Gala de Navidad 2018

[Sagitas E. Potter Blue]

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Aquel día, el Bosque Prohibido apareció rodeado de enmarañada hierba y era imposible la entrada. Hojas ponzoñosas, matorrales enzarzados entre los árboles, lianas violentas que buscaban carne en las que clavarse, las acromántulas habían cubierto con sus telas las más lejanas copas y el sol no se atrevía a atravesarlas... No había manera de entrar.

El día había amanecido frío y no apetecía pasear fuera del pueblo, alejados de los resguardos de los balcones. Tal vez por eso, nadie supo que pasaba algo extraño en el Bosque hasta que ya estaba totalmente aislado. Los Habitantes del Bosque buscaron ayuda pero todos los consultados decían lo mismo... "Esto es que El Guardián del Bosque ha desaparecido. Habrá que encontrarlo."

¿Quién era ese Guardián? Nadie parecía conocerle. Las leyendas más antiguas hablaban de la existencia de "alguien" o "algo" que cuidaba de un árbol especial, un tal "Árbol de los Deseos", pero nadie vivo recordaba haber visto ni a uno ni al otro. ¿En realidad habría un Guardián dentro del Bosque? Y si lo había... ¿seguiría vivo? El Bosque era muy antiguo y... ¿existiría realmente aquel árbol mítico que concedía los deseos que se le pedían...?

Sólo había tres personajes muy antiguos que podrían contestar esas preguntas, siempre que su memoria no les fallara. Esos personajes vivían en lugares diferentes del pueblo, alejados de todas las familias actuales que vivían en Ottery. Los valientes habitantes que quisieran desentrañar el misterio, deberían dividirse en grupos y recabar toda la información posible sobre el Guardián y el Árbol de los Deseos, para después juntarse y, entre todos, comprobar si eran ciertas las leyendas.

Pero... ¿Habría valientes que quisieran participar en ello...?

[Xell Vladimir Potter Black]

Lo noté enseguida. En cuanto me levanté de la cama, noté que algo había pasado. El susurro de las hojas de los árboles traían malos presagios, el agua del torrente susurraba malas noticias, los pájaros habían huido dejando los nidos vacíos... En cierta manera, lo último tenía explicación. Hacía frío y Ottery había dejado de ser lugar de acogida para las aves, quienes emigraban a lugares más cálidos. Abrí la ventana y un aire helado anunciaba heladas.

 

Se acercaba el invierno a pasos agigantados. Cerré de nuevo y me vestí deprisa. La mansión estaba en silencio, como si todo estuviera ausente. Sentí algo de miedo. Mi espíritu de sacerdotisa estaba nublado por una sensación de que algo no iba bien. Salí, caminé por las calles vacías. Estaba desolada, era un lugar normalmente muy transitado. Las calles del pueblo estaban vacías, como si la gente se refugiara en sus casas, buscando el calor inexistente de aquel frío polar que había llegado al pueblo.

 

No me di cuenta de los susurros hasta que llevaba un buen rato caminando. Eran sonidos que, si te parabas a escuchar, no estaban. Sólo los oías cuando no prestabas atención. Así que me fijé en lo que decían cuando me senté en un banco de la plaza central.

 

- Esto es que El Guardián del Bosque ha desaparecido - decían unas.

 

- Habrá que encontrarlo. - Decían otras.

 

Me giré, buscando el creador de aquellas voces. Gnomos de jardín y fierecillas del bosque corrían por los jardines, escondiéndose entre las plantas o matorrales de los caminos. En cuanto se daban cuenta que les observaba, desaparecían. Sonreí pero era triste, ¿qué sería eso del Guardián del Bosque? Nunca había oído hablar de él.

 

Me apresuré para llegar al Bosque. Seguro que encontraba alguna pista. A medida que me acercaba me asombraba la frialdad de la Naturaleza. Eso, una sacerdotisa lo sabe. Ya desde lejos vi lo que sucedía. El Bosque era impenetrable. Me tapé la boca con las manos, asustada. Detrás de mí, un corro de voces, repetían:

 

- Esto es que El Guardián del Bosque ha desaparecido.

 

- Habrá que encontrarlo.

[Anthony R. Dracony M.]

Este día levitaba sobre un tejado de una de las tantas moradas de Ottery...veía alejarse a un grupo de gatos con brilloso pelaje que solo era muestra de que pertenecen a magos y brujas, los dueños les alimentanbien y eso les proporciona un pelaje sano y hermoso. Suspiré al verlos...sería más tranquilo ser gato, ronronear tomando el sol, o durmiendo sobre las tejas, maullando en lo alto de los árboles, paseando por entre las ramas, cantando alegremente todas las noches a la hermosa luna...si...me estaba antojando una vida más relajada.

