Gala de Navidad 2018

[Tamarindo]

Busqué por los bolsillos de mi abrigo a ver si tenia restos de alguna galleta o algo de comer para darle a la ardilla, que claro, yo tengo hambre, pero la ardilla seguro que nos agradece mas el gesto a que yo me coma todo como una gosola. Ademas, seguro que lo que encontraba era algo pequeño, que a mi no me auydaría a nada y a la ardilla le sabría a mucho.

 

Busqué bien por todos los bolsillos y me encontré con media galleta de las que me hace Harapos cuando me visita en mi galería o yo voy a la lasa de Sugus...

 

--Seguro que esta galleta le encanta a la ardilla.

 

Me agaché despacio y le tendí el trozo de galleta al bichillo, me miró, se rascó los bigotes y cogió la galleta, se la empezó a oler y luego a comer... me daba que le estaba gustando mucho.

 

--Buen provecho ardillita, esas galletas son pura delicia... son mis favoritas.

 

La ardilla acabó la galleta o se la guardó en las bochechas (mejillas, mofletes) y se dio la vuelta, cara al bosque, nos miró y como que nos indicaba de ir tras ella por el sendero que se había abierto antes nuestros ojos.

 

--Si a vosotros os parece bien, yo creo que debemos entrar y seguir a esta ardilla. Me da que nos quiere llevar a algun lado, como hizo cuando Xell vio la visión...

[Anthony R. Dracony M.]

Un parpadeo, espero escuchar la respuesta a la pregunta que les he formulado...seguramente ellas también tienen recuerdos que les hace quedarse quietas, ya me imagino, a veces es difícil creer lo que se ve, lo que se oye, lo que se siente, todo lo que nuestros sentidos nos informan, mucho más complicado es creer en visiones...como mi experiencia de hace una hora, cuando la música del arpa de ese anciano mago me hizo "visualizar" aquel árbol, el que supongo es el árbol de los deseos. Tal vez yo no tenga suficiente interes por buscarme otros deseos para mi, solo pienso que tengo que hacer posible que los qué les hace falta ayuda para lograr los suyos, es suficiente motivo para prestar mi ayuda, posiblemente por eso veo el sendero, no sabre a que me conduce si no me atrevo a seguirlo...

 

--Kimberly...dime, tu que piensas...--Tal vez es con ella con quién me siento más seguro, tanto de lo que pase, como de lo que pensamos. Tamarindo es mucho más sencila, la veo ofrecerle una galleta a una pequeña ardilla en la que antes no me fije...solo miraba a las brujas y la maleza que rodeaba al Bosque, una maleza que no me es del todo desconocida...hay lianas que te laceran la carne, otras que te hacen alucinar con lo más oscuro de tu pasado, tratando de que pierdas la razón y es tan difícil luchar y mucho más complicado escapar...a menos que tengas ayuda.

 

Vuelvo a mirar a las presentes...¿me ayudarán si me atrapan las lianas?............es difícil saber, pero quizás no sea importante que hagan los demás, solo puedo controlar lo que yo hago, "Cobra" siente que no la requiero por el momento y se desliza a mi antebrazo, lista para cuando sea necesario. Muevo un pie, solo para cerciorarme que tengo libertad de movimiento, me rasco por entre el cabello cerca de la oreja derecha, lo que está frente a mi es un misterio ¡y adoro los misterios! eso me decide, ahora muevo mi pierna izquierda lentamente, mientras escucho a Tamarindo, yo si la escucho, pero no respondo ¿para que hablar? antes lo hice y no me respondieron....tal vez sea porque lo que digo carece de importancia.

[Xell Vladimir Potter Black]

Tenía hambre, cierto, pero la idea de una hamburguesería en el Bosque me pareció tan divertida que me hizo reír. Como la chica que venía con Antoni había preguntado sobre la música, paré de hacerlo para pensar la respuesta.

