☙⚜• • • • ••••┉ Castillo Selwyn ┉•••• • • • •⚜❧ (MM B: 111891)

[Eliah Ryddleturn]

Acabado un tiempo se acabo sentando en uno de los sillones o mejor dicho de las grandes sillas que se presentaban en el Hall de aquel castillo. A su lado se encontraba Nibiru, el cual estaba casi nervioso, tanto que no sabía como su ama actuaría si la hija adoptiva de esta tardaba mucho más en llegar. Mientras la demonio esperaba pudo ver enseguida como dos chicos jóvenes entraban en aquel castillo, como si fuera su hogar, la joven frunció el ceño, sobretodo por que parecía que no habían sentido su presencia. Entorno los ojos, era normal, los jóvenes vivían demasiado rápido por tanto no lo tuvo mucho en cuenta,¿ sería que ahora se estaba volviendo mas vieja? esperaba que no, puesto que siempre que se miraba en el espejo se observaba joven.

 

Pronto desaparecieron a seguro a una de las habitaciones del castillo, lo primero que pensó la bruja es que sería divertido interrumpirlos en el cuarto que estuvieran. Eso de interrumpir la gustaba, era divertido y seguro que se cabrearían, una sonrisa malévola apareció en su rostro al pensar en aquello que la rondaba en la cabeza. Su elfo que hasta ahora estaba a su lado, se retiró para marcharse hasta llegar a la ventana. Allí se asomo Nibiru para ver si llegaba Kyttara, que por lo visto por el movimiento de sus orejas se apreció que si que estaba llegando la bruja.

 

La Selwyn tan solo se cruzó de piernas mientras esperaba a que la puerta se abriera mientras miraba directamente a esta desde el lateral donde se encontraba sentada. La puerta se abrió pero Eliah ya se había levantado de la silla donde se encontraba sentada para acercarse a Kyttara.-Por lo visto la puntualidad no es lo tuyo......debí de enviarte con tu bisabuelo como hizo tu abuela conmigo-dijo refiriéndose a Lucifer.-Por cierto,han venido varios chavales....¿quienes eran? -preguntó mientras la miraba de cerca aunque aún mantenía la distancia, no sabía como limar asperezas con ella.

 

-Tranquila, Nibiru se encargará de llevar tus cosas a tu cuarto, luego tu lo puedes diseñar como quieras-dijo echando una mirada severa a su pequeño elfo que enseguida se adelantó para tomar las pertenencias de la otra Selwyn, para llevarlas a su alcoba. Sus ojos felinos se quedaron fijos en la joven chica que tenía delante, estaba distinta y no solo físicamente, parecía que su actitud había cambiado, pero ella lo daba por todo el tiempo que habían estado distanciadas.

[Isobelle Ryddleturn S.]

<<Hogar dulce infierno>> Nala gruño a su lado, irritada por el viaje. Isobelle le dedico una breve sonrisa, recordando la primera vez que ambas habían visitado el castillo de su familia. Aquella vez, la leona tampoco había disfrutado de la aparición. Estaba segura que esta vez, el viaje había sido igual de incomodo para el animal.

 

Su mirada regreso a la edificación de piedra que se erguía imponente ante ella, su rostro serio e impávido. Su corazón latió una única vez, el único indicio de lo emotivo del momento. Estar de nuevo dentro de aquellos terrenos era algo agridulce para la Selwyn. Se había prometido no volver y sin embargo aquí estaba, frente al castillo que la vio crecer. El hogar que añoraba y odiaba con todo lo que le permitía su corazón. Era un lugar de alegrías y tristezas, pero era su hogar. El único lugar en el que podría sentirse medianamente completa.

 

Nala volvió a gruir con impaciencia, sacándola de sus oscuros pensamientos. Isobelle suspiro y decidida subió los escalones a la puerta de entrada. No se detuvo a tocar, no creía que fuese necesario. El calor del interior la envolvió con dulzura y con algo de esfuerzo, se obligo a inhalar profundo. Los aromas de su infancia envolvieron sus sentidos, incienso, clavo y canela, flor de jazmín y lavanda. Otros nuevos como el de la madera recién pulida y calabazas hacían acto de presencia. Sus ojos del color del zafiro recorrieron el Hall, tomando todo a su alrededor y archivándolo en su memoria.

