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Prueba del Libro de los Ancestros #8


Khufu
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En cuanto encontraran a Peeves y al libro de los ancestros protegido por el amuleto anti robo, los tres magos serían trasladados lejos, muy lejos de la plaza del árbol de fuego. No sería necesario que toquen un objeto en particular, pues en algún momento el remolino característico de los trasladores los llevarían hasta donde se encontraba esperándolos el guerrero uzza.

 

Se encontraban sentado en posición de loto sobre una piedra en medio de la selva, justamente en el punto donde los árboles crecían más separados, pero el terreno debajo continuaba siendo irregular. El canto de las aves y el viento golpeando las hojas le agregan sonoridad al escenario, cada vez más calmado.

 

Solo abre los ojos cuando la visión de Bodrik, Elvis y Hades se materializa. Ya no los ve con su tercer ojo, ni con la gota que puso en el castillo para poder observarlos; ahora están allí, frente a él, que espera no decepcionarse ante la oportunidad que les está brindando. Les da tiempo para descansar bajo la sombra de los árboles que los rodean, refrescarse e incluso para que tomen alguna poción que los revitalice. Luego, de repente, rompe el silencio.

 

—Su camino ha sido largo, jóvenes, pero ya saben lo que tienen que hacer. —Se incorpora lentamente, como si le costara moverse, y apunta a uno de ellos con la varita mágica.

 

***

 

@ vs @@Hades Ragnarok

@@Bodrik vs Khufu

 

REGLAS:

1.- Deben rolear en la clase hasta el momento exacto en que se encuentran con el libro de los ancestros y son trasladados a la prueba.

2.- Los hechizos permitidos son los hechizos neutrales neutrales graduados y los poderes hasta el libro de los Ancestros, siendo primordial que el estudiante utilice hechizos utilizables en duelos y asaltos dentro de la prueba.

3.- Pasadas 24 horas sin respuesta, los hechizos se considerarán impactados. Pasadas 48 horas sin respuesta, el alumno será reprobado.

4.- Ambos deben complementar el escenario, sin embargo ninguno de los dos puede contradecir lo que ya establecido o lo que establezca su contrincante.

5.- La prueba tendrá una duración de una semana.

6.- Cada dos turnos, el estudiante deberá rolear una barrera rolística y la forma en que se deshace de ella, sin afectar los tiempos del duelo.

 

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No habia podido detener la vibración que el Libro de los Ancestros estaba emitiendo. Habiamos logrado tomarlo justo a tiempo, a la vez que Bodrik tomaba el amuleto protector antirobo y nos llevaba a los tres como si fuera un traslador. Habiamos pasado de un sitio, en el interior de un castillo a un amplio terreno en el medio de la selva.

 

-- A éstos guerreros les encanta dar sorpresas. ¿no creen? --comenté, bufando, mientras me quitaba aquella capa de viaje y desprendía los primeros dos botones de la camisa. Tiré la capa mientras intentaba darme cuenta de dónde nos encontramos--. Khufu...

 

Comenté, cuando de repente pude visualizar al guerrero Uzza por encima de una roca. Nos espero a que nos acomodarnos un poco. Tome un poco de agua y tome aquella misma poción que nos habia estado dando unas horas antes, cuando salimos de la aventura de crear la poción. Escuché al maestro, teníamos que enfrentarnos y me había tocado con nada más y nada menos que Hades.

 

Asenti y me aleje unas dos docenas de paso, dejando a un costado tanto a Khufu como a Bodrik, sin antes dedicarle un gesto de aprobación, para que supiera que iba a poder hacer aquella prueba sin problema. Si aprobabamos, eran dos libros a favor de la Orden del Fénix.

 

Me encargue de alejarme unos ocho metros de Hades, sabiendo que tenia qie enfrentarse a mi, si o si. Mire a mi alrededor, notando que estábamos en una especie de claro, donde los árboles no crecían tan juntos. Aunque habia piedras del tamaño de pelotas de fútbol, ramas secas caidas y algunos animales salvajes, que parecían serenos a pesar de nuestra presencia.

