Prueba de Videncia #15

[Sajag]

Visión apuntada en el librito de un tal Sajag, encontrado en las ruinas insospechadas de un lugar maldito, el 07/06/2018:

 

"Todo ha desaparecido.

 

El pueblo de Ottery Saint Catchpole, tal como era conocido en el mundo de los Brujos, no existe. Los terrenos colindantes han sido rodeados de hechizos protectores e intimidadores para magos y muggles, en un intento de hacer olvidar al mundo que hubo un lugar mágico que se llamó así. Es inmarcable y ha sido borrado de la mente de los que, alguna vez, lo conocieron. No hay manera de encontrarlo y permanecerá olvidado para todos en un nunca jamás que el tiempo ocultará en las entrañas de sus ruinas.

 

Será olvidado...

 

Pero hubo una vez un gran pueblo en este lugar inmarcable, un lugar donde crecía un Ateneo de enseñanzas poderosas, un centro cultural donde se impartían clases de estudios mágicos, magias arcanas y habilidades. Yo lo sé. Yo era uno de aquellos Maeses. Hace 20 años, yo era el Arcano de Videncia y ayudaba a mis pupilos a despertar su Ojo Interior. Pero un día... Un día...

 

Una antigua pupila usó sus poderes de todas las habilidades conseguidas y entró a la fuerza en el lugar, destruyendo todo a su paso. Después, entró en el Portal y desapareció... No sabemos lo que ocurrió pero ahora todo está perdido. Su ausencia provocó un caos en el tiempo inesperado para todos. El lago se secó, el laberinto se pudrió y su vegetación dejó ver todo su interior, la escalinata de la pirámide cedió a su peso y la construcción cayó al suelo de la isla, haciéndola desaparecer. Ourobus, anillos vinculados, Arcanos, Ateneo... Todo desapareció en un instante. No quedó nada más que deshechos inmundos.

 

¿Qué fue lo que pasó?

 

Eso es lo que tendrá que solucionar usted, Srta. Black Lestrange. Su prueba de Vinculación a la Habilidad ha comenzado. Deberá presentarse a las ruinas que encontrará a su paso y deberá usar su Ojo para "ver" quién fue y cómo lo hizo. A medida que vea y deshaga sus acciones en cada uno de los tres obstácul0s que traspasó, se irá reconstruyendo. Sabrá que ha conseguido pasar cuando llegue a la Pirámide y me vea dentro, esperándola.

 

Puedo "ver" cómo fue. ¿Puede usted verlo y salvar el futuro del pueblo, Srta. Black Lestrange?"

[Mia.]

Los escritos de Sajag, llegaron hasta sus manos. No entendía del todo aquello que decían, la letra del arcano si que era poco entendible, sumado que le daban la noticia de la visión que había tenido sobre el final de Ottery St. Catchpole y con ello, de la comunidad mágica que componía la Universidad, desaparecerían el Ateneo de Magias Guerreras y Arcanas, junto con el Ouroboros y todo gracias a una fémina que se introduciría a sí misma a uno de los portales, sin embargo, la pregunta era, ¿a cuál? Porque existían siete portales en la Sala, uno para cada una de las habilidades.

 

¿Por cuál se decantaría la bruja? No tenía ni idea, así que comprendió en ese momento que tendría que dejar que su Ojo Interno la guiará y para encontrar la solución a ese obstácul0, el cual supondría uno de los que debía cruzar para vincularse con la habilidad. Cerrando los ojos, dejó que su mente comenzará a despejarse poco a poco, dejando libre de la influencia de aquel demonio que cohabitaba en su interior, dejando que su mente humana tomará el control total. Eso era lo único que podía hacer de momento, porque no tenía más alternativa.

 

Sin saber cómo, llego hasta las ruinas de la Isla, esas que el arcano había descrito en su visión. Estaba todo destrozado, algo que no le sorprendió, pero si lamentó un poco el atuendo que había elegido, un simple vestido veraniego de color blanco, a juego con unas sandalias, el aire corría frío, dejando más en claro la desolación que se extendía frente a sus ojos. Negando lentamente, se concentró un poco y pensó lo que tenía que hacer, no podía cometer error alguno.

 

—Todo esto es un caos. —soltó, intentando ignorar la razón que le decía, que debía regresar.