 

—Eliah —Exclamó con aquella voz profunda y melodiosa como campanillas distantes que la caracterizaba; su fuerte acento inglés ahora influenciado por su estadía en Oxford. Su hermana se encontraba en una profunda conversación con una chica a quien no reconocía. Isobelle hizo ademan de acercarse (algo más emocionada por el rostro familiar) cuando un movimiento a su derecha llamo su atención.

 

Su respiración se detuvo por completo y de su garganta se escapo una pequeña y casi inaudible exclamación. Su madre la observaba desde el oleo viviente que guindaba en la pared. Lyra le sonreía discretamente, uno de los pocos rasgos que Isobelle había heredado de la demonio. Una lagrima de sangre escapo de su ojo izquierdo y su corazón volvió a latir una única vez en su pecho.

 

—Mamá...

[Marabella Rambaldi G.]

Había pasado ya un par de meses desde su última visita a la casa de su madre , para la demonio Eliah era una de las perosnas más parecida a ella en lo que conlleva su personalidad , quizás por eso era que se sentía cómoda ser ella nisma a su lado más por el hecho de que descolocaba a la mujer , sabía que la relación anterior con kyttara había Sido bastante complicada y por qué no decirlo extraña ya que solo vivían discutiendo .

 

— Bueno hemos llegado , creo que no hay nadie — comento para si misma mientras tomaba asiento en uno de los tantos sillones de la sala de estar .

 

Los elfos iban y venían de un lado a otro como si fuera a llegar alguien —Hey Naika , ¿que sucede tanto alboroto?— le pregunto a su elfina la cuacual nerviosa la miraba como queriendo ocultar algo —Naika dime de una buena vez que sucede , está claro que los elfos preparan una fiesta o algo parecido— la pobre criatura sabía perfectamente como era Marabella y como odiaba los secretos y el mal humor que sse gastaba así que tenía que decirle la verdad por mucho que le doliera a su ama kyttara .

 

— Ama Mara , Naika se entero solo ahora , Naika no tiene la culpa , la ama no debe enojarse con naika — le decía la pobre elfine mientras se refregaba sus andrajosas manos llenas de cayos — los elfos preparan la llegada de la ama Sophie Haughton Selwyn , la ama mando a su elfo avisando su regreso , la ama Sophie no sabe que la ama Kyttara , digo usted ama estesta aquí — dijo esto último casi con su último aliento.

 

La pelirroja sintio un pequeñito agijon en el pecho , era algo curioso como el amor de la vampiro hacia aquella demonio seguía intacto a pesar de los años y para Marabella era más extraño que lo sentía como propio ,cómo si aquellos sentiniento fueran de ella y ese amor hacia la deminio lo sintiera también ella .

 

— Me puedes avisar cuando llegue, quiero ser yo quien le diga que soy parte de su familia — sería extraño ver a la mujer y no sentir algo o mejor dicho demostrar que aquellos sentimiento de Kyttara seguían tan vivo como el primer día.

 

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[Sophie M.]

El concepto de tiempo se había vuelto ajeno, abstracto, pero en mi ya casi todo lo era. Incluso yo misma.

 

Por unos días inmensurables había vivido en automático. Entre vivos, muertos y malditos, más cómoda entre los últimos dos. Durmiendo cuando estaba cansada, comiendo famélica, matando por antojo. Adormecida sin pensar demasiado porque aquel estupor era mi equivalente a ser feliz... después de todo ¿cuántas veces se puede quebrar una persona y volverse a componer?

 

Había dedicado mi tiempo, mi silencio y sed de odio a opacar cualquier rastro de amor, a la búsqueda de demonios entre malos y peores, a acuñar conocimiento y poderes que me mantenían la meten ocupada y el cuerpo cansado.

