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Libro de La Fortaleza XXVI


Dennis Delacour
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Ya había pasado más de un mes desde que la Delacour dictara su ultima clase del Libro de la Fortaleza a aquel grupo un tanto rebelde del cual no todos habían logrado cumplir su cometido y vincularse con los poderes que ofrecía el libro. Durante ese tiempo se había dedicado a reforzar su entrenamiento con los guerreros Uzza para mejorar sus habilidades con respecto a los conocimientos que había adquirido de aquel libro, todo con el fin de ofrecer una mejor guía a sus estudiantes.

 

Aprovechando el tiempo libre de su trabajo ministerial se había dedicado arduamente a mejorar algunos aspectos que sentía que aunque eran buenos debían ser excelentes y creía lo había logrado. Ahora en su mansión observaba la notificación que le había llegado el día anterior por parte de la dirección de la Universidad informándole que la hora de una nueva clase había llegado. Con aquella misiva venia la información de su grupo de estudiantes ante los cuales solo reconoció un nombre. Al igual que en su anterior clase prácticamente eran todos desconocidos.

 

Con un ágil movimiento de su varita organizo un pergamino dirigido a sus nuevos alumnos en donde les indicaba que debían encontrarla en el aula de Historia de la Magia de la Universidad al día siguiente a las 8 de la mañana con su libro y los correspondientes amuletos que venían con el, así como ropa cómoda para dar inicio a su instrucción. Luego con una floritura los mensajes salieron en pos de sus destinatarios.

Aula de Historia de la Magia

A la mañana siguiente

 

La rubia había llegado varios minutos antes al aula convenida para ser el punto de encuentro con sus pupilos, había optado por ese lugar no porque fuera ese el sitio elegido para dictar su clase, sino porque en el se encontraba el traslador que sería necesario para transportarse a su nuevo destino. En el tendrían el escenario perfecto para poner en practica los poderes del libro para que fueran dominados antes de la prueba final. Al fin y al cabo África era una tierra indomable y digna de aventuras.

 

Después de asegurarse que la escultura estaba en su lugar tomo asiento en el escritorio principal a la espera de sus estudiantes. Había optado por un pantalón azul oscuro, botas negras sin tacón y una camisa blanca. Algo cómodo para el tipo de clima y lugar al que se dirigirían en cuanto todos hicieran su arribo.

 

 

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El patriarca de los Black Lestrange había despertado de madrugada aquel miércoles en el que había sido citado por la profesora del Libro de la Fortaleza. Iba caminando por los pasillos de la Universidad como si todo aquel lugar le perteneciera, mientras su túnica de tonos negros y azulados se movía al tiempo en el que avanzaba.

Al ingresar al aula de Historia de la Magia se encontró con una jovencita solo un poco más baja que él, de complexión delgada, intensos ojos azules y piel blanca. Proyectaba vitalidad y frescura el solo observarla.

«Cada vez meten gente más joven aquí» pensó, observando que terminaba de acomodar una máscara tribal de origen africano.

Jocker se aclaró la garganta, antes de saludar verbalmente a la profesora que le miró sin sorprenderse. Sin duda alguna, estaba esperándole a él y a sus demás compañeros.

El ojimiel solo cargaba con su varita, pues, había hecho uso de algunos hechizos para portar encima sin que significase peso alguno el libro que había comprado hacía ya muchos años y que no había podido activar ni mucho menos utilizar.

Me sorprendería de sobremanera que ese traslador no nos lleve a África —sentenció luego de los saludos protocolares, intentando romper el hielo. El brillo de la máscara que la chica había estado acomodando revelaba claramente su naturaleza mágica a quien le dedicase más que una simple mirada.

El Black Lestrange sonrió, esperando encontrar sabiduría en Dennis. Había estado en algunas clases en las que se había decepcionado en demasía por el bajo nivel no solo de sus compañeros sino también de quien dictaba las enseñanzas. Esperaba no tener que volver a repetir esa experiencia ahora que había regresado por completo al mundo mágico de Ottery.

