desquebrajados, que tenía sobre el escritorio de su despacho en el claustro. Varios de ellos contenían material teórico que tendría que duplicar para que los alumnos se lo quedaran y algunos ejercicios antes de que fueran a por el reto mayor. Le había costado organizar la salida, pero finalmente había conseguido que hubiera una serie de trasladores en el aula de Aritmancia. Luego de guardar los papiros en su bolso de moke, Rachel cierra una serie de sobres, cartas que saldrían volando hacia Zack Ivashkov, Noah Lockhart, Jeremy Askar y Hades Ragnarok.

 

 

 

Estimados alumnos y oyentes:

 

Se les comunica que vuestra clase de Aritmancia iniciará el día 1 de junio del año vigente y deberéis dirigiros al aula de la asignatura donde encontraréis trasladores con forma de cálices desgastados. La clase se desenvolverá en el Zigurat de Ur en Irak así que tened en cuenta la condición climática que eso supone.

 

Atte. Rachel Askar Black Lestrange

Profesora de Aritmancia

 

 

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La bruja aritmántica fue la primera en aparecer delante del zigurat por medio de los trasladores ya que obviamente quería llegar con tiempo para asegurarse de que todo estuviera en orden, además de como señal de responsabilidad. Rodeada de algo de arena se alzaba una imponente estructura de piedra antigua… Unas piedras que habían vivido miles de años y habían visto muchas cosas. Podía sentir el aire místico y mágico que emanaba del lugar. Debido a que el zigurat también era accesible para los muggles curiosos había tenido que hablar con la autoridad mágica local para poder solicitar el permiso de esconder el zigurat.

 

Cualquier persona que no apareciera directamente en un radio determinado, como por ejemplo, donde dejarían los trasladores a los estudiantes, se olvidaría instantáneamente qué venía a hacer y pegaría la vuelta. Además de que no serían capaces de ver nada que pudiera acontecer allí. El zigurat era un monstruo de 21 metros de altura que en contra de lo que sabían varios muggles y magos, ocultaba receptáculos secretos en su interior. Pues gran parte de los antiguos babilonios habían portado el gen de la magia.

 

Rachel sube la escalinata central con la intención de aguardar en la primera recámara del lugar. Dentro había de la recámara principal del nivel medio se podía ver una sala alargada llena de estatuas sumerias polvorientas y antiguas. Paredes de adobe erosionadas pero numerosas tablillas con inscripciones extrañas en las paredes y el suelo. A simple vista parecía que no se podía seguir más adelante, pues la única salida aparente estaba derruida y sellada. O eso pensaba la gente.

 

La Askar invoca con su varita una serie de alfombras o telas alargadas que cubren una franja del suelo con la intención de que los alumnos se sentaran mientras no marchaban a hacer el trabajo de campo. También saca una tablilla a modo de pizarra que poco que iba a utilizar, pero podía ser útil para dejar por escrito algunos datos relevantes, además de para captar su atención. Ahora, solo faltaba esperar.

 

@@Zack Ivashkov

@@Noah Lockhart

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@@Hades Ragnarok

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Él en Aritmancia... sí, de chiste.

 

A lo largo de toda su vida Zack supo mantenerse alejado de todo lo que implicara números. A excepción de sus negocios y la economía familiar que, misteriosamente, sí manejaba muy bien. Aquél conocimiento lo estuvo evitando por tanto tiempo que mucho después de aprender las magias más raras y extrañas fue que optó por explorar ese terreno desconocido. Dudoso aunque motivado por experimentar con nuevos temas, se apuntó al conocimiento de estudios de numerología. Seguramente tendría algo interesante que aportar a su formación.

 

Las clases iniciaban el primer día del mes como ya todos sabían y tal cual lo recordó la carta recibida. Tras detallar el lugar donde se llevaría a cabo la clase, se aseguró de equiparse con un atuendo lo suficientemente fresco como para aguantar la jornada completa. Una remera se ajustó a sus marcados músculos superiores y más tarde un pantalón de tela suave cubrió desde su cintura hacia abajo. Unos zapatos estilo deportivos acabaron por completar su apariencia casual.