 

Quizá el motivo por el que aquella vida resultaba sencilla era que me había acostumbrado a fingir ser alguien más. Cambiar mi apariencia me era tan fácil como respirar, lo mismo que influenciar a los demás, mis características de súcubo seguían siendo las más potentes, pero otros cuantos artificios y artimañas estaban probando ser muy útiles, fruto de relacionarme con gentes de inframundo. Había abandonado hasta mi nombre reemplazando Sophie por Euphie. Aquel era el motivo por el que firmar mi carta dirigida al Castillo Selwyn había resultado tan extraño, porque llevaba mi verdadera firma. No tenía mucho contenido, era básicamente una solicitud de asilo, pensaba que nadie me buscaría allí a diferencia de mi familia sanguínea. Había sido explicita en que solo encargados de la familia se enteran, para lo último que tenía humor era para un recibimiento ornamentado.

 

Los ojos grises de mis dos formas me devolvían la mirada en el espejo con un mechón rubio y rizado.

 

Así empecé mi regreso a Londres, desconfiada de presentarme como Sophie sino hasta que hubiese cruzado el umbral de algún lugar que pudiera llamar seguro, por eso volvía, cansada de tener que cuidarme, volver iban a ser como las vacaciones más tensas que se puedan imaginar. Sin duda, llenas de recuerdos punzantes, personas indeseables y otras más anheladas.

 

El ocaso al fondo parecía querer presagiarme algo, nada convencida volví mi espalda, caminando entre el bosque hasta el castillo que imponente se alzaba entre las copas de los árboles. Hasta ese momento o había pensado lo inusual de mi acercamiento, entre penumbras y sombras. Un sonido a mi derecha me alertó, un rayo verde esmeralda de mi varita al instante después, más solo era un zorro que había logrado escapar por escasos milímetros. Solté una carcajada algo macabra, debía dejar aquella costumbre atacar a matar para luego hacer preguntas, era la fuerza de la costumbre.

 

¿Quién estaría en el castillo? ¿Alguien me reconocería? ¿Me quedaría el tiempo suficiente para socializar o escaparía de nuevo?

 

Preguntas no me dejaban de rondar, más las aparté un momento en lo que cerraba mis ojos y cuando los volví a abrir el cabello largo, liso y negro me rozaban las caderas. Las botas de cuero hacían escaso sonido al pisar en la grava, ataviada en una larga capa de viaje, era la que hacía más alboroto.

 

Lo siguiente que vi, entre varios elfos correteando, me heló la sangre; un latido después borboteaba como lava. Me escabullí de toda vista antes de que se me notara. ¿Organizaban una fiesta? Chillé los dientes pensando que no podía ser para mi aunque mis ojos no pudieron dejar de notar lo que ponía un pastel casi tan grande como la mesa que lo sostenía, con mi nombre. Solo faltaban fuegos artificales. Consideré mis posibilidades de entrar sin ser vista y comencé a rodear el castillo. Distraída como estaba no había notado que había tropezado con lo que solo podía ser una elfina. Que de inmediato intenté acallar y levantar.

 

– ¿Naika?

 

[Marabella Rambaldi G.]

La pelirroja vio alejarse a su elfina por los pasillos del castillo, mientras ella sumergida en sus pensamientos se quedó en la sala de estar, la noticia del regreso de su ex mujer o mejor dicho ex de la vampiro , habia sido como un balde de agua fria, por primera vez del tiempo que llevaba fungiendo ser Kyttara se sentia insegura , temerosa, pero sobre todo ansiosa , aquellos sentimientos era extraño para la demonio quien hace años atras lo único que sentia era rencor, odio y desprecio por todo aquel ser que osara en profesar algun sentimiento de amor o cariño hacia su persona , ahora todo esto era nuevo y quizás no del todo molesto ¿ A caso la vida de la vampiro la habia cambiado? No sabia exactamente que era lo que pasaba , pero de algo estaba segura , que al enfrentar a la demonio ella inmediatamente sabria que no era Kyttara, una de las personas que mejor la conocía era aquella mujer que logro robar el corazón de la vampiro , aquella que la habia destruído por dentro cuando la dejo y fue quien le dió el arma ella para apoderarse del cuerpo de aquella alma desdichada por haber perdido el amor.Era bien sabido que los vampiros eran seres que solo se lograban enamorar una sola vez y que aquellos sentimiento era más intensos que los de un ser humano normal,por lo que aquella perdida era igual de intensa que lograba hasta arrebatar la vida del inmortal , preferían eso a estar una eternidad con el dolor de un desamor .