 

- ¿Qué clase de música? La Naturaleza tiene una curiosa forma de comunicarse y todo es música, en la forma más insospechada. Yo oigo música en el aire al cruzar entre las hojas de los árboles, o en el susurro de las alas de las mariposas al volar entre las rosas, también en el arrastrar de las serpientes por un montón de hojarasca... Eso es música... ¿Eso es lo que preguntas?

 

Pero ahora su comentario iba más allá, sobre un árbol encantado que Antoni había visto en una visión. Era exasperante ver que todos teníamos visiones tan diferentes sobre lo que debía ser lo mismo.

 

- ¿Y si lo es? - dije en voz alta, tras estar reflexionando.

 

No sé cuanto tiempo estuve así porque noté que Antoni había sacado su varita y la sujetaba con fuerza. Una voz con fuerza sonaba tras la muralla de telarañas que envolvían el Bosque. Casi salté sobre mis pies al sentir aquel conjuro del Señor Gromit Bar Lagar que invocaba una fuerza profunda de la Naturaleza para liberar al Bosque de sus ataduras.

 

Tamarindo tiroteó un poco de mi manga y nos avisó de algo que mis ojos tardaban en procesar: El Bosque se había abierto ante la magia de aquel ser. Ella preguntaba si era una visión.

 

- No, Tamarindo. Yo también lo veo. Parece que todos lo vemos... El Bosque ha aparecido de nuevo... Los árboles, la luz... La Magia... ¡¡Mirar esa luz rosácea que se ve en el cielo, es como si algo ahí en medio se hubiera iluminado!! ¡Oooh!

 

Una ardlla... LA Ardilla, en realidad, se acercó a mí. Su comportamiento era delicioso, aunque algo extraño. Parecía que me incitaba a mirarla.

 

- No sé... No sé lo que quiere, Tama... ¿Seguro que nueces..?¿Querrá que la sigamos...? - Antoni dijo algo sobre un sendero, no lo había visto hasta que él lo señaló. - ¿Crees que debemos entrar, entonces, Antoni? ¿De qué árbol hablas?

 

Tamarindo miraba por sus bolsillos y encontró una galleta, media galleta más bien, que le dio al animalito. La ardilla la aceptó y la roía tan rápido que volví a reírme. De repente, todo era bonito, maravilloso, el Bosque volvía casi a ser como era antes.

 

- No sé... Sí... Parece que quiere que la sigamos...

 

Antes de poder preguntar a Antoni qué le pasaba, pues parecía algo nervioso o ensimismado, la ardilla saló sobre sus patas traseras y corrió tanto que casi la perdimos de vista.

 

- ¡ Vamos, vamos, quiere que la sigamos, estoy segura!

 

Corrí sin pensar si ellas y él me seguían. Supuse que sí porque sentía mucho ruido de pasos. Aquel camino que nos había señalado Antoni era algo angosto, apenas un sendero lleno de hojas secas y restos de deshechos de criaturas. Parecía que por allá, segundos antes de aparecer, no hubiera habido nada y que hubiera surgido de la nada.

 

- He perdido a la ardilla, ¿la veis? - preguntaba a Tama, Dennis, Antoni y a su amiga, ahora no recordaba su nombre, ¿se había presentado?

 

- ¡Ssssssh! - ¿Es qué quieres que te oigan? - sonó una voz suave, instándome al silencio.

 

No lo vi al principio pero enseguida reconocí una figura agachada tras un tocón de madera podrida. Su cara era dura, con unos dientes afilados y una piel verdosa. Me pareció fiero y casi me asusto, no lo hice porque la ardilla reposaba en su hombro, contemplando algo. Era un duende, el duende que yo había visto en mi visión. Era fiero. Era agradable a la vez... Era algo extraño que no pude definir al principio.

 

Movió su mano derecha y señaló algo con una especie de mandoble algo mellado en el filo. Seguí la dirección de su arma.

 

- Acromántulas. Escondeos.

