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Bodrik
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Meteorología era sin duda una materia que apasionaba a alguien como Bodrik que siempre estaba dispuesta a leer acerca de la naturaleza, los fenómenos atmosféricos, el clima y todo lo referente al cielo y el u universo. Quizá por eso Astronomía y meteorología se convirtieron en cursos tan importantes en la vida de la adolescente Lockhart, aunque nada tuviera que ver con su carrea como Sanadora, sin embargo, la Universidad mágica le dio la oportunidad de combinar este conocimiento con su carrera de Medimago.

 

Esta vez quería dejar todo preparado con anticipación para no ir a las carreras como en la clase de Astronomía en la que actuaba como suplente del maestro que estaba de permiso, o eso pensó realmente. Así que, sabiéndose con un poco de tiempo libre, decidió ir en busca de un buen lugar donde pudiese impartir esta grandiosa materia llena de nociones de física y geología.

 

El sitio elegido por la adolescente era sin duda un lugar mágico y simbólico para el mundo mágico y ella en particular lo consideraba bastante estratégico para practicar lo aprendido en el curso y juguetear con el clima un poco, pese a que realmente esperaba que al usar una ciudad poblada sus alumnos no terminaran causando tantos estragos o de lo contrario seguramente Bodrik tendría problemas con la comunidad mágica internacional.

 

Después de verificar el horario; a diferencia de otros cursos, decidió convocar a sus alumnos en la madrugada, para evitar las aglomeraciones de muggles y disfrutar un poco más de privacidad.

 

Una vez elegido el lugar apropiado, tendría que encargarse de los detalles y la misiva a los estudiantes matriculados en el conocimiento del clima y lo enviaría desde Halloween a cada uno de los inscritos.

 

 

Estimado Alumno

 

Me complace informarle que su clase de Meteorología está programada para dar inicio el día primero de noviembre al 2 Am y los estaré esperando en el Lugar donde podremos practicar un poco sobre nuestro tema de interés.

Además, Es necesario usar ropa apropiada para el mal clima.

 

Pd: adjuntó un traslador en forma de miniatura de Torre Eiffel.

 

Bodrik Lockhart

Maestra Meteorología.

 

 

 

Una vez terminó la redacción de la misiva envió a cada alumno una pequeña torre Eiffel a escala, que serviría de traslador a la hora señalada llevándolos a la parte más alta de su compañera real donde Bodrik los estaría esperando a las 3 am hora de París debido a la diferencia horaria entre Gran Bretaña y la capital parisina.

 

El día señalado Bodrik emprendió el viaje preparándose con todo lo necesario para su misión de preparación teniendo especial cuidado de guardar sus libros de magia Uzza, Pociones y remedios de sanación además de tener el colgante con los talismanes Uzza para ocultar su ubicación ante los muggles que pudieran estar deambulando a esa hora.

 

Antes de la hora prevista, estaban lista con sus botas de agua, su impermeable que cubría la ropa. Bodrik había elegido un simple atuendo que contaba de unos Jeans bastantes cómodos, sumados a una blusa de color de un azul eléctrico que contaba con un rayo del tamaño de su costado izquierdo como adorno y con una mujer corriendo en medio de la tormenta nada más con un paraguas y caminando sobre los charcos que se formaban con las fuertes lluvias.

 

El clima a esa hora transcurría normalmente como estaba previsto, aproximadamente unos 5 grados y bastante lluviosos haciendo que la adolescente Lockhart tuviese un poco de problemas para acomodarse de tal modo que el trabajo no fuese una verdadera batalla.

 

Una vez consiguió llegar a la parte alta levantó su varita para evitar problemas - Repello Muggletum- Pronunció con un movimiento de su varita y luego de esto lanzo un segundo hechizo protector mientras los alumnos hacia su aparición Utilizando su Anillo de Salvaguarda contra oídos indiscretos.

 

Situada en el centro de la estructura levantó la varita para realizar un hechizo de creación de Brisas y barloventos.

