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Gala de Navidad 2018


Sagitas E. Potter Blue
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Suspire...quizás más de la cuenta, eso te ocurre cuando haces remembranza de lo que has vivido. Y sigo caminando, como he comprobado desde que tengo memoria, de ese modo he llegado a muchas partes y he visto algo de mundo y a pesar de siempre caminar, no puedo decir que conozco algo, un poco es nada si se mira con detenimiento.

 

Eso me hizo notar varias cosas, unas ramitas rotas de alunos arbustos. Más adelante, el pasto aplastado por la planta de unos pies descalsos, no usa calzado aquel que ronda por la ladera de los montes. Las aves se ven tranquilas, mi andar tranquilo no las asusta, su canto es agradable y pienso que ellas están acostumbradas a la presencia de aquel que decidió vivir en aquella cueva que se disimula bastante con esa cortina de musgo.

 

Si no fuera por lo que observe, no hubiese llegado ante la cueva. No esta tan lejos de un pozo que gotea agua cristalina, la naturaleza me maravilla y creo que no es un mal lugar para vivir, agua de roca, sombra que prodigan los árboles, sol que calienta como una cobija cálida, una cueva que resguarda muy bien de los elementos, frutos que solo hace falta ir a cortar como las moras silvestres y las nueces de nogales muy apetitosas.

 

Me pongo a pensar que puede sentirse enfadado de que invada su amado espacio, yo lo sentiría de ese modo. Me encaramo en uno de los árboles, por suerte mi hermana Lady me enseño a hacerlo. Desde las ramas altas me cubro tras el espeso follaje y aguardo a verlo, me inquieta pensar cuanto tiempo tendré que esperar, por suerte lo que veo me entretiene: hadas de lindas alas revolotean camino a la gruta, ardillas que toman nueces y se van corriendo y saltando, gnomos que usan los hongos para ocultarse pero sus desproporcionadas cabezas los delatan, un bowtruckle se desplaza con agilidad en el árbol adjunto al que yo me encuentro, es una suerte que no elegí su árbol para encaramarme!...

 

El lugar está bastante vivo y casí me olvido del porque aguardo...si, debo averiguar si el hombre que vive en está cueva, es uno de los que conocen al guardían del Bosque prohibido, y del que se cree que esta perdido, o desaparecido como mencionan los rumores en Ottery-

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Espero atenta por la respuesta de Xell sobre lo que la ojiazul le había comentado momentos antes. Después de escuchar sus preguntas se quedo pensando un instante — La verdad yo no sabía de la existencia de esa mujer hasta que mi elfo me lo dijo, al parecer lo escucho de elfos más antiguos. Y sinceramente espero que no signifique eso Xell porque sería algo en extremo preocupante, que el hecho de que nuestro bosque desaparezca si no encontramos a esa persona y más sino sabemos siquiera si su existencia es real — dijo a la bruja con tono de preocupación, en serio le angustiaba el hecho de perder a su amado bosque, su refugio en incontables ocasiones.

 

Asintió a las palabras de la joven con respecto de que no disponían de tiempo si querían encontrar una solución y eso era totalmente cierto. Si bien no tenía las habilidades de una sacerdotisa si sentía como la energía del bosque mismo empezaba a disminuir, y de seguir así de seguro terminaría por apagarse del todo y ese sería el final.

 

De pronto escucho una voz conocida, Tamarindo llegaba al lugar observando la situación y preguntando por lo que ocurría. — Hola Tama, un gusto verte aunque el momento no sea el mejor — Xell muy amablemente le explico lo poco que sabíamos hasta el momento, de lo que se había escuchado y de las posibles pistas que tenían para seguir y ver si podían encontrar la manera de arreglar la situación. Ahora esperaba que Tama decidiera ayudarlas para empezar con su misión.

 

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Editado por Dennis Delacour

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Miro las criaturas y también abajo en la boca de la cueva, vigilando lo que sucede, es un día frío y espero no quedarme mucho sobre la copa del árbol, el aire frío circula más en la altura que al pie de los áboles. Tras unos veinte minutos, se mueve la corttina de musgo y lo veo asomarse, lo que me asombra es verle en el cuello una tira de tela que da varias vueltas a modo de venda y....¿será posible? parece tener algunas manchas de sangre...