[Anthony R. Dracony M.]

La indicación de Xell me llamo la atención y mire un poco más arriba en el horizonte...era verdad, una luz rara se veía en lo más profundo, aunque muy diferente a la visión que vi, tal vez era algo diferente. De cualquier forma, es seguro que es parte de la magia del Bosque y se por el poco tiempo que tengo visitando el Bosque, que hay muchas maravillas que existen en él y solo se muestran cuando es necesario, así que me alegra que al fin podamos hacer algo y lo repite Xell, haciendo que me sienta invisible...

 

Eso unos segundos o quizás minutos, cuando escucho que se dirije a mi, me quedo boquiabierto...¿Yo le dije del árbol? volteo a ver a Kimberly...a ella si le narre lo que la música me hizo "Visualizar"............tal vez, cuando estube inspeccionando las lianas y esa maleza Kimberly les mencionó lo del árbol, no puedo hacer oídos sordos...no, yo no soy de los que dejan a las personas con la palabra en la boca. Tomo aire y entonces cuento mi experiencia:

 

 

--Escuche a algunos magos y brujas en Ottery, hablaban de que el Bosque estaba mal y que era a causa de que se había perdido el guardián, también decían que solo las personas más antiguas y que vivian alejadas de Ottery, sabrían dar información sobre el guardián, yo fui a los montes que hay a media legua de la Hacienda Tonks, se dice que en una de las cuevas moraba un mago, así que fui en su busqueda para preguntarle sobre el guardián, pero dijo no recordar nada sobre él, me sentí desilusionado del fracaso, pero él toco su arpa, para hacerme sentir mejor. Su música era muy hermosa, dulce, tranquila, cerre los ojos y fue cuando la música me hizo visualizar un hermoso y mágico árbol, al cual lo rodeaban muchas hadas, cubierto de frutos y flores y una luz muy bella, luego vi la imagen de un lecho de río seco y una fuente de piedra blanca, por eso es que nos aparecimos, parecía una señal.

 

 

Por lo que decía Xell, parecía que tambén ellas tuvieron visiones y como los dedos de una mano, parecían no ser lo mismo, pero si parte de algo más...como "las ovejas negras de Escocia".....sonreí de lado...ese cuento me lo narro una vez mi "madre" Rubi (la que fue alguna vez pareja de Reacon...y eso porque él sabe mi deseo dormido en el fondo de mi alma: yener un padre y una madre).

 

 

Se dice de que los escoceses suelen creer que las ovejas solo son negras, porque solo tienen una visión sobre ellas, las otras, les estan ocultas, aunque eso no quiere decir que sea verdad, solo es una verdad parcial y así suele ser en casi todo, así que para mi no me es difícil aceptar que todas las brujas dicen la verdad, ahora trato de juntar toda la información.

 

 

Yo había comenzado a moverme lentamente, pero como ellas siguen a la ardilla y está echa a correr, también me veo en la necesidad de correr detras de ellas, aunque tal vez sea porque el tiempo apremie, ¿será que hay un plazo? ni idea.

 

Así continuamos por aquel angosto sendero, corriendo tras el animalito y de pronto, xell se detuvo, al parecer perdió de vista a la ardilla...muy pequeña es y me pregunto si la encontraremos, aunque podemos seguir el sendero ¿no? Rebusco por los alrededores.

 

--Es posible que se encaramara en un árbol...tal vez para ver mejor. --Mencione a las jóvenes, no soy muy bueno para imaginar el actuar de las criaturas, pero suave se escucho otra voz, que soliciya que guardemos silencio, ahora mi mirada miel recorre la vegetación tratando de ver quien nos advierte, a de estar escondido para que no lo vean, nos advierte de las acromántulas y nos sugiere escondernos...así que froto mi anillo contra Miradas indiscretas, así no podrán verme, pero mejor no aventurarme a que me localicen por otros sentidos...

