Jump to content

Prueba de Metamorfomagia #11


Amara Majlis
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Frente a los ojos de Alessandra y en las palmas de las manos de ella, se encontraba un anillo con una incrustación de diamante, la copia exacta del que amara llevaba en su dedo anular, al interior del anillo se hallaba un pergamino con indicaciones. Amara un día antes la había enviado a descansar, hoy era el día en que se iba vincular con su anillo de metamorfomagia, por lo que en el anillo y el pergamino que la rubia sostenía le iban a servir de gran ayuda, Majlis había escrito con una letra pulcra y fina dos puntos concisos al interior del pedazo de papel. El primero era que debía dejar su varita en su habitación y el segundo que debía capturar a aquellos hombres para poder aparecer frente a ella una vez más.

La argelina esperaba que la Delacour pudiera realizar aquella prueba sin poner en peligro su vida, en dado caso de que existiera un peligro para ella, Ali y Mohammed habían cuadrado con la arcana de proteger con todo lo que estuviera al alcance de sus manos a la chica que los iba a ayudar a capturar a los maleantes, pero claro, aquello no era del conocimiento de la Rambaldi, para que ella fuese sumamente cuidadosa con lo que iba a hacer con la ayuda de la habilidad.

Aquella mañana era soleada, los rayos del sol iluminaban gran parte de la reserva, dejando a la mira de los cazadores todos los tigres que había en aquel lugar, en especial aquellos de piel exótica. Eran las siete de la mañana cuando las actividades en la reserva empezaron, había que alimentar a todos los tigres, un total de 42 ejemplares. Tres pequeños golpeteos rítmicos a la puerta de la habitación de Alessandra, Ali llamaba a la puerta para invitar a la bruja a desayunar con ellos, ese día Amara había tenido que regresar a Londres, pero se verían de nuevo frente a las puertas de los portales.

 

—Alessandra, ¿Deseas desayunar? —preguntó el hombre desde el otro lado.

ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • Respuestas 5
  • Creado
  • Última Respuesta

Top participantes en este tema

Alessandra sabía que apartir de ese punto las cosas serían más complicadas, tomó el anillo que tenía un pergamino y se lo colocó en el segundo dedo de su mano derecha dónde permanecería desde ese momento. Leyó el contenido del papel y suspiro, miró su varita de Vid y la dejó en el cajón del escritorio al lado de su cama no sin antes cambiar sus vestimentas. Estaba sentada desde temprano porque le sol la había despertado dándole de llenó en la cara, se había olvidado que había dejado las cortinas corridas porque se había puesto a ver las estrellas para poder dormirse, cuándo golpean la puerta de la habitación.

 

- Buenos días Ali- saludó cuándo abrió la puerta - si por favor- era mejor tener algo en el estómago antes de ir a hacer lo que debía hacer.

 

Mohamed y Ali desayunaron en silencio unas comidas del lugar mientras que ella tenía café, tostadas y unas mermeladas para untar. Ambos morenos debían estar acostumbrados a comer de forma muggle por lo que los imitó y no habló hasta que terminaron, quería ver la forma mejor de poder atrapar a los cazadores, sin que saliera lastimada porque la varita no la llevaría.

 

- Es hora de irme- le avisó a ambos morenos.

 

Alessandra en ese momento cambió su aspecto por él de Kiran Raj, alto, moreno y elegante, su ropa era distinta al del día que vio a Cristian. Salió al exterior dónde la esperaba un auto muy elegante, supuso que se lo habían conseguido para que no sospecharan.

 

 

 

http://3.bp.blogspot.com/-7OFClhJqz_4/UCqpVWQNdBI/AAAAAAAAAJY/eUvLOWwvROI/s400/separador2.gif

Aquella mañana era soleada, los rayos del sol iluminaban gran parte de la reserva, dejando a la mira todos los tigres que había en aquel lugar, en especial aquellos de piel exótica. Akbad y varios hombres más estaban en los bosques que rodeaban a la reserva, el hijo de su jefe, Cristian, los había mandado a cazar a los tigres para darles lo que deseaban a sus clientes.

 

-Vamos muchachos antes de que salgan a alimentarlos- les mandó el hombre robusto.

 

Tres hombres con armas de mira dispararon a tres machos y una cría unos tranquilizantes que los durmieron enseguida, con sus camionetas y las jaulas los subieron y se fueron a llevárselos a sus jefes.

 

- Aquí están señor Kendrick- le avisó Akbad a Cristian.