 

Tras abandonar su habitación en el castillo Ivashkov y tocar tierra firme en las instalaciones de la Academia, se dirigió hacia el salón especificado. Ahí habían cuatro cálices flotando en medio de la habitación solitaria. Asumió entonces que tendría la misma cantidad de compañeros y que al menos tendría con quién compartir esa nueva aventura, aunque era un pensamiento engañoso, pues él no era el hombre más social del pueblo. Aunque intentaría serlo sólo por esa vez.

 

Tomó uno de los transladores permitiéndose absorber por una especie de portal que lo redirigió a su nuevo destino. Su arribo levantó una pequeña nube de polvo bajo sus pies y pronto la luz lo cegó. Jamás había visitado por decisión propia un escenario tan caluroso. Con un minuto ahí ya podía imaginar sus mejillas enrojecidas. Con paso apresurado avanzó hasta la imponente estructura antigua y sin dudarlo se adentró al resguardo de su sombra.

 

La cámara que lo recibió ya estaba ambientada para la clase, así como también una figura femenina le esperaba. Le regaló una sonrisa sencilla a modo de saludo.

 

- Dime que no vamos a salir de acá hasta que anochezca, por favor - manifestó incómodo. Los rayos del sol no eran buenos para ningún vampiro, y aunque él con el tiempo y un par de hechizos aprendió a soportarlos, escenarios como el que estaban eran extremos.

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Podía sentir el calor recorriendo cada centímetro y célula de su cuerpo. Su elemento regente, aquel que le guiaba era el fuego. Hace mucho tiempo le habían dicho que su núcleo, la raíz de su fuerza era el fuego infernal. Ahora que lo había recordado, porque si, por un momento había dejado aquello atrás y lo había guardado en algún rincón de su mente se sentía más poderoso. Dejo que sus pensamientos vagaran por cada una de las runas que necesitaba para controlar aquel poder, aquella magia milenaria, sin embargo, aun no lo controlaba del todo.

 

Hacia unos instantes había recibido la comunicación y sin perder tiempo se había dirigido hacia el aula de aritmancia donde ya una de las copas había desaparecido. Bufo por lo bajo, deseaba ser el primero, era el más deseoso de ver aquella clase. Dibujo una mueca de sonrisa cuando escucho en su mente aquella voz… “no sea impaciente, recuerde, mi clase mis reglas”. Aunque ya tenía el conocimiento sospechaba que la perspectiva que Rachael le iba a dar a aquella asignatura sería muy provechosa para cada uno de sus intereses.

 

No se sorprendió o más bien no se inmuto una vez que vio e sitio en el cual había aparecido, debió suponer que la primera clase de la chica seria en un zigurat, rindiendo honor a sus raíces. Dibujo una mueca divertida. Estaba impaciente por saber que el depararía todo aquello. Seguro, su nueva maestra lo sabía.

 

En una época el cainita había estado en un lugar como aquel, había conocido a los ancestros de la Askar y había estudiado un poco con ellos, claro estaba, era un neófito sediento de saber y no tardo en largarse rumbo a otros rumbos, sin embargo, se había ganado la confianza del patriarca de la familia, y por ello se habían hermanado las familias, prometiendo el Ragnarok que si alguna vez lo necesitaban el estaría allí para él o su legitima descendencia. Recorrió con al mirada cada centímetro del sitio esperando algún tipo de señal. Suspiro y comenzó a recorrer las inmediaciones hasta que decidió al menos subir las escalinatas para “investigar” lo que se encontraba dentro. Al ver a la joven Askar. No pudo evitar pensar en el ancestro de la chica y me lo orgulloso que estaría de que alguien siguiera sus pasos.

 

-Señorita Askar –dijo haciéndole una ligera reverencia en son de respeto- me alegra volverla a ver, que los dioses y el karma estén con usted –sonrió divertido ante aquella última frase- no sabe o quizás si lo mucho que he esperado este momento –la verdad es que en aquella circunstancia la estaba tratando de manera formal pero una vez que todo aquello terminara seria la misma Rachael a la que solía molestar.

 

Dio unos ligeros pasos para observar lo que le rodeaba, la estructura y el poder que emanaba de la misma, claro estaba, pocos podrían sentir aquello se darían cuenta de algo tan peculiar. Observo que alguien mas había llegado junto a ellos, Zack se le había adelantado, él había sido el primero en llegar a la clase por lo que posos sus orbes negros como el abismo en el.

 

-Es bueno también verte por aquí –dijo en tono tranquilo y amigable a Zack quien seria su compañero de estudios.