 

Me inclino un poco, si, en su cabellera y barba castaña ya pintan algunas canas. Lo observo como sale y en su mano izquierda lleva unn arpa...¡Que raro! mis ojos miel se abren de asombro, nunca me lo hubiera imaginado!....es la primera vez que se de alguien que toca el arpa...así que sigo sus movimientos cuando da los pasos suficientes para sentarse sobre una roca, se coloca el arpa al frente y desliza sus dedos por las cuerdas. La música es hermosa y disfruto la interpretación que hace, aunque no reconozco si es alguna melodia conocida.

 

 

Es hermoso lo dulce que suenan esas notas, quedo embelezado con la música y trato de ver como sus manos se mueven mientras con sus habiles dedos hacen que las cuerdas vibren tan bello, me descuide y sali de mi escondite entre el follaje, el hombre se detuvo de tocar y alzo la mirada hacia mi, me miro a la cara, en un principio de forma seria y me hizo ademan con su mano derecha de que bajara y fuera hacía él.

 

Descubierto de mi escondite que ya no lo era, pensé en que sería tonto salir huyendo, vamos! que era precisamente a quien estaba buscando, así que baje del árbol y me acerque a él pronunciando un saludo con un tono preocupado...¿y si no me entendia?

 

--Hola...toca muy bien, esa melodia es hermosa, me gusto bastante. -- El hombre alzo los hombre en respuesta y me señalo un tronco cercano para que me sentará, así lo hice y me acomode lleno de curiosidad. El espero a verme comodo y volvio a tocar, la música que hace brotar de su arpa es tan hermosa! le escucho atento y tras una media hora, cierro los ojos y la música me transporta a un paraje floreado con un arroyo, una brisa esparce pétalos suavemente, creo que veo los rayos de sol sobre las hojas y césped....¡es tan maravilloso! abro los ojos admirado y le veo sonreir...-- ¡que mágia tan sorprendente ejecuta usted! -- Le comentó con sinceridad porque es la primera vez que una melodía me trasmite imagenes tan bellas...

 

Cuando mi amiga Esmeralda y mi hermanita Lady me enseñaron a tocar la guitarra, la música me hizo sentir libre...ahora este hombre hacia que mi imaginación viajara y sentí en el cuerpo una agitación por volver a experimentar esa experiencia de nuevo.

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Esperaba la respuesta de Tamarindo. Me sorprendió que ella conociera a Dennis, aunque no sé porqué me causó tal extrañeza. El pueblo estaba interrrelacionado entre las familias de tal manera que no me extrañaría que cualquiera de los vecinos tuviera algún tipo de parentesco con mi Familia Vladimir o la Potter Black.

 

Dennis y Tamarindo se saludaban; aproveché para pensar un poco. El tupido velo de vegetación arisca rodeaba el Bosque con tal fuerza que casi podía oír los quejidos de los árboles y de las criaturas atrapadas entre ella. Suspiré un poquito asustada, aunque no quería que ellas se dieran cuenta.

 

- Creo que debemos darnos prisa. ¿Vamos las tres juntas? Seguimos primero una pista y después seguimos la otra, ¿os parece bien? Sé que eso lo propusiste tú antes, Dennis. Ahora creo que tienes razón. Sea como sea, tenemos que hacerlo cuanto antes. No podemos esperar más.

 

Las voces seguían susurrando que el Guardián del Bosque era el único que podía deshacer aquello.

 

- ¿Creéis que será una maldición? - Volví a sujetar mis brazos, con frío interno. - ¿Sabes quién es esa Missa y dónde encontrarla? Al menos tienes algo. Yo sólo sé que encontraremos información en la fuente del río seco. Nunca he ido allá, aunque sí oí hablar de la fuente y del banquito de madera donde se podían escuchar los pájaros y ver saltar a los peces. Pero eso debió de ser hace mucho tiempo porque siempre lo he visto seco...

