La libélula encantada (MM B: 111815)

[justo]

Recorriamos el local. El patio central nos parecio absolutamente encantador. Pasamos a la biblioteca y nos dedicamos a recorrerla viendo todos y cada uno de los volúmenes. No cabe duda de que el estaba encantado porque era tan bibliófilo como yo.

 

- Esto es una maravilla ¿no crees?

 

- Si. Me recuerda a la biblioteca de Hogwarts.

 

- ¡Ah, Hogwarts! ---añadió con aire soñador--- ¿sabes una cosa? la echo de menos.

 

- Toma, y yo.

 

- Echo de menos a Albus, pero tu le conocias de mas tiempo ¿no?

 

- Si. Yo lo conoci cuando era un joven talento, en Egipto.

 

- ¡No me digas! Nunca me lo habias contado.

 

- Fue hace mucho tiempo, en un congreso de alquimia. También estaban los Flammel.

 

- Pues espero que me lo cuentes.

 

- Encantado, presta atención....

[Dennis Delacour]

Katy

 

La rubia había dado justo en el clavo al ubicar a la linda pareja cerca de los rosales, estaban realmente encantados con el lugar y eso se les notaba en la sonrisa que se veía iluminada en sus rostros. Escuchar a la joven decir que habían hecho un hermoso lugar allí la hizo sentirse orgullosa de ser parte de ese proyecto tan prometedor como lo era la Libélula Encantada.

 

Cuando el joven le pregunto si se notaría si faltaba una rosa no pudo evitar sonreír — Créalo que no tendríamos ningún problema con eso señor siempre y cuando sea por una buena causa y en este caso viendo lo enamorados que están creo que es una hermosa causa — dijo mientras observaba a la feliz pareja.

 

Se excuso un momento para ir a traer la carta de la cafetería, pero cuando regreso a la mesa les llevaba a la pareja un detalle de la casa — Es un te de frutos rojos especialidad de la casa, esperamos les guste — dijo mientras ponía la carta frente a ellos — tenemos variedad de platos y pastelería, pidan lo que gusten y si no lo tenemos igual podemos prepararlo, siempre queremos atender lo mejor posible a nuestros visitantes — dijo sonriendo y esperando que disfrutaran su visita al lugar.

 

@@Darla Potter Black @@Seba Granger

[justo]

-Pues resulta que Taggar, ya sabes que es, organizo a nivel mundial unas jornadas de alquimia en Luxor. Estariamos en una finca privada, al abrigo de miradas muggles. Vinieron magos y brujas de todas partes. Yo estuve allí con los Flammel.

 

- Apasionante, cuenta mas.

 

- De Inglaterra vino un joven mago talentoso, Albus Dumbledore, reciente descubridor de los 12 usos de la sangre de dragon. Ya era aficionado a la alquimia y fuimos a la conferencia que dio sobre su descubrimiento.

 

- ¿Y que paso?

 

- Tras la conferencia ya sabes que se forman corrillos, nos presentamos y congeniamos. Seguimos juntos a la hora de comer y luego, por la tarde, fuimos a la segunda gran pasión de Albus, los bolos.

 

- ¿Los bolos?

 

- Si, ¿no lo sabias? Figura en su cromo de las ranas de chocolate. Era un gran jugador pero yo tampoco soy malo, nos divertimos mucho esa tarde. Por la noche pasamos largas horas hablando de alquimia, Albus quería saber si la Gran Obra consumia mucho tiempo y yo le explique que la via seca es muy rápida, en 4 horas puede hacerse.

 

- Interesantisimo, sigue, por favor...

[Seba Granger]

Sonreí a mi novia con su suave caricia en mi mano, -De nada mi amor- respondí bajito mientras me colocaba frente a ella, aunque para mi gusto si había quedado un poco lejos de mi novia.

La respuesta de Katy la chica que tan amablemente nos atendía no demoro mucho, así que si podría sacar una rosa para Darla ella podía ser la mejor causa para aquellas rosas, ademas que a mi prometida le gustaban.