 

//Fuerzas del Viento, escuchad mi llamada.

Venid a mí y ayudadme.

A mí, a vuestro ferviente servidor.

Deseo que, con vuestra fuerza, creéis una corriente de aire. //

 

-Venire ventus venire, sinere solus sentire relaxari, venire nunc nunc venire, venire venire venire. -

 

En aquel momento se formó una perturbación tropical con circulación de magnitud baja y a medida que se acercaba se volvía más fuerte haciendo mover la estructura de un lado a otro de tal forma que Bodrik terminó aferrada a una baranda. -Thunder Ball- Pronuncio de nuevo para que entre las nubes aparecía una burbuja de trueno y fue en ese momento cuando sus alumnos llegaron para encontrarse con ella.

 

-Buenos Días chicos, un placer Verlos – dijo lo más fuerte posible.

 

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Bajo la pálida luz de la madrugada, se incorpora lentamente en la cama, temblando de frío; una helada brisa agita las cortinas. En Inglaterra, el clima de otoño es impredecible. Ellie, sintiéndose incapaz de ponerse de pie, le da un manotazo al aire para que la ventana se cierre. Nada le gustaría más que cubrirse con, por lo menos, tres colchas y dormir hasta que el sol caliente levemente el ambiente; sin embargo, sabe que ese día, simplemente no puede. Según el reloj de la pared, falta un cuarto de hora para las dos de la mañana... hora en la que, según la misiva, se activará el traslador que la conducirá al curso de Meteorología. «¿Por qué estos cursos nunca pueden ser normales

 

Mientras reemplaza el camisón de dormir por una sencilla túnica negra, no puede evitar cuestionarse ese curso. Desea regresar al abrazo de las sábanas y las almohadas... ¿para qué necesita instruirse en Meteorología? No le interesa trabajar en el Departamento de Accidentes y Catástrofes Mágicas, o en el de Mantenimiento Mágico. Lo cierto es que, ni siquiera teóricamente, esa asignatura alguna vez le llamó la atención. Aún así, termina de prepararse para el viaje. Está demasiado cansada y adormilada, como gastar energías mintiéndose. Simplemente, pensó que tomar esa clase junto a Hobb sería una buena forma de pasar tiempo juntos. Desde hace varias semanas, muy poco lo ve.

 

Tras calzarse sus usuales botas de charol negras, Ellie se cuelga la cartera de cuero y entonces levanta la varita mágica. Con un golpe sobre sí misma, equipa su indumentaria con un encantamiento de impermeabilidad. Así, estará cómoda con su ropa de siempre pero también apta para la clase.

 

Justo a tiempo, toca el traslador. Siente cómo algo tira de ella hacia adelante, como si la absorbiera, y entonces...

 

—Ah... —exhala, cuando sus pies vuelven a alcanzar el suelo. Le toma unos momentos recuperar el aliento. Ciertamente, hubiera preferido un portal— Buenos días, directora... ehm, profesora Lockhart —musita. Nunca deja de sentirse extraña, tratando con tanta formalidad a una bruja que debe tener la mitad de su edad.

 

Al levantar la mirada, advierte que alrededor de la torre Eiffel, una tormenta se desata.

 

—Vaya, no sabía que el clima aquí era tan malo —comenta por lo bajo.

Editado por Eileen Moody

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Cierra el último libro de meteorología de la mesa. Está molesto, bastante. Odia no entender algo que tiene como objetivo aprender. Tiene la sensación de que aprenderá poco, cosas de manual que se reproducen al pie de la letra. No es que desconfíe de la profesora, en realidad ni siquiera la conoce; sabe solamente su nombre. Cuando aprendió transformaciones, hace varios años, sentía como si el cambio le hablara, como si le susurrara la forma en que funciona. Con las runas, y ahora la meteorología, es diferente, opuesto.