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El día estaba bastante interesante cuando Afrodita Malfoy decidió salir de las sabanas de su amante para vestirse con una túnica zafiro con hilos plateados que se ajustaba a sus curvas. A la final decidió dejar la residencia donde estaba para tomar un traslador directo hacía las afueras de la Universidad, mientras realizaba la acción se preguntó mentalmente como había terminado decidiéndose por dejar la calidez de las sabanas y otra cosa.... Para ir a tomar una clase que posiblemente no pintaba nada bueno.

 

-Esto me pasa por ambiciosa -Pensó mientras cruzaba los terrenos hasta llegar a la entrada.

 

Era primera vez que cruzaba la puerta de la universidad, y sin embargo se movía fluidamente por los pasillos hasta que llegó al aula de Historia de la Magia. Ahí fue que se detuvo la Banshee pensado que si era buena idea cruzar ¿Historia de la magia?. Un suspiro salió de los labios carmesí de la rubia hasta que a la final decidió abrir la puerta, no le quedaba de otra, el conocimiento siempre era poder y ella lo ansiaba.

 

-Buenas... - Dijo simplemente la ojiazul mirando la habitación y analizado a las dos personas que se encontraban adentro, la profesora y alguien que realmente no había visto desde hace mucho tiempo atrás...

 

Una sonrisita divertida se formó en sus labios y simplemente pensó 'Esto va a ser interesante'. Así que la Malfoy simplemente se dirigió a un asiento y se sentó. Dejo en el escritorio el libro y cruzó las piernas, tenía ahora un poco de curiosidad a ver como terminaba su primer día de clases después de tantos años sin tocar un aula.

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Había recibido en tiempo y forma la notificación de la Universidad, le resultaba interesante aquel libro que solo había estudiado por encima de sus hojas y junto con los amuletos buscaba entender la completa magia que de ellos aprendería sin embargo era necesaria una clase para llevar a cabo los conocimientos. Había leído el nombre de la profesora y recordó a esa joven rubia con la que había compartido un par de hazañas meses atrás, conocía un par de sus habilidades y eso lo tranquilizó, al parecer los directivos de dichos cursos seleccionaban de buena manera a los profesores.

 

Al día siguiente preparó sus cosas cubriendo el libro con una fina capa de seda y en cuanto a los amuletos prefirió llevar estos en un pequeño saco satinado para tenerlos a la mano, se vistió de manera cómoda usando jeans y una camiseta de mangas cortas junto con una sudadera de capucha y zapatillas deportivas como en sus viejos años de estudiante. Salió de su castillo y apareció en los terrenos de la universidad olfateando ese aire tan característico de la edificación.

 

Le costó un poco llegar al salón en donde la clase se iba a impartir pero en cuanto llegó observó a todos los presentes.

 

-Buenos días, soy Ethan Lenteric...-Saludó de manera casual y cordial antes de ir a tomar asiento a una de las sillas.

 

Al levantar la vista pudo ver una máscara quizá africana y de inmediato recordó su primer clase con Bel en el desierto del Cairo, había odiado la arena que no hacia más que dificultarles el trabajo pero al mismo tiempo sabía que África ofrecía los mejores destinos para el misticismo y las mejores instalaciones vacías de gente por si el curso se tornaba "peligroso".

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Los minutos corrían y la Delacour esperaba que sus estudiantes no demoraran en llegar, una de las cosas que siempre había considerado de gran importancia era la puntualidad y más cuando tenia que ver con algo por lo cual estuviera interesada. Si quería lograr algo lo primero era llegar a tiempo y ya después ir afrontando las cosas conforme surgían y esto no sería la excepción.