[Tamarindo]

Parece ser que Xell tenia razon... el guardian del bosque debía ser un duende, algo asi habíamos visto por entre los arboles ahora que el bosque estaba abierto... vaya, "meu gozo nun pozo" mi gigante no era el guardian que habia visto, pero entonces que habia visto? a uno pasado?? a una forma del actual que se me presentó asi a mi y a xel en forma de duende y a dennis en forma de ninfa? era un cambiaformas? Ni idea... atendí a lo que estaba pasando:

 

--Que bonita historia, Antoni. No sabia de un árbol asi en el bosque, pero puede ser muy interesante verlo, encontrarlo...

 

Apenas acabé de decirle esto al chico que Xell salia corriendo tras la ardilla y me fui tras ella tambien, pero a medio sendero (?) la ardilla desapareció y la voz de Xell me alarmó por completo...

 

--¿Acromantulas?

 

Cómo que acromantulas en el bosque este??? No puede ser que salgan a plena luz de la mañana y vengan a por nosotros... ¿Dónde está ahra el duende este para salvarnos?

 

Agarré mi varita fuerte, por un dia que la tenía encima, milagro de Merlín. La levanté en alto y empecé a lanzar "aranias exumai" que seguro decía mal y por eso no las lanzaba muy lejos...

 

--Chicos, no nos escondamos, debemos luchar contra ellas sin hacerles daño para que se vayan y nos dejen seguir el camino al arbol.

 

Grité entre que lanzaba hechizos, no era muy buena con la varita, pero algo podía hacer para defendernos... lanzaba levemente a algunas acromantulas pequeñas por los aires y ellas escapaban corriendo en dirección contraria a la nuestra... al menos funcionaba un poco mi proposito de aturdirlas y espantarlas...

 

--Un poco más y ya casi está!!!

[Darla G Dumbledore]

La situación se volvía tan extrañamente subreal que Kimberly había quedado obnubilada con ella, la rubia sacudió la cabeza como saliendo de un trance y respondió con voz suave.

--Debemos permanecer juntos, es la mejor forma de enfrentar siempre casi todo en la vida, confiar en el de al lado sabiendo que es tu apoyo y tu compañero y que él puede confiar en tí... --La rubia dio un paso adelante sorprendida antes de preguntar --¿le diste una galleta?

No sabía que tan ecológico era alimentar a las ardillas con galletas quizás una almendra, una nuez o algún otro fruto seco, nunca había pensado que podían comer galletas ¿y de qué sabor sería ésta? ¿En serio estaba pensando en esas cosas?

 

No tuvo mucho tiempo más para ello, Xell comenzó a seguir a la ardilla gritándonos que la siguiéramos, la acompañamos y pudo notar como la pequeña corría hacia un árbol, donde le pareció notar algo o alguien más. Se acercó a Antoni en el momento en que una voz surgía desde donde el bulto verdoso había recibido a la ardilla, se sorprendió, era un duende y sus ojos giraron hacia donde él indicaba. Acromántulas.

 

Pero parecía que la cosa no iba a ser tan tranquila, Xell y Antoni parecían a esconderse u ocultarse mediante los poderes de los libros, pero la muchacha llamada Tamarindo salió a los gritos. ¿Y la ecología? No que ella no cazara, pero lanzarse así a lo loco, maldijo, ¿protegía a Antoni o...? Si no ayudaba a Tamarindo seguro que se la verían en problemas.

 

--Arania Exumai... --apuntaba a una grande que iba ya por la cabeza de Tamarindo, miró al duende y preguntó --¿le molesta si las espantamos mejor? Tenemos que llegar al árbol de los deseos... desmaius --otra acromántula cayó desmayada cuando recordó que tenía el anillo de amistad con las bestias, pero no, era hasta tres equis y las acromántulas llevaban mucho más que eso.