 

Decide dejar de pensar en eso, pues no le lleva a ningún lado. Tampoco ayuda que lleve varias copas de cerveza en el estómago, eso hace que se concentre mucho menos. Toma el libro nuevamente entre las manos y lo lanza sobre una de las sillas vacías, continuar por ese camino le puede provocar lo mismo que en sus clases de runas: ofuscarse, llenarse de información que no es capaz de interpretar correctamente.

 

Abre la ventana con un movimiento de la mano y cierra los ojos. Deja que el viento frío golpee su rostro, que lo despierte y despeje su mente. Aún con la ventana abierta se dirige al ropero y elije la ropa que va a vestir. Aunque en apariencia toda su vestimenta es igual, son los colores los que varían según el clima y su estado de ánimo. La ropa ritual que elije es totalmente blanca salvo por los símbolos rúnicos grises que representan su vínculo con la naturaleza, con los antepasados y con su espíritu animal. Se levanta la capucha pues está seguro que en el destino el viento será mucho más fuerte, frío y cortante.

 

Toma el traslados con la mano izquierda, pues con la derecha sostiene la varita mágica. Se sienta en el alfeizar (en posición de meditar) esperando que llegue la hora de partir. Conforme pasan los minutos su concentración aumenta y en consecuencia el brillo en sus ojos se hace más notable. Faltando un segundo para la hora indicada parpadea y siente el tirón a la altura del ombligo. Se encuentra de pie en el lugar que conoce solamente por revistas y por los libros de historia.

 

—Buenos ¿días? profesora, un gusto. Hola Ellie

 

Para él, aunque no exterioriza su pensamiento, un clima malo es aquel en dónde la humedad y las altas temperaturas están presentes. Eso fue lo que más le costó de sus años viviendo en la selva brasileña, acostumbrarse a ese clima fue complicado aunque al final lo hizo.

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El cainita buscaba paz. Mantenía los ojos cerrados y “respiraba· con tranquilidad. El vital gas pasaba por los pulmones inertes del hijo de la noche. Necesitaba aqueo, silencio. Necesitaba vivir su luto, sus cicatrices, todo eso que llevaba a cuesta en paz. Por lo que se sobresaltó y se molestó cuando aquella misiva llego hasta él. Sin embargo, no podía quejarse mucho, él había sido el culpable de aquello en el preciso momento en que decidió apuntarse a la clase. Leyó atentamente el pergamino con las instrucciones. Estudio aquella replica de la torre Eiffel y se dispuso a mentalmente revisar todo lo que llevaba consigo. Tanto amuletos, libros, conocimientos, todo lo que había aprendido con los Uzzas y con los arcanos, cada objeto, cada talismán, lo llevaba todo bien guardado.

 

*************

 

Apareció el día indicado, en el momento indicado, a la hora indicada. Observó la vista de la ciudad eterna mientras subía. Aunque claro estaba, aquella nubosidad, aquella semi tormenta y el viento provocaban que poco a poco las nubes fueran tapando lo que deseaba observar. Dibujo una mueca. Bufo por lo bajo maldiciendo aquel tiempo. Ya se encargaría de hablar con Bodrik después cuando la encontrara, ya que si, ella era la profesora de aquella asignatura. Otro golpe de suerte para el cainita ya que solo veía a Bodrik para casos de emergencias y cuestiones apocalípticas del mundo mágico.

 

Siguió subiendo y a cada paso que daba su instinto lo alertaba, aquella situación era alarmante, más porque había una tormenta y en cualquier momento podría caer un rayo en aquella estructura metálica.

 

-<<vaya sitio y clima para una clase>> -pensó para sí mismo mientras terminaba de recorrer los metros desde el lugar donde estaba hasta donde se encontraría la Lockhart. Una vez que llego se sorprendió ver que no era el único allí. Reconoció a su compañero profesor del colegio de magia y hechicería y había alguien más allí de la cual quizás el cainita no sabía nada, posiblemente se había cruzado con aquella persona alguna vez, pero como siempre su memoria le estaba jugando en contra.