 

- Muy bien- alabó - llevenlos atrás y maten a los adultos la cría no, con mi padre vendremos en cuatro horas al menos- dijo viendo su reloj.

 

- No traten de comunicarse con nosotros porque no tendremos señal pero no quiero errores entienden- los miró serio.

 

Le gustaba darle miedo a los empleados porque sólo asi trabajaban bien, hacían todo lo que ellos querían y sobre todo le daban el respetó que su familia se merecía. Después de darles las indicaciónes a su mano derecha se fue.

 

 

 

http://3.bp.blogspot.com/-7OFClhJqz_4/UCqpVWQNdBI/AAAAAAAAAJY/eUvLOWwvROI/s400/separador2.gif

Alessandra miró sobre sus hombros cuándo vio a Cristian marcharse, era el momento para entrar tomar a las criaturas vivas y hacer que los mismos empleados confesaran lo que habían hecho, les dirían todos sus secretos a la policía muggle que ella había llamado, después de mucho esfuerzo por aprender a marcar, les darían la dirección y todos los datos de sus jefes y los clientes que conocían.

 

- Es la hora se dijo- con pasos tranquilos llegó a la puerta dónde había tocado el día anterior.

 

-¿Quién es?- preguntó Akbad abriendo la mirilla.

 

- Kiran Raj- aquéllo le resultó un déjà vu.

 

-¿Qué hace aquí?- le preguntó el hombre curiosos y desconfiado abriendo la puerta para que pasará, no quería que la gente estuviera mirando.

 

- Él señor Cristian me ha pedido que venga a ver a los tigres- le dijo al hombre.

 

- Uhm, el señor Kendrick no puede recibir llamas ahora pero tampoco lo tendremos esperando todo el tiempo- se quedó pensando mientras miraba a Kiran hasta que suspiro y le indicó que lo acompañará.

 

Aprovechando él momento Alessandra posó su mano en el hombro del hombreton para dejarle una marca de sangre, -Obedire- susurró y el hombre estaba ya bajo sus órdenes, caminaron en silencio mientras se acercaban a otros dos que estaban vigilando una puerta negra, Kiran se acercó a esos dos hombres y con unas palmadas en los hombros y susurrar otro "Obedire" quedaron bajó sus mandos.

 

- Quiero que vayan a la policia y se entreguen, revelen todo lo que saben y hacen- sacó un frasquito transparente del bolsillo de sus ropas y les vertió un par de gotas en la boca, el veritaserum haría que diera toda la verdad.

 

Después de eso devistio a Akbad y dejó que se marcharán, sólo quedaban los que estaban dentro para hacer lo mismo y así salvar a las criaturas. Cambió su aspecto delgado por uno corpulento, su cabello cortó cambió por una calvicie toda sudorosa y ya Kiran no estaba sino Akbad, se desvistio para ponerse sus ropas y asi con eso entró al cuarto dónde había sólo cuatro hombres, dos tigres adultos estaban en sus jaulas y la cría también.

 

- Akbad ¿Qué pasa?- le preguntó uno que se acercó a Alessandra con preocupación.

 

- Estaban pidiendo limosnas- le respondió con soltura.

 

Apoyó su mano en el hombro del joven y volvió a usar la marca mientras se acercaban a los otros tres a los cuáles tocó sus brazos, "-Obedire- y les obligó a tomar a los tigres y llevarlos a la camioneta, una vez que eso estaba listo hizo que fueran a la Policía no sin antes darles veritaserum también y que siguieran a sus compañeros.

 

Dejó que el auto la llevará con Mohamed y Ali pero al bajarde del vehículo aparecio frente a la Arcana.

 

- Ya terminó? - le preguntó a Alessandra a Amara mientras cambiaba su aspecto de hombre por el suyo.

Editado por Alessandra G. Delacour

8Ld9VUG.gif| Teta-Darla-4.gif 

44SykDH.jpg

GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Amara esperaba a su pupila al inicio de la segunda prueba de tres que debía cruzar la Delacour para llegar hasta el portal de la metamorfomagia, tras ver como Alessandra lograba capturar a los hombres que traficaban en el mercado negro de pieles y animales exóticos, lo había hecho bastante bien y sin ponerse en peligro, situación que le daba bastante gusto a la argelina pues no había tenido que intervenir ante aquella prueba.

Majlis le dedicó una sonrisa a la mujer rubia frente a ella, a sus espaldas se encontraba una pequeña balsa donde sólo podía estar una persona con ciertas características. La persona dentro de la balsa no debía medir más 90 cm de altura y pesar a un poco más de 40 Kg, Alessandra bien se podía convertir en un infante o en un enano, la elección estaba en ella y en cómo iba a cruzar el cuerpo fluvial hasta la entrada a la pirámide.

