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Pociones


Ellie Moody
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El consejo había sido excelente para poder obtener el jugo de los granos. El vampiro lo repitió todas las veces que la receta le decía para poder cumplir con el paso de la poción. Una vez contado trece granos procesados, terminó de colocar el líquido amarillento en un recipiente y lo fue incorporando a la poción de a poco pero sin cortar el flujo de líquido.

 

La preparación comenzaba a subir la temperatura. Había pasado de un color indefinido a un azul claro y, el aroma, no era tan desagradable.

 

Sus ojos se posaron en la hoja del libro nuevamente para ver que paso seguía. Había que esperar quince segundos. Quizás para que todo reposara y se asentara luego de agregar más cosas. Mientras esperaba, comenzó a cortar las raíces de asfódelo en pequeños trozos, tomó de la estantería de utensilios un mortero, colocó los trozos de raíces y las colocó para pulverizarlas hasta que quedaran hecha un polvo.

 

Pasaron los quince segundos y colocó la mezcla pulverizada la poción. Un pequeño "chist" se sintió luego de un pequeño hilo de humo amarillo que salió de adentro del caldero.

 

- Espero que sea señal de que todo va bien - dijo riendo algo nervioso porque no conocía si eso era una reacción común.

 

Miró la receta de nuevo. Los colmillos de serpiente seguían pero no sabía si los tenía que triturar en el mortero o se colocaban enteros.

 

- Ellie, los colmillos de serpiente, ¿los tengo que pulverizar en el mortero o los coloco enteros? - pregunto.

 

 

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No sabe si Ellie dice para que él se sienta mejor o porque de verdad cree que la Universidad obtiene los ingredientes animales de alguna forma en que estos no sean dañados. Sea cual sea el caso le parece bien. Por una parte, le agrada pensar que Ellie se preocupara de verdad por él, que quiere verlo contento y libre de preocupaciones o culpas. Por otro lado, que la universidad cuide de las criaturas que brindan su magia es algo increíble y positivo.

 

—¡Hora de más sangre!

 

Ni siquiera entiende el porqué de su emoción, pero está emocionado preparando una poción. Le parece increíble y estupendo. De esa forma, quizá, en un futuro podrá dejar de comprar algunas pociones e invertir el dinero en cosas mucho más importantes. Por ejemplo, necesita ahorrar para pagar el curso de un libro de hechizos en la Universidad. Son demasiado costos en comparación con los salarios que pagan en el Ministerio de Magia.

 

De nuevo con un flujo constante, hace que la sangre de salamandra caiga en el caldero. Antes deja de mover, aunque en el libro no lo aclara no cree que sea buena idea mover y agregar sangre al mismo tiempo. Poco a poco el color de la mezcla se aleja del naranja, primero perdiendo intensidad y luego con pintas naranjas en algunos lados y en otros no. Deja de agregar sangre en el momento en que se vuelve totalmente amarilla, que es cuando vuelve a remover con la varita. No suelta el frasco de sangre porque sabe que más adelante hace falta.

 

Más rápido que en los cambios de color anteriores, poco a poco la poción se va tornando de color verde. Cuando el amarillo está totalmente ausente es cuando deja de remover y agrega más sangre de salamandra. Hace falta mucho menos que antes, el color de la mezcla se va tornando de color turquesa: comienza en el centro y se extiende como una honda en el agua hasta que es totalmente de ese color.

 

Con la varita nuevamente aumenta un poco la intensidad del fuego, pues tiene que calentarse por algunas minutos hasta que se vea de color índigo.

 

—Hasta el momento creo que voy, se supone que ha de ser púrpura y lo es

 

Dice, en su voz se escucha orgullo. Es una poción que le parece complicada, un poco más o un poco menos de calor o de sangre puede arruinarla; para él, que no es bueno en pociones, es un avance increíble. La emoción que lo embarga hace que no escuche el tema de los colmillos triturados. ¿Cómo se le puede quitar los colmillos a una serpiente sin hacerle daño? Tiene reparos con las espinas de pez león y la sangre, pero en el pasado él ha visto como se extraen sin dañar a las criaturas de manera severa por lo que está dispuesto a utilizarlos.

Editado por Hobbamock Graves

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Ellie echa un vistazo al caldero de Emmet. Es difícil saber si una poción va por buen camino, cuando todavía faltan pasos cruciales; no obstante, cuando hay errores terribles, son demasiado obvios. De momento, sin embargo, le parece que no es el caso. El filtro tiene una consistencia pesada y densa, y es de un color completamente negro; todavía está turbia y la superficie burbujea. Si Emmet está en lo correcto, apenas añada los colmillos de serpiente la superficie de la poción quedará completamente lisa, como debe estarlo en la etapa intermedia.