 

Hizo una pequeña reverencia a los presentes como saludo y guarido silencio mientras sus orbes negros e posaban en los de su jefa.

 

-buenos días –dijo en tono serio- bonito clima como para un picnic –dijo en tono divertido.

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Hiya, Hobb —responde Ellie, aliviada por la presencia del mago; espera que eso haga la clase más duradera... aunque, con su poca afición a la materia y el terrible clima, no está muy segura de ello.

 

Justo detrás de Hobbamock, otro mago hace aparición. Ellie, con su nuevo trabajo en San Mungo, lo reconoce como un sanador. Por un momento se pregunta qué hace un medimago allí, hasta que recuerda que ella misma lo es. Se limita a saludarlo con un gesto de la cabeza, pues apenas y ha intercambiado algunas palabras con él. Por un momento se queda en silencio, esperando a que la profesora hable; sin embargo, de momento, no parece que eso vaya a suceder pronto. Ellie, un poco incómoda y preocupada por ello, levanta el rostro —aunque el agua fría la empapa, pues olvidó encantarse el rostro y el cabello— y observa la tempestad. ¿Acaso la directora Lockhart estará esperando un aporte de parte de ellos?

 

—Uhm.. —sólo dos ocasiones, fue a clases de posgrado sin informarse debidamente: a su clase de Leyes Mágicas, y luego a la de Runas Antiguas. Ahora debe añadir Metereología al listado. Afortunadamente, recuerda haber leído sobre hechizos atmosféricos en uno de sus numerosos libros de Encantamientos— ¿Eso de arriba fue provocado por magia, no? Para terminar el efecto, podría funcionar el Meteolojinx Recanto, sirve para cesar efectos climáticos causados por una gran variedad de hechizos.

 

»Bueno, sólo digo —añade por lo bajo, bajando la mirada.

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Miró de reojo la hora y vio que quedaban diez minutos para que se activara el traslador que Bodrik les había enviado, el cual les llevaría al punto de reunión para la clase de Meteorología. Aún no recordaba haberse anotado a aquella materia. ¿Lo habría hecho en plena borrachera? ¿O quizás su padre había escogido sus próximos estudios después de aquella charla que habían mantenido sobre sus investigaciones? Recordaba que el hombre le había dado mucha importancia a aquella rama mientras que a ella le interesaban otras, así que no descartaba que el anciano hubiera modifica su inscripción antes de enviarla al Ateneo de Conocimientos. En cualquier caso, la matrícula estaba hecha y ahora no iba a desaprovechar la clase, por inútil que le pareciera.

 

La profesora a cargo les había dicho en la nota que llevaran ropa adecuada para el mal clima. ¿Dónde diantres pretendía meterles? La Gaunt se pasó una mano por la cara con pesadez y suspiró. Se había puesto un pantalón y un jersey, ambos negros, de tela gruesa y lo había acompañado con unas botas altas con suela de goma y una pesada capa de viaje ligeramente descolorida por la parte baja. Era la que siempre usaba: sacrificaba su apariencia en pos de la comodidad.

 

Miró de nuevo el reloj, le quedaban tres minutos para partir. Escuchó un grito en la ventana proveniente de su fénix, Shanks, que parecía aburrido. La licántropo le sonrió y se acercó lentamente, con un bolsito colgado como bandolera bajo la capa y la nota y traslador de Bodrik en la mano derecha.

 

Es cierto que aquí en la biblioteca no molestamos a nadie, pero es un poco tarde para que tú estés chillando, ¿no crees? Como te oiga Mery, bajará con esa asquerosidad de serpiente que tiene para lanzártela, Shanks —comentó mientras le acariciaba el plumaje del pecho. El ave se sacudió como si hubiera entendido sus palabras—. Pórtate bien en mi ausencia, y que nadie se acerque a donde tú ya sabes —añadió. El ave hizo un ruidito que hizo que la mujer ampliara su sonrisa, aquel animal siempre conseguía distraer su mente de todo lo que la preocupaba o agobiaba.