La tercera prueba empezaba cuando al llegar al otro lado se apreciaba una pequeña botella de cristal con el contenido de un líquido verde que le haría perder todos sus recuerdos de la magia, para después trasladarla a un momento de su adolescencia donde con ayuda de la metamorfomagia debía salir airosa de alguna situación donde tuviera una figura de autoridad frente a ella, podía ser un profesor de asignatura en Hogwarts, sus padres, alguna autoridad del ministerio la elección del momento dependía un tanto de ella.

Para después llegar a la puerta de la habilidad y volverse a encontrar con la Arcana Majlis, ahí Amara le estaría esperando con un anillo de plata con un diamante incrustado, muy parecido al anillo que ella llevaba consigo y al cual se debía vincular para ser una metamorfomaga completa.

Las pruebas que has pasado a lo largo del camino han sido bastante sencillas, la prueba del portal es un desafío personal. ¿Está lista para vincularte con el anillo de la metamorfomagia? —preguntó mientras le mostraba el anillo que tenía en las manos y se lo entregaba mientras el portal de la habilidad se abría a la espalda de la Arcana cuando la Rambaldi respondiera afirmativamente a su pregunta.
ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Alessandra observó la sonrisa de la Arcana algo confundida ya que no le había dicho nada pero al girarse vio una balsa bastante pequeña, sin duda no podía ingresar con su aspecto actual sino que tendria que tener menos altura y al hacerlo reduciría su peso.

 

Al volver su vista a Majlis grande fue su sorpresa que ya no estaba, con un suspiro supo lo que debía hacer, con la Metamorfomagia empezó a perder altura a menos del metro para entrar en la balsa al terminar se veía pequeña cómo una niña pero su rostro seguía cómo el de una adulta, era mejor asi parecerse a un enano ya que necesitaba fuerza en los brazos más que fijarse en la apariencia, no encontro necesario cambiarse de ropa ya que no caminaria.

 

Tomó el remo y con cuidado empujo la balsa al agua dónde se metió y comenzó a remar hasta llegar a la pirámide que estaba a pocos metros de dónde estaba ella, al menos el caminó era fácil y tranquilo, el sol le quemaba la piel pero no podía quejarse, no había animales submarinos queriendo atacar o algún mago loco, aún asi le hubiera gustado un poco de compañía, remo y remo por al menos treinta minutos bajó el calor, seguro que cuándo aquéllo terminara tendría un buen bronceado.

 

Al llegar al otro lado dónde parecía que se podía ingresar a la pirámide había una mesa de té pequeña con un frasco que brillaba bajo el sol del momento, Alessandra salió de la balsa y cambió su aspecto al de ella misma, le dolían un poco los brazos pero no podía detenerse ahora que estaba muy cerca.

 

- Sólo un poco más- se animó a ella misma frotandose los hombros.

 

Caminó hasta estar frente al líquido verde, no había alguna nota de la Arcana de lo que pasaría pero si quería llegar al portal debía beberlo cómo indicaba la pequeña nota enganchada al frasquito de cristal <<Bebeme>> leyó.

 

-Si puedo- susurró destapando el frasco y bebiendo el líquido.

 

- Puaj, que asco coles- no se había esperado aquéllo, pensó que sería una poción normal pero su sabor era horrible porque sabía a Coles herbidas.

 

Cuándo el sabor a col se desvaneció comenzó a olvidar cosas, cosas importantes al menos era lo que creía, recordaba a su familia, sus hijos y todo pero no lo que hacían, trabajaba en un lugar ¿dónde se curaba a la gente o era que debía revisar negocios? No estaba muy segura pero ya no importaba porque después de cerrar los ojos fuertes ante el dolor de cabeza que tenía los abrió con sorpresa al ver que era una adolescente de 16 años en la que estaba con su madre adoptiva Laimi.

 

-¿Qué pasa?- se preguntó mirando a su alrededor.

 

- Qué está pasando? Enserio? - le miró furiosa agitando unos papeles frente suyo - cómo has sido tan irresponsable Alessandra, embarazarte a está edad....- el rostro de la Evans estaba rojo de la furia que no sabía cómo hacer para que la Delacour entendiera.

 

- Yo...yo- no sabía que decirle.