 

No estaba en ninguna casa, odio estar en lugares a solas, me invento cosas que hacer para no caer en mis tristes pensamientos de siempre. La mañana está fría debido al último mes del año, ¡Qué rápido ha transcurrido! o al menos eso me parece al contemplar el pueblo, sus calles que conozco por deambular casi desde que llegue al lugar. Miro el cielo tratando de calcular hora (algo que creo tardare aun en perfeccionar).

 

La gente camina comentando las nuevas noticias, así que solo es cuestión de prestar atención, ya me voy enterando por aquellas frases sueltas que me dedico a tejer...así me entero de que preparan las festividades decembrinas, de las familias que piensan hacer una gran reunión familiar, de los que está en la campaña de engalonar el pueblo y de una preocupación que corre de boca en boca sobre el Bosque Prohibido...

 

Eso me pica la curiosidad, aí que desciendo usando el amuleto volador hasta llegar suavemente al piso y sigo a un par de caballeros que van hablando sobre la búsqueda de un tal guardián que aseguran a desaparecido...

[Dennis Delacour]

La ojiazul abrió sus ojos esa mañana más por costumbre que porque sintiera que ya era tarde, el invierno había llegado junto con la temporada de navidad y los cielos amanecían grises y llenos de nubes cargadas de agua, en cualquier momento la lluvia llenaría las calles de Ottery y lo que menos se antojaba era salir de la cama, pero ese día se había comprometido con ir al callejón Diagon por una plantas que necesitaba para unas pociones que estaba practicando en un improvisado laboratorio dentro de la mansión ya que pretendía estrenar el libro de pociones avanzadas que su buen amigo Garry le había regalado por su cumpleaños.

 

Después de ducharse se vistió con un jean azul desgastado, botas color beige y un buzo de lana azul claro y se coloco su túnica favorita que conservaba con el escudo de Ravenclaw. Mientras estaba desayunando para salir su pequeño elfo Percy llego con una preocupante noticia — Señorita Dennis, en las calles dicen que el bosque ha sido sellado, que no hay forma de entrar por ninguna parte y que no hay solución — escucho atenta las palabras del pequeño. — Eso debe ser un error Percy, hace poco estuve allá y todo lucia bien — le respondió al elfo pensando que tal vez estaba equivocado.

 

— No es un error señorita, bien lo decía la antigua bruja Missa que vive en el rincón más lejano de Ottery, cuando el guardián del bosque desaparezca el bosque lo hará junto con el — escucho las palabras del elfo pero no entendía de que hablaba, la rubia había pasado muchos días en el bosque y nunca había visto un guardián. Tomo su varita y se desapareció rumbo al bosque prohibido.

 

Cuando llego no pudo evitar abrir sus ojos en sorpresa por la imagen que tenia delate de ella, era cierto el bosque estaba sellado y ya en el lugar varios magos y brujas observaban ese caos. En ese momento recordó las palabras que dijo Percy sobre aquella bruja de nombre MIssa que en alguna ocasión dijo que esto pasaría. Si ella lo supo desde hace mucho tiempo atrás tal vez sabría como darle solución.

[Anthony R. Dracony M.]

Siendo solo un chico, pudo estar detras del par de caballeros escuchando su conversación que no era muy abierta, al parecer, ellos hablaban cuidando de no decir mucho, hasta parecía que usaban un lenguaje secreto o en clave. Pero como mi pasión es desdreñar misterios por mucho cuidado que ellos tomaron para darse información, acabe atando hilos sueltos con los cuales pude tener una idea clara de lo que estaba ocurriendo.

 

Con un padre adoptivo ermitaño como lo es Reacon, un hermano de guerra poco sociable y unos primos que viven al margen de la sociedad, tenía muy claro que hay sitios en Ottery donde se encuentras personas que viven alejados de los demás por su propia elección, solo habría que averiguar, cuales de ellos eran los más antiguos, algo complicado ya que como su propio padre Reacon se lo menciona a veces: "Los inmortales como los vampiros, los magos poderosos y los seres misticos, no siempre muestran en su apariencia fisica, el tiempo que han vivido, así como yo, que solo parezco de 24 años pero he vivido más de quinientos años, así hay gente que también es antigua y lo más valioso que ellos poseen es la sabiduria que han obtenido por la experiencia de vida, de ellos siempre escucha lo que te digan, aprenderas bastante".