 

Continuó con sus pasos, dejando que su ojo interior comenzará a abrirse lentamente, recordando todo lo aprendido y asimilado durante la clase que había compartido con Sajag. Debía demostrarse así misma, que podía vislumbrar el presente, pasado y futuro, porque así era la videncia, el arte de predecir aquello que pudo o puede llegar a pasar, aunque todo estuviese totalmente interrelacionado con diversos factores, los cuales deseaba en que en ese momento, no le impidieran acertar lo más posible.

 

Situándose en el linde del Bosque que rodeaba la pirámide, soltó un suspiro disfrutando de la naturaleza durante unos segundos, para después comenzar a pensar en la correcta manera de formular la primera pregunta que se haría, tenía que elegir las palabras correctas, porque solo de ese modo tendría resultados.

 

— ¿Por qué la mujer tuvo la necesidad de introducirse al portal? ¿Cuál era el fin de ese sacrificio que implicaba el perderse entre los frágiles muros de las dimensiones? —susurró, para sí misma, encontrando las palabras precisas.

 

Agachándose un poco, tomó entre sus manos un poco de tierra. Sintiendo, como las finas gravillas que la componía, comenzaban a moverse entre sus dedos, dejando que una visión comenzará a formarse en su mente, trasportándola a otra época, a otro sitio, dejándole ver lo que ocurría justamente en ese momento, pero en otros años, unos en donde la fémina, de la que el arcano hablaba en sus anotaciones había vivido.

 

o.o.o.o

 

Una bruja más alta que ella con cabello de color rojizo se encontraba a unos pocos centímetros de distancia. ¿Quién era? No lo sabía, solo tenía claro con lo que podía ver era que pertenecía a una de las mejores familias de la comunidad mágica, vestía elegante y el porte altanero y poco común, se lo dejaba totalmente en claro. ¿A qué familia? Esperaba eso poderlo descubrir más adelante, porque por ahí podría comenzar para encontrar respuestas a lo que debía resolver.

 

La bruja era sumamente poderosa. Contaba con los símbolos de todas y cada una de las habilidades, así como con los anillos que la vinculaban con las Magias Uzzas. No sería fácil vencerla, de eso estaba totalmente segura, por lo que simplemente continuó mirando, prestando atención a como con un movimiento de su arma mágica, hacía que el orbe se desfragmentara dejando por separado cada uno de los anillos de las habilidades, con los cuales comenzó a juguetear, cual niña pequeña, pero no era justamente eso lo que hacía, no, estaba conjurando hechizos de magia negra, pudo sentirlos y casi entenderlos.

 

—El tiempo ha llegado, lo he conseguido. —soltó un segundo después— El momento de cumplir con la misión que mi Señor me ha dejado, podré conquistar para él todos y cada una de las dimensiones mágicas, para entregárselas y evitar su muerte. —completó la mujer de cabellos rojizos.

 

El tono de su voz, era un poco escalofriante. Tanto para magos como para muggles, todo aquel que la hubiese escuchado hablar, podría haber caído víctima del pánico. Era momento de continuar con su camino, sí debía seguir con el plan de regresar el poder que le pertenecía a su Amo y Señor, a aquel que le había demostrado que era merecedor de su lealtad y de sus sacrificios. Poniéndose en pie, miró al cielo y soltando un par de hechizos más, levantó su varita mágica.

 

Cientos de serpientes y un basilisco, aparecieron en el bosque, utilizando la habilidad de los hablantes de pársel, ordenó que custodiarán y destruyeran el bosque, tenían que demoler los árboles, destruir los arbustos, eliminar todo rastro de magia que existiera en él. Nadie que no fuese fiel seguidor de su señor, podría a travesar ese sitio.

 

Tal fue el caso, que algunos de los Arcanos aparecieron entonces, para defender todo aquello que les había sido entregado para su use y resguardo, entre ellos Suluk, de Animagia, Rosália, de Legilimancia y Lawan, de Pársel, pero a todos los mató el basilisco, aquel que solamente seguía órdenes de la bruja. Habían perecido, a pesar de ser los magos más poderosos vivos de los que se tenía noticia. La magia negra era tan poderosa y que todos perecieron, sin poder luchar contra ella siquiera.

 

o.o.o.o

 

Abriendo los ojos, soltó un pequeño jadeó. Casi había visto lo que pasó como si hubiese estado allí, pero no había sido así. De eso estaba segura, el bosque destruido estaba ante ella, cada árbol, piedra y flor estaban recuperándose sí, pero muy lentamente. Tenía que continuar con su camino, pero conocía ahora los peligros del bosque, así que con una sonrisa torcida, negó lentamente, no podía ser posible, no al menos de momento.