 

Sus ojos se llenaron de lágrimas al ver el despreció que la mujer que la crió le daba, sabía que no era su madre de sangre ya que la había abandonado la mujer que la trajo al mundo pero el cariño era genuino el que sentía por Laimi, salvó que la peli azul siempre le había dicho que era igual a su madre biológica y aquéllo era un puñal en el corazón.

 

-Matarás al niño ese ahora mismo- le dijo dándole un líquido bordó.

 

Era más rojo que la sangre y no olía bien, Alessandra se llevó una mano a la boca cómo si fuera a vomitar y salió corriendo ante los gritos de Laimi tras suyo, la seguía lo sabía pero la Rambaldi era más rápida y se metió a su cuarto cerrandolo con llave, los golpes detrás de la puerta la hizo entrar en pánico cuándo pasó frente al espejo vio que su cabello no era rubio sino de un negro intenso cómo la noche y sus ojos igual. No dudo al ver su nueva imagen en escapar y sacó las sábanas de la cama para atarlas saliendo por la ventana trapandola hasta tocar el suelo dónde corrió hasta llegar a las rejas de la entrada pero antes de salir se topó con Marabella, una "tía" bastante desagradable a su gustó ya que se metía siempre en cosas suyas, cuándo pasó a su lado Alessandra agachó la cabeza por si la reconocía aunque no tenía el aspecto de ella misma al salir por la reja hecho a correr mezclándose entré una multitud de personas que iban y venían sin prestar atención.

 

- Creó que lo logramos- susurro palmeandose el vientre.

 

No sabía cómo era que su cabello y ojos habían cambiado pero se alegró un montón que asi fuera, llegó a una tienda dónde pidió ir al baño, al mirarse en el espejo noto más cambios en su cuerpo, había notado que antes de toparse con Marabella su piel se había oscurecido y al verse ahora asi era, el ruido de la puerta del baño abrirse hizo que se escondiera en el baño de la última fila dónde su madre Laimi discutía con la pelirroja. Alessandra con pánico cerró sus ojos y se concentró en pensar en una mujer de cabello castaño oscuro, ojos marrones, piel oscura y de unos treinta años de edad, dándose un aspecto completamente nuevo.

 

Segura de que no, notarian su parecido con la rubia de ojos azules piel blanca que era salió topandose con ambas féminas que la miraron con desdén. Ignorandolas se labo las manos y se marchó a una estación de tren a una cuadra, sacó un boleto y entró a un cubículo sola pero cuándo se relajó ya no estaba en el tren sino frente a una mujer que no recordó hasta que le hizo la pregunta que estaba esperando hace bastante.

 

- Arcana- grito felíz de ver a Amara y de ver que estaba en la pirámide.

 

No tenía otro recuerdo que haber usado una balsa y ahora, encontrarse con la mujer nuevamente pero está vez en la pirámide, Alessandra se vio que tenía otra apariencia de alguien de más edad pero volvió a cambiar siendo la rubia de siempre.

 

- Si, estoy lista para unirme a la habilidad- le respondió segura.

8Ld9VUG.gif| Teta-Darla-4.gif 

44SykDH.jpg

GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El tiempo, en el portal transcurría tan rápido o tan lento como las personas lo decidieran. Un día dentro del portal podía ser un minuto fuera o bien podía ser un mes. Pero el tiempo fuera de este transcurría de manera normal, así que la Arcana esperaba que las elecciones fueran tomadas con rapidez. La prueba del portal era tan volátil y tan cambiante como la personalidad de cada individuo que entraba a cada una de las 7 puertas.

Amara había visto a lo largo de su estancia en Londres, el paso de varios jóvenes entrar a realizar su prueba de vinculación con la Habilidad de Metamorfomagia, por lo que sabía que ninguna prueba era igual a la otra. Algunos regresaban a su infancia, otros se dejaban llevar más por sus sentimientos y otros más por algún suceso que podría cambiar su vida. Situación que había pasado con sus dos últimas alumnas.

La arcana no tenía idea de lo que podía presentársele a la fémina de cabellos rubios, simplemente esperaba que aquella mujer tuviese una buena actitud y realizara la prueba de la mejor manera para que logrará vincularse con el anillo que tenía en su mano. Claro si ella necesitaba ayuda o quería ser rescatada, Majlis con mucho gusto la sacaría de aquel lugar, pero no iba a poder volver a entrar.