 

De repente, sintió que el traslador que aguantaba en la mano se activaba y un tirón en el estómago la arrancó del castillo Gaunt.

 

 

Reapareció con un traspiés que la hizo tambalearse, aunque se repuso enseguida. Pronto se percató de quiénes eran los presentes: todos conocidos. Le llamó la atención ver a su hermano Hades, a quien rozó en el brazo con ternura.

 

Buenas noches a todos. Hola, hermano —añadió, dándole un beso en la mejilla. A los demás, Hobbamock y Eileen, los conocía tras haberles dado clases en aquella misma institución de su materia, Historia de la Magia. Y a Bodrik porque había trabajado con ella en anteriores ocasiones y lugares. Esperó entonces, en silencio, para ver qué era lo que hacían en aquel lugar. París se extendía ante ellos, que estaban en la torre Eiffel. Y además, parecía que Bodrik había estado jugando con el tiempo antes de que llegaran a juzgar por lo que podía ver en el cielo. ¿Cuál sería la finalidad de todo aquello?

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Con la llegada de Eileen Bodrik Sonrió, ella sabía de su curiosidad y se imaginaba que tal vez aquello le motivaba a tomar el curso que ella dictaba desde hacía ya algún tiempo desde que su Abuelo Ishaya decidió dejar el curso y explorar en otros que le llamaban la atención por el momento, aunque ella le había dado unos toques más traviesos al conocimiento.

 

-Buenos días Ellie es un gusto tenerte como alumna – respondió el saludo con entusiasmo justo cuando otro alumno al quien ella no reconocía hizo su propia llegada, pero comenta- ese clima nos servirá para nuestra clase -

 

-Buenos días Graves- Ella supone que se trata de ese alumno pues en la lista que le entregaron los directores fue ese el único de todos sus alumnos que no le sonaba para nada, aunque le sorprende que salude con tanta familiaridad a Moody.

 

Lo bueno de tener un traslador sincronizado es que así garantizas que los alumnos lleguen más o menos sincronizados y así se evita la demora esperando a los demás, así que Bodrik suponía que Anne y Hades estarán llegando en algunos segundos más.

 

-Buenos días Hades – Sonrió al ver a su compañero de muchas aventuras- Veras lo divertido que será – dijo con sinceridad.

 

Bodrik conocía a Hades desde el momento en que las plantas de San Mungo se fusionaron para formar el hospital mágico en aquello que el ministerio llamó la reforma y que en un principio tanto descontento trajo a los empleados y Jefes de las plantas anteriores, sim embargo ella le dio a Hades toda la libertad que necesitara para seguir manejando el Laboratorio; el problema radicaba en aquella reforma que comprometía a todo el hospital a trasladarse de una oficina a otra cada vez que los solicitaran y el incremento de emergencias que prácticamente no les permitía realizar su labor con normalidad.

 

-Tienes razón Ellie el clima lo causo la magia- Estaba medio sonriente y añade- quería recibirlos como se debe. Muy bueno tu aporte- respondió inmediatamente, aunque no estaba segura si su voz tuviera la fuerza suficiente para cortar semejante ruido que hacia el viento – esta es a mi modo de ver, una de las ciencias más divertidas que hay- añadió.

 

La ultima en aparecer fue Anne su antigua compañera en el curso de Generales y otras tantas cosillas en las que se encontraron cantidades de veces, incluyendo magia avanza hace poco tiempo. – Buenos días Anne – le saludó sonriendo muy animada por la puntualidad de los alumnos y teniendo a todos allí decidió comenzar con alguna explicación de la materia.