Los minutos pasaban y Marabella solo veia ir venir de los elfos ¿ Estaba conciente de que Sophie odiaba todo aquello? Se preguntó a si misma mientras hacia el intento en concentrarse en cualquier otra cosas,antes que en pensar sinceramente en quien había dado la orden de hacer aquella fiesta, dudaba de que fuese Eliah ya que andaba de viaje, quizás ¿ Isobelle? Puede que aquella tia recien aparecida se haya tomado aquella atribución... Bueno cuando llegara la invitada de honor lo sabria.

Naika Elfina de Kyttara

 

La pobre elfina temerosa de la reacción de su joven ama decidió irse antes recibir algun castigo, la pobre criatura sabia los cambios repentinos de la demonio y como está de ser alguien amable podia en segundos ser una persona cruel y fria , por lo prefirió tomar distancias ahora que se mostraba desconcertada. Camino hacia la cocina para terminar algunas bandejas de bocadillos que faltaban, enseguida decidio salir a los jardines del castillo pars tomar algunas flores , si bien sabia la pequeña elfina que la joven bruja Sophie odiaba aquellas celebraciónes , su gusto por las flores no era algo que cambiara y quizás aquel detalle de la elfina lograría apasiguar la incomodidad de la bruja cuando de enfrenté a esa celebración.

Camino en dirección a los jardines cuando por su distracción choco con aguien o algo que en instante logro saber ,al ver a la joven bruja Naika se apeno por su falta y atrevimiento de tocar a la bruja sin su permiso , de su desesperación trato de disculparse pero la bruja la intento acallar cuando la nombró.

— Ama Sophie — hizo una reverencia exagerada y comenzo a hablar sin parar — Naika no quiso tocarla sin permiso,Naika no vio a la joven ama , Naika pide disculpas a la ama Sophie la ama Sophie debe perdonar el atrevimiento de Naika ,Naika no vio por donde iba ,Naika es una elfa mala — decia sin parar mientras miraba a la bruja esperando su Castigo . La elfina aún desconcertada por lo sucedido se dio cuenta de que la jóven bruja se escondía de algo .

— La ama Sophie se esconde, Naika dijo que la ama no le gustaban las fiestas , pero Naika no pudo frenar a sus amos , la Ama Kyttara no tiene la culpa , la ama no sabía de su regreso , Naika le informo recien , la ama quiere hablar con la ama Sophie , Naika debe llevarla con ella — le dijo a la bruja que estaba delante de ella tratando de que nadie más la viera .

 

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[Sophie M.]

Las conexiones con el pasado no son sencillas de olvidar, de hecho, tenía la teoría de que era imposible, incluso con magia involucrada. En la vida, se puede aprender, con suerte y mucho esfuerzo, a vivir con tu pasado en paz y con demasiada fortuna: sin dolor.

 

Per allí estaba, apenas unos minutos en aquel país y ya estaba en la incómoda y dolorosa situación de tener que enfrentar mis demonios, con toda la ironía que esta frase implicaba.

 

En una fracción de segundo, las diversas posibilidades invadían mi mente, no podía negar el instinto. Huir era la opción más fácil, un simple hechizo para aturdir la elfina. Deseché aquella idea de inmediato, la pobre criatura no lo merecía, más un Confundus lograría más o menos los mismos resultados.

 

Mientras tanto, la elfina balbuceaba más palabras de las que era humanamente posible entenderle al mismo tiempo que se incorporaba. Intenté acallarla mientras volteaba a ver alrededor en busca de testigos, mi plan A aun en consideración, casi en moción.

 

Escuché su acusación y aquello devolvió mi atención a su rostro. Tenía razón, me escondía, supuse que no había forma de convencerla de lo contrario.