La argelina esperaba con paciencia que la Delacour le mostrará un poco de lo que sería su prueba, esta podría estar en un universo paralelo, en un suceso de su pasado o en algo que sería un parteaguas de su futuro. Lo importante no era tanto en qué momento estaba llevándose a cabo la prueba, si no el cómo lo iba a lograr. De qué manera iba a hacer uso de la Metamorfomagia.

Tu puedes pequeña. —dijo. Mientras la esperaba que Alessandra terminará su prueba de vinculación.
ySe9y8A.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Alessandra observó cómo el portal se abría frente suyo con nerviosismo, era lo que había estado esperando hace bastante pero era difícil no hacerlo llegado a ese punto. Miró a la Arcana una última vez de reojo y cruzó el portal.

 

Su cara contra la pared fue lo primero que sintió cuándo pasó y el suelo fue lo siguiente, el olor a polvo, agua sucia y ruido en algún punto del lugar dónde estaba la desoriento por completo. Tambaleandose se puso de pié frotándose la nariz dolorida mirando a su al rededor, el cuarto le sonaba de algo y su memoria hizo la conexión enseguida.

 

- Penélope- gimio al recordar a la muchacha guapa de cabellos negros.

 

Era el mismo cuarto que la Arcana le había mandado la primera vez para ver si tenía la habilidad, descubriendo asi algo de una antigua vida sin recuerdos. Lo último que supo había sido que la madre de la muchacha la había regañado por haber dejado que sus sentimientos la abrumaran perdiendo el control de ella misma.

 

- Penélope, apurate muchacha que aún debemos acearnos para ir a la plaza- llamó su madre.

 

- Si, ya voy, ya voy- le respondió su hija.

 

Hasta ese momento Alessandra no se dio cuenta que no era Penélope sino ella y que la verdadera iba directo a su cuarto. Miró a todos lados alarmadas dándose cuenta que nisiquiera su varita tenía para al menos desaparecerse. Su corazón latía muy deprisa y se arrojó al baño para tener unos minutos y pensar con claridad. El ruido de la puerta al cerrarse alertó a la verdadera Penélope que gritó y salió corriendo, sabiendo que era el único momento que tenía antes de que la atrapatan salió del baño y del cuerto a uno que estaba al lado oscuro, cerró la puerta está vez con cuidado para no llamar la atención a los pasos apesurados y gritos de hombres amenazandola con llevarla a la horca.

 

Alessandra observó el lugar tratando de que sus ojos se acostumbren a la oscuridad, había rendijas por todo el cuarto cuándo diviso ropa, pilas y pilas de ropa de hombre, se desvistio para ponerse unos pantalones de algodón marrones, una camisa blanca, un chaleco negro y unas botas negras. Cuándo estuvo lista cambió su aspecto, su piel adquirió un tono más tostado, su cabello largo se pegó al cráneo con un color negro cómo la noche al igual que sus ojos, sus labios se hicieron finos y menos llamativos.

 

La figura femenina de hace unos segundos cambió por una masculina joven de apenas unos dieciséis años. Asi no llamaría la atención y podría pasar desapercibido, asi podría ver porque fue a esa época ¿sería para ayudar a alguien?. Una vez que su imagen era distinta, agudizó su oído la gente del otro lado se habían puesto a buscar al intruso, Alessandra abrió la ventana del cuarto que daba a un patio trasero, apenas de la ventana al suelo había dos metros a los cuáles saltó y hecho a correr.

 

 

 

http://3.bp.blogspot.com/-7OFClhJqz_4/UCqpVWQNdBI/AAAAAAAAAJY/eUvLOWwvROI/s400/separador2.gif

Alessandra había llegado al pueblo muy rápido, ya que la posada y el pueblo no estaban muy lejos apenas unos pocos metros. La gente pasaba sin prestarle atención pero realmente ella tampoco lo hacía sino miraba cómo se congregaron frente a alguien o algo.

 

Alessandra curiosa se acercó también para ver a una niña de no más de ocho años llorando, lastimada mientras que la gente a su alrededor le arrojaba cosas y le agritaban groserías y "bruja". Molestaba deseó tener la varita y maldecir a todas esas personas ante el horrible trato que tenían con la pequeña porque había madres con niños pequeños que también le gritaban a la pequeña.

 

- Está muchacha fue entregada por sus padres cuándo la descubrieron hacer brujería- gritó a pueblo un hombre vestido de negro con una extraña gorra.

 

-"Quemen a la bruja"- gritaban la mitad.

 

-"llevenla a la horca"- lo hacían otros.

 

-"Matenla antes de que maldiga a nuestros niños"- chillaba la madre.