 

Conocía los motivos de la mujer, sabía porque arriesgaba su vida y sacrificaba todo lo que tenía para adentrarse al portal. Necesitiaba, saber qué puerta había cruzado, entender cuál era su plan a fondo, tenía que seguir viendo cómo había logrado aquello, el por qué había salido tan dañada la comunidad mágica y lo más importante, cómo poder evitar aquel fatídico final, aunque por lo que pudo notar, la mujer pelirroja era fiel seguidora del Señor Tenebroso, al igual que ella. Pero, ¿cómo frenar aquello cuando la Black Lestrange era un alto rango de la herencia dejada por él?

 

No sabía, pero tendría que continuar si quería vincularse con la habilidad. Con un movimiento de su diestra, dejó al descubierto la Marca Tenebrosa que tenía tatuada en el antebrazo, permitiendo de esa manera, que de sus labios salieran un par de palabras en pársel, las cuales de inmediato fueron entendidas por las serpientes y el basilisco, conocían ahora que se trataba de una seguidora y que por tanto, compartía los ideales de su invocadora, así que no le harían daño.

 

Adentrándose por el bosque, sintió como una a una las serpientes se mantenían alejadas de ella, dejándole avanzar, sin hacerle daño alguno. Tenía que llegar hasta el próximo obstácul0; el lago. Aquel que rodeaba la pirámide y que estaba deseosa de leer con su ojo interno, para conocer como es que había continuado la historia que estaba descubriendo. En sus ojos, un atisbo de intriga aparecía con cada paso que daba, necesitaba todos los elementos para poder parar lo que había ocurrido.

[Sajag]

Miles de ofidios, esparcidos por el suelo donde una vez hubo un lago, empezaron a moverse. Había vuelto. La Dama de pelo Rojo había vuelto. Las serpientes no distinguían los colores pero hacía mucho tiempo que la mujer había pasado por allá y habían ordenado matar a todos los que cruzaran por el camino. Muchas habían muerto desde entonces y otras habían crecido, libres, alimentándose de osados o cabezotas. Al final, los humanos habían desaparecido y ya no se adentraban en el Bosque.

 

Ahora, la mujer había regresado.

 

Porque debía de ser ella, ¿quién sino tendría el conocimiento para hablarles y el tatuaje grabado en su piel? Ya no quedaba nadie. No quedaban humanos que se atrevieran a pasar por aquellos dominios malditos.

 

Las serpientes la observaron y la dejaron pasar. Eran animales, muy perceptivos, quizás. Pero animales al fin y al cabo; no sintieron un movimiento en la Magia tras su paso. Como si una corriente eléctrica hubiera cruzado por encima del lugar... La Magia se movía en aquel trozo del bosque.

 

Pero las serpientes no lo notaron. No entendían de magia. Siguieron poblando el lugar, sin entender que un cambio se avecinaba. El Basilisco, más grande y dominador de aquel territorio, sólo vio que alguien merecedor de paso cruzaba por allá.

 

Después todo volvió a la normalidad. Se necesitaban más fragmentos de recuerdo para que la Magia volviera.

 

Aunque había sido el primer paso...

[Mia.]

Había llegado hasta el lago, allí tendría que continuar con su travesía para encontrar la respuesta a lo que había ocurrido en ese lugar. Meditando durante algunos segundos, intentó tranquilizar sus pensamientos, los cuales aún estaban un poco revueltos gracias a lo que recientemente había descubierto de la fémina de rojos cabellos. Necesitaba, darse un respiro, analizar bien sus siguientes pasos y encontrar la manera de concluir con todo aquello para vincularse con el anillo de videncia.

 

Respirando profundo, se dejó caer sobre la tierra humedecida que se encontraba a un costado del lago, sintiendo de ese modo la fría brisa que venía del mítico lugar, esbozó una media sonrisa, sabía que debía hacerlo y encontrar la manera de parar el cúmulo de sucesos que se desencadenarían más adelante. Por lo que, con una tranquilidad tan propia de ella, tomó entre sus manos una pequeña porción de tierra y la alejó de sí misma, no deseaba tener otra visión, no. Podía utilizar otra táctica de la habilidad que estaba por dominar, solo debía concentrarse.