 

--Manténgamonos a cubierto, el duende debe saber qué podemos hacer --eso esperaba y que no les lanzara con algún hechizo a ellas por atacar a las acromántulas, si estaban molestas tendrían la razón, ¿no se podría haber tratado de negociar con ellas?

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Editado 7 de Enero del 2019 por Darla Potter Black

[Xell Vladimir Potter Black]

Iba de una sorpresa a otra en segundos. La figura del Duende que nos vigilaba era imponente, daba miedo. Su voz, sin embargo, era cautelosa pero yo intuía bondad en ella. Su mandoble daba miedo en aquellas manos tan rudas pero señalaba hacia otro lado, no hacia nosotros. Y, por último, las acromántulas...

 

Estaba acostumbrada a ellas pues en el circo de la tiita había muchas, de diversos tamaños, diversos caracteres, las había muy amables que hasta se podían acariciar; otras eran ariscas y chasqueaban sus pinzas si me acercaba demasiado. Pero estas... éstas eran asesinas, se olía en su forma de mirarnos y segregar esa saliba gelatinosa.

 

- ¿Por qué están aquí? - pregunté al duende Gromit, con voz muy baja para que no me oyeran, aunque no estaba segura de eso. - ¿Qué buscan?

 

La ardilla seguía en su hombro, ambos mirando hacia las terribles criaturas. Parecía que hablaban entre ellas. Me hubiera gustado decirle a Antoni que no se había encaramado en ningún árbol porque el duende era muy chiquito pero, a veces, es mejor guardar silencio. Tamarindo no lo hizo y creo que eso enfadó al duende.

 

- ¡Para, Tama! - le dice flojito, desde mi escondite en aquella espesura. Debía estar arrodillada para estar a la misma altura que el duende. - ¡Para!

 

- ¡Malditos humanos! - dijo el Duende. Contemplé su rostro airado ante las acciones de Tama y de Kimberly. Ésta le preguntaba si le molestaba y, por el color rojizo de su semblante, creo que sí, que le molestaba. - ¡Siempre arreglan las cosas por la fuerza!

 

A pesar de su maldición, salió del escondite con aquel mandoble en la mano, luchando contra las acromántulas que avanzaban y chasqueaban las pinzas. Salí en defensa de mis amigas, sintiéndome algo cobarde por no haber salido antes. El Duende era diestro y asentaba espadazos a las acromántulas. Me fijé, sin embargo, que no les daba con el filo, no les estaba hiriendo, no salía sangre (no al menos la roja de todas las criaturas), sólo las golpeaba con el lado romo de su arma.

 

- No les hagáis daño, chicos - dije en voz alta, sin esconder mi voz, puesto que nos habían descubierto. - Sólo alejarlas.

 

No sé porqué lo dije, ya que todos usaban el hechizo Exumai, que sólo las hacía retroceder o desmayarse. No sé como lo conseguimos pero las Acromántulas se dieron a la huida. Sonreí, feliz.

 

- ¡Lo hemos conseguido! - grité, dando palmaditas.

 

- ¡Sois unas necias! - la voz del duende seguía siendo suave, a pesar de su enfado. - ¿Es qué tenéis que atacar a todo lo que se mueve? - Aquellos ojos parecían muy airados, provocó que bajara la cabeza y musitara un "perdón" por mi actitud beligerante. - Ellas llevan aquí mucho más tiempo que vosotros. ¡Es su bosque! ¡Sólo se defienden de vosotros, los humanos!

 

Ahora empezaba a enfadarme, no era para tanto, ¿no? El Elfo nos gruñía y, de repente, le vimos crecer, convertirse en un gigante, mover su espada con impaciencia mientras nos echaba en cara que siempre nos entrometiéramos, apoderándonos de lo que no era nuestro. Por un momento... Creí ver el Gigante del que habían hablado mis compañeras.

 

Sólo fue un momento, como una sombra, como una ilusión. En el siguiente parpadeo por mi sorpresa. el Duende seguía siendo el Duende, seguía siendo aquel ser de poco más de un metro de altura que se guardaba el arma mientras la ardilla correteaba alrededor de sus pies.