 

Alessandra soltó un gruñido pero los gritos lo habían amortiguado, el hombre que estaba al lado de la niña los miraba satisfecho lo que hizo que su sangre hirviera enojada e indignada.

 

-Hoy a la tardé la bruja será quemada- anunció a todos.

 

Alessandra achico los ojos trasando un plan para poder liberar a la niña, miró cómo otros hombres la tomaban con brusquedad y la llevaban a la iglesia, que tenía una gran cruz de madera pegada en lo que pudo ser un ático, con disimulo al ver que la gente se agrupaba frente al párroco se desvió a la parte trasera de las casas para sacar a la niña sin que nadie la vea.

 

- Genial- gruño sola en voz baja.

 

Había una sola ventana pequeña cerca del suelo, de la complexión de un niño, en la que podía entrar al sótano dónde estaba la muchacha llorando, con cuidado cambió su apariencia adulta por la de un niño flacucho de ocho años, dejó el cabello negro cómo sus ojos y su rostro adquirió una forma ovalada pero menos adulta, esperaba que la niña con esa apariencia aceptará irse con ella.

 

-Oye, niña- llamó el pequeño golpeando la ventana.

 

- Quién eres?- le preguntó dudosa con el cuerpo temblando completamente.

 

- Yo...yo he escuchado que los brujos conceden deseos si les ayudas- había estado tan concentrada que ni cuenta se había dado que le diría a la niña - asi que quiero ayudarte para que me des mi deseo- le dijo.

 

Tomó los pantalones ,que le quedaban enormes, y se metio por la venta quedando la mitad de su cuerpo colgado y la otra mitad fuera, la niña al ver eso se puso a buscar unos cajones y lo ayudó a pasar tirando de él pero en vez de poder apoyarse sobre las cajas calleron al suelo produciendo mucho ruido cuándo las cajas y unos palos calleron al suelo.

 

Uno de los hombres entró al lugar por el ruido cuándo encontró a los dos niños en el suelo jadeando por el esfuerzo, Alessandra no lo dudo tomó un palo y se lo dio por la cabeza, a fin de cuenta no era muy grande de cerca y tampoco corpulento. Pero seguía de pie asi que la niña, quién aún no sabía su nombre, con sus manos hizo levitar una piedra grande de afuera para meterla por la ventana y se le callera en la cabeza al desconocido.

 

- Si haces magia- gimio Alessandra sorprendida que realmente atraparan a una niña bruja.

 

- Mis padres son normales por eso no les importó darme- comenzó a llorar - realmente nunca les importe, siempre me pegaban- lloriqueo.

 

- Pero entonces, ¿que hacemos?- se preguntó Alessandra.

 

- Mi tía vive afuera del pueblo, ella se suponían que vendría a rescatarme- le miró suplicante -soy Aldara-

 

- Thomas- le respondió cómo si nada mirando al hombre caído.

 

Tomó la mano de la niña y salieron por la ventana, debían ser cuidadosos si no querían ser atrapados. Con el corazón en la boca y las ropas más grande avanzaron hasta una carreta con paja, dos hombres hablaban de forma muy acalorada pero Thomas/Alessandra decidió que sería mejor asi no los ven entrar.

 

- Debemos entrar si queremos que no, nos atrapen- se defendió antes de que Aldara replicara.

 

Con cuidado se metieron dentro de la paja, pinchandose el ojo y otras partes del cuerpo la carreta cobró vida y comenzaron a salir del pueblo.

 

- ¿Dónde está la casa de tu tia?- le preguntó a lo que la niña señaló con el dedo.

 

La casa en dónde vivía Penélope, Thomas/Alessandra miró a la niña por primera vez, era familiar suyo, una extraña sensación le recorrió el cuerpo, no era una ilusión aquéllo, había alterado el tiempo. Aldara le jalo de la mano para caerse de la carreta a la callé pero Alessandra seguía sin reaccionar, no recordaba nada de eso, no sabía si había salvado a su prima o había muerto esa tardé.

 

- Estás bien?- le preguntó dudosa la niña morena de los mismos ojos que Penélope.

 

- Si, ve y vete con tu Tia- sin esperar respuesta Alessandra hecho acorrer dejando atrás los gritos de Aldara.

 

Esperaba que la Arcana la sacara pronto de ahi, debia...ella, tenia que tener respuestas de eso con urgencia.

Editado por Alessandra G. Delacour

8Ld9VUG.gif| Teta-Darla-4.gif 

44SykDH.jpg

GSV2021-Sx-Ly-K-2.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.