-Muchas gracias, eres muy amable- respondía a la bruja, y aproveche al instante cuando ella se retiraba para traernos el menú para con cuidado quitar una rosa, procure sacar la espina que me había clavado y se la entregue a mi amada.

Observe lo que nos traía aparte del menú, el aroma a te me encantaba siempre lo había preferido al café así que siempre que podía disfrutaba de una taza de el, fuera frió o caliente era un agrado para el paladar.

-Gracias, seguro que lo disfrutaremos- respondí una vez mas a Kathy, para luego beber un poco de este.

-¿Que quieres comer mi amor?- ojee por un momento la carta para ver que podía pedir.

[justo]

- Hablamos mucho esa noche. Albus era un conversador infatigable y yo, ya sabes como soy. La conversación derivo hacia el tema de las mascotas y las criaturas que podían encontrarse en Egipto, pero como estábamos cansados lo dejamos para el dia siguiente.

 

- Pero, tu no necesitas dormir.

 

- Ya, pero Albus si y una elemental norma de cortesía es no dejarlo traslucir a los demás.

 

- Entiendo, perdona. Sigue por favor...

 

- Pues, al dia siguiente seguimos con las actividades, Albus se pego definitivamente a nosotros y no nos dejo en todo el Congreso. El tema de las criaturas parecía apasionarle y entonces salio a relucir lo del Fénix. Albus quería uno y yo me ofreci a conseguírselo.

 

- ¿Y como?

 

- Pues...los Fénix no viven en Egipto sino en Etiopia, aunque también los hay en Nubia. Cuando el Congreso termino, los Flammel regresaron a Europa y Albus y Yo cogimos un barco en dirección sur. Pasamos junto a File y avanzamos hacia Abu Simbel.

 

- ¿Y `por que no os aparecisteis?

 

- ¿Donde? Buscábamos un Fénix ¿Dónde íbamos a aparecernos?

 

- Ah, claro, no había caído.

 

- Deberias estar mas atento.

 

- Vale, perdona, continua...

[Dennis Delacour]

Katy

 

La rubia se alejo un poco de la mesa de la adorable pareja para dejarlos decidir lo que ordenarían en su primera visita a la cafetería de la Libélula Encantada, así que mientras era necesaria nuevamente se dirigió al área de pastelería para asegurarse de que todo luciera perfecto para antojar a los visitantes al centro cultural. Se habían esmerado por abarcar una gran variedad de pasteles y postres de diversas partes del mundo para poder dar en el gusto de cada una de las personas que pasaran por el lugar. Aunque en cuanto a postres la especialidad sin duda alguna era de la cocina francesa.

 

En cuanto a los platillos principales tenían gastronomía italiana, hindú, griega, sudamericana, francesa y por supuesto inglesa. A pesar de que la cafetería era solo una parte muy pequeña del centro cultural querían hacer sentir a sus visitantes muy bien recibidos y que los recordaran ya fuera por sus talleres, biblioteca o por sus deliciosos platos.

 

Aunque lo que más orgullo les daba era sus variedades de te, y aún más las de café traídos de Sudamérica en especial de Colombia, tenían desde los granos mas suaves hasta los que daban un café fuerte y bastante aromático. La joven observo el lugar mientras su rostro dibujaba una sonrisa de satisfacción, realmente iba a disfrutar su trabajo en ese lugar.

[justo]

- Nuestro barco navegaba hacia el sur con buen viento, pasamos el Sund, que es un enorme pantano, y remontamos el Nilo azul.

 

- ¿El Nilo azul?

 

- El Nilo son dos ríos en uno, el azul y el blanco. Nosotros fuimos en el azul, mi objetivo era el lago Tana.

 

- ¿Por que ese lago?

 

- Porque allí nace el azul. Y esta rodeado de montañas. El caso es que desembocamos en el lago y allí, en una montaña cercana, encontramos a Fawkes .

 

- ¿Y que paso?

