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Prueba del Libro de los Ancestros


Khufu
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Apareció en el sitio que había elegido para el enfrentamiento de Zahil y Heliké. Las cuales, llegarían hasta ese sitió bajo el efecto de la arena del hechicero, que segundos atrás de indicarles que el momento de su prueba final había llegado, de esa manera un portal las trajo hasta su posición; una cueva subterránea con diversas estalactitas colgando desde el cielo rocoso y formaciones terrestres que cada cierto tiempo se iban a desprender, dejándose caer sobre la superficie pequeña de la misma.

 

 

Era el mejor lugar, que se le había ocurrido porque en ese momento se sentía cansado, ¿serían los años comenzaban a pasarle factura? Podía ser sí, pero sabía interiormente que no era así porque justo en esas semanas le llegó alumno tras alumno y en algunas ocasiones incluso en pareja llegaban. El uso de tanta magia continúa y sin descanso, era lo que lo cansaba, no su edad, pero pronto podría descansar.

 

—Bienvenidos a la prueba final. —saludó a las brujas— Este sitio es el elegido para el duelo que tendrán que enfrentar para vincularse exitosamente al libro, ¿espero alguna ganadora? Sí, pero sería prudente que sea antes de que termine el tiempo establecido.

 

Comenzó a explicar con total tranquilidad. Pausó su explicación unos segundos, esperando observar alguna reacción por parte de ellas y al no obtenerla, simplemente esbozó una media sonrisa y continuó con ella.

 

—Deben saber que no será un duelo como cualquier otro, porque deberán sortear algunos obstáculos o limitaciones temporales, así que les deseo éxito y que comience el duelo. —terminó de explicar, desapareciendo del lugar, dispuesto a observar lo que ocurría entre ambas en los siguientes turnos.

 

Finalmente, antes de comenzar con el duelo, cada una tendría que enfrentarse a una quimera, la cual estaba delante de ellas, por lo que hasta que la vencieran podrían comenzar a atacar a su contrincante.

 

 

 

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Reglas

  • El duelo se regirá por las reglas de Duelos y Asaltos 1 v/s 1

  • Los hechizos a utilizar son: Neutrales Graduados y Libros hasta Ancestros (Excepto Caos).

  • Pasadas 24 hrs sin respuesta del contrincante, los ataques se considerarán impactados.

  • Pasadas 48 hrs sin respuesta en el duelo, se considerará abandono.

  • La prueba durará aproximadamente 1 semana a partir de la apertura del tópic (Hasta 21/12/2018).

  • Las dudas sobre la prueba podrán ser realizadas en el tópic de dudas y consultas del propio Libro.

  • Queda prohibido el uso del hechizo "Cinaede" del Libro del Equilibrio contra su rival.

  • En el post de entrada, tendrán que rolear cómo se libran de la quimera (podrán usarla a su beneficio).

  • En el 4to. turno, el brillo de la varita de Khufu los confundirá, y deberán auto-lanzarse un Cinaede (consumiendo cualquiera de las dos acciones del turno correspondiente).

  • En el 6to. turno, Kansho quedará inhabilitado hasta finalizar la prueba.

  • Recuerden usar los hechizos del Libro... es lo primordial.
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No sabía cómo lo había hecho, pero al final tras varios ataques lanzados contra mi rival, al final, habíamos desaparecido de la Universidad. Tuve que parpadear varias veces, después de que se me pasara el efecto producido por el ya conocido arena de hechicero, que ya empezaba a odiar, como el hechizo de magia oscura; el absorvere. Pero algo me tenía completamente desconcertada... ¿Estábamos en una cueva?

 

- ¿Y ésto? -pregunté en un susurro, mirando a mi compañera de clase sin entender- pues menudo lugar para hacer un duelo -protesté por lo bajo. Seguro que, hasta a Khufu mi queja, le resultaría graciosa. Pero a mí no me la hacía, claro que no. Había algunas formaciones calcáreas en el techo, que tenían cierto peligro de que se nos cayera encima, cómo no nos apartáramos. ¿Qué pretendía el guerrero? Ni idea, pero sabía que tener más cuidado que otras veces...