 

Esperaba que se decidieran a hacer algo. No había tiempo que perder.

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-- ¡que mágia tan sorprendente ejecuta usted!--Mencione cuando había terminado aquella pieza musical y el hombre cuyo gesto había estado algo serio, rompio a reir con tal alegría que le acompañe de buena gana...cuando volvimos a la calma, me aventuré a preguntarle, hasta ahora él no ha produnciado palabra alguna, le miro aquellos trozos de tela que le ocultan el cuello...¿será que está lecionado y no puede hablar?

 

 

--Oiga, escuche decir a las personas del pueblo, que usted es uno de los magos más antiguos...-- El hombre levanto una ceja, con su mano froto la madera del arpa, después con sumo cuidado la coloco a un lado y colocando sus manos sobre sus rodillas me respondió mirandome a la cara.

 

--Y que ocurre si lo soy, que deseas conmigo? ¿qué más han dicho sobre mi?-- Esa respuesta me hizo pensar un poco, ordene mi pensamiento, todo lo escuche en tercera persona, escuchando en lo alto de los tejados y sin que ninguna de aquellas personas me lo contaran a mi especificamente, lo cual podía no ser cierto.

 

Remoje mis labios antes de hablar, sintiendo que debía decir la verdad al hombre-- Bueno...las escuche sin que ellas me vieran, pero ha sido por ello que decidí buscarlo, sabe, hay un grave problema afectando al bosque prohibido, la vegetación más dañina lo ha aislado, hasta las copas de los árboles fue cubierta por la tela de las acromantulas, así que no se puede asesar por arriba ni por los caminos usuales y todos hablan de lo mismo que ha sido por que el guardián del Bosque ha desaparecido....y también han dicho que hay gente que sabe de ese guardían y que son personas que viven alejados de todas las personas que hay en Ottery....por eso supongo que usted es uno de esos personajes, bueno, vive en una cueva...y rodeado de un maravilloso lugar natural, es una maravilla, creo que eso es lo importante, es un bello lugar para vivir.

 

 

 

--Un gran problema es ese que mencionas, así que el Bosque está en peligro....mmm si, algo le habrá ocurrido al guardían, porque él no hubiese permitido que ocurriera eso que cuentan. Bueno, el bosque es mil veves más maravilloso que este rincón ¿qué piensan hacer?

 

 

--Fácil, encontrar al guardían del Bosque!

 

--¿En serio? ¿y cómo, si se puede saber? --Me miro, mientras entrelazo sus manos y sus brazos descansaban sobre sus piernas, su mirada parece que desea atravesarme, la pregunta era complicada para darle una respuesta...¿cómo encontrar al guardían? empece a preocuparme...una empresa muy difícil...

 

 

--Bueno........pues....si al menos supiera como es, eso ayudaría mucho. ¿Usted puede decirmelo?

 

--No, no puedo jovencito, no puedo decirte nada.--El alma se me fue a los pies...

 

--Pero dijeron que los antiguos podían decir quien o que es el guardían...

 

-- Ya te lo dije, no puedo decirte nada, aunque si soy uno de los antiguos, sabes? eso se perdió en mi memoria hace mucho tiempo...

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Aún no me habían contestado Dennis ni Tamarindo cuando sentí los susurros de nuevo. Esta vez eran más fuertes, más temblorosos... Una ardilla (o lo que yo creí que era una ardilla) se acercaba a nosotras; le temblaban los bigotes. Hubiera sido cómico sino inspirara pena. Sin pensar, bajé mi cuerpo para cogerla en brazos.

 

Fue instantáneo. Lancé un gritito de sorpresa al notar la traslación. No estaba preparada, sentí nauseas con el movimiento raudo que giraba con violencia a nuestro alrededor. Apreté a la ardilla contra el pecho y caí de rodillas en el suelo.

 

Era tierra marrón, con losas planas. Me despellejé una rodilla. Miré hacia delante. Estaba (no sabía si las chicas me habían seguido, no me atrevía aún a mirar a los lados) en el lecho de un río seco. Delante, una fuente reluciente de piedra blanca soltaba un hillillo de agua fresca y cantarina. Las gotas rebotaban en una pila de mármol y arrancaban sonidos agradables a la pila.

