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Prueba del Libro de las Auras ≈


Runihura
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Chupaba la mitad de una naranja mientras esperaba a que su aprendiz llegara al lugar de encuentro. Es cierto que la había enviado sin decirle exactamente a dónde y qué haría, pero confiaba en que Mia fuese poseedora de excepcionales habilidades, mismas que la llevarían a donde se encontraba Runihura.

 

― Me negaba a creer que podrías perderte. ―comentó al verla llegar, hizo desaparecer la naranja y secó con su palma las pequeñas gotas que habían quedado adheridas a su piel.

 

La guerrera dio un salto, para bajar del gran montículo de rocas en el que estaba sentada, y se paró frente a la bruja. Unos tres metros distanciándolas, sería suficiente. Lo que seguía no tenía muchas herramientas, rocas pequeñas, hierba muy corta. Un claro enorme, eso sí.

 

― Tengo curiosidad por ver cómo termina un enfrentamiento nuestro. Verás, no me gusta hacerme cargo de las pruebas de mis alumnos, pero visto y considerando que no contamos con otra opción... ―se encogió de hombros y enarboló su varita de madera de álamo.― Floreus. ―el siguiente hechizo de Mia, resultaría ser sólo flores.

 

Y como si estuviera desafiando, golpeó suavemente su pecho, cubierto por un peto de cuero. Arrastró uno de sus pies desnudos hacia un costado, agradecía mantener su apariencia incluso con la falda de cuero, le confería movilidad, de modo que quedara en posición de combate. Y sonrió, como solía sonreír cuando se emocionaba por la lucha.

 

OFF:

 

@@Mia Black Lestrange

 

  • El duelo tendrá una duración de una semana, cerrando el día 13/12/2018.
  • Pasadas 24 horas sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.
  • Pasadas 48 horas sin respuesta del contrincante, se considerará abandono (reprobará) y el instructor, Runihura, tomará su lugar.
  • Los hechizos permitidos son los de la lista de neutrales, bando hasta el rango Mago Oscuro (MT) y Templario (OdF) y los libros de hechizos hasta el libro de las Auras.
  • Nos guiaremos por las reglas de Duelos y Asaltos.
  • Por ésta prueba, se podrán realizar un aura en un duelo individual, recordando que éstas están permitidas únicamente en duelos grupales.
  • Dudas en el tópico correspondiente.

 

 

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No había recibido indicaciones precisas, solamente que debía reunirse con la Guerrera, así que con una pequeña sonrisa en los labios negó lentamente y se preparó mentalmente para enfrentarse a la prueba que conseguiría que sus poderes por fin quedaran vinculados con el Libro de las Auras. Si, eso era todo en lo que debía concentrarse.

 

Cerrando los ojos durante un par de segundos, se dejó llevar hasta el sitio elegido para el duelo. Una vez que llegó, lo primero que escuchó fueron las palabras de su mentora, ¿le tenía un poco de fe? Al parecer era así, por lo que esperaba que eso continuara de esa manera, al menos hasta concluir con la prueba. Aprovechando el momento, saludó a la bruja con un asentimiento de cabeza y esbozó una media sonrisa, fijando sus orbes en la fémina.

 

Segundos después, desvió la mirada al lugar. Era bastante rustico y sencillo. Solamente un bonito prado con hierba verde en el suelo y un montículo de rocas. No había nada más, era ingenioso un sitio así, porque de esa manera al menos podrían desafiarse mutuamente sin problema alguno, además de sufrir las menores interrupciones posibles. Era un buen lugar, eso fue lo único que pudo pensar antes de escuchar el hechizo que le dirigió.

 

Aguamenti ―respondió en consecuencia, logrando que de su varita mágica saliera un hermoso ramo de orquídeas rosadas, las cuales ofreció a la Uzza― Para usted, espero sean de su agrado.

 

La ironía casi podía notarse en su voz, pero la mantuvo a raya durante un segundo. Porque, tenía que concentrarse en su siguiente movimiento para al menos tener un poco de ventaja para asegurarse de tener un duelo no tan complicado, aunque no estaba segura porque los guerreros solían ponerle las cosas un poco complicadas.

 

Aura de la confusión ―siseó con tranquilidad, logrando que de su varita mágica saliera una tenue neblina de color gris, la cual generó una confusión en la guerrera, impidiéndole realizar algunos de sus hechizos de manera correcta, porque automáticamente estos serían cambiados― Babosas ―completó, dando a entender que hechizo sería el que se vería obligada a realizarse a si misma cada cierto tiempo.

 

Mirandola, notó como el clima comenzaba a aumentar. Era un día caloroso, algo que no le agradaba, pero que al menos de momento, no le causaría problema alguno.