 

Aún llevaba los ropajes que me había puesto cuando había llegado hasta la tienda. El chandal de color negro, la camiseta y las zapatillas de deporte. Tras un segundo, adaptando mi vista a la oscuridad me até el pelo en un moño mal hecho, para que no me estorbara en la "contienda". Y encima, seguro que quería que hubiese alguna ganadora. Ya se vería. Tenía mis serias dudas en ese aspecto, sobre todo, por el hecho de no practicar mucho el duelo. Ciertamente, no estaba en forma.

 

Cerca nuestra pude divisar una quimera... ¡una quimera! No entendía cómo un maestro podría traer una cosa de esas a algo así, pero sus razones tendría y, a éstas alturas, tampoco iba a cuestionarlas. Tenía ganas de obtener el enlace mágico al libro de los Ancestros y, con los hechizos que poseía; éstos me vendrían muy bien en caso de apuro... Recordando algunos objetos que tenía en el morral de cuero que guardaba en el bolsillo, me saqué el Anillo de amistad con las bestias y lo coloqué en el dedo meñique. Éste brilló con fulgor anaranjado, indicándome que estaba activado y en medio de la penumbra del lugar en el que estábamos. Sonreí con malicia y con la conexión del aro que llevaba, le indiqué a la ¿bestia? que atacase a la bruja...

 

Mientras tanto, con la varita en la mano derecha en dónde tenía el anillo activado pensé en mi siguiente movimiento:

 

- Arena de Hechicero -pensé el conjuro mientras movía mi arma mágica que lanzándola directamente a sus ojos, con el efecto consiguiente; dejar cegada a mi rival en esa prueba. Ciertamente era muy molesto. Los huesos cristalizados de un mago muerto mediante fuego mágico y lanzados en la cara de un contrincante, no es que fuese plato de buen gusto. Sonreí con cierta malicia. No sabía qué pasos daría Zahil pero, si no se movía rápido podría tener serios problemas. Aunque tuviésemos algunas limitaciones, intentaría dar lo mejor de mí, en esa prueba. Todo por conseguir el maldito libro que, hasta ese momento, parecía que se me resistía.

 

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De repente ya no estaban mas en la universidad sino en una cueva con formaciones rocosas en forma de lanzas, las conocidas estalactitas, que para ella era como estar en un campo minado con estacas, listas para atravesar su corazón y acabar con ella. Por un momento no supo si mas que una prueba, el guerrero quería acabar con ellas de manera definitiva. Una vez que el efecto de la arena del hechicero, que comenzaba a pensar era el hechizo favorito de Khufu, desapareció por completo, pudo ver frente a ella una quimera, aquello si que era sorpresivo para ella.

 

Como conciliadora del Mall no sabia que categoría tenían las quimeras, pero si sabia que siendo "parientes" de las esfinges, debían ser muy poderosas, por lo que el hechizo de control de las bestias no iba a funcionar. Tenia que pensar, tal vez no necesitaba mandarla, si no mas bien hablar con ella y pedirle ayuda o que como mínimo no la atacara. Se coloco el anillo de amistad con las bestias, que dado su conocimiento de cuidado de criaturas mágicas, le permitía tener un cierto nivel de control que le serviría para que le ayudara, algo que no estaba segura si su contrincante tenia, pues si no era el caso, la quimera no la obedecería o escucharía siquiera.

 

- Hermosa Quimera, no quiero herirte ni dañarte, solo quiero tu protección - le dijo tocándola con cuidado, la bestia pareció entenderla porque enseguida se paro frente a ella y la bruja, y recibió el primer ataque de Helike que resulto ser mas arena del hechizero, aquella arenita ya la estaba molestando demasiado.

 

Miro a su contrincante y penso mientras apuntaba con su varita

 

- flechas de fuego - penso. los filamentos salieron uno tras otro dirigidos todos hacia su cuerpo, si su contrincante no se movia rapido, las heridas podrian acabar antes con ella que las estalactitas o la quimera.

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Debería de haberlo previsto y ya antes de siquiera terminar de hacer nada, pensaba que el anillo daría resultado, pero no. Había cabreado aún más a la criatura. Cierto que no tenía el nivel mágico, pero ilusa de mí pensaba que el anillo podría servir... Ciertamente, debía de ir a las clases de cuidado de criaturas mágicas en cuánto tuviese la ocasión de hacerlo. Ahí en la "batalla" me estaba demostrando que no tenía tanto poder y que, mi compañera tan hábil se había aprovechado de la ocasión, cómo yo ingenua de mí incluso quizá teniendo alguna obediencia por parte de ese ser no tan mitológico, como creían los muggles...