 

Sonreí, a pesar del mareo. Era una postal idílica aunque no supiera qué hacíamos allá. Pasos... Un Duende de orejas muy grandes, se acercaba con pasos firmes hacia nosotras. Apreté con más fuerza la ardilla contra mi pecho. Era pequeño, me llegaría a los muslos, pero su rostro era fiero, sus manos eran fuertes y muy grandes, acostumbradas a asir la espada enorme, casi tan grande como él. Sus pies desnudos, dejaban marcas sobre el polvo marrón de la orilla.

 

Pasó a nuestro lado sin darse cuenta que estábamos allá. Retrocedí un palmo y di un paso en falso que arrancó una de las piedras planas. Cayó al agua del río con fuerza y levantó un charquito de agua a mis pies. El Duende se giró hacia mi y vi un gesto de rabia en su cara; enseñaba los dientes, algo amarillentos.

 

Era una imagen terrorífica. La ardilla se revolvió de mis brazos y saltó al suelo. Corrió veloz hacia la fuente y se encaramó a la pila. Bebió unas gotas y miró al duende, quien no había dejado de mirarla. Envainó la espada y se acercó a ella. Metió la manaza en el agua y bebió con placer. Su rostro ahora era calmo. Su voz era ridículamente suave para lo hosco que era su figura.

 

- ¿Qué haces aquí, Aburne? Deberías estar en el Bosque, junto al árbol hueco donde tengo mi casa. Allá estarás protegida.

 

La ardilla se encaramó al hombro del Duende y, juntos, dieron media vuelta, alejándose por la orilla. Ahora el color variaba y aquella fuente hermosa se convirtió en una ruinosa reliquia, sin agua, sobre un lecho seco, que yo reconocía ahora. Después volví delante del bosque, con las manos vacías.

 

- ¿Habéis visto eso? El Guardián del Bosque era un Duende. O eso creo...

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Me costó decidirme, pero Xell y Dennis tenian razon, deberíamos ir mejor las tres juntas a por ese guardian que habla el viento y ayudar al bosque a mejorar... no podría ser que dejásemos al bosque asi si estaba en nuestras manos cambiar algo de el y ayudar a ese supuesto guardian que protegía al bosque. Será que al desaparecer ese tal guardían, el bosque o algo mas bien, habia tomado riendas del bosque y lo habia cerrado y puesto tan mal?

 

--Yo creo que debemos ir juntas, es mejor por si nos pasa algo, poder ayudarnos entre todas...

 

Pero dicho esto, Xell se agachó para agarrar a una ardilla y por instinto, me agarré a su chaqueta y un torbellíno me arrastró hasta un claro del bosque, donde caí a cuatro patas, con un gran mareo encima...

 

Miré a mi alrededor pero estaba sola, no las veía a ninguna de ellas, no sé donde estaba, pero esa ardilla era algo sobrenatural segurisimo, aunque con como estaba el bosque, bien podia ser una maldición que va acorde con toda esa maldad que rodea al bosque.

 

Estaba asustada, y estaba sola, no sabía que pasaba, ni donde estaba, ¿había entrado al bosque sin querer? Y Xell donde estaba, ella había agarrado a la ardilla, y yo a ella, debeíamos estar juntas.

 

Pero se ve que no era asi.

 

Me puse de pie y vi a lo lejos una gran figura de lo que parecía un hombre, apoyado en una espada con un manto o tunica que le cubría los grandes hombros y sus anchas espaldas, el manto tenia ramas y raices, que hacía que se amuflaba con el fondo del bosque que se veía detras. Será este el guardian del bosque? No lo sé...

 

Cuando quise preguntarle, de mi boca no salia sonido alguno, no podía hablar, ni preguntarle nada, el hombretón levantó la espada y las ramas de los arboles mas cercanos florecieron... Sin duda ese hombre tenía una magia increible...