 

-¿Habéis visto eso? - pregunté porque no estaba segura de haber visto algo...

 

El duende volvió a apuntar con su mandoble aunque esta vez sí a nosotros.

 

- ¿Por qué queréis ir en busca del Árbol? - lo noté, decía árbol en mayúsculas como si fuera importante.

[Tamarindo]

En el ataque de las acromantulas Dennis y Xell nos ayudaron a espantarlas, pero lo que no esperaba es que el duende aquel nos acusara de malas personas con aquellas duras palabras que me hicieron sentir rabia. Rabia porque las acromantulas atacaron primero, no nosotros, sino que simplemente nos estábamos defendiendo de ellas, porque obvio, yo no queria ser comida y dejar mi vida a manos de una araña gigante cuando con un simple hechizo que las alejaba podía hacer que huyeran de allí y estar a salvo todos...

 

Segun hablaba el duende me iba enfadando mas, cosa muy extraña en mi, ya que yo nunca me enfadaba, asi que debía sentirme bastante mal y debió sentarme mal aquella regañina.

 

--Perdone usté, señor, pero no les hemos hecho daño, solo hemos intentado alejarlas porque nos estaban atacando. ¿O pretende dejarnos ser su comida y que muramos? Creame que yo no tengo intención de morirme asi, yo quiero morirme de vieja gruñona dentro de 100 años o asi.

 

Hablé tajante, aunque por dentro estaba muerta de miedo por enfrentarme al posible guardian del bosque que nos estaba riñendo. Espero no haber metido la pata hasta el fondo, porque entonces seguro que era mi ultimo dia en la tierra y seguro que el mismo con su garrote acababa con mi vida...

 

Miré a mis compañeras y busqué con la mirada a Antoni que estaba en el arbol y no supe qué decir ante lo del Árbol con mayusculas del que hablaba el duende...

 

--Emmm... Yo no sé nada de un arbol, simplemente segía a mis compañeros por el bosque, ellos seguían a la ardilla y alguno de nosotros habló de un árbol, pero yo no tengo pajoleta idea de si es especial o qué. No me queda claro, la verdad, que buscamos (?)

 

Estaba tan confusa ante esa idea de un árbol especial y mágico que yo no aportaba ninguna información valiosa al duende... pero sentía la necesidad de defenderme ante él, porque me sentia atacada por aquel ser.

[Xell Vladimir Potter Black]

Aquel duende parecía echar chispas por los ojos. Si era peligroso, aquel era el momento de retroceder y salir corriendo hacia el exterior del Bosque. Escuchaba a Tamarindo con aquellos dientes puntiagudos muy afilados, haciendo un ruido con ellos. Por un momento, asió el pomo de su mandoble con mucha fuerza, su mano se tensaba y temí que, de un momento a otro, la sacara de su funda y nos agrediera con ella.

 

- No queríamos ser comidas, señor Gromit. - Miré a Tamarindo y abrí un poco los ojos en un gesto de que frenara sus palabras o seríamos comida en rodajitas. - Ellas nos atacaban, no sabíamos que ellas estaban enfadadas por humanos en el bosque,... ¿Sabe por qué tejieron una red tan espesa que cubría el Bosque? Eso es lo que nos llamó la atención.

 

Di un paso hacia él, esperando que viera paz en nosotros y no desenfundara su arma. Extendí la mano hacia él.

 

- Soy Sacerdotisa de la Naturaleza. Le prometo que nunca haría nada que pudiera dañar al bosque o a sus criaturas. Supongo que las Acromántulas estarán enfadada con nosotros los humanos, incluso creo que usted ha tenido malas experiencias en nuestro trato pero... le prometo... Nunca haría daño a un ser vivo, incluso se peligrara nuestra vida nunca les mataría. Créame...