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Silenciosa, dispuesta a la reacción temprana. Casi que le empezaba a agradar la Black Lestrange, de no ser porque, en realidad, no le agradaba nadie que fuera su gente, o su familia incluso. No podía criticarla por no responder a sus palabras, pues eso demostraba su compromiso en el duelo que estaban teniendo. Además, no es que la Uzza fuese muy parlanchina en batalla.

 

Ensanchó la sonrisa cuando vio el efecto logrado en la varita de la bruja, no era la primera vez que lo usaba, pero sí había pasado bastante tiempo desde la última vez. Runihura arrugó la nariz y negó, de forma caprichosa, ante el ofrecimiento de Mia con las orquídeas. Quiso decir que le daba alergia, pero estaría mintiendo, así que calló.

 

Silencius. ―dijo, con un tono de voz bastante calmado para su gusto, en el segundo después de que su aprendiz le ofreciera las flores; de modo que, lo que fuera a decir y/o invocar (Aura de la confusión) no llegaría a salir de su boca.

 

Para entonces, ya había pensado en su siguiente ataque.

 

Sectusempra. ―el rayo salió de la varita de la guerrera con dirección al pecho de Mia. Quería ver cómo reaccionaba, a menos que decidiera recibir el ataque y dejarse hacer profundos cortes en el cuerpo.

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Si hechizo había sido silenciado, algo que sin duda alguno le molestó. Pero, tendría que aprovechar la oportunidad para hacer algo que le diera protección, así que sin siquiera pensarlo demasiado, miró a la Guerrera y meditó un poco su movimiento, intentando comprender que sería lo mejor que podría llegar a hacer. Al parecer se había tardado demasiado tiempo, pensando en qué era lo que podía hacer, porque en esos momentos, una tercera vez levantaba su arma mágica la bruja, en su contra.

 

Aura del Escudo Fantasmal. ―reaccionó de inmediato, al ver que un rayo viajaba hasta su dirección con la clara intención de hacerle daño.

 

En cuanto terminó de conjurar el aura, espectros fantasmales comenzaron a salir de su arma mágica, los cuales de una coloración un tanto gris, se podían reconocer como los miembros fallecidos de la familia Black Lestrange. Todos ellos, se colocaron delante de ella, con la única intención y cometido de protegerla del sectusempra y una vez que este rayo fue parado, y por ende, estaba ilesa, la miraron.

 

Con una asentimiento de cabeza, les agradeció la protección y esperó el siguiente movimiento de la Uzza, porque no se le ocurría nada más que hacer, a menos de momento.

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Runihura ladeó la cabeza un poco al ver el escudo que había invocado Mía para su protección, sonrió apenas notando que al menos algo había aprendido de ella, como profesora. Pero no se quedó allí, tendría que demostrar un poco más antes de darle un veredicto final.

 

Morphos. ―murmuró apuntando a una de las piedras que se encontraban en el montículo donde se hubo sentado en algún momento. Ésta, adoptó la figura de una pantera, cuya misión era atacar a la Black Lestrange.

 

El animal recorrió la corta distancia que separaba a las féminas con la firme intención de atacar a su presa: Mía. Así, y sin pensarlo demasiado, elevó su varita para lanzarle un Disparo de flechas, haciendo que una docena de ellas salieran del arma de la guerrera, dirigidas al pecho de su alumna.

 

Runihura tenía ganas de ver cómo procedía a defenderse la bruja, ya se había dado cuenta de que no era muy fácil bajarle las defensas, y se mostraba interesada en cada uno de los movimientos que hacía. Sin embargo, ya casi era hora de comer, esperaba terminar lo más antes posible o se quedaría sin almuerzo.

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Séneca ―soltó casi en el mismo instante en que escuchó como pronunciaba la Guerrera un morphos. Si, ella había conjurado una criatura que tenía como finalidad causarle daño, pero ahora se encontraba en desventaja.

 

Su hechizo afecto inmediatamente la garganta de la bruja, de tal manera que la sensación de sequedad no tardó en invadirla por completo, logrando que no pudiese articular palabra alguna en los siguientes minutos. Tendría que recuperarse de ese bonito hechizo de su bando, algo que tenía ciertamente mucho tiempo sin utilizar.

 

Pensando en que tendría la ventaja, casi se olvida de la pantera, la cual llegó hasta su posición, pero que gracias a la previamente invocada aura del escudo fantasmal, no sufrió daño alguno. Puesto que los antepasados Black Lestrange, continuaban cubriendo por completo sus blancos, manteniendola completamente a salvo.

 

Opuggno ―siseó en cuanto notó como doce flechas comenzaban a viajar hasta su sitio. De esta manera, la pantera que anteriormente intentó atacarla, recibió su orden de protegerla de las flechas, así que estás atravesaron un a una el cuerpo del animal.

 

Estaba ilesa, así que no tenía problema alguno por el momento.

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