 

Observaba la mascara tribal cuando escucho que alguien se aclaraba la garganta, bueno al menos ya empezaban a hacer acto de presencia aquellos que estaban citados a cursar el libro y lograr su vinculación, claro si su esfuerzo era algo que valiera la pena. Dado que conocía a uno de sus estudiantes por ley de eliminación sabía que el primero en llegar era Jocker Black Lestrange — Bueno señor Black Lestrange, esperemos entonces que podamos encontrar cosas que realmente lo sorprendan y no sean tan predecibles — dijo en tono amable al recién llegado.

 

Habiendo terminado de decir aquello entro una joven rubia que luego de saludar procedió a tomar asiento, bueno la verdad es que esperaba no se pusiera muy cómoda porque este solo era el sitio de encuentro para partir a donde sería la instrucción. No alcanzó a pronunciar palabra alguna cuando el ultimo de sus pupilos apareció, alguien a quien si conocía previamente por un par de ocasiones en la que habían cruzado labores en el ministerio de magia, y al igual que la rubia tomo asiento apenas entro al lugar.

 

— Buen día y bienvenidos. Mi nombre es Dennis Delacour Rambaldi y lamento decirles que van a tener que dejar sus cómodos asientos ya que estamos simplemente de paso aquí, así que por favor acérquense que es hora de partir — dijo señalando la mascara que empezaba a brillar esperando para transportarlos — Hay muchas cosas que debemos tratar pero por ahora debemos irnos — termino de decir de manera sería. Cuando todos estuvieron cerca dio la señal para tocar el traslador que los llevaría a una zona especifica de África que esperaba disfrutaran.

 

La sensación del jalón que les produjo el artefacto como siempre resultaba un poco molesta, prefería otro tipo de métodos de transporte pero a veces era necesario hacerlo de esta manera. Cuando estuvo sobre tierra firma y enfoco la mirada en el paisaje dibujo una sonrisa en su rostro — Bienvenidos a las montañas Virunga en El Congo, creo que lo encontraran bastante cálido y activo — dijo haciendo referencia a el volcán que predominaba en la zona y el cual se encontraba activo.

 

— Es un territorio hostil y no me refiero solo a los animales y criaturas que lo habitan sino también al hecho que esta en una constante guerra, digamos que si quieren sobrevivir tendrán que empezar a utilizar lo que el libro les aporta, por ahora supongo que saben que artefactos vienen con el libro? — pregunto a sus estudiantes luego de que al menos un par de ellos empezaran a brillar en su mano, esto le permitía estar alerta con respecto a lo que ya sabía que se estaba acercando, pero ellos estarían listos o se dejarían sorprender. La ojiazul suponía que lo averiguarían en cualquier momento.

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Jocker no pudo no notar la sonrisa divertida que Afrodita soltó cuando le miró. Aquella banshee de cabellos dorados era, sin duda alguna, una Malfoy; y no cualquier Malfoy, una digna hija de su madre y su padre… medio-hermana de él mismo, aunque el patriarca Black Lestrange hacía muchísimo tiempo había abandonado el apellido con el que había nacido.

A pesar del grado de parentesco entre ambos, ninguno se dirigió ni el saludo ni palabra alguna; aunque seguramente, terminarían confabularse en conjunto para lograr alguna cosa que quisiesen… solo el tiempo lo diría.

Al poco tiempo, el tercer y último estudiante de aquella clase hizo su aparición. Jocker, que mantenía sus manos en los bolsillos, desvió su mirada de Afrodita y respondió el saludo de Ethan con un ademán con la cabeza. Sonrió cuando la profesora indicó a Afrodita y a Ethan que debían ponerse de pie, pues la clase se movería de sitio.

Jocker se limitó a caminar hasta la máscara y a acatar en silencio las instrucciones de Dennis, quien activó el traslador y todo el grupo dejó atrás la Universidad Mágica.

Bienvenidos a las montañas Virunga en El Congo, creo que lo encontraran bastante cálido y activo— indicó la profesora.

