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Herbología - CCM - Primeros Auxilios


Emmet Haughton Gaunt
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Asentía a las palabras de Juv; ella sabía que cada quien llevaba un ritmo distinto para el progreso, ella había decidido primero aplicar a los libros y luego a las habilidades y había quienes, como Juv, preferían aplicar primero a las habilidades que a los libros.

 

-No me sorprende escucharlo, podría decirte quien mató a cada uno solo con ver las heridas y muestras de magia en cada cadáver, pero sé que a la larga tú tanto podrás saber eso

 

Con el paso de los años, Jessie había aprendido a diferenciar la magia de cada uno de sus compañeros así como la magia que provenía de la Orden del Fénix; aunque está última hacía demasiado tiempo que no la veía.

 

-Eso quiere decir ¿Que lo traseras de regreso a la vida pero no cuestas sus heridas?... No sé si sea lo correcto pero a fin de cuentas, es tu clase, tu elige la mejor forma que tengas para entender y comprender cómo curar a un ser humano y si necesitas verlo sufrir y que esté te diga dónde le duele... Adelante

 

Se cruzó de brazos observando el proceso de Juv; si fuera ella quien atendiera aquel proceso se encargaría de curar todo antes de revivirlo, así en cuanto abriera los ojos correrlo de aquel lugar para no seguir soportando si denigrante presencia pero no podía impedir que Juv hiciera las cosas a su manera, a fin de cuentas... Todos aprendían de forma diferente.

 

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—Creo que me di a entender de forma errada—musitó continuando con las curaciones que había iniciado. El ser un ser piadoso y compasivo con sus enemigos, jamás fue una cualidad que se destacará en ella, ni por error. Pero algo en el rostro lastimado de ese joven, le estaba haciendo ver las cosas desde una perspectiva demasiado diferente, al grado de cuestionarse si estaba bien o mal su pensamiento anterior. Pocas veces le hacían dudar de cosas como esa y eso era lo que le sacaba un poco de balance.—Volverá a la vida como nuevo—aseguró tajante. Ella no era nadie para juzgar esos métodos, al menos no de forma tan drástica y autoritaria, dejando un poco de lado su cualidad mezquina optaría por algo menos lacerante contra ese sujeto.

 

—Espero que todo me salga bien, porque si no—mordió su labio inferior.Lo traeré de regreso, pero eso no implica que le perdone sus faltas cometidas contra mi persona.—la frialdad en sus palabras era palpable. Justo por eso no sentía el más mínimo pesar o remordimiento a la hora de tomar una vida, mucho menos si de ello dependía seguir con vida dentro del mundo mágico. Su raza le demandaba beberse varios litros de sangre al día, no era culpa de ella tener que salir a cazar de forma arritaría a todo aquel que se cruzará en su camino y tuviera cara de banquete servido en bandeja de plata. Su cuerpo se tensó de un momento a otro, sintiendo la energía que brotaba del cuerpo inerte. Poco a poco cada una de las heridas quedaron sanadas, sólo se veían las cicatrices que daban cuenta del daño que sufrió su cuerpo.

 

—Está sanado al máximo, no creo que se pueda hacer nada más por el o ¿si?— cuestionó a la Black Lestrange, Tal y como ella lo había citado anteriormente, cada mago o bruja empleaba los métodos de sanación que consideraba adecuados en cada caso. Ella era mucho más practica que metódica, pero eso no le restaba merito a la labor que habpia desempeñado dentro del LAIC y su prueba de Nigromancia. El sanar era un arte para muchos una labor que era parte de su vida diaria, pero en su caso era un medio de ayudar a los que consideraba dignos de ello y a los que no, pues los dejaba reposar en franca tortura en los brazos de la muerte. Deslizando sus ojos hacia otra camilla se percató que debajo de la sábana estaba una mujer, no pasaba los 25 años y ya estaba presa en las fauces de la muerte. Curiosa la forma en que algunos magos y brujas perdían la vida de formas tan absurdas que le causaban una gracia que no siempre terminaba en una sonora carcajada.