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El sol entraba por los ventanales del refugio, el lockhart se encontraba aun dormido en la cama, su esposa desde mas temprano había salido. El ojiazul desperto cuando un sobre apareció junto a el, la clase de aritmancia por la cual había esperado tanto para poder inscribirse comenzaba ese dia. Adormilado leyó la carta y después salió apresuradamente a alistarse.

 

-Humm calor, porque calor-

 

No era muy fan de los climas calurosos, ya estaba muy acostumbrado al clima Londinense y para el ir a un lugar donde el calor llegaba a tales extremos era impensable, de cualquier manera le agradara el calor o no la clase le hacia mucha ilusion y ni todo el calor evitarían que asistiese, se vistió con una camisa blanca de lino, un pantalón marrón, y unas botas marrones para finalizar todo.

 

Con su varita en mano el lockhart salio corriendo por todo el refugio hasta llegar a donde se encontraba su escoba, últimamente no la había usado pero en ese momento seria la manera mas rápida de llegar, no sabia si iba tarde pero como aparentemente tenia una maldición que lo hacia or tarde a todos lados no se queria arriesgar.

 

No tardo mucho en llegar hasta la universidad, entro al aula y tomo uno de los trasladores haciendo que este lo trasportara hasta el lugar donde seria la clase, con tan solo unos segundos allí sentia una enorme sed. La clase seria mas retadora de lo que creia y eso solo lo emocionaba mas, apresurado entro a la estructura intentando no perderse en esos complicados pasillos.

 

En tan solo minutos de casi perderse allí llego por fin al lugar donde la profesora y ya dos de sus compañeros aguardaban.

 

-Buenas -

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No sintió cuando Anne se fue de su lado, de hecho el vampiro estaba en durmiendo en la amplia cama de la bruja, con una paz que nunca había sentido. Se despertó de repente recordando la clase de Aritmancia. Decidió no ir ¿Para qué quería leer números? ¿Ya no era suficiente que supiera sumar dos más dos? Pero la conciencia lo hizo estirarse en la cama tanteando con la mano entre las sábanas buscando donde estaba su varita.

 

Parecía haberla perdido entre los juegos de la larga y satisfactoria noche. Su mano encontró un sostén rojo y sonrió ampliamente, luego dio con lo que buscaba, su varita de cedro. Se envolvió la cintura con la sábana y fue a ducharse con la felicidad marcadas en sus facciones. Alrededor de una hora después el Askar abandonaba en su moto voladora el castillo Gaunt.

 

Ya había estado en la Universidad, aun así, le costó mucho encontrar el aula. Sacó del bolsillo de su bermuda caqui el pergamino con la nota de Rachel para ver si había alguna pista de donde era el aula. Lo dio vuelta un par de veces entre sus manos, pero no encontró ningún mapa, solo indicaciones de cómo vestir para un clima árido en Irak. Fue por eso que se puso una musculosa de basquet deportiva color blanco con detalles en grises, que dejaban a la vista sus tatuajes y el más reciente que para los demás sería un cuchillo enredados con una rosa de espinas pero para los mortífagos sería la marca tenebrosa. Una gorra con la visera hacia la nuca y las zapatillas con plataformas de aire cerraban su look.

 

También llevaba el Monedero de Moke guardado por si necesitaba alguna cosa. Allí tenía algunas bebidas de sangre fresca por si le pintaba la sed en medio de la clase. El Askar se estaba por dar volver a su casa cuando dio con el aula. Entró sin golpear como era su costumbre y se llevó una sorpresa al no ver a nadie. ¿Dónde estaban todos? ¿Qué es esa cosa arriba de la mesa? Se acercó al escritorio con cautela para ver mejor el cáliz.

 

Era claramente un traslador, frunciendo la ceja tocó la copita y se desvaneció en el aire. El rubio cayó al suelo arenoso por la fuerza de la traslación. Gruñó levantándose y caminando con toda la mala predisposición del mundo. Rachel lo iba a escuchar ¿Qué era eso de no abrir un portal como todas las personas? Un Ubberanillo había bastado para eso. El vampiro iba tan enojado con todo que no se puso a mirar en detalle la belleza del paisaje.

