Libro de la Sangre XXVI

[Dennis Delacour]

Habían logrado defenderse de las criaturas de grandes colmillos y salir ilesos de aquella prueba, bueno al menos en general, un par de rasguños y moretones eran el resultado del enfrentamiento y los golpes sufridos, pero no era algo más severo que si se hubiese caído de su escoba o de una moto mágica, no necesitaba curarlos ya que eran simples recordatorios de que las cosas no iba a ser nada fáciles, eso que habían enfrentado no era mas que un abre bocas de lo que el vampiro les tendría preparados para enfrentar si querían vincularse al libro. Solo necesitas ser valiente y resistir, se dijo así misma conforme retomaba el camino justo un par de metros detrás de su profesor, veía la silueta del mago mientras daba pasos firmes en su dirección.

 

En el trayecto escucho las palabras del Ragnarok sobre que debería aprender por las buenas ah no ser que quisieran hacerlo por las malas, y sabía que viniendo del mago eso era una advertencia a algo complicado y sufrido, el no era el que te dejaba las cosas sencillas, sabía de buena fuente que el sacaría lo necesario de ti para poder aprender del libro o te despacharía herido y avergonzado sino lograbas conseguirlo. Era un gran mago pero estricto como nadie en lo que se trataba de su trabajo.

 

Meditaba cada una de las palabras, debía hacerlo de manera excepcional si quería llegar al final de todo, aquí no iba a importar el dolor sino salir victoriosa. Llegaron a una especia de caverna que parecía estar demasiado silenciosa y eso nunca era bueno, el mago les había tomado un poco mas de ventaja, ella caminaba y cada tanto giraba para buscar con la mirada a su hermano.

 

Más adelante unos espíritus parecían marcharse, tal vez estaban teniendo alguna conversación con el mago, ya que después de que el continuara su camino empezaron a desaparecer. Siguió su camino por lo que parecía la orilla de una especie de lago, de pronto el agua que había estado tranquila empezó a revolverse hasta que de ellas salieron manos en descomposición que poco a poco fueron dando paso a una gran cantidad de inferis.

 

Retrocedió varios pasos hasta llegar junto a su hermano y tomándolo del brazo dejo la marca de sangre que tenía el tamaño de su mano y la forma del rostro de un zorro, — Obedire — dijo mientras miraba fijamente al mago, y estableciendo un vinculo mental le dio una orden que mas que eso era un compromiso, < Luchas a mi lado y solo te marchas si es conmigo > no quería dominarle simplemente que sirviera de motivación para luchar juntos y que no la dejara atrás.

 

Dedicándole una sonrisa a Djvash volvió la mirada al frente hacía donde cada vez estaban mas cercas las criaturas y apuntando su varita con decisión dijo — Incendio — de la punta de su varita salieron llamas en dirección a las criaturas, repitió el hechizo varias veces tratando de alejarlas, no iban a dejar que nada los frenara.

[djvash Asturias]

Era bien sabido que el vincularse con el libro de la sangre me consumiría de más, ya lo había intentado en una ocasión y había fracasado, escuché las palabras del Ragnarok mientras caminabamos a lo que parecía una cueva, de vez en cuando miraba a mi hermanita, para mí todas eran más pequeñas, y no hipotéticamente, si no realmente, mi sangre Lican me hacía ver más joven pero en si ya era de alma vieja.

 

Los peligros que ahora nos acechaban no me daban preocupación por mí si no por mí hermanita, sonreí cuando la ví mirarme. Nuevamente ese recordatorio del profesor sobre aprender a la buena me puso algo tenso, pero nada que no pudiera sobre llevar. Los mire al entrar a la cueva, a lo lejos el vampiro se dirigió con unas almas, las cuales después de una breve plática lo dejaron acceder.

 

El agua se agitó y las manos esqueléticas salían del lugar. Dennis no perdió la oportunidad y tras tocarme sentí el hechizo, algo raro, pero todo indicaba que era la única opción que tenia, nunca dejaría atrás a la rubia. *la familia es primero* pensaba levantando a Zharr.

 

Sin dejar de visualizar a las criaturas que salían apunte a la roca de la que se impulsan --<Morphos>[\b] la misma tomo la forma de un cocodrilo que empezó a comer la cadáveres que salían, la ojiazul ya había empezado con el fuego, algo lógico pero que no nos ayudaría a mucho.

 

Mire el lugar todo estaba oscuro, pero el fuego me permitía mirar más allá, sin pensarlo apuntando a un grupo más de piedras volví a pronunciar el hechizo anterior, no quería que se acercarán a nosotros --<Morphos>[/] en esta ocasión el grupo de piedras se convirtieron en un par de toros, los mismos se dirigieron a gran velocidad para impactar a los inferis.

 

--Vaya, la hora de la diversión a llegado le dije apunte a los toros que venían de regreso con la embestida y pronuncie <Engorgio> uno de los dos aumentó su tamaño y enviarlo mas de los que había hecho en la primera ocasión.

 

--Diviertete sis le dije al ver su rostro pensativa.