 

-- Espero que estes listo, Ragnarok. A ver que aprendiste en éste tiempo --le comente para alertarlo que estaba a punto de comenzar. Blandi mi varita con un movimiento delicado y le dirigí una reverencia. Esperaba que el Guerrero Uzza Khufu tambien aprendiera de nuestros modales.

 

Miré a mi derecha. Por encima de una de las ramas del arbol que estaba cerca, habia un águila, atenta a nuestos movimientos, como si supiera que estábamos a punto de desatar un encuentro. Hice un gesto y pensé en un Orbis Bestiarum. Unos anillos dorados envolvieron a la criatura, ya bajo los efectos del poder, controlandola por completo.

 

-- ¡Atácalo! Desgarra su rostro --murmure, ordenando que se lanzara en picada, directamente a su cara. Para provocar que tuviera que curarse, una simple molestia que no dudaba que podia evitar.

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No tuvo tiempo de reaccionar una vez se hizo al amuleto antirrobo sintió una especie de atracción como si la tomaran de los pies y la arrastraran por una especie de túnel y eso sin duda alguna era signo característico de un traslador. Esta vez su destino estaba muy alejado de la universidad o del centro del mismo pueblo Uzza.

 

Cuando consiguió acomodarse y cesó el mareo reconoció el tipo de vegetación y terreno característico de la selva que visito un par de veces gracias a su pasión por la Herbologia y el cuidado de criaturas mágicas. La adolescente no dudo en observar inmediatamente el entorno cuando por fin su maestro sentado en posición de loto sobre una roca y les daba la bienvenida a lo que sería su prueba y justamente era Khufu su rival en aquel duelo.

 

-Es verdad, siempre impredecibles – respondió a su compañero Elvis.

 

A esa altura agradecía estar en compañía de alguien que como ella apreciaba la naturaleza, la energía y el bien de la misma manera que ella lo hacía, o tal vez de una manera muy similar gracias a las historias de vida de cada uno y se enorgullecía de tener la oportunidad de estar a la par del Gryffindor quien en más de una ocasión había hecho las veces de maestro para Bodrik sobre todo en el camino que conduce a la paz de un paladín.

 

-Gracias maestro- le respondió.

 

Por otro lado, estaba Hades compañero inseparable en el hospital mágico y a quien Bodrik apreciaba muchísimo, mas sabiendo lo quisquilloso que era en lo relacionado con su laboratorio y su zona de trabajo, aun así, no tenía un mejor compañero ni alguien más apasionado que el Ragnarok.

 

Ellos lucharían por su cuenta y Bodrik se las vería con Khufu que les dio tiempo suficiente para recuperarse y la adolescente lo aprovechó tomando nuevamente poción revitalizante hasta sentir su efecto completamente y sabiendo que tendría poco tiempo para pensar que hacer.

 

Por supuesto, estaba vestida de la misma forma sencilla y apropiada, para cambiar en medio de la naturaleza: unos blue Jeans no muy ajustados, una blusa de manga larga a cuadros para evitar picaduras y que además era bastante abrigadora y unas botas livianas (que por supuesto no tienen tacón alto). por último, el cabello lo tenía recogido en una coleta.

 

Usaba obviamente sus anillos y amuletos obtenidos en los diversos entrenamientos para los libros que ya habían sido aprobados, incluyendo el anillo que la vinculaba a la Arcana Sauda y su habilidad de la Oclumancia. Estaba preparada para cualquier eventualidad y defensa necesaria.

 

El terreno era selvático y húmedo y pese a haber aparecido en medio de un claro, este no era completamente liso, por el contrario, se veía inestable las rocas eran muy grandes y de diversos tamaños, troncos caídos y animales salvajes de todas las especies que observaban apacibles el enfrentamiento que estaba con comenzar.

 

La muchacha decidió que sería la hora de comenzar la partida. Levanto su varita en dirección del maestro. Se movió en dirección contraria a la del Uzza alejándose aproximadamente 7 maestro del lugar donde se hallaba (Khufu).

 

- Cinaede – Dijo moviendo su varita de fresno en dirección de Kufhu. Inmediatamente el efecto del veneno Normalmente no usaría un hechizo como este, pero sentía curiosidad acerca de iniciar un duelo de esta forma y teniendo la certeza del poder del pueblo Uzza, estaba segura de la facilidad con la que seguramente se libraría de su ataque.