 

Ingresó al Zigurat con una mueca de fastidio. Había llegado tarde, los otros hombres que serían sus compañeros en esa clase ya estaba ahí. Los saludo con un movimiento de cabeza mientras posaba los ojos azules en su profesora. Le guiño un ojo y el humor le mejoró notablemente sabiendo que a la castaña le costaría hacer entrar algún concepto en su cabezota.

 

-Buenos días -Dijo en general sonriendo-¡Hace un calor de los mil infiernos!

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La recámara principal mantenía una temperatura agradable, cálida obviamente, pero no asfixiante, además de que allí estaban protegidos de los peligrosos rayos solares. No era tanto por ella que estaba acostumbrada a ese clima extremo sino por el bienestar de sus alumnos. Lo único que le faltaba sino era que el claustro se le abalanzara encima por matar a sus alumnos por insolación.

 

Miró el reloj de agujas que llevaba en el bolsillo para comprobar que se había hecho la hora. Tenía una obsesión muy grande con la puntualidad así que esperaba que por lo menos los que eran sus alumnos oficiales no se demoraran mucho. Fue en ese instante cuando un hombre de ojos color azul grisáceo llegó a la recámara mostrando en su rostro los signos de haber agonizado fuera.

 

Rachel tuerce sus labios en una leve sonrisa tranquilizadora. Por alguna razón, internamente le había hecho algo de gracia el comentario del mago.

 

—Buenos días, descuide. Soy drástica, pero no tanto. No saldremos durante toda la clase y tengo trasladores guardados –lo tranquiliza sin querer desvelar más lo que tenía pensado.

 

El siguiente en llegar era Hades. Si no se equivocaba, era su alumno oyente. Le intrigaba saber por qué había decidido venir teniendo ya conocimientos de Aritmancia previos. Arquea una ceja cuando escucha su verborrea insulsa que no venía a cuento. Además, no se sentía cómoda de que el vampiro se tomara la clase como una tarde de recreo. Casi a la par llegaban luego Noah y Jeremy a quienes no les tendría ninguna predilección aquel día.

 

—Silencio, señor Ragnarok. –le espeta- No hemos venido a socializar, aunque sea usted un oyente. –luego mira a los otros dos que habían llegado- Buenos días.

 

Habían llegado puntualmente dentro de lo que cabía y eso era ya una buena señal. Antes de empezar a explicar lo esencial para que luego pudieran iniciar una práctica real dice:

 

—Omitamos las presentaciones. A los que sois alumnos oficiales os pregunto; ¿Qué creéis que es la Aritmancia? Es muy común que haya muchas apreciaciones diversas de este conocimiento. ¿Qué pensáis que es y por qué habéis elegido tomarla?

 

Mueve su varita y de las cosas que tenía apoyadas en el suelo vuela hacia cada alumno un objeto distinto. Zack recibe una concha de nautilus, el cascaron de un bicho marino. Noah recibe una pequeña maceta con una flor. Jeremy obtiene un vial lleno de agua. Y por último, Hades recibe un pequeño reloj de arena.

 

—¿Pensáis que vuestros objetos guardan alguna relación entre sí? Esto os lo pregunto a todos.

 

En su experiencia, no muchos acertaban a la primera. A ver cómo se defendían ellos.

 

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@@Noah Lockhart

@@Hades Ragnarok

@@Zack Ivashkov

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El vampiro sentía el calor del lugar un poco elevado para su gusto. No es que fuera muy fuerte por estar contenido, pero él era Ruso y se había criado la mayor parte de su vida en un frío con muy bajas temperaturas. Se sentó sobre una de las alfombras en forma de indio, mirando a ambos lados. Aprovechando para observar un poco el Zigurat, le pareció muy antiguo, y con mucha historia que contar entre sus paredes. Eso no lo sorprendió. No esperaba menos de la castaña.

 

El Askar sonrió desde el suelo, pensando que le quedaba bien a Rachel dar clases. Lo llevaba muy bien, seguro era un talento innato que había heredado a causa de que alguien debía poner el orden en la familia. Tanto él como su hermano Callum no estaban preparados para tomar esas responsabilidades. Quiso recordar otro familiar pero tenía la mente embotada. La voz de la castaña lo sacó del letargo.

