Prueba del Libro del Equilibrio - Noviembre 2018

[Mia.]

Observó como la bruja estaba pendiente de todo aquello que le implicaban los conocimientos del Libro del Equilibrio, ¿estaba lista? Para ella, lo estaba aunque todo iba a depender de los sucesos que ocurriesen durante la prueba, por lo que con una sonrisa en los labios, le indicó que se acercara hasta su posición, era momento de partir.

Abriendo un rápido portal, consiguió que ambas lo atravesaran para llegar hasta un sitio completamente nuevo y que les permitiría desarrollar de manera más sencillo el duelo. Se trataba de un cuadrilátero de box, aquel conocido como un ring. Ese sitio, con sus cuatro postes, con cuerdas que delimitaban el sitio dentro del cual debía llevarse acabo una pelea, mientras que el suelo, enlonado, era todo lo que tenían cerca.

Porque a la distancia, si allá a unos diez metros de sus posiciones se encontraban las gradas, en las cuales el público usualmente se sentaba para apreciar el espectáculo que ofrecían los luchadores de lucha libre, deporte oriundo de México y que era mundialmente conocido. Si, justamente eso era todo lo que las rodeaba y había, además de unas cuantas luces colgantes en el techo, era un sitio austero.

—Es momento de que comiences tu prueba. —soltó con tranquilidad— Puedes comenzar, no tengo problema alguno. —fueron todas sus palabras, mientras esperaba el primer movimiento de la bruja.

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Off:

@@Binny Evans

—La prueba tiene una duración de 7 días. Comienza el 06 de diciembre y finaliza el 13 de diciembre, ambos días inclusivos.

—Permitidos hechizos de neutrales, neutrales graduados, Libros de la fortaleza, la Sangre y el Equilibrio, con énfasis en este último.

—La prueba es corta así que se pide constancia. Si una persona no responde en 24 horas el oponente tiene derecho a atacar nuevamente (aunque solo con hechizos del Libro del Equilibrio). Como solo somos los dos, se buscará ayuda externa pues no se permiten los doble posteos.

—Tras 48 horas sin respuesta (y sin notificar a la profesora) queda automáticamente reprobado/a del examen.

—Mismas reglas que de un duelo común.

—En el segundo turno el alumno atacado por una criatura (a elección). La cual constituye una barrera netamente rolística (no consumirá acción del duelo) pero deberá ser sorteada con los amuletos del Libro del Equilibrio.

—Dudas y/o consultas en el tópic correspondiente al Libro.

[Binny Evans]

Antes de atravesar el portal voltea para buscar por última vez a David. El muchacho aún no aparece, lo que significa que desertó o murió en la clase práctica. Sin embargo, debido a la tranquilidad inquietante de Mía, prefiere pensar en lo segundo. Sospecha, que algún profesor auxiliar trasladó al mago a San Mungo para su regreso a la vida, tan típico de Ottery.

No es que desee morir pronto, pero la muerte se le hace insignificante y por ende aburrida. Cruza, por fin, el portal y nota el ring. Hacia arriba, ve luces, en realidad son cuatro focos diminutos colgando desde cables en el techo pero brillan con gran intensidad. Se apoya en las cuerdas mientras escucha a Mía, parece que tendrán un duelo. Asiente. Saca la varita y se aleja de las cuerdas. El lodo en el suelo empieza a secarse, debido al ambiente caluroso que procuran las luces en un lugar cerrado, no le molesta en lo absoluto.

«No me gustan empezar los duelos» piensa, pero no tiene de otra. Pone en práctica lo último que le enseño Mía y dice— Cinaede.

No hace falta ni contar, el gas venenoso penetra instantáneamente en las vías respiratorias de Mía. Lo sabe, porque aunque es transparente, nota los cambios físicos de la bruja. Su sistema nervioso y circulatorio colapsarán hasta matarla. Binny cree que de alguna forma solo es práctica y que no tendrá que cargar con la culpa de matar a alguien, pero aún así le disgusta tener que ver los gestos que hacen al sufrir. Intenta, entonces, mirar hacia los lados de rato en rato, para sentirse más cómoda.

[Mia.]

La primer acción de la bruja, sin duda alguna fue un tanto efectiva. Sentía como poco a poco sus vías respiratorias comenzaban a cerrarse, ¿le molestaba? Si, pero no era algo de lo que tuviese que preocuparse de manera excesiva, porque con un sencillo hechizo podría librarse de aquel veneno, pero antes, tendría que aprovechar la oportunidad que le brindaba la bruja, para devolverle el favor, ¿había aprendido bien? Esperaba que sí, porque de lo contrario iba a morir y todo, por lo bonito que era el tener un poder mágico superior.

 

—Cinaede —siseó, consiguiendo que el gas que anteriormente había estado flotando de manera invisible al rededor de su rostro, ahora lo estuviese en el de Binny. No pudo disfrutar de como, poco a poco comenzaba a a sufrir consecuencias en las vías respiratorias, y posteriormente en su sangre.