 

Ella murió hace una semana, pero no puedo determinarla causa de muerte—carraspeó con suavidadQuizás pueda, pero no me permite verlo del todoaseguró tajante intentando mirar en lo más profundo del ser de la morocha. Era necesario dar con la causa de muerte y así aplicar el método de resucitación ideal para ella, curarle cada una de las heridas y aprender a manejar la piedra que colgaba de su pecho, aquella que le daba el poder de sanar y devolver a un espíritu al cuerpo que lo reclamaba afanosamente como suyo y de nadie más.

 

@@Jessie Black Lestrange

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Observaba a su estudiante sonriendo de forma casi imperceptible. Le gustaba ver como cada uno de ellos de desenvolvía de forma distinta en cada clase, tomando su propio ritmo y llevándose con ellos todo lo que necesitaban.

 

Finalmente el sujeto a quien Juv había arrebatado su vida volvió a la misma, Jessie se colocó junto a él y posicionando su mano izquierda sobre los ojos del sujeto lo hizo dormir y desaparecer en el acto.

 

-Nada mal, Malfoy... Veamos cómo utilizas tu amuleto, recuerda que al utilizarlo la luz amarilla cual rayo de sol debe envolver el cuerpo de tu paciente o el tuyo mismo, así la curación será efectiva

 

Explicaba emocionada aquella acción pues le encantaba la forma en que el amuleto servía en esos casos, dándole una ventaja al mago en caso de emergencia.

 

Sabía de la otra chica, a diferencia de la mayoría de los magos en la sala a ella la había matado un hechizo contrario a los que ellos usaban. Suspiró y se acercó descubriendo por completo el cuerpo.

 

-Observa los golpes en todo su cuerpo, son contundentes, los cuales.provocaron coágulos que terminaron colapsando el corazón y el cerebro. Los golpes vienen en digas direcciones y ángulos posibles. Tu has visto más cosas que yo pero estoy segura que reconoces ésto

 

Sabía que Juv se había enfrentado a muchas cosas en su pasado, ella misma en más de una ocasión había estado al borde de la muerte por lo mismo así que sabía la clase de magia que ostentaban sus oponentes y por lo mismo debía saber cómo curarla.

 

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Analizaba a detalle cada una de las heridas de la joven, sintiendo vagamente el dolor que la misma pudo experimentar antes de morir. Había veces que las torturas no tenían un rostro conocido, sino que este se ocultaba detrás de falsas caretas que sabían como engañar a lo magos más incautos. Simple y mera conjetura sacada por la vampiro, el sentir ese aroma a muerte que le fascinaba, sino fuera porque estaba en clase se hubiera tomado el atrevimiento de beberse la sangre de todos los cadáveres, aunque aquello iba contra su estándar alimenticio habitual.


—Conozco el daño que mencionas, no me queda la menor duda de que fue un hechizo sumamente poderoso, el que le privó de la vida a está pobre infeliz—sonrió evitando sentirse compungida de forma falsa y poco convincente. Ella no era de lamentarse por cosas como esa, no pegaba para nada con su especie y menos con los ideales que desde hacía demasiados años defendía a capa y espada—Cada uno de los golpes género una hemorragia diferente, aunado a eso, si lo notas tiene hematomas en sus mejillas y esto—señaló el corte profundo en el mentón de la mujer. Observando con detenimiento el corte adicional que tenía en uno de sus brazos, incisión que quizás deseaba quitar alguna marca o seña particular que le identificará. Esto le sonaba a algo más secreto, recordando el tipo de tatuaje que ella portaba en una parte de su cuerpo—No es de las nuestras, pero no acabo de comprender porque le mataron de este modo—entrecerrando sus ojos, ideaba la forma de como develar aquel misterio.


—Puedo sanarla, tal y como me lo has indicado—desviando su vista hacia la piedra de color amarillo, no dudó en abrazar la misma con su surda con fuerza. Proyectar la luz del astro rey, no era del todo complicado, no si ella concentraba sus pensamientos únicamente en esa acción. Emanando de lo más profundo de su ser un destello abrazaba todo lo que estaba dentro de esa sala de curación, iluminando el cuerpo de la joven que tenía que curar y devolver a la vida. Aquella luz rodeó de pies a cabeza a Malfoy, sanando una a una las lesiones que tenia su paciente, le costaba un poco emplear ese termino, pero debido a su profesión dentro del L.A.I.C, no le quedaba de otra que acostumbrarse al mismo. Absorbiendo todo el daño causando en su cuerpo, tomando el mismo como un alimento que velozmente fue succionado por su alma oscura. Le gustaba alimentarse de sensaciones como esas, saciar su apetito con ellas casi siempre calmaba a la fiera que habitaba en su interior.