 

Jeremy se puso a meditar su respuesta, mientras esperaba que alguien se le adelantara para poder copiar masomenos lo que decía y agregarle detalles. Pero nadie lo hizo, así que tuvo que poner su cerebro a trabajar. Con ese calor insoportable pensar costaba el doble ¿No era ella la profesora que debía responder esas cosas? Frunció el ceño intentando recordar algo que le sirviera. Mery era la única Aritmantica que le había demostrado los beneficios de aprender ese conocimiento.

 

-Sé que la Aritmancia tiene que ver con números… y con predecir las cosas basándose en ellos -Dijo esperando escuchar las risas de burla antes de continuar - No tengo idea más que eso, solo puedo decirte que... una vez una mujer me mostró los beneficios de ese conocimiento, estábamos apostando en una ruleta y ¡bam! adivino el número que iba a salir utilizando supongo esos conocimientos. ¿Cómo lo hizo? No lo sé. Solo paso y perdí unos veinte dólares esa noche, si mal no recuerdo… -”Y conocí a Anne” pensó sonriendo sin atreverse a decirlo en voz alta, en cambio agregó - Creo que me gustaría poder hacer lo mismo, por eso tomé la clase para descubrir el secreto.

 

La clase siguió a buen ritmo y la profesora (xD) le hizo entrega de unos objetos raros a cada uno de sus alumnos. Al vampiro le tocó un pequeño frasquito con agua, el cual dio vuelta entre sus dedos mirándolo con atención esperando que pasara algo pero no pasó nada, parecía un objeto de lo más vulgar. Lo peor era que debía asociarlo a los demás objetos de sus compañeros.

 

-No se la respuesta, pero creo que todos tienen relación con la costa o el mar de algún modo -Se encogió de hombros.

 

 

@@Rachel Ravenclaw

Editado por Jeremy Barton

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—¿Qué tal?— saludó con naturalidad al recién llegado Hades, un compañero de bando.

 

Más tarde se sumó un adolescente que, a juzgar por su expresión, también había sufrido la bienvenida del calor abrazador. Y por último Jeremy, un hombre casi tan nuevo en la Marca Tenebrosa como la misma profesora, a quién pudo recordar en ese entonces. De no ser por el más joven aquella hubiese sido una interesante clase entre magos oscuros.

 

—Eso espero. Acá estoy mucho más a gusto que...cuando quiso responder, Rachel lo interrumpió reprendiendo a Hades casi aclarando que su permanencia en la clase como oyente estaba limitada a eso, oír. A pesar de que le llamó la atención su actitud, decidió guardar silencio. Cada quién manejaba sus adiestramientos como quería, detalle que le recordó sus extensos años como instructor en la misma institución a la que continuamente asistía para seguir ampliando sus conocimientos. Siempre creyó que la formación de magos era infinita.

 

El ciclo educativo dio inicio con las primeras interrogantes de la instructora acompañando sus palabras de unos objetos que hizo llegar a cada alumno. Zack tomó su cáscara intrigado en descubrir el significado y al cabo de escasos segundos reparó en que no tendría por qué esforzarse en conocerlo. Tarde o temprano lo revelarían.

 

—Entiendo que la Aritmancia se basa en el estudio de los números para, a través de sus propiedades, revelar secretos, escritos, o el mismo futuro. Quizás todo sea sobre patrones numéricos constantes que se inclinan por una definición en específica. Habrá que descubrirlo acá. Pero es lo que siempre he creído aseguró con el ceño fruncido. Volvió la mirada a su objeto y luego aclaró:

 

—Pienso que tendrá alguna relación lo suficientemente retorcida como para que alguien la adivine o en el intento suelte una derivación absurda de lo que pueda ser. No son cosas que veamos juntas, las cuatro, con frecuencia. Así que me encantaría que nos reveles el significado bufó jugueteando con la cáscara en sus manos.

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El vampiro enarco una ceja cuando la Askar le pidió que se callara. Aquello definitivamente era nuevo. No podía hacer nada más que guardar silencio tal como la mujer le había pedido. Su clase, sus reglas. Respiro profundamente dejando pasar por sus inertes pulmones el vital gas. En un segundo ya se había tranquilizado. Estaba decidido a disfrutar de aquella clase por lo que simplemente aguardó con tranquilidad a que los demás llegaran, claro estaba, si es que pensaban llegar en algún momento. Se sentó en uno de aquellos tapetes en posición de loto. Aquella posición le daba paz y era la más cómoda para él por lo que ya mecánicamente solía sentarse así.