El exmortífago no sabía si aquel comentario había tenido la intensión de ser sarcástico o no, pues aunque se refería evidentemente al volcán activo que estaba ahí mismo, bajo sus narices, parecía más bien un intento de broma mal contado.

«Esta chica es fenixiana» pensó Jocker. Era evidente para él, aunque no podía comprobarlo de ninguna forma «Es evidente»

Es un territorio hostil y no me refiero solo a los animales y criaturas que lo habitan sino también al hecho que está en una constante guerra, digamos que si quieren sobrevivir tendrán que empezar a utilizar lo que el libro les aporta, por ahora ¿supongo que saben que artefactos vienen con el libro?

Tres anillos y un amuleto —respondió Jocker con un tono de voz neutro, aunque, según quien escuchara, podía percibirse un ligero tono de autosuficiencia e incluso arrogancia.

Los rostros del grupo se volvieron al patriarca quien no tardó en complementar la información, recitando como si leyese de un papel, aunque era solo su memoria.

El anillo de salvaguarda contra oídos indiscretos, el anillo de escucha, el anillo detector de enemigos y el amuleto de curación —dijo, y sin esperar más, lanzó una pregunta —¿El poder de todos estos actúa independiente si llevo puesto, cierto? ¿O podría llevar todo como un colgante y tendría el mismo efecto?

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Ni bien se había acomodado se le pidió que abandonara su asiento, por mas que quisiera postergar la ida a África no iba a ser posible. Soltó una bocanada de aire poniéndose de pie y se preparó junto con sus compañeros a ser transportado, el jalón típico que se sentía en el ombligo era una sensación desagradable sin embargo ya parecía acostumbrado al ser ese el método de viaje hacia su castillo. Cuando sus pies tocaron el suelo notó en lugar de arena, vegetación, escuchó las palabras de la profesoras y pensó acerca de ese cinturón de montañas que comprendía Ruanda, El Congo y Uganda; si la profesora había especificado El Congo entonces seguramente se encontraban en la frontera oriental.

 

Elevó la vista para poder ver uno de los volcanes de los que había ella hablado, solo había dos opciones, el Monte Nyiragongo o el Monte Nyamuragira y ambos estaban activos lo cual ya era bastante peligroso eso sin nombrar la zona de conflicto en la que se encontraban pero ¿acaso iban a protegerse de muggles?

 

Miró a su alrededor antes de centrar su atención en el otro caballero del grupo, escuchó sus palabras y de inmediato llevó la vista a los anillos que portaba la profesora que ya brillaban. Aún no sabía cual anillo era cual pero en todo momento se mantuvo observándolos para poder percibir alguna alteración en ellos.

 

-Exacto, ¿hay alguna forma de no hacerlos tan evidentes como portarlos en la mano?- Preguntó después de su compañero y de inmediato recordó que el amuleto de Dennis ya lo había visto en acción al curar a esa niña en Japón, la pregunta era ¿realmente era el mismo o se trataba de otro?

 

-Profesora... esta consiente de que usar artefactos mágicos sin previa enseñanza es algo mm "precario" ¿cierto? No se ustedes pero me parece que la descripción de cada anillo es necesaria junto con la guía de como usarlos con el libro. Al ver sus anillos siento que pronto tendremos que correr o usar magia así que...-Sus palabras quedaron al aire, realmente confiaba en los métodos de la líder del grupo sin embargo era difícil tener confianza ciega cuando diferentes factores los amenazaban.

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Afrodita se concentró un momento en la mirada de Jock hasta que escuchó que alguien nuevo entraba y se presentaba, ahí fue que sus ojos mostraron aburrimiento nuevamente. Odiaba a la gente tan simpática, tal vez por eso ni siquiera su nombre había salido de su boca, socializar como tal no estaba en sus planes y al menos que fuera estrictamente necesario, no estaba muy amigable para hacer actividades grupales.