 

Primero me encamine a la Hacienda Tonks, que se encuentra en la parte más alejada de Ottery, algo se habla de un lejano sitio en el terreno donde hay una cueva y de un hombre que ha tomado esa cueva como su morada, así que sería el primer sitio a visitar, solo esperaba correr con suerte porque si un ser se aleja tanto de los demás puede correr con dos grandes problemas: que pierda la memoria y no tenga de que hablar o que olvide como conversar con la gente.

[Xell Vladimir Potter Black]

Lamenté no haberme puesto una chaqueta más fuerte. Me crucé más sobre el pecho la sencillita, de color azul, que llevaba puesta. Hasta que no paré de caminar no sentí el aire tan frío sobre la cara. El viento hacía revolotear los mechones rubios contra mis mejillas. Intenté varias veces apartarlos de la cara pero era una faena inútil contra la furia desatada.

 

Los susurros desaparecieron de repente. Alguien se acercaba. Enseguida reconocí a la chica que, de lejos, se parecía a mí. Era alta, delgada y tan rubia como yo, aunque su pelo parecía blanco cuando le daba la luz. Era Dennis y la conocía por haber compartido una aventura con el Primo Antoni.

 

- ¿Sorprendida? - le dije, hiendo a su encuentro. Creo que ella no me había visto. Los susurros volvieron, aún más bajos que antes, con miedo.

 

- Esto es que El Guardián del Bosque ha desaparecido.

 

- Habrá que encontrarlo.

 

Intenté mirarla a los ojos pero el aire era muy molesto y movía la cabeza y las manos intentando parar el remolino de cabellos que me golpeaban la cara.

 

- ¿Les oyes? Dicen que... el Guardián... del Bosque... Que no está...

 

Me parecía un poco boba diciendo eso. ¿Pensaría que estaba loca? Alcé la cabeza y las voces desaparecieron.

 

- Dicen que hay que encontrar al Guadián del Bosque.- Intenté que mi voz sonara fuerte y, por lo contrario, parecía ser un hilillo de fuente. - ¿Tú... crees que... puede ser cierto...?

 

Dennis seguro que pensaba que había perdido la cabeza. Entonces.... Me giré hacia uno de los gnomos que asomaban la cabecilla por entre unos matorrales, fruncí el ceño, miré a mi amiga muy sorprendida.

 

- Dicen que la fuente de piedra del antiguo lecho del río, ahora seca, puede ayudarnos a descubrir quién es el Guardián del Bosque.

 

Estaba confundida pero, de repente, supe que tenía que ir allá para saber si eso era una pista cierta sobre el que llamaban el Guardían. Merecía la pena caminar hasta allá si podíamos deshacer el misterio del bosque enmarañado. Pero... ¿Qué pensaría Dennis sobre mi conducta?

[Dennis Delacour]

La rubia se había quedado sorprendida ante la escena que tenía frente a ella, su bosque, su adorado bosque totalmente sellado para el mundo y para todos los que amaban pasar el tiempo dentro de sus terrenos a la sombra de un árbol leyendo o simplemente caminando entre la vegetación y abundancia de criaturas que habitaban el lugar. Sentía como su corazón se arrugaba de pena al ver tal imagen, y si esto no tenía solución? y si perderían el bosque para siempre?.

 

Estaba tan concentrada en sus devaneos mentales que no sintió que alguien se aproximaba a ella hasta que estaba tan cerca que pudo hablarle. Era Xell, la había visto un par de ocasiones de paso en el ministerio pero la recordaba un poco más por la invitación que les había hecho el director de misterios a todos los departamentos a una salida de campo. — Creo que más que sorprendida diría que estoy aterrada — y era la verdad, el pánico de que eso no tuviera solución empezaba a surgir en su mente.

 

Fijó más la mirada en la joven frente a ella cuando pronunció las palabras acerca del guardián del bosque, era la segunda vez que escuchaba aquello ese día y tal cosa no podía ser coincidencia alguna, tal vez algo tenía de verdad. Cuando Xell le preguntó si escuchaba algo la verdad es que no pero la Delacour tenía más afinidad por sentir energías alrededor y no era tan sensible para oír las voces del bosque. — Realmente no tengo la habilidad de escuchar lo que me dices Xell, pero alguien más en este día me ha nombrado al guardián del bosque y puede ser cierta su existencia — dijo a la joven que se veía un poco dudosa sobre preguntarle al respecto de ese tema. Sabía que existían brujas más sensibles a ciertas cosas y tal vez por eso Xell escuchaba esas voces, solo esperaba que no creyera que pensaria mal por eso.