 

Sabía que debía apresurarme. Me saqué el anillo de Anillo de amistad con las bestias que estaba activado pero, que no resultaba en esa ocasión. Maldije por lo bajo. Así que, antes de algún movimiento de la bruja pensé rápidamente fulgura nox y al instante, se creó un portal oscuro como la noche. Con la concentración de que, el acceso enviase al animal al mundo griego antiguo y sabiendo que tenía el nivel mágico suficiente, además de los conocimientos de historia de la magia y runas antiguas, que ya poseía, hice un gesto al animal para que, enfurecido me atacase. La quimera corrió lo que sus patas podía, me aparté y atravesó el portal oscuro, que la llevaría a ese mundo añejo que hacía siglos que había pasado. Los magos de ese momento, sí que tendría que defenderse de ese ser peligroso...

 

Suspiré. Aún había un animal pendiente de ser obedecido por Zahil pero por ahora no me preocupaba mucho. Aunque por supuesto una andanada de filamentos de fuego venían hacia a mí:

 

- Obsistens -había hecho un movimiento con mi varita. El efecto que había surgido, era genial, se había creado un cerco de materia luminoso; destructible e inmune a la magia y que había absorvido el hechizo flechas de fuego. Éste era de un tono verdoso oscuro y lancé una pequeña carcajada. No me extrañaría nada que, con eso, me acusaran de ser mortífaga, pero nada que ver.

 

Al momento, tuve que apartarme porque el movimiento de las patas de la quimera que había hecho desaparecer anteriormente había hecho retumbar el suelo y las paredes y casi, una de las estalactitas casi se me cae encima. Suspiré nuevamente...

 

- Éste sitio sí que es bien peligroso. No llega bastante con tener que defenderse uno de las criaturas, para que nos vengan a tocar las narices con éstas cosas - susurré un poco con mal genio...

 

Volví a levantar la vista y ésta vez me concentré en el siguiente objetivo...

 

- Kansho - pensé en ese instante. Tal y cómo nos había enseñado Khufu había invocado una daga bastante poderosa, fuera de lo común y que me estaba gustando bastante, a la hora de usarla. Y no sólo eso, era bastante hermosa y que, tras la invocación, permanecía en mi mano derecha, junto con la varita. El orfebre mágico que la había creado debía de ser un ser muy poderoso; se componía de oro blancos y dorado, diamantes y esmeraldas. Algo de lo que, cualquier estudiante de esos libros, intentaría arrebatar si pudiese. Ahora sólo esperaba el siguiente movimiento de la bruja. Sabía que no habíamos acabado todavía pero intentaría no fallar en la próxima ocasión... Realmente, sí necesitaba nuevamente aprender el arte de los duelos. Estaba demostrado que necesitaría mucha más práctica de lo que estaba demostrando en esos momentos.

 

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Si bien las flechas de fuego probablemente no le habrían dado a Helike porque hasta ese momento apenas comenzaba a ver bien, reconoció que la bruja había reaccionado rapido y por lo tanto se había librado de sus flechas con una barrera luminosa en verde. Aquel color era peculiar aunque no estaba del todo segura si tenia que ver en algo con los sentimientos escondidos de cada mago o solo era un color al azar. Se acerco un paso a acariciar a la Quimera que ya había cumplido su misión y que ahora debía partir y justo cuando hizo esto, una estalactita cayo donde ella había estado apenas hace un segundo.

 

- Demonios, eso si que estuvo cerca - susurro para si misma. Levanto su mano y pensó en la daga Kansho, esta se materializo en su mano en todo su esplendor. Sus piedras preciosas y su fino arte embelesaban a la vampira, no se parecia a nada que hubiese pasado antes por sus manos pero que ademas tuviese utilidad, eso era lo que mas le gustaba a la bruja.

 

- Vara de Cristal Sectusempra - lanzo probando las magia de la varita de cristal. Una hermosa vara de cristal de color negro, casi todo lo que ella tenia era negro, por lo que Si la vara habia sido invocada de manera correcta, aquel rayo seria tan poderoso, que haria bastante daño, y su compañera tendria que curarse, si o si.

