Jump to content

Castillo Snegovik (MM B: 111885)


Leah Snegovik
 Compartir

Publicaciones recomendadas

La vuelapluma ondeaba en el aire sin que ella emitiera sonido alguno. Todo lo que estaba redactando era aleatorio, una opinión inanimada de un tema que, en términos generales, era importante. Por supuesto, a ella la tenía sin cuidado. El ejemplar de "El Profeta" estaba ante sus ojos, doblado a la mitad mientras bebía una copa. Leía un artículo sobre las relaciones entre Gran Bretaña y los gobiernos árabes cuando escuchó los pasos lejanos de Sísifo. Se había acostumbrado tanto a no escucharlo que a veces lograba asustarla, aún cuando eran pisadas suaves. Para no gustarle bailar, tenía un andar bastante grácil. Alzó la mirada cuando entró a la habitación.

-¿Buscas un libro? -ensanchó una sonrisa.

Echaba de menos a Oniria, se reflejaba en el tiempo que pasaba en la sala de estar. Con el olor a tinta y polvo. Habían pasado semanas desde que habían estado juntas... Con Arya. El pensamiento turbó su cabeza. Sí. Había pasado casi un mes. Volvió los ojos al periódico, solo para pasar la página y dejar de ver la molesta fotografía mágica en donde acosaban con flashes una y otra vez al Ministro de Emiratos. Y fue cuando prestó atención a la fecha bajo la fotografía. Más de un mes había pasado desde que había estado con Oniria y todo ese mes había estado con Sísifo... Empezó a ponerse azul lentamente. Tenía un mes de retraso.

-¿Uhm?

Sísifo no había dicho nada pero ella pensó que sí.


@@Oniria Editado por Leah Ivashkova

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sísifo:

 

 

 

 

Entré a la habitación. Leah leía con cierto deje de aburrimiento un ejemplar de El Profeta. Me agaché para contemplarla desde otro ángulo. Me encantaba verla trabajar, con aquella expresión de suficiencia, el ceño fruncido. Había venido a por algo, pero ya lo había olvidado. Me rasqué la nuca. Su cabello blanco caía grácilmente sobre su hombro, como una espesa cortina de nieve.

 

––Creo que sí. ––Respondí, echando un vistazo a la librería.

 

Me acerqué hasta que pude depositar la mano en su rodilla. Entonces advertí el cambio en su rostro, cómo palidecía y abría mucho los ojos.

 

––No he dicho nada pero... ––titubeé–– ¿estás bien?

 

@

35BOZ9V.gifTpCoX6y.gif


aHbQ7xv.png


http://i.imgur.com/cLhW49K.gifhQEsmVo.gif



Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Claro -soltó la misma risita nerviosa que soltaba cada vez que intentaba mentirle.

Porque no le salía, porque habían muchas cosas que podían condenarla en Sísifo. Esa mirada, el tono de su voz. El oxígeno empezó a parecerle escaso en la habitación, tal vez fuese cosa de Sísifo, que respiraba muy despacio. Cerró el periódico lentamente, notando que la vuelapluma también la había delatado al detenerse, y trató de organizar sus ideas.

-¿Qué tan normal considerarías que te hiciera una pregunta... personal?

Su mirada se lo dijo todo. Era una pregunta tan tonta como ella misma. Se enderezó en el sillón, inclinándose un poco hacia delante.

-¿Recuerdas cuándo fue la última vez que nos vimos un poco... forzados a la abstinencia? -era una forma muy elegante de preguntárselo, así que le señaló con los ojos hacia abajo a ver si lo pillaba.


@@Oniria

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sísifo:

 

 

 

––Mmmm sí... ––Contesté, sin terminar de comprender adónde quería llegar. Seguí el recorrido de sus miradas y movimientos, buscando pistas.

 

La última vez que estuvimos en "abstinencia" fue... durante el embarazo de Leah. Me sobrecogí. Me aparté unos centímetros para llevarme las manos a la cabeza y tomar una bocanada de aire.

 

––¿Qué estás insinuando? ––Pregunté, haciéndome el tonto. Necesitaba que ella me lo confirmase, que pusiera en palabras lo que sospechaba.

 

Acosté mi mejilla en sus piernas, buscando un equilibrio que empezaba a faltarme. No era posible, sencillamente no era posible. Teníamos que poner medidas.

 

@

35BOZ9V.gifTpCoX6y.gif


aHbQ7xv.png


http://i.imgur.com/cLhW49K.gifhQEsmVo.gif



Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-No estoy insinuando nada. Bueno, o sea, sí pero... A ver.

Pocas veces tartamudeaba pero fue ese momento preciso en el que empezó a hacerlo. Cerró la boca e inhaló, despacio, aunque el aire parecía no llegar a ningún lado.

-Lo que quiero decir es que creo que estoy un poco retrasada, mi vida. Nada más.

El tono diplomático del Ministerio siempre la sacaba de apuros y en esos momentos estaba en un apuro de los grandes, de los que jugaban a las escondidas en la torre y se escuchaban hasta ahí. Se estremeció. Se escuchaban. Dio un respingo.

-¡Que ¡diota! -empezó a reírse con todo el alivio del mundo. Le levantó el rostro con cuidado-. Escucha.

Aparte del rumor de Baleiro e Insomnia, no se oía nada.

-¡No hay nada! Uf. Que susto.