 

¿Por qué? Porque justo en ese momento, notó como comenzaba a sufrir las consecuencias del veneno en su sistema. El cual, a pesar de no tener mucha fuerza, le causaba estregados, así que era momento de actuar.

 

—Anapneo —pensó, consiguiendo de esa manera que sus vías respiratorias fuesen liberadas y con ello, recuperara por completo el control que anteriormente se le dificulto de su respiración— Espero hayas aprendido bien Evans, veamos que más podemos obtener de este duelo.

 

Fueron todas sus palabras, mientras esbozaba una media sonrisa, esperando su siguiente movimiento.

[Binny Evans]

No logra ver alguna defensa de parte de Mía, pero puede distinguir luego de un rato que esta sisea. Así es que se prepara, siente dificultad al respirar y reconoce el hechizo del que ha sido victima anteriormente, entonces piensa «Anapneo» para detener los síntomas y destapar las vías respiratorias. Ahora que se da cuenta, es más fácil volver a respirar con normalidad si se actúa rápidamente.

Intenta no perder el tiempo, así que dice— Morphos —convirtiendo el vestido de Mía en una avispa marina en su espalda, de modo que esta se aferra a ella e inyecta su veneno, para segundos después caer al suelo y morir por la falta de agua. Se da cuenta que Mía ya puede respirar con normalidad, lo cual vuelve a inquietarle, pues significa que el duelo no será tan corto como esperaba.

Sin embargo, desde un lado del ring salta sin previo aviso, como si nunca antes hubiera estado ahí, un bowtruckle furioso. Binny sabe que podría ser un problema, pero intenta no hacerle daño. Le ve avanzar en el lodo, quedando atrapado en aquella masa pegajosa con cada paso. Así que, se le ocurre una idea, siente el frasquito con arena de color plata que trae atada a una cuerda en el cuello y recuerda que puede inmovilizar a la criatura. Entonces lo hace, piensa «Semillas de hielo» y congela al bowtruckle manteniéndolo a salvo, aún contra su voluntad. Mía empieza a utilizar la varita de nueva cuenta, y Binny lo sabe, así que se prepara.

[Mia.]

―Silencius ―soltó en cuanto notó que una palabra salía de los labios de Binny, de tal manera que su hechizo únicamente pudo ser pronunciado un mor, porque justo después se quedó muda. Si, con un simple hechizo, consiguió que el que podría haber sido algo que le costara resultar dañada, afortunadamente, no había sido así.

 

Mirando a su alumna, le regaló una sonrisa. Porque justamente en esos momentos, ella seguía sufriendo las consecuencias de su envenenamiento con el cinaede, que la obligaría a tener que seguir realizando curaciones.al menos durante algunos minutos más. ¿Estaba en desventaja? Posiblemente, pero no le importó demasiado, porque así era como se tenían que aprender a manejar los hechizos, sufriendolos en carne propia, o eso era justamente lo que pensaba.

 

―Arena del Hechicero ―pensó, justo en el momento en que miraba como la bruja volvía a intentar arremeter en su contra. De tal manera, que su reciente hechizo consiguió generar un aire que al momento de tocar los ojos de la Evans, le causó problemas de visión. Así que estaría mucho más limitada en los siguientes minutos.

 

Fue todo lo que hizo en ese momento, mientras esperaba la reacción de su pupila.

[Binny Evans]

«Flechas de fuego»

 

Pensó, si Binny había quedado silenciada anteriormente no resultó inconveniente. Las flechas invocadas iban en dirección al pecho de Mía, le incendiarían la piel de modo que tendría heridas graves, además la ropa que le cubría aquella parte yacía en el suelo. Necesitaría curarse urgentemente, pues incluso estaba envenenada y que aún no hacía nada para salvarse. Todo este ajetreo hizo Binny, antes de que Mía utilizara la arena del hechicero y gracias a ese hechizo supo de inmediato qué le esperaba. No podía ver, pero aún así tenía muchos trucos para escoger.

 

«Maldición» pensó, para que el siguiente hechizo de Mía se pronunciara mal e inevitablemente perdiera la posibilidad de reaccionar apropiadamente «Curación» pensó, gracias a que llevaba todos sus amuletos, colgantes y anillos desde antes de iniciar el duelo y podía actuar libremente. Sabía que podía y así lo hizo. Se curó de los efectos del Anapneo que Mía le había lanzado anteriormente, que empezaban a dolerle de nueva cuenta. Ya no era grave pero aún así no terminaba de quitarse los estragos de encima.

 

Tosió.

 

—Deberías hacer algo para curarte —le dijo. No podía verla, pero sabía en qué dirección se encontraba. Aún así, no bajó la guardia, pues quería saber qué haría a continuación, quizás se salvaba, sería genial si lo hiciera.