 

Di un paso al frente para acercarme, y un torbellino me arrastró de nuevo hacia atras y apareció en el borde del bosque, con Xell y Dennis.

 

Tardé en recobrar el aliento despues de ese mareo que tenía y me levanté.

 

--Dime que tambien lo viste? A un gran hombre que hacía florecer los arboles. Tenía pinta del guardian que buscamos...

 

las miré buscando complicidad, pero creo que no la pude encontrar...

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La rubia había elegido hospedarse en el Caldero Chorreante, sabía que tendría que conseguir otro lugar donde vivir ahora que había decidido regresar a Ottery, pero aún no estaba segura de en dónde. Un hogar en alguna familia sería... extraño. Mientras pensaba en ello observaba el techo de la habitación, no era un lujo, pero como había dicho el posadero, estaba limpio, milagrosamente. Solo unas marcas de antigua humedad jugaban a crear formas en su imaginación. Y no solo estaba limpio, además era cálido, en un rincón una antigua chimenea había proveído de calor toda la noche, por eso le sorprendió al bajar que el lugar estuviera tan frío.

 

Kimberly se había dado una ducha rápida y vestido sus ropas más cómodas, viajaba con poco equipaje, en una mochila llevaba lo indispensable, verdad que tenía un hechizo agrandador en su interior pero nada de otro mundo. Se sentó en una mesa observando los corrillos de gente que leían o comentaban en sus mesas algo del bosque. Cuando le trajeron el desayuno, café, tostadas y el periódico mágico le preguntó al cantinero qué ocurría.

 

--El Bosque Prohibido está encerrado --respondió el hombre con expresión compungida --dicen que el guardián ha desaparecido y nadie sabe llegar al árbol de los deseos, que son los únicos medios de salvarlo, nadie sabe cómo entrar ni cómo están los seres que habitan en él.

 

La Black se sorprendió pero hizo caso a leer la nota que el nuevo periódico mágico había publicado. Comentaban que hasta los gnomos de jardín huían cuchicheando del tema, una bruja aseguraba que los había escuchado preocupados antes de desaparecer. ¿Qué podía hacerlos huír? ¿Solo la presencia de los magos y brujas que habitualmente los echaban del lugar? Lo dudaba. Pensó mucho tiempo, tratando de recordar, ¿cuándo había sido la última vez que había corrido peligro el bosque? cuando ella era humana su nodriza le contaba del guardián del bosque, pequeño, divertido, amigo de todas las criaturas. Pero el tiempo había pasado y la bruja le contó que el pequeño y salvaje ser había ido sufriendo la pérdida de sus hermanos, sintiendo como caían árboles y criaturas mágicas y no mágicas y eso lo había vuelto huraño y desconfiado. La nana solía decir que ojalá el guardián nunca perdiera su ilusión, porque el día que eso ocurriera sería el día en que perdieran ese bosque también.

 

 

Tras pagar su estadía y sus consumos la bruja salió al patio trasero del Caldero, observó la pared por la cual ingresaría al Callejón Diagon y se lo pensó. No, no podía seguir su camino como si nada. El bosque había sido para ella una de las historias de su infancia, las historias de Gromit, defendiendo su bosque y rescatando animales y plantas habían iluminado sus noches antes de dormir. Suspiró, ¿por qué no? No tenía nada más importante que hacer, así que sin dudarlo más, sacó su varita y desapareció hacia el ingreso del Bosque Prohibido, allí podría encontrar alguna pista y descubrir qué tan real era la caída del lugar.

 

 

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Me desanime escuchando su respuesta....eche mis brazos atras para sostenerme a modo de respaldo, lo miré y aunque tengo ese sentimiento de frustración por su respuesta negativa, pude apreciar que él estaba sonriendo.... muchas veces veo esa expresión en las personas, lo que yo veo como algo decepcionante para otros no lo es y me pregunto de que modo puedo continuar...tal vez buscando a los otros dos seres antiguos, ni idea tengo de quienes serán! ¿y ahora?