 

Buscando entre las bolsas de su capa, encontró un paquete de cartas del tarot. Sí, el momento de usarlas había llegado, no había entendido muy bien, el porque se empeño en traerlas, pero en ese momento agradecía internamente a su subconsciente por habérsela casi obligado. Eliminando rastro de la sonrisa, soltó un jadeó al sentir como un pequeño escalofrío cálido recorrió su espalda, tenía que darse prisa, el demonio con el que compartía cuerpo, estaba comenzando a tomar poco a poco el control de sí misma.

 

Así qué sin perder más tiempo, comenzó a barajear las cartas, notando que esa pequeña actividad le permitía relajarse totalmente. Necesitaba sacar tres cartas, eso era lo que debía hacer. Una de los arcanos mayores y dos del palo de copas, no deseaba indagar más, al menos de momento. Así que, permitiendo que su mente se relajará una vez más, terminó de barajear las cartas que tenía entre sus manos y cerrando los ojos durante unos segundos, soltó un suspiro y permitió que su Ojo interior tomará la decisión de sacar la primera carta, esa que le dijera <¿Quién era la bruja?>

 

—El mago… —soltó para sí misma, en el momento en que sacó la carta del arcano mayor. Sabía, que no podía ser coincidencia, aquella carta algo le trataba de decir.

 

Debía analizarla, prestar atención a cada uno de los detalles que marcaban la carta. Desde las pequeñas flores colgantes, la postura del mago y las rosas que crecían debajo de la mesa, eso tenía un significado. Todo eso en conjunto, le estaban dando una pista, pero no era momento para detenerse, al menos no, cuando le quedaban por sacar dos cartas más, cerrando nuevamente sus ojos, sacó las dos cartas.

 

—Tres de copas… —vio que fue su segunda carta en cuanto abrió los ojos, cerrándolos nuevamente, y concentrándose en su pregunta, permitió que su ojo interno tomará el poder— Reina de copas. —siseó en cuanto sus orbes enfocaron.

 

Las tres cartas habían sido sacadas. La segunda de ellas, significaba fiesta, alegría, celebración, eso era obvio al ver a tres personas brindando y con júbilo, mientras que la tercera tenía un estrecho significado emocional, con relación al apego y a la sensibilidad, carta, que podía verse influenciada dependiendo del momento y de la situación. Tenía las tres cartas entre sus manos, únicamente dependía de ella continuar con su interpretación.

 

Intentando, encontrar todos los detalles en su mente, se concentró. Permaneció en silencio durante muchos minutos, no supo exactamente cuántos, porque en su mente, aparecían retazos de libros leídos anteriormente, y no lograba dar con la respuesta. Estaba comenzando a cansarse, cuando el fragmento del libro que hablaba sobre los sangre limpia apareció como por obra divina en su mente, tenía la respuesta.

 

—Es Rosier. —con una de sus manos acarició las rosas de la carta del mago— El apellido de esa bruja es ese, una de las antiguas familias de sangre limpia. —mirando las otras dos cartas, soltó un risotada— Quiere que el señor tenebrosa vuelva a la vida, los mortífagos por tanto, estarán envueltos en un júbilo descomunal porque el señor habrá vuelto y eso trae ciertas repercusiones emocionales y… no necesariamente para los demás.

 

Había acertado, porque en el momento en que dijo el apellido de la bruja, del lago surgió una pequeña balsa, la cual observó y tras ponerse de pie y sacudir su capa de viaje, abordó. Mirando a su alrededor, tras decir algunas palabras para las serpientes, esbozó una media sonrisa y la balsa comenzó a moverse, lentamente por el lago, llevándola a ese sitio que tenía una brisa peculiar. Había conseguido una parte más del rompecabezas, ahora solamente le quedaba averiguar que portal había atravesado.

 

Mientras tanto, sintió como finas gotas de agua comenzaron a caer y mojar sus rubios cabellos, mandándole un mensaje de tranquilidad. En el momento, en que la balsa volvió a tocar tierra, bajó de ella y continuó con su andar hasta la pirámide, había vencido el segundo obstácul0, le quedaba solamente uno más.

[Sajag]

El agua se hizo turbulenta en el instante que llenó todo el lugar que, segundos antes era pura ruina infranqueable. El líquido elemento se movía de un lugar al otro y rellenó lo que una vez fue el lago que rodeaba la Pirámide. En aquel momento en que un acto de Visión había despertado la magia, la isla volvió a aparecer y el agua la rodeo. La Magia era poderosa en aquella mujer que estaba en el borde del agua, tanto que una barca emergió de sus profundidades y se plantó delante de ella para dejarle cruzar.