 

-La meteorología es ciencia que estudia el estado del tiempo, el medio atmosférico, los fenómenos que lo producen y las leyes que lo rigen. En este lugar intentaremos dominar algunos hechizos básicos que nos servirán a de controlar hechizos climáticos, sea para frenarlos o para controlarlos a nuestro antojo – comenzó queriendo obviamente dar un poco de teoría más allá de la práctica que obviamente era fundamental en un curso como este. -Está relacionado con Coellum que significa cielo.

 

- ¿Me pueden escuchar? - preguntó a sus interlocutores y entonces decidió realizar otro hechizo aprendió en su propia clase - Ventum cessabit – pronunció cantarina con un suave movimiento de varita y esta vez el hechizo funcionó mientras hacía aparecer una especie de burbuja para cubrir al grupo dejándolos inmunes a las inclemencias climáticas de la gran tormenta que estaban presenciando - repitan conmigo moviendo la varita así- les pidió Viendo como intentaban hacerlo después de ella.

 

Sin dudarlo, Bodrik admiraba todo lo relacionado con el clima y el control de los rayos; como buen paladín podía controlar su energía y hacerla suya. - Una tormenta es Perturbación atmosférica violenta acompañada de mucha lluvia y viento. Esta palabra proviene del latín tormentum, significa una situación caótica, desordenada, violenta...

 

El viento cada vez era más fuerte a su alrededor y la tormenta sin duda comenzaban a inundar la superficie la torre donde ellos estaba parados – Debemos aprender a controlarlo como complementos de un caos que aparece contrario al clima apacible y estable de un día habitual. No hace referencia a la temperatura ni a la nubosidad, sino a la rotura del equilibrio natural. – Explicó refiriéndose al termino tormentum - En esta clase encontraremos un Equilibrio-Potencia la magia relacionado con el clima y su Protección en latín praesidium – Movía su varita de nuevo para reforzar la defensa con el hechizo protector.

 

Le encantaba también la historia aun sabiendo que su profesión como sanadora no le permitía mucho tiempo para dedicarse a ello, sin embargo, en su tiempo libre, era muchos los conocimientos que le apasionaban, como las runas, Astronomía, Herbologia y por supuesto cuidado de criaturas mágicas y afortunadamente ya tenía postgrado en todos ellos. - impluvio- dijo moviendo su varita de nuevo y el agua que inundaba el pedacito donde estaban parados comenzó a recogerse.

 

-Este hechizo verbo latino impluere, es una especie de estanque rectangular con fondo plano, diseñado para recoger agua de lluvia que se encontraba en el vestíbulo de las antiguas casas o domus de los griegos, etruscos y romanos. - ¿les importarían todos esos datos?

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—Cómo sigas preguntando la profesora nos abre un portal a Narnia y nos prohíbe volver a la clase —brome ante la pregunta a de Ellie. Hace referencia, por su puesto, a la desagradable experiencia que ellos dos (y otros amigos) tuvieron para finalmente dominar cierta habilidad en la otra sección del Ateneo.

 

Mientras tanto intenta asimilar la situación general de la clase. No confía en la última persona en llegar (Anne) desde la clase de Historia de la Magia. Hades tampoco le inspira mucha confianza, en realidad solo han tratado un par de veces por las clases de duelo en Hogwarts, pero hay algo en él que no le termina de convencer. Prefiere, por tanto, estar alerta. Mientras piensa parpadea lentamente para darle tiempo a la metamorfomagia de actuar. Se siente cómodo mostrando sus ojos con solo un puñado de personas.

 

Cuando Ellie lo mira, luego de su "chiste", levanta la mano izquierda y se toca la sien un par de veces. Espera que ella entienda a que se refiere. Le gusta usar la oclumancia para mostrar solamente lo que él quiere que sea visto, escondiendo detrás de muchas barreras aquello que es secreto. Su mente conoce a Ellie, sabe como se "siente" que ella lo visite. Así pues, expone un mensaje que solo ella es capaz de encontrar, de leer, de escuchar. «¿Aún creemos que la profesora de historia de la magia intenta esconder la historia? El sanador tampoco me parece de fiar»

 

Se limita a escuchar e imitar a Bodrik. Sabe que es una buena profesora, lo siente por la forma en que explica, la pasión que tiene por todo lo relacionado con el clima. Sin embargo a él aún le cuesta entender algunas cosas. Sin embargo luego de un rato logra reproducir el hechizo para protegerse del tiempo.