 

Me atreví. Alargué la mano más y le rocé. Sentí un chispazo de esos que se producen con la llamada electricidad estática. El Duende me miró con unos ojos muy grandes. Entonces, lo vi, esta vez sí lo vi. Se transformaba y ahora parecía una hermosa ninfa, de figura estilizada, con un vestido de hojarasca y unos cuernecitos de ciervo en la cabeza. Parecía la imagen de la Naturaleza misma, tocando mi mano. Parecíamos hermanas amantes del Bosque. La ilusión permaneció hasta que la ardilla saltó y se subió al hombro de aquella dulzura de imagen.

 

Al parpadear, volvía a ser aquel Duende aunque con la mirada más apaciguada. Carraspeó un poco y apartó la mirada.

 

- Lo que buscáis es aquello que brilla. ¿Veis aquella luz? Es el Árbol de los Deseos. Varios humanos entraron a talar en el bosque e intentaron derribarlo. Las Acromántulas acabaron con ellos y envolvieron el bosque para protegerlos de las ansias destructivas de todos vosotros. Pero... Parece que algunos humanos sois respetuosos con la Naturaleza...

 

Respondía así las palabras de Tamarindo. Contemplé la luz que refulgía en algún lugar, donde él señalaba. El Árbol de los Deseos...

 

- ¿Podemos verlo? Juramos no rompes ni una ramita chiquita. ¡No lo tocaremos! Sólo lo miraremos...

 

El duende hizo un gesto que parecía un movimiento de hombros.

 

- Yo sólo soy su Guardián. Él quiere veros. Seguirme.

 

No añadió nada más y nos dio la espalda, avanzando más rápido de lo que parecía posible con aquellos enormes pies desnudos.

[Tamarindo]

Menos mal que Xell estaba mas calmada y pudo dialogar con el guardian mejor que yo, que parece que conmigo, aunque le esplicara que no les hicimos daño, queria matarme... ¿Pero yo que mal hice? Si me expliqué... mas o menos bien, T_T Eso es que nadie me toma en serio de lo que digo y piensan que soy mala persona... y yo soy la ultima en usar magia porque se me da fatal D: (bueno, no siempre, a veces salvo vidas de elfos de una forma heroica y sin saber como jaja)

 

--Eso eso... Lo que diga Xell, no les hicimos daño, solo nos estabamos protegiendo.

 

Pero no lo dije muy algo, no vaya a ser que arremetiera contra mi de nuevo. Asi que me callé, y les escocuhé hablar. Parece ser que habia unos humanos malos, que no nosotros, jope T_T que habian intentado talar o hacer algo malo con los árboles y en concreto con un árbol de los deseos (¿Concederá deseos a quien lo acaricia? ojalá, oiga) y que por eso las acromantulas habian tapiado el bosque para protegerlo... y nosotros pensando que pasaba algo chungo, yo concretamente pensé que habia magia oscura en este bosque por lo que estaba pasando y no que fueran sus criaturas protegiendolo. Pero nosotros no somos malos T_T asi que parece ser que el Guardián nos acepta allí...

 

--Siempre hemos amado este bosque por encima de todos los demás, es muy especial para nosotros

 

Otra vez hablando por lo bajito, para no enfadarle...

 

Al final nos dijo que el Árbol de los deseos nos queria ver. Ojiplática me quedé con esta noticia... el arbol queria vernos, que honor, no? Pues allá que nos fuimos detrás del duende que avanzaba muy rapido por entre los arboles en un sendero poco transitado y nos llevó ante los pies de un arbol expectacular, tenia su propio brillo, como si el sol saliera de sus ramas e iluminara todo alrededor... era precioso... tan precioso que de la emoción se me escapó una lagrimita. Que sensible soy jopetas T_T

 

--Y ahora que hacemos? Cómo nos relacionamos con el Árbol? ¿Nos concede deseos?

 

Creo que hice demasiadas preguntas de golpe porque tardaron en responderme (?)