 

 

Es imposible pensar con obtimismo cuando la frustración te abraza con fuerza, y ahora me sentía de ese modo, sin esperanza y sin saber a donde ir. El mago tiene una apariencia de un hombre amigable, al parecer es alguien sencillo, a él no le hace falta nada para sentirse bien y le miro con envidiada, si pudiera cambiarme por él!

 

Pero muchas de las veces me ahoga este tipo de sentimiento, donde me siento nada, ni nadie y sin manera de cambiar. Escucho al hombre de nuevo:

 

--No te desanimes, espera, tengo una idea, te dedicaré mi siguiente melodía, ok? está versión única... será especial para ti, ni más ni menos la que te devolvera la esperanza...escucha

 

 

Tampoco es que tenga corazón para desmentirle, tampoco para dejarme arrastrar por la furia....la siento, siento esa necesidad de golpear, destruir, lastimar...pero tal vez deba hacer oídos sordos de nuevo, aunque no hay que me cambie el estado de animo que ahorita me embarga...lo escucho y por ser cortes, respondo que si, que le escucho.

 

 

Vuelve a tomar el arpa, me dirige una mirada y después empieza a tocar...yo sigo el movimiento de sus manos, le veo como toca las cuerdas, sus dedos parecen conocer bien como sacar esa notas que de a poco me llenan los oídos, es como ........si envolvieran mis pensamientos, no me preocupa regresar y escuchando la música que interpreta con su arpa, tampoco es que desee irme. No necesito ir a ningún lado, así que solo escucho. La música es bella y andando el tiempo, me hace cerrar los ojos, no se bien porque pero de algún modo, era como si estuviera previsto. Nuevamente me sentí transportado por las notas...vi un paisaje hermoso, es como flotar mientras visualizo con el alma ese sitio especial...

 

La música parece transportarme a esa imagen de un lugar especial en el bosque, un lugar que no he visto, aunque le he visitado algunas veces, pero se que es en el bosque y llegamos frente a un enorme árbol que está cubierto por las hadas que revolotean con sus lucecillas azules y amarillas por entre sus ramas, alrededor y encima de él y de fondo se ve la novhe con una luna sonriente...es la más bella imagen que he visto y creo que es un sueño que me induce la música del arpa, eso debe ser, porque no parece algo real...¿o si?

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Aún estaba muy confusa por aquella visión porque... ¿había sido una visión? No estaba segura de ello. Sentí escozor en mis rodillas y, al bajar la vista, vi que tenía una pequeña raspada, se habían forzado unas gotitas de sangre que estaban secándose. ¡Entonces había sido real! ¡Habíamos ido a la fuente del bosque en verdad y habíamos visto a aquel duende!

 

¿O no?

 

En silencio, apretándome las manos, en las que aún notaba la suavidad del pelaje de aquella ardillita, miré a los ojos de mis amigas. Sólo Tamarindo pareció reaccionar. Antes de lo sucedido, ella también había estado a favor de ir juntas. Ahora, sin embargo, ella decía otra cosa. Estaba tan sorprendida que tardé unos segundos en contestarle.

 

- ¿Un gran hombre que hace florecer los árboles? ¡Oooh, no!

 

Busqué unos instantes el contacto con Dennis por si ella había visto lo mismo pero, ante su mutismo, negué con la cabeza.

 

- No, yo vi a un duende que me llegaría por aquí - y puse las manos un poco más arriba de las rodillas. - No sé si era el Guardián, caminaba con una gran... espada... No era eso, era más como un mandoble... No sé... Tenía aspecto de alguien que ha vivido muchas guerras pero que ahora busca calma. Tenía una ardilla a quien llamaba Aburne, una especie de espíritu animal de los que viven en el Bosque. Yo... Yo supuse que él sería el Guardián...

 

Tuve que reconocer que era una interpretación mía de la visión. Bajé la mirada hacia mis pies; los zapatos estaban llenos de polvo marrón.

 

- No dijo nunca que fuera el Guardián del Bosque pero a mí me lo parecía. Creo que podría ser... ¿Nos explicas cómo era ese hombre que hacía florecer los árboles, por favor?

 

Ojalá se uniera más gente que nos explicara más sobre lo sucedido.

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