 

—Me encantan las tormentas. Tengo una duda ¿Se puede calmar una tormenta cuando esta no es causada por hechizos? Lo pregunto porque hay tormentas mágicas no causadas por humanas, o tormentas causadas por la misma naturaleza.

 

Hobb mueve la varita dibujando en el aire varios vórtices. Invoca varios portales que que al chocar entre ellos se convierten en uno solo mucho más grande. En cuanto el portal gigante se hace presente a través de él atraviesa Zekle, uno de los Thunderbirds que ahora viven en el castillo de los hijos de Bastian.

 

—Esta belleza de criatura pueda provocar tormentas capaces de arrasar con ciudades enteras si es que está junto a otros ejemplares. Hazlo

 

Zekle comienza a volar en círculos agitando sus alas de una forma diferente a cuando simplemente vuela. Se en sus ojos se pueden ver los rayos que pronto se hacen presentes también en el cielo sobre el que se desarrolla la clase. La lluvia y el viento se vuelve más violento.

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—En ese caso, prefiero que sea pronto —replica Ellie con una sonrisa despreocupada, encogiéndose de hombros. Aunque advierte que Hobb bromea con ella, el recuerdo es demasiado fresco como para no sentir una ligera molestia por el tema. Aquella experiencia le hizo perder mucho la confianza en sí misma y en sus conocimientos y habilidades, pero poco a poco, desde que logró dominar la legeremancia, ha intentado recuperar su seguridad. De cualquier forma, conoce un poco a la directora Lockhart y confía en que no tomará de mala forma su intento de hacer un aporte a la clase y mostrarse interesada en la materia; fue eso, en realidad, lo que la animó a participar.

 

Todavía sonriendo, intentando encontrarle el lado divertido a su desgracia —es mejor reír que llorar—, intercambia una mirada con Hobb y percibe uno de sus pensamientos superficiales, como si se hubiera acercado a ella y le hubiera hablado al oído. En esas ocasiones, Ellie se da cuenta de lo conveniente de que, además de ser legeremantes, ambos dominen la oclumancia; pueden regular lo que comparten. «Supongo, aunque no hemos coincidido nuevamente... y bueno, yo trabajo con él, Hades... —cavila Ellie, aunque pronto interrumpe aquellos pensamientos— Hobb, sólo estamos en un curso, no entiendo para qué preocuparnos tanto por lo demás».

 

Cuando Bodrik comienza a hablar, de inmediato ambos dejan de conversar y le prestan atención a la joven profesora. A decir verdad, su presentación de la clase la impresiona; había esperado algo más teórico. Por supuesto, usar la varita no le molesta para nada a Ellie, a quien le gusta mucho practicar encantamientos. Pronunciando cuidadosamente e imitando los movimientos de la profesora, practica aquellos encantamientos; para ser la primera vez que los usa, considera que logra un efecto decente. Logra realizar el ventum cessabit, que crea a su alrededor una especie de domo que la protege del fuerte viento y el agua de la tormenta —quizá, incluso, la protegiera de rayos—, y también logra equipar la defensa con un praesidium. Sin embargo, cuando pronuncia impluvio, no logra realizar el hechizo; por el contrario, su varita comienza a arder repentinamente.

 

—¡Maldición! —suelta, y de inmediato arroja la varita al suelo, donde se apaga con el agua de la lluvia— Lo siento... —dice por lo bajo, avergonzada, mientras recoge su varita mágica y la seca con su túnica— La madera de sicomoro es bastante testaruda, no le gusta hacer magia que considera "aburrida". ¡No es que esos hechizos sean aburridos! Es que... uhm... supongo que uno podría cavar a la usanza muggle y ya...