 

-Espero haber dado un buen inicio. – Dijo algo ansiosa sabiendo que gracias a la fuerza del caos su hechizo tendría el efecto deseado.

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Como era costumbre los guerreros o en este caso aquel maestro había hecho d las suyas y en un segundo ya no se estaban en el castillo sino que se encontraban en la selva. Las cosas habían cambiado mucho y aquel paraje o aquel ambiente le gustaba igual, al menos parecía que era un buen lugar donde encontrar la paz, claro estaba una vez que saliera de todo aquello. No había duda que si estaba allí era por algo importante. Su segunda oportunidad. Dio unos cuantos pasos para acercarse a Khufu. Miro aquella poción con desconfianza pero aun así el Ragnarok procedió a beberla después de que había visto a sus compañeros hacerlo. ¿Descansar?, no, lo mejor era comenzar de una vez con todo aquello.

 

Su rival en aquella prueba seria Elvis. Había pasado demasiado tiempo desde que el cainita se había enfrentado de aquella forma a alguien, estaba más que oxidado, tanto así que la última vez había perdido estrepitosamente por todos sus errores contra el guerrero Uzza que ahora se enfrentaba a Bodrik. Dibujo una mueca mientras se separaba de la otra pareja y observaba con atención cada uno de los movimientos de Elvis quien ya comenzaba a alejarse de él para empezar con aquel duelo mágico. Recorrió con la mirada todo lo que tenía en un radio de 360 grados e intento colocarse a 4 metros de cualquier cosa que pudiera ser transformada en contra de él, claro estaba aquello también era un arma de doble filo, sin embargo, el Ragnarok tenía al menso que ser precavido. Habían algunas rocas cerca de Elvis las cuales quizás podría aprovechar a su tiempo, algunas enredaderas cayendo de los arboles que estaban cerca de ellos. Se preparó quitándose los zapatos quedando descalzo. Se había quedado con la camiseta sin mangas que llevaba debajo de la camisa y los jeans negros.

 

Ladeó la cabeza estudiando la situación. Claro estaba, aquello no sería nada fácil. Hizo una ligera reverencia a Elvis devolviendo la que este había hecho para dar por terminado el formalismo y que al acción comenzará de una vez por todas.

 

-pues veremos que logro recordar –dijo divertido ante las palabras de Elvis- aunque con mi memoria… -movió rápidamente la varita ante el ataque de Elvis quien el había enviado aquella águila. No se inmuto esta vez lo haría bien.

 

-<<Semillas de Hielo>> -pensó sin más provocando que aquel rayo de viento huracanado congelara la hermosa águila que venía a su encuentro.

 

La batalla había dado ya comienzo, sabía que en un primer instante debía atacar con algún efecto para evitar que Elvis le devolviera aquello con su kansho, aunque también estaba la posibilidad de que el Gryffindor usara la vara de cristal contra el cainita. Dibujo una mueca, una vez que contraatacara debería correr con las consecuencias de sus actos por lo que sin perder tiempo decidió que lo mejor en un primer m movimiento era relentizar un poco la situación con su compañero. La verdad no quería utilizar aquello de manera tan raopida pero debía al menos encontrar una buena estrategia y con ello quizás tendría el tiempo suficiente.

 

-vara de cristal –invoco el vampiro para un segundo después observar como su instrumento mágico cambiaba de forma volviéndose transparente para después tomar el color del fuego y la lava ardiente- <<flechas de fuego>> -pensó utilizando el mismo truco que había usado contra el pariente de Polifemo. Gracias a los poderes de la vara de cristal ahora aquella invocación se había convertido en un efecto y aquella andanada de filamentos ardientes impactaría en su compañero de prueba quemándole y haciéndole sangrar de manera grave.

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Las fuerzas del caos son impredecibles. Ni siquiera guerreros que han entrenado toda su vida, como los uzzas, han podido controlarla. La incertidumbre al invocar las ruedas o los señores del caos son algo que a Bakari le apasiona, pero a Khufu, en cambio, le encantan las cosas certeras, lo que puede controlar a su totalidad.

 

Se alegra por Bodrik cuando la buena fortuna la acompaña. Eso le permitirá al guerrero saber si la muchacha era de las que se confiaba al manejar gran poder o si era de las que lo aprovechaban de la mejor forma posible. Ciertamente, en esta ocasión no se decepciona.