 

Cuando hablo de un sitio donde se podría buscar información al respecto recordó las palabras de Percy — Mi pequeño elfo me informo de una mujer bastante anciana que ha vivido en el rincón más alejado de Ottery toda su vida y que una vez dijo <<cuando el guardián del bosque desaparezca el bosque lo hará junto con el >>. Así que tal vez ella sepa donde encontrarlo, pero tampoco quiero que vayas sola a buscar esas pistas que dices. No se si te parezca que vayamos primero allá y luego donde la anciana Missa o si prefieres que nos separemos — dijo a la rubia cerca a ella. Sabía que el tiempo era vital en este momento, pero tampoco quería interferir con los planes que de pronto Xell estuviera pensando para obtener la información que se necesitaba. Esperaba por la respuesta de la joven.

 

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[Anthony R. Dracony M.]

El aspecto de ruinas de la morada Tonks, se notaba aún más de lo que lo recuerdo...no pase a la casa aunque sabía que los elfos siguen en sus habitaciones subterraneas cuidando la propiedad, como Hanimi me había confiado un día: "La familia se ha marchado, algunos miembros a recorrer mundo y otros a construir sus hogares con sus amadas parejas, la hacienda solo era un lugar de...veraneo", tarde lo supe, así que no tengo recuerdos de "la familia".

Memorable fue el día que llego Sunar a recoger sus cosas y compartió una rica comida y una amena plática conmigo, esa vez a ella le alegro escuchar que me comprometía a quedarme ( parece que nadie lo hacía y era bastante extraño a decir verdad, pero eso no me importo aquella vez y la vi partir con su pequeño hijo, ese día fue el único día normal hasta que transcurrieron varios meses y la hacienda pareció resurgir tras un sueño, pues uno de los patriarcas reapareció, también por poco tiempo, lo cual lamento aún ahora, pero no puedes hacer que la gente cambie de la noche a la mañana).

 

 

Al noroeste de la hacienda, está el bosque, es impresionante como desde esos montes, se tiene la vista del pueblo...la poca cercanía con el resto de las viviendas del pueblo, sobre coje mi persona pues es lo que hace a la propiedad de las que estan más abandonadas ya que nadie suele ir a ella y me pregunto si habrá algún día la oportunidad de conocer a alguien que llegue hablarme de la familia que no conozco.

 

Los montes son altos pero no pueden denominarse como montañas y busco con afan la cueva que se dice es la morada de ese enigmatico mago, pero caminando por este sitio, recuerdo a Sagitas de cuando trabaje en su Bar café, de las muchas veces que le vi en el ministerio y esa ocasión que sintiendome solo, le fuí a buscar a su casa...claro que yo no les conozco, ni ellos a mi y estoy ahora seguro, que nunca les facilite hacerlo.

 

Sagitas....es de las personas que te dejan solo felicidad al tratarla y ahora que lo recuerdo, una vez que Cindy y yo le preguntabamos sobre esos grupos inlegales que circulan por la comunidad, nos aseguro que hay muchos detalles que conoce de las familias y de los magos y brujas que pertenecen a Ottery. Es posible que cometiera el error de venir en pos de un extraño, teniendo a Sagitas que tiene mil cosas y detalles en sus diarios...

[Tamarindo]

Como siempre, me desperté tarde y ni ganas de vertirme, estaba con un calentito pijama polar puesto y varias chaquetas unas sobre otras para este unisual frio que había hoy en Ottery.

 

--¡Pero qué frio hace hoy!

 

Silencio, en casa no habia nadie mas, como solia pasar, que la suegris Amya a saber dónde estaba, dormida a pierna suelta o fuera por viajes inesperados... y la oveja pues con la lana que tiene (?) podia estar fuera a gusto.

 

Bajé a la cocina a buscar una taza de té o café o algo para abrir mejor los ojos en esta mañana tan fria, y me encontré con la cocina desordenada, como si los elfos llevaran en huelga mas de una semana... Como no, si Suegis, no hay trabajadores en esta casa. Me tocaria limpiarla a mi. Pero antes tendía que sacar la basura, estaba a rebosar y apestaba, tenia esperanzas de que fuese la oveja que apestaba tanto, pero no, era la basura.

 

--Pero que caca, esto no puede ser, si no saco yo la basura nadie lo hace, y con este frio!!