 

Entonces, Hobb comienza a hablar acerca de su pasión por las tormentas, algo que le sorprende a Ellie pues no lo sabía. En realidad, tenía entendido que donde vivía antes, el clima era mas bien tropical. Y, como si no fuera poco, hace aparecer a su thunderbird.

 

—¿Él tendrá cuidado con nosotros, verdad? —pregunta Ellie con cierto nerviosismo pues, si bien le agradan los climas fríos, no le gustan las tormentas eléctricas y mucho menos ser arrastrada por una. Además, es una criatura muy grande. Intenta concentrarse en la materia para distraerse— Una criatura no usa hechizos, no hace magia como nosotros... pero hace magia, al fin y al cabo. Yo opino que nuestros hechizos podrían funcionar, aunque dependería de nuestro poder la efectividad.

 

»También creo que podríamos calmar tormentas naturales, pero no deberíamos. En realidad, no sé qué tan seguro sea estar jugando tanto con el clima —añade, con cierto deje de preocupación en su voz.

Editado por Eileen Moody

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-Buenos días –dijo como saludo a la Lockhart mientras esperaba que los demás alumnos, aprendices y sus compañeros en aquella asignatura terminaran de llegar. El vampiro estaba deseando saber ¿en que terminaría todo aquello?, y más aun sabiendo que no podía usar algún tipo de encantamiento de aquellos en la oficina de Bodrik porque sería fácil para ella deshacerlo. Suspiro sin más cuando sus ojos se posaron en los ojos de su hermana quien tenia muchísimo sin verla, al parecer tanto ella, como Mery, como todos aquellos que había conocido en algún momento habían decidido simplemente dejarlo o alejase de él.

 

-hola hermanita, veo que aun vives –dijo en tono serio- me alegro de verte aunque sea en estas circunstancias –comento el Ragnarok mientras dibujaba una mueca de sonrisa para la Gaunt- supongo que la oveja multicolor de la familia sigue tan… dulce como siempre, claro, si es que esta en Londres –dijo haciendo referencia a su hermana más pequeña a quien adoraba.

 

Luego de aquello el cainita guardó silencio mientras esperaba que aquella clase diera comienzo, su compañera Eileen había aportado algo interesante en todo aquello por lo que puso atención a la explicación que al directora de la institución de salud mágica estaba dándole a él y a los demás. Claro estaba, seguramente para algunos sería difícil escucharla gracias a todo aquel ruido causado por tan magistral tormenta, solo que el aprovechando sus sentidos vampíricos no había tenido ningún problema. No apartó la vista de Bodrik cuando esta hizo aquel movimiento de varita y pronuncio aquel encantamiento.

 

-Ventum cessabit –pronuncio intentando realizar le mismo movimiento de varita que la Lockhar, al menos al primera vez no le había salido pero después de un par de intentos había logrado el efecto deseado.

 

Luego de aquello observo como aquella burbuja protectora causaba que aparte de que estuvieran más secos pudieran escuchar mejor a la mujer sin que la tormenta les afectara, se mantuvo atento a cada palabra, a cada gesto, estudiaba atentamente cada movimiento de varita que hacia la paladín e intentaba recordar aquellos encantamientos y hechizos que la chica estaba usando.

 

-quizás debimos usar el impluvio cuando se inundo el ministerio –comento el hijo de la noche recordando aquella vez cuando a causa de una terrible inundación en el ministerio de magia los trabajadores y sanadores de san mungo habían tenido que ir de emergencia a prestar la ayuda necesaria en el ministerio- aunque no se si el “impluvio” hubiera podido con tanta cantidad de agua –miro a los ojos de Bodrik- ¿hay algún otro hechizo o encantamiento que sea mucho más poderoso y pueda sacar mucha más agua? –pregunto.

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