 

– la Ama Kyttara...– el resto se perdió. Solo su nombre detuvo mi corazón, era tan doloroso, como si hubiese estado quieto por demasiado tiempo y por primera vez, casi hecho piedra, recibiera la sangre que requería para latir con fuerza, rompiendo mi pecho. Me llevé la mano a la altura de la garganta, el aire de pronto era denso, me sentía mareada. Pero entre tanto logré escuchar a medias que quería hablar conmigo.

 

No estaba segura como sentirme. Sabía tan bien el daño que le había hecho, no sin al mismo tiempo, a mi misma. Había sido egoísta mi espíritu libre había ganado entre tanto. Me había rendido de luchar por lo nuestro, por nuestro matrimonio.

 

Otro instante más, el más bello de todos, sus cabellos rubios entre mis manos, sus labios con los míos. Me erguí recuperada, sopesé mi decisión y comencé a dar más que instrucciones, órdenes.

 

– Detente – pues estaba intentando guiarme a donde estuviera Kyttara. – Desharás cualquier ridiculez que esté pasando por mi regreso y - no habían palabras correctas – le dirás a…– su nombre era difícil de pronunciar – tu Ama que la esperaré allí – señalé los lindes del bosque por el que yo misma había entrado. Había un sendero que seguir, ni yo sabía donde desembocaba Pasara lo que pasara, no habrían testigos.

 

Me giré antes de que pudiera protestar, echando a andar hacia mi destino.

 

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[Marabella Rambaldi G.]

La pequeña criatura asintió ante la orden de la Haughton y se dirigió nuevamente hacia el Castillo , si bien sabía que la joven demonio tenía razones para ordenar que acabasen con aquella celebración, Naika aún no sabía bien como lo tomarían sus amos, sobre todo Isobelle quién había ordenado la fiesta para la joven mujer y para la pobre criatura quien recién estaba conociendo aquella ama , no sabía bien como tomaría aquella noticia luego de todo el trabajo que habían invertido.

 

—Naika siempre está en medio , a Naika la van a regañar , nadie escucha a Naika— murmuraba la pequeña criatura mientras caminaba hacia el Castillo en dirección al salón donde se encontraba Marabella quien seguramente esperaba razón de ellella y de la joven demonio quien esperaba.

 

Al llegar al salón la criatura vio a la pelirroja sumergida en sus pensamientos del tiempo que la demonio se hacía pasar por su ama Kyttara , era la primera vez que la elfina le encontraba similitudes con su verdadera ama , aquellos gestos , su mirada perdida en la nada y esa paz que transmitía era solo algo de su ama Kyttara , la demonio era todo lo contrario , tramita desconcierto, frialdad , indiferencia con el resto , solo aquellos que conocían tanto años a la joven Kyttara podían ver aquella diferencia .

 

— Disculpe ama , Naika viene a darle un mensaje de la ama Sophie , Naika quizo traerla al Castillo pero la ama no quizo, la ama sophie se molesto por la fiesta , la Ama Sophie dijo a naika que le diga a la ama que la espera cerca del bosque, Naika debe llevarla — dijo la criatura sin dejar de mirar a la pelirroja.

 

—bien Naika llévame y por favor termina este circo , tu sabías que Sophie odia las fiesta , aún no entiendo cómo dejaste que esto pasará — dijo la demonio mientras se paraba del sofá y se encamibaba con la pequeña criatura hacia los jardines.

 

Aún no sabía bien como sería la reacción de ambas al estar frente a frente, ya no era la misma Kyttara que ella recordaba , ahora era Marabella en el cuerpo de su ex mujer ¿ La reconocería? Si bien habían pasado años quizás ¿Siglos? Desde la última vez que ambas demonios se habían encontrado y eso fue antes de que ella conociera a Kyttara , ¿ahora que pasaría? Todo Esso sentimiento de inseguridad , de miedo era algo nuevo para la deminio y kyttara no aparecia, en estos casos extrañaba la voz de la rubia en su cabeza , siguió caminando por inercia detrás de la elfina hasta que llegó a aquel camino alejado del castillo cerca del bosque y ahí la vio , su cuerpo, su pelo , su piel tan perfecta como en los recuerdos .

 

—gracias Naika puedes irte — dijo a la criatura y se dirigió a la morena que ahora la miraba al darsdarse cuenta de su presencia —Bienvenida a casa Sophie— dijo sonriendole a la demonio mientras se aceraba un poco más a ella .