 

—Cinaede —dice, imitando a su rival, moviendo su varita a la vez.

 

Al igual que Khufu, Bodrik tendría que realizarse algunas curaciones. Para el guerrero, estar en igualdad de condiciones hacía que los eventos se tornaran más interesantes. Sin embargo, en aquel duelo el guerrero había empezado con algo de desventaja.

 

Solo han pasado unos cuantos segundos cuando el aire empieza a faltar en sus pulmones. Los efectos del gas extraído de los pétalos de pensamientos es letal. Sabe, por experiencia, que no debe retrasar más su curación respectiva. El anapneo que piensa es suficiente para recuperarse y permitirle respirar normalmente otra vez.

 

Empuña la varita mágica en el brazo que lleva el tatuaje con firmeza, evitando los temblores propios de la edad que en ocasiones lo afectan al punto de quitarle la energía; algo que no puede permitirse en enfrentamientos como ese.

 

Por un instante, se percata de Elvis y Hades, confirmando que había hecho lo correcto al emparejarlos en el enfrentamiento. Sus alumnos y él aún tiene un largo camino que recorrer y los "extranjeros" tendrían que demostrar sus capacidades para manejar la magia ancestral. Por lo pronto, todo parece marchar bien.

«Curación» invoca, librándose de algunas molestias. Normalmente, no suele usar aquel hechizo de emergencia tan pronto, pero esta vez no quiere perder tiempo.

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Por unos momentos, habia creído que Hades estaba perdido entre sus pensamientos. De hecho, estaba seguro que en otras ocasiones habia visto que sua habilidades eran mas ágiles. De eso no dudaba, pero a pesar de haber levantado su varita, habia tardado tanto tiempo que el águila ya habia llegado ante él, para desgarrar su rostro. (+24hs) El rayo de todas maneras, congeló a mi animal.

 

Sabia que estaba punto de volver a atacar. Y esta vez, quería llevar un encuentro mucho mas defensivo. Por eso, que antes que intentara continuar haciendo algo, se me ocurrió exclamar --Ignea-- mientras le daba algunas volteretas a mi alrededor para que aquellos polen me rocearan por completo y me volvieran inmune al fuego, a la vez que Hades causaba magia en mi.

 

Los filamentos de fuego no tuvieron que llegar ante mi. Y no sentía el daño que me deberían haber causado, pero si veia los chispazos que producían al estallar sobre mi piel. Me habia protegido ante cualquier fuego. Mi rival habia utilizado la ventaja de la Vara de Cristal.

 

-- Cinaede --ésta vez, levanté mi varita con un poco mas de exageración aunque el poder no lo necesitara. Una voluta de humo verdoso casi enfermizo, explotó alrededor de Hades para ingresar por sus agujeros y de esa manera atravezar hacia el torrente sanguíneo y envenenarlo. Esperaba que sucediera eso porque conllevaria a tomar ventaja.

 

Hades deberia curarse de mi águila y del veneno. Pero eso no significaba que tenia que bajar la guardia. Aferre mi varita, esperando ante cualquier movimiento, observando además, que el duelo entre Bodrik y Khufu tambien estaba siendo activo.

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Hades dibujo una mueca mientras recibía aquel daño causado pro el águila, este, no había sido lo suficientemente rápido como para evitarlo, sin embargo, aquella era una criatura que simplemente no le preocupaba, aquello, no era tan peligroso ni tan profundo como debía ser, sin embargo, sabía que en algún momento tendría que curarse. Elvis se había protegido de manera perfecta de aquel ataque que había lanzado el hijo de la noche y sin perder un segundo este había movido la varita para atacar al Ragnarok.

 

El vampiro sintió rápidamente aquel olor extraño, no era el vital gas que solían usar los muggles, y otras criaturas, y aunque el no lo necesitaba el efecto de aquel veneno era el mismo quisiera o no, había escuchado a el Gryffindor pronunciar aquello y supo que estaba en problemas si no se movía rápidamente, más aun, porque el nivel de Elvis era mucho mayor.