 

Observo sin inmutarse como iban llegando los otros estudiantes. Los conocía, uno era el esposo de la chica y el otro bueno… lo mejor era dejarlo así aunque de seguro al karma no le importaría si el Ragnarok hacia parecer algún suceso como accidente. Escucho las palabras que Rachel le dirigía a los 3 ya que ellos eran en verdad quienes iban a frotar el verdadero reto de aquello, ellos eran quienes tenían que probar su valía, y aunque el vampiro sabía que no era necesario sabía que de una u otra forma estaba incluido en ello, aunque no tuviera que participar mucho ya que era un mero oyente.

 

Siguió aguardado, esperando al oportunidad que pudiera darle la ex ¨Ravenclaw. Escucho los comentarios y preguntas que la chica había hecho. Observo los movimientos de cada uno, sus gestos, absolutamente todo lo que pudiera aprende de ellos. Observo a la joven Askar cando esta movió nuevamente la varita para hacer volar aquellos extraños objetos. Cada uno de los presentes recibió uno. Observo con interés cada una de aquellas cosas.

 

Él comenzó a rebuscar en su mente, en sus ideas si había vista alguna vez algo similar intentando encontrar la pieza del rompecabezas que pudiera ayudarle con aquel enigma que la Askar le estaba planteando. Se sintió otra vez en Grecia, sintió emoción como si estuviera hablando con aquel viejo amigo que solía reñirle por cualquier cosa que hacia el cainita. Se estaba comenzando a sentir vivo de nuevo. Le gustaba el reto o aquel reto. Escucho las conclusiones de Jeremy y Zack y sabia que allí había mucho mas encerrado. Cerro los ojos intentando ver la respuesta en su mente pero no llegaba nada a ella. Sion embargo, se aventuro con una de muchas hipótesis que pudieron venirle en aquel momento.

 

-es que veamos, el vial de agua podría nutrir la planta con el tiempo, pero aun no se como encaja la concha en todo esto –dijo observando a la chica.

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Justo tras de el venia Jeremy, al parecer tendría otro rostro conocido en la clase aunque nl debía si esto era bueno o malo, por un lado le daba confianza para hablar y decir lo que quisiera pero por el otro sabia que si llegaba a decir cualquier cosa como siempre que se le salía lo nerd en clase, no dejaría que lo olvidara.

 

El rubio tan presto entro a la habitación tomo asiento, a pesar del calor que hacia afuera el lugar estaba bastante fresco debido a los materiales con los que estaba construido el zigurat aunque eso no era lo que le daba curiosidad, las paredes tenían símbolos grabados y eso era lo que le causaba curiosidad.

 

Con atención escucho las palabras de la profesora. Les hizo unas preguntas y mientras pensaba su respuesta sus compañeros respondieron.

 

-la aritmancia para mi es una disiplina o asignatura que se basa en los números y con la cual se puede hacer predicciones del futuro usando la probabilidad y los números, además que con la preparación y poder adecuado se puede abrir un portal al futuro si se mezcla con los poderes uzza, no he tenido mucho contacto con la aritmancia, pero desde siempre me han gustado los números y al ver todo lo que se podia hacer con ellos decidi inscribirme lo antes posible.

 

Sabia que había sonado como un nerd con esa respuesta, pero era la verdad la principal razón para tomar la case había sido su puro gusto por los números, el hecho de que su esposa fuese la profesora solo había influido en que decidiera tomarlo en cuanto tuviera menos trabajo. Habiendo dado su respuesta observo con detenimiento los objetos que Rachel le daba a cada uno de ellos seguido de la pregunta de que relación guardaban los objetos.

 

Parecia una pregunta difícil, aunque su logica le decía que tenían que ver con números no tenia manera de comprobar nada, después de todo solo era una corazonada. Siguió viendolos fijamente mientras pensaba en posibilidades, además de que todos o casi todos eran de la naturaleza o todos los hacían pensar en posibilidades, solo una le sonaba mas viable y por tanto seria la que diria.

 

-la única relación que encuentro es que en el nautilus se encuentra un ejemplo del rectángulo de oro, una figura que tiene que ver con ecuaciones matemáticas y la relación de eso con lo demas es que se cree que dicha figura esta presente en la naturaleza y muchas de las cosas que consideramos bellas o perfectas en el mundo-

 

Respondió un poco nervioso.

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