@@Oniria

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sísifo:

 

 

 

 

Me concentré en los sonidos de la habitación. Baleiro e Insomnia, mezclados con los crujidos de los muebles y el polvo flotante, pero ni rastro de otro ser vivo. Suspiré, calmándome paulatinamente. Abracé a Leah, tirando el ejemplar de El Profeta al suelo.

 

––Creo que es hora de explicarte algunas cosas ––musité, frunciendo el ceño. Estaba convencido de que Leah, tan sumida en su mundo mágico, desconocía por completo el tema del que estaba a punto de hablarle. Me intrigaba cómo reaccionaría––. No podemos arriesgarnos más.

 

Me crucé de brazos, mi rostro se ensombreció, todavía sin recuperarse del susto.

 

@

35BOZ9V.gifTpCoX6y.gif


aHbQ7xv.png


http://i.imgur.com/cLhW49K.gifhQEsmVo.gif



Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¿Algunas cosas?

Se quedó mirando esa expresión por un rato largo, sorprendiéndose de lo mucho que le gustaban todas las sombras que creaban las luces en su rostro. Tenía una concentración cuestionable, tanto como su tacto al decir ese tipo de cosas. Pero lo único de ella que no se podía cuestionar era lo que sentía por Sísifo. Aún de brazos cruzados y con el tono de urgencia haciendo más profunda su voz, lo amaba más que nunca. Relajó el cuerpo, esbozó una pequeña sonrisa apenada.

-Siento haberte asustado -acomodó la palma a su rostro, acarició las líneas que aparecían cada vez que adoptaba ese semblante serio-. Pero no me mires así, prometo tener más cuidado.

Apartó la mano después de un momento. Sí, tenía que tener más cuidado. Ya lo había sometido a ese estrés antes y el resultado ahora corría escaleras arriba. Suspiró. No se arrepentía de su hijo, ni un poco, pero parecía repentinamente triste.

-Tal vez haya que bajarle al asunto -sugirió, muy inconforme, mientras fruncía el ceño.

Se moriría a la semana, seguramente.


@@Oniria

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sísifo:

 

 

 

 

Escuché su propuesta con angustia. Evidentemente, Leah no sabía nada. Vivía tan alejada del mundo de los muggles que desconocía hasta las pocas cosas útiles que habían creado, médicamente hablando.

 

––Se me ocurren formas mejores de... evitarlo ––no sabía cómo expresarlo educadamente–– pero necesito algo de privacidad para explicártelas.

 

Puse una expresión entre pícara y burlona. Hice fuerza con los gemelos para ascender levemente hasta alcanzar sus labios. Apoyé mi frente sobre la suya, acaricié el cabello fino de su nuca.

 

––A este paso vas a sacarte el graduado en Estudios Muggles...

 

@

35BOZ9V.gifTpCoX6y.gif


aHbQ7xv.png


http://i.imgur.com/cLhW49K.gifhQEsmVo.gif



Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-Privacidad... -rodó los ojos ante su expresión, sin poder evitar reírse a continuación.

Cerró los ojos, sintiendo su respiración chocar contra su rostro, la longitud de sus dedos al internarse en su pelo. Podría haberse quedado dormida ahí, entre sus manos, respirando de él. Bufó, divertida.

-Tengo años evitando ese conocimiento y mírame ahora.

Era cierto. Repudiaba el mundo Muggle, sus costumbres, sus inventos inútiles. En su mente no había nada mejor que la magia. Y después de años sumida en una ignorancia autoimpuesta, había aprendido a usar una cámara común -muy mal, por cierto-, un reproductor de música y un tocadiscos, aunque todavía no comprendía bien cómo funcionaban ninguna de esas cosas. Lo abrazó, tumbándose en el sillón con él encima.

-Ahora vamos, solo un momento -se acurrucó en sus brazos-. El mundo Muggle puede esperar. O el mundo en general.


@@Oniria

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Marie

 

- Corazón, tú sí sabes quererme como a mí me gusta. ¡Soy la flor encendida que da color al jardín de tu vida!
Su voz se riega por los pasillos del Castillo. Marie, que lleva encima un vestido floral, abre la primera ventana que se topa y deja pasar el sol. Por suerte no está nevando, y la luz rebota directamente sobre la superficie lisa del lago. Crea un brillo espléndido que se almacena rápidamente dentro de la memoria. Las canciones hispanas siempre despiertan su lado más sensible, el más vivo. Casi tanto como las tonadas italianas. Supone que se trata por la similitud que tienen. Las lenguas románticas le parecen hermosas. No como el ruso, tan frío y tosco. A ella no le cala nada bien.
Se sienta encima del afeizar y, chasqueando los dedos, arranca un pedazo de estalactita que cuelga de una rama. Convierte el hielo en una mariposa escarchada que empieza a revolotear a su alrededor. Se imagina por unos segundos que sigue en Italia, junto a las bailarinas de su pueblo. Claro que, de volver, debería explicar muchas cosas, y existe la posibilidad que le quiten el habla de por vida. Prefiere esperar lo suficiente por mucho que dure; la excusa necesita tomar forma. Así lleve años.
Siente pasos no muy lejos. Alguien más está merodeando el hogar. Es tan silencioso que solo se puede tratar de una persona. Es una experta detectando movimientos discretos; como bailarina, es un requisito indispensable que se va desarrollando con la práctica. Sonríe cuando capta la cabellera blanca.
- ¡Baleiro!
@

THIS ONE.jpg

blinkie.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.