 

Unos segundos incluso pasaron para luego escuchar a la profesora y prestar atención a lo que andaba diciendo, por lo que se veía los quería que viajaran a África. A la Malfoy no le gustaba para nada ese país, caliente y problemático, agregándole que las tribu mágicas en ese lado del mundo eran bastante arcaicas, aunque debía admitir que se conseguía niveles de magia muy interesante.

 

Así que la Banshee simplemente se levantó de asiento, ahí fue que se observaron sus zapatos altos negros con tacón de aguja que iban a juego con su túnica. Ella podía ir a donde sea, pero su estilo jamás cambiaría, ya varios se habían equivocado juzgándola por su apariencia, lo que no sabía nadie en esa habitación, es que lo de princesita de porcelana era un error muy grande y que les podía costar caro, tal vez Jock era el único que no erraría, la conocía bien su medio hermano.

 

Se acercó al grupo y tocó el trasladador, ahí fue en ese momento que la rubia sintió el jalo que la llevó junto a los demás hacía zona seleccionada por la profesora. No tuvo problema en prestar atención a lo que hablaba la profesora y sus compañeros, pero realmente no quiso comentar, se encontraba incluso más concentrada analizado la zona del volcán, calculando y planificando los posibles eventos que surgirían ahí.

 

-La magia es cuestión de sentirla y dejarse llevar por su poder - Fue lo único que dijo Afrodita a los comentarios del chico que se hacía llamar Ethan - Y la única manera de sacar todo es poniéndote en peligro - Ahí fue en ese momento que la Malfoy mostró una sonrisa, una sonrisa peligrosa y sus ojos azulados brillaron por un momento.

 

-Para usar el amuleto y los anillos, ¿Qué se requiere? -Preguntó la ex Mortífaga a la profesora. -¿Hasta donde se tiene que llegar? -Anexó.

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No solo era el hecho de estar en territorio bastante caluroso y en pleno conflicto, la Delacour podría asegurar sin temor a equivocarse que el ambiente que se sentía en su clase era todo menos tranquilo, bueno en sí ninguna de las clases de los libros resultaban tranquilas a decir verdad. Pero en este caso en particular podía sentir una especia de tensión en el aire que le hacía pensar que esta no iba ser una clase calmada sino todo lo opuesto. Mientras no se mataran sus estudiantes entre si o se dejaran morir por no estar preparados se daba por bien servida, y bueno de ser necesario los curaría, solo esperaba no tener que llegar a eso aunque sería bueno para su aprendizaje.

 

El primero en responder a la pregunta que había lanzado había sido Jocker quien también había resultado el primero en llegar ese día a la clase. — Muy bien señor Black Lestrange, veo que se preparo. Funcionan independientemente si usara cada uno como dice o también podría llevarlos en un colgante como dice siempre y cuando los porte sobre usted y no haya algo que especifique lo contrario, como por ejemplo lo hace el amuleto de curación que para que funcione es indispensable que se lleve colgado del cuello — respondió a la inquietud del mago, una inquietud que en su momento también había sido suya y también se le había aclarado con los mismos términos prácticamente.

 

Luego escucho las preguntas de Ethan con respecto al mismo tema, — Espero que la explicación le haya servido señor Lenteric. Y no, no creo que usar lo que le brinda el libro sea precario porque para eso estamos aquí, para que puedan aprender de ellos, y como puede ver su compañero ya tenia al menos las ideas básicas, aquí vienen a aprender para que sirven y la forma es usándolos, no creo que sea necesario que nos aferremos al pie de la letra y tener guías. — decía al joven tratando de explicar su punto.

 

— Los anillos son fáciles de entender, por ejemplo el anillo de salvaguarda contra oidos indiscretos protege tus conversaciones en un rango de 50 m2 lo que permite que hables libremente con las personas que necesites sin correr riesgo de ser escuchado. Algo sencillo pero que puede llegar a ser muy practico. Si tienes dudas de algo en especifico es momento de aclararlo — dijo al mago mientras podía sentir lo que se avecinaba.