 

Era algo que no se veía en mucho tiempo. La Magia había vuelto durante unos instantes y las serpientes del bosque la vieron alejarse. Tal vez se hubieran preguntado a dónde iba aquella mujer mágica que jugaba con fotos en el suelo y se reía, pronunciando una palabra que para ellas no significaba nada.

 

Rosier...

 

Pero la muchacha acababa de pasar una prueba más y estaba preparada para superar otro obstácul0. Pero la magia no duró tanto y decayó. En cuanto la barca llegó a la orilla y ella se bajó, todo se paró de nuevo. Aún tendría que usar de nuevo la Videncia si quería recomponer lo derruido.

 

Pero iba por buen camino. El final de todo estaba cerca... Sólo dependía de ella si lo conseguiría.

[Mia.]

Su camino hasta la pirámide había sido lento y complicado, no solo físicamente, sino también mentalmente. Es más, podía decir, que en especial de la segunda, porque el constante deseo de terminar con todo la que la rodeaba y permitir que el demonio que vivía en su interior tomara el control estaba totalmente presente. Pero no, tenía que ser totalmente fuerte para conseguir que su parte humana permitiera el contacto con su Ojo interno, para poder seguir haciendo algunas interpretaciones.

 

Mirando la edificación que se alzaba delante de sus ojos, no pudo evitar esbozar una media sonrisa; estaba tan cerca. Había descubierto, el por qué, quién y únicamente le faltaba una parte del rompecabezas, pero esa la tendría que resolver una vez que ingresara, así que sin esperar nada más ingreso sin siquiera pensarlo por entre las escaleras y algunos pasadizos internos. Recordando, que anteriormente, al menos tres veces había realizado el mismo camino.

 

Sus pies parecían conocer el camino para llegar a la Sala de Ouroboros, aquella que contenía las siete puertas, una para cada habilidad, sí, una que llevaba al mago o bruja que la atravesará hasta el portal indicado para realizar su prueba. Soltando un suspiro, llegó hasta la sala, mirando como el poder que antes tenía, estaba menguando un poco… aún había magia sí, pero estaba un poco escasa, debido a que la Rosier, había realizado uso indebido de ella.

 

— ¿Cuál de las siete puertas atravesó? —preguntó en alta, a pesar de encontrarse totalmente sola.

 

Necesitaba averiguar cual de ellas había sido, no tenía otra alternativa. Sin embargo, tenía que pensar cuidadosamente cada uno de sus movimientos, no tenía margen de error, por lo que se concentró en todas aquellas enseñanzas recibidas por Sajag y pasados algunos segundos, encontró la respuesta adecuada para solucionar su conflicto con querer conocer el interior de algunas de las puertas que aún le faltaban por descubrir.

 

Rebuscando entre sus bolsillos, encontró un par de velas. Ese sencillo instrumento, sería el siguiente que usaría, había aprendido, que usando correctamente la interpretación y preguntando lo correcto, iba a obtener respuestas verídicas. Dejándose caer sobre el frío suelo de la sala, cerró los ojos durante unos segundos y dejó que su mente comenzará a relajarse y ponerse en blanco, y en cuanto los abrió, colocó las velas una a lado de la otra, y las encendió, no sin antes preguntar concretamente.

 

— ¿La mujer atravesó la puerta de videncia? —esperando obtener respuestas, guardó silencio durante algunos segundos.

 

Los pabilos de las dos velas, comenzaron a arder lentamente, pero de manera constante, manteniendo una flama fuerte y que generaba que se fuera consumiendo rápidamente la cera, mientras que las gotas de cera derretidas, comenzaban a bajar alrededor de la vela, creando un par de bifurcaciones con muchas lágrimas, las que no sabías siquiera como es que era posible que estuvieran presentes. Tenía que saber leer todo lo que estaba viendo, porque no podía equivocarse, al menos de momento-

 

—Si, la puerta de videncia… —soltó con tranquilidad, después de analizar toda la información y de obtener las respuestas que deseaba.

 

La fémina había atravesado el portal de videncia, contra todos sus pronósticos. Ella siempre habría pensado, que el portal de nigromancia para revivir al Señor Tenebroso, era el indicado, pero al descubrir que no lo era, se concentró por completo en la última fase de su prueba. Tenía, que cruzar el portal y descubrir por fin, como detener a la mortífaga.