 

- Que nos separamos, Albus y su Fénix se desaparecieron en dirección a Hogsmeade y yo embarque de nuevo rumbo a Luxor.

 

- ¿Por que ibas solo?

 

- Tenia algo que hacer.

 

- ¿Qué cosa?

 

- Mejor que no lo sepas.

[Darla G Dumbledore]

Darla se sentía feliz y aún sonreía por escuchar las palabras de su novio pero aún más al escuchar la respuesta de la rubia que los atendía. Katy había sido muy amable con ellos y había logrado arrancar una nueva sonrisa y un muchas gracias de los labios de la pelirroja.

 

—Es muy amable y simpática —comentó Darla viendo a Seba con amor mientras la rubia iba en busca de la carta del lugar.

 

—Auch —susurró al ver como su novio se quitaba una espina, con cuidado, tomó la bella rosa y luego la mano de Seba, besándola suavecito y pasando su lengua, con delicadeza, sobre el pinchazo, ronroneo con el sabor de la sangre y vio como el dedo sanaba despacito, nunca entendería cómo lo lograban —Gracias mi amor, es preciosa —susurró dando otro besito al dedo de su amado y acomodando la rosa junto a ella, el aroma dulce se mezcló con el de una gotita de sangre que había manchado el tallo.

 

—Muchísimas gracias —dijo Darla al ver la atención, el aroma que surgía de la taza era delicioso, haciendo llegar a su olfato los diversos tonos de arándanos, frutilla y fresas.

 

Darla escuchó la pregunta de Seba y quedó pensativa unos segundos mientras revisaba los nombres que había en la carta que Katy les había ofrecido, tomó un sorbo de té antes de responder.

 

—Podríamos compartir una porción de lemon pie o un chase cake bañado en chocolate blanco y otra de algún postre o algo salado si lo prefieres, ¿te parece que lo elijas tú mi amor? ¿qué dices? —ofreció la vampiresa a su novio, mientras una de sus manos acariciaba la de él y la otra la rosa cuyo aroma se mezclaba con el metálico de la sangre que la manchaba y el dulce aroma del té.

 

—Te amo mucho ¿sabías? —susurró la bruja cuando Katy se alejó para darles tiempo a elegir que pedirían.

[justo]

- ¡Vaya! ¿Es un secreto?

 

- Digamos que hay cosas que es mejor que no conozcas. No es que no me fio de ti, es que es un secreto que no me pertenece. Quizas mas adelante te pueda explicar algo pero, por el momento, no puede ser.

 

- Te has puesto muy misterioso.

 

- Veras, hay grupos muy discretos a los que solo se puede contactar si estas iniciado. Yo lo estoy, tu no. No es nada personal, es solo que tienen sus reglas.

 

- Algunas veces creo que te me escapas, que no te conozco realmente.

 

- No andas muy descaminado. He vivido de todo, y no por eso lo he revelado todo sobre mi.

 

- O sea, que no es cuestión de confianza.

 

- No. Creeme.

[Seba Granger]

Ronronee a mi novia casi dejando escapar un suave gemido cuando esta chupaba mi dedo donde antes había estado la espina que había quitado de la rosa de mi dueña, mordí un poco mi labio.

-De nada mi amor, tu eres aun mas hermosa- observe cuando nuestra amable anfitriona Katty se retiraba por un momento.

Escuche las opciones que me daba Darla para comer, la verdad que había mirado un poco la carta pero sin tomarle mucha atención lo único que quería en esos momentos era estar con mi chica, el poder disfrutar de su compañía me llenaba de energía.

-Me parece el pie mi amor, me gusta mucho ese sabor entre dulce y ácido- por un leve momento me había parecido que el color de sus ojos había cambiado, mire hacía la rosa y vi por que era.

-Creo que algo de eso me has dicho en todos nuestros años juntos, Yo te amo mucho mas ¿Sabias?- mordí una vez mas mi labio, esta vez dejando que saliera un poco de sangre, cogí su barbilla con mi mano derecha y la bese con ternura dando un poco mas de mi.