—Es un poco extenuante...—siseó sintiendo un ligero cansancio, pero no a causa de la curación en si. Sino que todo aquello iba por otro camino, tal vez, la necesidad de prestarle atención a otras cosas o situaciones. De un momento a otro, ya no se encontraba dentro del lugar dónde momentos antes estaba con Jessie, ahora estaba dentro de una cueva oscura que no tenía el más mínimo atisbó de luz en ella. El inframundo delante de ella o al menos eso pensaba, imaginarlo siquiera le dio un respiró de alivio. ¿Qué le llevo ahí de un momento a otro?, tal vez el simple hecho de que todo era obra de su habilidad como Nigromante, el revivir y sanar iban íntimamente ligados, el grimorio que le obsequiará Báleyr apareció en sus manos, bañando por una oscuridad que lo hacía mucho más temible de lo normal.los grabados de la tapa destellaban con fuerza, como anunciándole un cambio irremediable a su dueña y portadora.


La vida y la muerte de las personas que pudo revivir y curar, no serian las mismas y eso lo sabía a ciencia cierta. No dejaría el más mínimo rastro de magia en ellos, mucho menos les permitiría saber el metido que empleo para que estuviera de nueva cuenta dentro del mundo de los vivos—Arde como un...—contuvo un quejido que ansiaba salir de sus labios, no cedería al dolor que le causaba la cicatriz que tenía en su pecho. La marca de Caín hacia lo propio en la piel de la rubia, quemando poco a poco la zona que la contenía desde que esta tuvo razón de ser y estar dentro del mundo mágico. Ambas cicatrices eran una conexión entre la vida y la muerte, asemejándose un poco al velo que protegía el arco dentro del departamento de misterios. Todo eso le descolocaba por completo, ¿Dónde le llevaría todo aquello al final?, inquieta por todo aquello decidió caminar aquel desconocido paraje. Si se topaba con otro cuerpo, porque no echarle una mano y ganarse algunos puntos extra con la Black Lestrange.



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Tomaba nota de los avances de Juv, el ver cómo desarrollo la empatía con la gema del sol que daba habilidades para curar heridas e incluso regresar a alguien de la muerte era algo que ella misma admiraba en las personas.

 

Conocía de primera mano la fuerza y habilidad de Malfoy, la conocía mejor que nadie porque algunos de sus recuerdos habían regresado a ella y eran dolorosos recuerdos. Aun así estaba orgullosa de haber encontrado al fin su camino y con este a personas que más que compañeros eran familia para ella.

 

Ver la forma fría y calculadora con que Malfoy trataba a sus pacientes le fascinaba, se veía reflejada y eso la enorgullecía. La luminosidad que la gema alcanzó era tal que podía notar el calor del sol irradiar en toda la sala.

 

Veía a la mujer en la camilla comenzar a mover sus dedos conforme la luz regresaba a su origen pero cuando está se extinguió y la mujer en la camilla se sentó de golpe se percató que Juv no estaba más ahí.

 

-Desmaius

 

El rayo violáceo impacto en el pecho de la mujer para segundos después desaparecerla de aquel lugar y que apareciera en su casa.

 

Su preocupación ahora era saber dónde estaba Juv y porque había desaparecido, aquello no era algo que Jessie hubiera esperado.

 

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―Te has demorado demasiado...―sentenció con frialdad Malfoy. Mirando fijamente los ojos de Haise, aquel paraje helado que se reflejaba en ellos, le provocó una extraña sensación de serenidad―Debo tomarme un tiempo para mi y mi esposo, no tenía otra persona en mente y tu has sido el elegido―agregó sintiendo el receló del Neozelandés ante el tema, no le agradaba ocupar el sitio que por derecho era de la Animaga. Poseer todo lo que ella ostentaba era demasiado valioso, desde un cargo dentro del ministerio, pasando por el yugo que le significaría llevar el apellido Malfoy como suyo. Era vicioso para tomar tremenda responsabilidad, obstinado y megalómano al extremo, pero le debía demasiado a la mortifaga. Su vida no sería una balanza equilibrada de no ser por ella, tal vez andaría dando tumbos por Nueva Zelanda, devanándose el cerebro para dar con el paradero de su padre y matarle finalmente.