 

—Espero, que esto este correcto. —siseó entre dientes, i

 

La puerta del portal de videncia, de abrió en ese momento y sin siquiera pensarlo demasiado, se acercó hasta él. Respirando profundamente, ingresó al mismo, dejando que una luz totalmente cegadora las envolvía, profiriéndole un poco de ventaja emocional, porque sabía que era exactamente lo que tenía que buscar en esos momentos, a la fémina de cabellos rojos y detenerla. Cuestión, que le estaba mortificando un tanto en el aspecto emocional, porque no estaban acostumbrada a permanecer acompañada tanto tiempo.

 

Una vez que ingresó al portal. Comenzó a caminar lentamente, sacando su varita mágica, lista para usarla y evitar que el mundo mágico de Ottery colapsara. Pensando, en que estaba siendo lo suficientemente discreta, se sorprendió por completo cuando una voz a sus espaldas la llamó, y levantó su arma en su contra.

 

— ¿Quién eres? ¿Cómo conseguiste seguirme? —preguntó la Rosier.

 

Mientras tanto, la matriarca Black Lestrange, reforzaba su estado de alerta permanente y de ataque a la más mínima provocación.

 

—Alana Rosier… —fueron las palabras que Mia logró pronunciar.

 

Una famosa mortífaga era la que estaba poniendo en peligro todo lo que los rodeaba, debía detenerla, sabía que esa era su misión, pero no podía… al menos no de la manera en que estaba acostumbrada a hacerlo, es decir, asesinando.

 

— ¿Quién eres? —añadió a sus cuestionamientos la peliroja—. Responde mis preguntas.

 

Siseó molesta, obligando a la nigromante a levantar su varita mágica y respirar profundamente, porque conservaba esa pelea mental aún, entre lo correcto y sus ideales como mortífaga. No podía arriesgarse a revelar su identidad como miembro de la Marca Tenebrosa, ¿o sí? ¿Valía la pena realmente todo lo que había vivido para hacerlo? La respuesta era sencilla, en esos momentos lo valía, al menos alguna parte de su consciencia humana, lo aceptaba.

 

—Mia Black Lestrange… y te pude seguir hasta aquí, porque también soy fiel seguidora del Señor Tenebroso —comenzó a explicar—. Pero, no puedes regresarlo a la vida… esta muerto y ahora mismo, solo nos queda continuar con su legado, coopera o te arrepentirás. —no pudo evitar amenazar.

 

Al ver que Alana, no entraba en razón e ignoraba su explicación… sin tener más alternativa, hizo un rápido movimiento con su arma mágica, justo antes de ser atacada.

 

—Sectusempra —fue la respuesta de la Rosier, mandándole un hechizo que podría causarle realmente un daño considerable.

 

Sin embargo, eso no iba a ocurrir porque tenía los conocimientos adecuado para realizarlo. Pensando, en no defenderse y dejar que el rayo la hiriera, negó con lentitud, así que con una sonrisa en los labios pensó en un —Kansho. —logrando que una daga de plata, apareciera entre sus manos y absorbiera el hechizo que recientemente le había lanzado la bruja y se le regresara, causando algunas heridas de gran magnitud.

 

—Esto se a cabo… no puedo permitir que cumplas con tu misión y esto, es más grande que nosotros —intentó a comenzar a despedirse Mia—. Esto se a cabo, no volverá el señor tenebroso.

 

Fue todo lo último que dijo, sintiendo como su cabeza comenzaba a darle algunas vueltas. Estaba cansada, sumamente cansada, necesitaba descansar… pero aún no era el momento, por lo que guardó nuevamente su arma mágica y permitió que sus pies con pasos lentos, la dirigieran hasta la salida de la dimensión, para que de ese modo, pudiese comprobar que su labor había sido correcta y por tanto, ahora el mundo mágico estaba sin peligro, justamente eso quería ver por si misma, aunque sabía que podía intentar tener alguna visión.

 

—Conseguí evitar que Londres, pereciera… —fueron sus primeras palabras, en cuanto comenzó a salir del portal.

 

Había vencido el tercer obstácul0 y había salido del portal, estaba segura de que dentro de poco, eso llegaría a su final.

 

— Aunque, todo fue tan extraño. —soltó, una vez que notó que no estaba sola.