 

—Son triturados —responde Ellie—. Creo que no está en los pasos, pero en la lista dice "colmillos de serpiente aplastados". Asegúrate que queden finos y el polvo sea homogéneo. Necesitamos que, al final, la poción quede bien clara.

 

Entonces escucha la voz de Hobbamock, quien parece hablar más para sí mismo que para los demás. No es raro que los pocioneros hablen solos frente al caldero. Algunos opinan que se debe a los muchos vapores a los que se exponen, pero Ellie cree que es simplemente un hábito curioso. Al asomarse por su mesa, la poción ha cambiado drásticamente de color desde la última vez que la vio, aunque Hobb todavía tiene en la mano el pote de sangre de salamandra.

 

—¿Ya añadiste las espinas de pez león y el moco de gusarajo? —pregunta, con cierta preocupación. No puede ayudar mucho a Hobb, pues él debe aprender principalmente por su cuenta, pero al recordar que olvidó encender el caldero, no puede evitar preocuparse. También puede ser que todavía no sea el momento, ya que está usando un caldero de latón y esos no son muy rápidos.

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Contiene el acto reflejo de agacharse y esconderse debajo de la mesa. Hasta antes que Ellie le preguntara por los ingredientes está seguro de que todo va bien, de que está haciendo la poción de forma correcta. Y lo está haciendo. Sin embargo se pone nervioso ¿Y si de verdad le falta algún ingrediente? ¿Y si eso hace que todo explote y Ellie se ve obligada a reprobarlo? ¿Y si no se ve obligada e igual lo reprueba? Sin embargo no se oculta debajo de la mesa, como pretende inicialmente, sino que se queda un par de segundos en blanco y reacciona justo a tiempo.

 

—Ya mismo lo agrego, ya se ve de color índigo.

 

Con la varita baja la intensidad del fuego, pues cuando se vuelve de color índigo apenas tiene que calentarse. Tiene que darle poco fuego para evitar que la mezcla se asiente en el fondo del caldero y se queme. Sinceramente está ya cansado de añadir sangre en cada paso ¿A quién se le ocurre inventar pociones con recetas tan repetitivas y aburridas? Sin embargo no demuestra estar cansado ni desanimado porque en el fondo la clase le está encantando. No recuerda la última vez en que llegó tan lejos en una poción.

 

Agrega sangre hasta que la poción se torna de color rosa. En ese punto es hora de aumentar el fuego, no hay riesgo de que se queme si es rosa. Baja el fuego en cuanto nota que el rojo se extiende por toda la poción. Ya queda poco, muy poco. Coloca en el caldero las cinco espinas de pez león y va añadiendo, con cara de asco, el mosco de gusarajo hasta que la poción es púrpura. Hace círculos con la varita sobre el caldero, removiendo lentamente hasta que el contenido del caldero nuevamente se ve de color rojo.

 

—¿Cómo es que nos tomamos una poción que tiene mocos de gusarajo sin quejarnos?

 

Más moco, se cubre la nariz con el ángulo interior del brazo. Con la poción ahora naranja, la revuelve hasta que es amarilla. Destapa el recipiente de hidromiel y saborea su olor. Huele fuerte pero delicioso, seguramente su sabor también es muy bueno. Parece estar añejada, como a él le gusta. Vierte hidromiel hasta que la mezcla esté turquesa. Entonces, solo entonces, agrega unas tres gotas de zumo de bayaboom.

 

—Según el libro ya terminé, hay que dejarla cocer por media hora a fuego lento.

Editado por Hobbamock Graves

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Ante la respuesta de la educadora, a su pregunta, el vampiro asintió y procedió a colocar en el mortero los colmillos de serpientes y - ejerciendo una presión constante con movimientos envolventes - los fue triturando hasta tener por resultado un polvo muy fino de color crema. Los agregó de manera constante para que no fuese a ser una reacción rara y esperó.

 

Leyó las instrucciones en el libro, para saber que paso seguía, y lo hizo inmediatamente. Si todo lo que había hecho hasta ahora estaba bien, tenía que comenzar a mezclar en sentido contrario a las agujas del reloj y la poción comenzaría a tomar el color y transparencia del agua.

 

Contabilizó diez segundos en su cabeza y paró de revolver. Sólo bastó con un pequeño movimiento de su varita para que el cucharon parara. Estaba nervioso y no quería ver el resultado porque si no le había salido seguramente desaprobaría el curso y eso no estaba en sus planes.

 

Aumentó la temperatura a fuerte como decía el último paso y espero unos segundos más hasta que comenzó a salir un hilo de humo blanco: señal de que la poción ya estaba lista.