 

Agarré la bolsa de basura y me fui fuera, con las botas de invierno, el pijama polar, un abrigo abrigoso sobre todas las chaquetas, una bufanda y un gorro. Una se abriga aunque sea para bajar la basura, que no quiere resfriarse a pocos día de navidad. que luego no me dejan cenar con todos en familia... (vaya familia la mia, estaba ausente XD)

 

Pero al dejar la basura en el contenedor, me di cuenta de que las cosas no iban bien. Habia un silencio desolador, no habia nadie en la calle, no habia ruidos, ni pajaros piando ni nada.

 

--Qué raro, a estas horas suele haber ajetreo de gente, donde estarán?

 

El viento sopló y algo pude oir... muy leve, algo del bosque, ¿Un Guardian perdido?

 

No entendía nada, pero me dispuse a ir, con paso apurado a ver si entraba en calor, hacia el bosque, donde para mi sorpresa me encontré con bastante gente. Me meti entre todos, para llegar a primera linea, era bajita y detras de todo el mundo no veía nada.

 

Me encontré con Xell y Dennis, que estaban allí mirando un bosque que parecía cerrado. No se podía pasar de ninguna forma. Que extraño.

 

--Chicas... hola. ¿Sabéis que pasa aqui? Yo... acabo de oír algo al viento... Me acerque por cuiosidad y me encuentro con todo esto. Pero... no sé que pasa.

 

 

@@Dennis Delacour @

[Xell Vladimir Potter Black]

Mis dudas sobre la reacción de Dennis desaparecieron casi al instante. Siempre desprendía una energía positiva; esta vez fue lo mismo. Cuando confesó que se sentía aterrorizada, supe que ella estaba como yo, muy asustada por lo sucedido en el Bosque. Entendí que ella no escuchaba aquellas voces pero no me veía como una enajenada. Ella no era sacerdotisa, por ello no escuchaba a mis confidentes, tan asustados como nosotras.

 

Sin embargo, tenía también sus propia forma de averiguar algo de lo sucedido. Me sorprendía que también hubiera oído hablar del Guardián del Bosque. Yo era la primera vez que escuchaba de él, hoy era la segunda vez que lo nombraban. El viento seguía siendo molesto por lo que acabé atando los mechones revueltos con una gomita azul, del mismo color que mi chaqueta.

 

- ¿Una mujer anciana en el rincón más alejado de Ottery...? No es la misma pista, supongo... - Estaba inquieta. Su frase había sido casi amenazadora. "Cuando el Guardián del Bosque desaparezca, el Bosque lo hará junto con él..." - ¿Significa que tenemos que encontrar al Guardián para que el Bosque Prohibido no desaparezca del mapa?

 

Dennis tenía razón, había que seguir las pistas pero la mía y la suya eran diferentes y...¿cuál de las dos sería la correcta? Hubo un ruido que se expandió por la zona como un eco. El Bosque parecía aún más enmarañado en una masa amorfa que lo desdibujaba...

 

- No sé si tenemos tiempo de ir juntas a los dos sitios. El Bosque empeora... ¿Lo notas? Yo sí. Es mi espíritu de Sacerdotisa, muy ligada a la naturaleza. ¡El Bosque está desapareciendo! Tal vez debiéramos ir cada una a buscar la pista y volver aquí. Este sería el punto de encuentro.

 

No soy valiente, sabía que ir sola era peligroso pero... ¿Qué podríamos hacer sino...? Alguien nos habló. Era Tamarindo, la amiga íntima de la tía Sagitas. Tenía buenos recuerdos de ella, sobre todo porque en la boda del primo Matt nos había ayudado muchísimo salvando al elfo Harpo.

 

- ¡Hola, Tamarindo! Me alegra muchísimo verte. -Hice un gesto hacia el Bosque cerrado, supongo que la visión era más fácil de entender así que con palabras. Entonces caí en algo que había dicho. - ¿Tú también oyes al viento?

 

Yo no podría decir eso, yo oía más a las criaturas del Bosque que se habían quedado sin hogar. Ese poder de Tama demostraba que era una buena bruja.

 

- Según parece, el Guardián del Bosque ha desaparecido y hay que encontrarlo. Pero no sabíamos nada de su existencia, creo que puede ser una leyenda sin fundamento... O tal vez sí... Íbamos a buscar referencias sobre si es cierto o no. Tenemos dos pistas, Dennis sabe de una anciana llamada Missa que tal vez sepa de él. Yo quiero ir a una fuente de piedra del río reseco, no sé qué puedo encontrar por allá. ¿Te unes a la búsqueda?