 

Esperando que fuesen personas conocidas, intentó relajarse un poco y respiro profundamente, enseñando como era posible conservar la postura, aunque hayan sido conflictos un tanto difíciles de resolver y que aún así hubiese encontrado la solución. Deseando que el arcano llegara, cerró la puerta del portal al que había ingresado, no quería otra visita de ese modo.

 

—Sin duda, la videncia es sorprendente. —soltó mirando al arcano y sintiendo como sus ojos comenzaban a pesarle un poco por el cansancio. .

[Sajag]

Sagaj entró despacio en la Sala de Ourobous, leyendo un pergamino antiguo, de los enrollados. Cualquiera que le viera podría pensar que se trataba de un filósofo griego que caminaba por la Academia Atenea. Quitando su pelo liso marrón... Quitando su túnica de alegre colorido... Quitando su tono de piel algo oscuro... Quitando su tono de voz extranjero que aún se notaba a pesar de los años en Londres...

 

- ¿Señorita Black Lestrange? ¿Qué hace aquí?

 

El Arcano ladeó levemente la cabeza en un gesto que pareció extraño pero divertido al notarse en el ese aire de desconcierto que hacía mucho tiempo que no mostraba. Al fin y al cabo, era el Arcano de la Videncia. Nada se le escapaba.

 

- ¿Cómo atravesó el lago y el laberinto...? ¿Teníamos... cita?

 

Sí, era claro que el Arcano estaba desorientado. Nadie podría llegar hasta allá sin haber sido citado por un miembro de los más sabios en Habilidades. Los medios naturales se interpondrían en su camino y no le dejarían pasar. Hubieran saltado muchas alarmas de intromisión y alguien le hubiera detenido. Entonces... ¿Cómo es que estaba allá, ante el Portal?

 

El Pergamino se enrolló totalmente y cayó al suelo. Sajag no necesitó la varita para levantarlo de nuevo y, al tocarlo, lo vio. La vio.

 

"Conseguí evitar que Londres, pereciera…"

 

"Todo ha desaparecido.

El pueblo de Ottery Saint Catchpole, tal como era conocido en el mundo de los Brujos, no existe. Los terrenos colindantes han sido rodeados de hechizos protectores e intimidadores para magos y muggles, en un intento de hacer olvidar al mundo que hubo un lugar mágico que se llamó así. Es inmarcable y ha sido borrado de la mente de los que, alguna vez, lo conocieron. No hay manera de encontrarlo y permanecerá olvidado para todos en un nunca jamás que el tiempo ocultará en las entrañas de sus ruinas.

Será olvidado..."

 

El Arcano parpadeó y volvió a la realidad. Una gran sonrisa se expandió por su rostro y la perplejidad mudó a un mudo orgullo.

 

- Entiendo...

 

No añadió nada más porque no hacían falta las palabras. Las Visiones les unían en aquel momento. Se acercó a la mujer y le agarró por los hombros, un leve contacto que duró poquísimo. Lo justo de pronunciar un "Gracias" muy emotivo.

 

- Supongo que siente algo por dentro... Ha visto crecer su Videncia y ha sabido utilizarla. Ahora... Mire su dedo...

 

Hoy había sido un caso muy especial y Sajag estaba muy orgulloso de lo sucedido. La mujer había empezado por el final y ahora sólo quedaba recoger su premio.

 

- Normalmente, un pupilo ha de asegurar que quiere pasar la prueba antes de entrar en el Portal. La situación ha provocado que usted haya entrado sin ese requisito y que haya salido viva de ahí dentro. Sólo puedo decirle que... Gracias. Gracias por lo que ha hecho pero solo se puede entrar en el Portal de la Videncia una vez, nunca más. Así que no puede hacer la prueba para ser Vidente. Lo siento. No hay manera de engañar al Portal para que pase su prueba, ahora que ya lo ha usado.

 

A pesar de la negativa, el rostro del Arcano seguía orgulloso mientras se separaba un par de pasos para darle de nuevo el espacio vital propio que le correspondía.

 

- Hoy ha pasado por una prueba que nadie antes había sufrido, ni siquiera yo. Y la ha superado con creces. No pasará la prueba del portal porque ya la ha pasado al entrar ahí cuando... esto era diferente... Bienvenida al mundo de la Videncia. Es usted una Vidente vinculada al portal por méritos propios.

 

En la mano de Mía Black Lestrange lucía el anillo rosado. Lo había conseguido.

Editado 14 de Junio del 2018 por Sajag