 

- Creo que he terminado, Ellie - dijo mirando a su compañero de trabajo en el Concilio y luego a la profesora.

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A esas alturas, el salón de clases está lleno de vapores y el olor es bastante intenso. Mientras Hobb y Emmet le dan los toques finales a sus pociones, Ellie abre las ventanas para airear el aula. La brisa nocturna es fría, pero refrescante y, lo más importante, limpia el aire e incluso la atmósfera se aclara. Al volver el rostro hacia el reloj, ubicado sobre la puerta, advierte que pronto habrá acabado la clase. Tiene la sensación de que el tiempo se ha ido demasiado rápido... No obstante, al volver a echar un vistazo a los estudiantes, sabe que han avanzado bastante. Ambas pociones, el filtro de muertos en vida y la poción herbovitalizante están casi listas.

 

—No piensas mucho en los ingredientes, si vas a tomar la poción —le recomienda tras una pequeña risa a Hobb, por su comentario sobre el moco de gusarajo. Ella bien sabe que hay pociones que tienen ingredientes mucho más desagradables, como escarabajos triturados o dedos de grindylows—. De todas formas, con la hidromiel y el zumo de bayaboom tendrá un buen gusto —añade, como si eso fuese un consuelo.

 

Finalmente, Hobb baja la varita y se aleja un poco del caldero. Ya no hay que meterse más con la poción, sino dejarla tranquila mientras termina de cocerse.

 

—¿Por qué no me acompañas a ver el trabajo de Emmet, mientras tu poción termina de hacerse? —le dice con una sonrisa, sintiéndose un poco más relajada ahora que casi ha concluido su jornada laboral. Le gustaría tomarle de la mano, de no ser por los guantes de dragón, que han estado manipulando sangre de salamandra y moco de gusarajo.

 

Cuando se acercan a la mesa de Emmet, de su caldero brota un delgado hilo de humo blanco; sin embargo, cuando observan lo que está dentro del caldero, descubren un líquido transparente y de consistencia bastante fluida. Una bastante convincente imitación del agua.

 

—A ver... —Ellie toma un pequeño tubo de ensayo y, con ayuda de su varita, lo llena con la pócima que ya ha dejado de burbujear. Para que Emmet y Hobb puedan apreciarlo muy bien, lo sostiene por la parte de arriba con los dedos y lo levanta a contraluz— No parece tener coloración. Es bastante fluido, no hay grumos... Bien, el agua es un poco más densa, pero es normal que la poción quede así. Y, ¿es la primera vez que hace el filtro, no es cierto? Es un muy buen trabajo.

 

Mientras la poción de Hobb termina de prepararse, Ellie decide repasar el procedimiento de ambas pociones para que cada uno note los pasos en la poción que no prepararon. Nuevamente, insiste con los aspectos importantes, como el manejo de los ingredientes, el uso de los guantes de piel de dragón, la elección de los calderos y la atención que debe prestársele a la preparación, durante todo el proceso. Así, la media hora llega pronto, sorprendiéndola incluso.

 

—Ya es hora de ver la tuya, Hobb.

 

En el caldero del mago, la poción que burbujea lentamente es de un brillante y muy vivo color verde claro. Ese es el tono adecuado. Para revisar su consistencia, Ellie toma un poco con un cucharón y la deja caer nuevamente en el caldero. Debido al moco de gusarajo, la poción es espesa, pero no hay grumos ni variaciones en el tono. Es, en conclusión, una preparación homogénea. Naturalmente, despide un olor a hierbas y a miel. Todo eso Ellie lo explica en voz alta, al igual que lo hizo con el filtro de los muertos en vida, para que Hobb y Emmet sepan cómo es que está tan segura de lo que hicieron, sin probar la poción siquiera. Lo que se guarda para sí, es lo orgullosa que se siente de Hobb. Al principio parecía un poco atolondrado, pero el resultado no miente: hizo también un excelente trabajo.

 

—A un pocionero experimentado, es difícil engañarlo —musita—. Por eso me siento segura de sus resultados.

 

»¿Por qué no recogen la poción y la guardan para ustedes? Yo no tengo mucho espacio en casa, y temo que aquí no se le vaya a dar uso —les dice a los magos, pues ella odia desperdiciar cualquier cosa—. Supongo que en un par de días, la Universidad les enviará sus resultados. Pueden estar tranquilos: creo que hicieron un muy bien trabajo. Simplemente, recuerden practicar más recetas y familiarizarse con todos los aspectos de la técnica. Creo que tienen talento; si les interesa esta rama de la magia, sigan esmerándose y les garantizo que observarán resultados. Y, bueno, creo que estaré aquí un buen tiempo, pueden ir a mi despacho cuando quieran.

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