 

-<<Anapneo>> - pensó rápidamente ya que sabía que ante aquella situación el anapneo podía usarse de manera no verbal por lo que sin perder un segundo el cainita ya estaba destapando sus vías respiratorias. Ahora le faltaba realizar las siguientes curaciones y con eso bastaría, claro estaba, todo dependía de cómo sucediera su siguiente jugada -<<curación>> -retumbo en su mente aquel efecto para curarse así de la herida del águila sabiendo que aquella acción no contaría en lo mas mínimo por lo cual aun podía hacer otro movimiento y aprovecharía la virtudes de la abra de cristal ya que aquel sería el segundo turno para utilizar sus poderes -<<obsistens>> -pensó sin más para que aquel cerco luminoso lo cubriera en caso de que Elvis quisiera atacarle directamente, al menso esperaba que esa materia luminosa que lo recubria pudiera parar lo que el Gryffindor le mandara y le diera el tiempo suficiente como para realizar algún otro movimiento que el ayudara.

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Posiblemente para su contrincante había sido una gran sorpresa, pero Bodrik estaba satisfecha con el resultado obtenido gracia a la rueda del caos que había conseguido potenciar su hechizo Obligado a Khufu a reaccionar un poco, pese a su poder impresionante y su notable habilidad. Sin embargo, Bodrik no temía, pese a la posibilidad de terminar muerta a manos del Uzza.

 

En primera instancia el Cinaede había obligado al guerreo a curarse siendo este el verdadero propósito de su primer movimiento y por esa razón su mirada permanecía en el campo de batalla pues cualquier distracción podría significar la muerte y ella estaba determinada a evitarlo sacando el máximo provecho de lo enseñado sobre los ancestros.

 

-Arenas del Hechicero- Pensó, inmediatamente después de ver a su maestro realizar su movimiento. De su varita de fresno surgió el efecto e inmediatamente una especie de polvo hecho de cristales se esparció hacia el guerrero (Khufu) Cegándolo durante dos turnos en los que únicamente podría usar hechizos tipo efecto. El hechizo se adelantaba a su siguiente conjuro.

 

Un gas invisible comenzaba penetrar en sus vías respiratorias gracias al veneno que su rival había enviado en contra suya y es imperante que ella también realice el hechizo de emergencia que le ayudara a recuperar el aliento -Anapneo -piensa con rapidez para destapar sus vías respiratorias y volver a respirar.

 

Una vez se sintió libre nuevamente podía volver a pensar en una nueva maniobra e Inmediatamente después de lanzar su conjuro se movió unos dos metros hacia la izquierda para intentar utilizar mejor el escenario, aunque en verdad no había mucho por hacer gracias al terreno tan agreste, pero aun quedaba mucho por hacer.

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Podia observar como Hades estaba intentando de alguna manera, intentar no perder el control de la situación. Mi veneno gaseoso habia resultado como lo había planteado y estaba seguro, que si éste se desconcertaba con alguna otra cosa, podia costarle la vida.

 

Por eso que mientras restauraba sus vias respiratorias (y se curaba con magia Uzza) levante mi varita, antes que Hades volviera a hacerlo. Lo apun2te al pecho, mientras pensaba en Flechas de Fuego. Un filamento de fuego tras otro, salieron despedido contra mi rival, mientras éste intentaba crear una defensa. Pero al corresponder al mismo tipo de hechizo, se consideraba como un intercambio.

 

Las flechas lo habian impactado. Y claramente necesitaba apagar el fuego encima suyo mientras estaba obligado tambien de curarse. Estaba protegido ahora por aquel muro. No podia hacerle llegar ningún ataque directo. Pero con la magia Uzza que nos habia enseñado Khufu, eso no era motivo de quedarse de brazos cruzados.

 

--Vara de Cristal ¡Expelliarmus!-- la varita volvió a crecer unos dos metros, mientras permanecía tan oscura como la noche, con sus arabescos como serpientes enroscadas y la cabeza de león en la pubta. Mi poder uzza ayudó al rayo a convertirse en efecto. Por lo que el Obsistens era inservible.

 

El Expelliarmus actuo directamente contra Hades, provocando que su varita saliera 4 metros lejos de el. Tenia que curarse y estaba desarmado.

Editado por Elvis F. Gryffindor

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