―Pides demasiado, no creo estar preparado para tremenda hazaña. Me conoces, no suelo ser bueno para empatar con las personas y de solo pensarlo―elevó su diestra dejándola a pocos metros de sus labios. La sensación de volver el estomago se apaciguo de un momento a otro, no dudaba que la dama tuviera que ver con todo aquello―Lo aceptaré con una condición, pero igual tengo algunas demandas respecto a todo esto...―soltaba mostrando una sonrisa cínica en sus labios. Jamás se reconoció como un ser ladino o timador, pero Juv era Juv y si podía sacar algo provechoso de todo aquello. ¿por qué no hacerlo de una buena vez?.


―Como siempre, no esperaba menos de ti―arrugando un poco su nariz, conservaría la calma en todo momento―Conoces mi vida con Stephen, no creo tener que darte más detalles de los que ya posees―entrecerrando sus ojos saboreaba la sensación que provocaba en ella, pronunciar el nombre de su amado esposo. El único hombre que existiría en su vida por el resto de la eternidad―Tendrás todo lo que yo he logrado hasta ahora y mucho más. Sólo requiero una sola cosa a cambio, quiero y te exijo que le hagas una visita a nuestro viejo amigo en común―dibujándose en sus labios una mueca lóbrega que alcanzará sus orbes lapizlasulis, estaban firmando un trato que les sería redituable y benéfico para ambos.


―Esta bien, dalo por hecho hermosura―chasqueando la lengua tomaba la surda de la mortifaga, sintiendo como el tatuaje que ella portaba ardía con fuerza. La marca de Caín pasaba a tener un nuevo dueño y señor, protegido y a la vez, sentenciado a purgar una condena eterna. Si le mataban el perpetrador de dicho crimen moriría siete veces de formas extrañas y sumamente dolorosas, tal y como se manejaba en los tiempos de la inquisición. Su gusto por esa época de la historia, no se la debía nada más y nada menos que a la muerte de su hermano Ken. Ese instrumento fue el causante de cegar la vida del mayor de ellos, aunque eso no se había llevado el parecido físico y psicológico que compartían desde niños. Juegos mentales que les obligaron a cerrar sus mentes a los sentimientos y emociones, todo eso desde que la madre de estos desapareciera misteriosamente.


―Quizás vuelve en algún momento, pero no te lo puedo asegurar del todo. Antes tengo que dar con el paradero de Stephen, recuperar el tiempo perdido y vivir con el cosas que nos ha deparado el destino, desde que nos conocimos―siseaba sintiendo una fuerte punzada en su pecho―Vuelve por mi―apretando los dientes contenía el cántico que buscaba frenar el escape de su cómplice―¡¡¡ Ahora Haise !!!―le ordenó desaparecer de esa cueva, perdiéndose en medio de una bruma espesa poco a poco, Juv abandonaba Londres para no volver en mucho tiempo.


Apareciendo de golpe sobre una de las camilla, apoyaba su diestra sobre la pulcra sábana.― ¿Dónde demonios estoy?―palpando su cabeza percibió un ahora antiséptico que le doblo en el acto sobre el suelo. El aroma a vida y salud, no eran de sus predilectos, soltando un gritó se puso en pie enseguida―¿Acaso deseas matarme?―inquirió mirando a la bruja que estaba delante de el. Su mala suerte, no cambiaba y tenerle ahí, no hizo más que encender sus ganas por arrancarle la cabeza y matarle lentamente.


―Black Lestrange―arrastró ese apellido por su lengua, desencadenándose en el una oleada de adrenalina que difícilmente sería detenida por la joven―Malfoy se fue, fin del cuento―encogiéndose de hombros deslizó su lengua por sus colmillos tentado a beberse sangre de los cuerpos que estaban ahí a su disposición.



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