 

No pudo evitar sonreír ante el comentario de la joven Malfoy con respecto a lo de ponerlos en peligro, no era que quisiera hacer eso pero bueno hasta ella tuvo que enfrentarse a un par de cosas para poder sortear su clase del libro en su momento, y si tal vez eso ayudaba un poco a sacar lo mejor de si mismos. —Para usar los poderes que el libro les ofrece deben vincularse a el y para eso deben superar la prueba a la cual tendrán acceso si su rendimiento en la clase es el adecuado. La única excepción donde los pueden usar sin haberse vinculado aún es en esta clase, donde la magia de los Uzza se los permite para saber si son dignos de recibir el poder contenido en el libro de la fortaleza. — dijo a la joven para responder a sus dudas.

 

De pronto sintió unos rápidos y pesados pasos que veían de varios leopardos de gran tamaño que se aproximaban al sentir algunas presas para disfrutar — Bueno creo que al menos de esto se pueden defender fácil, ya que son criaturas normales — dijo al tiempo que el primer felino en llegar se lanzaba hacia la ojiazul, empuñando su varita pensó —Salvaguarda mágica — y de inmediato se volvió intangible haciendo que el leopardo la atravesara sin causarle daño alguno estrellándose con el árbol mas cercano.

 

Tres leopardos más se acercaban, — Cuando terminen con ese asunto gatuno seguiremos con la clase — dijo mientras se hacía a un lado para observar el lindo momento, de pronto alguno saldría herido, eso sería perfecto para explicar el amuleto de curación.

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La respuesta de Dennis no se hizo esperar. Para Jocker era un alivio no tener que llevar en los dedos aquellos anillos pues se imagina a sí mismo obteniendo no solo el Libro de la Fortaleza sino también el de la Sangre, del Equilibrio, del Druida y del Caos –que eran todos los libros que podía adquirir por su rango social- y cada uno de ellos tenía más anillos y más objetos asociados.

«Cuando un poco de tiempo disponible saldré en búsqueda de los enanos nórdicos para que forjen un solo anillo capaz de contener la magia de todos los demás» pensó mientras Dennis continuaba respondiendo las preguntas de los demás estudiantes.

La muchacha acababa de terminar las preguntas cuando convenientemente varios leopardos de gran tamaño hicieron su aparición en el lugar en el que el grupo de magos y brujas se encontraba reunidos. Un leopardo por cada uno de los presentes, era el número.

Bueno, creo que al menos de esto se pueden defender fácil, ya que son criaturas normales —dijo la profesora justo antes de que uno de los animales se lanzara sobre ella y la traspasara, pues se había hecho intangible por unos instantes.

«Orbis bestiarum» pensó Jocker sin demora, haciendo que el felino más próximo a él, es decir, aquel que tenía claras intenciones de atacarlo, cambiara de rumbo.

El felino que estaba momentáneamente bajo el dominio de Jocker dio la vuelta en 180 grados y comenzó a correr a toda velocidad alejándose del grupo. Al terminar el efecto de aquel hechizo, seguramente no volvería atrás… Jocker se había encargado de plantar una idea en su cabeza que se mantendría hasta ser cumplida y que estaba relacionada con una sensación de búsqueda de protección… al tratase de un simple animal muggle, difícilmente volvería.

Al voltearse a ver cómo sus compañeros lidiaban con sus leopardos, sonrió de manera cómplice a Afrodita, pensando en quién de los dos sería el primero en jugar de la manera en la que estaban acostumbrados. Su mirada se desvió a Dennis, sin embargo, porque el animal que en primera instancia no había logrado lastimarla, se había recuperado del golpe contra el árbol y se disponía a volver al ataque, esta vez, con más furia que la primera vez.

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