 

- Arena magica del desierto - dijo tomando arena del frasco y soplandolo hacia Helike para cegarla, si no la podia ver, no la podia atacar

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Maldije por lo bajo, y empecé a bufar a causa de la rabia. Me había tenido que apartar, por culpa de una maldita estalactita. Había escuchado el leve quejido de la roca al desprenderse y me libré por los pelos...

 

- maldita la hora en que Khufu nos trajo aquí -contesté, rechinando los dientes.

 

Pero al instante que había pronunciado esas palabras, mi contrincante había lanzado su propio conjuro. Me acordé en ese momento en que, no sabía si era el año anterior me habían enseñado en cierta manera, el uso de de la vara de cristal. Aún estaba atenta a que ninguna cosa de arriba no me cayese encima así que, no escuché el siguiente conjuro que había lanzado. Y al instante, sentí un dolor tremendo, tanto que tuve que agacharme y ponerme en cuclillas. Vi que la bruja lanzaba algo al aire y con kansho en mi mano haciendo un ligero movimiento absorvió la arena mágica del desierto. Sonreí de medio lado, pero primero, debía curarme de esas heridas sangrantes.

 

Sabía lo que necesitaba Había escuchado el contramaleficio del sectusempra pero claro, el practicarlo conmigo misma, no era buena idea, así que, fui a por lo práctico y recordé algunos de los hechizos sanadores que se usaban regularmente en éste tipo de casos. Apuntando directamente la varita hacia mi pecho pensé en un encantamiento de curación "curación" sabía que, quizá sólo podría usarlo una vez en el duelo, pero a pesar de que era urgente por las heridas sangrantes del sectusempra, al menos, éstas dejaban de chorrear. Pensé nuevamente y moviendo la varita hacia las heridas cicatrizadas, en completo silencio en un "episkey" y el efecto fue instantáneo. Tras aplicar el anterior encantamiento, al menos con éste segundo no tendría más problemas por pérdidas de sangre. Tras estar restablecida, le lancé inmediatamente las arenas mágicas que ella me había lanzado antes.

 

- Ya me está hartando estar en éste lugar. ¿No habrá alguna cueva por aquí, más grande, sin estalacticas que podamos duelear con seguridad? - le pregunté a la bruja, esperaba aceptar porque no es que estuviésemos en un lugar más apropiado -ni que hubiese un terremoto para que se nos caigan las cosas éstas - señalé al techo -encima de la cabeza... para matarnos, directamente - negué...

 

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La rubiroja miro hacia el techo, las estalactitas cerca de donde ella estaba ya habían caído pero había unas cuantas mas aun colgando precariamente del techo, desgraciadamente dudaba mucho que Khufu les permitiera salir aun cuando aquello era tan peligros, de hecho, estaba segura que eran parte de la prueba, el tener que evitarlas.

 

- concuerdo contigo que deberiamos salir, pero estoy casi segura que si lo intentamos, no vamos a poder hacerlo - dijo mientras se recargaba en la vara oscura estudiando el espacio. - creo que estaremos bien si no nos movemos, si esas cosas se comportan igual de tu lado que del mio, ya tenemos un poco de espacio sin peligro sobre nosotras. - le explico señalando al techo en el espacio libre.

 

 

Camino de un lado a otro de ese pequeño espacio seguro, pensando en que mas lanzarle a su oponente, había dos hechizos que a ella le encantaban de los libros que habia estudiado, pero uno de ellos cuando lo formulo en su mente, no salio, supuso que Khufu lo habia imposibilitado de alguna manera, por lo que solo le quedaba el otro.

 

Tomo la vara de cristal con fuerza, se coloco a kansho en el cinto y penso en su siguiente hechizo mirando a Helike fijamente para no fallar

 

- Vara de Cristal Embrujo punzante - el rayo salio directo hacia la bruja, que al ser impactada, quedaría completamente deformada del rostro, su vista se volvería borrosa y no podría apuntar a la bruja directamente, con la energía que le embutía la vara de cristal, Helike tendría que ser muy ágil para evitar este rayo que era casi imposible de evitar.

 

- flechas de fuego - penso de nuevo. La andanada de filamentos de fuego salieron disparados hacia el cuerpo de su compañera, buscando todas dar en el blanco, principalmente en el area del tronco. Con esto buscaba que la chica tuviese que perder el tiempo curandose y no atacandola, es lo que solia hacer con Cinaede, pero no podia usarlo esta vez

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