 

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[Isobelle Ryddleturn S.]

Ayden

Elfina de Isobelle

—Ama Nala debe tomar un baño —Ayden exclamó por tercera vez a la enorme leona albina que no hacía más que gruñir cuando mencionaba la idea. Nunca entendería porque los padres de la ama Isobelle habían regalado semejante animal a la bruja, un gato o un perro definitivamente serían más fáciles de controlar.—Ayden no tiene tiempo para juegos, la Ama Nala ir a tomarse un baño con Avalon, por las buenas o por las malas.

Los ojos amarillentos de la leona viajaron directamente a los dedos doblados de la mano izquierda de la elfina, cautelosos de un posible chasquido. No era secreto para ninguno de los cuatro elfos de la ama Isobelle que la iracunda y solitaria leona no era muy amante de la magia y sus posibles efectos. La leona solto un gruñido en derrota y -con una última mirada amenazadora- salió de la habitación en busca del elfo y esposo de la elfina.

Ayden, con una sonrisa triunfante, regreso a sus labores. Había una fiesta que planear y Ayden estaba al mando, así que con aires de grandeza, regreso a la primera planta, anotando en su libreta, cada uno de los preparativos. La ama Isobelle quería una fiesta y Ayden no desobedecería a su señora.

—¿Pero...? — Ayden dejó caer sus instrumentos con fuerza. La fiesta sería en el comedor y el salón principal. Ayden se había encargado de limpiar, ordenar y decorar el salón al gusto de su señora y ahora todo su trabajo había desaparecido a solo minutos de la llegada de Isobelle. —¿Por qué Naika ha arruinado el trabajo de Ayden? ¡La ama Isobelle ordenó a Ayden una fiesta y Naika lo ha arruinado todo!

La ama Isobelle no había encargado algo muy grande, una cena de tres platos con los residentes del castillo quienes terminada la comida se unirían a un grupo pequeño de invitados en el salón principal para un brindis y una noche de música en vivo, canapés y algún alcohol elegante. Ayden se había encargado de cada detalle, había ordenado un menú especial acorde con los gustos de cada uno de los invitados, las botellas de vino y champagne se habían elegido con sumo cuidado, los canapés estaban deliciosamente decorados y hasta había conseguido una banda de música de salón perfecta para ocasión. Pero su trabajo, todo su trabajo había sido arruinado, las decoraciones estaban en una caja, la banda había desaparecido junto a la pequeña tarima y estaba segura que de ir a la cocina encontraría las estufas apagadas, los elfos en otros quehaceres, las botellas devuelta a la cava y los canapés en la basura.

—¡Ayden no puede permitir que Naika arruine la fiesta de su señora! — Exclamo la elfina con fiereza. La señorita Isobelle no era una persona de fiesta o de personalidad muy sociable y le había sorprendido enormemente el pedido de aquella mañana pero, alegre por distraer la sombria mente de su ama, se había tomado la tarea de organizar una velada perfecta y ahora todo se veía arruinado por aquella elfina. ¿Es que no conocía a su ama? ¿Es que no sabia de lo que la ama Isobelle era capaz de hacer cuando sus ordenes y estándares no eran cumplidos?

Sumergida en sus pensamientos, Ayden no escucho la puerta principal y mucho menos llego a reconocer al suave tacleo de los botines de la Selwyn sobre el piso de mármol pulido del Castillo. Su cabeza atolondrada solo estaba concentrada en una cosa, como solucionar aquel desastre.

—Creí haber dado unas ordenes muy claras —La voz profunda y melodiosa como campanillas distantes de la vampiro la saco de sus pensamientos. Sus enormes ojos devolvieron a su ama una mirada nerviosa y sus manos comenzaron a tirar del vestido negro que utilizaba como uniforme. Isobelle levanto una de sus perfectas cejas en señal de impaciencia. Ayden estaba en problemas ­—¿Y bien? ¿Alguna tiene algo que decir al respecto?

@ Editado 29 de Enero del 2019 por Isobelle Ryddleturn S.

[Sophie M.]

No estaba muy segura de si hacía calor o frío, pero si podía sentir la caricia de un rayo de sol en mi mejilla. Extrañamente ya no estaba adormecida, de hecho, me sentía llena de energía, más consciente de lo que me rodeaba y no solo por la sensación de peligro inminente. Era un amargo despertar.

 

Los segundos transcurrían, mientras me internaba poco entre árboles envejecidos y aun así frondosos, el aire limpio cosquilleaba en mi nariz, más era prueba de que nadie más se encontraba cerca. Igual mi varita y un apurado Homenum Revelio terminaron de confirmarlo.

 

Estar allí de primera me daba para pensar que tenía algún tipo de ventaja, pero lo cierto es que nada de esto no era un juego o apuesta. No había ventaja, lo mismo que no habría ganadores.

 

Era una ecuación cuyas únicas soluciones eran perder o ganar.

 

Unos pasos detrás míos me alertaron y aún así no me giré a enfrentar lo inevitable, seguía escudriñando el sendero que se extendía hasta perderse en medio de follaje. Un segundo que parecía durar para siempre y después eran solo los delicados pasos de la elfina. Respirando tan hondo como se hace al consumirse en un furioso mar, me giré para encontrarme con ella.

 

Mi rostro, sereno, no dejaría ver dolor, ni la angustia que me recorría, por ahora una actuación impecable. Casi indiferente, quizá aún llena de orgullo o quizá con la intención de no recordarnos cuanto habíamos sufrido desde el último día en mis brazos hasta hoy.

 

Me dice bienvenida a casa y sopeso lo que he de contestar, o bien solo hago algo de tiempo porque tengo la boca seca ¿Podría ser más hermosa que lo que mi mente era capaz de recordar? Era injusto.

 

– ¿Bienvenida? ¿A casa? – el sarcasmo es notorio, parte de mí. Noto que estoy a la defensiva. No es aquella mi primera intención por lo que suavizo mi gesto y mirada. Rendida sin empezar ninguna batalla – Gracias, es bueno estar de regreso – era una afirmación evidentemente muy pesada dada aquel tenso recibimiento, pero cierta al fin y al cabo. – Debo reconocer que eres la última persona que esperaba aquí y para recibirme, me siento honrada – sonrío a mi pesar.

 

– ¿Haremos un teatro o iremos directo al grano? – suelto resoplando y señalando un tronco que se veía bastante cómodo y haberse usado para sentarse con anterioridad. Me quedo observándola tan decidida a cualquier camino que pudiese tomar aquel encuentro, impaciente por saber ya si haríamos más grande la herida o si sanaría.

 

Instinto. Hay algo en ella que me genera desconfianza, sus expresiones, me da la impresión que hasta en el caminar. Deben ser imaginaciones, paranoia, era muy posible que las dos estuviéramos tan cambiadas, pero dudaba que pudiéramos dejar de reconocernos.

 

– Me arrepiento – susurro cuando se sienta, si era cuestión de confesar mejor empezar por mí misma – de algunas cosas – porque sería mentirle que de todo. Era consecuente con mis decisiones aun una como esta, que había dolido como arrancarse el alma. Mentirle es algo que jamás haría; de hecho, era aquel el motivo por el que llegamos al extremo, porque prefería dejarla que mentirle, que decirle que era enteramente feliz – pero lo siento por todo – apenas audible.

 

Ni siquiera un latido ha transcurrido. No hay un revuelo ni sonidos alarmantes. Pero mi varita se encuentra clavada en su garganta, mi rostro aun sin inmutarse; mi voz le habla queda pero firme.

 

Sus ojos se encuentran con los míos, no veo miedo o pánico, aquello me gusta. Solo veo resolución.

 

– Dime... Kyttara – pronuncio su nombre con una sonrisa – ¿De qué color... – ajusto mi posición más en forma de llave para inmovilizar o arruinar cualquier intento de alcanzar su varita - ...era el liguero debajo de mi vestido de novia? - le clavo más la varita en la delicada piel de su cuello que no hace demasiado tiempo antes besaba mis labios. Yo misma pienso en aquel encaje negro a la altura de mi muslo y solo ella podría saberlo, solo la verdadera Kyttara porque aquella noche había sido nuestra.

 

Y es que había aprendido que nunca se podía ser demasiado precavida. O vulnerable.

 

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[Marabella Rambaldi G.]

Naika

elfina de Kyttara

La pequeña elfina iba de un lado a otro guardando toda la decoración de la fiesta que se habia preparado para Sophie , como ella le habia ordenado debia desaparecer todo rastro de aquella celebración , Naika no sabia bien cuál de todo los elfos habia dado instrucciones a los demas pero de seguro ya no tardaba en aparecer y reclamar por aquello, eso poco le importaba a la elfina , ella hacia caso solo a sus amas y claro Sophie aun cuando estaba separada de su ama Kyttara para la pequeña elfina seguia siendo su ama , siguio sacando las ultimas decoraciónes cuando escucho una voz chillona reclamandole .

— Naika sigue ordenes de la ama Sophie, Naika dijo a todos que la ama Sophie no le gusta las fiestas— dijo la elfina mientras miraba a la criatura wue estaba enfrente de ella — La ama Isobelle no conoce a la ama Sophie, la amita no le gusta tanto la gente, la ama Sophie solo quiere estar tranquila— cuando dijo eso último una voz femenina, profunda y melodiosa se escucho .Naika hizo una leve reverencia a la vampiro que se encuentra al frente de ambas elfinas.

— Ama Isobelle , Naika no quiso faltar su orden, Naika solo sigue órdenes de sus amas Kyttara y Sophie , la ama Sophie no quiere una fiesta , la ama dijo que si Naika no terminaba con esto se iba a ir, Naika no puede dejar que se vaya, la ama Kyttara no perdonará a Naika — dijo la pequeña cristura casi chillando a la joven mujer sin dejar de mirarla.

Naika era una de las mas fieles elfinas que podria tener kyttara , a su vez la pequeña siempre veia por la felicidad de la demonio , sabia bien que Sophie era su felicidad y que ella estuviera de regresó era algo que su ama necesita.

@@Isobelle Ryddleturn S.

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kyttara junto a Sophie ❤️

La demonio la miro atenta sin nunguna expresión que la delatara, intentando decifrar cual seria su próxima jugada, concia a Sophie por los recuerdos de Kyttara y si algo habia aprendido de ellos es que la demonio que estaba en frente suyo no era facil de engañar y mucho menos era una mujer confiada siempre tendria una manera para asegurarse de que se trataba de la persona que ella conocía , la escucho atenta sin decir nada, esperaría su turno para hablar, habian muchas cosas que Kytta deseaba decirle y jamás oudo y se lo debia aun si ella estaba ausente la representaba .

La joven Haughton se sento en aquel tronco que esta a su lado mientras hablaba , su mirada era cerena , su voz quisas notaba frialda o simplemente resignación ante lo que estaba pasando, la pelirroja se sento a su lado mientras escuchaba atenta a cada palabra , a pesar de que algunos momento sentia que cada palabra era sin sentido a su vez su tono de voz lo hacia sentir cierto , en segundos solo sintió un leve movimiento y la varita de la mujer en su garganta, Marabella solo sonrió ante la escena , abia que de una o otra manera intentaría confirmar su identidad.

—encaje negro— dijo sonriendo ante aquel recuerdo tan íntimos de ella con kyttara, Marabella muchas veces envidió aquella conexión que ellas tenian — aunque cualquier mago o bruja podria saber esa respuesta si tuviera la habiliadad de leer la mente— dijo mientras se aceraba a ellas dejando un mínimo de espacio entre ambas , sus respiraciones se sentian quizas un poco agitadas de ambas— creo que tendras que buscar otra manera de confimar que soy tu ex esposa - temino diciendo mientras se acercó un poco mas.

Si bien sabia que estaba jugando con fuego era la unica oportunidad que tenía para ver si era capaz de besarla sin sentir arrepentimiento por los sentimientos de Kyttara , Marabella sentia algo por esa mujer enfrente de ella y debia confirmarlo y si tenía que fingir ser la ex esposa por mucho mas lo haria .

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